Diana R. Villarreal González

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MONDIALISATION ÉCONOMIQUE ET GOUVERNEMENT DES
SOCIETÉS : l’ AMERIQUE LATINE, UN LABORATOIRE?
Paris,7-8 juin 2000
Colloque organisé par le GREITD, L’ IRD et les Universités de Paris I (IEDES) et
Paris 13
II.- Recompositions territoriales et relocalisations.
Titre de la Communication:
MONDIALISATION ÉCONOMIQUE ET POLITIQUES REGIONALES AU MEXIQUE.
Auteur:
Diana R. Villarreal González
Adresse:
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco
División de Ciencias Sociales
Departamento de Producción Económica
Calzada del Hueso 1100, Col.Villa Quietud, Del.Coyoacán
Mail:
Drvilla@ cueyatl.uam.mx
1
MONDIALISATION ÉCONOMIQUE ET POLITIQUES REGIONALES
AU MEXIQUE
Dra. Diana R.Villarreal G.1
Introducción
Los cambios que se han dado en México en la última década, están relacionados con la apertura
comercial iniciada en 1986 con la firma del Acuerdo General de Aranceles y Tarifas (GATT) y
que culminan con los tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá y
recientemente con la Unión Europea.
El gobierno Federal que había intervenido en las regiones con políticas de desarrollo muy
definidas, dejó de hacerlo para llevar a cabo las reformas estructurales necesarias para la
integración al mercado mundial.
Las regiones aparecen, como el lugar donde se diseñan las políticas de integración al mercado
mundial, siendo los gobiernos estatales los que definen las estrategias de desarrollo a través de
los programas de Fomento Económico; logrando algunos de ellos un crecimiento económico
equilibrado entre las subregiones mientras que en la mayoría de los Estados, se sigue
concentrando en las principales ciudades, dándose grandes desigualdades entre las zonas urbanas
y rurales. Los territorios son competitivos si logran aprovechar sus ventajas comparativas y crear
ventajas competitivas con respecto a otros territorios de manera de atraer nuevas inversiones
nacionales y extranjeras.
En este artículo señalaremos los cambios que se han dado a nivel regional e interregional así
como las políticas de fomento económico estatales diseñadas por algunos de los estados más
dinámicos. Nos interesa probar que las regiones económicas actualmente no corresponden a las
que ha diseñado el gobierno federal en el Plan Nacional de Desarrollo, ya que responden más
bien a un criterio de contiguidad física.
1.-Las Políticas de Desarrollo Urbano y Regional
1.1-El Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000
El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 1995-2000, propone entre los objetivos de desarrollo
social, armonizar el crecimiento y la distribución de la población en el territorio y promover el
desarrollo equilibrado entre las regiones. Entre las prioridades se encuentra la reordenación de los
poblamientos orientando los flujos migratorios hacia las ciudades medias y pequeñas como
destinos alternos a las cuatro grandes zonas metropolitanas: la Ciudad de México, Monterrey,
Guadalajara y Puebla.
La descentralización de la política de población implica integrar los criterios demográficos en los
planes y programas de desarrollo económico y social de los estados y municipios, de manera que
las autoridades locales tomen en cuenta las relaciones entre población y desarrollo en la
planificación urbana.
1
Profesora e investigadora del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma MetropolitanaUnidad Xochimilco.
2
El PND reconoce la marcada desigualdad entre las macroregiones, especialmente las del Norte,
Centro y Sur, con las costas del Golfo y las del Pacífico y de microregiones con desventajas
económicas y sociales. Como veremos más adelante, las desigualdades regionales tienden a
acentuarse por la carencia de políticas de desarrollo regional explícitas.
En el PND se reconoce que son las regiones y ciudades que concentran la mayor infraestructura
productiva las que tienen los niveles más altos de bienestar; por ejemplo, Las regiones del Norte
y las zonas metropolitanas del Valle de México, Puebla y Guadalajara en cambio en el Sur se
observan los mayores rezagos sociales. A diferencia de los anteriores Planes de Desarrollo, que
trataban de limitar el crecimiento de la Ciudad de México mediante la descentralización de las
actividades económicas; el Plan actual propone potenciar su desarrollo económico y preservar su
viabilidad financiera.
También se reconocen las diferencias regionales ya que si bien las ciudades de la frontera Norte
se benefician por su posición estratégica frente al mercado norteamericano, también están sujetas
a fuertes procesos migratorios y graves carencias en infraestructura urbana; mientras que los
estados de la región Sur, tienen los niveles más altos de marginación y es donde se generan los
mayores flujos migratorios, al igual que las regiones costeras del Golfo de México y del Pacífico
las que cuentan con ventajas comparativas para el comercio exterior por la generación de
hidrocarburos y actividades turísticas, pero requieren consolidar la infraestructura vial y
portuaria, turística e industrial para aprovecharlas.
La estrategia propuesta para lograr un mayor equilibrio regional consiste en una mejor asignación
de la inversión de recursos públicos y privados para alentar la diversificación económica y
vincular a las economías rural y urbana. Además la inversión en infraestructura es necesaria para
unir a las regiones atrasadas con las desarrolladas y se propone la integración de las áreas urbanas
y rurales a través de la articulación de cadenas productivas locales y regionales que privilegien la
generación de empleos y faciliten la incorporación de los agentes económicos.
En el informe sobre Desarrollo Regional y Política Estructural en México, la OCDE señala que
los problemas de México no son regionales, sino básicamente económicos y sociales afectando a
todo el país y a la eficiencia de su administración. Se afirma que no existe una política regional
sino políticas sectoriales con marcadas dimensiones regionales.
Se establece que en México hay una estrategia territorial implícita reforzada por grandes reformas
estructurales como son: la económica, la privatización, la descentralización y la política social,..."
enfocadas a los mecanismos de desarrollo del país y al mejoramiento de la capacidad de cada
territorio para promover ventajas comparativas y sus factores de producción".2 De tal manera
que... "La dimensión territorial del desarrollo económico y la administración pública mexicana,
no es tanto de un crecimiento más o menos equilibrado a lo largo del país, sino del mejor
aprovechamiento y realce de sus factores de producción, al mejoramiento de la posición general
de la economía y del desarrollo regional ".
La OCDE considera que el caso de México es relevante para otros países miembros, que tienden
a reemplazar las políticas tradicionales de incentivos directos por políticas para estimular la
contribución de los territorios al desarrollo nacional con acciones indirectas y estructurales para
mejorar el ambiente productivo como son la infraestructura, la administración pública y la
transferencia de tecnología.
2
OCDE (1998): "Desarrollo Regional y Política Estructural en México". Perspectivas p.9
3
Para la OCDE las políticas sectoriales con una orientación territorial tienen efectos diferenciados
según la zona, así las políticas de combate a la pobreza tienen mayor importancia en la zona Sur
donde se concentra la pobreza mientras que las políticas de integración económica tienen
mayores efectos sobre los sistemas de producción modernos. La aplicación de las políticas
sectoriales tienen efectos diferenciados ex post.
