GEN VI-EN ESPANHOL-25 ENERO 2013

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http://verdadahora.cl/urgente_reguladores_descubren_un_gen_viral_oculto_en_cultivos
_transgenicos_comerciales.html
Salud
Urgente: Reguladores descubren un gen viral oculto en
cultivos transgénicos comerciales
Por Jonathan Latham y Allison Wilson | 25-01-2013 - 05:30 | Valoración: 0
¿Cómo debería una agencia
reguladora anunciar que han
descubierto algo potencialmente muy
importante acerca de la seguridad de
los productos que han venido
aprobando desde hace más de veinte
años?
En el curso de análisis para identificar
posibles alérgenos en los cultivos
transgénicos, la Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria (EFSA)
ha descubierto tardíamente que la
secuencia genética normada más
común en comercializar de alimentos
transgénicos también codifica un
fragmento significativo de un gen viral
(Podevin y du Jardin 2012). Este
hallazgo tiene implicaciones serias
para la biotecnología agrícola y su
regulación, pero posiblemente los aún
mayores para los consumidores y los
agricultores. Esto es porque hay
indicios claros de que este gen viral
(llamado Gen VI) pueden no ser
seguros para el consumo humano.
También puede perturbar el
funcionamiento normal de los
cultivos, incluyendo su resistencia
natural contra las plagas.
Virus del mosaico de la coliflor
Lo que Podevin y du Jardin han
descubierto es que de los 86
diferentes eventos transgénicos
(inserciones únicas de ADN extraño),
comercializados a la fecha en los
Estados Unidos, 54 contienen
porciones de Gen VI dentro de ellos.
Estos incluyen cualquier gen con una
secuencia reguladora utilizada
ampliamente utilizando el promotor
35S de CaMV (virus del mosaico de
la coliflor; CaMV). Entre los eventos
transgénicos afectados son algunos
de los que más se cultivan
transgénicos, incluida la soja
Roundup Ready (40-3-2) y el maíz
MON810. Estos incluyen el
controvertido maíz NK603, el cual se
informó recientemente como causa
de tumores en ratas ( Seralini et al.
2012 ).
Los propios investigadores
concluyeron que la presencia de
segmentos de Gen VI "podría dar
lugar a cambios fenotípicos no
deseados". Llegaron a esta
conclusión porque los fragmentos
similares de Gen VI ya han
demostrado ser activos por su cuenta
(por ejemplo, De Tapia et al. 1993).
En otras palabras, los investigadores
EFSA no pudieron descartar un
riesgo para la salud pública o el
medio ambiente.
En general, los genes virales
expresados en plantas conllevan
tanto a problemas de salud
agronómicos y humanos (revisado
en Latham y Wilson 2008 ). Esto es
debido a que muchos genes virales
funcionan para desactivar su huésped
con el fin de facilitar la invasión de
patógenos. A menudo, esto se logra
por incapacitar específicos antipatógenos de defensas. La
incorporación de estos genes
claramente podría conducir a
resultados indeseables e inesperados
en la agricultura. Por otra parte, los
virus que infectan a las plantas a
menudo no son tan diferentes de los
virus que infectan a los humanos. Por
ejemplo, a veces los genes de virus
humanos y plantas son
intercambiables, mientras que en
otras ocasiones la inserción de
fragmentos virales de plantas como
transgenes ha causado que la planta
genéticamente alterada sea
susceptibles a un virus animal
(Dasgupta et al. 2001). Por lo tanto,
de diversas maneras, insertando
genes virales accidentalmente en
plantas de cultivo y el suministro de
alimentos confiere un potencial
significativo de daño.
esperanzas de darle un limpio
certificado de salud.
La opción para los reguladores
No de sorprenderse, la EFSA escogió
la opción dos. Sin embargo su
investigación resulto solo en una
vaga y no tranquilizadora conclusión
que el Gen VI “puede resultar en
cambios fenotípicos no
intencionados” (Podevin y du Jardin
2012). Esto significa literalmente, que
cambios de número desconocido,
naturaleza o magnitud (sea o no)
ocurran. Esto está muy lejos de una
sólida seguridad científica para
tranquilidad pública para explicar por
qué el EFSA no ha ordenado un
retiro.
