INDICE Pág. INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………….. 2 I. Cuestiones preliminares. …………………………………………………….. 3 II. Legislación y hermenéutica. …………………………………………………. 3 III Sentido y comprensión. ………………………………………………………. 5 IV. Problemas de la comprensión……………………………………………... 7 V. Clases de interpretación. ……………………………………………………... 9 VI. Inseguridad jurídica………………………………………………………….. 13 Conclusiones…………………………………………………………………. 20 Bibliografía. …………………………………………………………………. 22 2 “Si el Derecho se redujese a la ley, no merecería un minuto de esfuerzo” Duguit INTRODUCCIÓN A través del derecho y más concretamente mediante la ley, se intenta dotar de seguridad jurídica a la sociedad. Sin embargo, ello no ocurre así ya que en principio, las normas jurídicas no se encuentran preestablecidas como se piensa, sino que son producto de la capacidad humana de comprender el sentido de la ley, de lo cual se encarga la Hermenéutica jurídica. Esto genera un imperante estado de inseguridad jurídica en la sociedad, cuando tales normas son aplicadas por el órgano encargado de ello a través de un acto de político influenciado de valores e intereses, que busca legitimar los actos de quienes detentan el poder. Ahora bien, el desarrollo del tema comienza con el planteamiento de la necesidad de la ley en la sociedad y el establecimiento de la relación entre legislación y hermenéutica; posteriormente, se analiza el importantísimo papel de la comprensión y el sentido del texto legal para la Hermenéutica, haciéndose notar en seguida, cuales son algunos factores o problemas que presenta la comprensión. A continuación se hace referencia a dos criterios de clasificación de la interpretación, que se consideraron importantes para el presente estudio, y finalmente, se ponen de manifiesto las causas de por qué la Hermenéutica jurídica propicia inseguridad jurídica en la sociedad. 3 HERMENÉUTICA E INSEGURIDAD JURÍDICA I. CUESTIONES PRELIMINARES El descubrir o revelar algo nuevo o desconocido, siempre ha resultado interesante y emocionante para el hombre, por ello, y gracias a su incesante curiosidad, el ser humano ha logrado innumerables avances en múltiples disciplinas, lo que le ha permitido conseguir un desarrollo inmenso, dando respuesta a los mas variados cuestionamientos, además de satisfacer inmensidad de necesidades. El fenómeno descubrir o revelar algo nuevo tiene lugar también en el derecho, pero bajo ciertas particularidades, y para entender cómo se genera, es menester realizar un breve análisis de la Hermenéutica, la cual, llevada al ámbito jurídico se refiere a comprender e interpretar el sentido de la ley, produciéndose importantes efectos en la sociedad. A través del derecho, y más concretamente, mediante la ley, se intenta dotar de seguridad jurídica a la sociedad. Sin embargo, ello no ocurre así ya que en principio, las normas jurídicas no se encuentran preestablecidas, como se piensa, sino que son producto de la capacidad humana de comprender el sentido de la ley y ello, genera un imperante estado de inseguridad jurídica en la sociedad. II. LEGISLACIÓN Y HERMENÉUTICA La vida en sociedad, requiere de un conjunto de reglas a efecto de que la convivencia sea armoniosa y no desemboque en un caos. En otras palabras, en la sociedad, es necesaria la elaboración de leyes por parte del órgano facultado para ello, que sean aplicadas por el órgano de poder que cuenta con atribuciones de 4 hacerlo, para solucionar controversias concretas cuando se actualice la hipótesis prevista en dichas leyes. Así, al lado de la actividad legislativa creadora de leyes, existe otra función igualmente importante, que es la aplicación de tales leyes. Sin embargo, para llevar a cabo esta aplicación, se necesita conocer, entender y comprender la ley, es decir, extraer su sentido para aplicarla a un caso concreto, siendo precisamente de la anterior tarea, como surge la llamada Hermenéutica jurídica, y es que, como podrá advertirse de posteriores apartados, la aplicación de la ley general, no es una labor sencilla. Por ahora, siguiendo el criterio de Eugenio Trueba, baste decir que la Hermenéutica, puede definirse como la actividad intelectual encaminada al entendimiento de un determinado texto. La voz viene del griego hermeneuiem, que quiere decir explicar o interpretar.1 La expresión Hermenéutica parece conservar alguna conexión semántica con Hermes, personaje de la mitología griega que daba publicidad a los dioses del Olimpo, transmitiendo los mensajes de dichos