LA POÉTICA DE ADÁN QUIROGA: UN ITINERARIO HACIA EL SER

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LA POÉTICA DE ADÁN QUIROGA: UN ITINERARIO HACIA EL SER Y SU
IDENTIDAD
ADRIANA NOEMÍ CORONEL
GRACIELA BEATRIZ CORONEL
FACULTAD DE HUMANIDADES -U.N.CATAMARCA
Yo soy de aquellos a quienes dicen
los soñadores de la montaña.
El trabajo aborda el texto Flores del aire (1893) (1), un compendio de poemas, cuyo
autor es Adán Quiroga (1863-1904), nacido en San Juan, pero adoptado por la tierra
catamarqueña (2). En este año, y también en el mes de noviembre, se cumplieron cien años
de su fallecimiento. Por este-motivo, nuestra ponencia alcanza el carácter de homenaje a
uno de los forjadores de la cultura catamarqueña.
El abordaje a los poemas que integran Flores del aire se sustenta en el concepto
desarrollado por Octavio paz en Poesía de soledad y poesía de comunión, artículo que
forma parte de Las peras del olmo (3)
Octavio Paz sostiene que toda creación artística comprende un proceso que incluye
la transformación de las circunstancias personales del creador. Desde esta perspectiva, el
poeta, en pleno ejercicio poético, puede alcanzar dimensiones mágicas y religiosas a partir
de la instauración de un diálogo con la naturaleza, Dios, el alma de él mismo, es decir, del
propio poeta.
Dicho diálogo con estos mundos abre la posibilidad de una comunión entre
hombre, mundo. A la vez, la relación permite la transmutación de ese ámbito: el paso de
ese universo a un mundo poetizado. Desde este espacio) la palabra poética se constituye
en testimonio de "la unidad del hombre y el mundo" (4 ), un (re)encuentro del poeta con
su propia identidad, no siempre manifiesta ni explícita.
De este modo, el poeta ejerce el don de transformar su experiencia personal -la
comunión con la realidad circundante- en expresión, en palabras, en poema.
En el año 1893 se publica una primera edición de Flores del aire en un volumen de
32 poemas que abarcan una diversidad temática poetizada desde una retórica neoclásica. Un
fuerte nacionalismo manifestado en la valoración de la naturaleza, del pasado histórico y del
patrimonio cultural constituye un rasgo caracterizador de algunos poemas (5) Otros
poetizan el tópico del amor en un discurso donde se articulan códigos románticos y
neoclásicos (6)
Toda esta referencialidad más una temática de inspiración poética, la misión del
poeta, la raza americana y sus luchas construyen una escritura con huellas clásicas, tanto en
las estructuras métricas de cada composición como en el léxico de solemnidad, propio del
modelo imperante en algunos sectores literarios de entonces, tanto en la producción artística
como en las preferencias de lectura.
El título del libro, Flores del aire, coincide con el de un poema del volumen.
Flores del
aire conforma un elemento de la naturaleza local que recorre el texto por
distintos poemas desde diferentes significaciones.
En primer término, y a partir del poema titulado así, Flores del aire, representa la
flor humilde, parásita del tronco centenario, que nace en la montaña y cuya simpleza
silvestre y belleza singular contrastan con las demás flores.
En un futuro incierto, esta flor del aire alcanzará la dimensión de lauro del
poeta/que no ha nacido aún para cantar/a. De este modo, la flor se traslada del
espacio real terrestre a un espacio de idealización poética donde cumplirá una función
inspiradora y asumirá el protagonismo de tema poético para el poeta que logre elevarse con
su palabra como un cóndor del arte.
Esta asociación metafórica permite, a la vez, el enunciado personal del deseo de la
propia voz poética de constituirse en el cantor de mis montañas y de que la palabra creada
coincida con el lenguaje de estas montañas, como lo señala la estrofa del final del poema:
¡Ah! ¡Si fuera el cantor de mis montañas!
¡Si mis versos tuvieran su lenguaje!
¡Si al rumor de los signos de la patria,
coronaran mi sien flores del aire! (7)
Asimismo, esta primera persona expresa el anhelo de que las flores del aire coronen su
sien simbólicamente debido al logro alcanzado por una creación poética construida por
himnos de la patria.