El descubrimiento original de Podevin
y du Jardin, en la EFSA, del Gen VI
en cultivos comerciales transgénicos
debe haber presentado a los
reguladores con procedimientos a
seguir muy divergentes. Ellos podrían
1) retirando los cultivos conteniendo
Gen VI del CaMV, en Europa esto
significaría revocar importaciones y
plantar aprobadas, o 2) realizar una
evaluación de riesgo retrospectiva de
los promotores (los que venden
semillas transgénicas) y sus
secuencias de Gen VI y tener
Es fácil ver la atracción de la EFSA
por la opción dos. Retirar sería una
decisión política y económica masiva
y sería una gran vergüenza misma
para los reguladores. Esto dejaría
unos pocos cultivos transgénicos en
el mercado y podría significar el fin de
la biotecnología de cultivo.
Los reguladores, al menos en
principio, tienen una tercera opción
para pensar la gravedad de cualquier
peligro de alimentos transgénicos.
Monitoreo de alimentos transgénicos,
lo cual es requerido por la regulación
de la Unión Europea, tiene que
permitirle el hallar si muertes,
enfermedades, o cultivos fallidos han
sido reportados por granjeros u
oficiales de salid y pueden ser
correlacionados con la secuencia de
Gen VI. Desafortunadamente, esta
opción es un camino sin salida
científico. Ni un solo país ha llevado a
cabo en promesa de oficial y
científicamente monitorear cualquier
consecuencia peligrosa y dañina de
cultivos transgénicos (1).
¿Puede la presencia de un virus de
ADN ser realmente significante? A
continuación esta un análisis
independiente del Gen VI y sus
propiedades conocida y sus
implicaciones de seguridad. Este
análisis ilustra claramente el dilema
de los reguladores:
ARN (Bartel 2004). También es un
importante mecanismo de defensa
antiviral en tanto plantas como
animes, y más aún la mayoría de los
virus han evolucionado genes (como
el Gen VI) que los incapacita
(Dunoyer y Voinnet 2006).
Las muchas funciones del Gen VI
El Gen VI, como la mayoría de los
genes virales de plantes, produce una
proteína que es multifuncional. Tiene
cuatro (hasta ahora) roles en el ciclo
de infección viral. El primero es en
participar en el ensamblaje de
partículas de virus. No hay
información actual que sugiera que
esta función tenga alguna implicación
para la bioseguridad. La segunda
función conocida es la de suprimir
defensa anti-patógenas inhibiendo un
sistema celular general llamado
silenciador de ARN (Haas et al.
2008). Terco, el Gen VI tiene la muy
inusual función de transactivar
(descrito más abajo) el largo ARN (el
35S ARN) producido por CaMV (Park
et al. 2001). Cuarto, desconectado a
estos otros mecanismo, el Gen VI
muy recientemente ha mostrado
hacer a las plantas muy susceptible a
un patógeno bacterial (Love et al.
2012). El Gen VI hace esto por medio
de interferir con un común
mecanismo de defensa anti-patógeno
que poseen las plantas. Estas últimas
tres funciones del Gen VI, y sus
implicaciones de riesgo, son
explicadas en detalle a continuación:
1) El Gen VI es un inhibidor de
silenciador de ARN
Silenciamiento de ARN es un
mecanismo de control de expresión
de genes al nivel de abundancia de
Este atributo del Gen VI ha levantado
dos preocupación obvias de
bioseguridad: 1) El Gen VI llevará a
una expresión aberrante de gen en
plantas de cultivo de alimentos
transgénicos, con consecuencias
desconocidas y, 2) el Gen VI
interferirá con la habilidad de las
plantas de defenderse a sí misma
contra patógenos virales. Existen
numerosos experimentos mostrando
que, en general, proteínas virales que
incapacitas el gen silenciador
aumenta la infección para un amplio
espectro de virus (Latham and Wilson
2008).