De manera que las políticas que tienen mayores efectos en las regiones menos desarrolladas son
aquellas diseñadas para aumentar el ingreso familiar y proporcionar servicios básicos; mientras
que los apoyos dirigidos a impulsar el desarrollo económico son útiles solamente si son dirigidos
a las regiones que han alcanzado una cierta etapa de desarrollo en sus capacidades productivas.
La OCDE considera que las principales políticas seguidas por el Gobierno Federal, en lo social y
en el fomento a la industria sirven fielmente a esta estrategia. De manera que la política de
distribución del presupuesto federal entre los estados y la transferencia de recursos de las áreas
más ricas a las más pobres, combina "una política social regional" y una "política industrial
regional" aumentando las oportunidades de las áreas menos desarrolladas y por tanto del país.
Este mecanismo debería de incrementarse en el futuro, dando lugar a una descentralización fiscal
que aliviará el esfuerzo de las regiones que aportan más. La descentralización es uno de los
mecanismos claves para un mayor equilibrio regional, pero se reconoce que en México aún se
requieren cambios estructurales mayores.
2.- Cambios en el Patrón de Desarrollo Regional de 1990 a 1999.
Si analizamos la distribución de la población por regiones y estados, (Cuadro 1); en el período
1990-1999, se estima que la población total aumentó en más de 16 millones de personas, para
sumar más de 98 millones. En la primera parte del período de 1990 a 1995, la distribución de la
población por regiones experimentó algunos cambios, como son un aumento en la importancia
relativa de las regiones Noroeste, Norte, Noreste, Centro y en la Península de Yucatán. Sin
embargo de 1995 a 1999, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) estima que todas
disminuyen ligeramente, excepto la Península de Yucatán que mantiene su ritmo de crecimiento.
En cambio las regiones Centro Norte, Occidente, Golfo y Pacífico Sur, experimentaron durante
todo el período una pérdida de importancia relativa; aunque la región centro norte y Pacífico
podrían haberse recuperado ligeramente en la segunda etapa del período.
Para analizar las diferencias regionales e interregionales, nos basamos en las entidades
federativas que las conforman de acuerdo a las siguientes variables: tamaño de la población,
porcentaje de población urbana, porcentaje de personas no nativas, nivel de educación medido en
años de estudio, participación estatal en la generación del PIB nacional, el ingreso per cápita y la
inversión extranjera directa. Además se toma en cuenta las participaciones federales a los estados
y los principales fondos federales de los que participan.
Con los datos que se presentan, se confirma la gran disparidad regional y las diferencias al
interior de las mismas, es decir, no son regiones homogéneas sino internamente diferenciadas y
aunque los indicadores seleccionados son promedios que ocultan las diferencias al interior de las
entidades federativas, nos permiten caracterizar a las más dinámicas y a las más atrasadas, para
de esa manera, presentar algunas estrategias propuestas en los programas de fomento económico
que han seguido los estados en los últimos años y que explicarían los cambios experimentados en
4
ellas.
2.1-La Región Centro: Distrito Federal, Estado de México, Morelos, Tlaxcala, Hidalgo, y
Puebla.
En la región Centro, es donde se concentra la mayor cantidad de población, ya que se estimaba en
1999 un total de 31,470,159 personas, que representan 32% de la población total del país, las que
se concentraban principalmente en el Estado de México y el Distrito Federal que tenían 2.84% y
9.31% del total de la población en 1995. Mientras que Puebla, Morelos, Tlaxcala e Hidalgo,
tienen menor población. (Cuadro 1).
En la zona metropolitana de la Ciudad de México, tiende a darse una desconcentración de la
población del centro a la periferia, de manera que mientras que la población tiende a disminuir en
el Distrito Federal en cambio el Estado de México continúa incrementado su población al igual
que Morelos y Tlaxcala, a tasas superiores al promedio nacional; mientras que Puebla e Hidalgo
crecieron a tasas dentro del promedio nacional. (Gráfica 1)
Gran parte del crecimiento poblacional se explica por la atracción de inmigrantes. Los estados de
México y Morelos con 43.7% y 31.3% presentan los mayores porcentajes de personas no nacidas
en la entidad, mientras que el Distrito Federal contaba con 24.9%; estas cifras son superiores al
promedio nacional. En cambio, Tlaxcala contaba con 16% y los estados de Puebla e Hidalgo
solamente con 9.2% y 10.5% de población no nativa, lo que nos indica menor atracción y
posiblemente expulsión de población. (Cuadro 2)
La mayoría de la población del Distrito Federal reside en la zona urbana, (99.7%); al igual que en
los estados de México y Morelos con el 86% respectivamente y Tlaxcala con 82.7%. En el otro
extremo los estados de Puebla e Hidalgo cuentan con 68.3% y 49.8% de residentes urbanos cada
uno, indicándonos mayor población en zonas rurales.
Un indicador importante de los efectos del proceso de descentralización de la educación es el
incremento en el promedio del número de años de estudio en todos los estados, el cuál puede
estar asociado con el mayor nivel educativo de los inmigrantes, como se observa en entidades
como el Estado de México cuyo promedio aumentó de 7.1 años a 8.2 en el período 1990 - 1999.
El Distrito Federal es el que presenta el mayor nivel de escolaridad en el país; en 1999 el
promedio era de 10.2 años de estudio, siguiéndole los estados de México, Morelos y Tlaxcala. En
cambio se encontraban por debajo del promedio nacional, los estados de Puebla con 6.7 años e
Hidalgo con 6.4 años.
El contar con una población con mayor nivel educativo es uno de los factores que explican la
localización de actividades más especializadas como son los servicios financieros, los servicios a
empresas, la educación superior y las telecomunicaciones. Estos factores favorecieron al Distrito
Federal que recibió el 59.1% de la inversión extranjera directa (IED) que arribó al país entre 1994
y 1998, donde se han instalado las oficinas corporativas de las grandes empresas.3
En 1996, en la región Centro se generó el 36.33% del PIB nacional, lo que nos indica la
importancia de la misma. Sin embargo, al interior de la región las diferencias en las
participaciones son de gran magnitud ya que el Distrito Federal aportaba el 22.76% y el estado de
México el 10.35% y en cambio los estados de Puebla, Morelos, Tlaxcala e Hidalgo participaban
con el 3.41%, 1.32%, 0.52% y 1.38% respectivamente; indicándonos un menor desarrollo
3
La Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (SECOFI), registra la inversión en base al domicilio fiscal de las
empresas y no necesariamente coincide con el lugar donde se instalan las fábricas.
5
económico y la marginación de algunos de ellos.
Lo que se confirma en la distribución del PIB per cápita; mientras que en el Distrito Federal era
de 3,127 pesos , los otros estados estaban por debajo del mismo, ya que los estados de México y
Morelos tenían un PIB per cápita de 1,028 y 1,070 pesos. En cambio las entidades con más
población rural como Puebla, Hidalgo y Tlaxcala ganaban menos de 1,000 pesos al año. Estas
diferencias explican las precarias condiciones de vida de la población y dejan ver la desigualdad
entre los estados que forman parte de la misma región. Gran parte del crecimiento de la región
central, se concentra alrededor del Distrito Federal ya que si se le suman los 57 municipios
conurbados, se forma lo que se denomina Región Megalopolitana. La región megalopolitana
incluye a las zonas metropolitanas de Pachuca, Toluca, Cuernavaca-Cuautla y Puebla-Tlaxcala.4
En esta región es donde se tiene el mayor dinamismo, especialmente en las zonas metropolitanas
conurbadas, en cambio las entidades federativas con mayor población rural, especialmente
Hidalgo y Puebla se consideran con alta marginación en algunas microrregiones; las que han sido
objeto de programas especiales para compensar la pobreza de sus habitantes.
