UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS Escuela Profesional de Obstetricia FACTORES QUE INFLUYEN EN EL DESARROLLO DEL NIÑO (Para los alumnos de a Escuela Profesional de Obstetricia II Ciclo) Los factores reguladores del crecimiento pueden dividirse en dos grandes grupos: factores endógenos (genéticos, neurológicos, hormonales, metabólicos y psicológicos) y factores exógenos (nutrientes y ambientales), éstos actúan tanto en la fase embrionaria como en la extrauterina. En el crecimiento y desarrollo del niño se produce una interacción entre la herencia y el ambiente. Los factores genéticos determinan no sólo la talla, sino también la morfología, composición corporal, cronología y patrón de crecimiento individuales. Factores como el estilo de vida, higiene, entorno psicoafectivo y la nutrición son considerados como factores determinantes en los primeros años de la vida del niño. La respuesta de los niños a su ambiente está determinado entonces por toda una gama de factores; siendo el crecimiento, desarrollo físico y psicológico indicadores del estado de salud del individuo. Analizando los factores exógenos y su influencia en el crecimiento, encontramos los factores considerados inmediatos, con un efecto directo sobre el niño, como la alimentación, el cuidado y enfermedades y otros factores o condicionantes generales, a menudo de índole social, que inciden en el crecimiento. FACTORES INMEDIATOS: LA ALIMENTACIÓN: Para crecer, el organismo necesita energía que tan sólo puede obtener a través de la alimentación. El crecimiento del niño exige para su normal desarrollo un aporte adecuado de energía y nutrientes, esenciales para cubrir las necesidades para la formación de nuevos tejidos Lactancia materna: Hay que resaltar su importancia, ya que es considerada la mejor y más importante fuente nutritiva para el niño en los primeros cinco/seis meses de vida. La alimentación materna contribuye a: La prevención de las enfermedades diarreicas durante el primer año de vida, ya que proporciona protección contra las enfermedades infecciosas, por su alto contenido de anticuerpos. Así, el niño amamantado tiene pocos cuadros diarreicos y una mayor resistencia ante las enfermedades respiratorias, sobre todo durante los primeros meses de vida La alimentación materna favorece y estrecha la relación afectiva madre-hijo influyendo posteriormente en el desarrollo psíquico e incrementando los sentimientos de amor y seguridad. El niño se siente más protegido y apoyado, lo cual contribuye a la formación de niños más estables y seguros emocionalmente Lactancia artificial: Cuando la lactancia materna no es posible o es insuficiente existen en el mercado otros tipos de leche para la alimentación infantil con suficientes garantías y que aseguran una adecuada alimentación. Las leches industriales para la alimentación del niño se pueden clasificar en: Leches adaptadas o de inicio, destinadas a cubrir por sí mismas todas las necesidades nutritivas del lactante hasta los cuatro/seis meses. Leches de continuación o leches de destete, destinadas a la alimentación de los lactantes a partir del quinto mes y en el contexto de una alimentación diversificada Alimentación complementaria: A partir del sexto mes la lactancia no cubre todos los requerimientos del lactante por lo que hay que añadir otros alimentos que cubran estas necesidades. EL CUIDADO DEL NIÑO: El cuidado tiene un efecto importante sobre el bienestar psíquico y emocional del niño, siendo la madre fundamental para la socialización de sus hijos y para generar una actitud positiva, vital para el desarrollo intelectual Dichos cuidados dependen de las prácticas higiénicas y están muy relacionadas con la educación materna, con sus hábitos y costumbres. Se ha observado que este periodo es crítico para el crecimiento y salud. La influencia materna es tan grande, que una separación temprana de ella conlleva altos niveles de vulnerabilidad, enfermedades infecciosas y problemas emocionales. ENFERMEDADES: Cuya presencia dificultará el normal crecimiento. Los niños son particularmente sensibles a las enfermedades del tracto digestivo ya que el recién nacido no está preparado para recibir alimentación que no sea la leche materna. Se ha comprobado que los niños amamantados tienen menos infecciones intestinales, respiratorias y del tracto urinario. Además son menos proclives a padecer otitis media o meningitis También hay datos que indican que la incidencia de dolencias en las que están implicados mecanismos inflamatorios (colitis ulcerosa) o reacciones autoinmunitarias (diabetes mellitus), se dan con menor frecuencia en niños lactados de forma natural. En el desarrollo de estas enfermedades parece jugar un papel importante la madurez del sistema digestivo del recién nacido. FACTORES O CONDICIONAMIENTOS GENERALES Es preciso tener en cuenta el ambiente familiar, la pertenencia a una condición socioeconómica y el nivel de estudios de los padres, como determinantes importantes de un modo de vida con hábitos determinados (alimentación, educación, esparcimiento, trabajo, paridad y satisfacción, etc.) que van asociados a determinados cuidados que favorecen el crecimiento del niño. Los