1 El concepto de “posición estratégica”. Reseña de un libro y avances de una investigación Santiago Aguiar Licenciado en Ciencias Sociales y Humanidades- Universidad Nacional de Quilmes, Argentina Magisterando en Ciencias Sociales m/ Sociología de la ModernizaciónUniversidad de Chile 4 de enero de 2009 Tuve recientemente la fortuna de poder leer un libro importante. Se trata del libro de John Womack Jr., “Posición estratégica y fuerza obrera. Hacia una nueva historia de los movimientos obreros”, publicado el año 2007 por Fondo de Cultura Económica y el Fideicomiso Historia de las Américas de El Colegio de México. Quiero presentar algunas de sus ideas centrales y una visión panorámica del texto (i.), proponer algunas discusiones (ii.), integrar otras elaboraciones (iii.), efectuar una utilización general del concepto de posición estratégica aplicado a Chile de conjunto (iv.), y adelantar un extracto de una investigación en curso sobre una fábrica en particular (v.) que converge en algunas categorías y preocupaciones, en especial, también con el concepto de “posición estratégica”. I. Un libro para estudiar, un concepto para utilizar El autor expresa una preocupación de importancia central, que ordena, a mi entender, todo su libro y su concepto de posiciones estratégicas, la del poder en el trabajo: 2 “Siempre se atravesaba en la historia alguna especie de contradicción que oscurecía la cuestión más importante: el poder en el trabajo”1. Para esclarecer esta cuestión oscurecida, propone que: “Yo quería concebir la ingeniería de la producción social, su mecánica, sus fuerzas y movimientos”2. Partiendo por afirmar la centralidad del trabajo en la vida social y la historia humana, constata el poco interés por la historia obrera, entre los historiadores, y en especial, en “el público” en general. Entre los historiadores que se han dedicado a la historia obrera, señala el predominio de una corriente específica con la que polemiza a lo largo de todo el texto, que se centra en la preocupación por la subjetividad: “Estos historiadores se concentran en la injusticia, en la generación (o pérdida) de la comunidad y solidaridad laborales y exclusivamente en las ‘relaciones sociales’ (¿o su experiencia?), sin duda porque consideran que describirlos dentro de una organización técnica trabajadores, una es una negación falta de su de respeto dignidad hacia los humana, un ‘reduccionismo’ aburrido. No aceptan que en sus casas se use un vocabulario o gramática para un discurso sobre las divisiones técnicas humanas en la producción industrial. Sin embargo, esta Womack Jr., John (2007). “Posición estratégica y fuerza obrera. Hacia una nueva historia de los movimientos obreros”: p. 23. Fondo de Cultura Económica - Fideicomiso Historia de las Américas de El Colegio de México. México. 2 Womack Jr., John (2007). Idem.: p. 22. 1 3 postura implica que el poder que han logrado reunir los obreros para sus luchas proviene sólo de sus méritos morales o de las multitudes reunidas, e implica negar que alguna vez han tenido (además o sólo) un poder técnicamente determinado que les permitiera conseguir victorias. Las razones de esta negación se remontan quizás 25 años. En ese entonces la disciplina estaba dominada por varios gigantes. Sobre todo Thompson, pero también otros historiadores, sociólogos y politólogos (…) todos los jóvenes seguían la línea de Thompson al reconocer como su tema la subjetividad, la ‘agencia’ o ‘agentividad’ (agency), de los trabajadores”. Ante esta tendencia predominante, el autor propone un concepto alternativo para estudiar la clase obrera, la historia obrera, en su caso: el concepto de posiciones estratégicas. Este concepto lo aprendió de los textos sobre Relaciones Industriales de John Dunlop, y es muy simple: “sus ‘posiciones estratégicas’ eran cualesquiera que les permitieran a algunos obreros detener la producción de muchos otros, ya sea dentro de una compañía o en toda una economía (…) una idea que va más allá de las ‘relaciones sociales en la producción’ o las ‘relaciones sociales del trabajo’; simplemente la idea de las relaciones industriales o materiales o técnicas de la producción, que ahora yo podía captar como ‘relaciones técnicas de la producción’.3” Determinar ésto, implica la consideración de que: 3 Womack Jr., John (2007). Idem.: p. 50. 