HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 1 PAG. 296 48 MANIFESTACIONES CUTÁNEAS DE ENFERMEDADES INTERNAS Jean L. Bolognia, Irwin M. Braverman En la medicina actual se acepta que en la piel pueden aparecer signos de enfermedades internas. Por eso, en los libros de texto de Medicina se encuentra siempre un capítulo en el que se describen con detalle los principales procesos sistémicos que pueden identificarse por signos cutáneos. La presencia de estos capítulos se basa en la suposición de que el clínico ha sido capaz de identificar el proceso del paciente y sólo necesita estudiarlo en el libro de texto. En realidad, establecer diagnósticos diferenciales concisos e identificar estos procesos resulta realmente difícil para los que no son especialistas en dermatología porque no tienen experiencia en el reconocimiento de las lesiones cutáneas o de sus diversas presentaciones. Por tanto, los autores de este capítulo han decidido no tratar este tema de medicina cutánea ocupándose de cada proceso por separado, sino describiendo y comentando los diversos signos y síntomas de presentación clínica que indican la presencia de estos trastornos. Se realizarán diagnósticos diferenciales concisos en los que se comentarán brevemente las enfermedades más significativas y se distinguirán de los procesos más frecuentes sin relación con enfermedades internas. Estos últimos procesos se revisan en forma de cuadros y siempre es necesario excluirlos cuando se consideran los primeros. Para encontrar una descripción detallada de cada una de las enfermedades, el lector debe consultar un libro de dermatología. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 2 LESIONES CUTÁNEAS PAPULOESCAMOSAS (cuadro 48-1). Cuando una erupción se caracteriza por lesiones elevadas, pápulas (<1 cm) o placas (>1 cm), con descamación, se denomina papuloescamosa. Las enfermedades papuloescamosas más frecuentes (psoriasis, tiña, pitiriasis rosada y liquen plano) son procesos cutáneos primarios (cap. 47). Cuando las lesiones psoriásicas se acompañan de artritis, debe considerarse la posibilidad de artritis psoriásica o enfermedad de Reiter. Unos antecedentes de úlceras bucales, conjuntivitis, uveítis o uretritis sugiere este último diagnóstico. En la psoriasis guttata o goteada hay un brote agudo de lesiones pequeñas, uniformes, ampliamente distribuidas, a menudo en relación con una infección estreptocócica. También se sabe que el litio, los bloqueadores beta, la infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y una disminución rápida de glucocorticoides sistémicos exacerban la psoriasis. Siempre que se haga el diagnóstico de pitiriasis rosada o de liquen plano, es importante revisar la medicación del paciente, porque la erupción puede tratarse simplemente interrumpiendo la administración de alguna sustancia nociva. Las erupciones por fármacos similares a la pitiriasis rosada se observan con mayor frecuencia con bloqueadores beta, inhibidores de la enzima convertidora de angiontensina (angiotensinconverting enzyme, ACE), oro y metronidazol, mientras que los fármacos que pueden producir una erupción liquenoide son el oro, los antipalúdicos, las tiazidas, la quinidina, las fenotiazinas, las sulfonilureas, los bloqueadores beta y los inhibidores de la ACE. También se observan lesiones similares al liquen plano en la enfermedad de injerto contra huésped crónica. En sus primeros estadios, el linfoma cutáneo de células T (cutaneous T cell lymphoma, CTCL) puede confundirse con eccema o psoriasis, pero no suele responder al tratamiento apropiado para estas enfermedades inflamatorias. CTCL puede surgir en las lesiones de la parapsoriasis, que HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 3 incluyen grandes placas, y su presencia la sugiere el incremento del espesor de las mismas. El diagnóstico de CTCL se realiza mediante biopsia cutánea, en la que se observan cúmulos de linfocitos T atípicos en la dermis y epidermis. A medida que progresa la enfermedad, pueden aparecer tumores cutáneos y afectación de los ganglios linfáticos. En la sífilis secundaria hay pápulas rojo-marrones diseminadas con descamación fina. La erupción suele afectar a palmas y plantas y puede semejar una pitiriasis rosada. Para el diagnóstico son útiles los hallazgos acompañantes, como placas anulares en la cara, alopecia no cicatricial, condilomas planos (de base ancha y húmedos) y placas mucosas, así como adenopatías, malestar, fiebre, cefalea y mialgia. El intervalo entre el chancro primario y el estadio secundario normalmente es de cuatro a ocho semanas y puede producirse la resolución espontánea sin tratamiento. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 4 ERITRODERMIA (cuadro 48-2). Se utiliza la denominación de eritrodermia cuando la mayor parte de la superficie cutánea es eritematosa (de color rojo). Puede haber también descamación, erosiones o pústulas, así como pérdida de pelos y uñas. Entre las posibles manifestaciones sistémicas se encuentra fiebre, escalofríos, hipotermia, linfadenopatía reactiva, edema periférico, hipoalbuminemia e insuficiencia cardiaca con gasto elevado. Las principales causas de la eritrodermia son: 1) enfermedades cutáneas como la psoriasis y la dermatitis (cuadro 48-3); 2) fármacos, 3) enfermedades sistémicas, sobre todo CTCL, y 4) idiopáticas. En los tres primeros grupos, la localización y descripción de las lesiones iniciales, antes de la aparición de la eritrodermia, ayudan al diagnóstico. Por ejemplo, una historia de placas descamativas eritematosas en codos y rodillas apuntaría a una psoriasis. También es importante explorar cuidadosamente la piel buscando una migración del eritema y alteraciones secundarias asociadas como pústulas o erosiones. Las oleadas migratorias de eritema salpicadas de pústulas superficiales se observan en la psoriasis pustulosa. PAG. 297 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios La eritrodermia por medicamentos (dermatitis exfoliativa) puede comenzar como una erupción morbiliforme (cap. 50) o aparecer como un eritema difuso. La erupción suele acompañarse de fiebre y eosinofilia periférica, y ocasionalmente se observa una nefritis intersticial alérgica asociada. Hay diversos fármacos que pueden producir eritrodermia, como penicilinas, sulfamidas, carbamazepina, fenitoína, oro, alopurinol y captopril. Mientras que las reacciones a los anticonvulsivos pueden dar lugar a un síndrome pseudolinfoma (con adenopatía, hepatitis y linfocitos atípicos circulantes), las reacciones al alopurinol pueden acompañarse de hepatitis, hemorragia digestiva y nefropatía. La enfermedad maligna que con más frecuencia se asocia con eritrodermia es el CTCL, en algunas series, hasta el 25% de los casos de eritrodermia se debían a un CTCL. El paciente puede evolucionar a partir de placas aisladas y tumores, pero casi siempre la eritrodermia está presente durante todo el curso de la enfermedad (síndrome de Sézary). En el síndrome de Sézary hay linfocitos T atípicos circulantes, prurito y adenopatías. En casos de eritrodermia sin causa aparente (idiopática) es obligado un seguimiento para controlar el posible desarrollo de un CTCL. También se han registrado informes aislados de casos de eritrodermia secundaria a algunos tumores sólidos: pulmón, hígado, próstata, tiroides y colon, pero normalmente en estadios avanzados. 5 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 6 ALOPECIA (cuadro 48-4). Las dos formas principales de alopecia son cicatricial y no cicatricial. En la alopecia cicatricial hay fibrosis, inflamación y pérdida de folículos pilosos. Clínicamente se suele observar un cuero cabelludo liso, con disminución del número de orificios foliculares, aunque en algunos casos las alteraciones sólo se observan en muestras de biopsia de las zonas afectadas. En la alopecia no cicatricial, los tallos del pelo se han perdido, pero los folículos pilosos permanecen, lo que explica la reversibilidad de este tipo de alopecia. Las causas más comunes de alopecia no cicatricial son el efluvio telógeno, la alopecia androgénica, la alopecia areata, la tiña del cuero cabelludo y la alopecia traumática (cuadro 48-5). En las mujeres con alopecia androgénica se puede encontrar una elevación de las concentraciones de andrógenos circulantes como consecuencia de una disfunción ovárica o suprarrenal. Cuando hay signos de virilización, como voz grave o aumento de tamaño del clítoris, debe valorarse la posibilidad de un tumor ovárico o suprarrenal. PAG. 298 La exposición a diversos fármacos también puede ocasionar una pérdida difusa del pelo, habitualmente por un efluvio telógeno. Una excepción es el efluvio anágeno que se observa con los agentes antimitóticos, como la daunorrubicina. La alopecia es un efecto secundario de los siguientes medicamentos: warfarina, heparina, propiltiouracilo, carbimazol, vitamina A, isotretinoína, etretinato, litio, bloqueadores beta, colchicina y anfetaminas. Afortunadamente, lo normal es la repoblación espontánea después de interrumpir la medicación causante. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 7 Menos a menudo, la alopecia no cicatricial está relacionada con el lupus eritematoso y con la sífilis secundaria. En el lupus sistémico hay dos formas de alopecia: una es cicatricial, secundaria a lesiones discoides (véase más adelante en este capítulo) y la otra es no cicatricial. Esta última puede ser difusa y afectar a todo el cuero cabelludo, o localizarse en la zona frontal del mismo en forma de pelos cortos (“pelos lúpicos”). En el estadio secundario de la sífilis se observan manchas diseminadas y mal delimitadas de alopecia, con un aspecto “carcomido”. La pérdida difusa del pelo también está relacionada con hipotiroidismo e hipertiroidismo (cuadro 48-4). La alopecia cicatricial casi siempre es consecuencia de un trastorno cutáneo primario como el liquen plano, la foliculitis decalvante, el lupus cutáneo o la esclerodermia lineal (morfea), más que un signo de enfermedad sistémica. Aunque pueden verse las lesiones cicatriciales del lupus discoide en pacientes con lupus sistémico, en la mayoría de los casos el proceso de la enfermedad está limitado a la piel. Son causas menos frecuentes de alopecia cicatricial la sarcoidosis (véase “Lesiones cutáneas papulonodulares” más adelante en este capítulo) y las metástasis cutáneas. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios En las primeras fases del lupus discoide, el liquen plano y la foliculitis decalvante hay zonas delimitadas de alopecia. La fibrosis y la consiguiente pérdida de folículos se observan sobre todo en el centro de cada lesión, mientras que el proceso inflamatorio es más llamativo en la periferia. Las zonas de inflamación activa en el lupus discoide son eritematosas con descamación, mientras que las zonas de inflamación previa a menudo están hipopigmentadas y con un borde de hiperpigmentación. En el liquen plano, las pápulas perifoliculares periféricas son de color violáceo. La exploración completa de la piel y la mucosa bucal, combinada con una biopsia y un estudio microscópico de inmunofluorescencia directa, ayudará a distinguir estas dos entidades. Las lesiones periféricas activas en la foliculitis decalvante son pústulas perifoliculares; estos pacientes pueden experimentar una artritis reactiva. LESIONES CUTÁNEAS FIGURADAS (cuadro 48-6). En las erupciones figuradas, las lesiones forman anillos y arcos que habitualmente son eritematosos, aunque también pueden ser del color de la piel normal o marrones. Casi siempre se deben a enfermedades cutáneas primarias como tiña, urticaria, eritema anular centrífugo y granuloma anular (caps. 47 y 49). En un segundo grupo, menos frecuente, de eritemas anulares migratorios se encuentra una enfermedad sistémica subyacente. Este grupo está constituido por eritema gyratum repens, eritema migratorio, eritema marginado y eritema migratorio necrolítico. 8 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 9 En el eritema gyratum repens se observan centenares de arcos y ondas concéntricos móviles que recuerdan el dibujo de la madera. En los pacientes con esta erupción es obligado buscar un tumor maligno. El eritema migratorio es la manifestación cutánea de la enfermedad de Lyme, producida por la espiroqueta Borrelia burgdorferi. En la fase inicial (tres a 30 días después de la picadura de la garrapata), se suele observar una lesión anular única, que puede crecer hasta alcanzar > 10 cm de diámetro. En unos días, aproximadamente la mitad de los pacientes presentan múltiples lesiones eritematosas más pequeñas en sitios alejados de la picadura. Puede haber fiebre, cefalea, mialgia, fotofobia, artralgias y erupción malar. El eritema marginado se observa en los pacientes con fiebre reumática, especialmente en el tronco. Las lesiones son de color rojo-rosado, planas o ligeramente elevadas, y transitorias. Hay otras enfermedades cutáneas que se presentan como erupciones anulares, pero carecen de un componente migratorio evidente. Entre ellas están el CTCL, el lupus cutáneo anular, también conocido como lupus subagudo, la sífilis secundaria y la sarcoidosis (véase “Lesiones cutáneas papulonodulares” más adelante en este capítulo). ACNE (cuadro 48-7) Además de la acné vulgar y la acné rosácea, que constituyen las dos principales formas de la enfermedad (cap. 47), se conocen fármacos y enfermedades sistémicas que pueden originar erupciones acneiformes (cuadro 48-7). Los pacientes con síndrome carcinoide tienen episodios de enrojecimiento de la cabeza, el cuello y, a veces, el tronco. Los cambios cutáneos resultantes de la cara, en especial las telangiectasias, recuerdan el aspecto clínico del acné rosáceo. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 10 LESIONES PUSTULOSAS. Las erupciones acneiformes (véase “Acné” antes) y la foliculitis representan las dermatosis pustulosas más frecuentes. Una consideración importante en la evaluación de las pústulas perifoliculares es la determinación del patógeno asociado, por ejemplo, flora normal, S. aureus, Pityrosporum. Entre las formas no infecciosas de la foliculitis se encuentran la foliculitis eosinófila vinculada con VIH y la foliculitis secundaria a fármacos tales como los glucocorticoides y el litio. Entre las formas no infecciosas de foliculitis se cuenta la foliculitis eosinófila, y la secundaria a fármacos como los glucocorticoides y el litio. La administración de dosis altas de glucocorticoides orales puede dar lugar a una erupción generalizada de pústulas perifoliculares en tronco, caracterizada por lesiones en la misma fase de desarrollo. Con respecto a las enfermedades sistémicas subyacentes, las pústulas son un componente característico de la psoriasis pustulosa y se pueden observar en los émbolos sépticos de origen bacteriano o fúngico (véase “Púrpura”, más adelante en este capítulo). TELANGIECTASIAS (cuadro 48-8). Para distinguir los distintos tipos de telangiectasias es importante examinar la forma y configuración de los vasos sanguíneos dilatados. Las telangiectasias lineales se observan en la cara de los pacientes con lesiones actínicas de la piel y acné rosáceo, y en las piernas de los pacientes con hipertensión venosa y telangiectasia esencial. Los pacientes con una forma rara de mastocitosis (telangiectasia macular eruptiva perstans) y síndrome carcinoide (véase “Acné” antes en este capítulo) también presentan telangiectasias lineales. Por último, se encuentran telangiectasias lineales en zonas de inflamación cutánea. Por ejemplo, las lesiones del lupus discoide a menudo presentan telangiectasias en su interior. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 11 El término poiquilodermia se utiliza para describir una zona de piel con: 1) hipo o hiperpigmentación reticulada, 2) arrugas secundarias a atrofia epidérmica, y 3) telangiectasias. El término poiquilodermia no incluye una sola entidad patológica: a pesar de que ha disminuido su frecuencia, se le identifica en la piel lesionada por radiación ionizante, y en sujetos con enfermedades autoinmunitarias del tejido conjuntivo, en particular la dermatomiositis (DM). En la esclerodermia, los vasos sanguíneos dilatados poseen una configuración peculiar y se conocen como telangiectasias retiformes. Las lesiones son máculas grandes que habitualmente miden de 2 a 7 mm de diámetro. En ocasiones tienen mayor tamaño. Las telangiectasias retiformes son de forma poligonal u oval, y su color eritematoso puede ser uniforme o el resultado de pequeñas telangiectasias. Las localizaciones más frecuentes de las telangiectasias retiformes son cara, mucosa bucal y manos, localizaciones periféricas predispuestas a la isquemia intermitente. La variedad CREST (calcinosis cutis, fenómeno de Raynaud, dismotilidad esofágica, esclerodactilia [sclerodactylia] y telangiectasias) de la esclerodermia (cap. 303) tiene una evolución crónica y anticuerpos anticentrómero. Las telangiectasias retiformes son una pista importante para el diagnóstico del síndrome CREST, así como de la esclerodermia sistémica, ya que pueden ser la única alteración cutánea. PAG. 299 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 12 Las telangiectasias periungueales son signos patognomónicos de las tres enfermedades principales del tejido conjuntivo: lupus eritematoso, esclerodermia y dermatomiositis (DM). Se descubren fácilmente a simple vista y aparecen al menos en las dos terceras partes de estos pacientes. Tanto en la DM como en el lupus existe eritema asociado del pliegue ungueal, que en la DM se acompaña a menudo de cutículas “melladas” e hiperestesia en la punta de los dedos. Con una ampliación de 10 aumentos, los vasos sanguíneos de los pliegues ungueales de los pacientes con lupus se ven tortuosos y recuerdan a los “glomérulos”, mientras que en la esclerodermia y la dermatomiositis hay pérdida de asas capilares y las que persisten están marcadamente dilatadas. En la telangiectasia hemorrágica hereditaria (enfermedad de OslerRendu-Weber), las lesiones suelen aparecer en la edad adulta y se observan casi siempre en mucosas, cara y parte distal de extremidades, incluidos los lechos ungueales. Representan malformaciones arteriovenosas (AV) de la microvascularización dérmica, son de color rojo oscuro y normalmente algo elevadas. Cuando se estira la piel sobre una lesión, se observa un punto excéntrico con prolongaciones irradiadas. Aunque el grado de afectación sistémica varía en esta enfermedad autosómica dominante (debida a mutaciones del gen de la endoglina o del gen de la cinasa análoga al receptor de activina), los principales síntomas son epistaxis y hemorragias digestivas recurrentes. El hecho de que estas telangiectasias mucosas sean realmente malformaciones AV ayuda a explicar su tendencia a sangrar. HIPOPIGMENTACIÓN (cuadro 48-9). Los trastornos de hipopigmentación se clasifican en difusos o localizados. El ejemplo clásico de hipopigmentación difusa es el albinismo oculocutáneo (oculocutaneous albinism, OCA). Las formas más comunes se deben a mutaciones del gen de la tirosinasa (tipo I) o del gen P (tipo II); algunos pacientes con OCA HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 13 de tipo IA carecen totalmente de actividad enzimática. Al nacer, las diferentes formas de OCA tienen un aspecto similar: pelo blanco, ojos de color gris azulado y piel blanca rosada. Sin embargo, los pacientes sin actividad de la tirosinasa mantienen este fenotipo, mientras que los que tienen una actividad disminuida o mutaciones del gen P adquirirán alguna pigmentación de ojos, pelo y piel con la edad. El grado de formación de pigmento está en función de la raza del paciente, pero es fácil descubrir la dilución pigmentaria al compararlo con sus parientes en primer grado. Los hallazgos oculares en el OCA están en relación con el grado de hipopigmentación y consisten en disminución de la agudeza visual, nistagmo, fotofobia y visión monocular. El diagnóstico diferencial de las hipomelanosis localizadas comprende los siguientes procesos cutáneos primarios: hipomelanosis guttata (goteada) idiopática, hipopigmentación postinflamatoria, pitirisiasis versicolor, vitíligo, leucodermia química, nevo despigmentado (véase más adelante en este capítulo) y piebaldismo (cuadro 48-9). En este grupo de enfermedades, la afectación consiste en máculas o placas con disminución o ausencia de pigmentación, y en los primeros cuatro procesos no hay alteraciones secundarias como descamación o costras. Los pacientes con vitíligo presentan una mayor incidencia de diversos trastornos autoinmunitarios, como hipotiroidismo, enfermedad de Graves, anemia perniciosa, enfermedad de Addison, uveítis, alopecia areata, candidiasis mucocutánea crónica y los síndromes autoinmunitarios poliglandulares (tipos I y II). Las enfermedades tiroideas son las alteraciones más frecuentes, presentes hasta en un 30% de los pacientes con vitíligo. A menudo, se encuentran autoanticuerpos circulantes, sobre todo anticuerpos antitiroglobulina, antimicrosomales y anticélulas parietales. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 14 Existen tres enfermedades sistémicas que hay que tener en cuenta ante un paciente con alteraciones cutáneas sugestivas de vitíligo: síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada, esclerodermia y leucodermia relacionada con melanoma. Una historia de meningitis aséptica, uveítis no traumática, acúfenos, pérdida de audición y disacusia apunta al diagnóstico de síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada. En estos pacientes, la cara y el cuero cabelludo son las localizaciones más frecuentes de pérdida de pigmentación. La leucodermia similar al vitíligo que se observa en los pacientes con esclerodermia tiene un aspecto clínico semejante al vitíligo idiopático que ha comenzado a repigmentarse como resultado del tratamiento; es decir, hay máculas perifoliculares de pigmentación normal dentro de las zonas despigmentadas. La base de esta leucodermia se desconoce; no hay signos de inflamación en las zonas afectadas, pero puede resolverse si se inactiva la enfermedad del tejido conjuntivo subyacente. A diferencia del vitíligo idiopático, la leucodermia relacionada con melanoma suele comenzar en el tronco y su aparición debe promover la búsqueda de metástasis. Existe la posibilidad de que la destrucción de los melanocitos normales sea la consecuencia de una respuesta inmunitaria contra los melanocitos malignos. PAG. 300 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 15 Existen dos procesos sistémicos que pueden presentar los hallazgos cutáneos del piebaldismo (cuadro 48-10). Se trata de la enfermedad de Hirschsprung y del síndrome de Waardenburg. Una posible explicación para ambos trastornos es la migración o la supervivencia embrionaria anormales de dos elementos derivados de la cresta neural, los melanocitos y las otras células ganglionares mientéricas (enfermedad de Hirschsprung) o las células del nervio auditivo (síndrome de Waardenburg). Este último síndrome se caracteriza por hipoacusia neurosensitiva congénita, distopia de los cantos (desplazamiento lateral de los cantos internos con distancia interpupilar normal), iris heterocrómicos y raíz nasal ancha, además del piebaldismo. En los pacientes con síndrome de Waardenburg se han demostrado mutaciones en dos genes que codifican proteínas de unión al DNA, PAX-3 y MITF, mientras que algunos pacientes con enfermedad de Hirschsprung y punteado blanco presentan una mutación en uno de los tres genes siguientes: endotelina 3, receptor B de endotelina, y SOX-10. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 16 En la esclerosis tuberosa, el primer signo cutáneo es la mancha en hoja de fresno. A menudo, estas lesiones están presentes en el nacimiento, y suelen ser múltiples. Sin embargo, para detectarlas puede necesitarse un examen con lámpara de Wood, sobre todo en las personas de piel clara. El pigmento en su interior está disminuido, pero no ausente. El tamaño medio es de 1 a 3 cm y las formas más frecuentes son poligonal y lanceovalada. Se recomienda examinar al paciente en busca de signos cutáneos adicionales como adenoma sebáceo (angiofibromas múltiples de la cara), fibromas ungueales y gingivales, placas fibrosas en la frente y nevos del tejido conjuntivo (placas achagrinadas). Es importante recordar que una mancha en hoja de fresno en el cuero cabelludo producirá una poliosis, que consiste en una placa circunscrita de cabello blanco grisáceo. Entre las manifestaciones internas se encuentran convulsiones, retraso mental, hamartomas del sistema nervioso central (SNC) y retinianos, angiomiolipomas renales y rabdomiomas cardiacos. Estos últimos pueden detectarse hasta en un 60% de los niños (<18 años) con esclerosis tuberosa mediante ecocardiografía. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 17 El nevo depigmentoso es una hipomelanosis estable, bien delimitada, presente desde el nacimiento. Habitualmente se trata de una lesión única, circular o rectangular, aunque en ocasiones el nevo sigue un dermatoma o tiene forma de remolino. Es importante distinguir esta lesión de las manchas en forma de hoja de fresno, sobre todo cuando existen lesiones múltiples. En la hipomelanosis de Ito se encuentran remolinos y estrías hipopigmentadas paralelas entre sí, en una disposición que recuerda un bizcocho de mármol. Las lesiones pueden progresar o regresar con el tiempo y, en un tercio al menos de los pacientes, se encuentran anomalías asociadas del sistema musculoesquelético (asimetría), del SNC (convulsiones y retraso mental) y de los ojos (estrabismo e hipertelorismo). En estos pacientes se ha detectado mosaicismo cromosómico, lo que apoya la hipótesis de que el patrón es consecuencia de la migración de dos clones de melanocitos primordiales, cada uno de ellos con un potencial pigmentario diferente. PAG. 301 Con frecuencia se observan zonas localizadas de hipopigmentación como consecuencia de inflamación cutánea (cuadro 48-10) y también se han observado en la piel sobre lesiones activas de sarcoidosis (véase “Lesiones cutáneas papulonodulares”, más adelante en este capítulo), así como en el CTCL. Las infecciones cutáneas también se presentan como alteraciones de hipopigmentación, y en la lepra tuberculoide hay algunas manchas asimétricas de hipomelanosis con anestesia, anhidrosis y alopecia. En las biopsias del borde palpable se encuentran granulomas dérmicos sin Mycobacterium leprae. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 18 HIPERPIGMENTACIÓN (cuadro 48-11). Los trastornos de hiperpigmentación también se dividen en dos grupos: localizados y difusos. Las formas localizadas se deben a alteración epidérmica, proliferación de melanocitos o aumento de la producción de pigmento. Pertenecen a este primer grupo las queratosis seborreicas y la acantosis nigricans. Las queratosis seborreicas son lesiones frecuentes, pero hay un contexto clínico en el que son signos de enfermedad sistémica, y es la aparición súbita de lesiones múltiples, a menudo con una base inflamatoria y acompañadas de acrocordones (fibromas péndulos) y acantosis nigricans. Esto se denomina signo de Leser-Trélat y es indicio de un tumor maligno interno. La acantosis nigricans también puede ser reflejo de un tumor maligno interno, casi siempre del aparato digestivo, y aparece como una hiperpigmentación aterciopelada, fundamentalmente en las flexuras. En la mayoría de los pacientes, la acantosis nigricans se acompaña de obesidad, lo que pudiera ser reflejo de una endocrinopatía como la acromegalia, el síndrome de Cushing, el síndrome de Stein-Leventhal o la diabetes mellitus resistente a la insulina (tipo A, tipo B y formas lipoatróficas). PAG. 302 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 19 La proliferación de melanocitos da lugar a las siguientes lesiones pigmentadas: lentigo, nevo melanocítico (nevocelular) y melanoma (cap. 73). En el adulto, la mayor parte de los lentigos están relacionados con la exposición solar, lo que explica su distribución. Sin embargo, en el síndrome de Peutz-Jeghers y en el síndrome LEOPARD [lentigos; anomalías ECG, sobre todo defectos de conducción; hipertelorismo ocular; estenosis pulmonar y estenosis valvular subaórtica; anomalías de los genitales (criptorquidia, hipospadias); retraso del crecimiento; y sordera (deafness) (neurosensitivo)], los lentigos son signos de enfermedad sistémica. En el síndrome de LEOPARD, aparecen centenares de lentigos durante la infancia, distribuidos por toda la superficie corporal. Los lentigos en los pacientes con síndrome de Peutz-Jeghers se localizan principalmente alrededor de la boca y la nariz, en las manos y los pies, y dentro de la cavidad bucal. Aunque las máculas pigmentadas de la cara pueden borrarse con el tiempo, las lesiones bucales persisten. No obstante, también se observan lesiones intrabucales similares en la enfermedad de Addison y como hallazgo normal en las personas de piel muy oscura. Los pacientes con este síndrome autosómico dominante (debido a mutaciones en un nuevo gen de serina treonina cinasa) tienen múltiples pólipos benignos en el aparato digestivo, tumores testiculares y aumento del riesgo de padecer un tumor maligno del aparato digestivo (fundamentalmente del colon), la mama, y cánceres ginecológicos. También se han observado lentigos en asociación con mixomas cardiacos, y se han descrito en dos síndromes cuyos hallazgos se superponen: el síndrome LAMB (lentigos, mixomas auriculares, mixomas mucocutáneos y nevos azules (blue nevi)] y el síndrome NAME [nevo, mixoma auricular, neurofibroma mixoide y efélides (pecas)]. Estos pacientes también pueden presentar signos de hiperactividad endocrina en forma de síndrome de Cushing, acromegalia o precocidad sexual (complejo Carney). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 20 El tercer tipo de hiperpigmentación localizada se debe a un aumento local de la producción de pigmento, como ocurre en las efélides y las manchas café con leche (café au lait macules, CALM). Estas últimas están relacionadas sobre todo con dos procesos: neurofibromatosis (NF) y síndrome de McCune-Albright. Las CALM son planas, de color ocre uniforme y de tamaño que puede oscilar entre 0.5 y 12 cm. Alrededor del 80% de los pacientes adultos con NF de tipo I presentarán seis o más CALM de diámetro igual o superior a 1.5 cm. En la sección sobre neurofibromas se comentan otras alteraciones (véase “Lesiones cutáneas papulonodulares”, más adelante en este capítulo). En comparación con la NF, las CALM de los pacientes con enfermedad de McCune-Albright [displasia fibrosa poliostótica con pubertad precoz en mujeres, debida a mosaicismo para una mutación activadora en el gen de una proteína G (Gsα)] suelen ser mayores, de contornos más irregulares y tienden a respetar la línea media. Las CALM también se han relacionado con estenosis pulmonar (síndrome de Watson), esclerosis tuberosa, síndrome LEOPARD y neoplasia endocrina múltiple (multiple endocrine neoplasia, MEN), aunque también pueden encontrarse algunas de estas lesiones en personas normales. En la incontinencia pigmentaria, la disqueratosis congénita y la pigmentación por bleomicina, las zonas de hiperpigmentación localizada tienen un patrón arremolinado en la primera, reticulado en la segunda y flagelado en la tercera. En la disqueratosis congénita se observa hiperpigmentación reticular atrófica en el cuello, los muslos y el tronco, acompañada de distrofia ungueal, pancitopenia y leucoplasia de las mucosas bucal y anal. Esta última se transforma con frecuencia en un carcinoma epidermoide. Además de la pigmentación flagelada (estrías lineales) en el tronco, los pacientes tratados con bleomicina presentan a menudo hiperpigmentación en los codos, las rodillas y las articulaciones pequeñas de las manos. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 21 La hiperpigmentación localizada se observa como efecto secundario de algunas otras medicaciones sistémicas, como las que producen exantemas fijos medicamentosos (fenolftaleína, antiinflamatorios no esteroideos [nonsteroidal anti-inflammatory drugs, NSAID], sulfamidas y barbitúricos) y aquellas que pueden formar complejos con la melanina (antipalúdicos). Los exantemas fijos por fármacos recidivan en la misma localización como zonas circulares de eritema que pueden transformarse en ampollas y curar posteriormente dejando máculas de color marrón. La erupción suele aparecer a las pocas horas de la administración del agente causal y se localiza habitualmente en los genitales, las extremidades y la región peribucal. La cloroquina y la hidroxicloroquina producen una coloración gris-marrón o azul-negra de las regiones pretibiales, paladar duro y cara, mientras que la administración prolongada de minociclina origina máculas azuladas en extremidades inferiores y zonas de inflamación. Los estrógenos de los anticonceptivos orales pueden producir cloasma (manchas marrones simétricas en la cara, especialmente en las mejillas, el labio superior, el mentón y la frente). Se observan alteraciones similares en el embarazo, en los pacientes que reciben hidantoína y en la forma adulta de la enfermedad de Gaucher. En esta última existe también hiperpigmentación de la parte distal de las extremidades inferiores. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 22 En las formas difusas de hiperpigmentación, el oscurecimiento de la piel puede ser de igual intensidad en todo el cuerpo o acentuarse en las zonas expuestas al sol. Las causas de hiperpigmentación difusa se pueden dividir en cuatro grupos: endocrina, metabólica, autoinmunitaria y por fármacos. Las endocrinopatías que suelen producir hiperpigmentación son: la enfermedad de Addison, el síndrome de Nelson y el síndrome de la hormona adrenocorticotrópica (adrenocorticotropic hormone, ACTH) ectópica. En estas enfermedades, el aumento de pigmentación es difuso, pero se acentúa en los pliegues palmares, las zonas de roce, las cicatrices y la mucosa bucal. La excesiva producción de las hormonas hipofisarias, hormona estimulante de los melanocitos alfa (melanocytestimulating hormone-alpha, α-MSH) y ACTH, puede conducir a un aumento de la actividad de los melanocitos. Estos péptidos son productos del gen de la proopiomelanocortina y, por tanto, muestran homologías; por ejemplo, la α-MSH y la ACTH comparten 13 aminoácidos. Una minoría de los pacientes con enfermedad de Cushing o hipertiroidismo presentan hiperpigmentación generalizada. PAG. 303 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 23 Las causas metabólicas de hiperpigmentación son: la porfiria cutánea tardía (PCT), la hemocromatosis, el déficit de vitamina B12, el déficit de ácido fólico, la pelagra, la malabsorción y la enfermedad de Whipple. En los pacientes con PCT (véase “Vesículas/ampollas” más adelante), el oscurecimiento de la piel se observa en las zonas expuestas al sol y es un reflejo de las propiedades fotorreactivas de las porfirinas. El aumento de la concentración de hierro en la piel de los pacientes con hemocromatosis estimula la producción del pigmento melanina y produce el clásico color bronceado. Los pacientes con pelagra muestran una coloración marrón de la piel, sobre todo en las zonas expuestas al sol, como consecuencia del déficit de ácido nicotínico (niacina). En las zonas con aumento de pigmentación se produce una descamación fina, parecida al esmalte. Estas alteraciones se observan también en los pacientes con déficit de vitamina B6, tumores carcinoides funcionantes (aumento del consumo de niacina) que toman isoniazida. Aproximadamente un 50% de los pacientes con la enfermedad de Whipple presentan una hiperpigmentación generalizada junto con diarrea, pérdida de peso, artritis y adenopatías. En los pacientes con melanosis secundaria a melanoma metastásico se observa una coloración azul pizarrosa. Se discute si este color se debe a las metástasis de células aisladas en la dermis o a un depósito generalizado de melanina como consecuencia de la gran concentración de precursores de melanina en la circulación, aunque parece haber más datos en favor de esta segunda hipótesis. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 24 De las enfermedades autoinmunitarias que producen hiperpigmentación difusa, las más frecuentes son la cirrosis biliar y la esclerodermia que, ocasionalmente, se pueden observar en el mismo paciente. La piel es de color marrón oscuro, sobre todo en las zonas expuestas al sol. En la cirrosis biliar, la hiperpigmentación se acompaña de prurito, ictericia y xantomas, mientras que en la esclerodermia se acompaña de esclerosis de las extremidades, cara y, con menos frecuencia, tronco. Otros datos para el diagnóstico de esclerodermia son la presencia de telangiectasias, calcinosis cutánea, fenómeno de Raynaud y úlceras distales (véase “Telangiectasias” antes en este capítulo). El diagnóstico diferencial de la esclerosis cutánea con hiperpigmentación debe hacerse con el síndrome POEMS (polineuropatía; organomegalia (hígado, bazo, ganglios linfáticos), endocrinopatías (impotencia, ginecomastia), proteína M, y alteraciones cutáneas (skin changes)]. Las alteraciones de la piel consisten en hiperpigmentación, engrosamiento cutáneo, hipertricosis y angiomas. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 25 La hiperpigmentación difusa debida a fármacos o metales puede ser consecuencia de alguno de los siguientes mecanismos: inducción de la formación de pigmento de melanina, formación de complejos del fármaco o sus metabolitos con la melanina, y depósitos del fármaco en la dermis. El busulfano, la ciclofosfamida, la ACTH en dosis altas durante largo tiempo y el arsénico inorgánico estimulan la producción de pigmento. En pacientes tratados con clorpromazina o minociclina se observan complejos de melanina o hemosiderina con el fármaco o sus metabolitos. La piel expuesta al sol, así como la conjuntiva de los pacientes tratados con dosis altas de clorpromazina durante largo tiempo pueden tomar un color azul grisáceo. Los pacientes que toman con minociclina pueden presentar un tono azul grisáceo difuso, de aspecto sucio, en las zonas expuestas al sol, además de pigmentación de mucosas, dientes, uñas, huesos y tiroides. La administración de amiodarona puede producir tanto una erupción fototóxica (quemadura solar excesiva) como una coloración marrón o azul grisácea en la piel expuesta al sol. Las biopsias de esta última muestran gránulos de color marrón amarillento en los macrófagos dérmicos, que representan acumulaciones intralisosómicas de lípidos, amiodarona y sus metabolitos. Se encuentran depósitos cutáneos reales de fármacos o metales en el caso de la plata (argiria), en que la piel toma un color azul grisáceo; del oro (crisiasis), en que la piel adquiere un tono entre marrón y azul grisáceo; y de la clofazimina, donde la piel aparece de color rojizo marrón. La hiperpigmentación se acentúa en las zonas expuestas al sol, y se observan alteraciones del color de los ojos con el oro (esclerótica) y la clofazimina (conjuntiva). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 26 VESÍCULAS/AMPOLLAS (cuadro 48-12). Según su tamaño, las ampollas cutáneas se denominan vesículas (<0.5 cm) o ampollas propiamente dichas (>0.5 cm). Los procesos ampollosos primarios son pénfigo vulgar, pénfigo foliáceo, pénfigo eritematoso, pénfigo paraneoplásico, penfigoide ampolloso, penfigoide gestacional, penfigoide cicatricial, epidermólisis ampollosa adquirida, enfermedad lineal por IgA y dermatitis herpetiforme (cap. 49). También se observan vesículas y ampollas en la dermatitis de contacto, tanto en las formas alérgicas como irritativas (cap. 47). Cuando las lesiones vesiculosas tienen una disposición lineal, debe sospecharse una causa exógena. Las enfermedades ampollosas secundarias a la ingestión de fármacos pueden adoptar varias formas: erupciones fototóxicas, ampollas aisladas, necrólisis epidérmica tóxica y eritema multiforme (cap. 50). Clínicamente, las erupciones fototóxicas se parecen a una quemadura solar excesiva, con eritema difuso y ampollas en las zonas expuestas al sol. Los medicamentos relacionados más a menudo con este proceso son las tiazidas, la doxiciclina, las sulfamidas, las fenotiazinas, los antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) y los psoralenos. El desarrollo de una erupción fototóxica depende tanto de la dosis del fármaco como de la radiación ultravioleta (UV) tipo A. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 27 La necrólisis epidérmica tóxica (toxic epidermal necrolysis, TEN) se caracteriza por ampollas que aparecen sobre extensas zonas de eritema y que finalmente se rompen, lo que da lugar a extensas áreas de piel denudada. La morbilidad acompañante, por ejemplo sepsis, y la mortalidad son relativamente altas y están en función de la extensión de la necrosis epidérmica. Además, estos pacientes pueden mostrar también afectación de mucosas y del aparato digestivo. Los fármacos son la principal causa de TEN, y los más frecuentes son la fenitoína, los barbitúricos, las sulfamidas, las penicilinas y los NSAID. La enfermedad aguda grave de injerto contra huésped (grado 4) también puede parecerse una necrólisis epidérmica tóxica. En el eritema multiforme (EM), las lesiones primarias son máculas de color rojo-rosado y pápulas edematosas, en cuyo centro pueden aparecer vesículas. Los signos que permiten diagnosticar un EM en lugar de un exantema morbiliforme por fármacos son la aparición de un color violáceo oscuro o de petequias en el centro de las lesiones. También son características del EM las lesiones en diana o en iris a consecuencia de la presencia de centros y bordes activos combinados con una diseminación centrífuga. Sin embargo, no es necesario que haya lesiones en el iris para hacer el diagnóstico de eritema multiforme. El eritema multiforme se ha subdividido en dos grandes grupos: 1) el vinculado con el virus del herpes simple (herpes simplex virus, HSV) y 2) la forma mayor causada por medicamentos o por Mycoplasma pneumoniae. Surge con mayor frecuencia en esta última forma el ataque de las mucosas (de la boca, vías nasales, de ojo y genitales). Entre las características de EM mayor están las costras hemorrágicas de los labios, y también en el pénfigo por herpes simple, el vulgar y el paraneoplásico. Antes de la erupción o de manera simultánea pueden surgir fiebre, malestar general, mialgias, faringitis y tos. Las lesiones de EM muestran resolución en HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 28 término de tres a seis semanas, pero pueden reaparecer, en particular cuando son causadas por el virus de herpes simple. PAG. 304 La inducción de EM mayor muy a menudo proviene de fármacos, en particular sulfonamidas, fenilhidantoína, barbitúricos, penicilinas y carbamazepinas. Además del virus de herpes simple (situación en la cual las lesiones surgen siete a 12 días después de la erupción vírica), EM puede aparecer después de vacunaciones, radioterapia y exposición a toxinas ambientales. Además de los procesos ampollosos primarios y de las reacciones de hipersensibilidad, las infecciones bacterianas y víricas pueden ocasionar vesículas y ampollas. Los agentes infecciosos más frecuentes son el herpes simple (cap. 163), el varicela-zoster (cap. 164) y los estafilococos (cap. 120). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 29 El síndrome estafilocócico de la piel escaldada (staphylococcal scalded-skin syndrome, SSSS) y el impétigo ampolloso son dos trastornos ampollosos relacionados con las infecciones estafilocócicas (grupo II de fago). En el SSSS, las alteraciones iniciales consisten en enrojecimiento e hiperestesia de la zona centrofacial, cuello, tronco y zonas intertriginosas. A continuación aparecen ampollas flácidas que se rompen rápidamente con desprendimiento y exfoliación de la epidermis superficial. Aparecen luego zonas costrosas, de forma característica alrededor de la boca. El SSSS se distingue de la TEN por las siguientes características: pacientes de menor edad, formación de las ampollas en una zona más superficial, ausencia de lesiones bucales, evolución más corta, menor morbilidad y mortalidad y relación con la toxina exfoliativa estafilocócica (“exfoliatina”), no con fármacos. Puede hacerse un diagnóstico diferencial rápido entre SSSS y TEN mediante un corte por congelación del techo de una ampolla o una citología exfoliativa de su contenido. En el SSSS, la infección estafilocócica suele ser extracutánea (conjuntivitis, rinorrea, otitis media, faringitis, amigdalitis) y las lesiones son estériles, mientras que en el impétigo ampolloso las lesiones son el foco infeccioso. El impétigo está más localizado que el SSSS y suele presentar costras del color de la miel. En ocasiones, se forman también ampollas purulentas superficiales. Las embolias cutáneas de infecciones por gramnegativos pueden presentarse como ampollas aisladas, pero la base de la lesión es purpúrica o necrótica, y puede evolucionar a una úlcera (véase “Púrpura”, más adelante en este capítulo). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 30 Hay varias enfermedades metabólicas relacionadas con la formación de ampollas, como la diabetes mellitus, la insuficiencia renal y la porfiria. La hipoxia local secundaria a la disminución del flujo sanguíneo cutáneo también puede producir ampollas, lo que explica su presencia en los puntos de presión en los pacientes comatosos (ampollas del coma). En la diabetes mellitus, aparecen ampollas tensas con líquido viscoso claro sobre una piel normal. Las lesiones pueden alcanzar un diámetro de 6 cm y se localizan en la parte distal de las extremidades. Existen varios tipos de porfiria, pero la forma más frecuente con alteraciones cutáneas es la porfiria cutánea tardía (PCT). En las zonas expuestas al sol (sobre todo la cara y las manos), la piel es muy frágil, y los traumatismos producen erosiones y vesículas tensas. Estas lesiones curan posteriormente con formación de cicatrices y quistes miliares; estas últimas lesiones son pápulas blancas o amarillas, firmes, de 1 a 2 mm, que representan quistes de inclusión epidermoides. Pueden encontrarse otras alteraciones como hipertricosis de la región malar lateral (varones) o de la cara (mujeres) y, en las zonas expuestas al sol, hiperpigmentación y placas escleróticas firmes. Una concentración elevada de uroporfirinas en orina, debida a la disminución de la actividad de la uroporfirinógeno descarboxilasa, confirma el diagnóstico. Entre las sustancias que precipitan las alteraciones se encuentran el alcohol, los estrógenos, el hierro, los hidrocarburos clorados, la infección por hepatitis C y los hepatomas. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 31 El diagnóstico diferencial de la PCT debe hacerse con: 1) la porfiria variegata; signos cutáneos de PCT más alteraciones sistémicas de porfiria aguda intermitente; la emisión fluorescente de porfirina plasmática a 626 nm es diagnóstica; 2) la fotosensibilidad ampollosa por fármacos (pseudoporfiria); los hallazgos clínicos e histológicos son similares a los de la PCT, pero las porfirinas son normales; causada por naproxén, furosemida, tetraciclina y ácido nalidíxico; 3) la dermatosis ampollosa de la hemodiálisis; el mismo aspecto que la PCT, pero con porfirinas habitualmente normales o a veces en el límite alto de la normalidad; los pacientes padecen insuficiencia renal crónica y están sometidos a hemodiálisis; 4) la PCT relacionada con los hepatomas, los carcinomas hepáticos y la hemodiálisis, y 5) la epidermólisis ampollosa adquirida (cap. 49). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 32 EXANTEMAS (cuadro 48-13). Los exantemas se caracterizan por una erupción generalizada aguda. Las dos presentaciones más frecuentes son máculas y pápulas eritematosas (morbiliforme) y eritema confluente que desaparece con la presión (escarlatiniforme). Las erupciones morbiliformes suelen deberse a fármacos o a infecciones víricas. Por ejemplo, hasta un 5% de los pacientes tratados con penicilina, sulfamidas, fenitoína u oro presentarán una erupción maculopapulosa. Entre los signos acompañantes puede haber prurito, fiebre, eosinofilia y adenopatías transitorias. Se observan lesiones maculopapulosas similares en los exantemas víricos clásicos de la infancia, como: 1) el sarampión: pródromo de coriza, tos y conjuntivitis, seguido por la aparición de manchas de Koplik en la mucosa bucal; la erupción comienza detrás de las orejas, en la línea de implantación del cabello y en la frente y se extiende hacia abajo por el cuerpo, a menudo haciéndose confluente; 2) la rubéola: comienza en la frente y cara, se extiende hacia abajo por el cuerpo, se cura siguiendo el mismo orden y se acompaña de adenopatías retroauriculares y suboccipitales; y 3) el eritema infeccioso (quinta enfermedad): eritema de las mejillas seguido de un eritema de patrón reticular en las extremidades; se debe a una infección por parvovirus B19, y en los adultos se observa una artritis concurrente. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 33 En los adultos jóvenes no vacunados se encuentra tanto sarampión como rubéola, mientras que en los adultos inmunizados con vacuna antisarampión de virus muertos o con vacuna de virus muertos seguida al cabo de un tiempo por vacuna de virus vivos, se observa una forma atípica de sarampión. A diferencia del sarampión clásico, la erupción del sarampión atípico comienza en palmas, plantas, muñecas y nudillos, y las lesiones pueden llegar a ser purpúricas. El paciente con sarampión atípico puede tener afectación pulmonar y bastante gravedad. También se encuentran erupciones rubeoliformes y roseoliformes en infecciones por virus de Epstein-Barr (5 a 15% de los pacientes), echo, coxsackie y adenovirus. La detección de anticuerpos IgM específicos o de elevaciones de cuatro veces en las concentraciones de anticuerpos IgG permiten el diagnóstico. En ocasiones, una erupción maculopapular medicamentosa es reflejo de una infección viral subyacente. Por ejemplo, aproximadamente el 95% de los pacientes con mononucleosis infecciosa que reciben ampicilina presentan una erupción. Conviene destacar que en las fases iniciales de la evolución de infecciones por Rickettsia y meningococo, antes de la aparición de la púrpura, las lesiones pueden ser máculas y pápulas eritematosas. Esto ocurre también en la varicela antes de la aparición de las vesículas. Hay erupciones maculopapulosas en la infección incipiente por VIH, sífilis secundaria precoz, fiebre tifoidea y enfermedad injerto contra huésped aguda. En esta última, las lesiones comienzan frecuentemente en palmas y plantas, mientras que la roséola de la fiebre tifoidea afecta principalmente a la cara anterior del tronco. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 34 El prototipo de erupción escarlatiniforme se observa en la escarlatina y se debe a una eritrotoxina producida en las infecciones por estreptococos hemolíticos beta del grupo A, casi siempre por faringitis. Esta erupción se caracteriza por eritema difuso, que comienza en el cuello y parte superior del tronco, con puntos rojos perifoliculares. Otros hallazgos son la lengua de color blanco en frambuesa (cubierta blanca con papilas rojas), seguida por una lengua de color rojo en frambuesa (lengua roja con papilas rojas), petequias palatinas, enrojecimiento facial con palidez peribucal, petequias lineales en las fosas antecubitales y descamación de la piel afectada, palmas y plantas cinco a 20 días después del comienzo de la erupción. Se observa una descamación similar de palmas y plantas en el síndrome del choque tóxico, la enfermedad de Kawasaki y después de enfermedades febriles graves. Ciertas cepas de estafilococos producen también una eritrotoxina que causa las mismas alteraciones clínicas que la escarlatina estreptocócica, excepto que no están elevados los títulos de antiestreptolisina O. PAG. 305 En el síndrome de choque tóxico (toxic shock syndrome, TSS), las infecciones estafilocócicas (grupo I de los fagos) producen una exotoxina (TSST-1) que causa la fiebre y la erupción, así como enterotoxinas. Inicialmente, la mayor parte de los casos se publicaron en mujeres que utilizaban tampones(toallas femeninas) durante la menstruación. Sin embargo, la infección de otros puntos, como heridas y vaginitis, puede producir también el síndrome. El diagnóstico de TSS se basa en criterios clínicos (cap. 120) y tres de ellos incluyen sitios mucocutáneos (eritema difuso de la piel, descamación de palmas y plantas una a dos semanas de haber comenzado la enfermedad, y ataque de mucosas). Esta última afectación se caracteriza por hiperemia de la vagina, la bucofaringe y HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 35 las conjuntivas. Se han descrito hallazgos sistémicos semejantes en el síndrome estreptocócico similar al choque tóxico (cap. 121) y, aunque el exantema se observa menos a menudo que en el TSS debido a infección estafilocócica, la infección subyacente se localiza a menudo en los tejidos blandos. Aunque la erupción cutánea de la enfermedad de Kawasaki (síndrome mucocutáneo linfoadenopático) (cap. 121) es polimorfa, las dos formas más frecuentes son morbiliforme y escarlatiniforme. Otros signos mucocutáneos comprenden hiperemia conjuntival bilateral; eritema y edema de manos y pies, seguida de descamación y eritema difuso de bucofaringe, lengua “en fresa” y erosiones y costras en los labios. El cuadro clínico se asemeja al de TSS y la escarlatina, pero entre los datos que orientan hacia la presencia de enfermedad de Kawasaki están linfadenopatía cervical, erosiones de labios y trombocitosis. El signo sistémico más grave que surge en esta enfermedad es el aneurisma coronario como consecuencia de arteritis. Los aneurismas pueden culminar en fallecimiento repentino, en forma predominante en los primeros 30 días de la enfermedad. También a veces surgen erupciones escarlatiniformes en la fase incipiente del SSSS (véase también “Vesículas/ampollas”) y como reacciones a fármacos. URTICARIA (cuadro 48-14) La urticaria incluye lesiones transitorias compuestas de una pápula central rodeada de una franja eritematosa. Las lesiones individuales son redondas, ovales o con otras formas y suelen ser pruriginosas. La urticaria aguda y la crónica tienen causas alérgicas de muy diverso tipo y traducen la presencia de edema en la dermis. Las lesiones urticarianas también aparecen en individuos con mastocitosis (urticaria pigmentosa), hipertiroidismo y artritis reumatoide juvenil (juvenile rheumatoid arthritis, JRA). En esta última enfermedad, las lesiones coinciden con el acmé febril, son transitorias y causadas por infiltrados de neutrófilos en la dermis. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 36 Las urticarias físicas habituales son el dermografismo, la urticaria solar, la urticaria por frío y la urticaria colinérgica. Los pacientes con dermografismo muestran habones lineales después de presionar o arañar ligeramente la piel. Es un trastorno frecuente, que afecta aproximadamente al 5% de la población. La urticaria solar ocurre de forma característica a los pocos minutos de la exposición al sol y es un signo cutáneo de una enfermedad sistémica, la protoporfiria eritropoyética. Además de la urticaria, estos pacientes presentan pequeñas cicatrices puntiformes en nariz y manos. La urticaria por frío está precipitada por la exposición al mismo, y por tanto, suele afectar a zonas expuestas. En algunos casos, la enfermedad se acompaña de proteínas circulantes anormales, casi siempre crioglobulinas y, menos a menudo, criofibrinógenos y crioaglutininas. Otros síntomas sistémicos son sibilancias y síncope, por lo que estos pacientes deben evitar la natación en agua fría. La urticaria colinérgica está desencadenada por el calor, el ejercicio o la emoción, y se caracteriza por pequeños habones con un eritema relativamente llamativo. En ocasiones se acompaña de sibilancias. Mientras que la urticaria es consecuencia de edema dérmico, el edema subcutáneo produce el cuadro clínico de angioedema. Las zonas afectadas son párpados, labios, lengua, laringe y aparato digestivo, así como el tejido subcutáneo. El angioedema aparece solo o en combinación con urticaria, como la vasculitis urticariana o las urticarias físicas. Existen formas adquiridas y hereditarias (autosómicas dominantes) de angioedema (cap. 298); en estas últimas es rara la aparición de urticaria. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 37 La vasculitis urticariana es una enfermedad por inmunocomplejos que se puede confundir con la urticaria simple. A diferencia de ésta, las lesiones individuales tienden a durar más de 24 h y habitualmente aparecen petequias centrales que se pueden observar incluso después de curada la fase de urticaria. El paciente puede quejarse también de sensación de escozor más que de prurito. En la biopsia se observa una vasculitis leucocitoclástica de los pequeños vasos sanguíneos. Aunque muchos casos de vasculitis urticariana son idiopáticos, otros pueden ser reflejo de una enfermedad sistémica subyacente, como el lupus eritematoso, el síndrome de Sjögren o el déficit hereditario de complemento. Existe un espectro de vasculitis urticariana que va desde la afectación exclusivamente cutánea hasta la afectación multisistémica. Los signos y síntomas sistémicos más frecuentes son artralgias, artritis, nefritis y calambres abdominales, siendo menos frecuentes el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Existe hipocomplementemia en una o dos terceras partes de los pacientes, incluso en los casos idiopáticos. Se puede ver también vasculitis urticariana en la infección por hepatitis B y C, la enfermedad del suero y las enfermedades similares a la enfermedad del suero. LESIONES CUTÁNEAS PAPULONODULARES (cuadro 48-15). En las enfermedades papulonodulares, las lesiones están elevadas sobre la superficie de la piel y pueden confluir hasta formar placas. La localización, consistencia y color de las lesiones son los datos fundamentales para su diagnóstico. Esta sección está organizada basándose en el color. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 38 Lesiones blancas. En la calcinosis cutánea hay pápulas firmes, de color blanco a blanco amarillento, con superficie irregular. Cuando se expulsa su contenido, se observa un material blanco cretáceo. La calcificación distrófica se observa en zonas de inflamación o lesión cutánea previas. Aparece sobre las cicatrices del acné, así como en la porción distal de las extremidades de los pacientes con esclerodermia y en el tejido celular subcutáneo y los planos fasciales intermusculares en la DM. Estas últimas son más extensas y se observan con mayor frecuencia en los niños. Una elevación del producto calcio-fósforo, como en el hiperparatiroidismo secundario, puede producir nódulos de calcinosis cutánea metastásica, que suelen ser subcutáneos y periarticulares. Esta forma a menudo se acompaña de calcificación de las arterias musculares, con la consiguiente necrosis isquémica (calcifilaxia). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 39 Lesiones del color de la piel normal. Hay varios tipos de lesiones con el color de la piel normal, como quistes de inclusión epidérmicos, lipomas, nódulos reumatoides, neurofibromas, angiofibromas, neuromas y tumores anexiales como los tricolemomas. Tanto los quistes de inclusión epidérmica como los lipomas son nódulos subcutáneos móviles muy frecuentes; los primeros son elásticos y compresibles y al corte dejan salir un material similar al queso (sebo y queratina). Los lipomas son firmes y algo lobulados con la palpación. Cuando aparecen muchos quistes de inclusión epidérmica faciales en la infancia o existen antecedentes familiares de estas lesiones, es preciso explorar al paciente en busca de otros signos del síndrome de Gardner, como osteomas y tumores desmoides. Los nódulos reumatoides son nódulos firmes de 0.5 a 4 cm, que suelen localizarse alrededor de los puntos de presión, especialmente en los codos. Se observan en el 20% aproximadamente de los pacientes con artritis reumatoide y en el 6% de los pacientes con enfermedad de Still. Las biopsias de los nódulos muestran granulomas en empalizada. En la fiebre reumática se observan lesiones similares, aunque más pequeñas y de menor duración. PAG. 306 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 40 Los neurofibromas (tumores benignos de células de Schwann) son pápulas o nódulos blandos que muestran el signo del “ojal”, es decir, se invaginan en la piel con la presión de forma similar a las hernias. Se observan lesiones solitarias en sujetos normales, pero los neurofibromas múltiples, habitualmente en combinación con seis o más CALM mayores de 1.5 cm (véase “Hiperpigmentación” antes en este capítulo), pecas axilares y múltiples nódulos de Lisch, se observan en la enfermedad de Von Recklinghausen (NF de tipo I; cap. 359). En algunos pacientes los neurofibromas son localizados y unilaterales debido a mosaicismo somático. Los angiofibromas son pápulas de consistencia firme y color rosa o el propio de la piel, que miden 3 mm a varios centímetros de diámetro. Están situadas en la porción central de las mejillas (adenoma sebáceo), la persona tiene esclerosis tuberosa o el síndrome de MEN de tipo 1. El primer trastorno es un cuadro autosómico causado por mutaciones de dos genes diferentes, y los signos que lo constituyen se exponen en la sección de manchas en forma de hoja de fresno y en el capítulo 359. Los neuromas (proliferación benigna de fibras nerviosas) son también pápulas firmes del color de la piel normal. Se encuentran con mayor frecuencia en los bordes de amputaciones y como dedos supernumerarios rudimentarios. Sin embargo, cuando hay múltiples neuromas en párpados, labios, porción distal de la lengua y mucosa bucal es preciso explorar al paciente en busca de otros signos del síndrome de neoplasia endocrina múltiple de tipo 2b. Otras alteraciones son: hábito marfanoide, labios protuberantes, ganglioneuromas intestinales y carcinoma medular de tiroides (>75% de los pacientes; cap. 330). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 41 Los tumores anexiales derivan de células pluripotenciales de la epidermis que pueden diferenciarse hacia pelo, glándulas sebáceas, apocrinas o ecrinas, o permanecer indiferenciadas. Los epiteliomas basocelulares (basal cell carcinomas, BCC) son ejemplos de tumores anexiales con pocos o ningún signo de diferenciación. Clínicamente, son pápulas translúcidas con bordes elevados y redondeados, telangiectasias y erosión central. Los BCC suelen aparecer en la piel de la cabeza y el cuello dañada por el sol. Cuando un paciente presenta múltiples BCC, sobre todo antes de los 30 años, hay que valorar la posibilidad de síndrome del nevo basocelular. Se hereda como rasgo autosómico dominante y se acompaña de quistes de mandíbula, depresiones palmares y plantares, abombamiento frontal, meduloblastomas y calcificación de la hoz del cerebro y del diafragma de la silla turca. Los tricolemomas son también tumores anexiales del color de la piel normal, pero que se diferencian hacia folículos pilosos y pueden tener un aspecto verrugoso. La presencia de tricolemomas múltiples en cara y mucosa bucal apunta al diagnóstico de enfermedad de Cowden (síndrome de hamartomas múltiples), debido a mutaciones del gen PTEN. La afectación de órganos internos (en orden decreciente de frecuencia) se manifiesta como mastopatía fibroquística y carcinoma de mama, adenomas y carcinomas de tiroides y poliposis gastrointestinal. También se observan queratosis de palmas, plantas y dorso de las manos. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 42 Lesiones rosadas. Las lesiones cutáneas relacionadas con la amiloidosis sistémica primaria son de color rosado y translúcidas. Se localizan habitualmente en la cara, sobre todo en las regiones periorbitaria y peribucal, y en las flexuras. En la biopsia se encuentran depósitos homogéneos de amiloide en la dermis y en las paredes de los vasos sanguíneos; estos últimos dan lugar a un aumento de la fragilidad vascular. En consecuencia, aparecen petequias y púrpuras en la piel de aspecto normal, así como en la piel lesionada, después de pequeños traumatismo, de ahí el término púrpura del pellizco. También se observan depósitos de amiloide en el músculo estriado de la lengua, lo que produce macroglosia. Aunque en la amiloidosis secundaria rara vez se observan lesiones mucocutáneas específicas y sólo se presentan en un 30% de los pacientes con amiloidosis primaria, puede hacerse un rápido diagnóstico de amiloidosis sistémica examinando la grasa subcutánea abdominal. Con tinciones especiales se observan depósitos alrededor de los vasos sanguíneos o de los adipocitos en el 40 al 50% de los pacientes. Existen también tres formas de amiloidosis limitadas a la piel que no se deben confundir con lesiones cutáneas de amiloidosis sistémica. Son la amiloidosis maculosa (parte superior de la espalda), la amiloidosis liquenoide (habitualmente extremidades inferiores) y la amiloidosis nodular. En las amiloidosis maculosa y liquenoide los depósitos son de queratina epidérmica alterada. Recientemente, estos dos tipos de amiloidosis se han relacionado con el síndrome de neoplasia endocrina múltiple de tipo 2a. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 43 Los pacientes con reticulohistiocitosis multicéntrica también presentan pápulas y nódulos de color rosado en cara y mucosas, así como en las superficies de extensión de manos y antebrazos. Padecen una poliartritis que puede parecerse clínicamente a la artritis reumatoide. En el examen histológico, las pápulas tienen células gigantes características que no se observan en las biopsias de los nódulos reumatoides. En los pacientes con mucinosis papulosa se observan pápulas rosadas o del color de la piel normal, de consistencia firme y de 2 a 5 mm de diámetro, a menudo en disposición lineal. Esta enfermedad se denomina también liquen mixedematoso o escleromixedema. Este último nombre procede de la induración leñosa de la cara y las extremidades que puede acompañar a la erupción papulosa. En las biopsias de las pápulas se observan depósitos localizados de mucina, y la electroforesis de las proteínas séricas demuestra un pico monoclonal de IgG, habitualmente con una cadena ligera lambda. PAG. 307 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 44 Lesiones amarillas. Existen diversos procesos sistémicos caracterizados por pápulas o placas cutáneas de color amarillo: hiperlipidemia (xantomas), gota (tofos), diabetes (necrobiosis lipoidea), pseudoxantoma elástico y síndrome de Torre (tumores sebáceos). Los xantomas eruptivos son la forma más frecuente de xantomas y están relacionados con la hipertrigliceridemia (tipos I, III, IV y V). Aparecen grupos de pápulas amarillas con halos eritematosos, sobre todo en las superficies de extensión de extremidades y nalgas, en relación con elevaciones de los triglicéridos circulantes. Involucionan espontáneamente cuando disminuyen los lípidos séricos. El aumento de lipoproteínas beta (especialmente los tipos II y III) produce uno o más de los siguientes tipos de xantoma: xantelasmas, xantomas tendinosos y xantomas planos. Los xantelasmas se encuentran en los párpados, mientras que los xantomas tendinosos suelen aparecer en los tendones de Aquiles y extensores de los dedos. Los xantomas planos son aplanados y se localizan preferentemente en pliegues palmares, cara, región superior del tronco y cicatrices. Los xantomas tuberosos se relacionan a menudo con hipertrigliceridemia, pero también se observan en pacientes con hipercolesterolemia (tipo II) y se localizan casi siempre sobre las grandes articulaciones o en las manos. La biopsia de los xantomas muestra colecciones de macrófagos llenos de lípidos (células espumosas). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 45 Pacientes con diversos trastornos, entre ellos la cirrosis biliar, pueden presentar una forma secundaria de hiperlipidemia acompañada de xantomas tuberosos y planares. Sin embargo, los pacientes con mieloma presentan xantomas planos normolipémicos. Esta última forma de xantoma puede alcanzar 12 cm o más de diámetro y casi siempre se localiza en la porción superior del tronco o la cara lateral del cuello. También es importante destacar que el contexto en que se encuentran con mayor frecuencia los xantomas eruptivos es la diabetes mellitus no controlada. El signo menos específico de hiperlipidemia es el xantelasma, ya que al menos el 50% de los pacientes con este hallazgo presentan perfiles lipídicos normales. En la gota tofácea hay depósitos de urato monosódico en la piel alrededor de las articulaciones, especialmente las de las manos y los pies. Otros sitios de formación de tofos son el hélix de la oreja y las bolsas olecraniana y prerrotuliana. Las lesiones son firmes, de color amarillo y en ocasiones dejan salir un material cretáceo. Su tamaño varía desde 1 mm hasta 7 cm, y el diagnóstico se confirma examinando con luz polarizada el material aspirado de una lesión. Las lesiones de la necrobiosis lipoidea se encuentran sobre todo en la superficie anterior de la tibia (90%) y la mayoría de los pacientes tienen diabetes mellitus o la desarrollan posteriormente. Son hallazgos característicos el color amarillo central, la atrofia (transparencia), las telangiectasias y un borde eritematoso. También pueden aparecer ulceraciones en las placas. En la biopsia se observa necrobiosis del colágeno, inflamación granulomatosa y endarteritis obliterante. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 46 En el pseudoxantoma elástico (PXE) hay un depósito anormal de calcio sobre las fibras’elásticas de la piel, el ojo y los vasos sanguíneos. En la piel se afectan sobre todo las zonas de flexión como el cuello, las axilas, las fosas antecubitales y las ingles. Se observan pápulas amarillas que confluyen para formar placas reticuladas con un aspecto similar al de la piel de pollo desplumada. En la piel muy afectada aparecen pliegues redundantes y colgantes. Las biopsias de la piel afectada muestran fibras elásticas hinchadas y agrupadas irregularmente con depósitos de calcio. En el ojo, el calcio se deposita en la membrana de Bruch, dando lugar a estrías angioides y coroiditis; en las arterias del corazón, riñón, aparato digestivo y extremidades, los depósitos producen angina, hipertensión, hemorragia digestiva y claudicación, respectivamente. La administración a largo plazo de D-penicilamina puede ocasionar cambios cutáneos similares al PXE, así como alteraciones de las fibras elásticas en los órganos internos. Los tumores anexiales que se han diferenciado hacia glándulas sebáceas son el adenoma sebáceo, el epitelioma sebáceo, el carcinoma sebáceo y la hiperplasia sebácea. Excepto la última, que se observa frecuentemente en la cara, estos tumores son bastante raros. Los pacientes con síndrome de Torre presentan adenomas sebáceos, en la mayoría de los casos múltiples. Estos pacientes también pueden padecer carcinomas sebáceos e hiperplasia sebácea, así como queratoacantomas. Las manifestaciones internas del síndrome de Torre consisten en carcinomas múltiples del tubo digestivo (especialmente el colon), así como cánceres de laringe, del aparato genitourinario y del endometrio. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 47 Lesiones rojas. Las lesiones cutáneas de color rojo tienen muy diversas causas y, en un intento de simplificar su identificación, se clasificarán en pápulas, pápulas/placas y nódulos subcutáneos. Las pápulas rojas más frecuentes son las picaduras de artrópodos y los hemangiomas capilares; estos últimos son pápulas pequeñas, de color rojo brillante, cupuliformes, que representan proliferaciones capilares benignas. En los pacientes con SIDA, la aparición de múltiples lesiones rojas similares a hemangiomas apunta a una angiomatosis bacilar, y las biopsias muestran agrupaciones de bacilos que se tiñen positivamente con la tinción de Warthin-Starry; los patógenos se han identificado como Bartonella henselae y B. quintana. La enfermedad visceral diseminada se observa principalmente en huéspedes inmunodeprimidos, pero puede aparecer también en sujetos inmunocompetentes. Se observan angioqueratomas múltiples en la enfermedad de Fabry, una enfermedad por depósito lisosómico recesiva ligada al cromosoma X debida a un déficit de galactosidasa alfa A. Las lesiones son de color rojo o rojo-azuladas y pueden tener un tamaño bastante pequeño (1 a 3 mm), siendo su localización más frecuente la parte inferior del tronco. Otras alteraciones asociadas son: insuficiencia renal crónica, neuropatía periférica y opacidades corneales (córnea verticilada). En las microfotografías electrónicas de los angioqueratomas y de la piel clínicamente normal se observan depósitos laminares de lípidos en los fibroblastos, los pericitos y las células endoteliales, que son diagnósticos de la enfermedad. Las erupciones agudas diseminadas de pápulas eritematosas se comentan en la sección de exantemas. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 48 Existen diversas enfermedades infecciosas que se presentan como pápulas o nódulos eritematosos con un patrón esporotricoide, es decir, en disposición lineal a lo largo de los vasos linfáticos. Las dos causas más frecuentes son Sporothrix schenckii (esporotricosis) y Mycobacterium marinum (micobacteria atípica). Los microorganismos penetran como consecuencia de un traumatismo y con frecuencia puede verse el punto de inoculación primaria además de los nódulos linfáticos. Otras causas son Nocardia, Leishmania y otros hongos dimórficos; el cultivo del tejido lesionado ayudará al diagnóstico. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 49 Las enfermedades caracterizadas por placas eritematosas con descamación se revisan en el apartado de lesiones papuloescamosas, y las diversas formas de dermatitis se comentan en la sección de eritrodermia. Otros procesos que deben incluirse en el diagnóstico diferencial de pápulas/placas rojas son la erisipela, la erupción lumínica polimorfa (polymorphous light eruption, PMLE), el linfocitoma cutáneo, el lupus cutáneo, el linfoma cutáneo y la leucemia cutánea. Las tres primeras enfermedades representan procesos cutáneos primarios. La PMLE se caracteriza por pápulas y placas eritematosas sobre todo en zonas expuestas al sol (dorso de la mano, superficie de extensión del antebrazo y cara). Las lesiones aparecen después de la exposición tanto a UV-B como UV-A, y en latitudes altas la PMLE alcanza su mayor intensidad a finales de primavera y principio del verano. Con la exposición UV continuada se produce un proceso conocido como “endurecimiento” y la erupción desaparece, pero en los climas templados recidiva en la primavera siguiente. La PMLE debe diferenciarse del lupus cutáneo, lo que se realiza mediante examen histológico e inmunofluorescencia directa de las lesiones. El linfocitoma cutáneo (pseudolinfoma) es una proliferación policlonal benigna de linfocitos en la piel que se presenta como pápulas y placas infiltradas de color rojo-rosadas a rojo-púrpura. Debe distinguirse del linfoma cutáneo. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 50 En los pacientes con lupus sistémico se encuentran diversos tipos de placas rojas: 1) placas urticarianas eritematosas en las mejillas y la nariz en la clásica erupción en alas de mariposa; 2) lesiones discoides eritematosas con descamación fina o en “clavos de tapicero”, telangiectasias, hipopigmentación central, hiperpigmentación periférica, tapones foliculares y atrofia localizada en cara, superficies de extensión de brazos y parte superior del tronco; y 3) lesiones psoriasiformes o anulares del lupus subcutáneo con centros hipopigmentados localizadas en la cara, las superficies extensoras de los brazos, y la parte superior del tronco. Otras alteraciones cutáneas son: 1) eritema violáceo de la cara y de la “V” del cuello, 2) vasculitis urticariana (véase “Urticaria” antes en este capítulo), 3) paniculitis lúpica (véase más adelante en este capítulo), 4) alopecia difusa, 5) alopecia secundaria a lesiones discoides, 6) telangiectasias y eritema periungueales, 7) lesiones similares al eritema multiforme que pueden hacerse ampollosas, y 8) úlceras distales secundarias a fenómeno de Raynaud, vasculitis o vasculopatía livedoide. Los pacientes que sólo presentan lesiones discoides suelen tener la forma de lupus limitada a la piel. Sin embargo, del 2 al 10% de estos pacientes terminan presentando un lupus sistémico. La inmunofluorescencia directa de la piel afectada muestra depósitos de IgG o IgM y C3 con una distribución granular a lo largo de la unión dermoepidérmica. PAG. 308 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 51 En el linfoma cutáneo hay una proliferación de linfocitos o histiocitos malignos en la piel, y su aspecto clínico se parece al del linfocitoma cutáneo: pápulas y placas infiltradas rosadas, rojas o púrpuras. El linfoma cutáneo puede aparecer en cualquier punto de la superficie cutánea, mientras que las localizaciones predilectas de los linfocitomas son el borde malar, la punta de la nariz, y los lóbulos auriculares. Los pacientes con linfoma no hodgkiniano presentan lesiones cutáneas específicas más a menudo que los pacientes con enfermedad de Hodgkin, y ocasionalmente los nódulos cutáneos preceden a la aparición del linfoma no hodgkiniano extracutáneo. A veces, se observan lesiones arciformes en los linfomas y linfocitomas cutáneos, así como en el CTCL. La leucemia cutánea tiene el mismo aspecto que el linfoma cutáneo. Se observan lesiones específicas con mayor frecuencia en las leucemias monocíticas que en las linfoides o granulocíticas. Los cloromas cutáneos (sarcomas granulocíticos) pueden preceder a la aparición de blastos circulantes en la leucemia aguda no linfoide y por tanto representan una forma de leucemia cutánea aleucémica. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 52 Entre las causas más frecuentes de nódulos subcutáneos eritematosos se encuentran los quistes de inclusión epidérmica inflamados, los quistes de acné y los furúnculos. La paniculitis, una inflamación de la grasa, también se presenta como nódulos subcutáneos y con frecuencia es un signo de enfermedad sistémica. Hay varias formas de paniculitis, como el eritema nudoso, el eritema indurado-vasculitis nodular, el lupus profundo, la lipodermatosclerosis lipomembranosa, el déficit de antitripsina alfa1, la paniculitis facticia y la necrosis grasa secundaria a enfermedad pancreática. En todos estos procesos, excepto en el eritema nudoso, las lesiones pueden romperse y ulcerarse o curar dejando una cicatriz. La localización más frecuente de los nódulos del eritema nudoso son las espinillas, mientras que las pantorrillas son la localización más frecuente de las lesiones del eritema indurado. En el eritema nudoso, los nódulos son inicialmente rojos, pero posteriormente se vuelven de color azulado a medida que van curándose. Los pacientes con eritema nudoso sin enfermedad sistémica subyacente pueden tener fiebre, malestar general, leucocitosis, artralgias, artritis, o ambas. Sin embargo, es preciso excluir la posibilidad de alguna enfermedad subyacente. Las enfermedades concurrentes más frecuentes son las infecciones estreptocócicas, las infecciones de las vías respiratorias superiores, la sarcoidosis y la enfermedad inflamatoria intestinal. Las menos frecuentes son tuberculosis, histoplasmosis, coccidioidomicosis, psitacosis, fármacos (anticonceptivos, sulfamidas, aspartame, bromuros, yoduros), fiebre por arañazo de gato e infecciones por Yersinia, Salmonella y Chlamydia. El eritema indurado y la vasculitis nodular comparten arquitectura histológica semejante y alguna vez se pensó que representaban el espectro clínico de una sola entidad patológica; más tarde han sido separadas y se ha vinculado a la segunda con una variante idiopática y la primera, con HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 53 la presencia del DNA de M. tuberculosis,detectado por la reacción en cadena de polimerasa (polymerase chain reaction, PCR) en 25 a 70%. Las lesiones del lupus profundo se encuentran principalmente en la cara, la parte superior de los brazos y las nalgas (zonas de abundante grasa) y se observan tanto en las formas cutáneas como sistémicas de lupus. La piel suprayacente puede ser normal, eritematosa o con alteraciones de lupus discoide. La necrosis grasa subcutánea que acompaña a la enfermedad pancreática probablemente esté producida por las lipasas circulantes y se observa en los pacientes con carcinoma de páncreas, y también en la pancreatitis aguda y crónica. En este proceso, puede haber artritis, fiebre e inflamación de la grasa visceral. El examen histológico de las biopsias profundas por incisión ayudará a diagnosticar el tipo de paniculitis. También se observan nódulos eritematosos subcutáneos en la poliarteritis nudosa (PAN) cutánea y como manifestación de vasculitis sistémica, por ejemplo, PAN sistémica, granulomatosis alérgica o granulomatosis de Wegener (cap. 306). La PAN cutánea se presenta con nódulos subcutáneos dolorosos y úlceras dentro de un patrón reticular y rojo púrpura de livedo reticularis. Esta última se debe a la menor velocidad del flujo sanguíneo en el plexo venoso horizontal superficial. La mayor parte de las lesiones se encuentran en las extremidades inferiores y, aunque la PAN cutánea puede acompañarse de artralgias y mialgias, no hay signos de afectación sistémica. Tanto en las formas sistémicas como cutáneas de las vasculitis, las biopsias cutáneas de los nódulos acompañantes muestran las alteraciones características de las vasculitis; el tamaño del vaso afectado dependerá del tipo de enfermedad. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 54 Lesiones rojo-marrones. Las lesiones cutáneas de la sarcoidosis (cap. 309) son clásicamente de color rojo a rojo-marrón, y mediante diascopia (compresión con una lámina de cristal) se observa un color residual amarillo-marrón secundario al infiltrado granulomatoso. Las pápulas y placas céreas pueden encontrarse en cualquier localización de la piel, pero la cara es la más frecuente. Habitualmente no hay alteraciones de la superficie cutánea, aunque en ocasiones las lesiones presentan descamación. La biopsia de las pápulas muestra granulomas “desnudos” en la dermis, es decir, granulomas rodeados de un pequeño número de linfocitos. Otras alteraciones cutáneas de la sarcoidosis son lesiones anulares con centro atrófico o descamativo, pápulas en las cicatrices, máculas y pápulas hipopigmentadas, alopecia, ictiosis adquirida, eritema nudoso y lupus pernio (véase más adelante en este capítulo). El diagnóstico diferencial de la sarcoidosis se hará con los granulomas por cuerpo extraño producidos por sustancias químicas como el berilio y el circonio y por enfermedades como la sífilis secundaria tardía y el lupus vulgar. El lupus vulgar es una forma de tuberculosis cutánea que se observa en personas infectadas y sensibilizadas con anterioridad. A menudo, hay una tuberculosis activa subyacente en otro órgano, por lo general los pulmones o los ganglios linfáticos. Al menos el 90% de las lesiones aparecen en la cara y el cuello y consisten en placas rojo-marrones con color amarillo-marrón en la diascopia. En estas placas pueden desarrollarse cicatrices secundarias y epiteliomas espinocelulares. Es preciso realizar cultivos o análisis de PCR de las lesiones porque es raro encontrar bacilos acidorresistentes en los granulomas dérmicos. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 55 El síndrome de Sweet se caracteriza por placas y nódulos rojomarrones, frecuentemente dolorosos y que aparecen sobre todo en la cabeza, el cuello y las extremidades superiores. Los pacientes presentan también fiebre, neutrofilia y un infiltrado dérmico denso de neutrófilos en las lesiones. En el 10% aproximadamente de los pacientes existe una enfermedad maligna coexistente, casi siempre una leucemia aguda no linfoide. También se ha descrito el síndrome de Sweet con linfoma, leucemia crónica, mieloma, síndromes mielodisplásicos y tumores sólidos (especialmente del aparato genitourinario). El diagnóstico diferencial comprende la hidroadenitis ecrina neutrofílica y las formas atípicas de pioderma gangrenoso. <OJO, SALTO, PAG. 308 DEL INGLÉS>. La forma idiopática del síndrome de Sweet se observa con mayor frecuencia en las mujeres, después de una infección respiratoria. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 56 En la forma de mastocitosis conocida como urticaria pigmentosa se observan máculas y pápulas de color rojo-marrón con una distribución generalizada (cap. 298). Cada lesión representa una colección de mastocitos en la dermis, con hiperpigmentación de la epidermis suprayacente. Algunos estímulos como el roce y el calor producen la desgranulación de estas células y esto conduce a la aparición de una urticaria localizada (signo de Darier). La desgranulación de los mastocitos puede producir otros síntomas como cefalea, rubor, diarrea y prurito. Los mastocitos infiltran también diversos órganos como el hígado, el bazo y el aparato digestivo hasta en el 30 al 50% de los pacientes con urticaria pigmentosa, y la acumulación de mastocitos en los huesos puede producir alteraciones osteoscleróticas y osteolíticas en las radiografías. En la mayoría de estos pacientes, no obstante, la afectación interna apenas progresa. Un subtipo de vasculitis leucocitoclástica crónica, el eritema elevatum diutinum (EED), también se presenta con pápulas de color rojo-marrón. Las pápulas confluyen en placas en las superficies de extensión de las rodillas, los codos y las pequeñas articulaciones de las manos. Los brotes de EED se han relacionado con infecciones estreptocócicas. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 57 Lesiones azules. Las lesiones de color azul son consecuencia de ectasias y tumores vasculares o de la presencia de pigmento melánico en la dermis. Los lagos venosos (ectasias) son lesiones de color azul oscuro, compresibles, que se encuentran normalmente en la cabeza y el cuello. Las malformaciones venosas son también pápulas y nódulos compresibles de color azul que pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo, incluida la mucosa bucal. Cuando son múltiples y no lesiones congénitas aisladas, es posible que el paciente padezca el síndrome del angioma en “tetina de goma” o el síndrome de Mafucci. Los pacientes con el síndrome del angioma en “tetina de goma” también presentan anomalías vasculares del aparato digestivo que pueden sangrar, mientras que los pacientes con síndrome de Mafucci padecen discondroplasia y osteocondromas asociados. Los nevos azules (lunares) son grupos de células névicas productoras de pigmento situadas en la dermis. Estas lesiones papulosas benignas son cupuliformes y se observan sobre todo en el dorso de las manos o de los pies. PAG. 309 Lesiones violáceas. Se observan pápulas y placas violáceas en el lupus pernio, el linfoma cutáneo y el lupus cutáneo. El lupus pernio es un tipo particular de sarcoidosis que afecta a la punta de la nariz y los lóbulos de las orejas, con lesiones de color violáceo más que rojo-marrones. Esta forma de sarcoidosis se acompaña de afectación de las vías respiratorias superiores. Las placas del linfoma cutáneo y del lupus cutáneo pueden ser de color rojo o violáceo y se han comentado anteriormente. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 58 Lesiones de color púrpura. Se observan pápulas y placas de color púrpura en tumores vasculares, como el sarcoma de Kaposi (cap. 173) y el angiosarcoma, y cuando se produce extravasación de eritrocitos en la piel en relación con una inflamación, como ocurre en la púrpura palpable (véase “Púrpura”, más adelante en este capítulo). Los pacientes con fístulas arteriovenosas congénitas o adquiridas e hipertensión venosa pueden presentar pápulas de color púrpura en las extremidades inferiores, que pueden parecerse clínica e histológicamente al sarcoma de Kaposi, proceso denominado pseudosarcoma de Kaposi (angiodermatitis acra). El angiosarcoma se encuentra casi siempre en el cuero cabelludo y la cara de los pacientes ancianos o en las zonas de linfedema crónico y se presenta en forma de pápulas y placas de color púrpura. En la cabeza y el cuello, el tumor suele extenderse más allá de los bordes aparentes y puede acompañarse de edema facial. Lesiones marrones y negras. Las pápulas de color marrón y negro se presentan en el apartado “Hiperpigmentación” antes en este capítulo. Metástasis cutáneas. Se exponen en último lugar porque pueden tener una gran variedad de colores. Casi siempre se presentan como nódulos subcutáneos firmes, del color de la piel normal, o como papulonódulos firmes, de color rojo a rojo-marrón. Las lesiones del linfoma cutáneo varían de color rojo-rosado a color ciruela, mientras que el melanoma metastásico puede ser de color rosa, azul o negro. Las metástasis cutáneas se producen a partir de una diseminación hematógena o linfática, casi siempre debidas a los siguientes carcinomas primarios: en el varón, pulmón, colon, melanoma y cavidad bucal; y en la mujer, mama, colon y pulmón. Estas lesiones metastásicas pueden ser la presentación inicial del carcinoma, sobre todo cuando la localización primaria está en pulmón, riñón u ovario. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 59 PÚRPURA (cuadro 48-16). Se observa púrpura cuando hay extravasación de eritrocitos en la dermis y, por tanto, las lesiones no desaparecen al comprimirlas. Sucede lo contrario en las lesiones eritematosas o de color violáceo debidas a vasodilatación localizada, que desaparecen al comprimirlas. La púrpura (>3mm) y las petequias (<2 mm) se clasifican en dos grupos principales, palpables y no palpables. Las causas más frecuentes de petequias y púrpura no palpables son procesos cutáneos primarios como traumatismos, púrpura solar y capilaritis. Son causas menos frecuentes la púrpura esteroidea y la vasculitis livedoide (véase “Úlceras”, más adelante en este capítulo). La púrpura solar se observa sobre todo en la superficie de extensión de los antebrazos, mientras que la púrpura esteroidea, secundaria a glucocorticoides tópicos potentes o a un síndrome de Cushing endógeno o exógeno, puede ser más diseminada. En ambos casos existe una alteración del tejido conjuntivo de soporte que rodea los vasos sanguíneos dérmicos. Por el contrario, las petequias que son consecuencia de una capilaritis se localizan principalmente en las extremidades inferiores. En la capilaritis hay una extravasación de eritrocitos como consecuencia de una inflamación linfocitaria perivascular. Las petequias son de color rojo brillante, de 1 a 2 mm de diámetro y diseminadas dentro de máculas anulares o con forma de moneda y de color amarillo-marrón causado por los depósitos de hemosiderina en la dermis. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 60 Las causas sistémicas de púrpura no palpable se clasifican en varias categorías; en primer lugar se comentarán las secundarias a trastornos de la coagulación y fragilidad capilar. En el primer grupo se encuentran la trombocitopenia (cap. 101), las alteraciones de la función plaquetaria, como la que se observa en la uremia, y los defectos de factores de coagulación. La localización inicial de las petequias por trombocitopenia es la parte distal de las extremidades inferiores. La fragilidad capilar ocasiona púrpura no palpable en los pacientes con amiloidosis sistémica (véase “Lesiones cutáneas papulonodulares” antes en este capítulo) o los trastornos de la producción de colágeno como el síndrome de EhlersDanlos, y en el escorbuto. En este último se observan pelos aplanados en espiral con hemorragia adyacente en extremidades inferiores, además de gingivitis. La vitamina C es un cofactor de la lisil hidroxilasa, enzima implicada en la modificación posterior a la traducción del procolágeno, necesaria para la formación de enlaces cruzados. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 61 En contraste con el grupo anterior de trastornos, en los que la púrpura no palpable es consecuencia de la fragilidad capilar o de una alteración de la coagulación, la púrpura que se observa en el siguiente grupo de enfermedades está en relación con la formación de trombos en el interior de los vasos. Es importante señalar que estos trombos se pueden demostrar en las biopsias cutáneas. En este grupo de trastornos se encuentran la coagulación intravascular diseminada (disseminated intravascular coagulation, DIC), la crioglobulinemia monoclonal, la púrpura trombótica trombocitopénica y las reacciones a la warfarina. La DIC se desencadena por diversos tipos de infecciones (gramnegativos, grampositivos, virus y rickettsias), así como por lesiones tisulares y neoplasias. Se observa púrpura diseminada e infartos hemorrágicos en la parte distal de las extremidades. Se encuentran lesiones similares, en la púrpura fulminante, una forma de DIC con fiebre e hipotensión que aparece casi siempre en los niños después de infecciones tales como varicela, escarlatina o infección de las vías respiratorias superiores. En ambos procesos pueden aparecer ampollas hemorrágicas en la piel afectada. La crioglobulinemia monoclonal se asocia con el mieloma múltiple, la macroglobulinemia de Waldenström, la leucemia linfoide y el linfoma. En estos pacientes se observa púrpura, principalmente de las extremidades inferiores, e infartos hemorrágicos en los dedos de las manos y los pies. La exposición al frío o el aumento de la viscosidad sérica pueden producir exacerbaciones de la actividad de la enfermedad. En las biopsias se observan precipitados de crioglobulina en el interior de los vasos dérmicos. Se han encontrado depósitos similares en el pulmón, el cerebro y los glomérulos renales. Los pacientes con púrpura trombótica trombocitopénica también pueden presentar infartos hemorrágicos como consecuencia de trombosis intravasculares. Otros signos son púrpura trombocitopénica, fiebre y anemia hemolítica microangiopática (cap. 93). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 62 La administración de warfarina puede producir zonas dolorosas de eritema que se convierten en purpúricas y posteriormente necróticas, con una escara negra adherente. Esta reacción se observa sobre todo en las mujeres y en las zonas con abundante grasa subcutánea: mamas, abdomen, nalgas, muslos y pantorrillas. El eritema y la púrpura aparecen entre el tercero y el décimo día de tratamiento, muy probablemente como consecuencia de un desequilibrio transitorio entre las concentraciones de los factores anticoagulantes y procoagulantes dependientes de la vitamina K. La continuación del tratamiento no exacerba las lesiones preexistentes, y los pacientes con un defecto heredado o adquirido de la proteína C tienen mayor riesgo de sufrir esta reacción particular, así como de padecer una púrpura fulminante. PAG. 310 La púrpura secundaria a las embolias de colesterol se suele observar en las extremidades inferiores de pacientes con enfermedad vascular aterosclerótica. A menudo, aparece después de un tratamiento anticoagulante o de una intervención vascular invasora, como una arteriografía, pero también puede aparecer espontáneamente por desintegración de las placas de ateroma. Otras alteraciones concurrentes son livedo reticularis, gangrena, cianosis, nódulos subcutáneos y úlceras isquémicas. A veces, son necesarios múltiples cortes seriados de la biopsia para demostrar los émbolos de colesterol en los vasos. Las petequias también son un signo importante de embolia grasa y aparecen sobre todo en la parte superior del cuerpo dos o tres días después de una lesión grave. Mediante fijadores especiales se pueden demostrar los émbolos en las biopsias de las petequias. Se observan embolias tumorales o trombos en los pacientes con mixomas auriculares y endocarditis marasmática. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 63 El síndrome de Gardner-Diamond (sensibilidad autoeritrocitaria) aparece en las mujeres que presentan grandes equimosis en zonas de eritema caliente y doloroso. Las inyecciones intradérmicas de eritrocitos isógenos o de fosfatidil serina derivada de la membrana de los eritrocitos puede reproducir la lesión en algunos pacientes; sin embargo, hay casos en que se observa una reacción en el punto de inyección del antebrazo, pero no en la región media de la espalda. Este dato ha llevado a algunos observadores a considerar el síndrome de Gardner-Diamond como una manifestación cutánea de tensión emocional grave. La púrpura hipergammaglobulinémica de Waldenström es un proceso crónico que se caracteriza por petequias en las extremidades inferiores. Existen complejos circulantes de moléculas IgG anti-IgG, y las exacerbaciones están relacionadas con la bipedestación o la deambulación prolongadas. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 64 Las púrpuras palpables se subdividen a su vez en vasculíticas y embólicas. En el grupo de los trastornos vasculíticos, la vasculitis leucocitoclástica (leukocytoclastic vasculitis, LCV), también conocida como vasculitis alérgica o vasculitis de pequeños vasos, es la que más a menudo se acompaña de púrpura palpable (cap. 306). Entre las causas subyacentes se incluyen fármacos (p. ej. antibióticos), infecciones (p. ej. hepatitis C) y enfermedades del tejido conectivo. La púrpura de Henoch-Schönlein es un subtipo de LCV aguda que se observa sobre todo en los niños y los adolescentes después de una infección de las vías respiratorias inferiores. La mayor parte de las lesiones se encuentran en las extremidades inferiores y las nalgas. Entre las manifestaciones sistémicas se encuentran fiebre, artralgias (sobre todo en rodillas y tobillos), dolor abdominal, hemorragia digestiva y nefritis. El examen con inmunofluorescencia directa muestra depósitos de IgA en las paredes de los vasos sanguíneos dérmicos. En la poliarteritis nudosa, hay lesiones cutáneas específicas como consecuencia de una vasculitis de los vasos arteriales, y no de las vénulas poscapilares como en la LCV. La arteritis produce isquemia de la piel, lo que explica los contornos irregulares de la púrpura (véase más adelante en este capítulo). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 65 Diversos tipos de embolia infecciosa pueden producir púrpura palpable. Estas lesiones embólicas suelen ser de contorno irregular, a diferencia de las lesiones de la vasculitis leucocitoclástica, que tienen forma circular. El contorno irregular es indicativo de infarto cutáneo, y el tamaño corresponde a la zona de piel que recibía su aporte sanguíneo de la arteriola o arteria afectada. La púrpura palpable en la LCV es circular porque los eritrocitos simplemente difunden de forma regular a partir de las vénulas poscapilares como consecuencia de la inflamación. Los émbolos infecciosos se deben casi siempre a cocos gramnegativos (meningococos, gonococos), bacilos gramnegativos (enterobacterias) y cocos grampositivos (estafilococos). Otras causas son Rickettsia y, en los pacientes inmunodeprimidos, Candida y hongos oportunistas. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 66 Las lesiones embólicas en la meningococcemia aguda se encuentran sobre todo en el tronco, las extremidades inferiores y los puntos de presión, y a menudo adoptan un color gris metálico. Su tamaño oscila entre 1 mm y varios centímetros, y es posible cultivar los microorganismos a partir de ellas. Otros datos son los antecedentes de infección de vías respiratorias superiores, fiebre, meningitis, DIC y, en algunos pacientes, un déficit de los componentes terminales del complemento. En la infección gonocócica diseminada (síndrome artritisdermatitis) se encuentra un pequeño número de pápulas y vesículo-pústulas con púrpura central o necrosis hemorrágica sobre las articulaciones de la porción distal de las extremidades. Otros síntomas son artralgias, tenosinovitis y fiebre. Para confirmar el diagnóstico es preciso realizar una tinción de Gram de estas lesiones. La fiebre exantemática de las Montañas Rocosas es una enfermedad transmitida por garrapatas, causada por R. rickettsii. La erupción cutánea está precedida de unos antecedentes de varios días de fiebre, escalofríos, cefalea intensa y fotofobia. Las lesiones iniciales son máculas y pápulas eritematosas en muñecas, tobillos, palmas y plantas. Con el tiempo, las lesiones se diseminan en dirección centrípeta y se hacen purpúreas. Las lesiones del ectima gangrenoso comienzan como pápulas o placas eritematosas y edematosas que posteriormente desarrollan púrpura central y necrosis. En estas lesiones también se forman ampollas, y se encuentran con frecuencia en la zona de la cintura. El microorganismo relacionado clásicamente con el ectima gangrenoso es Pseudomonas aeruginosa, aunque otros bacilos gramnegativos como Klebsiella, Escherichia coli y Serratia pueden producir lesiones similares. En los pacientes inmunodeprimidos, la relación de patógenos potenciales se amplía con Candida y hongos oportunistas. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 67 ÚLCERAS. El enfoque de un paciente con una úlcera cutánea se esboza en el cuadro 48-17. Las enfermedades vasculares periféricas de las extremidades se revisan en el capítulo 232, al igual que el fenómeno de Raynaud. La vasculitis livedoide (atrofia difusa) representa una combinación de una vasculopatía con trombosis intravascular. Se encuentran lesiones purpúreas y livedo reticularis en asociación con úlceras dolorosas de las extremidades inferiores. Estas úlceras suelen curar lentamente, dejando cicatrices blancas de formas irregulares. La mayor parte de los casos son secundarios a hipertensión venosa, pero entre los posibles procesos subyacentes se encuentra la criofibrinogenemia y los estados de hipercoagulabilidad, por ejemplo, el síndrome antifosfolípido (caps. 102 y 300). HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 68 En la piodermia gangrenosa, el borde de las úlceras tiene un aspecto característico con un borde socavado azulado necrótico y un halo eritematoso periférico. Las úlceras suelen comenzar como pústulas que posteriormente se expanden con rapidez, aumentando de tamaño hasta alcanzar incluso 20 cm. Aunque estas lesiones se encuentran con mayor frecuencia en las extremidades inferiores, pueden aparecer en cualquier punto de la superficie cutánea, incluyendo las zonas de traumatismos (patergia). Se calcula que del 30 al 50% de los casos son idiopáticos, y los procesos concurrentes más habituales son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Con menor frecuencia, está relacionado con hepatitis crónica activa, artritis reumatoide seropositiva, leucemia mieloide aguda y crónica, policitemia vera y mieloma. Otras alteraciones de estos pacientes, incluso de aquellos con enfermedad idiopática, son la anergia cutánea y una gammapatía monoclonal benigna. Dado que la histología de la piodermia gangrenosa es inespecífica, el diagnóstico se hace clínicamente excluyendo causas menos frecuentes de úlceras de aspecto similar como vasculitis necrotizante, úlcera de Meleney (infección sinergista en el lugar de un traumatismo o cirugía), hongos dimórficos, amebiasis cutánea, picaduras de araña y úlceras facticias. En los trastornos mieloproliferativos, las úlceras pueden ser más superficiales, con un borde pustuloampolloso; estas lesiones proporcionan una conexión entre la piodermia gangrenosa clásica y la dermatosis neutrófila febril aguda (síndrome de Sweet). PAG. 311 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 69 FIEBRE Y ERUPCIÓN. Las principales consideraciones en los pacientes con fiebre y erupción son las enfermedades inflamatorias frente a las enfermedades infecciosas. En el entorno hospitalario, el caso más frecuente es un paciente con una erupción por fármacos y fiebre secundaria a una infección subyacente. Sin embargo, es preciso resaltar que una reacción a fármacos puede producir tanto la erupción cutánea como la fiebre (“fiebre por fármacos”). Entre las otras enfermedades inflamatorias que suelen asociarse con fiebre se encuentran la psoriasis pustulosa, la eritrodermia y el síndrome de Sweet. La enfermedad de Lyme, la sífilis secundaria y los exantemas víricos y bacterianos (véase “Exantemas” antes en este capítulo) son ejemplos de enfermedades infecciosas que producen erupción y fiebre. Por último, es importante determinar si las lesiones cutáneas representan o no émbolos sépticos (véase “Púrpura”, antes en este capítulo). Tales lesiones suelen presentar signos de isquemia en forma de púrpura, necrosis o necrosis inminente (color gris metálico pavonado). En los pacientes con trombocitopenia, sin embargo, pueden verse lesiones purpúricas en reacciones inflamatorias como las erupciones morbiliformes por fármacos y las lesiones infecciosas. BIBLIOGRAFÍA Bolognia JL et al: Dermatology. Philadelphia, Mosby, 2003 Braverman IM: Skin Signs of Systemic Disease, 3d ed. Philadelphia, Saunders, 1998 Callen JP et al: Dermatological Signs of Internal Disease, 3d ed. Philadelphia, Saunders, 2003 Sybert VP: Genetic Skin Disorders. New York, Oxford University Press, 1997 Weedon D: Skin Pathology. 2d ed. London, Churchill Livingstone, 2002 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 70 <CUADROS DEL CAPÍTULO 48> PAG. 296 Cuadro 48-1. Causas particulares de lesiones papuloescamosas de la piel 1. Trastornos cutáneos primarios a. Psoriasisa b. Tiñaa c. Pitiriasis rosadaa d. Liquen planoa e. Parapsoriasis f. Enfermedad de Bowen (carcinoma escamoso in situ)b 2. Fármacos 3. Enfermedades sistémicas a. Lupus eritematoso c b. Linfoma cutáneo de células T c. Sífilis secundaria d. Enfermedad de Reiter e. Sarcoidosisd <PIE DE CUADRO> aSe expone en detalle en el capítulo 47. bSe vincula con la exposición a la luz solar por largo tiempo y al arsénico. cConsultar también “Lesiones rojas” en el apartado de “Lesiones cutáneas papulonodulares”. d Consultar también “Lesiones rojo-marrones” en “Lesiones cutáneas papulonodulares”. Cuadro 48-2. Causas de eritrodermia 1. Trastornos cutáneos primarios HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios a. Psoriasisa b. Dermatitis (atópica, por estasis, por contacto, seborreica)a c. Pitiriasis rubra pilar 2. Fármacos 3. Enfermedades sistémicas a. Linfoma cutáneo de células T b. Linfoma 4. Idiopáticas <PIE DE CUADRO> a Se expone en detalle en el capítulo 47. PAG. 297 Cuadro 48-3. Eritrodermia (trastornos cutáneos primarios) <COLUMNA 1> Psoriasisa Dermatitis atópicaa Estasis Por contacto Seborreica Pitiriasis rubra pilar <COLUMNA 2> Lesiones iniciales Lesión roja-rosa con escamas plateadas perfectamente demarcada Forma aguda: Eritema, escamas finas, costras, bordes imprecisos Crónica: Liquenificación (intensificación de las marcas cutáneas) Eritema, costras, excoriaciones Locales: 71 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 72 Eritema, costras, vesículas y bulas Sistémica: Eritema, escamas finas, costra Zonas rojo-rosas con escamas grasientas Zona rojo-naranja y pápulas perifoliculares <COLUMNA 3> Sitios de las lesiones iniciales Codos, rodillas, cuero cabelludo, zona presacra Huecos del codo y poplíteo, cuello, manos Extremidades pélvicas Depende del agente nocivo Generalizado Cuero cabelludo, pliegues nasolabiales, cejas, zonas intertriginosas Generalizadas, pero hay zonas características “indemnes” de piel normal <COLUMNA 4> Otros datos Distrofia ungueal, artritis, pústulas Prurito Antecedente familiar de atopia que incluye asma, rinitis alérgica o conjuntivitis y dermatitis atópica Descartar infecciones secundarias por S. aureus Descartar dermatitis sobreañadida por contacto con irritante Prurito, edema de extremidades pélvicas Antecedente de úlceras venosas, tromboflebitis, celulitis o ambos cuadros Descartar celulitis Descartar dermatitis sobreañadida por contacto, como sería con la aplicación de neomicina Irritantes: el comienzo suele acaecer en término de horas Alérgica: hipersensibilidad tardía; lapso de diferencia o espera de 48 h HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 73 La persona tiene el antecedente de dermatitis alérgica por contacto a un agente tópico y recibe algún fármaco de acción sistémica afín estructuralmente como sería la etilendiamina (tópica) y la aminofilina (IV). Exacerbaciones en situaciones de estrés e infección por VIH Se vincula con la enfermedad de Parkinson Queratodermia cérea Descartar linfoma cutáneo de células T <COLUMNA 5> Elementos de auxilio en el diagnóstico Biopsia de piel Biopsia de piel Biopsia de piel Prueba del parche Prueba del parche Biopsia de piel Biopsia de piel <COLUMNA 6> Tratamiento Retinoide ingerido ± PUVA; UV-B; metotrexato, ciclosporina, anticuerpos monoclonales Productos tópicos: glucocorticoides, tacrolimo, pimecrolimo, alquitrán de hulla y antipruríticos; antihistamínicos ingeribles; apósitos húmedos al descubierto; terapia con UV-B + UV-A; PUVA; glucocorticoides ingeribles/IM; ciclosporina Antibióticos tópicos o ingeribles Glucocorticoides tópicos; apósitos húmedos y al descubierto; elevación de extremidades; medias elásticas HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios Eliminar el irritante o el alergeno; glucocorticoides tópicos; antihistamínicos ingeribles; glucocorticoides ingeribles/IM Igual que en el tratamiento local Glucocorticoides e imidazoles tópicos Isotretinoína o acitretina; metotrexato <PIE DE CUADRO> a Se expone en detalle en el capítulo 47. Nota: PUVA psoralenos + radiación ultravioleta A; UV-B, ultravioleta B; UV-A, ultravioleta A; IM, intramuscular; IV, intravenosa. PAG. 298 Cuadro 48-4. Causas de alopecia I. Alopecia no cicatrizal A. Trastornos cutáneos primarios 1. Efluvio telógeno 2. Alopecia andrógena 3. Alopecia areata 4. Tiña de la cabeza 5. Alopecia traumática B. Fármacos C. Enfermedades sistémicas 1. Lupus eritematoso 2. Sífilis secundaria 3. Hipotiroidismo 4. Hipertiroidismo 5. Hipopituitarismo 6. Deficiencias de proteínas, hierro, biotina y zinc II. Alopecia cicatrizal A. Trastornos cutáneos primarios 74 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 1. Grupos cutáneos 2. Liquen plano 3. Foliculitis decalvans 4. Esclerodermia lineal (morfea) 5. Alopecia traumáticaa B. Enfermedades sistémicas 1. Lupus eritematoso 2. Sarcoidosis 3. Metástasis en la piel <PIE DEL CUADRO> aTambién se le conoce como degeneración folicular. PAG. 299 Cuadro 48-5. Alopecia no cicatrizal (trastornos cutáneos primarios) <COLUMNA 1> Efluvio telógeno Alopecia andrógena Alopecia areata Tiña Alopecia traumática <COLUMNA 2> Características clínicas Desprendimiento difuso de cabellos normales Surge después de un gran estrés (fiebre alta o infección intensa) o cambios hormonales (posparto) Reversible sin tratamiento Miniaturización de cabellos en la línea media del cuero cabelludo “Retroceso” de la línea anterior de implantación capilar en varones y algunas mujeres 75 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 76 Zonas circulares circunscritas de alopecia de 2 a 5 cm de diámetro En casos extensos, las lesiones coalecen, hay ataque de otras superficies pilosas del cuerpo o coexisten ambos trastornos “Depresiones” de las uñas Varía desde exfoliación con alopecia mínima hasta zonas definidas con “puntos negros” (cabellos rotos) y placas laxas con pústulas (querion) Cabellos rotos Perfil irregular <COLUMNA 3> Patogenia El estrés origina sincronía de los ciclos de cabello individual que normalmente son asincrónicos en su crecimiento; como consecuencia, comienzan simultáneamente la fase de telógeno o desvitalización de un gran número de cabellos en crecimiento (fase de anágeno) Mayor sensibilidad de los cabellos afectados, a los efectos de la testosterona Mayores niveles de andrógeno circulantes (de origen ovárico o suprarrenal en las mujeres) Las zonas germinativas de los folículos pilosos están rodeados de linfocitos T Enfermedades que a veces coexisten: hipertiroidismo, hipotiroidismo, vitiligo, síndrome de Down Invasión de los cabellos por dermatófitos, más a menudo Trichophyton tonsurans Tracción con rizadores, bandas de caucho o redes Exposición al calor o substancias químicas Tensión mecánica (tricotilomanía) <COLUMNA 4> HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 77 Tratamiento Observación; interrumpir el uso de cualquier fármaco que tenga como efecto adverso la alopecia; es importante descartar causas metabólicas ocultas como hipotiroidismo o hipertiroidismo Si no hay signos de un estado de hiperandrogenismo, aplicar minoxidil ± tretinoína; finasteridaa; transplante de cabello Antralina tópica; glucocorticoides; sensibilizantes tópicos por contacto Griseofulvina o terbinafina por vía oral y además un champú o sulfuro de selenio al 2.5% o ketoconazol; revisar a miembros de la familia Interrumpir las maniobras nocivas en el cabello o los tratamientos químicos; en casos de tricotilomanías se necesita a veces recortar el cabello y observar los folículos rasurados o la biopsia en busca del diagnóstico, seguidos de psicoterapia <PIE DE CUADRO> aHasta la fecha en Estados Unidos, FDA lo ha aprobado sólo para varones. PAG. 300 Cuadro 48-6. Causas