entes a los mortales, actuando como intérprete2. Valga decir que en sus inicios, la Hermenéutica tuvo la función de servir para comprender los mensajes de dios, contenidos en las sagradas escrituras. Autores como Wilhelm Dilthey, Guillermo Windelband y Enrique Rickert, sostuvieron que existen ciencias distintas de las naturales, que se ocupan más que de hechos, del sentido y por ello, pueden considerarse como ciencias del espíritu o de la comprensión, tal es el caso de la Hermenéutica, que busca 1 Trueba Olivares, Eugenio, La interpretación de la ley, Guanajuato, Gto, Facultad de Derecho de la universidad de Guanajuato, Departamento de Investigaciones jurídicas, 1989, p. 39. 2 Alflen Da Silva, Nelly Susane, Hermenéutica jurídica y concreción judicial, trad. De Humberto Orduz Maldonado, Bogotá Colombia, Editorial Temis, 2006, pp. 9-10. 5 evidenciar que acerca del ser humano, existen cosas como la comprensión e interpretación, que no se pueden percibir mediante la observación. En palabras simples y claras, Andrei Marmor refiere que la interpretación constituye una excepción al conocimiento previo de los significados literales, a la vez que depende de él.3 Actualmente, la Hermenéutica, es una vertiente de la Metodología Jurídica. III. SENTIDO Y COMPRENSIÓN En principio, debe decirse que la Hermenéutica, es una disciplina cuya tarea es hacer comprender el sentido de algo, que en el caso del derecho se trata de la ley. La Hermenéutica, en términos generales, pone de manifiesto que el ser humano cuenta con una capacidad natural muy importante: la de comprender. Para Oscar Corrreas, la Hermenéutica es la actividad del pensamiento, la disciplina que devela lo oculto y supone que existen textos portadores de un sentido o discurso producido por alguien que tiene la intención de dirigirse a otro, el cual, debe comprender dicho sentido.4 Tradicionalmente, la interpretación de leyes ha sido definida como una actividad consistente en descubrir el sentido de las expresiones legales. Sin embargo, lo que debe entenderse por interpretar las leyes, es entender dichas fórmulas.5 A su vez, “entender un enunciado, importa, pues, disponer de otro enunciado que traduzca al primero, por significar lo mismo.”6 3 Marmor, Andrei, Interpretación y Teoría del Derecho, Barcelona, Gedisa, 2001, p. 51. 4 Correas, Oscar, Metodología jurídica, una introducción filosófica, México, Fontamara, 2007, t. I, p. 172. 5 Hernández Marín, Rafael, El derecho como dogma, s.l.i., Tecnos, 1984, pp. 26-27. 6 Vernengo, Roberto J, La interpretación literal de la ley, 2a. ed. ampliada, Buenos Aires, Abeledo Perrot, s.f., p. 49. 6 Así las cosas, el productor de un texto con sentido, busca transmitir ese sentido, más no hay garantía alguna de que el receptor capte el sentido que quiso transmitirle el emisor; de hecho Aulis Aarnio, ha estimado que sólo puede decirse que una expresión ha sido interpretada exitosamente, si la persona receptora entiende la interpretación de la misma manera como nosotros la entendemos. 7 El mundo del hombre, se caracteriza por atender al sentido, y más aún por que ese sentido, tiene que ser captado por un ser humano distinto del que lo produjo. No obstante lo anterior, dice Oscar Correas, que en ese viaje desde el productor al receptor, el sentido puede ser tergiversado, es decir, que puede ser mal entendido, mal comprendido, y otros muchos “accidentes”.8 Resulta acertada la aseveración de Oscar Correas, que dice que en realidad, las normas jurídicas, se encuentran en la lectura e interpretación que hace el jurista de algún texto, y por tal motivo, la certeza se esfuma, ya que no es posible tener ningún tipo de control sobre la manera como alguien entiende los textos; así las cosas, no es posible aceptar que se pueda arribar a conclusiones exactas sobre el derecho, pues si el derecho depende de la manera como se recepte el sentido, y eso incluye la voluntad y la libertad del intérprete, el autor en cita cuestiona ¿cómo se puede tener la seguridad de algo?9 Además, este autor sostiene que el texto jurídico que alguien produjo en algún momento anterior, es mudo, pues requiere que alguien lo use, que diga que existe y que diga lo que dice.10 Afirma también el jurista Oscar Correas: 7 Aarnio, Aulis, Lo racional como razonable, un tratado sobre la justificación jurídica, Centro de estudio Constitucionales, Madrid, 1991, p. 114. 8 Correas, Oscar, op. cit., nota 4, p.168. 9 Ibidem, pp. 168-169. 10 Correas, Oscar, Acerca de los derechos humanos, apuntes para un ensayo, México, Ediciones Coyoacán, 2003, p. 76. 