4 “la estructura del trabajo industrial enmarca la organización de la clase trabajadora industrial, orienta sus movimientos y proporciona los vectores materiales de su estrategia”4. La importancia de “poder ver en cualquier estudio qué tipo(s) de posiciones estratégicas ocupaban los obreros”, está en un hecho de la mayor importancia: la determinación de la estrategia para actuar, lo que, de paso, ahorra una discusión generalmente mal planteada entre estructura y acción: “Hay que subrayar de manera muy clara que este método de análisis no proviene de la teoría de juegos, sino de la historia militar, y que no se trata de movimientos o acomodos dentro de una matriz, sino de ganar una guerra. Corolario: sin conocimiento de las posiciones estratégicas, no hay estrategia”5. Definido el concepto, el autor procede a ver su origen y evolución (cap. II), a rastrear las nociones de poder y producción en las ciencias sociales burguesas (cap. III)6, en el debate sobre la huelga general de masas de los socialistas alemanes entre 1895 y 1918 (cap. IV)7, los marxistas rusos y soviéticos en el 4 Womack Jr., John (2007). Idem.: p. 70. Womack Jr., John (2007). Idem.: p. 50. Y para comprender más a fondo este argumento: “todavía quería ver las fuerzas veracruzanas de producción industrial sincronizadas en el espacio, encontrar la concepción que tendría un ingeniero de la industria y las plantas industriales como la que tendría un general de la geografía y las encrucijadas, encontrar el mapa industrial que hubiera trazado un guerrero sindicalista para ubicar las posiciones estratégicamente importantes o un comité central comunista para elegir su estrategia”: p. 26. 6 Revisa los clásicos de la sociología burguesa (entre ellos Comte, Spencer, Durkheim, Simmel, Pareto, Weber), a sus hijos (entre ellos los Webb, Parsons, etc), a los estudios de las Relaciones Industriales, las teorías de la organización, la economía del trabajo, los hermanos Tilly. 7 Engels, Bernstein, Parvus, Kautsky, Roland-Holst, Rosa Luxemburgo, Pannekoek. 5 5 período 1905-1932 (cap. V)8, las discusiones en la Internacional Sindical Roja entre 1923 y 1930 (cap., VI), el marxismo occidental (cap. VII)9. Por último, es importante destacara que su libro, de 442 páginas, aporta más de 230 páginas de citas y bibliografía muy útil para conocer las elaboraciones de historia obrera y las discusiones del concepto de estrategia aquí tratado. II. Relaciones técnicas de producción, relaciones sociales de producción y política: una discusión Es posible plantear una discusión con el fin de fortalecer este concepto y extender su uso. Porque el punto aquí, es dar cuenta de que, aún estableciendo las posiciones estratégicas, las estrategias seguidas pueden conducir igualmente a que la clase obrera no pueda “sacarles el mejor provecho”. Cuando el autor cita el caso del Partido Comunista de Estados Unidos en la década de 1920 y 1930 y su figura “J. Peters”, que sí logró establecer las posiciones estratégicas de la clase obrera estadounidense de esos años, queda un vacío en la explicación de por qué posteriormente se entró en un lento proceso de retroceso. Este vacío, se puede profundizar más con el rechazo del autor a tratar, además de las “relaciones técnicas de producción”, las relaciones sociales de producción y la política (que, a mi parecer, es el ámbito del despliegue de la estrategia), porque, con este rechazo, ¿no se debilita un concepto qué sí resulta esencial elaborar y sobre el cual trabajar? 8 Tugan Baranowski, Martov, Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Bujarin, Lenin, Stalin, Radek, Stanislav Strumilin, Aleksei Gastev. 