4Antienvejecimiento Bases bioquimicas

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Antienvejecimiento:
bases bioquímicas.
Hechos
Es un hecho evidente que la población de los países desarrollados vive cada vez más años. La
expectativa de vida de un español en 1900, hace nada más que cien años, era de 40 años, en
1950 la media de vida de la población era de 62. La expectativa de vida de los nacidos en el año
1990 es de 82 años para la mujeres y de 76 para los hombres. España es el país de la Unión
Europea con más expectativa de vida, del nivel de Italia con 79 años de media. Francia con 78 y el
último Hungría con 70. Según previsiones, la generación de niños que están naciendo ahora,
tendrán una expectativa de vida de unos cien años. Actualmente tenemos en España 7 millones de
personas con más de 65 años, es decir, un 17% de la población, y las previsiones demográficas
hacen prever que en el año 2020 las personas con más de 65 años, serán el 25% de la población.
Si tomamos datos de EE.UU., país muy dado a realizar estadísticas, tenemos que el 14% de su
presupuesto, se dedica a medicina y asistencia geriátrica. El año 2025 habrán 2 personas de más
de 65 años por cada una de menos de 20, y la población de más de 65 años, será la quinta parte
del país. Finalmente un dato muy impactante: por cada año que se pudiera alargar la vida
productiva con buen estado de salud en el conjunto de los ciudadanos, la economía de EE.UU.
estima
que
podría
ahorrarse
entre
1
y
3
mil
millones
de
dólares.
Si nos preguntamos por qué cada vez vivimos más años, resumiendo podríamos contestar que se
debe a la mejora general de las condiciones sanitarias en todos los niveles, la gran disminución de
la morbi-mortalidad perinatal, la eficacia de los antibióticos para curar enfermedades infecciosas,
principal causa de muerte antes de los mismos, los avances de la cirugía, así como el desarrollo de
nuevos fármacos. Las principales causas de muerte en la primera mitad del siglo XX fueron las
enfermedades infecciosas y diversas patologías de malformaciones degenerativas y tumorales que
no podía solucionar una cirugía poco desarrollada técnicamente. Hoy, las causas de muerte están
principalmente ligadas a problemas cardiovasculares, algunas de origen genético, la mayoría sin
embargo, ligadas a hábitos alimenticios y al tipo de vida –prevenible por tanto–, cáncer y
enfermedades degenerativas tipo Parkinson y Alzehimer, que antes tenían poca incidencia
sencillamente porque la gente moría de otras patologías antes que éstas se manifestaran.
El estudio, del proceso del envejecimiento biológico y las posibilidades de actuación sobre estos
mecanismos, para tener una mejor calidad de vida, desde un punto de vista médico, entendemos
que está más que justificado y casi diría, desde un punto de vista económico y social, debieran ser
uno de los temas prioritarios de nuestra sanidad.
Consecuencias
De los hechos expuestos se pueden extraer muchas consecuencias, principalmente de orden
social, económico y sanitario. Desde un punto de vista social y económico, es evidente que la
atención a la tercera edad es previsible que desborde las capacidades del sistema público y las
posibilidades de la mayoría de familias a nivel privado. Es por esto, que desde los gobiernos de los
países desarrollados se está persuadiendo a las compañías de seguros para que establezcan
pólizas de seguros de dependencia. Esta cuestión sin embargo resulta todavía ardua, porque es un
proceso
en
el
que
no
se
dispone
todavía
de
datos
históricos
fiables.
Dejando a parte los temas sociales y económicos, nos centraremos en los aspecto médicos.
Una consecuencia del hecho del envejecimiento de la población, es la parición hace unos diez
años en EE.UU. de la llamada medicina "antiaging", es decir e la Medicina Antienvejecimiento.
Como siempre, con unos años de retraso, el tema está tomando protagonismo en nuestro país.
Creemos que vale la pena clarificar el concepto. Como todo lo que parece nuevo y viene de
EE.UU., hay opiniones diversas. Hay quien lo propone como una nueva especialidad de la
Medicina, hay quien dice que es una moda, otros que nada más es un nombre comercial, y otros
que tenemos claro, que es sencillamente un nuevo enfoque de la clásica Medicina Preventiva,
opinión que espero que después de esta lectura compartan conmigo.
Concepto
Geriatría y Medicina Antienvejecimiento
Ante todo, es preciso diferenciar muy bien que Medicina Antienvejecimiento no es Geriatría.
Geriatría es una especialidad médica muy reconocida y consolidada, que tiene como finalidad la
atención a la gente mayor, tratando sus patologías y procurando paliar sus dolencias físicas y
psíquicas. El colectivo al cual se dirige la Geriatría, es a personas a partir de los 65-70 años.