La inversión física ejercida por el Sector Público en el Distrito Federal en 1998 y 1999 fue la más
alta entre las entidades federativas, representando el 14.8% y el 18% respectivamente. En cambio
en 1999, el estado de México recibió el 4.4%, Puebla el 2.2%, Hidalgo el 2.3%, Morelos el 0.9%
y Tlaxcala el 0.7% .Esto nos indica la predominancia de la ZMCM sobre los demás estados.5
En 1996, el Distrito Federal y el estado de México recibieron los porcentajes más altos de las
participaciones federales de 18.25% y el 12.75%, correspondientes a sus aportaciones al PIB
nacional. (Cuadro 5). En los ingresos brutos del Distrito Federal las participaciones federales
representaron el 38.12% de su presupuesto, (el porcentaje más bajo desde 1990,que eran el
50.76%) y en cambio el 20.91% de sus ingresos provenían de los impuestos, siendo el mayor
porcentaje entre las entidades federativas,6 indicándonos mayor eficiencia en la recaudación
(Cuadro 6). En cambio en 1998, recibió apenas 1.25% de las participaciones federales a través
del ramo 337 y la distribución per cápita fue de solo 0.02 pesos resultando el menos beneficiado
por el monto asignado y la mayor cantidad de población con que cuenta. En cambio el estado de
México recibió 9.71% de las participaciones federales, siendo el más beneficiado.
Los otros estados de la región recibieron en 1998 relativamente mayores porcentajes que en 1996
de las participaciones federales, especialmente Puebla y Tlaxcala, mientras que Hidalgo fue de
los más bajos, apenas superior al Distrito Federal. En cambio la distribución per cápita, fue más
alta para Puebla, Hidalgo y Morelos en comparación al Estado de México y Tlaxcala
indicándonos una redistribución del presupuesto federal a través de este rubro a favor de algunas
entidades con mayor marginación.
En 1998, resultaron más beneficiados por las Aportaciones Federales a través de los Fondos de
Aportaciones para la Infraestructura Social , para el Fortalecimiento de los Municipios y para la
4
Porras Macías A: El Distrito Federal en la dinámica demográfica megalopolitana" en Eibenshutz Hartman R.
(1997): Bases para la Planeación del Desarrollo Urbano en la Ciudad de México.Tomo I p.69 Ed. M.A. Porrúa y
UAM-Xochimilco.
5
Fuente. Lic. Ernesto Zedillo, (1999): Quinto Informe de Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos.
6
Elaboración propia en base al INEGI Finanzas Públicas Estatales y Municipales de México 1990-1996.
7
En 1997, hubo un cambio en la forma de asignar las participaciones federales, que de los Convenios Unicos de
Desarrollo con cada estado, se pasó a las aportaciones vía el ramo 33, donde el presupuesto queda sujeto a
determinadas funciones de gasto, descentralizando las decisiones hacia las entidades federativas y los municipios.
6
Educación Básica y Normal los Estado de México, Puebla e Hidalgo y en menor proporción
Morelos , Tlaxcala y en último lugar el Distrito Federal.
Explicar el por qué el estado de México es el principal beneficiado de las aportaciones federales
requiere de una investigación más profunda a nivel de las microregiones, donde se concentran
mayor población rural , pobreza y marginación socioeconómica.
2.2. La región I Noroeste: Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa.
Esta región comprende a los estados de Baja California, Sonora y Sinaloa. Entre ellos, también se
presentan profundas diferencias, por la distribución de la población, los recursos naturales y las
actividades económicas predominantes.
El estado de Baja California, es uno de los que experimentan un mayor dinamismo, tanto en el
crecimiento de la población, como del PIB, debido principalmente a las ventajas de localización
y el régimen fiscal de la industria maquiladora. A partir de diversos estudios realizados en la zona
fronteriza se puede afirmar que se ha conformado una región binacional con San Diego y
localidades vecinas. Esto le da ventajas especiales a la zona, ya que por un lado , cuenta con un
gran número de empresas maquiladoras, cuyos propietarios , gerentes, personal administrativo y
técnicos de alto nivel pueden residir en el lado americano con mejor calidad de vida y trabajar
en el lado mexicano, trasladándose diariamente a sus labores.
Baja California contaba en 1990, con apenas 1,660,855 personas y representaba el 2 % de la
población nacional, para 1999, se estima aumentó al 2.37% , suponiendo una TCMA de 3.83%
durante el mismo período, muy superior al promedio nacional. ( Cuadro 3)
La mayoría de su población reside en las zonas urbanas (91.7%) y los inmigrantes representaban
en 1995 al 47.1% de la población estatal. Ocupa el tercer lugar nacional en escolaridad , con un
promedio de 8.7 años de estudio.
Baja California aumentó su participación en el PIB nacional, de 2.76% en 1988 a 3.16% en 1996
; con una TCMA de 4.4% en el mismo período, muy superior al promedio nacional. El ingreso
per cápita en 1996 era de 1,749 pesos, cifra semejante a la que prevalece en los estados de la
frontera norte. Entre 1994 y 1998 recibió 2,452 mdd en inversión extranjera directa, que
representó el 5.95% del total, ocupando el 3 lugar a nivel nacional, lo que explica el dinamismo
de la zona. La inversión física ejercida por el sector público, representó solamente 1.3% del total
nacional en 1999 , de la cuál el 20.9% se aplicó a funciones de desarrollo social.
En 1996, recibía el 5.29% de las participaciones federales, siendo uno de los más dinámicos ,
estas diminuyeron a 2.63% en 1998 en el Ramo 33 y en cambio la distribución per cápita fue de
0.17 arriba del promedio nacional. En 1996, sus ingresos brutos dependían solo en 24.27% de las
aportaciones federales y el 63.7% provenía de terceras personas.
El estado de Baja California Sur, contaba en 1995, solamente con 375,494 personas, el más
pequeño del país. Se estima una TCMA de 2.57% entre 1990 y 1999, superior al promedio
nacional. Casi el 80% de su población habita en zonas urbanas y en 1997, 30.1% era de origen
migrante. Se tiene un promedio de 8.4 años de estudios superior al nacional.
En 1996, aportaba el 0.54% del PIB nacional , sin embargo éste creció a una TCMA de 3.3% de
1988 a 1996 y el PIB per cápita era de 1,674 pesos, superior al nacional. En ese año recibió
241,375 mdp en aportaciones federales equivalentes al 0.70% del total nacional, cifra superior a
lo que aportaba al PIB nacional. Estas participaciones representaron el 40.1% de sus ingresos
brutos.
