PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 2

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PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 2
UNIDAD 2
Contestar las siguientes preguntas extraídas de las preguntas de autoevaluación de la
unidad 2
Cuestionarios de autoevaluación.
1.
¿Qué relación hay entre la teología y la Revelación que está completa, acabada pero no
completamente explicitada?
La teología que está al servicio de la evangelización, se sirve la vía de conocimiento natural y de la
vía del conocimiento sobrenatural. Para conocer el misterio de Dios que excede a la razón natural parte
de los misterios revelados por Dios y aceptados por la fe.
En el nº 65 del Catecismo se dice: Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a
nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo" (Hb 1,12). Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En Él lo
dice todo, no habrá otra palabra más que ésta.
La teología explica la verdad de la fe contenida en la Revelación gradual y definitiva que Dios ha hecho
de sí mismo, los misterios revelados por Dios y la relación entre los mismos, teniendo como eje principal
los misterios de la Santísima Trinidad y de Cristo en quien culminó la revelación. En Cristo la revelación
está completa, acabada, pero la comprensión de las verdades de la fe no se da plenamente, es dinámica
y gradual. Le corresponde a la teología indagar las verdades contenidas en la revelación y, con la ayuda
de otras ciencias, desentrañar, explicitar esas verdades.
2.
¿Qué relación hay entre las revelaciones privadas y la revelación plena de Cristo? y
¿porqué pueden ser modificadas las "tradiciones" particulares?
Las revelaciones privadas, aún las reconocidas por la Iglesia no pertenecen al depósito de la fe ,
no modifican, agregan ni quitan nada a la revelación que se ha realizado plenamente en Cristo.
Su función es ayudar a vivir más plenamente la fe de los creyentes que pueden discernir y acoger
lo que es auténtico en esas revelaciones que no pretenden superar la Revelación en Cristo.
Por otra parte, las tradiciones particulares se distinguen de la Tradición viva transmitida por los
apóstoles. Son tradiciones teológicas, disciplinares, litúrgicas o devocionales nacidas en las
Iglesias locales o particulares. Sólo a la luz de la gran Tradición las tradiciones particulares
pueden ser mantenidas, modificadas o también abandonadas bajo la guía del Magisterio de la
Iglesia.
3.
¿Cuáles son los géneros literarios que se entrelazan en los libros del Pentateuco-la Torah?
Explicar en qué ambiente nacen y cómo se expresan cada una de esas cuatro tradiciones.
En la composición de los libros o rollos del Pentateuco de la Biblia Hebrea se entrelazan cuatro
tradiciones y géneros literarios.
Un estudio de las formas literarias y de las tradiciones orales y escritas en la composición de la
Biblia permite identificar una pluralidad de tradiciones en los cinco libros que conforman el
Pentateuco o Libro de la Torá, Enseñanza o Ley, que se ponen en evidencia por duplicaciones de
relatos, repeticiones con mensajes peculiares complementarios o discordancias.
Las fuentes escritas del Pentateuco son momentos privilegiados de un largo desarrollo, que
recogen esas tradiciones que tienen una identidad propia y una situación histórica.
La tradición “Yahvista” llama a Dios “Yahveh” desde la creación, tiene un estilo vivo y
pintoresco. Habla de Dios de una manera figurada y con expresiones muy humanas, con
imágenes antropomórficas. Tuvo su origen en Judá y, en lo esencial, en tiempo de Salomón.
La tradición “Elohista” llama a Dios Elohim y se distingue de la anterior por su estilo más sobrio
y monótono, una moral exigente y una distancia entre Dios y los seres humanos. Es más reciente
que la “yahvista” no trata los orígenes y comienza con Abraham y depende de las tribus del
norte.
Estas dos tradiciones contienen pocos textos legislativos y refieren una misma historia porque
tienen un origen común que conocen las tribus del sur y del norte, una misma tradición oral que
quizás quedó escrita en la época de los jueces y se cobinaron en Judá hacia el final de la
monarquía.