La Medicina Antienvejecimiento tiene como objetivo disociar la edad cronológica de la edad
biológica, intentando retardar ésta en relación a la primera. La edad cronológica es la que
marca nuestro carné de identidad, es fija y no podemos hacer nada para modificarla. La edad
biológica es aquella que tienen nuestras arterias, nuestros huesos y músculos, las glándulas
endocrinas, el sistema nervioso, el sistema inmunitario, las capacidades motrices, las capacidades
intelectuales, etc. y que se pueden disociar de la edad cronológica en ambos sentidos, en más y en
menos.
Es evidente que todos conocemos personas que "están envejecidas", es decir, que su edad
biológica va por delante de la cronológica, y otras que "no aparentan la edad que tienen" y a las
que se les pregunta "¿qué haces para estar tan joven?", personas que su edad biológica va detrás
de
su
edad
cronológica.
De este hecho se deriva una de las posibles definiciones de la Medicina Antienvejecimiento,
como "un enfoque de la Medicina Preventiva que tiene como objeto retrasar la evolución de la
edad biológica de cada persona". El colectivo al que va dirigida, será a personas a partir de
los 40-45 años.
Es decir, un colectivo completamente diferente al que va dirigida la Geriatría, que como hemos
mencionado, es más o menos a partir de los 65-70 años.
La Geriatría pues, es una medicina curativa y paliativa, mientras que la medicina
antienvejecimiento es una medicina preventiva.
La Medicina Antienvejecimiento no está tan lejos de lo que ya decía Galeno en el siglo II que sobre
la salud actúan "cosas naturales y cosas no naturales". Las naturales eran los elementos del
cuerpo, los humores y los espíritus, conjuntos que condicionaban la enfermedad. Por otro lado las
no naturales, las que podían influir en el cuerpo y la salud y eran:
1. El aire y el ambiente
2. La comida y la bebida
3. El trabajo y el descanso
4. El sueño y el insomnio
6. Las secreciones y las excreciones
7. Los movimientos y afectos del alma
Al final de la exposición veremos que Galeno, hace casi dos mil años, en cierta forma ya nos
orientaba sobre que había que profundizar para mejorar el estado de salud y lo que actualmente
llamamos Medicina Antienvejecimiento.
Proceso del envejecimiento
El proceso de envejecimiento es continuo y progresivo, entendiendo por "biológico" el
natural, en ausencia de enfermedad. La enfermedad es un hecho añadido que sin duda puede
acelerar el proceso de envejecimiento, se ha de considerar por tanto, como un elemento añadido y
diferenciado.
El proceso es continuo, pero no es lineal, ni tan sólo es homogéneo en todo el cuerpo. Por
ejemplo el envejecimiento arterial es independiente del envejecimiento del tejido óseo, del
envejecimiento muscular, del endocrinológico, del neurosensorial, etc.
El proceso se produce por tanto como un mosaico y es característico de cada persona. Esto
define un concepto que hemos de tener muy claro: el proceso biológico del envejecimiento no se
puede considerar, y por tanto tratar a nivel poblacional, sino que se ha de estudiar y tratar a nivel
individual, ya que es diferente para cada persona.
En síntesis, el proceso comporta un descenso progresivo de la eficiencia y vigor, atrofia de la
mayoría de órganos, aumento a la vulnerabilidad a traumas, progresiva deficiencia del
sistema endocrino y del sistema inmunitario, así como un aumento del riesgo de procesos
tumorales.
¿Por qué envejecemos?
La respuesta a esta pregunta es la clave para abrir la puerta de las formas de actuación de la
Medicina Antienvejecimiento.
Hay varias teorías, que sin ser absolutas cada una por sí sola, en su conjunto responden a la
pregunta.

Teoría de los radicales libres: oxidación de moléculas Hartman D.
En el año 1956, estableció la teoría de los radicales libres. Dice que el organismo produce
radicales libres, esto es, moléculas con uno o más electrones no pareados en su órbita externa,
que son muy reactivos y pueden degradar otras moléculas como glúcidos, lípidos, proteínas y ADN
principalmente. A más producción de radicales libres por un organismo, más probabilidades de
oxidación de moléculas y por tanto, más degradación de células, tejidos y órganos, por tanto más
envejecimiento del organismo en su conjunto.

Teoría de las mitocondrias
Hartman D. el año 1972, y Miguel J. y cols. el año 1980, establecen lo que se conoce como la
teoría de las mitocondrias. De hecho viene a ser una concreción de la teoría anterior. El 90% de
los radicales libres se producen en las mitocondrias. Estos autores dicen que el envejecimiento
depende de su correcto funcionamiento. Las mitocondrias son unos corpúsculos celulares donde
tiene lugar la cadena de transporte electrónico, que es la fase de producción del ATP,
principal fuente de energía para todos los procesos biológicos del organismo.