En 1998 recibió 1,352 Mdp en aportaciones federales del ramo 33, equivalentes al 0.91% del
7
total que correspondían a 0.34 per cápita el más alto entre las entidades federales. El presupuesto
se distribuyó en 65.2% en educación básica y normal y el 14.1% para salud, solamente el 4.4%
se destinó al fortalecimiento municipal.
En 1999,recibió 974.4 Mdp del sector público para inversión física, equivalentes al 0.8% del total
nacional, e invirtió el 13.7% del presupuesto en desarrollo social.
De 1994 a 1998 recibió 120 Mdd en IED, equivalentes al 0.29% del capital foráneo que ingresó
al país.
El estado, tiene gran potencialidad para el desarrollo turístico y la pesquería, sin embargo,
requiere de fuertes inversiones para aprovechar sus potencialidades.
El estado de Sonora, contaba en 1995 con el 2.29% de la población nacional. La mayoría de ellos
residían en zonas urbanas (83%), el porcentaje de no nativos era de 15.4% en 1997.El promedio
de años de estudio era de 8.4 superior al nacional.
Sonora aportaba el 2.77% del PIB nacional en 1996 y creció a una TCMA de 2.51% en el período
1988 a 1996, inferior al promedio nacional. El PIB per cápita fue de 1,588 pesos en ese año,
superior al promedio nacional de 1,272 pesos.
De 1994 a 1988 recibió 615 Mdd de IED ( 1.49% del total). En 1996, alcanzó 1,127,480 Mdp de
aportaciones federales, equivalentes al 3.31% del total nacional. El 48.8% de sus ingresos brutos
dependían de las aportaciones federales. Para 1998, recibió 3,864 Mdp del ramo 33, equivalentes
al 2.6% del total nacional, que correspondían a 0.18% per cápita superior al promedio nacional.
Del presupuesto asignado el 65.2% se destinó al fondo de educación básica y normal, 12.6% al
de salud y el 8.6% al fortalecimiento de los municipios. En 1999, recibió apenas 1.9% del
presupuesto nacional para inversión física del sector público, de las cuáles el 25.8% se destinó a
funciones de desarrollo social.
Sinaloa, contaba en 1995 con el 2.66% de la población nacional y muestra una tendencia a
decrecer pues se estima una TCMA para el período 1990-1999 de 1.36%, inferior al promedio
nacional. El porcentaje de población que reside en zonas urbanas era de 68.9% , contaba con el
10.9% de población inmigrante y el nivel de escolaridad era de 8.2 años de estudio.
Sinaloa aportaba el 2% del PIB nacional en 1996, con una TCMA entre 1988 y 1996 de
2.25%,inferior al promedio nacional, al igual que el PIB per cápita que era de 1,020 pesos en
1996.
En el período 1994 a 1998 recibió apenas 0.49% de la inversión extranjera directa y en 1996,
recibió 981,664 mdp en aportaciones federales, equivalentes al 2.88% del total nacional y al
48.6% de sus ingresos brutos. Estos datos indican una redistribución a su favor, ya que este
porcentaje es superior a lo que aportan al PIB nacional y una gran dependencia del presupuesto
federal.
En 1998, recibió 3,914 mdp en el ramo 33, equivalentes al 2.65% del presupuesto total. El 67.9%
de este fondo se destinó a la educación básica y normal, 10% al de salud y 9.8% al
fortalecimiento de los municipios. El presupuesto de este ramo per cápita corresponde a 0.16,
ligeramente superior al promedio nacional.
La inversión física del sector público en 1999 representó el 1.8%, del total nacional; del cuál el
22.6% se destinó a funciones de desarrollo social.
2.3-La región II Chihuahua, Coahuila y Durango
Esta región, es una de las más extensas del país y cuenta solamente con el 7% de la población
8
nacional. Los estados de Chihuahua y Coahuila aumentaron ligeramente su participación en el
total nacional mientras que Durango disminuyó en términos relativos. Sin embargo, las tasas de
crecimiento promedio de la población estuvieron cerca del promedio nacional, excepto Durango
que estuvo por debajo con 1.49%.
En los estados de Coahuila y Durango, la población urbana estimada aumentó durante el período
1990-1999, representando el 90.1% en Coahuila y el 82.5% en Chihuahua, en cambio Durango,
solamente contaba con el 63.8% de su población en zonas urbanas. En los tres estados
encontramos que la población de origen migrante estaba por debajo del promedio nacional,
siendo Chihuahua la que contaba con el mayor porcentaje de inmigrantes, ya que el 17.9% eran
no nativos de la entidad.
Coahuila cuenta con uno de los niveles de escolaridad más altos en el país, alcanzando un
promedio de 8.3 años de estudio, mientras que Chihuahua está en el promedio y Durango estaba
por debajo del promedio nacional con 6.3 años de estudio en 1999.
Los estados de Chihuahua y Coahuila, aumentaron su participación en el PIB nacional de 1988 a
1996, aportando 4.22% y 3.16% en este último año; en cambio Durango disminuyó su
participación en términos relativos generando en 1996, 1.34% del PIB nacional. En este período,
Chihuahua y Coahuila tuvieron tasas de crecimiento promedio superiores al nacional, de 3.89% y
de 3.08% , mientras que Durango apenas alcanzó un 1.66% anual. El ingreso per cápita en 1996
fue de 1,762 pesos en Chihuahua y de 1,745 pesos en Coahuila, mientras que en Durango fue de
1,087 pesos anuales.
Chihuahua recibió 2,386 mdd de inversión extranjera directa entre 1994 y 1998, representando
5.79% del total, en cambio Coahuila, participó con el 1.35% y Durango con el 0.16%. Si bien es
claro que se privilegia a los estados fronterizos para llevar a cabo nuevas inversiones, un aspecto
importante que se debe señalar, es que mientras en Chihuahua se han establecido empresas
maquiladoras con poca integración a las industrias nacional en Coahuila se ha seguido el modelo
de encadenamientos productivos que ha llevado a una mayor integración entre las empresas y un
desarrollo regional más equilibrado aunque predominan las empresas transnacionales como
generadoras de valor agregado y son estas las que se apropian del mismo. En 1996, Coahuila
recibió 923,429 mdp en aportaciones federales, equivalentes al 2.71% del total, estas
representaron el 40.89% de sus ingresos brutos, sin embargo fue un porcentaje inferior a lo que
aportó al PIB nacional.
En 1998, recibió 3,874 mdp en aportaciones del ramo 33, equivalentes al 2.6% del total nacional.
Correspondieron 0.17 per cápita, cifra ligeramente superior al promedio nacional.
El 71.6% se destinó a educación básica y normal, el 8.9% al fortalecimiento municipal y un 8.2%
a la salud. En cuanto a la inversión física del Sector Público,1998 y 1999, recibió el 2.4%y el
1.2% del presupuesto total nacional, destinándose en 1999 (año de elecciones) el 31.5% a
funciones de desarrollo social, mientras que un año antes fue de 12.5% y en cambio el 87.5% se
destinó al Sector Público.
