COLONIAS ENTRE DOS SIGLOS

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COLONIAS ENTRE DOS SIGLOS
DESDE EL PERIODISMO
Miguel Bravo Tedin
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En el Hotel de Inmigrantes no había dependencias oficiales que dirigieran la
ubicación y destino de los inmigrantes cuando llegaban. Al lado del hotel había
una oficina o bolsa de trabajo que recogía pedidos y los ofrecía a los recién
desembarcados sin compromiso institucional de por medio. La orientación y
posterior ubicación de los inmigrantes era espontánea y estaba regulada por
las relaciones previas, de amistad o parentesco que solía reagrupar en el nuevo
país a los paisanos de origen. De hecho, la localización de alemanes e italianos
en la Provincia de Salta Fe, que Rivolta presume dirigida, no lo era. Lo fue
para las dos primeras colonias, Esperanza y San Carlos, cuyos fundadores
fueron captados en Suiza, a través de contratos, por empresarios de
colonización: Aarón Castellanos en el caso de Esperanza y Beck, y Hertzog
para San Carlos. Las colonias posteriores, fundadas en torno a las dos
primeras, y algunas del noroeste, como Helvecia, fueron ocupadas
mayoritariamente por suizos y, en menor medida, por italianos. Las fundadas a
partir de la década de 1880 hacia el oeste y noroeste de Santa Fe y este de
Córdoba, en cambio, fueron pobladas casi íntegramente por italianos. Este
notorio agrupamiento regional por nacionalidades se produjo naturalmente,
tanto en la tendencia de los recién llegados a convivir con sus connacionales,
como por el caudal inmigratorio que se produjo desde cada país de origen
hacia la Argentina, en los periodos históricos mencionados.
El error de Rivolta, llamando alemanes a los suizos o descendientes de suizos,
es común entre los descendientes de italianos de la zona. Hay anécdotas de los
primeros tiempos que ilustraban eso, además de la rivalidad entre
nacionalidades. Mi madre siempre repetía una de ellas. En discusiones e
intercambio de sarcasmos, los italianos (o sus descendientes se entiende) les
arrojaban este piropo a los “alemanes”: alemán cabeza cuadrada, aludiendo a
la supuesta incultura y primitivismo de los otros. A su vez los “alemanes” les
respondían: Y ustedes la tienen redonda porque los piojos les comieron las
puntas…, recordándoles la pobreza, e incluso la miseria, que era frecuente
entre los inmigrantes italianos, sobre todos los llegados después de los años de
1890, cuando las tierras ya estaban ocupadas o tenían un precio demasiado
alto para ellos.
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Las colonias a fines del siglo XIX
En un proceso que se inició lentamente, fundamentalmente en el gobierno de Urquiza se
fueron instalando primero en Santa Fe y luego en Córdoba, tímidamente, las colonias de
inmigrantes en donde participaron en parte los gobiernos provinciales de Santa Fe y
Córdoba y el gobierno nacional. Así se fundarían “Esperanza”, “San Carlos”, “Colonia
Caroya” y unas pocas más. Uno de los empresarios más animosos de éste periodo
colonizador fue Aarón Castellanos al que el mismo Urquiza avaló en su empresa con su
propio peculio a fin de darle tranquilidad al empresario en una actividad con muy pocos
antecedentes y grandes riesgos. De esa manera se inicia una verdadera política de estado
tendiente a establecer miles de inmigrantes oriundos de Italia, España y la mayor parte
de los países europeos a los que se agregarían los llamados “rusos” que no eran
exclusivamente de esa nacionalidad sino que estaban bajo el dominio del zar de Rusia.
En esta segunda etapa entraría en juego el Barón de Rostchild de la familia de
banqueros homónima y con fuertes inversiones financieras en toda Europa que organizó
la venida a la Argentina de miles de inmigrantes judíos que se establecieron
principalmente en la provincia de Entre Ríos. En Agosto de 1866 se comentaba en el
“Eco de Córdoba” sobre la prosperidad de la nueva colonia Helvecia. “Esa próspera
población agrícola ha logrado llevar el cultivo del tabaco hasta el punto de que hoy la
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cosecha es suficiente para sus necesidades con fundadas esperanzas de que muy pronto
habrá un excedente para la venta. Aunque los cigarros son preferibles a los de tabaco
paraguayo común, es posible que mejore su calidad empleándose semilla superior,
eligiendo el terreno más a propósito y cortando la planta en un punto de sazón
conveniente”.
Sus colonos eran suizos.