Dependiendo del tipo de células, hay en cada una, entre 50 y 2.500 mitocondrias, y en todo el
cuerpo humano tenemos unos 10 millones. Una sola molécula de ATP puede ser reciclada
aproximadamente unas regeneran cada día unos 40 kilos de ATP.
Todo este proceso se lleva a término mediante una serie de enzimas en cadena, ubicados en la
membrana interna de las mitocondrias. Cuando se estudia a nivel molecular, lo que pasa es una
verdadera joya, es un reloj de precisión de la naturaleza.
En todo este proceso de producción de energía, se derivan cambios de estructura por
transferencia de electrones entre diferentes moléculas, es un proceso en cadena, con una pérdida
natural de electrones, que son los que generan radicales libres.
El organismo tiene mecanismos para defenderse de los radicales libres; mecanismos
internos principalmente enzimáticos (catalasa, superóxido dismutasa, glutation peroxidasa,
entre otros) que transforman estos radicales libres en productos no tóxicos, y por otro lado,
mecanismos externos, como son la aportación de moléculas antioxidantes por parte de la
dieta, que neutralizan los efectos oxidantes de los radicales libres. En condiciones normales,
en el proceso de transporte electrónico mitocondrial, se pierden como radicales libres entre el 2 y el
5% de los electrones transportados, y por esta cantidad de radicales libres, el organismo en
condiciones normales tiene capacidad de neutralización.
En la mitocondria hay un ADN denominado mtADN, que se sintetiza en ella misma. Es la
excepción, ya que todo el ADN se sintetiza en el núcleo celular. Este ADN es genéticamente de
origen exclusivamente materno. De las mutaciones de este mtADN, por su propia labilidad, ya que
no está protegido por histonas como el ADN nuclear, frente a los radicales libres que se producen
en la propia mitocondria, se puede ir degradando y mutando. De sus alteraciones, se deriva una
menos efectividad de algunos de los enzimas y proteínas que intervienen en el proceso, y que
precisamente son sintetizadas dentro de la propia mitocondria por el mtADN. La consecuencia del
aumento de la pérdida de electrones en el proceso, es un aumento de la producción de
radicales libres en el organismo, hasta un punto que se puede sobrepasar la capacidad
neutralizante del mismo, y como consecuencia aumentan las degradaciones moleculares de
proteínas estructurales, de enzimas, lípidos, ADN y se acelera el proceso de envejecimiento
biológico.

Teoría de las membranas
Zs-Nagy, I. el año 1994 estableció la teoría de las membranas. Este autor observó que el proceso
de envejecimiento se caracteriza por la acumulación de una sustancia denominada
lipofucsina (lípidos que se tiñen por el colorante de la fucsina), que se produce como
consecuencia de la oxidación de los ácidos grasos de las membranas celulares. Este acumulo
progresivo, da lugar a una especie de invasión del espacio intracelular y se inhiben sus funciones,
originando el proceso de envejecimiento.
Como se puede ver, esta teoría que es cierta, ya que en el proceso de envejecimiento, el acúmulo
de lipofucsina intracelular es una de las causas, es también una consecuencia concreta de la
sobreproducción de radicales libres, ya que son estas moléculas, las que oxidan los ácidos
grasos
de
las
membranas
celulares
y
producen
la
lipofucsina.
 Teoría de los telómeros
Hayflick, L. el año 1982 estableció la teoría de los telómeros. Esta teoría es independiente de las
otras que tienen como denominador común los radicales libres. Los telómeros son las porciones
terminales de los cromosomas y como todo DNA, forman una doble hélice. Son unas porciones de
DNA que no tienen información genética, que repiten millares de bases con la secuencia TTAGGG.
En cada replicación celular, la enzima telomerasa, que es la que tiene la función de la replicación
de los telómeros no lo hace completamente, dejando siempre una pequeña secuencia sin replicar.
Esto comporta que después de 40-50 divisiones celulares, la célula no se puede replicar más por
falta de DNA telomérico, se produce un proceso de apoptosis y la célula es destruida.
De hecho, los telómeros actúan como un reloj biológico de las células. A lo largo de generaciones,
las nuevas células, aunque de hecho son células "jóvenes", la expresión genética varía con el
tiempo y en el transcurso de los años, las misma células no se expresan genéticamente
como lo hacían sus predecesoras de hace veinte o treinta años. Este hecho es también un
condicionante del proceso del envejecimiento biológico.
Hechos bioquímicos concretos que se producen en el proceso del
envejecimiento
Hemos expuesto las teorías más destacadas que intentan explicar el envejecimiento. La teoría de
los telómeros nos lleva al concepto de causas genéticas, esto es, la configuración del DNA de cada
persona. Por otro lado, las investigaciones sobre el genoma humano está abriendo la puerta a la
localización de los genes que pueden condicionar una mayor longevidad, hecho que nos
demuestra que pueden existir familias longevas en cualquier parte del mundo, y que los científicos
están estudiando para encontrar genes comunes que expliquen esta longevidad.