En Chihuahua, los ingresos brutos estatales contaron con 1,026,688 de aportaciones federales,
equivalentes al 3 % del total nacional ,las que representaron el 31.2% del total de sus ingresos. El
gobierno estatal llegó a depender en 1991 hasta en un 70% de su presupuesto de las aportaciones
federales y esa cifra se redujo probablemente porque ascendió al poder estatal el partido Acción
Nacional.
En 1998 recibió 4,346 mdp en aportaciones del Ramo 33, equivalentes al 2.95 del total nacional y
que se repartieron principalmente en educación básica y normal, el 67.5%; en salud el 9.7% y el
10.2% en el fortalecimiento municipal. Estas aportaciones representaron 0.15 per cápita, cifra
igual al promedio nacional.
9
El estado de Durango, recibió en 1996, 550,525 mdp en aportaciones federales, las que
representaban el 1.61% del total .Estas significaron el 42.39% de sus ingresos, llegando a
depender en años anteriores hasta en un 70% de las aportaciones federales.
En 1998, recibieron 3,253 mdp a través del Ramo 33, equivalentes al 2.2% del total nacional.
Este fondo se repartió en 67.5% en educación básica y normal, el 10.6% en salud y el 7% en
fortalecimiento de los municipios. En 1999, el Sector Público realizó inversión física por 1,229
mdp, equivalentes al 1% del total nacional, del cuál el 36.7% se destinó a funciones de desarrollo
social.
2.4- La región III Noreste Nuevo León y Tamaulipas.
Esta región históricamente incluye al estado de Coahuila , con la ZM de Monterrey como centro
regional . Actualmente se está conformando un corredor industrial entre Monterrey y la zona
metropolitana de Saltillo-Ramos Arizpe. Es una región integrada desde el punto de vista
económico, aunque recientemente con la inauguración del puente internacional de Piedras Negras
se ha logrado obtener una vía más directa a los Estados Unidos para las exportaciones de
Coahuila.
Nuevo León y Tamaulipas, presentan en cambio diferencias más notables, ya que mientras que
en Nuevo León, la mayoría de la población y de las actividades económicas se concentran en la
ZM de Monterrey, donde predominan actividades industriales y de servicios especializados, en
cambio en Tamaulipas hay una mayor dispersión de la población entre varias ciudades medias.
Los dos estados contaban con el 6.63 % de la población del país, presentando tasas de
crecimiento inferiores al promedio nacional, de 1.78% en Nuevo León y de 1.66% en
Tamaulipas.
En Nuevo León el 93.6% de la población vive en zonas urbanas y el 23.6% era de origen
migrante. El nivel educativo es de 9.5 años en promedio, ocupando el 2 lugar entre las entidades
federativas.
Tamaulipas contaba en 1996 con el 84.9% de su población viviendo en zonas urbanas y el 28.2%
de la misma era de origen migrante. El nivel educativo era de 8.1 años en promedio ocupando un
cuarto lugar a nivel nacional junto con Baja California Sur.
Nuevo León, participa con el 6.1% del PIB nacional y mantuvo una TCMA de 2.54% en el
período 1988-1996. A pesar de que experimentó un fuerte descenso del PIB durante la crisis de
1995, logró superarla alcanzando una tasa de 4.5% en 1996. El ingreso per cápita era de 2,170
pesos en 1996, siendo el segundo después del Distrito Federal.
Esta entidad ha logrado transformar su estructura productiva logrando crear empresas de
telecomunicaciones que representan fuertes inversiones, además de que el sector servicios está
pasando a ocupar el primer lugar como generadora de empleos e ingresos.
Tamaulipas, ha aumentado su participación relativa en el PIB nacional ya que de 2.78% en 1988
alcanzó 3.02% en 1996. Durante el período 1988 a 1996 mantuvo una TCMA de 3.71% superior
al promedio nacional, logrando recuperar su dinamismo después de la devaluación de 1994,
cuando su PIB disminuyó en -2.22%. En el período 1994-1998 recibió 1,660 mdd de inversión
extranjera directa, representando 4% del total. Estas inversiones se localizan en dos zonas: en las
ciudades de la frontera norte, especialmente en las maquiladoras y en la ZM de Tampico,
especialmente en Altamira donde se está formando un complejo petroquímico.
En 1996, Nuevo León recibió 1,313,091 mdp en aportaciones federales que representaron el
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3.85% del total nacional y el 21.59% de sus ingresos brutos totales. En 1998, del Ramo 33
recibió 4,918 mdp, equivalentes al 3.3% del total nacional. Este fondo fue de 0.13 per cápita,
inferior al total nacional y se distribuyó el 66.2% en educación básica y normal, el 11.4% en el
fortalecimiento municipal y el 10.4% en salud.
En 1999, el sector público destino,3,719 mdp a la inversión física, equivalente al 2.9% del total
nacional. De esta, solamente el 15.8% fue para funciones de desarrollo social y el resto fue para
inversión del sector público.
En 1996, Tamaulipas recibió 995,523 mdp en aportaciones federales, equivalentes al 2.92% del
total. Estas representaron el 40.38% de sus ingresos brutos.
En 1998, recibió 4,992 mdp del ramo 33, representando el 3.4% del total. Este se repartió en el
fondo para educación básica y normal el 68.7%,el 11.5% en salud y el 8% en el fortalecimiento
municipal. Este fondo correspondió a 0.19 per cápita, superior al promedio nacional.
En cuanto a inversión física del sector público en 1999, recibió 4,531 mdp, equivalentes al 3.5%
del total nacional. Solamente el 13.5% fue para funciones de desarrollo social, destinándose la
mayor parte a la inversión del sector público.
2.5- La región IV Centro-Norte: Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro y
Zacatecas.
Esta región está conformada por los estados de Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato,
Querétaro y Zacatecas. Contaba en 1990 con el 11.11% de la población total del país y aumentó
al 11.18 % en 1999. Los estados que crecieron a tasas superiores al promedio fueron
Aguascalientes, Guanajuato , Querétaro y San Luis Potosí; solamente Zacatecas estuvo por
debajo del promedio.
Aguascalientes en 1999, contaba con el 79.5% de su población en zonas urbanas, el 22.8% era de
origen migrante y el promedio de escolaridad era de 8.2 años de estudio, superior a la media
nacional.
Los estados de Guanajuato, San Luis Potosí , Querétaro y Zacatecas, contaban con una población
urbana inferior al promedio y además presentan bajas tasas de población inmigrante, con
excepción de Querétaro. Aunque en todos los estados aumentó la escolaridad; es inferior al
promedio , especialmente en Guanajuato y en Zacatecas donde apenas alcanza 6.6 y 6.8 años de
estudio. Estos estados y San Luis Potosí se reconocen como expulsores de población,
especialmente de las zonas rurales marginadas.
Esta región generaba el 8.57% del PIB nacional en 1990 y aumentó a 8.64% en 1996. Los estados
que tuvieron las tasas de crecimiento más altas fueron Aguascalientes y Querétaro con 4.86% y
4.12% en el período 1988-1996; Guanajuato, estuvo por debajo del promedio nacional con 2.53%
mientras que San Luis Potosí y Zacatecas tuvieron tasas de 1.57% y 1.16% entre las más bajas
del país. Las diferencias se observan en el ingreso per cápita, así mientras que en Aguascalientes
en 1996, el promedio anual fue de 1,472 pesos y en Querétaro de 1,516 pesos, en San Luis Potosí
fue de 925 pesos, en Guanajuato de 868 y en Zacatecas de 710 pesos anuales.