9 El PC de EEUU y la figura de “J. Peters”, los trotskystas, la izquierda socialista italiana, el marxismo francés, los maoístas, la llamada nueva izquierda de los ’60, los marxistas académicos de Europa y Estados Unidos post ’68, Braverman, los posteriores críticos de Braverman, Luca Perrone, la “nueva geografía económica”, Bryn Jones, John Nelly, Richard Walter, Jerry Lembcke. 6 Pienso que sí es posible considerar estos tres conceptos –relaciones técnicas de producción, relaciones sociales de producción y política- como una unidad jerárquicamente diferenciada, sin que tenga que perderse el concepto de posiciones estratégicas. ¿De qué modo? Reconociendo que las relaciones técnicas del trabajo ocupan el lugar, precisamente, de la base técnica de la relación social capitalista de producción, al modo en que Marx trataba los medios de producción en su unidad contradictoria con el obrero10. Las relaciones sociales de producción deben ser estudiadas y criticadas, porque la naturalización de capitalismo, que es un hecho social que descansa en las relaciones sociales capitalistas mismas, permite que “la negación obrera”, que es capaz de “hacer que disminuya la producción”, devenga en mera oposición. Además, esta alternativa (entre “negación obrera” y oposición) es, finalmente, el escenario de lucha de las diferentes estrategias, la política. Este hecho no es menor. Aún hoy, en medio de una profunda crisis del capitalismo mundial, se lo naturaliza con la frase incansablemente repetida de que “toda crisis es una oportunidad”. Sin embargo el concepto de “posición estratégica” no es mayormente (veremos algunas excepciones) utilizado en los estudios sobre la clase obrera. ¿Es posible su utilización de acuerdo a lo que aquí he propuesto como unidad jerárquicamente diferenciada de relaciones técnicas de producción, relaciones “Los medios de producción que emplea el obrero en el proceso real de trabajo son, ciertamente, propiedad del capitalista y en cuanto capital se enfrentan –tal como lo hemos desarrollado anteriormente- al trabajo, que es la manifestación vital misma del obrero. Pero por otra parte es él quien los emplea en su trabajo. En el proceso laboral efectivo el obrero consume los medios de trabajo como vehículo de su trabajo, y el objeto de trabajo como la materia en la cual su trabajo se ofrece a la vista. Precisamente por esto transforma los medios de producción en la forma, adecuada a un fin, del producto. Desde el punto de vista del proceso de valorización, empero, las cosas se presentan diferentemente. No es el obrero quien emplea los medios de producción, son los medios de producción los que emplean al obrero. No es el trabajo vivo el que se realiza en el trabajo material como en su órgano objetivo; es el trabajo material el que se conserva y acrecienta por la succión del trabajo vivo, gracias a lo cual se convierte en un valor que se valoriza, en capital, y funciona como tal”. Marx, Karl (1990). “El Capital. Capítulo VI (inédito). Resultados del proceso inmediato de producción”: p. 17. Siglo Veintiuno Editores. México. 10 7 sociales de producción y política, con las relaciones técnicas de producción como la base de este edificio? En términos teóricos, Marx da cuenta de estos tres elementos, en un mismo tratamiento, ese gran libro dentro de otro libro que es el capítulo XII “Maquinaria y gran industria” del tomo I de El Capital. Considera que los instrumentos de producción, base técnica del proceso de producción11, están en la base de las relaciones sociales de producción12: “La transformación del tipo social de explotación, producto obligado de la transformación experimentada por el instrumento de producción, se opera a través de un caos abigarrado de formas de transición”13. Considera que la configuración de los obreros en el lugar de trabajo –su distribución, la composición obrera del lugar de trabajo, la división del trabajo en la fábrica- está dada por su base técnica, por la “estructura industrial”, es decir, no es una mera descripción de