La tradición “sacerdotal” está constituida sobre todo por leyes y tiene un interés particular en la
organización del Santuario, en los sacrificios y las fiestas, en las funciones sacerdotales de Aarón
y sus descendientes. La anima un espíritu legalista y litúrgico expresado en narraciones. Esta
tradición procede de los sacerdotes del templo de Jerusalén, conserva elementos antiguos, pero
no quedó constituida hasta el Destierro a Babilonia y no se impuso hasta el regreso permitido por
Ciro el Persa. Se distinguen varios estratos de redacción y es posible que no haya tenido una
existencia independiente, sino que los redactores hayan insertados textos de la tradición.
Las tres tradiciones conviven en el Génesis, la tradición sacerdotal se aísla al final del Éxodo y
está presente en casi todo el Levítico y en Números.
La tradición del Deuteronomio domina en todo este libro, se caracteriza por un estilo peculiar,
amplio y oratorio, reiterativo y por una doctrina que afirma la elección de Dios de Israel, entre
otros pueblos, como su pueblo, ratificada por un paco que exige fidelidad a la ley de Dios y a un
culto en un único santuario. Esta tradición deuteronómica se entronca con la elohista y con el
movimiento profético relacionado y con usos del norte llevados a Judá por levitas que dejaron en
el tempo de Jerusalén la ley enmarcada en un discurso de Moisés, la cual fue hallada y
promulgada por el rey Josías, lo que favoreció la reforma religiosa y tuvo una nueva edición al
comienzo del destierro. El significado etimológico de Deuteronomio es segunda ley, pero más
exactamente una segunda edición o versión de la ley. Se habría compilado antes de fines del
Destierro en Babilonia y luego habrían ocurrido las intervenciones sacerdotales de los capítulos
31 y 34.
La ley traída por Esdras de Babilonia a Jerusalén parece integrar todo el Pentateuco.
4.
¿Cómo se da en el Nuevo Testamento la revelación de las Personas Divinas?
El conocimiento bíblico de la Trinidad económica insinuada en el Antiguo Testamento se
completa plenamente en el Nuevo Testamento: en el paso de la revelación de la paternidad
divina respecto del Pueblo del Antiguo Testamento a la Persona Divina del Padre en la relación
de paternidad y filiación divinas reveladas por Jesucristo en el Nuevo Testamento; en el paso de
la Palabra divina a la Persona del Verbo-Hijo encarnado en Jesucristo; y en el paso del Ruaj
(aliento vital y espíritu de Dios) al Pneuma, a la Persona del Espíritu Santo, Don de Dones,
revelada y entregada por Jesucristo.
Algunos textos del Catecismo:
239 Al designar a Dios con el nombre de "Padre", el lenguaje de la fe indica principalmente dos
aspectos: que Dios es origen primero de todo y autoridad transcendente y que es al mismo tiempo
bondad y solicitud amorosa para todos sus hijos. Esta ternura paternal de Dios puede ser
expresada también mediante la imagen de la maternidad (cf. Is 66,13; Sal 131,2) que indica más
expresivamente la inmanencia de Dios, la intimidad entre Dios y su criatura. El lenguaje de la fe
se sirve así de la experiencia humana de los padres que son en cierta manera los primeros
representantes de Dios para el hombre. Pero esta experiencia dice también que los padres
humanos son falibles y que pueden desfigurar la imagen de la paternidad y de la maternidad.
Conviene recordar, entonces, que Dios transciende la distinción humana de los sexos. No es
hombre ni mujer, es Dios. Transciende también la paternidad y la maternidad humanas (cf. Sal
27,10), aunque sea su origen y medida (cf. Ef 3,14; Is 49,15): Nadie es padre como lo es Dios.