2) El Gen VI es un único
transactivador de expresión
genética
Los organismos multicelulares hacen
proteínas por un mecanismo en el
cual solo un uno por ciento es
producido por cada pasada de un
ribosoma junto al ARN mensajero.
Una vez que la proteína es
completada el ribosoma de disocia
del ARN mensajero. Sin embargo, en
una célula de planta infectada de
CaMV, o como transgén, el Gen VI
interviene en este proceso y dirige el
ribosoma a regresar en un ARN
mensajero (reiniciarse) y producir la
siguiente proteína en línea en el ARN
mensajero, si hay una. Esta
propiedad del Gen VI faculta al virus
del mosaico de la coliflor ha
producido múltiples proteínas de un
solo largo ARN (el ARN 35S).
Importantemente, esta función del
Gen VI (la cual es llama
trasnactivación) no está limitada al
ARN 35S. El Gen VI para ser capaz
de transcribir cualquier ARN
mensajero transcelular (Futterer and
Hohn 1991; Ryabova et al. 2002).
Hay unas miles de moléculas de ARN
mensajero teniendo una secuencia de
código proteico corta o larga
siguiendo la que es primera (es
decir, de la secuencia de código se
necesita solo una proteína pero
con esto transcribe todas las
proteínas de la secuencia). Estas
secuencias de código secundarias
pueden ser expresadas en células
donde el Gen VI es expresado. El
resultado será presumiblemente la
producción de numerosas proteínas
al azar dentro de las células. Las
implicaciones de bioseguridad en
este punto son difíciles de evaluar.
Estas proteínas podrían ser alérgicas,
toxinas de plantas o humanas, o
podrían ser inofensivas. Más aún la
respuesta diferirá dentro de cada
especie de cultivo comercial en el
cual el Gen VI ha sido insertado.
3) El Gen VI interfiere con las
defensas del huésped
Un descubrimiento reciente, no
sabido por Podevin y du Jardin, es
que el Gen VI tiene un segundo
mecanismo por el cual este interfiere
con las defensas anti-patógenas
(Love et al. 2012). Es muy prematuro
el saber los detalles del mecanismo,
pero el resultado es que hace que las
plantas que lleven el Gen VI sean
más susceptibles a ciertos
patógenos, y menos susceptibles a
otros. Obviamente esto podría
impactar a las granjeros, sin embargo
el descubrimiento de una nueva
función totalmente nueva del Gen VI
mientras el paper del EFSA estaba
todavía en la prensa, pone en claro
que una completa y clara evaluación
de los efectos que podría tener el
Gen VI aún no es factible.
¿Hay un problema directo con la
toxicidad humana?
Cuando el Gen VI es
intencionalmente expresado en
plantas transgénicas, hace que se
vuelvan cloróticas (amarillas), tener
deformidades de crecimiento, y han
reducido la fertilidad de una manera
dosis-dependiente (Ziljstra et al 1996)
. Las plantas que expresan genes VI
también muestran anomalías de
expresión génica. Estos resultados
indican que, como era de esperar
dadas sus funciones conocidas, la
proteína producida por el Gen VI está
funcionando como una toxina y es
perjudicial para las plantas
(Takahashi et al 1989). Dado que los
objetivos conocidos de la actividad de
los Gen VI (ribosomas y el
silenciamiento de genes) también se
encuentran en las células humanas,
una preocupación razonable es
que la proteína producida por el
Gen VI podría ser una toxina
humana. Esta es una cuestión que
sólo puede ser respondida por
experimentos futuros.
¿Es el Gen VI producido en
cultivos transgénicos?
Dado que la expresión del Gene VI es
muy probable que cause daño, un
tema crucial es que si las actuales
secuencias de transgenes insertadas
encontradas en cultivos transgénicos
producirán cualquier proteína
funcional del fragmento del Gene VI
presente en la secuencia del CaMV.
Hay dos aspectos para esta pregunta.