las categorías de empleo. Podría decir entonces, creo “La tecnología descubre asimismo esas pocas grandes formas fundamentales del movimiento a las que se ajusta forzosamente, pese a la variedad de los instrumentos empleados, toda la actividad productiva del cuerpo humano, del mismo modo que la mecánica no pierde vista las potencias mecánicas simples, constantemente repetidas, por grande que sea la complicación de la maquinaria. La moderna industria no considera ni trata jamás como definitiva la forma existente de un proceso de producción. Su base técnica es, por tanto, revolucionaria, a diferencia de los sistemas anteriores, cuya base técnica era esencialmente conservadora”: p. 407. 12 Para evitar equívocos, consideramos que esta definición es entendible desde esta otra: “Un negro es un negro. Sólo en determinadas condiciones se convierte en esclavo. Una máquina de hilar algodón es una máquina para hilar algodón. Sólo en determinadas condiciones se convierte en capital. Arrancada a estas condiciones, no tiene nada de capital, del mismo modo que el oro no es de por sí dinero, ni el azúcar el precio del azúcar”. Marx, Karl (1975). “Trabajo asalariado y capital”: p. 36. Editorial Polémica. Buenos Aires. 13 Marx, Karl (1973). “El Capital”, t. I: p. 395. Fondo de Cultura Económica. México. Y para entenderlo mejor: “Hemos visto cómo la gran industria viene a abolir técnicamente la división manufacturera del trabajo, lo que supone anexionar de por vida a un hombre a una operación detallista, al paso que la forma capitalista de la gran industria reproduce en proporciones todavía más monstruosas aquella división del trabajo; en la verdadera fábrica, al convertir al obrero en accesorio con conciencia propia de una máquina parcial y en los demás sitios mediante el empleo esporádico de máquinas y de trabajo mecánico, y mediante la aplicación del trabajo de la mujer y del niño y del trabajo inexperto como nueva base de la división del trabajo”: p. 405. 11 8 que sin forzarlo, aunque no lo hubiera desarrollado así, que ocupan posiciones estratégicas14: “Cuando reaparece en la fábrica automática la división del trabajo, es siempre con el carácter primordial de distribución de los obreros entre las máquinas especializadas y de asignación de masas de obreros, que no llegan a formar verdaderos grupos orgánicos, a los diversos departamentos de la fábrica, donde trabajan en máquinas-herramientas iguales o parecidas, alineadas las unas junto a las otras, en régimen de simple cooperación. El grupo orgánico de la manufactura es sustituido por la concatenación del obrero principal con unos pocos auxiliares. La distinción esencial es la que se establece entre los obreros que trabajan efectivamente en las máquinas-herramientas (incluyendo también en esta categoría a los obreros que vigilan o alimentan las máquinas motrices) y los simples peones que ayudan a estos obreros mecánicos (y que son casi exclusivamente niños). Entre 14 Marx, en el pasaje que veremos en seguida, lo tratará al nivel de la fábrica. Por otro lado, también lo hace Engels, y en el pasaje que citamos a continuación, lo trata a nivel nacional, en el mismo sentido: “El orden en que debemos considerar las diversas categorías del proletariado resulta de la precedente historia de su origen. Los primeros proletarios pertenecieron a la industria y fueron producto directa de ellas; los trabajadores industriales, aquellos que se ocupan de la elaboración de la materia prima, ocuparán en primer término, por tanto, nuestra atención. La producción de material industrial, de las materias primas y combustibles adquirió importancia en seguida de la revolución industrial, e hizo surgir un nuevo proletariado: los trabajadores de las minas de carbón y de las minas de metales. En tercer lugar, la industria desplegó su acción sobre la agricultura, y en cuarto lugar, sobre Irlanda; y conforme a ello se debe asignar a su puesto a las fracciones del proletariado que pertenecen a ella. Encontraremos