niños adquieren sus hábitos alimenticios muy precozmente y están sujetos a numerosas influencias procedentes, sobre todo, de la familia, de sus costumbres y comportamientos (en relación con factores sociales, económicos y culturales); de ahí la importancia que puedan tener los patrones de alimentación familiares, la escuela (por imitación de lo que comen sus compañeros de la misma edad), y también la publicidad y la televisión, que pueden tener una gran influencia sobre la conducta alimenticia del niño CRECIMIENTO DEL NIÑO Según la alimentación Durante el periodo que se extiende desde el nacimiento hasta los 3 años, la alimentación tiene un papel fundamental para el desarrollo del niño, debido a que la mayoría de los sistemas y órganos maduran durante este tiempo. Los niños subalimentados pueden presentar con el tiempo retraso en el desarrollo motor, físico, sensorial y psicológico. La alimentación se puede dividir en dos periodos: El periodo de lactancia, que comprende desde el nacimiento hasta los 4-6 meses de vida. Al nacer, el lactante sólo es capaz de succionar y deglutir líquidos, ya que sus aparatos digestivo y renal no están maduros para tomar otros alimentos diferentes, por lo que tiene que alimentarse con una única fuente de nutrientes y energía, alimentación láctea, bien sea en forma de lactancia materna o de fórmula de iniciación, y El periodo transicional, que va de los 4-6 meses hasta el año de vida, en el que el lactante se desarrolla en los aspectos psicomotor, digestivo, absortivo, inmunológico y renal. En esta fase se inicia la alimentación complementaria para compensar las demandas de energía y nutrientes de un organismo en rápido crecimiento Actualmente existe una fuerte controversia sobre cuánto tiempo debería ser la duración óptima de la lactancia materna. Mientras algunos autores destacan los efectos positivos de ésta, otros advierten de la posibilidad de que una alimentación basada exclusivamente en la leche materna podría derivar en una nutrición deficitaria en determinados micronutrientes, si ésta se prolonga mas allá del cuarto mes de vida por eso creen razonable introducir otros alimentos a los cinco o seis meses), sobre todo si han sido niños con un bajo peso al nacer, Un periodo largo de amamantamiento está asociado a un menor crecimiento del niño por lo que sería conveniente, pasada una cierta edad, recurrir a otro tipo de alimentación. Este mayor crecimiento de los niños con alimentación mixta puede deberse a que se produce una sobrealimentación, ya que es muy difícil saber cuando un niño está bien alimentado. La madre asocia el llanto del bebé a que éste tiene hambre, por lo que recurre a la comida para calmar su intranquilidad, dándole más cantidad de la que realmente necesita. A su vez tiene la “sensación” de que su producción de leche es escasa, por lo que aumenta la alimentación del niño con lactancia artificial. Esta sobrealimentación sucede sobre todo, si el niño es alimentado con leche materna, debido a que la madre no sabe si el niño ha tomado suficiente alimento y a que “las tomas” de leche materna es más frecuente en estos niños que los alimentados con biberón, por lo que la madre recurre a la alimentación artificial para calmar el llanto. En los niños con un bajo peso al nacer, la dificultad en la lactancia por ausencia o inmadurez de los reflejos de deglución y succión, hacen que la toma sea más escasa de lo que debiera, aumentando su ansiedad y la de la madre por lo que recurre a la lactancia artificial para satisfacer dichas necesidades. La condición socioeconómica de los padres La pertenencia a una condición socioeconómica u otra lleva unido una serie de hábitos y comportamientos familiares de gran influencia sobre la salud de los miembros de la familia y, en nuestro caso más concreto, del niño. La alimentación seguida por el niño en relación con la condición socioeconómica de los padres es diferente según pertenezcan a la CSE baja, media o alta Las madres que pertenecen a un nivel socioeconómico bajo y con escaso nivel cultural son las que menos utilizan la lactancia materna, siendo la alimentación artificial o mixta la principal a los tres meses de edad. Las madres que pertenecen a la condición socioeconómica alta al mes de vida de sus hijos dan sobre todo lactancia materna, mientras que las madres pertenecientes a la CSE baja la utilizan menos, con un porcentaje más elevado de alimentación mixta. A los tres meses, la CSE media y baja pasan a dar sobre todo alimentación mixta, mientras que la CSE alta continúa con un porcentaje elevado de alimentación materna ya que son sobre todo factores económicos y sociales los que inducen a la lactancia materna. Según el nivel de estudios de la madre El nivel educativo y el estilo de vida determinan el acceso a la información. A mayor nivel educativo mejor estilo de vida, y la información que le va a llegar será más completa, tanto a nivel de cuidados prenatales, como sobre las actitudes, Destacar que incluso el éxito de la alimentación materna se ve favorecido por dicha información, recibida de su medio ambiente, de familiares, matronas, enfermeras, médicos, que dan apoyo y consejos sobre las ventajas de su