En consecuencia, Flores del aire constituye una metaforización predictiva
textual con respecto a la producción artística vinculada con tópicos del paisaje
catamarqueño, específicamente la montaña y la patria, rasgos configuradores de la obra
de Adán Quiroga de años posteriores, donde estos temas se manifiestan con mayor
intensidad.
La flor del aire es La parásita, descripta en otro poema que lleva este título. En
este caso, el poema destaca aspectos constitutivos de la flor como su luz, blancura,
pureza. Además, la estrofa final presenta la asociación metafórica flor del aire-alma
mía:
Y es ¡alma mía! Por eso
que flor del aire te llamo,
si esparces a mi reclamo,
el aroma de algún beso. (8)
La relación entre los poemas Flores del aire y La parásita posibilitan la apertura hacia
la distinción de niveles semánticos de flores del aire: a) su significado netamente,
literal; b) los alcances de su metaforización en cuanto motivo de inspiración poética, su
función como tópico poético, su alcance de lauro poético; e) flores del aire = alma del
poeta; d) la asociación flores del aire-palabra poética, intensificada por los alcances
simbólicos de luz, blancura, pureza. Así, las flores del aire iluminan y purifican tanto la
naturaleza como el alma del hombre desde su constitución como símil de poesía.
Otros poemas de Flores del aire resultan también autorreferenciales como los
anteriores, por cuanto textualizan aspectos vinculados con el propio discurso poético,
los motivos inspiradores, los sentimientos del poeta, como es el caso de Mi musa, El
poeta y ¡Calla poeta!
La segunda edición de Flores del aire, que cuenta con el agregado de cuarenta
poemas inéditos, data de 1913. Casi la totalidad de los poemas llevan fecha y
corresponden a un período comprendido entre 1898 y 1903.
El libro incluye poemas con primeros premios nacionales, los cuales se caracterizan
por un fuerte patriotismo enfatizado a través de recursos neoclásicos que remarcan sus
rasgos épicos (9)
Además de estos poemas épicos, el volumen incluye otros poemas con estas
particularidades, cuyos referentes histórico-geográficos permiten un recorrido lírico por
nuestro pasado nacional y americano, desde las remotas luchas calchaquíes contra el
español, con una perspectiva de solemne exaltación de valores de patriotismo, coraje y
heroicidad de nuestro pueblo y sus próceres.
Pertenecen a este grupo poemas que alcanzan la dimensión de una epopeya, con
voces y huellas textuales que remiten a los años de la literatura de la independencia
americana.
A esta línea de exaltación de valores patrióticos se integra un grupo de poemas
con una focalización ponderativa del paisaje americano, nacional y catamarqueño.
En estos poemas la construcción discursiva resulta menos rígida, más espontánea
y popular, más sencilla, más liberada de las fuertes dependencias estéticas neoclásicas,
de la presión intelectual de los poemas épicos y de las composiciones de la primera
parte del libro. Sin duda, Adán Quiroga pudo encontrarse con él mismo, con su ser y
alcanzó a manifestarlo en versos con total plenitud y con netas convicciones personales,
nacionales y americanas. Dentro de estos poemas se encuentran En la sierra, Lo que
dice la flauta, El río, El monte, Calchaquina, La reina-mora, El crespín, que diseñan un
itinerario por nuestro espacio natural en armonía con el canto de la flauta de caña, con
sus sonidos, sin metro ni rima, que celebran eglógicamente la tierra pródiga y sagrada.
Cabe destacar, dentro de dicho conjunto, aquellos poemas referentes a las aves,
mediante una visión lírica de la naturaleza con proyecciones humanizadoras. Este modo
de mirada de la naturaleza se disemina por distintos poemas, pero particularmente en las
descripciones de pájaros. En algunas ocasiones el poema incluye la leyenda sobre el origen
del ave, como el caso del crespín, una historia muy difundida en la tradición popular
catamarqueña.
La relación tierra-hombre genera una visión panteísta del espacio, una concepción
de éste como zona sagrada.