de lesiones cutáneas “figuradas” I. Trastornos cutáneos primarios A. Tiña B. Urticaria (90%) C. Eritema anular centrífugo D. Granuloma anular E. Psoriasis II. Enfermedades sistémicas A. Migratorias 1. Eritema migrans 2. Urticaria (10%) 3. Eritema gyratum repens HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 78 4. Eritema marginado 5. Psoriasis pustulosa 6. Eritema migratorio necrolítico (síndrome de glucagonoma)a B. No migratorio 1. Sarcoidosis 2. Lupus eritematoso subagudo 3. Sífilis secundaria 4. Linfoma cutáneo de células T (como la micosis fungoide) <PIE DE CUADRO> a Eritema migratorio con erosiones; se localiza en extremidades pélvicas y zona de la cintura. Cuadro 48-7. Causas de erupciones acneiformes I. Trastornos cutáneos primarios A. Acné vulgar B. Acné rosácea II. Fármacos como los esteroides anabólicos, glucocorticoides, litio y yoduros III. Enfermedades sistémicas A. Mayor producción de andrógeno 1. Origen en suprarrenales como en el caso de la enfermedad de Cushing; deficiencia de 21-hidroxilasa 2. De origen ovárico como en la enfermedad de ovario poliquístico B. Criptococosis diseminada C. Hongos dimórficos D. Enfermedad de Behçet Cuadro 48-8. Causas de telangiectasias HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios I. Trastornos cutáneos primarios A. Lineares 1. Acné rosácesa 2. Piel actínicamente dañada 3. Hipertensión venosa 4. Telangiectasia esencial 5. En el interior de carcinomas de células basales B. Poiquilodermia 1. Radiación ionizantea 2. Poiquilodermia vascular atrófica C. Angioma arácneo 1. Idiopático 2. Del embarazo II. Enfermedades sistémicas A. Lineales 1. Carcinoide 2. Ataxia-telangiectasia 3. Mastocitosis B. Poiquilodermia 1. Dermatomiositis 2. Linfoma cutáneo de células T 3. Xeroderma pigmentosa C. En enrejado 1. Esclerodermia D. Periungueales 1. Lupus eritematoso 2. Esclerodermia 3. Dermatomiositis E. Papulosas 79 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 1. Telangiectasia hemorrágica hereditaria F. Angioma arácneo 1. Cirrosis <PIE DE CUADRO> a Se ha tornado menos frecuente. Cuadro 48-9. Causas de hipopigmentación I. Trastornos cutáneos primarios A. Difusos 1. Vitiligo generalizadoa B. Localizado 1. Hipomelanosis gutata idiopática 2. Situación posinflamatoria 3. Tiña versicolor (pitiriasis) 4. Vitiligo 5. Leucodermia de origen químico 6. Nevo despigmentoso 7. Piebaldismo II. Enfermedades sistémicas A. Difusas 1. Albinismo oculocutáneob a. Síndrome de Hermansky-Pudlakc b. Síndrome de Chédiak-Higashid 2. Fenilcetonuria 3. Homocistinuria B. Localizadas 1. Vogt-Koyanagi-Harada 2. Esclerodermia 3. Leucodermia acompañada de melanoma 80 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 81 4. Esclerosis tuberosa 5. Hipomelanosis de Ito/mosaicismo 6. Incontinentia pigmenti (etapa IV) 7. Sarcoidosis 8. Lepra tubercoloide e indeterminada 9. Linfoma cutáneo de células T <PIE DE CUADRO> a Ausencia de melanocitos. b Número normal de melanocitos. c Efecto en el almacenamiento de plaquetas y neumopatía restrictiva secundaria a depósitos de un material similar a ceroide; una forma se debe a la mutación en la subunidad beta de la proteína adaptadora. d Granos lisosómicos gigantes e infecciones recurrentes. PAG. 301 Cuadro 48-10. Hipopigmentación (trastornos cutáneos primarios, localizados) <COLUMNA 1> Hipomelanosis gutata idiopática Hipopigmentación posinflamatoria Tiña versicolor (pitiriasis) Vitiligo Leucodermia por sustancias químicas Piebaldismo <COLUMNA 2> Características clínicas Trastorno frecuente, adquirido; las lesiones tienen 1 a 4 mm de diámetro Aparece en la zona tibial y en las caras extensoras de los antebrazos HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 82 Puede surgir dentro de lesiones activas como en el lupus subagudo o después que disminuye la lesión, como en las dermatitis Trastorno frecuente Mitad superior del tronco y cuello Distribución “en chal” Adultos jóvenes Las máculas poseen una escama blanquecina y fina cuando son rascadas Adquirido; progresiva Zona simétricas de pérdida completa del pigmento Periorificial: alrededor de boca, fosas nasales, ojos, pezones, ombligo, ano Otras zonas: cara flexora de muñecas y cara extensora de la porción distal de extremidades La forma segmentaria es menos frecuente: unilateral, como siguiendo a un dermatoma Imagen similar a la del vitiligo Suele comenzar en manos Lesiones satélites en zonas no expuestas a sustancias químicas Dominante autosómico Congénito, estable “Mechón” blanco en el cabello Zonas de hipomelanosis que contienen máculas con pigmentación normal e hiperpigmentadas, de diversos diámetros Ataque simétrico de la porción central de la frente, cara ventral del tronco y regiones medias de extremidades escapulares y pélvicas <COLUMNA 3> Examen con lámpara de Wood (UV-A; en longitud máxima de onda = 365 nm) Menos intensificación que con el vitiligo Depende de la enfermedad particular HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 83 Por lo común menos intensificación que en el vitiligo Fluorescencia dorada Más manifiesto Zonas blancas “como tiza” Más manifiestas Zonas blancas “como tiza” Intensificación de leucodermia y máculas hiperpigmentadas <COLUMNA 4> Muestras de biopsia de piel Disminución repentina en el contenido de melanina epidérmica El tipo de infiltrado inflamatorio depende de la enfermedad específica Hifas y levaduras en gemación en el estrato córneo Ausencia de melanocitos Inflamación leve Menor número o ausencia de melanocitos Áreas hipomelanóticas: melanocitos escasos o ausentes <COLUMNA 5> Patogenia Posibles mutaciones somáticas como reflejo del envejecimiento; exposición a la luz ultravioleta Bloqueo en la transferencia de melanina en melanocitos a queratinocitos, como fenómeno que es consecuencia de edema o disminución en el tiempo de contacto Destrucción de melanocitos si las células inflamatorias atacan la capa basal Invasión del estrato córneo por la levadura Pityrosporum La levadura es lipófila y produce ácidos dicarboxílicos de C9 y C11 carbonos que inhiben in vitro la tirosinasa HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 84 Posible fenómeno autoinmunitario que culmina en la destrucción de los melanocitos: mecanismos humorales, celulares o de ambos tipos Otra hipótesis sería la autodestrucción de los melanocitos y anticuerpos circulantes o linfocitos T citotóxicos como fenómeno secundario Exposición a sustancias químicas que destruyen selectivamente los melanocitos, en particular fenoles y catecoles (germicidas, adhesivos) Liberación de antígenos celulares y activación de linfocitos circulantes como explicación del fenómeno de satélites Defecto en la migración de melanoblastos desde la cresta neural hasta la piel ventral, o incapacidad de los melanoblastos para sobrevivir o diferenciarse en tales áreas Mutaciones dentro del protooncogén c-kit que codifica el receptor de tirosina cinasa, del factor de crecimiento de células cebadas/dermatoblastos <COLUMNA 6> Tratamiento Ninguno Tratar la enfermedad inflamatoria primaria Sulfuro de selenio al 2.5%; imidazoles tópicos; imidazoles o triazoles ingeridos Glucocorticoides tópicos; UV-B, PUVA; transplante; despigmentación si hay grandes zonas afectadas Evitar la exposición al agente nocivo y tratar en forma similar a como se hace en el vitiligo Ninguna; en ocasiones transplante <PIE DE CUADRO> Nota: PUVA, psoraleno + radiación ultravioleta A; UV-B, radiación ultravioleta B. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios PAG. 302 Cuadro 48-11. Causas de hiperpigmentación I. Trastornos cutáneos primarios A. Localizados 1. Alteración de epidermis a. Queratosis seborreica b. Acantosis nigricans (obesidad) c. Queratosis actínica pigmentada 2. Proliferación de melanocitos a. Lentigo b. Nevo c. Melanoma 3. Mayor producción de pigmento a. Efélides (pecas) b. Mancha café con leche B. Localizadas y difusas 1. Fármacos II. Enfermedades sistémicas A. Localizadas 1. Alteración epidérmica a. Queratosis ceborreica (signo de Leser-Trélat) b. Acantosis nigricans (trastornos endocrinos, paraneoplásicos) 2. Proliferación de melanocitos a. Lentígines (síndromes de Peutz-Jeghers y LEOPARD; xerodermia pigmentoso) b. Nevos [complejo de Carney (LAMB y NAME)]a 3. Mayor producción de pigmento 85 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 86 a. Manchas café con leche (neurofibromatosis, síndrome de McCune-Albrigtb) b. Urticaria pigmentosac 4. Pigmentación de la dermis a. Incontinentia pigmenti (etapa III) b. Disqueratosis congénita B. Difusa 1. Endocrinopatías a. Enfermedad de Addison b. Síndrome de Nelson c. Síndrome de ACTH ectópico 2. Metabólicas a. Porfiria cutánea tarda b. Hemocromatosis c. Deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico d. Pelagra e. Malabsorción, enfermedad de Whipple 3. Melanosis secundaria a melanoma metastásico 4. Mecanismos autoinmunitarios a. Cirrosis biliar b. Esclerodermia c. Síndrome POEMS d. Síndrome de eosinofiliad 5. Fármacos y metales <PIE DE CUADRO> aTambién lentígines. BDisplasia fibrosa poliostótica. cConsultar también “Lesiones cutáneas papulonodulares”. dFinales del decenio de 1980. HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios PAG. 303 Cuadro 48-12. Causas de vesículas/ampollas I. Enfermedades cutáneas primarias A. Enfermedades ampollosas primarias (autoinmunitarias) 1. Pénfigoa 2. Penfigoide ampollosob 3. Penfigoide gestacionalb 4. Penfigoide cicatrizalb 5. Dermatitis herpetiformeb,c 6. Enfermedad lineal por IgAb 7. Epidermólisis ampollosa adquiridab,d B. Enfermedades ampollares secundarias 1. Dermatitis por contactoa 2. Eritema multiformea,b 3. Necrólisis epidérmica tóxicab C. Infecciones 1. Por virus de varicela/zostera,e 2. Por virus de herpes simplea,e 3. Por enterovirus, como la enfermedad glosopeda 4. Dermatitis exfoliativa estafilocócicaa,f 5. Impétigo ampollara II. Enfermedades sistémica A. Autoinmunitarias 1. Pénfigo paraneoplásicoa B. Infecciones 1. Émbolos cutáneosb C. Metabólicos 1. Ampollas de origen diabéticoa,b 87 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 2. Porfiria cutánea tardíab 3. Porfiria mixta (variegata)b 4. Seudoporfiriab 5. Dermatosis ampollosa de la hemodiálisisb D. Isquemia 1. Ampollas del sujeto en coma <PIE DE CUADRO> aIntraepidérmica. bSubepidérmica. cSurge en casos de enteropatía por glúten. dSurge en casos de enteropatías inflamatorias. eTambién fEn es sistémica. adultos, coexiste con insuficiencia renal y estados de inmunodeficiencia. PAG. 304 Cuadro 48-13. Causas de exantemas I. Morbiliforme A. Por fármacos B. Vírico 1. Sarampión 2. Rubéola 3. Eritema infeccioso 4. Virus de Epstein-Barr, echovirus, coxsackie y adenovirus 5. Fase temprana de infección por VIH (además de úlceras y mucosas) C. Bacterianos 1. Fiebre tifoidea 2. Sífilis secundaria temprana 88 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 3. Rickettsiosis temprana 4. Meningococemia temprana D. Enfermedad de rechazo inverso agudo (injerto contra hospedador) E. Enfermedad de Kawasaki II. Escarlatiniforme A. Escarlatina B. Síndrome de choque tóxico C. Enfermedad de Kawasaki PAG. 305 Cuadro 48-14. Causas de urticaria I. Trastornos cutáneos primarios A. Urticaria aguda y crónicaa B. Urticaria física 1. Dermatografismo 2. Urticaria solarb 3. Urticaria por fríob 4. Urticaria colinérgicab C. Angioedema (hereditario y adquirido)b II. Enfermedades sistémica A. Vasculitis urticariana B. Infección por hepatitis B o C C. Enfermedad del suero D. Angioedema (hereditario y adquirido) <PIE DE CUADRO> aUna minoría termina por mostrar anafilaxia. bTambién es generalizada. PAG. 306 89 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 90 Cuadro 48-15. Lesiones papulonodulares según los grupos de color I. Blancas A. Calcinosis cutánea II. Del color de la piel A. Nódulos reumatoides B. Neurofibromas (enfermedad de von Recklinghausen) C. Angiofibromas (esclerosis tuberosa, síndrome de MEN de tipo 1) D. Neuromas (síndrome de MEN, tipo 2b) E. Tumores de anexos 1. Carcinomas de células basales (síndrome de carcinoma nevoide de células basales) 2. Tricolemomas (enfermedad de Cowden) F. Osteomas (síndrome de Gardner) G. Trastornos cutáneos primarios 1. Quistes de inclusión epidérmicos 2. Lipomas III. Rosa/translúcidosa A. Amiloidosis B. Mucinosis papular IV. Amarillas A. Xantomas B. Tofos C. Necrobiosis lipoídica D. Seudoxantoma elástico E. Adenomas sebáceos (síndrome de Torre) V. Rojasa A. Pápulas 1. Angioqueratomas (enfermedad de Fabry) 2. Angiomatosis bacilar (predominantemente en casos de SIDA) HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 91 B. Pápulas/placas 1. Lupus cutáneo 2. Linfoma cutáneo 3. Leucemia cutánea C. Nódulos 1. Panniculitis 2. Poliarteritis cutánea nudosa 3. Vasculitis sistémica D. Trastornos cutáneos primarios 1. Picaduras de artrópodos 2. Hemangiomas en fresa 3. Infecciones, como erisipelas, esporotricosis 4. Erupción polimorfa lumínica 5. Linfocitoma cutáneo (seudolinfoma) VI. Roja-pardaa A. Sarcoidosis B. Síndrome de Sweet C. Urticaria pigmentosa D. Eritema elevado persistente (diutino) (vasculitis leucocitoplástica crónica) E. Lupus vulgar VII. Azulosaa A. Malformaciones venosas (síndrome de hemangioma cavernoso azul) B. Trastornos cutáneos primarios 1. Lago azul 2. Nevo azul VIII. Violáceo A. Lupus pernio (sarcoidosis) B. Linfoma cutáneo HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios C. Lupus cutáneo IX. Color morado A. Sarcoma de Kaposi B. Angiosarcoma C. Púrpura palpable X. Pardo-negruzcob XI. Cualquier color A. Metástasis <PIE DE CUADRO> aPuede ser más oscuro en personas con pigmentación cutánea más intensa. bVéase también “Hiperpigmentación”. Nota: MEN, neoplasia endocrina múltiple. PAG. 309 Cuadro 48-16. Causas de púrpuras I. Trastornos cutáneos primarios A. No palpables 1. Traumatismo 2. Púrpura actínica 3. Púrpura por esteroides 4. Capilaritis 5. Vasculitis livedoidea II. Enfermedades sistémicas A. No palpables 1. Trastornos de la coagulación a. Trombocitopenia (incluida la púrpura trombocitopénica idiopática) b. Función anormal de plaquetas c. Defectos de factores de coagulación 92 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 2. Fragilidad vascular a. Amiloidosis b. Síndrome de Ehlers-Danlos c. Escorbuto 3. Trombos a. Coagulación intravascular diseminada b. Crioglobulinemia monoclonal c. Púrpura trombocitopénica trombótica d. Reacción a la warfarina 4. Émbolos a. De colesterol b. De grasa 5. Posibles complejos inmunitarios a. Síndrome de Gardner-Diamond (sensibilidad autoeritrocítica) b. Púrpura hipergammaglobulinémica de Waldenström B. Palpable 1. Vasculitis a. Vasculitis leucocitopláctica b. Poliarteritis nudosa 2. Émbolosb a. Meningococemia aguda b. Infección gonocócica diseminada c. Fiebre maculada de las Montañas Rocosas d. Ectima gangrenoso <PIE DE CUADRO> aTambién acompaña a enfermedades sistémicas. bBacteriana, micótica o parasitaria. 93 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios PAG. 310 Cuadro 48-17. Causas de úlceras cutáneas I. Trastornos cutáneos primarios A. Enfermedad vascular periférica (cap. 232) 1. Venosa 2. Arterial B. Vasculopatía livedoidea C. Carcinoma escamoso (como el que surge dentro de cicatrices) D. Infecciones, como la éctima causada por Streptococcus (cap. 121) II. Enfermedades sistémicas A. Extremo inferior del miembro pélvico 1. Vasculitis leucocitoplásticab 2. Hemoglobinopatías (cap. 91) 3. Crioglobulinemiab, criofibrinogenemia 4. Émbolos de colesterolb 5. Necrobiosis lipoídicac 6. Síndrome antifosfolípidos (cap. 102) 7. Neuropáticad (cap. 323) 8. Panniculitis B. Manos y pies 1. Fenómeno de Raymaud (cap. 232) C. Generalizadas 1. Piodermia gangrenosa 2. Calcifilaxia (cap. 332) 3. Infecciones, como las causadas por hongos dimórficos, varicela-zoster crónico 4. Linfoma D. De mucosas 94 HARRISON Compendio de medicina interna 16a. ed./cap. 48/cot.-1er. pegado, palacios 1. Síndrome de Behçet (cap. 307) 2. Eritema multiforme 3. Trastornos ampollosos primarios (cap. 49) 4. Lupus eritematoso 5. Enteropatía inflamatoria <PIE DE CUADRO> aAcompaña también enfermedades sistémicas. bSe revisa en la sección de “Púrpura”. cSe revisa en la sección de “Lesiones cutáneas papulonodulares”. dAtaca preferentemente la superficie plantar. 95