7 “La corriente hermenéutica se hizo cargo, precisamente, de que el sentido existe en su recepción más que en su producción. O, si se quiere, se hizo cargo de que establecer el sentido de un texto, es el resultado de un compromiso del intérprete: él debe tener la actitud de quien sabe que el resultado de su trabajo no es establecer, sino restablecer el sentido producido, en otro tiempo y en otra circunstancia, por otra voluntad de producir sentido. Esto, además de que existe el contexto, tanto el de la producción, como, sobre todo, el de la recepción del sentido. Y el contexto del lector incluye su ideología, es decir, sus creencias éticas personales, su historia, su estado de ánimo, sus conocimientos”.11 Así, considerando lo expuesto por Correas, es factible afirmar que, tratándose de la interpretación jurídica, no existe garante alguno de que el intérprete efectuó su labor de manera “correcta”. En la Hermenéutica, la comprensión juega un papel fundamental, en tanto que estriba en un acto intelectual en virtud del cual se aprehende el sentido exteriorizado por una voluntad; comprender es recibir el sentido, pero no de manera experimental, sino que es entender, aprehender; es decir, comprender es una actividad mental en la cual, no intervienen los sentidos. 12 IV. PROBLEMAS DE LA COMPRENSIÓN Se ha dicho ya, que la comprensión es una actividad intelectual importantísima para la Hermenéutica, que implica, el entender el sentido de un texto, sin embargo, presenta algunas dificultades tales como la polisemia, que implica la propiedad de los signos, de contar con más de un significado aún en el lenguaje natural, lo que hace latente la posibilidad de que el receptor, no capte el 11 12 Correas, Oscar, op. cit. Nota 4, p. 169. Correas, Oscar, op. cit. Nota 4, p. 173. 8 sentido deseado por el emisor, traduciéndose ello, en una puerta abierta a la inexactitud. Otro problema para la comprensión, estriba en el empleo de términos técnicos, que junto con el lenguaje natural, implica por así decirlo, el uso de dos lenguajes en el derecho. Un factor más que representa un problema para la comprensión, son los cambios culturales, pues no obstante que el contexto en el cual son empleadas las palabras, acota de alguna manera el significado de las mismas, lo cierto es que el simple transcurso del tiempo, ocasiona que el significado de una palabra no sea el mismo cuando se emitió el texto cuyo sentido se pretende comprender, y al momento de llevarse a cabo la pretendida comprensión. El canal a través del cual se transmite el sentido, puede originar también, problemas para la comprensión, pues el texto continente de sentido que se pretende comprender, al ser procesado por algún medio como por ejemplo la informática, podría ya contener elementos ajenos al sentido original. Representa también un problema para la comprensión, lo que Oscar Correas denomina la competencia del receptor, lo cual dice, implica la ideología y voluntad de éste último, en el proceso de entendimiento, de ahí que en definitiva, nada garantiza que lo receptado sea idéntico a lo producido,13 o bien, que realmente se comprenda el sentido. De manera interesante, Oscar Correas enfatiza un problema contundente, que ineludiblemente afecta la comprensión del sentido de un texto, siendo este, el hecho de que la sociedad se encuentra dividida en clases con intereses antagónicos, y, por tanto, con ideologías contrapuestas, de ahí pues, al no existir un consenso social de valores, en una sociedad desigual, es de estimarse que la 13 Ibidem. p. 177. 9 comprensión pretendida a través de la hermenéutica jurídica habrá de tener un fondo político.14 V. CLASES DE INTERPRETACIÓN La ley, ha sido creada para aplicarse casos concretos, y aunque en ocasiones pareciera ser clara en cuanto a su lectura, para aplicarse a casos concretos necesariamente debe interpretarse para extraer la norma que ha de ser aplicada a la conducta humana. Es realmente un equívoco el considerar suficiente por sí misma, la enunciación de una ley, y eso acontece por que se trata de un instrumento encaminado a disciplinar la vida de relación; de esta manera, es preciso ver en cada caso, cómo funciona tal instrumento y determinar, si se adapta al fin que ha de responder, esto es, si sirve para resolver un determinado problema práctico.15 Así pues, existen diferentes formas de hacer una interpretación de la ley, sin embargo, dos son los criterios que se estima, vale