En otros poemas puede advertirse también el rasgo peculiar de tender hacia una
construcción discursiva insertando un relato vinculado con la historia fáctica, la leyenda, la
fábula o la anécdota cotidiana, característica que permite acercar los poemas a la poesía
primitiva, tradicional, popular. Así, por ejemplo, El sapo y el urubú componen una fábula
conocida, que relata el origen de las manchas del sapo. En otras oportunidades, el poema
refiere una leyenda contextualizada en los tiempos de la conquista, como Atari!...
El poema Sobre la cumbre describe este lugar como espacio aún no explorado
ni abordado por los poetas:
a las cumbres
nuestros cantores jamás subieron. (p.191)
En la estrofa siguiente a los versos citados, la explicitación del yo lo consagra
como poeta de las cumbres. A la vez, se manifiesta apartado del grupo de nuestros
cantores, es decir, los poetas nacionales o quizás locales que aún no incursionaron por estos
temas, en clara alusión también a la literatura argentina de esa época. El poema está fechado
en octubre de 1898.
El yo, poeta de las cumbres, se reafirma con la expresión YO SOY que recorre el
poema titulado Yo soy de aquellos...
Yo soy de aquellos bardos andinos
de los cantares de mis guitarras;
de esos que saben hablar las lenguas
de los alisos de las montañas.
……………………………………….
Yo soy de aquellos a quienes dicen
los soñadores de lamontaña:
Yo soy de aquellos que se cobijan
bajo la sombra de un vuelo de águila. (pp. 193-194)
La afirmación YO SOY constituye la voz poética, personal, humana, homologable con la
voz de la manifestación sagrada, revelada por la Biblia y transmitida por su palabra.
Asimismo, YO SOY conforma la concreción de la visión predictiva de los versos de la
primera parte de Flores del aire: un descubrimiento de sí mismo desde el hacer poético
personal que opera como conexión con la propia tierra y con Dios, el resultado de un
itinerario por la geografía catamarqueña y regional, de una aventura por largos caminos,
sinuosos, intransitables, unidos con senderos interiores que desembocan en el centro del ser
y lo iluminan, lo descubren y lo liberan.
Otro paso transformador, impulsor del cruce de este umbral, se manifiesta en la
palabra. El registro del nivel léxico de los últimos poemas del libro posibilita la
detección de la permanencia de términos muy cultos, la inclusión de formas latinas,
coherentes con la rigidez del modelo de su educación' ilustrada, la fuerza positivista, sus
lecturas, su pertenencia a un espacio socio-cultural codificado por paradigmas que rigen
su formación profesional.
Asimismo, estas voces cultas debilitan su vigor, se pierden por la potencialidad de
las voces genuinas, indígenas, regionales, con las que conviven y que recorren los poemas.
Recuperar las voces autóctonas, propias, ya reemplazadas por nombres académicos, según
la disposición de la norma imperante, enmascaradas, enterradas, pero vivas en el habla
popular, rebautizadas por la poesía es otro salto liberador, reflejo de lo que ocurre con su
propio ser, también encubierto, envuelto por el saber enciclopédico.
El uso de la letra cursiva y de notas a pie de página con el significado de estas
voces caracterizan la inclusión del vocabulario regional.
Palabras como schulco, Llastay, atamiski, arirumas, pucara, pumpuna, quililo,
chufla (10), entre tantas, resuenan, caminan, se diseminan por los senderos poéticos que las
legitiman y las consagran con su entrada al espacio de la literatura.
Los años de producción de estos poemas (1898-1903) coinciden con viajes de Adán
Quiroga por el interior de la provincia de Catamarca, movilizado por búsquedas
arqueológicas, la indagación del pasado indígena, en un trazado de itinerarios por senderos
de cerros y alturas, que posibilitan el encuentro asombroso con expresiones culturales
visibles o enterradas, con petroglifos, con petrograbados, con lo insospechado. En estas
instancias, se produce en Adán Quiroga el rescate de lo que pudo haber sido el perfil o el
modo de vida soñado, a partir de la liberación de viejas presiones y una purificación mental
y emocional, la apropiación de la tierra catamarqueña, ya transformada en terruño, y, la
poesía como camino para iluminar el ser verdadero y la identidad.
CONCLUSIONES:
El análisis efectuado permite una identificación entre hacer poético y un
itinerario donde el hombre, en contacto con la tierra, logra una liberación de viejos
patrones culturales, a través del (re)encuentro con su raíz identitaria.