también, exceptuados quizá los irlandeses, que el grado de educación de los diversos trabajadores guarda relación, precisamente, con su conexión con la industria y que, por lo tanto, los trabajadores industriales en su mayoría, los mineros ya menos, y los agricultores casi nada, son concientes de sus intereses. Volveremos a encontrar ese mismo orden entre los trabajadores industriales, y veremos cómo los trabajadores de las fábricas, esos antiquísimos hijos de la revolución industrial, han sido, desde el principio hasta hora, el alma del movimiento obrero, y cómo los restantes se unieron al movimiento en la medida en que su oficio era atacado por la revolución industrial; comprenderemos, por el ejemplo de Inglaterra, por la concordancia entre la marcha del movimiento obrero y la del movimiento industrial, la importancia histórica de la industria”. Engels, Federico (1974). “La situación de la clase obrera en Inglaterra”: p. 41. Ediciones Diáspora. Buenos Aires. 9 los peones se cuentan sobre poco más o menos todos los feeders (que se limitan a suministrar a las máquinas los materiales trabajados por ellas). Además de estas clases, que son las principales, hay el personal, poco importante numéricamente, encargado del control de toda la maquinaria y de las reparaciones continuas: ingenieros, mecánicos, carpinteros, etc. Trátase de una categoría de trabajadores de nivel superior, que en parte tiene una cultura científica y en parte son simplemente artesanos, y que se mueve al margen de la órbita de los obreros fabriles, como elementos agregados a ellos. Como se ve, esta división del trabajo es puramente técnica (…) La supeditación técnica del obrero a la marcha uniforme del instrumento de trabajo y la composición característica del organismo de trabajo, formado por individuos de ambos sexos y diversas edades, crean una disciplina cuartelaria, que se desarrolla hasta integrar el régimen fabril perfecto, dando vuelos al trabajo de vigilancia a que nos hemos referido más atrás y, por tanto, a la división de los obreros en obreros manuales y capataces obreros, en soldados rasos y suboficiales del ejército de la industria”15. Es por eso que puede establecer una jerarquía correspondiente a la base técnica, a la estructura industrial: el obrero principal, los obreros auxiliares; los obreros que trabajan las máquinas-herramientas, seguidos de los simples peones, más abajo aún los feeders, y (esto es notorio: una categoría “de nivel superior”, pero que es un elemento agregado), los últimos en importancia en la “fábrica automática” de los años de Marx: “los ingenieros, mecánicos, carpinteros, etc”. 15 Marx, Karl (1973). Idem: p. 347 /350. 10 No es casual que Marx utilice aquí (un hecho que preocupa a Womack Jr) terminología militar: el ejército de la industria, con su jerarquía militar: obreros manuales y capataces obreros, soldados rasos y suboficiales. Entonces, es que Marx puede introducir la dimensión de la estrategia, que en su despliegue, es la de la política: “Si la legislación fabril, como primera concesión arrancada a duras penas al capital, se limita a combinar la enseñanza elemental con el trabajo fabril, no cabe duda que la conquista inevitable del poder político por la clase obrera conquistará también para la enseñanza tecnológica el puesto teórico y práctico que le corresponde en las escuelas del trabajo. Tampoco ofrece duda de que la forma capitalista de la producción y las condiciones económicas del trabajo que a ella corresponden se hallan en diametral oposición con esos fermentos revolucionarios y con su meta: la abolición de la antigua división del trabajo. Sin embargo, el único camino histórico por el cual pueden destruirse y transformarse las contradicciones de una forma histórica de producción es el desarrollo de esas mismas contradicciones”16. Acuerdo sí en que es determinante entonces estudiar primero la base técnica, las relaciones técnicas de producción, el elemento “dejado de lado”, no inocentemente, por los estudios