uso. Así, vemos que las madres con un alto nivel educativo son más proclives a dar alimentación materna a sus hijos que aquellas con un bajo nivel educativo Si la madre trabaja Destacar el efecto positivo del trabajo sobre la embarazada por lo que supone de obtención de mayores contactos sociales e información, pero, tiene a su vez, un efecto negativo sobre la lactancia y sobre los cuidados por la ausencia materna durante el horario laboral. La mejor información favorece la utilización de la lactancia materna como alimento en los primeros meses, por tanto vemos que son las madres trabajadoras las que más la usan, la incorporación de la madre al trabajo a los tres meses causa un aumento de la alimentación mixta (alternancia de la lactancia materna con la artificial) y por tanto una disminución de la lactancia materna exclusiva, para poder adaptar la alimentación infantil a su horario laboral A su vez las mujeres que no trabajan fuera del hogar son las que más lactancia artificial utilizan. INFLUENCIA DE LOS FACTORES SOCIALES EN EL CRECIMIENTO La familia es el contexto más inmediato de desarrollo del individuo, el medio que ofrece los primeros apoyos personales para poner en marcha todo el potencial humano con el que contamos desde nuestro nacimiento: potencial físico, afectivo, intelectual, emocional y moral Para calificar el desarrollo del niño como correcto, hay que hacerlo desde una perspectiva global, considerando el entorno donde está situado el niño y la repercusión que puede tener cualquier alteración sobre su futuro, ya sea biológico, psicológico o social. Tras el nacimiento de un niño, el objetivo a alcanzar es lograr una adecuada y rápida adaptación a la vida extrauterina. El proceso de alimentación de un recién nacido es una compleja interrelación que afecta tanto a la adquisición de nutrientes, como a la interacción entre la madre y su hijo (contacto físico, orientación olfativa, voz materna). Dado que el neonato es fisiológicamente dependiente de sus “cuidadores” para sobrevivir, desarrolla comportamientos que procuran y mantienen la proximidad materna (el llanto, la succión, el contacto ocular). La relación que el niño tiene con sus padres es fundamental para un adecuado desarrollo emocional y social necesitando del contacto humano, durante las primeras horas de vida, y casi instintivamente, los padres establecen un contacto visual, le acarician y mantienen con el recién nacido un estrecho contacto corporal que facilita su acceso al mundo La lactancia materna, al favorecer el contacto y la relación madre-hijo, puede tener una influencia positiva en el desarrollo infantil. Pero además, hoy sabemos que hay una correlación fisiológica, pues la leche materna contiene muchas sustancias que actúan como mediadores entre la madre y el niño, y establecen una comunicación bioquímica o fisiológica. El niño debe encontrar en esa relación una fuente de satisfacción; ahora bien, cuando las relaciones se deterioran por alguna causa pueden aparecer consecuencias psíquicas en los menores que repercutirán en su conducta La familia en la que crece y se desarrolla cada niño, la sociedad en la que están inmersos y el medio ambiente donde se ubica el hábitat familiar y transcurre la vida del niño, influyen de forma directa y decisiva en el proceso dinámico salud-enfermedad referida a la infancia. Desde su nacimiento, el niño se desarrolla sometido a la influencia de cuanto le rodea. El núcleo para el correcto desarrollo lo constituye la familia, elemento indispensable para iniciar la evolución de los aspectos biopsicosociales de la persona, por eso los cambios importantes que se producen en el entorno familiar tienen repercusiones físicas y emocionales. El niño tiene una actitud receptiva extraordinaria que le hace particularmente sensible a las acciones del ambiente, a las condiciones de la alimentación, de la vivienda, de la ciudad, del clima y de la higiene en general, éstos tienen una repercusión favorable o desfavorable sobre el organismo infantil. Numerosos factores, difícilmente disociables, influyen en el crecimiento y desarrollo del niño, alimentación, vivienda, higiene y condiciones de vida, acceso a la atención médica, tamaño de la familia, diferencia de edad de los hijos, salud de los padres, nivel socioeconómico de la familia, equilibrio entre las actividades, reposo y sueño. Por tanto todo el ambiente familiar o comunitario interviene en la evolución neuropsíquica y en su crecimiento con una considerable repercusión de la condición socioeconómica en la salud infantil. La herencia cultural que recibe el niño, a través del lenguaje de su madre, y el nivel alcanzado en este campo por los padres, condicionan la socialización del niño durante la infancia. La condición socioeconómica de una determinada familia guarda estrecha relación con el trabajo que ejercen los padres, los ingresos y su nivel de estudios. Relacionado con este factor, podemos hablar de otros índices representativos del nivel de vida alcanzado (equipamiento, vivienda). Existe una asociación favorable del nivel socioeconómico alto y un elevado nivel de estudios con el crecimiento del niño. Lic. Gustavo Waldo Zavala Garcia CPsP 10271