Gramática de la Real Academia Española

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1. A la luz del siguiente fragmento, indique la finalidad de la obra (pág. 97-101)
En el prólogo de la gramática se percibe la importancia de la gramática para todos los haberes y estudios
de nuestra vida. En el presente fragmento, primero se presenta la idea de que habrá personas que no le tomen
importancia a la gramática y, por otro lado, otros que sÃ− la crean necesaria.
Para explicarnos la idea principal, el autor nos remite a los griegos y romanos, quienes conocÃ−an y
estudiaban la utilidad y necesidad del uso de la gramática, pero también afirmaban que se tenÃ−a que
perfeccionar. Esto es, en resumen, el concepto que debemos tener nosotros también, ya que la gramática,
según el prólogo, (“ella nos hace ver el maravilloso artificio de la lengua, enseñándonos de qué partes
consta, sus nombres, definiciones, y oficios, y como se juntan y enlazan para formar el texido de la oracion”).
Pero ante esta explicación, el autor nos dice que (“sobre ninguna de estas cosas se hace reflexîon ántes
de entender el arte, y asÃ− es difÃ−cil que sin él hablemos con propiedad, exâctitud, y pureza”).
Para finalizar, el autor del prólogo nos relaciona la importancia de la gramática en distintos ámbitos
laborales, ya que esta es necesaria y útil para todos. Para ello, remite a unas palabras de Quintiliano.
2. Los académicos aducen una serie de argumentos de diferentes tipos; a saber: argumento
nacionalista, argumento humanista, argumento sociopragmático, argumento de autoridad y
argumento pedagógico. Especifique, para cada uno de ellos, el fragmento que se corresponde. (pág.
97-101)
Argumento nacionalista “Lo mismo debemos nosotros pensar de nuestra lengua, en la qual hallamos que
observar cada dia cosas nuevas por medio de la gramática”.
Argumento humanista “Quintiliano (I) dice que es necesaria á los niños, agradable á los viejos, dulce
compañera en la soledad, y entre todos los estudios el que tiene mas trabajo que lucimiento”.
Argumento sociopragmático “Los que no hubiesen de seguir la carrera de las letras se ilustrarian á lo
menos en esta parte de ellas, y hallarian en el ejercicio de sus empleos, en el gobierno de sus haciendas, y en
el trato civil, las ventajas que tienen sobre otros los que se explican correctamente de palabra y por escrito”.
Argumento de autoridad “Sobre ninguna de estas cosas se hace reflexîon ántes de entender el arte, y asÃ−
es difÃ−cil que sin él hablemos con propiedad, exâctitud, y pureza”.
Argumento pedagógico “Seria, pues, conveniente que los padres ó maestros instruyesen con tiempo á los
niños en la Gramática de su lengua”.
3. Comente sucintamente la dicotomÃ−a uso/arte a que hace referencia el prólogo. (pág. 97-101)
En el presente prólogo aparece explicada la dicotomÃ−a entre el uso y el arte de una lengua. (“Conocian la
utilidad y necesidad del uso; pero conocian tambien que convenia perfeccionarle con el arte”). Por tanto, se
produce una dicotomÃ−a entre la lengua, ya que por un lado está e uso que hacemos de ella y, por otro lado
el arte de la lengua (“de qué partes consta, sus nombres, definiciones, y oficios, y como se juntan y enlazan
para formar el texido de la oracion”).
Se toma como referente a Antonio de Lebrija, quien también expresó y compartÃ−a la dicotomÃ−a
uso/arte de una lengua.
4. A la luz del capÃ−tulo que hace referencia a la categorÃ−a “nombre”, elabore un esquema. ¿Qué
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significado le darÃ−a usted a la expresión “los substantivos […] subsisten por sÃ− mismos en la
oración”? ¿A qué otro elemento lo opondrÃ−a? (pág. 121-127)
común
Sustantivo
Nombre propio
Adjetivo
El significado de “los substantivos […] subsisten por sÃ− mismos en la oración” nos quiere decir que, a
diferencia de los nombres adjetivos, no hay necesidad de que le acompañe otra palabra, ya que no necesita
ningún tipo de calificación. El nombre adjetivo necesita ir acompañado de un nombre sustantivo.
Por tanto, el nombre sustantivo y el nombre adjetivo son opuestos en este aspecto gramatical. La referencia de
ello es Gonzalo de Correas.
5. ¿Qué criterios aduce la Academia para distinguir entre el artÃ−culo y él pronombre? (pág.
155)
Según el autor del texto, “el” artÃ−culo se pone siempre antepuesto al nombre, es decir, antes del nombre.
Sin embargo, “él” pronombre se pone antepuesto o pospuesto a los verbos.
De acuerdo con el texto, el criterio principal al que aduce la academia es (“se distinguen fácilmente, porque
quando son artÃ−culos se ponen siempre ántes de nombres”), (“pero quando son pronombres, se ponen
siempre ántes, ó después de verbos”).
La referencia de ello es Gonzalo de Correas.
6. Según la Gramática de 1771 (pág. 153), los pronombres se dividen en personales, demostrativos,
posesivos y relativos. A la luz del criterio de R. Lenz (1935) que ofrecemos a continuación, haga una
crÃ−tica a esta división. “Los pronombres relativos deben considerarse como la última clase de
pronombres […] porque son los pronombres más modernos y no existen de ningún modo en todos los
idiomas. Son ellos los únicos pronombres que no pueden nunca hallarse en proposiciones
independientes, sino exclusivamente en proposiciones subordinadas. […] Los relativos itálicos han
salido de la base interrogativa o indefinida, y asÃ− han pasado, ya completamente formados, a los
idiomas románicos”.