Por esa época se publica una interesante información que habla sobre colonización en
Fraile Muerto: “Nos hemos referido incidentalmente a la colonia que está en vías de
levantarse en el Fraile Muerto y que empieza a conocerse con el nombre de Nueva
Inglaterra. El origen de esta colonia fue una excelente idea del gobierno de Córdoba de
intervenir y vender 200 lotes cada uno de 4 leguas al sud del Calcarañá del Fraile
Muerto al este del Saladillo.
Estos lotes se ofrecieron en venta y los primeros fueron comprados por algunos
ingleses especuladores. Como el Fraile Muerto será un punto de importancia por la
construcción del ferrocarril otros varios ingleses han seguido su ejemplo hasta llegar
la idea a ser popular, entre los extranjeros de formar allí una colonia anglosajona.
Las cartas particulares y los datos extensamente dados por la comisión de inmigración
del Rosario han hecho conocer la colonia en Inglaterra y especialmente en Irlanda.
Ahora hay cerca de 40 lotes vendidos a los actuales ocupantes y no hay paquete
(buque) de Inglaterra que no conduzca dos, tres, cuatro o más personas que aumenten
el número”.
Esta continua instalación de nuevas colonias no era exclusiva de Córdoba pues
especialmente Santa Fe vivió este vertiginoso proceso como la provincia mediterránea y
así coetáneamente se informaba en “El Eco de Córdoba”, de las colonias de Santa Fe y
agrega: “Se ha iniciado una colonia de irlandeses estancieros de la vecina provincia en
los terrenos del señor Gowland, seis u ocho leguas de este lado de Coronda. Hay allí
ahora ocho familias con diez mil ovejas. A estas se agregaran quince familias más que
esperan la trasquila para trasladarse del sur de Buenos Aires a esta provincia. Esta es
decididamente la provincia de las colonias. Mientras tanto cada vapor nos trae jóvenes
ingleses e irlandeses unos para Fraile Muerto y otros para las Tortugas donde hay ya
otra colonia de extranjeros. Toda vez que la empresa del ferrocarril Central está en la
situación de poder disponer de sus terrenos éste será otro motivo poderoso para atraer
la inmigración”.
Tal era la vertiginosidad de éste proceso que en octubre del 66 se hablaba de
colonización de la Mar Chiquita: “Debemos otro gran bien a los diputados de la
provincia que parece están dispuestos a no consultar los verdaderos intereses del país.
La colonización de la Mar Chiquita que nos había venido a proponer el señor Lefebre
de la colonia Esperanza de Santa Fe ha fracasado. El gobierno de la provincia vecina
comprendiendo que poblar es civilizar en América ha allanado todos los obstáculos que
encontraban los colonos católicos para permanecer mezclados con los disidentes.
Por nuestra incuria hemos perdido pues la brillante ocasión que ha poco se nos
ofreciera para guarnecer perfectamente la frontera del Este”.
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Se expande la colonización
Y el Winchester para poder cruzar tranquilos las cañadas, donde había muchos
pajonales y se escondía el malón. Como el malón disparaba cuando escuchaba
un tiro, porque le tenían mucho miedo al arma de fuego, de vez en cuando se
tiraba un tiro, aunque no lo vieran.
Todavía recuerdo que mis tíos, mi padre, decían que a tres pesos, tres
cincuenta, cuatro pesos por fanega, y entiendo que la fanega tiene 153 kilos. Así
que vea usted el sacrificio que habrán hecho aquella gente, después de tanto
trabajar vender la mercadería a ese precio. Hubiera sido por quintal vaya y
pase, pero la fanega era un quintal y medio, así que tenían que tener casi tres
bolsas de trigo para hacer una fanega.
(2)
Ya en la década de mediados del 70 tenemos numerosas noticias sobre las colonias
instaladas en Córdoba. Algunas mostrando su buen desarrollo y otras como la colonia
Sampacho en dificultades “Nada lisonjeros son los datos que ofrece un corresponsal de
La Voz de Río Cuarto referentes a la colonia en su estado actual.
Es este un mal desde su organización y hasta ahora ha podido cortarse por más que
cueste bastante pesos al tesoro de la provincia.
Es lástima a fe pues ya que se han distraído esos fondos indebidamente siquiera
hubieran sido bien invertidos.
No es como para abrigar muchas esperanzas respecto del porvenir de la Colonia de
Sampacho”.
