Miércoles 20 de Noviembre 2013 Los retos del Juez mexicano El juez crea derecho, la racionalidad acota esa facultad. Por: José Luis Huape Rodríguez Hace un par de años se publicó en el periódico La Jornada un artículo de la autoría de César Garizurieta titulado “Congreso debe legislar facultad interpretativa del Poder Judicial”. El articulista de La Jornada alerta sobre los excesos que los juzgadores cometen al interpretar la constitucionalidad de leyes y específicamente se refiere a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a la que acusa de invadir competencia legislativa del Congreso; propone legislar para acotar la facultad interpretativa de jueces y ceñirla al espíritu de la Constitución. La propuesta de expedir una ley que establezca cómo se debe interpretar la Constitución en casos concretos, crea un problema circular sin solución virtuosa porque al final del día el juez tendría la facultad de interpretar la pretendida ley. Una ley sobre interpretación implicaría invasión a la competencia constitucional del Poder Judicial Federal y de los Estados, pues la función del juez es esencialmente interpretativa, está indisolublemente ligada a la interpretación creadora del Derecho. Una ley así sería la negación de la función judicial. La figura del juez contemporáneo dista mucho de operar como una especie de máquina con tres ranuras y una manivela que funcione introduciendo en una de ellas un pliego de hechos y peticiones y en otra ranura la ley exactamente aplicable al caso planteado y al dar vuelta a la manivela la tercera ranura expida la sentencia (Recasens Siches). El juez al resolver un caso siempre interpreta la ley y siempre introduce pautas que no están en norma expresa, incluso en asuntos fáciles. Esas pautas pueden ser valores morales o hechos. La concepción del juez boca de ley está reducida a escombros de ella, no queda columna, ni cimiento en pie. La doctrina y práctica judicial se encargaron de la demolición; sólo queda recoger los residuos y confinarlos a un museo para recordar que algún día albergó una idea sobre el juzgamiento. Ahora, con sus variantes las corrientes doctrinales y judiciales fuertes y contemporáneas no dudan en asignar a la interpretación judicial una dimensión creadora. Miércoles 20 de Noviembre 2013 La preocupación hoy no es si retrocedemos a la concepción mecanicista de la función judicial, sino encontrar más y mejores métodos de ponderación de derechos en tensión o colisión para el autocontrol de la discrecionalidad jurisdiccional, a la que tanto se teme en los círculos de abogados. Hay dos maneras de llegar al desastre: Una, pedir lo imposible; otra, oponerse a lo inevitable. La función creadora del Derecho en manos del juez es inevitable en los Estados constitucionales y democráticos, su legitimidad reside en la calidad argumentativa, representa el aspecto sustantivo de la democracia. La norma escrita no es la fuente única generadora del Derecho, hay otras pautas jurídicas capaces de dar contenido a la hora de juzgar un caso, está en primera línea la interpretación creadora. Ahora que se pone en manos de jueces locales el control de constitucionalidad y convencionalidad internacional, sin duda la interpretación creadora del Derecho se compartirá con mayor fuerza en el ámbito judicial. P.D. ¿La XXI Legislatura adoptará como lema: “Gavilán que agarra y suelta no es gavilán”?