Los estados que más recibieron IED fueron Querétaro con 293.5 mdd, San Luis Potosí con 167.1
mdd; Aguascalientes con 150.6 mdd: en cambio Guanajuato recibió solamente 48.8 mdd y
Zacatecas 64.8 mdd. En conjunto la región recibió 1.77% de la IED de 1994 a 1998.
Aguascalientes recibió en 1996, 423,009 mdp en aportaciones federales, equivalentes al 1.24%
del total nacional. Estas representaban el 51.7% de sus ingresos brutos totales y el 42% eran
transferencias del gobierno federal.
11
En 1998, recibió 1,847 mdp en el ramo 33, equivalentes al 1.3% del total. Estas se distribuyeron
el 66.7% en educación básica y normal, el 12.9% en salud y el 7.4% en el fortalecimiento
municipal. Equivalieron a 0.20 pesos per cápita cifra superior al promedio nacional.
En 1999 el sector público destinó 758.8 mdp en inversión física, equivalentes al 0.6% nacional.
De la cuál el 26.9% se destino a funciones de desarrollo social.
En 1996, Querétaro, recibió 602,801 mdp en aportaciones federales, equivalentes al 1.76% del
total y que representaban el 41.18% de sus ingresos brutos. En 1998, recibió del Ramo 33, 2,450
mdp, equivalentes a 0.18 pesos per cápita. El 62.7% se destinó al fondo de educación, el 11.8% a
salud, el 8.8% al fondo de infraestructura social municipal y el 8.1% al fortalecimiento
municipal.
En 1999, el sector público realizó inversión física por 1,736 mdp. de la cuál el 23.5% se destinó a
funciones de desarrollo social.
San Luis Potosí recibió 727,260 mdp en 1996, de aportaciones federales, equivalentes al 2.13%
del total nacional y que representaban el 42.85% de sus ingresos brutos, mientras que el 50.71%
eran transferencias. Indicándonos la dependencia del presupuesto federal.
En 1998, recibieron,3,049 mdp del Ramo 33, equivalentes al 3% del total nacional. Este se
repartió en 69% al fondo de educación, 9.5% aportaciones a la infraestructura social municipal ;
7.9% al fortalecimiento municipal y 12.6% al de salud. Se repartieron 0.19 pesos per cápita.
La inversión física realizada por el sector público en 1999, fue de 2,348 mdp. representando el
1.8% del total nacional. El 31.8% se destinó a funciones de desarrollo social.
Guanajuato contó con 1,368,528 mdp en aportaciones federales en 1996, equivalentes al 4% del
total nacional y que representaron el 51.21% de sus ingresos brutos, mientras que el 36.45% eran
transferencias.
En 1998,recibieron 6,106 mdp en aportaciones del ramo 33, representando el 4.1% del total
nacional y se repartieron en el fondo de educación, el 62.3%; el 10% en infraestructura social
municipal, el 11.4% en el fortalecimiento municipal y el 9.9% en salud. Per cápita correspondió a
0.13 pesos inferior al promedio nacional.
En cuanto a inversión física realizada por el sector público le correspondieron 3,297 mdp, en
1999, equivalentes al 2.6% nacional y el 34.1% se destinaron a funciones de desarrollo social.
2.6- La Región V Occidente: Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán.
Esta región es la segunda en cantidad de población, ya que cuenta con 12.31% de la población
nacional en 1999. Los estados con mayor población son Jalisco y Michoacán que contaban con el
6.54% y el 4.25% de la población del país. El estado de Colima creció a tasas superiores al
promedio de 2.24% y Michoacán de 1.94% entre 1990 y 1995, en cambio Jalisco y Nayarit
crecieron a tasas de 1.77% y 1.43% respectivamente.
En Colima y Jalisco, se tienen promedios de población urbana superiores al nacional de 86.8% y
de 84.1% en cambio en Michoacán solamente el 66.9% vive en zonas urbanas y en Nayarit el
63.8% . Solamente Colima presenta una población no nativa superior al promedio nacional, de
28.8% en 1997. En cambio en los otros estados, oscilan entre 16.3% en Nayarit; el 13.8% en
Jalisco y de 9.1% en Michoacán. que es uno de los que se reconocen como expulsor de
población.
En todos los estados ha aumentado el promedio de escolaridad, sin embargo Colima alcanzó un
12
promedio de 7.8 años de estudio, superior a Jalisco que contaba con 7.4 años, Nayarit con 6.2
años y el promedio más bajo correspondió a Michoacán con 6.5 años de estudio.
La región generaba en 1988 el 10.15% del PIB nacional y Jalisco aportaba el 6.6% del total
nacional. Para 1996, disminuyó a 9.8% el aporte regional al PIB nacional. De estos estados
Nayarit fue el que tuvo la tasa de crecimiento más baja de solo 0.68%, mientras que Colima
creció en 3.67% anual, Jalisco en 2.24% y Michoacán en 2.08%. La crisis de 1995 afectó a todos
los estados especialmente a Nayarit que decreció en (-19.39%) entre 1995 y 1994.
El ingreso per cápita, muestra gran desigualdad ya que era de 1,258 pesos en Colima, en Jalisco
de 1,243 y en cambio en Nayarit era de 726 pesos y en Michoacán de 689 pesos, lo cuál explica
que expulse población a otros estado y al extranjero.
Jalisco recibió un mayor porcentaje de IED entre 1994 y 1998 alcanzando la suma de 690.7 mdd,
ocupando el quinto lugar, por arriba de Coahuila. En cambio los demás estados recibieron
cantidades menores.
2.7- Región VII Golfo: Veracruz y Tabasco
Estos estados se reconocen como productores de petróleo. Se observa que la población que
representaba el 9.5% del total nacional en 1990, disminuyó al 9.12% en 1999 según estimaciones
de CONAPO. El estado de Veracruz tuvo una TCMA de 1.16% inferior al promedio nacional
mientras que en Tabasco fue de 2.16% en el período 1995-1999.
En estos estados la población que reside en zonas urbanas es inferior al promedio de 54.1% en
Tabasco y de 60% en Veracruz en 1999, también la población de origen inmigrante era apenas
de 10.2 % y de 9.9% respectivamente en 1997. El promedio de años de estudio aumentó durante
el período 1990-1999, sin embargo Veracruz contaba con 7 años de estudio y Tabasco con 7.7
años igual al promedio nacional.
En 1988 Tabasco aportaba el 1.49% del PIB nacional y Veracruz el 5.32%. Para 1996,
disminuyeron hasta el 1.28% y el 4.7%, mostrando la decadencia de esta región. La TCMA del
PIB de Tabasco fue apenas de 0.67% y de 1.08% en Veracruz ambas inferiores al promedio
nacional. El ingreso per cápita fue de 845 pesos en Tabasco y de 815 pesos en Veracruz bastante
más bajos que los de los estados más dinámicos.