Informándose casi de inmediato que había: “Algo más de actividad en la colonia
Sampacho. A la fecha hay ya noventa ranchos hechos y muchos principiados. Los
colonos están diligentemente trabajando en las sementeras del trigo. Quiera Dios que
al fin veamos realizarse la idea que tanto puede contribuir al porvenir. Va un año que
los colonos comen del dinero del tesoro y todo eso porque el gobierno habría confiado
en hombres que no hicieron más que explotar los dineros públicos:
El departamento, no obstante la inacción de la municipalidad, nuestros campos están
florecientes, y el número de animales que pastorean en ellos se aumenta día a día.
La colonia de Sampacho parece tomar vigoroso impulso, y quedar vencedora en la
lucha contra todos los inconvenientes porque ha pasado.
Se ha librado de su primer administrador y salvado su vida milagrosamente, contra
toda su insensatez de aquel; ha vencido las egoístas y bajas tendencias de cierta ex
autoridad, que deseaba el fracaso de la colonia para que el Gobierno tuviese un fiasco.
La colonia vive y es de esperar que pronto tomará raíces y se desarrollará.
No queremos negar que mucho más se podría haber hecho, si el gobierno desde un
principio hubiese sido bien aconsejado, y si hoy se hallase en actitud de llevar a cabo
los buenos consejos que dan personas serias, y empeñadas en el desarrollo del
Departamento y del país.
Si el Gobierno del Dr. Rodríguez quiere asegurar la existencia de la colonia, es
necesario que de amplias facultades al gefe político Sr. Lamas, para que este puede
obrar según las exigencias del momento.
Aquí van algunos apuntes sobre el estado de la colonia, que servirán al lector para
formar una idea del mismo.
Los sublevados se han calmado, todo marcha con el mayor orden desde que los
cabecillas de los descontentos han sido alejados de la colonia, hasta el mismo capellán
ha vuelto ha ocuparse de lo que es su verdadera misión: hacer paz y unión; el
administrador interino D. N. C. de Mar está casi curado de su última rotura de la
pierna, podrá levantarse de su cama en pocos días, nos encarga espresar su gratitud al
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Sr. General Roca y al Sr. Gefe político D. E. Lamas, por haberle mandado el médico
Dr. Martini, y a este último por la excelente cura.
Una pérdida tanto para los colonos como para el Gobierno, es la demora para entregar
a los colonos sus respectivos terrenos.
Solo 10 se han entregado hasta hoy, los dueños de estos se hallan sin semillas y útiles.
Es necesario que el gobierno haga entregar estos terrenos sin pérdida de tiempo, y que
también reparta los útiles”.
Si bien la colonización cordobesa hasta entrado el siglo XX fue de origen en un 90%
italiana fueron numerosos los de otras nacionalidades, pero específicamente la principal
característica de esta región fue justamente éste predominio notorio. No obstante,
mediado el año 76 se hablaba de una colonia de origen español que se establecería en
Córdoba: “Han llegado algunos de los miembros que compondrán la colonia española
que va a establecer en esta el señor Maqueda con el exclusivo objeto de dedicarse a la
vitivinicultura en esta provincia, empresa de que hemos dado cuenta al lector antes de
ahora.
La sociedad esta pues formada, se cuenta con un número bastante regular de colonos y
como decimos antes han llegado algunos y los demás vendrán con el señor Maqueda,
que estará en esta hoy o mañana según lo comunica desde Buenos Aires.
Esta es una empresa de que debemos felicitarnos porque ella viene a fomentar una
industria nueva en el país. Nueva por cuanto no obstante los sobrados elementos que
tenemos para haberla acometido antes, se la ha mirado con toda indiferencia.
El señor Maqueda trae gente laboriosa y honrada que en empezando la tarea no cesará
hasta darle remate.
Eso es lo que nos conviene. Las colonias han de levantar el estado de atraso en que nos
encontramos. Ellas han de ser las que traigan en pos el renacimiento de la actividad
por medio del trabajo asiduo en los hijos del país tan negligentes por hábito.
Ellas traerán la moralidad en las masas y el día que esto suceda la política sufrirá una
completa revolución porque dejaran de ser explotadores y ambiciosos todos los que
habiendo tomando gusto a las justas del trabajo desechen la intriga y la cábala para
entregarse a la explotación de empresas lucrativas que son las únicas que pueden
lograr una empresa sólida”.