Una es la longitud del Gene VI
accidentalmente introducido en los
desarrolladores. Esto parece varias
pero la mayoría de los 54 transgenes
aprobados contienen las mismas 528
bases pares de la secuencia
promotor del CaMV 35S. Eso
corresponde al tercio final del Gene
VI. Fragmentos eliminados del Gene
VI son activos cuando expresados en
células de plantas y funciones del
Gene VI son sabidas de residir en
este tercio final. Por ende, hay un
claro potencial para efectos no
intencionados si este fragmento es
expresado (e.g. De Tapia et al. 1993;
Ryabova et al. 2002; Kobayashi and
Hohn 2003).
El segundo aspecto a esta pregunta
es, ¿qué cantidad del Gene VI podría
ser producida en cultivos
transgénicos? Una vez más, esto
puede ser solo últimamente resuelto
por cantidades directas de
experimentos. Sin embargo, podemos
teorizar que la cantidad de Gene VI
producida será específica a cada
evento de inserción. Esto es porque
una expresión significativa de Gen VI
probablemente requeriría secuencias
específicas (tales como la presencia
de un gen promotor y un ATG [un
codón de proteína de inicio]) para
proceder en y también probable de
ser gran dependiente en variables
tales como los detalles del ADN
transgénico insertado y lugar del
genoma de la planta donde el
transgén fue insertado.
Las variedades de cultivos
transgénicos comerciales también
pueden contener copias superfluas
del transgén incluyendo aquellas que
están incompletas o reorganizadas
(Wilson et al. 2006). Esta podría ser
una importante fuente adicional para
proteína de Gen VI. La decisión de
los reguladores para permitir tales
eventos múltiples y complejos fue
siempre altamente cuestionable, pero
la compresión de que el promotor
CaMV 35S contiene secuencias de
Gen VI provee otra razón para creer
que los eventos de inserción
compleja incrementa la probabilidad
de problema de bioseguridad.
Sin embargo incluso con mediciones
cuantitativas directas del proteína de
Gen VI en cultivos individuales
autorizados podría no resolver
completamente la interrogante
científica. Nadie sabe, por ejemplo,
que cantidad, ubicación, o ritmo de
producción de proteína sería
significativa para evaluación de
riesgos, y así responde que la
necesidad de llevar a cabo
evaluaciones de riesgo son poco
probable que ocurran pronto.
Grandes lecciones para la
Biotecnología
Quizás sea el supuesto más básico
de toda evaluación del riesgo de que
el promotor de un nuevo producto
provea a los reguladores con
información precisa sobre lo que se
está evaluando. Tal vez la próxima
asunción más básica es que los
reguladores verifican
independientemente esta
información. Ahora sabemos, sin
embargo, que durante más de veinte
años ni de esas expectativas simples
se han cumplido. Las principales
universidades públicas,
multinacionales de biotecnología y los
reguladores gubernamentales en todo
el mundo, al parecer no apreciaron la
posibilidad relativamente posible que
los constructos de ADN fueron
responsables de codificación de un
gen viral.
Este lapso se produjo a pesar de que
el Gen VI no estaba oculto
verdaderamente, la información
pertinente sobre la existencia de Gen
VI ha sido libremente disponible en la
literatura científica desde mucho
antes de la primera aprobación de
biotecnología (Frank et al 1980). Nos
han ofrecido advertencias específicas
que las secuencias virales podrían
contener genes insospechados (
Latham y Wilson 2008 ). La
incapacidad de los procesos de
evaluación de riesgo para incorporar
los hallazgos científicos desde hace
mucho tiempo y repetida es tan
preocupante como la incapacidad de
anticipar intelectualmente la
posibilidad de superposición de
genes en la manipulación de
secuencias virales.