El marcado dualismo textual de Flores del aire, reflejo de la vida de Adán
Quiroga, instala una tensión entre la fuerza de la herencia racional, clasicista, rígida,
coherente con el modelo cultural y social donde se inserta Adán Quiroga, y una fuerza
popular, tradicional, espontánea, generada a partir de sus travesías por los caminos de
los cerros de Catamarca.
Dicha tensión se debilita y desestructura en el espacio poético y probablemente
se extienda hacia la vida personal de Adán Quiroga, conforme con datos biográficos.
Así, la alquimia de la palabra alcanza la (trans)formación del hombre por la acción de la
fuerza de la tierra, la potencia de la creación artística y la magia de la palabra poética.
NOTAS
(1) Flores del aire se publicó en 1893, en un volumen que compendia treinta y dos poemas. La segunda
edición, que cuenta con el agregado de cuarenta poemas, data de 1913. De acuerdo con lo señalado en
esta edición, sus poemas originales indican que se trata de composiciones para ser corregidas y dadas
recién a la estampa. Adán Quiroga no pudo ver publicados estos poemas. Sus familiares se encargaron de
esta edición.
(2) Adán Quiroga nació en San Juan el 6 de marzo de 1863. A los tres años llegó a Catamarca, provincia
que lo adoptó como a uno de sus hijos predilectos. Hacia 1884 se graduó de Doctor en Leyes y al año
siguiente en Derecho Canónico. Fue magistrado, jurista y político en Catamarca y Tucumán, poeta,
arqueólogo, folklorólogo. Murió el10 de noviembre de 1904. Su producción literaria comprende la poesía
lírica, como Flores del aire (1893, 1913), Canto secular (1893), Poesías de las tristezas (1895), el género
dramático con Ante Dios y la Patria, editada por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional
de Catamarca con motivo del centenario de su muerte. También publicó obras sobre estudios
arqueológicos, simbólicos, antropológicos, históricos, jurídicos. Entre esta amplia producción figuran
Calchaquí (1897), Folklore calchaquí (1897), Petroglifos (1904), Defensas criminales y civiles (1903),
La cruz en América (1901), reeditado por la Municipalidad de San Fernando del Valle de Catamarca, en
el centenario de la muerte del autor. Los estudios de Adán Quiroga reúnen testimonios e informaciones
sobre nuestro pasado indígena y nuestra mestización cultural. Su labor como periodista fue muy amplia.
(3) Paz, Octavio (1957) Las peras del olmo, Barcelona, Seix Barral, 1974.
(4) Paz, Octavio, op. cit.,p. 99.
(5) En la aldea, Vuelve a tu aldea, El cantor de las montañas, Cadenas rotas, Atlántida, El indio.
(6) Primavera y amor, Olvídame, Desde lejos, A mi Teresa, En la soledad, Tristezas del hogar, La
autopsia, El féretro.
(7) Adán Quiroga, Flores del aire, p. 16.
(8) Adán Quiroga, op.cit., p. 72.
(9) El poema El Ejército de los Andes obtuvo el Primer Premio del Certamen Literario Hispano
Americano otorgado por la Academia Literaria del Plata en la ciudad de Buenos Aires el 30 de agosto de
1903. El otro, A la Independencia de América, participa en el Certamen Nacional Continental, organizado
por la Biblioteca de La Plata el 23 de mayo de 1904.
(10) Palabras de origen quichua: Schulco=el menor, el último; Atamiski=topónimo/Planta medicinal;
arirumas=arbusto; pucara=fortaleza indígena; pumpuna=paloma mediana conocida con el nombre de
Viñatera; quililo=ave pequeña; chuña=ave zancuda, de carrera veloz
BIBLIOGRAFÍA
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BERISTAIN, Helena (1995) Diccionario de retórica y poética, México, Porrúa.
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DÍAZ, Marcelo y CANO, Raúl (2000) Personajes ilustres de la política y la cultura de Catamarca.
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PAZ, Octavio (1957) Las peras del olmo, Barcelona, Seix Barral, 1974. QUIROGA, Adán (1893) Flores
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