sobre la clase obrera, con el criterio aquí propuesto de considerar una unidad jerárquicamente diferenciada. III. 16 Mirar más allá: elaboraciones de la militancia de izquierda Marx, Karl (1973). Idem: p. 409 11 Planteaba al principio la necesidad de integrar otras elaboraciones. Porque la Academia, corporativamente cerrada sobre sí misma, o indiferente por suficiencia, en la mayoría de los casos, ignora las elaboraciones de la izquierda militante (o sólo la menciona para mostrar que cubre “la literatura” extensamente, pero con desdén). Entre estas elaboraciones puedo mencionar un estudio que, sin utilizar el concepto de posiciones estratégicas, se aproxima mencionando el de “los batallones centrales y neurálgicos del proletariado”: “La lucha de clases es el resultado de esta contradicción de la unidad dialéctica fundante de la acumulación capitalista, reproduciendo en un polo más poderosos capitalistas, y en otro polo un ejército proletario con sus secciones en activo y en reserva. Pero ésto que, despejando imágenes, debería resultar evidente, exige observar las variaciones en su composición, porque el resultado del proceso de acumulación capitalista es la creación de nuevos sectores del proletariado, la atracción de parte de la superpoblación relativa, del proletariado sobrante, al mismo tiempo que expulsa a otros fuera del proceso de producción en calidad de, precisamente, superpoblación relativa, ejército industrial de reserva. Estos movimientos son el resultado de las necesidades de la valorización del capital en el proceso de acumulación (…) Identificar los momentos de formación de la clase obrera, permite pensar sus continuidades y discontinuidades, que la ley del desarrollo desigual y combinado también se refleja en la conformación del proletariado. Desde este punto de vista, y considerando la formación social chilena y la historia de su clase obrera, podemos señalar, sin 12 posibilidad de extendernos en este artículo, en tres momentos de formación del proletariado chileno. Mencionaremos por lo tanto, no las luchas múltiples y diversas de los diferentes sectores del proletariado, sino a sus batallones centrales, los que se concentraban en los puntos neurálgicos del régimen de acumulación capitalista dominante, que constituían una amenaza potencial o efectiva a la dominación de la burguesía, y alrededor de los que se constituía el proletariado como clase y consiguientemente la lucha de clases. Porque la identificación de los batallones centrales y neurálgicos del proletariado, resultado concreto del mismo movimiento de un momento determinado, concreto, del proceso de acumulación capitalista, que refleja determinados fenómenos en la formación del proletariado, no es un capricho analítico, ni puede estar sujeto a las decepciones políticas (la casi inexistencia de luchas significativas del proletariado en las últimas décadas), a las modas teóricas (los excluidos, los pobres, los desocupados, etc), sino que serán el eje alrededor del que se organice, se despliegue y desarrolle la lucha de clases”17. Creo que es importante (re)establecer una alianza fértil entre las elaboraciones (no todas) académicas, y las elaboraciones (no todas) de la militancia de izquierda. IV. El concepto de posición estratégica: una aproximación de conjunto al Chile actual Miranda, Nicolás (2005). “La industria del salmón. Un caso de acumulación originaria del capital y formación del proletariado”. Disponible en: www.clasecontraclase.cl/publicaciones.php 17 13 Puedo ahora efectuar una utilización general del concepto aplicado a Chile de conjunto, como primera aproximación a nivel de país que enmarque y oriente un estudio que, por definición, debe sumergirse en las principales estructuras mineras, industriales, y de servicios. En este sentido, las principales estructuras donde se posiciona estratégicamente la clase obrera en Chile está dada por el peso relativo de cada rama o sector de la economía, por su peso en la economía nacional, más que por