Un curioso proyecto: Colonia de vagos
Los Incas eran sumamente cuidadosos en cuanto a evitar los vagos y en ese sentido se
establecía que “si alguno era llamado a servir al ejército o a desarrollar funciones de
carácter público los otros miembros del clan tenían el deber de sustituirlo en el trabajo
de los campos y de mantener a su esposa y a sus hijos. En el Tahuantinsuyo nadie podía
permitirse no trabajar y era prácticamente imposible escapar a los rígidos y constantes
controles del poder central”, es decir en el incanato el vago era perseguido algo que no
ocurría en los tiempos de finales de siglo XIX cuando la otrora desértica pampa había
comenzado a llenarse de colonias de italianos, alemanes, suizos, judíos y demás. Eran
indiscutiblemente tiempos de colonia, algunas muy cuidadas por el Estado y otras la
mayor parte emprendimientos privados de personas ávidas de hacer dinero pero
responsables de lograr que las colonias que se instalaran entre nosotros funcionaran
perfectamente bien. Que esto fue así lo demuestra una cifra bien significativa sobre
Santa Fe en donde se hablaba que hacia fines del siglo XIX ya había instaladas más de
160 colonias y si eso lo extendemos a Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, etc. las
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colonias se multiplicaban como hongos en lo que antes eran campos salvajes con mucho
ganado y muchos perros cimarrones.
Sarmiento que no tuvo hacia el criollo un continuo desprecio, llegó a proponer la
creación de colonias para los gauchos con objeto de que éstos no fueran excluidos del
indudable y rápido progreso del país. En realidad no sabemos el final de este proyecto,
como no sabemos el de la creación de una colonia para vagos.
Los vagos predominaban en todos lados, había vagos en Buenos Aires, en las grandes
ciudades e incluso en La Rioja y eso constaba en periódicos de principios de siglo XX.
El clima y otras circunstancias hicieron que esta provincia (tal como consta en varias
publicaciones) se convirtiera en una verdadera atracción para muchos “vagos y
malentretenidos” como decía en aquel entonces la policía refiriéndose a los que hacia el
trabajo sentían profunda e intima alergia.
El proyecto de “Colonia para vagos”
En un curioso proyecto del diario cordobés “La Libertad” y como editorial (8/2/98) se
hablaba de un proyecto para hacer realidad esta exótica colonia para vagos. Veamos lo
que decía:
“La gran cantidad de vagos existentes y por ende la criminalidad puede ser
solucionada mediante la formación de colonias agrícolas con especial destino de los
autores de delitos contra la propiedad rural.
Pero esto necesita su explicación. La libertad individual es un derecho para nosotros
sagrado y es preciso ante todo encontrar el medio de obtener los resultados que se
busca sin lastimar esa libertad. El procedimiento que aconsejamos consistiría en lo
siguiente:
1º gestionar del congreso la reforma del Código Penal en el sentido de establecer una
penalidad mucho más severa que la existente por ejemplo prisión por dos o más años
contra los autores del delito de abigeato o a elección del delincuente la incorporación
de su persona y familia en una colonia agrícola por un tiempo determinado.
2º creación de colonias regenteadas por el estado o por empresas particulares o de
carácter mixto para los condenados por delitos contra la propiedad rural sobre la
donación de dotes de terrenos y la prohibición de lotes de trabajo.
Esta opción entre un verdadero castigo mortificante como la prisión y la obtención de
un beneficio como lo sería la adquisición en propiedad de un lote de terrenos, bueyes,
útiles de labor y aún la mantención a cargo de devolución por un tiempo determinado
no podrá ser dudosa para los penados, todos se decidirían sin duda alguna por la
colonia y quien no se apercibe de las inmensas ventajas que ellos traerían para la
seguridad de los intereses de la campaña, para la felicidad y bienestar de la familia de
los mismos delincuentes para los rendimientos del trabajo agrícola para la misma
vigilancia policial que se ejercitaría en ese caso sobre un pequeño radio en vez de ser
sobre una extensión de muchos miles de kilómetros cuadrados.
El gobierno nacional suministraría la tierra gratuitamente en cualesquiera de los
territorios nacionales a una simple indicación del gobierno de la provincia y hasta nos
atrevemos a afirmar que en muchos casos los mismos propietarios beneficiados con
una medida semejante. Más aún a tal punto son un peligro permanente las turbas de
vagos que pueblan algunas localidades que los propietarios se prestarían a soportar un
impuesto especial para proveer de útiles y animales de trabajo a estos colonos.
Despojados entonces los campos de esta plaga destructora como la de la langosta las
propiedades rurales se valorizarían, los agricultores y ganaderos se sentirían
estimulados por el trabajo, el capital tan esquivo ante el peligro retornaría a buscar
allí ocupaciones lucrativas y nuestra campaña en vez del teatro de una lucha sorda y
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sin cuartel entre el productor y el vago entre el hombre honrado y el ratero astuto
seria la tierra de promisión ofrecida al trabajo, a la inteligencia y al capital.