En términos generales podríamos aceptar que los condicionantes genéticos representan un 25%
de las causas de la longevidad. Sin embargo el otro 75% de causas, y sobre todo la calidad de
vida, en estos años de longevidad, en ambas situaciones, –dejando aparte de procesos añadidos,
ligados a enfermedades concretas–, dependen de factores ambientales relacionados con los
hábitos y estilo de vida.
Por este motivo, hemos de conocer qué nos pasa bioquímicamente en el proceso de
envejecimiento, con la finalidad de poder aplicar una Medicina Preventiva a nivel poblacional, con
una política de información sanitaria, sobre alimentación y hábitos de vida, y a nivel médico,
mediante un meticulosa anamnesis, exploración física, un amplio estudio bioquímico y un
tratamiento individualizado.
De forma muy resumida exponemos a continuación, las principales alteraciones a nivel molecular
que condicionarán una aceleración del proceso del envejecimiento biológico, para que sirvan de
base, para saber qué hemos de hacer para retrasarlo al máximo, con la finalidad de mejorar la
calidad de vida.
1. Radicales libres
Un concepto a destacar, es que más que aumento de radicales libres, hemos de hablar de
desequilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad de neutralización que el
organismo
tiene. Por ejemplo, hacer ejercicio físico es bueno y recomendado como una herramienta
importante del antienvejecimiento. No obstante, éste aumenta la producción de radicales libres, y
hace falta conocerlo para poder contrarrestarlo mediante un adecuado aporte externo de
antioxidantes, en función del tipo e intensidad del ejercicio físico que se desarrolle.
La producción endógena de radicales libres, como se ha comentado, en un 90% tiene lugar en las
mitocondrias, por tanto es a este nivel donde tendremos que intervenir si queremos regular su
función. Tenemos también fuentes externas de radicales libres, entre las que podemos citar, las
radiaciones UV solares, que producen una elevada cantidad de reacciones de oxidación en la
epidermis y a largo plazo en la dermis, dando lugar a graves lesiones estructurales; el ozono
ambiental que se sabe desde hace tiempo que es un potente oxidante. No menos importante es la
producción de radicales libres por el humo del tabaco y que afectará de forma muy directa el
sistema respiratorio. Una gran parte de los pesticidas son oxidantes y aquellos que no los son
pueden ser mutagénicos. El etanol actúa como oxidante a nivel de formación de lipoperóxidos;
drogas como la cocaína forman un potente radical libre denominado nitróxido de norcaína.
También pueden actuar de esta manera algunos fármacos como la ciclosporina, paracetamol,
fenotiazinas y algunos antibióticos, entre otros. Finalmente algunos metales en exceso como Ni, V,
Cd, Cr, Co, Al y el Fe. Éste último hay que tenerlo muy presente ya que su exceso es oxidante y
actualmente muchos alimentos de supermercado llevan Fe añadido.
Esta práctica de adicionar a los alimentos, hierro (y/u otros elementos metálicos o vitaminas)
personalmente consideramos que no debiera estar autorizado, ya que inconscientemente, muchas
personas están sometidas a una elevada ingesta de hierro –u otros elementos– que pueden tener
efectos muy negativos en su salud. Si alguien precisa hierro, ha de ser el médico quien lo
prescriba, pero no ha de ser por políticas comerciales de los elaboradores de alimentos
envasados, ya que pueden ser muy perjudiciales.
Es ampliamente conocida, la relación entre el colesterol y la aterosclerosis. Conviene aclarar sin
embargo, que la molécula que desencadena una batería de reacciones químicas que conducirán al
placa de ateroma, no es el colesterol en genérico, sino su fracción LDL pero no la nativa, sino la
oxidada. El oxLDL, es la molécula que el organismo reconoce como extraña y los mecanismos
inmunológicos de defensa iniciados por los macrófagos, desencadenarán una reacción inflamatoria
que dará lugar a la formación de la placa de ateroma.
Sin embargo queremos aclarar que los radicales libres no son perjudiciales, y por lo tanto no se ha
de intentar neutralizarlos totalmente. Los radicales libres son un arma muy importante para el
organismo en muchos mecanismos de defensa. Podemos citar como ejemplo representativo
(pueden haber muchos otros) su acción en los mecanismos de defensa frente a la infección
microbiana. Cuando un microorganismo patógeno es fagocitado por los macrófagos, es
precisamente la producción celular de radicales libres "la munición" que la célula "dispara" para
matar el microorganismo fagocitado. El concepto en consecuencia es que lo nocivo para la salud,
es el exceso de radicales libres, no su existencia a unos niveles que puedan considerarse
fisiológicos.