el número de trabajadores. Por ejemplo, es claro que la minería, y el cobre en específico, sigue siendo “el sueldo de Chile”18, sin embargo, ocupa una proporción insignificante de trabajadores (1,4%19). Así, entre las posiciones estratégicas, a nivel agregado, nacional, y que solamente menciono aquí en forma general, está la clase obrera de la minería. La clase obrera de la industria forestal20. La agricultura es otro de los pilares de la economía nacional, es por eso que ocupa una posición estratégica la clase obrera de la agricultura, los “temporeros”21. Puesto que la economía chilena tiene su otro pilar, además de la explotación de sus recursos naturales, en la exportación, es estratégica la clase obrera de los puertos22. La industria de procesamiento de 18 Representa el 24,4% de la estructura del PIB 2007 (www.sofofa.cl), y es la principal fuente de divisas con 43.680,9 millones de dólares en 2007 (www.sonami.cl). 19 Reinecke, Gerhard y Velasco Jacobo (2007). “Informe de Empleo Para el año 2006”. Disponible en: http://www.estudiosdeltrabajo.cl/wp-content/uploads/2008/11/informe-de-empleo-chile-2006oit.pdf. En este documento se indica la estructura total del empleo por rama de actividad: Agricultura 12.3 / Minería 1.4 / Industria 13.3 / servicio doméstico 4.6 / Construcción 8.4 / Comercio 19.6 / Transporte 8.1 / Servicios financieros 8.6 / Serv. sociales y personales 27.6. 20 Es la segunda generadora de divisas, con exportaciones por 4960,1 millones de dólares en 2007. Dicho sea de paso, ocupa 130 mil empleos directos y 130 mil indirectos. En 1890 empresas (www.corma.cl), 1001 exportadoras (www.infor.cl). 21 Dentro de esta rama, los sectores más consolidados y dinámicos en la exportación son los vinos, las frutas y hortalizas procesadas, las carnes de aves, y las carnes de cerdos y ovina (www.seminariochilepotenciaalimentaria.cl). Con exportaciones por más de 10.000 millones de dólares. Ocupa el 12% de la fuerza de trabajo total del país. Con 700.000 puestos de trabajo en temporada baja y 900.000 en la alta. El sector frutícola declara ocupar 450 mil empleos directos (150 mil permanentes y 300 mil temporeros), y cuenta con 9057 productores, 423 compañías exportadoras, 385 cámaras de frío, 100 packings, 1000 packings satélites (huertos). Esto da una idea de los puntos estratégicos que observar a la hora de estudiar ramas específicas. 22 Por los puertos se comercializa el 85% del comercio exterior chileno (www.camport.cl). Se distribuye en 10 puerto públicos, 6 concesionados. 14 alimentos es un centro vital de la industria nacional, y dentro de ésta destaca la industria del salmón23. Por último, deben considerarse los trabajadores de los servicios básicos como la electricidad, pues al cortar el suministro, pueden paralizar completamente toda la industria y la minería. V. El concepto de posición estratégica: una aplicación al nivel de fábrica Por último adelanto sólo un extracto de una investigación en curso, que entre otros objetivos ha podido ir estableciendo posiciones estratégicas de trabajadores en la producción. Se trata de una empresa de manufactura del sector forestal. En una entrevista en profundidad semiestructurada a un obrero de producción logré detectar la posición estratégica al nivel de la fábrica. Primero establecimos la fuerza de trabajo ocupada en la línea de producción: “tengo que armar para esa moldura la máquina que me corresponde a mí y clasificar, esa es mi pega ¿no es sólo clasificar entonces? No, no También es armar las máquinas que va cambiando de acuerdo a los tipos de moldura distinta que piden. exacto ¿Entonces trabajas más en equipo con el maestro de la línea? Si A la que se ha llamado “el segundo sueldo de Chile”. Con exportaciones por 2241 millones de dólares en 2007, es el segundo productor y exportador mundial. Ocupa 45.000 trabajadores. 23 15 ¿y en la línea en total cuántos trabajan? 