la pena indicar: A) El que atiende al sujeto intérprete, y en atención al cual, la interpretación puede ser legislativa, judicial y doctrinal. Así pues, si la interpretación la realiza el sujeto que elaboró la ley, es decir, el legislador, se estará en presencia de una interpretación legislativa o auténtica. Si la interpretación la realizan funcionarios judiciales, a efecto de resolver controversias que son sometidas a su conocimiento, se está en presencia de una interpretación judicial, y finalmente, si la interpretación la realiza un abogado particular, con propósitos de investigación, y que se traduce en tratados, monografías, artículos, ensayos, publicaciones, etcétera,se está en presencia de la interpretación doctrinal. 14 Ibidem, p. 179. Cisneros Farías, Germán, La interpretación de la ley, 3a. ed., México, Trillas, p. 119. 15 10 Cabe decir que la interpretación doctrinal, también llamada especulativa, en ocasiones termina convirtiéndose en uno de los puntos de referencia de la interpretación judicial, y Eugenio Trueba, se expresa de este tipo de interpretación diciendo: “No puede verse con desinterés la obra de los jurisconsultos cuyo número, fama e influencia ameritaría un estudio especial. Su pensamiento, sus críticas, sus ideas, aparte de que sirven al esclarecimiento de problemas específicos, significan, dentro de la historia del Derecho, voces sumamente autorizadas que se anticipan a las grandes reformas legislativas y determinan el bañase y desarrollo de las instituciones. Puede decirse que su labor crítica y rectificadora es equiparable a la de los grandes líderes sociales, pues aunque su influencia parta del juicio reflexivo de gabinete y no de la plaza pública ni de las barricadas, la difusión de sus ideas ha sido con frecuencia acogida por los hombres de acción y por los reformadores prácticos”. 16 A mayor abundamiento, es de resaltarse que el pensamiento de los grandes jurisconsultos, suele invocarse para resolver problemas sociales tanto de de gran trascendencia, como problemas jurídicos menores. Ejemplo de ello, es que el Poder Judicial Federal de nuestro país, a fin de emitir criterios obligatorios para la estructura jurisdiccional, suele acudir a la interpretación doctrinal, tal y como se observa de los criterios que se citan a continuación: Tesis IV.1o.C.55 C, emitida por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Cuarto Circuito, localizable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca, Tomo XXIII, Enero de 2006, página 2335, misma que establece: “CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. LA CITACIÓN PARA SENTENCIA NO LA EXTINGUE, PUES OPERA DE PLENO DERECHO, SIN NECESIDAD DE DECLARACIÓN. La caducidad de la instancia se incorpora en el Código de Comercio 16 Trueba Olivares, Eugenio, op. cit. nota 1, p. 49. 11 reformado el veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y seis, a partir de la experiencia forense derivada de la aplicación del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, según se estableció en la exposición de motivos de la mencionada reforma. Ahora bien, en la exposición de motivos de la reforma de treinta y uno de enero de mil novecientos sesenta y cuatro, que instituyó en el segundo de los ordenamientos mencionados la figura jurídica que nos ocupa, se adujo, entre otras circunstancias, que al establecerse que la caducidad de la instancia opera de pleno derecho por el solo transcurso del término establecido sin que las partes actúen, se daba a entender que no son necesarios a ese fin ni incidentes ni sentencias especiales, si bien se deja abierta la posibilidad de que cualquiera de las partes solicite al Juez, para mayor formalidad, una declaración al respecto, o éste lo haga de oficio; y su efecto es que todas las actuaciones posteriores serán nulas y ni siquiera el consentimiento de las partes puede revalidar la instancia ya que, siendo ésta de interés público, no se establece en beneficio de los litigantes, sino para proteger el interés del Estado en que no existan juicios pendientes de fallarse, sin causa justificada. Por su parte, Eduardo J. Couture, en su obra Vocabulario Jurídico, define la expresión de pleno derecho como: "Locución utilizada para significar que un efecto jurídico se produce por ministerio de la ley, sin necesidad de declaración judicial o acto jurídico privado alguno.". De lo anterior se advierte que la intención del legislador, al señalar en el artículo 1076 del Código de Comercio: "La caducidad de la