Veracruz recibió 76.9 mdd de IED, participando con el 0.19% del total, mientras que Tabasco
recibió solo 6.3 mdd en el período 1994-1998.
2. 8.- Región VIII Pacífico Sur: Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Esta región contaba en 1990 con el 10.89% de la población nacional, la cuál se estima disminuyó
en términos relativos a 10.87% en 1999. Se trata de una región donde los tres estados mantienen
un equilibrio poblacional. Las TCMA fueron superiores al promedio nacional de 2.74% en
Chiapas y en Oaxaca de 2.37% mientras que en Guerrero fue de 1.8% inferior al promedio
nacional de 1.86% entre 1995 y 1999.
Los estados de Chiapas y Oaxaca son los que tienen menores porcentajes de población en zonas
urbanas, el 47% en Chiapas y el 46.7% en Oaxaca, mientras que en Guerrero el 56.7% habitaba
en localidades urbanas. Los tres estados cuentan con los porcentajes más bajos de personas
inmigrantes siendo apenas del 4.1% en Chiapas en 1997 . Se reconocen como expulsores de
población ya que además son los que tienen menor nivel de escolaridad, ya que en 1999, el
13
promedio de años de estudio era de 5.7 años en Chiapas, de 6.6 años en Guerrero y de 5.7 años en
Oaxaca.
Los tres estados aportaban el 4.77% del PIB nacional en 1988, aumentando al 5 % en 1996 y
participan en la misma proporción en el PIB nacional y a pesar de los conflictos y luchas que
tienen, mantuvieron tasas de crecimiento superiores al promedio nacional, de 2.84 % en Chiapas,
de 4.37% en Guerrero y de 2.81% en Oaxaca en el período 1988-1996. En cambio los ingresos
per cápita son los más bajos a nivel nacional, ya que en 1996 en Chiapas tenían 546 pesos, en
Guerrero 670 pesos y en Oaxaca 559 pesos en 1996. Esto explica la marginación socioeconómica de la población y los constantes flujos de emigrantes hacia otros estados y hacia el
extranjero.
Solamente Guerrero recibió 64 mdd de IED en el período 1994-1998, en cambio Chiapas y
Oaxaca recibieron apenas 2.2 mdd y 4.6 mdd respectivamente.
2.9- La Región IX Península de Yucatán: Yucatán, Campeche y Quintana Roo.
Esta región del sureste contaba en 1990, con solamente 2.94% de la población total del país, para
1999 se calcula que aumentó al 3.2%. De los tres estados Yucatán es el que tiene más población,
sin embargo su TCMA fue de 1.51% en el período 1995-1999, mientras que Quintana Roo tuvo
una tasa de 3.05% y Campeche de 2.05% anual.
Yucatán contaba con el 81.6% de su población en zonas urbanas, Campeche el 72% y Quintana
Roo el 85.2%. Mientras que Yucatán solamente contaba con 7.1% de población inmigrante,
Campeche tenía al 22.7% y donde ha sido impresionante el proceso migratorio es en Quintana
Roo, donde el 55.1% de la población es inmigrante.
En Campeche se ha elevado de forma impresionante el nivel educativo ya que en 1990, el
promedio de años de estudio era apenas de 4.1 años y en 1999 aumentó a 7.2 años. Quintana Roo
tenía un promedio de 7.9 años y Yucatán de 6.8 años. Es posible que los inmigrantes hayan
contribuido a mejorar el nivel educativo, así como la descentralización de la educación.
Campeche contribuía en 1988 con el 1.69% del PIB nacional ,el cuál disminuyó a 1.31% en
1996. Es el único estado que presenta una tasa negativa durante el período 1988-1996 siendo de
(-.64%), mostrando la situación económica estatal. En cambio Quintana Roo que aportaba
solamente el 0.76% , aumentó a 1.21% en el mismo período, creciendo a una TCMA de 8.76% la
más alta a nivel nacional. Yucatán de aportar el 1.18% aumentó al 1.26%, creciendo a una
TCMA de 3.5% superior al promedio nacional.
Sin embargo Campeche tiene un alto ingreso per cápita por la presencia de trabajadores
petroleros que alcanzó 2,371 pesos, mientras que en Quintana Roo era de 2,010 pesos y en
Yucatán de 950 pesos en 1996.
En Quintana Roo y en Yucatán la IED fue de 137.1 mdd respectivamente en el período 1994 a
1998, en cambio Campeche solamente recibió 4.4 mdd. En Quintana Roo se debe principalmente
a las actividades turísticas desarrolladas.
3.- Las Entidades Federativas Dinámicas en el Período 1988-1998
Los datos presentados en los incisos anteriores muestran la gran desigualdad entre las regiones y
al interior de las mismas así como las condiciones de exclusión y marginación en la mayor parte
de los estados.
14
Una forma de distinguir a las entidades federativas dinámicas es en base a un índice construido
tomando a las tasas de crecimiento promedio anual de las siguientes variables: Producto Interno
Bruto, ingreso per cápita, población, población urbana, población no nativa y la escolaridad
medida en años de estudio. El índice resulta de la sumatoria de estas variables estandarizadas en
base a la diferencia con el promedio de cada una de ellas tomado como unidad. Los quince
estados que están por arriba del promedio de 6, pueden ser considerados como dinámicos,
excepto Campeche que depende del petróleo y tuvo una tasa de crecimiento del PIB negativa de 0.24. ( Cuadro )
En primer lugar aparece el Estado de Quintana Roo, que se caracteriza por el dinamismo del
sector turismo y tiene un índice de 10.52 ; Le siguen en importancia Aguascalientes ( 7.88), el
Distrito Federal (7.82), Baja California Sur (7.49), Nuevo León (7.49), Estado de México (7.32),
Baja California ( 7.22), Colima (7.20), Querétaro (7.18), Tamaulipas (7.11), Morelos (7.13),
Chihuahua (7.01), Coahuila (6.6) y Sonora (6.20).
4.-Los Programas de Fomento Económico
Algunos de los estados más dinámicos, como Aguascalientes y Nuevo León, se caracterizan por
contar con programas de fomento económico que se han aplicado desde hace más de una década.
Otros Estados como Jalisco, Coahuila y Chihuahua, han diseñado sus programas recientemente
tomando en cuenta el desarrollo equilibrado de las subregiones, por lo que tiende a
desconcentrarse la actividad económica.
Se reconoce que en la actualidad, hay factores que influyen de manera positiva en la
conformación de nuevas zonas o distritos industriales, entre ellos, la existencia de condiciones
adecuadas para la instalación de nuevas empresas, incluyendo no solo las ventajas comparativas
tradicionales, tales como la localización geográfica, la abundancia de recursos naturales, mano
de obra barata, energéticos y vías de comunicación, sino que se busca crear ventajas competitivas
en base a factores más especializados, tales como mano de obra calificada, centros de
investigación y desarrollo, servicios especializados a las empresas, medios y vías de
comunicación adecuados.
Además la infraestraestructura es básica para el desarrollo de nuevas zonas industriales, entre
ellas, las vías de comunicación internas, los parques industriales, los programas de capacitación
del personal así como centros de estudios avanzados que permitan integrar nuevas tecnologías y
que cuenten con programas de incubadoras de empresas que favorezcan el desarrollo de las
pequeñas y medianas, que puedan integrarse a las cadenas productivas locales, nacionales y
globales.