En la actualidad disponemos de técnicas analíticas que nos permiten evaluar la oxidación de
proteínas, colesterol, ácidos grasos, ADN, enzimas relacionados con el estado redox del
organismo, así como evaluar el nivel de antioxidantes de cada persona, para establecer
comportamientos nutricionales, o farmacológicos, con la finalidad de conseguir un equilibrio entre
oxidación y antioxidantes.
2. Inflamación
Los mecanismos de la inflamación a nivel molecular constituyen unos de los temas emergentes
dentro del contexto de la inmunología. Los procesos inflamatorios tienen como primera respuesta,
el aumento de las denominadas proteínas de fase aguda, que desencadenan un proceso, casi en
cascada de síntesis, de moléculas del tipo de amiloide sérico, citoquinas e interleuquinas. El
mantenimiento de una respuesta inflamatoria con incremento de la síntesis de estas sustancias,
inducen a cambios en el tejido vascular, interviene en el proceso de la aterosclerosis, alteran las
estructuras de las articulaciones, y desencadenan alteraciones que pueden derivar en procesos
articulares como, artritis reumatoide o artrosis, y a nivel gastrointestinal, induciendo alteraciones de
la permeabilidad de la mucosa intestinal, entre otras.
Las consecuencias de esta acción inflamatoria, es la secuencia: vasoconstricción, edema, dolor.
Referente a las interleuquinas, tromboxanos y leucotrienos, que son moléculas ligadas a la
respuesta inflamatoria, cabe destacar que hay familias de estos compuestos que no son
inflamatorios y en ocasiones tienen un efecto antiinflamatorio, por lo que habremos de considerar
su
equilibrio
entre
ellas.
Será por tanto importante, mantener un equilibrio nutricional entre los ácidos grasos omega-6 y
omega-3. La vía metabólica de los omega-6, nos lleva a la síntesis del ácido araquidónico, que es
un punto de partida de la formación de las prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos
inflamatorios, en tanto que la vía metabólica de los omega-3 nos lleva a la formación del ácido
eicosapentanoico, del que se deriva otra familia de estas sustancias que no son inflamatorias,
mientras otras pueden ser antiinflamatorias. Se deberá, por tanto, detectar desequilibrios
nutricionales deficientes en omega-3, dentro de las exploraciones bioquímicas de la medicina
antienvejecimiento.
Actualmente están al alcance de los laboratorios especializados, técnicas de ELISA, citometría de
flujo y radioisotópicas, para la determinación de interleuquinas, prostaglandinas, leucotrienos y
tromboxanos, siendo muy importante su estandarización.
Nos faltan todavía muchos conocimientos sobre su metabolismo y significado clínico, a causa del
gran número de compuestos de este tipo. Por ejemplo, se conocen y se pueden cuantificar más de
50 interleuquinas, hace falta por tanto, conocer muy bien su función y sobre todo el significado de
sus niveles en sangre, en relación a su extrapolación de que pasa a nivel celular.
3. Glicación
Es una reacción bioquímica muy importante en el proceso de envejecimiento y a la que no se le da
la importancia que merece. La glicación es la unión de moléculas de glucosa o fructosa a
proteínas, mediante el enlace entre el grupo carbonilo del azúcar y un grupo amino de la proteína,
que procede de aminoácidos con dos grupos amino. Los productos resultantes se conocen con el
nombre de AGEs, siglas que proceden de su nombre en inglés Advanced Glycation Endproducts,
esto es, productos finales del proceso avanzado de la glicación.
Las proteínas glicadas, si son enzimas, no pueden actuar como tal alterando las reacciones que
catalizan, ya que se ha modificado su estructura molecular, si son proteínas estructurales,
producen alteraciones en los tejidos de los cuales forman parte.
La glicación de las inmunoglobulinas, tiene una especial relevancia, ya que una vez glicadas ya no
pueden actuar como anticuerpos, y por tanto origina una depleción del sistema inmunitario. Este
proceso favorece la aparición de patologías por autoinmunidad.
La producción de AGEs es habitual, y en cierta forma el organismo tiene mecanismos de defensa.
No obstante cuando se producen picos de glicemia o insensibilidad de los receptores de la insulina,
la formación de AGEs se incrementa pudiendo producir una acción patológica. Es por este motivo
que su acción biológica, es especialmente evidente en los diabéticos y en general en las personas
que habitualmente, por actitudes de una alimentación no adecuada en cantidad y calidad, tienen
picos altos de glicemia a lo largo del día.
Hay AGEs solubles, que se fijan a receptores celulares, siendo muy significativa la patología que
se genera en los endotelios de los capilares sanguíneos, de los que modifican su estructura por
unión al colágeno, vitronectina, laminina, etc. Estos AGEs solubles son el origen de patologías tan
conocidas en los diabéticos, como la microneuropatía y la microangiopatía glomerular, que
comportan respectivamente la retinopatía diabética y la nefropatía diabética.