instancia operará de pleno derecho", fue la de establecer que dicha figura procesal opera por el solo transcurso del tiempo, es decir, sin necesidad de declaración, estimando, además, que todas las actuaciones posteriores serán nulas y ni siquiera el consentimiento de las partes puede revalidar la instancia; en ese contexto, la citación para sentencia no extingue la posibilidad de declarar la caducidad de la instancia, en la medida en que si ésta ya operó dentro del lapso que prevé la ley, es evidente que no existe 12 impedimento para que se declare con posterioridad, razón por la que el tribunal de alzada puede decretar la caducidad de la primera instancia, atendiendo al agravio expuesto ante su potestad.”17 B) El que atiende al alcance y resultados de la interpretación. Este criterio, distingue a la interpretación declarativa, restrictiva o extensiva. La interpretación es declarativa, cuando el producto de la interpretación, coincide casi en forma idéntica, con el texto interpretado. La interpretación es restrictiva, cuando en virtud de ella, se restringe el campo de aplicación de la norma, ya sea por que existen principio de contradicción en el texto interpretado, o por que el principio jurídico que se quiere aplicar, va más allá del fin para el cual fue ordenado. La interpretación extensiva, también denominada de integración, crea una norma que se extiende a casos no contemplados por el texto jurídico sujeto a interpretación. Ahora bien, es de indicarse que existen múltiples métodos de interpretación de la ley por ejemplo, el método exegético, que atiende estrictamente a la literalidad de las del texto legal interpretado, el método histórico, que considera las condiciones que prevalecían cuando fue creada la ley objeto de interpretación, el método teleológico, que atiende a la finalidad perseguida por la ley , o el método sistemático, que estima que la ley no debe ser interesada de manera aislada, sino relacionándola con el sistema del cual forma parte, entre otros métodos. No obstante lo anterior, aunque son muchos los métodos de que se echa mano para interpretar, y por ello suele hablarse de múltiples escuelas o corrientes, existen apoyos que son tomados en cuenta constantemente por los distintos intérpretes, encontrándose entre ellos los siguientes:18 17 JURISCONSULTA SCJN, Jurisprudencias de 1917 a noviembre del 2008, Lopmos, software, 2008. 18 Trueba Olivares, Eugenio, op. cit. nota 1, pp. 46-47. 13 - La literalidad del texto susceptible de aplicarse, puede ser la base directa de la interpretación. - La ubicación y función del texto en el contexto debe tomarse en cuenta en aquéllos casos en los que las normas aisladas conduzcan a conclusiones incompletas. - Los motivos de la voluntad del legislador, incluida la doctrina, ideología o tendencia política que pudo haber influido en la emisión de la ley. - La teleología del mandato, juntamente con las circunstancias sociales imperantes no sólo al emitirse la ley, sino también en el momento de su aplicación. - Los hechos que se encuentran implícitos en el caso concreto. - La entidad y la naturaleza de los intereses en juego, vinculados a la prevención de carácter general. - Los principios generales del derecho. Cabe decir que a menudo, tanto el juzgador, como los justiciables, quisieran encontrar fórmulas precisas, que les pudieran indicar de antemano el derecho aplicable en cada caso, más ello es imposible, puesto que eso implicaría querer que las innumerables e inimaginables conductas humanas estuviesen totalmente reguladas por el derecho; amén de lo anterior, dicho aspecto ubicaría al ser humano como una máquina carente de albedrío o libertad. VI. INSEGURIDAD JURIDÍCA Es bien sabido que a través del derecho, se pretende proporcionar seguridad jurídica a la sociedad. Sin embargo, si bien la ley otorga cierta seguridad jurídica, los destinatarios de la ley no siempre saben a qué atenerse ni están convencidos de esa seguridad, debido a que las normas jurídicas no se encuentran preestablecidas, sino que son producto de la capacidad humana de comprender el sentido de la ley, por tal motivo la seguridad debiera emanar de los 14 jueces, que son los encargados de hacer hablar y aplicar la ley, y no de esta última, de ahí que el Doctor Correas concluya: “En verdad el derecho no es el instrumento de alguna clase de seguridad. Sino, más bien, un factor que, a lo sumo, puede proporcionar algunas guías prácticas, y eso en el caso de que el poder judicial, no esté a merced de los