8 8… ¿son 2 clasificadores, un maestro… 2 maestros 2 maestros Cada maestro tiene un ayudante, y dos personas al final que van echando al pallet Eso es después que clasificas, sería. Entonces está primero el maestro sus ayudantes, después el clasificador, después los que echan al pallet” Después, determinamos las máquinas que intervienen en el proceso de producción: “la moldura tiene dos capas de pintura, pero la primera capa que pasa tiene que pasar por un horno, después pasa por la lija, la que armo yo, después pasa por la otra trefila que es la segunda mano, esa trefila es la que te pinta el material, después pasa por otro horno que tiene que secarse, y llega allá, otra lija más, otra máquina que también estoy encargado y ahí llega a mis manos, yo la veo al ojo no más (…) El múltiple, ¿el múltiple no es parte de la línea? No 16 ¿por qué, qué hace el múltiple? No, es que… lo que yo te explicaba, cuando yo llegué ahí, empecé a trabajar en esa máquina, como ayudante no mas, ahí lo que hacen ahí es pasar la plancha para cortarlo a la medida… Antes de meterlo en esta línea entonces… A la medida de cómo va a ser la moldura y después esa moldura que va a cortar le dan la forma en unas máquinas que se llaman hidro y ahí llega a la línea donde te decía yo recién se hace el proceso de pintura y se escogen las buenas” Finalmente, pudimos determinar la posición estratégica al nivel de la fábrica: “Supuestamente son maquinaria automatizada, pero la mantención deja mucho que desear, y eso también influye en el bono, porque va a haber un día que trabajes poco, un día que trabajes más. Son muchos factores, pero ellos siempre tratan de sacarte el jugo a ti para que tú te las ingenies sobre cómo sacar la pega adelante. No debería ser así. Y a ellos se les hacen ver que las máquinas están malas pero siempre le buscan la quinta pata al gato. Las máquinas automatizadas son buenas, porque es más cómodo y más preciso para trabajar con las velocidades, y los tiempos. Por ejemplo, la otra máquina de la línea 4, le echan la pintura con el tarro al hombro son cientos de litros de pintura… eso es mantención también, las bombas de pintura. El trabajador de la trefila tendría que tirar la llave y que caiga la pintura, pero no, así volvemos a lo de antes, porque el maestro tiene que hacerse 17 embarrar la espalda y estará acarreando tarros de pintura y andar echando arriba O sea que es una empresa automatizada pero que no funciona como si estuviera automatizada, al menos en algunas partes Sí, sí, en algunas partes funciona bien, pero creo que les dan prioridad a algunas partes, por ejemplo, los múltiples le dan más prioridad de mantención, a la hidro le dan más prioridad de mantención ¿Por qué? Porque esa es la base. Si no trabajan los múltiples no hay pega para nadie, quedamos todos parados, todos dependemos de esas máquinas Y en esas máquinas… ¿en el múltiple cuántos trabajan? Dos Dos personas por mútiple… ¿y hay dos múltiples por planta? Dos en general Dos todo Pero sí, si el múltiple no aporta material quedamos todos parados Esa es la parte que está más automatizada, la que está mejor, sin problemas de mantención, ni nada Claro 18 Y las otras las resuelven ustedes, prefieren perder material, que ustedes resuelvan el problema como puedan que mantenerlas Debería ser así, deberían mantenerlas donde trabajamos nosotros porque ahí es donde termina el proceso de las molduras poh, de ahí, es donde se va para exportación Pero de última hacen más cortes y que vuelvan a trabajar ustedes más entonces Si así sería No les importa, por eso les hacen pagar a ustedes los platos rotos Sí, y no debería ser así Y los trabajadores, ¿qué son, maestros que trabajan con el múltiple, están sindicalizados también? No ¿y ganan mas que el trabajador común? Sí, el maestro gana más” Con esta la presentación de este extracto de una investigación en curso, pretendo mostrar que es un camino que se puede recorrer, aunque esté en los inicios, hasta donde conozco, y proponer que se abra una línea de investigación en este sentido en los estudios del trabajo y la clase obrera en Chile. 19