240 Jesús ha revelado que Dios es "Padre" en un sentido nuevo: no lo es sólo en cuanto Creador;
Él es eternamente Padre en relación a su Hijo único, que recíprocamente sólo es Hijo en relación
a su Padre: "Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel
a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt 11,27).
El Padre y el Hijo revelados por el Espíritu
243 Antes de su Pascua, Jesús anuncia el envío de "otro Paráclito" (Defensor), el Espíritu Santo.
Este, que actuó ya en la Creación (cf. Gn 1,2) y "por los profetas" (Símbolo NicenoConstantinopolitano: DS 150), estará ahora junto a los discípulos y en ellos (cf. Jn 14,17), para
enseñarles (cf. Jn 14,16) y conducirlos "hasta la verdad completa" (Jn 16,13). El Espíritu Santo
es revelado así como otra persona divina con relación a Jesús y al Padre.
244 El origen eterno del Espíritu se revela en su misión temporal. El Espíritu Santo es enviado a
los Apóstoles y a la Iglesia tanto por el Padre en nombre del Hijo, como por el Hijo en persona,
una vez que vuelve junto al Padre (cf. Jn 14,26; 15,26; 16,14). El envío de la persona del Espíritu
tras la glorificación de Jesús (cf. Jn 7,39), revela en plenitud el misterio de la Santa Trinidad.
5.
¿Qué aportan los dos relatos del Génesis sobre la creación y vocación del varón y la
mujer? ¿Cuál es la imagen de Dios que deben realizar en las relaciones interpersonales y
en particular en el matrimonio? ¿Cómo debe ser el estilo de vida trinitario coherente con
una espiritualidad trinitaria que imita el modelo de las relaciones interpersonales
trinitarias?
La Trinidad es modelo de intercomunión para las relaciones interpersonales humanas y en
particular el matrimonio. Es necesario que la contemplación del misterio de la Trinidad lleve a
los cristianos a adquirir un estilo de vida trinitario, o sea de comunión, de apertura al otro, en que
la capacidad de compartir integre la de dar y recibir.
Apéndice, p. 33
La acción del Espíritu en la Iglesia prefigurada en la Creación, en la que el matrimonio es el
signo primordial de la Alianza de Dios con la humanidad, y en la que la unión nupcial de Adán y
Eva es prototipo de la unión de Cristo con la Iglesia.
Para tratar esta primer etapa de la Iglesia prefigurada es necesario recordar suscintamente
algunos temas.
En esta etapa encontramos algunas insinuaciones bíblicas de la presencia del Espíritu (Ruaj) en
la obra de la Creación y en la creación del ser humano: aleteo, soplo de vida, aliento, el
"Hagamos" en primera persona plural, según una lectura que se remonta a los Padres.
El primer relato de la creación del hombre y la mujer atestigua su igualdad esencial y dignidad
por haber sido creados ambos a imagen y semejanza de Dios. Como dijo Congar, ambos, en
forma conjunta, deben representar algo de Dios Uno y Trino. En el segundo relato de la
creación, el yavista, se resalta el ser del varón y la mujer orientado a la reciprocidad y la
comunión, revelando el carácter esponsal de la persona, de existir para otro.
Juan Pablo II, en MD 6 al 11, presenta como principio del "ethos" humano la imagen y
semejanza con Dios que radica en la "unidad de los dos", en la relación recíproca como llamada
y tarea de unidad en la comunión, preludio de la definitiva autorrevelación de Dios Uno y Trino.
Esto es retomado en MD 23, en que dice que la verdad sobre la Iglesia como esposa de Cristo se
basa en la realidad bíblica de la creación del hombre, varón y mujer, a imagen y semejanza de
Dios como "unidad de los dos", llamados a un amor esponsal en el matrimonio instituído desde
el principio con el carácter de unión en la naturaleza de las personas. El reconocimiento en el
Génesis de la misma dignidad en la comunión y la reciprocidad entre el varón y la mujer ha sido
un tema central en la comprensión de la sexualidad humana.
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