social y políticamente poderosos, y de que los jueces adquieran cierto entrenamiento que permita alejar el fantasma de la total imprevisibilidad de sus sentencias.”19 En el ámbito jurídico, como se ha dicho ya, la Hermenéutica se manifiesta a través de la interpretación de la ley. Habitualmente, los juristas interpretan textos jurídicos, para extraer de ellos, normas que sean útiles para solucionar controversias, sin embargo, es menester dejar en claro que en esta actividad, no puede hablarse de imparcialidad y objetividad, debido a que en el proceso de interpretación, la ideología, valores, prejuicios y preferencias del intérprete, influyen en el sentido receptuado. El derecho se comprende e interpreta, y para ello, es necesario que el sujeto receptor o hermenéutico, se coloque en el lugar de aquél sujeto emisor de la obra que se pretende interpretar, sin embargo, debido a los múltiples problemas que presenta la comprensión, nada garantiza que el intérprete capte el sentido querido por el emisor, por tal motivo, en el derecho, no es factible hablar de una seguridad o certeza en la comprensión, como la que existe en las ciencias que se basan en la experimentación científica. Bajo esa tesitura, resulta prácticamente imposible obtener una interpretación única y objetiva de un texto jurídico por parte de los múltiples intérpretes, que como parte de una sociedad dividida en clases, cuentan con valores e intereses distintos, ya que lo que lo que es posible obtener, es únicamente, una determinada 19 Correas, Oscar, op. cit., nota 10, p.81. 15 recepción de sentido. Al respecto, Oscar Correas expresa: “Lo cierto es que el derecho existe únicamente en su uso, en la práctica de su reconocimiento como tal. Esto viene siendo expresado por la crítica jurídica latinoamericana, diciendo que los textos que llamamos jurídicos, no dicen sino lo que alguien dice que dicen.”20 Quien interpreta el derecho, lo hace para dirigirse a otros y lograr que mediante el sentido que extrajo de un texto, éstos produzcan o no cierta conducta, por esto debe convencerlos para que se sometan a lo que él ha deducido y con ello a su poder. Citando a Celso, Alberto Vicente Fernández, refiere que ninguna ley puede ser interpretada por su texto, pues saber leyes, no es conocer sus palabras, sino su fuerza y su poder,21 y acertadamente agrega que las palabras son empleadas como quiere el intérprete y le parece correcto emplearlas. Cabe indicar que, cuando un abogado postulante pretende hacer valer ante un tribunal una de las varias interpretaciones posibles de un precepto legal, procurando influenciar en el ánimo del juzgador, está realizando una función política, ocurriendo lo mismo con el juez, que elige una de las posibles interpretaciones, por estimarla correcta, atendiendo a su comprensión de los textos jurídicos, que a su vez está marcada por su ideología, de ahí que la interpretación jurídica, es un acto político, que como se dijo ya, es el resultado de una determinada recepción de sentido. Por tal motivo, es de considerase que “siempre la interpretación de la ley ha sido una actividad política en la cual cada actor social cumple sus roles conforme sus convicciones”.22 20 Ibidem, p. 75. Fernández, Alberto Vicente, Función creadora del juez, Tesis Doctoral, Buenos Aires, s.a., p.72. 22 Correas, Oscar, op. cit., nota 10, p. 86. 21 16 Y más aún, el carácter político no estriba sólo en la interpretación de la ley, ya que “el proceso legislativo es un proceso político, cuya capacidad o congruencia no es atributo necesario, sino que las palabras se pactan con sentidos distintos y con voluntades disímbolas“. 23 Cabe mencionar que Juan Ramón Capella ha sostenido que a lo largo de la vida histórica de una ley, puede variar la importancia de las fuerzas sociales que negociaron o que determinaron el contenido de dicha ley, de ahí que las normas pueden perder el apoyo de las fuerzas sociales que originariamente las sostuvieron y encontrar o no nuevos apoyos. En caso de haber surgido elementos innovadores, el contenido convenido de la norma puede resultar incluso, muy distante de los objetivos de las fuerzas sociales que pactaron la ley en cuestión.24 El mismo autor agrega: “Todo esto plantea una problemática nueva, de mayor o menor relevancia según los casos, cuando la autoridad jurisdiccional ha de interpretar una norma para dictar una decisión que la aplique a un caso concreto. En el momento hermenéutico público o de interpretación por las autoridades jurisdiccionales (jueces, tribunales, etc.), siempre necesario para que la autoridad jurídico-política aplique la norma – y que es fácil distinguir de la interpretación especulativa que hacen de ella los no dotados de autoridad-, cabe tomar en consideración las fuerzas sociales y políticas que apoyan la norma en cuestión, e interpretarla jurisdiccionalmente modificando el sentido originario: se procede de hecho a ampliarlo, a restringirlo o a precisarlo.”25 González Oropeza, Manuel, “La interpretación jurídica en México”, en Vázquez, Rodolfo, (comp), Interpretación jurídica y decisión judicial, 3a. ed., México, Distribuciones Fontamara, 2002, p. 253. 