Este sentido de un error genérico se
ve reforzada por el hecho de que este
no es un caso aislado. Existen otros
ejemplos de secuencias virales
aprobadas comercialmente que
tienen superposición de genes que no
fueron sometidos a la evaluación de
riesgos. Estos incluyen varios
alimentos transgénicos siendo
comercializados conteniendo
regiones de promotor estrechamente
relacionados del virus del mosaico del
escrofularia (FMV), que no fueron
considerados por Podevin y du
Jardin. La inspección de secuencias
comercializadas muestra que los
promotores FMV comúnmente
utilizados superponen su propio Gen
VI (Richins et al 1987). Un tercer
ejemplo es la patata resistente a los
virus NewLeaf Plus (RBMT-22-82).
Este transgén contiene
aproximadamente 90% del gen P0
del virus de rizado de la patata. La
función de este gen conocido, cuya
existencia sólo se descubrió
después de la aprobación en
EE.UU., es la inhibición de las
defensas anti-patógenos de sus
hospedadores (Pfeffer et al 2002).
Afortunadamente, esta variedad de
papa nunca fue comercializada
activamente.
Un punto clave se refiere además a la
industria de la biotecnología y su
campaña para asegurar la aprobación
del público y un entorno regulatorio
permisivo. Esto les ha llevado a
afirmar repetidamente, en primer
lugar, que la tecnología transgénica
es precisa y predecible, y en segundo
lugar, que su propia competencia y el
egoísmo les impediría jamás la oferta
de productos potencialmente dañinos
para el mercado, y en tercer lugar,
afirmar que sólo así transgenes
estudiados y entendido por completo
se comercializan. Es difícil imaginar
una conclusión más perjudicial para
estos reclamos que las revelaciones
que rodean al Gen VI.
La biotecnología, a menudo se olvida,
no es sólo una tecnología. Se trata de
un experimento en la proposición de
que las instituciones humanas
pueden realizar evaluaciones
adecuadas del riesgo de organismos
vivos novedosos. En lugar de tratar
esta cuestión como sobre todo un
científico de enormes proporciones,
debemos considerar que por ahora el
principal obstáculo será superar la
trampa mucho más mundana de la
complacencia humana y la
incompetencia. No estamos allí
todavía, y por lo tanto este incidente
servirá para reforzar las exigencias
de etiquetado de los alimentos
transgénicos en los lugares en los
que está ausente.
¿Qué deben hacer ahora los
Reguladores?
Este resumen de los tópicos
científicos de riesgo muestra que un
segmento de un gen viral mal
caracterizado sometido a ninguna
evaluación de riesgos (hasta ahora)
fue admitido en el mercado. Este gen
está presente en los cultivos
comerciales y crecimiento a gran
escala. También es generalizada en
el suministro de alimentos.
Incluso ahora que los investigadores
propios de la EFSA han tardíamente
examinado las cuestiones de riesgo,
nadie puede decir si el público ha
sufrido un daño, aunque mal aparece
una posibilidad científica clara.
Considerado desde el punto de vista
de la evaluación del riesgo
profesional y científico, esta situación
representa una falla del sistema
completo y catastrófico.
Pero la saga de Gen VI aún no ha
terminado. No hay certeza de que el
análisis científico futuro resolverá las
incertidumbres restantes, o
proporcionar tranquilidad. La
investigación futura puede de hecho
aumentar el nivel de preocupación o
incertidumbre, y ésta es una
posibilidad que los reguladores deben
pesar mucho en sus deliberaciones.
Para volver a las opciones originales
antes de la EFSA, estos eran de
retirar todo promotor CaMV 35S que
contiene alimentos transgénicos, o
para llevar a cabo una evaluación de
riesgos retrospectiva. Esta evaluación
de riesgos retrospectivo se ha llevado
a cabo y los datos indican claramente
un potencial de daño significativo. El
único curso de acción consistente con
la protección del público y el respeto
de la ciencia es que la EFSA, y en
otras jurisdicciones, es ordenar una
retirada total. Este retiro también
debe incluir los alimentos
transgénicos que contiene el
promotor FMV y su propia
superposición de Gen VI.
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Vea también:
Charla: “Los transgénicos en Chile y
el mundo” - Dra. María Isabel Manzur
http://www.youtube.com/watch?v=kGSTv
jKNMIU
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