Este proceso patológico conocido en la diabetes, se produce siempre que hay una dieta
excesivamente rica en glúcidos de acción rápida, concretamente de glucosa y fructosa, y puede ir
produciendo lesiones en los endotelios de los capilares, aspecto muy importante en el proceso de
envejecimiento,
incluso
en
personas
no
diabéticas.
El laboratorio puede controlar también este proceso, mediante la determinación de las sustancias
que nos informan, ya no de la glicemia basal, sino del estado de niveles de glucosa a lo largo de un
tiempo, pudiéndose además determinar, metabolitos de los AGEs en sangre y/u orina.
4. Metilación del ADN
En situaciones de lesión del ADN por mecanismos oxidativos, se puede producir, en el ADN
alterado, una metilación, es decir la unión de un grupo metilo en algún punto de la estructura del
ADN. Este hecho puede "enmascarar" algunos puntos del ADN o alterar otros, de forma que
alteren mecanismos como por ejemplo, los que ponen en marcha o detienen su replicación. Se ha
visto que este mecanismo puede tener un papel substancial en el proceso del envejecimiento y
sobre todo en la predisposición al cáncer y a enfermedades degenerativas cerebrales.
Consecuencias de estos procesos bioquímicos
Se ha hablado de radicales libres, oxidaciones moleculares, glicación de proteínas, metilación del
DNA, formación de moléculas inflamatorias etc. Estos procesos y muchos otros, tienen lugar en
más o menos intensidad en todos los tejidos y órganos, produciendo las degeneraciones de su
estructura, y por tanto reduciendo sus capacidades funcionales.
Como resumen podemos decir, que en el proceso de envejecimiento biológico se producen:
- Alteraciones del sistema inmunológico, con aumento de la probabilidad de infecciones,
enfermedades autoinmunes y cáncer.
- Alteraciones del DNA tanto por oxidación como por metilación, aumentan el riesgo de cáncer.
- Disminución de la capacidad de las glándulas endocrinas, que progresivamente irán perdiendo su
actividad, disminuyendo la síntesis de hormonas. Con la disminución de la síntesis de hormonas,
se puede producir un amplio espectro de reacciones adversas a causa de la citada hiposecreción.
- Formación progresiva de placas de ateroma en el endotelio de las arterias, evolucionando si no
se corrige el proceso, hasta la aterosclerosis.
- Las alteraciones de las membranas por oxidación tanto de ácidos grasos como de proteínas,
afectarán la funcionalidad de las células, teniendo especial importancia este proceso en las
neuronas.
- Consideraciones similares, podríamos ir recorriendo nuestro organismo, describiendo la acción de
las reacciones químicas mencionadas y la degeneración que de forma progresiva producen, es
decir el proceso del envejecimiento biológico del organismo.
Qué hacer en Medicina Antienvejecimiento
Sabemos que hemos de prevenir la formación en exceso de radicales libres, y en todo caso hemos
de mantener un equilibrio entre la producción de radicales libres y el aporte de antioxidantes, para
garantizar su neutralización. Sabemos que hemos de prevenir el hecho de tener picos de
hiperglucemia que puedan originar también picos de insulina y que los desequilibrios de este
sistema aumentan la formación de AGEs.
Sabemos que el exceso de colesterol LDL dará más probabilidades de ser oxidado a oxLDL que
será factor desencadenante del proceso de aterosclerosis.
Sabemos también desde hace tiempo, y es obvio, que se ha de tener un aporte adecuado en
cantidad y equilibrado en calidad, de proteínas, carbohidratos, grasas, así como de oligoelementos
como
vitaminas
y
macro,
micro
y
oligoelementos
minerales.
Sabemos esto y muchas otras cuestiones, que obviamente aquí no podemos entrar en detalles. Lo
que hace falta es evaluar estos procesos y como inciden en el metabolismo de cada persona, a
través de la determinación analítica de parámetros bioquímicos en muestras biológicas, y a su vez
valorar como podrán influir en el grado de envejecimiento, mediante controles sucesivos,
estableciendo acciones correctores cuando es preciso.
Como toda exploración de salud, lo primero a practicar es una meticulosa anamnesis para conocer
entre otros, los hábitos nutricionales y de vida de la persona, incluso una pequeña encuesta para
evaluar su perfil psicológico. Si hace ejercicio físico, de que tipo, hábitos alimentarios, número de
comidas al día, horarios, calidad y cantidad de alimentos, si fuma, bebe, si sufre estrés por su
trabajo o por otros problemas personales, etc. El objetivo primordial es por tanto conocer el estado
de salud actual y poder evaluar posteriormente los cambios tanto bioquímicos como morfológicos.