24 Capella, Juan Ramón, Elementos de análisis jurídico, 3a. ed., s.l.i., Editorial Trotta, 2004, pp. 49-50. 25 Idem. 23 17 Así las cosas, debido a que las normas jurídicas no existen antes de que alguien con facultad para ello diga que existen y determine el sentido de ellas, es decir, antes de que alguien interprete un texto jurídico, lo que se obtiene mediante la Hermenéutica, en consecuencia, no es posible decir que el orden jurídico ofrece seguridad, y más aún, cada vez que un texto legal se interpreta para extraer una norma, ésta interpretación presenta variantes aunque sea microscópicas, en relación a otras interpretaciones hechas sobre el mismo texto, para ser aplicada a una caso concreto. Ramón Capella manifiesta que la intervención de la autoridad jurídica ex post respecto del momento normativo, si bien no elimina las deficiencias que se ponen a la calculabilidad del derecho y a su pretendida sistematización, sí realiza en cambio, la función de modificar el derecho existente al decidir las cuestiones no resueltas, e integrar o ampliar el derecho existente con normas que hasta el momento de esta intervención autoritaria por la vía hermenéutica, era ajenas a el.26 Siguiendo al mismo autor Juan Ramón Capella, es de establecerse que el conjunto de las operaciones intelectuales y volitivas de un intérprete dotado de autoridad, está condicionado por una parte, al conjunto de valores, ideales, representaciones intelectuales de la función desempeñada, pasiones, etcétera, que no pueden dejar de operar, en tanto que por la otra, el intérprete está condicionado por las normas jurídicas que gobiernan su actividad, y la estructura del sistema institucional en que se halla inserto.27 No obstante lo anterior, si bien es cierto que el intérprete judicial busca “su justicia” en el texto de la ley, una justicia que como ya se ha dicho antes, él mismo elige, ello no implica que siempre sea sí, pues en más de una ocasión, los jueces dictan decisiones que ellos mismos consideran injustas, sin embargo, como 26 Ibidem, op. cit., p. 116. 27 Ibidem, op. cit., p. 130. 18 reconoce Modesto Saavedra, es verdad que la justicia emana del pueblo, y ese principio democrático, debe inspirar toda la regulación jurídica de la organización y funcionamiento de la judicatura, sin embargo, quien juzga, es una persona dota de independencia por ese mismo pueblo, que mediante la Constitución, los pone en situación de juzgar, y por ende de decidir.28 Para Capella la actividad de la autoridad jurídica, a decidir sobre una materia, es un juego jurisdiccional, que incluye no sólo interpretar la ley, sino además seleccionar los hechos relevantes para la solución de un caso concreto. En párrafos anteriores, se ha hecho ya referencia a la interpretación de la ley, sin embargo, no puede dejar de indicarse que la selección de hechos jurídicamente relevantes, constituye una actividad fundamental del hermeneuta dotado de autoridad, puesto que van a ser éstos, los que guíen aunque sea de manera aparente, la selección normativa aplicable (pues como se dijo antes, dicho acto es netamente político); y es que cuales son los hechos relevantes, y cuáles no, lo determina también, el hermeneuta dotado de autoridad. Es de hacer notar que si bien el hermeneuta judicial, a través de un acto de decisión política, elige un sentido de interpretación determinado para dar solución a un caso concreto, necesariamente debe presentar su interpretación y decisión como legítimas, de manera tal que el proceso hermenéutico, acaba siendo una operación tendiente a legitimar las decisiones, debiéndose para ello, proporcionar una serie de argumentos tendientes a producir el convencimiento de los gobernados, de que deben someterse a lo deducido por el hermeneuta judicial, y con ello al ejercicio del poder. No obstante que Pablo Rodríguez Grez estima que quien juzga necesita fórmulas concretas que le señalen cuando menos el criterio general con el cual, ha 28 Saavedra Modesto, Interpretación del Derecho y crítica jurídica, México, Fontamara, 1994,p. 100. 