También se toma en cuenta, las condiciones de vida de la población, especialmente, las viviendas
y los servicios para los trabajadores y para el personal de alto nivel, la existencia de escuelas
bilingües para sus hijos, clubs deportivos y actividades culturales.
Un factor muy importante, es la clase empresarial local, que participa en el diseño de los
programas de fomento económico, así como las instituciones bancarias y crediticias que
favorecen el desarrollo de nuevas empresas.
Entre los gobiernos estatales que cuentan con programas de fomento económico se encuentran:
El gobierno del Distrito Federal, en el programa de Fomento Económico para el período 19982000, propone tres grandes objetivos: la generación de empleos, la integración de cadenas
productivas y la promoción de las exportaciones.
Para generar empleos productivos, se proponen impulsar la construcción de infraestructura para
15
fomentar las inversiones. La promoción de las pequeñas y medianas industrias intensivas en
mano de obra; apoyar el autoempleo así como la capacitación y el adiestramiento en las
empresas.
Entre las estrategias propuestas se encuentran: programas y acciones orientadas a fomentar el
empleo; la colaboración conjunta con los sectores privado y social para fomentar programas que
generen empleos, coordinar las acciones en las delegaciones políticas y fortalecer las bolsas de
trabajo en las delegaciones.
La estrategia es coordinar las acciones de los organismos privados y del gobierno local y federal
para la difusión de los apoyos e instrumentos de promoción de las exportaciones. Identificar a las
micro, pequeñas y medianas empresas locales en condiciones de ofrecer insumos en condiciones
competitivas.
Identificar mercados y socios comerciales en el exterior con potencial de compra de los productos
elaborados en el Distrito Federal y elaborar un programa específico para el fomento de las
exportaciones del Distrito Federal.
En el Plan Estatal de Desarrollo de Nuevo León se propone como objetivos: la promoción de las
exportaciones y la atracción de nuevas inversiones así como mejorar las comunicaciones.
Los objetivos son: atraer inversión nacional y extranjera hacia los sectores productivos que
representen mayor beneficio. Se tratará de fortalecer las comunicaciones de la red de carreteras y
caminos acorde con un plan de desarrollo regional- urbano para incrementar las posibilidades de
desarrollo social y económico.
Entre las estrategias se encuentran: apoyar a las empresas maquiladoras del sector manufacturero
específicamente de autopartes y ensambladoras. Lograr empresas de servicios más competitivas,
mejorar a los proveedores locales e incrementar la capacidad de los trabajadores.
Al incrementarse la demanda de espacio industrial, los municipios requerirán de inversiones en
servicios e infraestructura.
Se busca al mismo tiempo, aprovechar y ampliar las relaciones de Nuevo León, con estados,
provincias y regiones de otros países con el objeto de ampliar las relaciones comerciales, atraer
inversiones y lograr intercambios tecnológicos.
Fomentar las alianzas entre los empresas con extranjeros como medio para impulsar el
crecimiento.
Propiciar el establecimiento de parques y zonas industriales en corredores con desarrollo
socioeconómico fuera de la ZM de Monterrey que cuenten con la infraestructura necesaria.
Propiciar el desarrollo económico regional identificando la vocación productiva de cada
municipio con el fin de generar productos y servicios a niveles competitivos promoviendo
proyectos regionales y empresas integradoras.
Propiciar conjuntamente con el sector privado el avanzar hacia una cultura productiva, la calidad
total, y el desarrollo tecnológico en la comunidad empresarial para lograr los altos niveles de
competitividad nacional e internacional.
Promover el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas mediante la promoción de
una mayor integración de las grandes industrias a la economía local.
Aún cuando en México aún no existen "tecnopolos" al estilo Silicon Valley, se empieza a dar
agrupamientos de empresas en algunas ciudades, como Guadalajara que es está especializando en
la fabricación de computadoras o que cuentan con centros avanzados de investigación que
prestan servicios a las empresas, por ejemplo el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de
Monterrey (ITESM) que a través del Centro de Estudios Estratégicos ha hecho análisis de las
ventajas competitivas de los estados de la República que han servido para impulsar algunos
16
sectores claves en los mismos.
Algunos estados de la república apoyándose en los programas impulsados por la SECOFI se han
propuesto integrar cadenas productivas, con la idea de aprovechar las ventajas comparativas de
las regiones y generar economías de escala. En este sentido es importante señalar, el caso de
Coahuila que a través de los programas de atracción de inversión extranjera directa, han logrado
articular las diversas regiones del estado, aprovechando los recursos naturales y las ventajas
comparativas con que cuentan para construir clusters especialmente en la rama automotriz
integrando la producción a los clusters norteamericanos.
La construcción de corredores industriales entre ciudades que pertenecen a diversas regiones, es
otro de los elementos que adquieren importancia en la nueva geografía económica. Por ejemplo,
en el caso de la ZM de Monterrey y la de Saltillo-Ramos Arizpe que físicamente pertenecen a dos
regiones diferentes pero que históricamente han sido parte de la misma región económica. El
efecto proximidad es importante para la integración de las cadenas productivas de la rama
automotriz y de autopartes, de manera que se está configurando un polo automotriz en el noreste
del país.
Conclusiones
En México se están generando cambios importantes entre las regiones tradicionales y al interior
de las mismas. Las políticas federales, tratan de lograr un equilibrio regional, especialmente en el
crecimiento de la población y del empleo, sin embargo, en los dos últimos sexenios se han
aplicado políticas sectoriales, que tratan de solucionar los problemas más graves de pobreza y
marginación, así la descentralización de los programas de salud, educación y vivienda, tratan de
lograr mayores beneficios para la población más pobre.
Sin embargo, la brecha entre los estados tiende a acentuarse, ya que los más desarrollados, son
los que cuentan con las mejores condiciones para atraer nuevas inversiones nacionales y
extranjeras ya que además de contar con la infraestructura adecuada, los recursos naturales y la
fuerza de trabajo más calificada, pueden conceder ventajas tales como exenciones de impuestos,
donación de terrenos, subsidios y capacitación de la mano de obra necesaria a las nuevas
empresas.
La migración hacia los estados más ricos y hacia los Estados Unidos resulta del alto grado de
pobreza y marginación así como la carencia de condiciones de empleo para la mayoría de la
población de las regiones más pobres, que buscan sobrevivir poniendo en riesgo su integridad
física al emigrar a los Estados Unidos.
La descentralización de los programas de salud, educación y vivienda, solamente funcionan
cuando hay buenos administradores que hacen planes y programas adecuados a nivel estatal y
municipal, lo cuál es difícil de conseguir en los municipios pobres que carecen de personal
adecuado.
La globalización tiende a generar mayor exclusión y pobreza en las regiones que no saben como
integrarse a los mercados mundiales o a las cadenas productivas de las empresas transnacionales.
Solamente los estados capaces de lograr generar ventajas competitivas se están integrando a la
globalización quedando fuera las demás.
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