Lo que será la base para el conocimiento del estado actual será practicar un exhaustivo estudio
analítico encaminado a conocer:
- Nivel de oxidación de las proteínas, lípidos y ADN.
- Evaluación del estado de glucosa en sangre en función del tiempo, y marcadores de la formación
de AGEs.
- Niveles hormonales, principalmente, tiroides, paratiroides, adrenales, gónadas, explorando
los diferentes marcadores del eje hipotálamo - hipófisis - glándulas endocrinas.
- Perfil del tipo de colesterol y otros marcadores de lípidos y lipoproteínas.
- Marcadores individuales del riesgo cardiovascular independientemente de los lípidos que,
juntamente
con los datos anteriores, permitirán elaborar el índice de riesgo cardiovascular y de infarto de
miocardio.
- Marcadores del estado de inflamación.
- Según la edad y sexo, marcadores del metabolismo óseo.
- Niveles plasmáticos de antioxidantes, tanto en parámetros de tipo global como perfil de
antioxidantes.
- Perfil de la composición de los ácidos grasos plasmáticos, o eritrocitarios que representa mejor la
composición de las membranas, para evaluar si está equilibrada su ingesta de ácidos saturados,
monoinsaturados y poliinsaturados omega 6 y omega 3.
- Perfil de elementos minerales como Ca, Mg, Zn, Se, Cu, Fe, principalmente y otros como B, V,
Mo, y tóxicos cono As, Al, Pb, Cd, Hg.
- Parámetros habituales de toda exploración de Medicina Preventiva.
Podríamos citar más datos, pero no se trata de hacer un tratado, sino simplemente de dar una
información sucinta de lo que se puede hacer en Medicina Antienvejecimiento.
Volvemos a un concepto ya citado, pero que nos falta definir aquí. Estamos hablando de personas
adultas, en edad todavía joven en relación a los niveles de edad actuales, esto es personas entre
45 y 65 años, aunque también se incorporan personas de mayor edad, incluidas "a priori" dentro
del grupo de la geriatría. Estas personas, si no están enfermas y no tienen ninguna patología,
quiere decir que los resultados analíticos serán "normales" y por tanto en teoría, de poco nos
servirán o tal vez pensemos que no hay que hacer nada.
¿Valores "normales" o "valores óptimos"…?
Entramos en un concepto que en cierta forma es clave en el desarrollo de la Medicina
Antienvejecimiento.
Se ha reiterado ya, que cuando se hace una evaluación clínica para un estudio de
antienvejecimiento, no estamos delante de un paciente, sino de una persona teóricamente sana sin
ninguna patología. Los valores de las pruebas de laboratorio se basan en evaluar los datos
cuantitativos de la persona analizada en relación con un intervalo de valores que los laboratorios
damos como "normales". Estos valores "normales", son el resultado estadístico de realizar aquella
determinación en centenares o millares de personas aparentemente "normales", y agrupándolos
por sexo, raza, y edad, generalmente por décadas.
Para simplificar ponemos un ejemplo que se puede extrapolar a un gran número de parámetros
biológicos. Sabemos desde hace años que la testosterona en plasma en el hombre disminuye
paulatinamente con la edad, correlacionando con el descenso, su pérdida en la síntesis endógena
en las gónadas. La testosterona tiene un nivel máximo alrededor de los 30 años. Los valores
"normales" se van ajustando por décadas, es decir en este caso se va ajustando a la baja. Si se
representa gráficamente, es una línea con una constante pendiente negativa. Un hombre a los 70
años, viene a tener un nivel de testosterona entre un 60 y 75% de sus valores de los 30 años. Un
valor dentro de este rango en un hombre de 70 años, se considera "normal por la edad" y por tanto
no se hace nada.
Sabemos que el descenso de la producción de testosterona va ligado a una reducción de la
elasticidad de las arterias, con una pérdida de masa muscular, con deficiencias del sistema
inmunitario y con mayor predisposición a la osteoporosis, entre otras cosas. Por tanto, nos
preguntamos si hemos de estar satisfechos diciendo que una persona tiene valores "normales por
la edad" o hemos de considerar que los "niveles óptimos" serían los que tenía a los 35-40 años.
¿Hemos de aceptar una anormalidad fisiológica como "normal por la edad"?
Otro ejemplo sencillo: el valor estadístico de centenares o millares de determinaciones de la
hormona TSH, hormona hipofisaria que regula la actividad del tiroides, considera "normal" un valor
entre 0.5 y 5.5 UI/l. Muchas publicaciones recientes demuestran que si bien este intervalo es el que
se deduce de las estadísticas poblacionales, a partir de 3 UI/L, se pueden presentar
hipotiroidismos subclínicos, con trastornos en el peso, nivel de actividad, tasa de colesterol,
adaptación al frío, etc. Nos preguntamos ¿hemos de seguir considerando "normales" los valores
estadísticos, o hemos de referirnos a los valores "óptimos"?