19 de resolver controversias, para solucionar de la misma manera situaciones idénticas o similares, lo cierto es que es casi imposible uniformar los criterios culturales y calóricos que intervienen en la administración de justicia.29 Según Rodolfo Arango: “El juez debe percibirse como parte de una cadena compleja de manifestaciones de una empresa cuya historia la conforma innumerables decisiones, estructuras, convenciones y prácticas. El juez tiene que interpretar el pasado porque su responsabilidad es continuar la empresa y no desviarla según sus propias convicciones o conveniencias.”30 Así pues, si en el Estado moderno se entiende la función judicial como la tarea consistente en extraer el derecho a partir de la ley, al ser la judicatura uno de los aparatos del Estado de derecho, la legitimdad judicial queda reducida a una cuestión instrumental de que se valen quienes detentan el poder, para justificar sus actos, debiéndose tener presente que, el fallo final de un juez contiene mucho de las ideas y sentimientos personales de dicho juzgador, que obviamente difieren de los de otros juzgadores, sin embargo, en la medida de que tenga fuerza persuasiva, constituye una creación judicial al mismo tiempo, se ejercita el poder. 29 Rodríguez Grez, Pablo, Teoría de la interpretación jurídica, 2a. ed., Chile, Editorial jurídica de Chile, 2004, pp. 25 y 26. 30 Arango, Rodolfo, ¿Hay respuestas correctas en el derecho?, s.l.i., Siglo del hombre editores, 2002, p. 16 20 VII. CONCLUSIONES Primera. La Hermenéutica, es una disciplina cuya tarea es hacer comprender el sentido de algo, que en el caso del derecho se trata de la ley. La Hermenéutica, en términos generales, pone de manifiesto que el ser humano cuenta con una capacidad natural muy importante: la de comprender, la cual no es perceptible a los sentidos. Segunda. El productor de un texto con sentido, busca transmitir ese sentido, sin embargo, no hay garantía alguna de que el receptor capte el sentido que quiso transmitirle el emisor. Tercera. Habitualmente, los juristas interpretan textos jurídicos para extraer de ellos, normas que sean útiles para solucionar controversias, sin embargo, en esta actividad, no puede hablarse de imparcialidad y objetividad, debido a que en el proceso de interpretación, la ideología, valores, prejuicios y preferencias del intérprete, influyen en el sentido receptuado. Cuarta. Resulta prácticamente imposible obtener una interpretación única y objetiva de un texto jurídico por parte de los múltiples intérpretes, que como parte de una sociedad dividida en clases, cuentan con valores e intereses distintos, ya que lo que lo que es posible obtener, es únicamente, una determinada recepción de sentido, de ahí la inseguridad jurídica que provoca la hermenéutica. Quinta. El hermeneuta judicial, que a través de un acto de decisión política, elige un sentido de interpretación determinado para dar solución a un caso concreto, necesariamente debe presentar su interpretación y decisión como legítimas, de manera tal que el proceso hermenéutico, acaba siendo una operación tendiente a legitimar las decisiones autoritarias, y para ello deben proporcionarse una serie de argumentos tendientes a producir aceptación y 21 convencimiento en los gobernados, de que deben someterse a lo deducido por el hermeneuta judicial, y con ello al ejercicio del poder. 22 VIII. BIBLIOGRAFÍA AARNIO, Aulis, Lo racional como razonable, un tratado sobre la justificación jurídica, Centro de estudio Constitucionales, Madrid, 1991. ALFLEN DA SILVA, Nelly Susane, Hermenéutica jurídica y concreción judicial, s.f., trad. De Humberto Orduz Maldonado, Bogotá Colombia, Editorial Temis, 2006. ARANGO, Rodolfo, ¿Hay respuestas correctas en el derecho?, s.l.i., Siglo del hombre editores, 2002. CAPELLA, Juan Ramón, Elementos de análisis jurídico, 3a. ed., s.l.i., Editorial Trotta, 2004. CISNEROS FARÍAS, Germán, La interpretación de la ley, 3a. ed., México, Trillas. CORREAS, Oscar, Acerca de los derechos humanos, apuntes para un ensayo, México, Ediciones Coyoacán, 2003. CORREAS, Oscar, Metodología jurídica, una introducción filosófica, México, Fontamara, 2007, t. I. FERNÁNDEZ, Alberto Vicente, Función creadora del juez, Tesis Doctoral, Buenos Aires, s.a. 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