El criterio que nos ofrece R.Lenz sobre los pronombres relativos es falso e incorrecto, ya que, cuando remite a
que “los pronombres relativos deben considerarse como la última clase de pronombre” no se fija, entonces, a
que tiene un ejemplo en la lengua latina, lengua que es más antigua y que ya usaba en su lengua estos
pronombres.
En el texto de la página 153, no se refleja ninguna referencia con la que podamos afirmar que R.Lenz tiene
razón, ya que no se centra en los pronombres relativos. Sin embargo, podemos decir que lo que afirma
R.Lenz es falso, y como prueba de ello tomamos la lengua latina o la lengua inglesa, que tiene una raÃ−z
diferente al español, pero también tiene pronombres relativos.
7. ¿Qué criterio aduce la Academia para distinguir entre pronombres interrogativos y pronombres
relativos? (pág. 166)
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Según la Academia, debemos incluir los pronombres interrogativos en los pronombres relativos, ya que a los
interrogativos únicamente les forma el tono. Para esta justificación, se argumenta: “si estos (se refiere a los
pronombres interrogativos) se reputasen como pronombres interrogativos, serÃ−a necesario hacer otra clase
de pronombres admirativos”.
Por tanto, la Academia incluye los pronombres interrogativos dentro de los relativos, debido a que los
interrogativos solo están formados por el tono, y, por otro lado, si existiera un grupo de pronombres llamado
`pronombres interrogativos', también tendrÃ−an que haber otros tipos de pronombres más especÃ−ficos,
como los pronombres admirativos (ejemplo: ¡qué gordo que estás!).
8. En el capÃ−tulo de la sintaxis o construcción general, los académicos reflexionan sobre el orden
de los elementos en la oración. Jovellanos (1744-1811) defiende por aquel entonces uno de los
principios racionalistas d la gramática general: la existencia de un orden lógico natural, y asegura
que a las gramáticas particulares les corresponde recoger las rupturas de este orden natural, que se
explican porque “el pueblo, por quien y para quien se formaron las lenguas, no sabe por lo regular
qué cosa es sustancia, causa, efecto o calidad, ni atiende a todas estas noticias metafÃ−sicas”. A la luz
de la cita de Jovellanos, asÃ− como del texto académico que se facilita (pág. 350-351) diga, en su
opinión, de qué criterios se vale la Academia para afirmar su postura, y si lleva razón o no.
Los argumentos en los que se basa la Academia para explicar el orden de los elementos de la oración son
muy simples. En el presente texto, se relaciona el orden de la oración con la naturaleza misma de las cosas,
es decir, se basa en la naturaleza humana y en la manera que tenemos de usar estos términos y relacionarlos
para obtener, de esa forma, una justificación válida que explique el porqué del orden de las palabras en
una oración.
Por tanto, según el criterio de Jovellanos, “el nombre sustantivo prefiera al adjetivo, porque ántes es la
sustancia que la calidad: que quando el nombre representa al sugeto ó persona que hace, prefiera al verbo,
porque ántes es el agente que la accion. Pide que el verbo prefiera al nombre, quando este es el objeto, ó
término de la accion; y al adverbio que califica ó modifica la significación del verbo…”.
Actualmente, existe una estructura del orden de los elementos en una oración, pero depende del significado
que queramos expresar, de la finalidad lingüÃ−stica, debido a que este orden natural se rompe y es
igualmente correcto, por ejemplo, hombre sabio vs. sabio hombre. Pero también cabe decir que no en todos
los casos, dependiendo de las categorÃ−as gramaticales, este cambio de orden de los elementos en la oración
es correcto.
9. Teniendo en cuenta lo que acabamos de decir en el apartado 8., comente a su manera el texto
académico que se facilita sobre el hipérbaton y diga si se ajusta a lo expuesto por Jovellanos. Diga
a qué proceso gramatical se corresponderÃ−a el hipérbaton en la actualidad. (pág. 447-450)
Sabemos que hipérbaton es desorden del orden natural de las palabras.
Jovellanos remite a unos argumentos lógicos basados en la naturaleza de las palabras, por ello, por ejemplo,
explica que antes de denominar cómo es alguna cosa, debemos citar qué cosa es. Y asÃ− es como justifica
el orden de los elementos de una oración.
En la gramática de la Real Academia Española, el estudio va más allá y, aunque sigue el ejemplo de
Jovellanos, su investigación es más amplia, se fija en un criterio pragmático (Jovellanos no lo hizo) y
sintáctico. (“En estos exemplos se ve, no solo que puede alterarse el órden natural, pues asÃ− lo admite el
uso de los que hablan bien, sino que este uso se funda en la mayor elegancia y energÃ−a que adquieren estas
expresiones por medio de la inversión. Adquieren mayor elegancia, porque no sonarian tan bien las mismas
cláusulas, si se pusiesen por el órden natural, diciendo: los padres que tienen hijos buenos son dichosos”).
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En la actualidad, el término expuesto es el mismo que el denominado, es decir, conocemos el proceso
gramatical con el nombre de hipérbaton.
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