Otro ejemplo es la melatonina: la melatonina es una sustancia segregada por la glándula pineal y
es la responsable del ciclo del sueño. A partir de los veinte años la glándula va experimentando
una atrofia progresiva de forma que a los sesenta años su secreción viene a ser un 20-30% de los
niveles de los veinte años. Esta hormona tiene un biorritmo de secreción con un máximo entre las
dos y las cuatro de la madrugada. Se sintetiza a partir del triptófano vía serotonina y con una
enzima clave reguladora que es la N-Acetil-Transferasa que se activa con la oscuridad.
El déficit de melatonina condiciona dificultad para dormir y menos capacidad para llegar a la fase
de sueño profundo, cuya consecuencia será que al dormir menos y peor, durante el día se esté
más cansado y con menos capacidad de trabajo. Además esta sustancia interviene el la regulación
del biorritmo de la secreción de gonadotrofinas y de la hormona de crecimiento. Es también un
potente antioxidante, principalmente a nivel cerebral y tiene una efectiva acción antidepresiva y
acción protectora sobre la oxidación del ADN. Todos estos efectos tan positivos prácticamente
desaparecen cuando se está a un nivel de secreción del 20-30% por debajo del valor que se tenía
a los veinte años.
Nos preguntamos de nuevo: ¿hemos de considerar "normales" estos valores tan bajos en una
persona mayor, simplemente porque todo el grupo de personas de su edad los tienen también
bajos, o por el contrario ¿sería aconsejable conseguir farmacológicamente unos niveles "óptimos",
para seguir beneficiándonos de las importantes acciones mencionadas?
Una buena parte del que puede hacer la Medicina Antienvejecimiento es precisamente que las
personas "normales" que tienen sus parámetros bioquímicos "normales", a través de los hábitos
alimentarios, hábitos de vida, o complementos farmacológicos, tengan unos valores bioquímicos”
óptimos", esto es, una situación metabólica óptima, que retardará el proceso biológico del
envejecimiento.
Quisiéramos finalmente resaltar el concepto de la personalización que ha de regir la Medicina
Antienvejecimiento. Actualmente las tendencias de los tratamientos médicos se basan en la
llamada Medicina de la evidencia. Esto es, aplicar protocolos terapéuticos –médicos y quirúrgicos–
en función de datos objetivos, estadísticamente validados y obtenidos en condiciones evaluadas
por grupos médicos cualificados y en grupos poblacionales adecuados. Hoy día para tratar
síndromes y patologías bien definidas, lo mejor por parte del médico es no improvisar y aplicar
protocolos internacionales reconocidos de los que se conocen estadísticamente los resultados.
Haciendo un símil vulgar, clarificador de conceptos, diríamos hacerse un traje de confección de
una buena marca.
La Medicina Antienvejecimiento se ha de sustentar en unos sólidos conocimientos de Medicina
Interna, Endocrinología-Nutrición y una gran formación en Bioquímica, ahora bien, el tratamiento, y
más que tratamiento el proceso preventivo a aplicar, será específico para cada persona, siguiendo
con el símil anterior, sería hacerse un traje a medida con un sastre clásico, obviamente con un
buen sastre, si se quiere ir bien vestido.
En resumen
Desde un punto de vista bioquímico el proceso de envejecimiento biológico es característico de
cada persona, no ha lugar para terapias estándar, sino que cada caso se ha de evaluar y
considerar de forma individual.
Finalmente, recordando lo que ya nos decía Galeno, la persona se ha de situar dentro de un
contexto y de unos hábitos de vida saludable: "el aire y el ambiente, la comida y la bebida, el
trabajo y el descanso, el sueño y el insomnio, las secreciones y las excreciones, los movimientos y
afectos del alma".
Esto es, hemos de programar una actividad física suficiente adaptada a la edad y a la situación
personal, hábitos alimentarios, erradicación del tabaquismo y de conductas poco sanas. Explorar a
fondo, determinadas funciones biológicas según la edad, prestando especial atención en las
desviaciones o tendencias que aun cuando estén dentro de los valores estadísticamente normales
por la edad, se alejen de los valores óptimos. Teniendo presente también que en muchas
ocasiones, es más eficiente eliminar lo que va mal, más que dar cosas que teóricamente hacen
bien.
Como ya hemos indicado, no hay un tratamiento estándar, se ha de hacer una exploración, y una
optimización fisiológica y metabólica específica para cada persona, que será diferente al que
pueda precisar cualquier otro, con la finalidad de mantener el organismo en unos niveles
bioquímicos, reflejo de los funcionamientos metabólicos, que permitan retrasar la evolución –por
otro
lado
inexorable–
del
envejecimiento
biológico.
Es intentar hacer aquello tantas veces repetido: "dar vida a los años y no solamente años a la
vida".
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