Entregamos al gobierno que se inaugurará en mayo estas ideas englobadoras
susceptibles de amplio desarrollo y de meditación. Ellas contienen el único remedio que
en la actualidad puede aplicarse a la inseguridad que reina en nuestros departamentos
de campaña tan ricos como agotados por las decisiones de los vagos y cuatreros”.
Conclusión
El proyecto, bueno por donde se lo mire, es indudable que quedó nomás en eso. Muchas
fueron las colonias que por causas diversas, falta de entusiasmo, desconocimiento de las
tareas rurales, desastres naturales, gigantescas mangas de langostas, etc, etc. causaron la
desaparición de emprendimientos en los que se tenían muchas esperanzas. Y así fueron
los que fracasaron a engrosar las numerosas columnas de vagos que se instalaron en las
principales ciudades argentinas. Ha quedado en el imaginario popular que los que
venían de Europa y otros lados del mundo a trabajar a la Argentina, realmente venían a
hacer eso pero la verdad que muchos inmigrantes no eran ejemplo de laboriosidad. Y
sino, recordemos los miles de cafiolos, manyines, mafiosos y una parafernalia de bichos
humanos inmunes al trabajo que vinieron a engrosar las importantes huestes de vagos
criollos. Quizá esa propuesta colonia de vagos hubiera necesitado para su éxito final una
verdadera red dedicada a hacer trabajar a los mismos.
La colonización finisecular
Formaban esa caravana porque para ir a Matilde a llevar el cereal, cruzaban
la cañada de San Vicente (se la denominaba así, siempre se la denominó así,
pero el verdadero nombre de la cañada es Bajo de los pantalones; así se llama;
viene de Sastre). En esa cañada había grandes pajonales y ahí se escondía el
gaucho para asaltar. Sacaba la mercadería, la plata (tal vez no tanto la plata
como la mercadería, así podían comer, darse el lujo de vestir. La plata creo que
esa gente no la podían utilizar, porque si iban a un pueblo es seguro que los
tomaban presos).
Cuando paraban, paraban todos los carros juntos (también hubo ese sistema en
las carretas: un círculo). Ellos dormían del lado de adentro. No dormían afuera
ni abajo del carro porque corrían el peligro de que el gaucho bajara y atacara
al colono que tenia a mano. Dormían al medio. Allí hacían la fogata, hacían de
comer.
Llevaban grasa para engrasar los carros. Tanto peligro porque el gauchaje
salía generalmente al anochecer para atacar a los colonos, que en aquel tiempo
vivían en chozas, en taperas.
(3)
“La Libertad” (30/01/95) se refería a la próxima instalación en Córdoba de varias
colonias de inmigrantes alemanes como consecuencia de la actividad del empresario
Rodolfo Bruhl.
“Se ha firmado el contrato con la compañía del Lloyd Norte-Alemán por el cual el
señor Bruhl se compromete a reservar en diez colonias cincuenta mil hectáreas de
tierra destinadas a la inmigración que ha de venir del norte de Alemania. Cada nueva
colonia medirá cinco mil hectáreas y sus colonos llegarán al país en el periodo del 1º
de mayo de este año al 1º de mayo de 1896.
El Lloyd de Norte Alemán entregará a cada familia la suma de 2500 marcos que
servirán para que estas puedan establecerse sin mayores dificultades. A cada familia se
le darán 100 hectáreas de tierra a su llegada. Las 500 familias que por el contrato se
encarga de conducir el Lloyd Norte Alemán se dividirán en las colonias Libertad,
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Victoria, Picasa, Ramona, Bicha y San Guillermo. Los nuevos colonos se dedicarán a
la ganadería y agricultura, prometiendo el presidente del L.N.A. tanto como el señor
Bruhl de Santa Fe aumentar a proporciones colosales la empresa que hoy forman para
un ensayo si este diera resultado satisfactorio.
Otros datos no menos interesantes que los que anteceden nos proporciona el señor
Bruhl sobre el estado actual de la colonización. Se calcula que la tierra que se coloniza
actualmente en la provincia de Santa Fe alcanza a 50 leguas cuadradas y que de la
inmigración que acude a nuestra república cuatro quintas partes se dirigen a esta
misma provincia. Aunque estos negocios no tienen la brillante fisonomía de los años del
86 al 90, sin embargo en el transcurso del 94 se han vendido tierras por valor de
$1.700.000 pesos. Garante el señor Bruhl que la cosecha de trigo de este año no
llegara a la mitad de la del año anterior.
En el lino el rinde es muy distinto en las distintas colonias pues mientras en algunos
solo se cosecha de tres a cuatro quintales por cuadra en otras llegan hasta doce y
catorce.
La mayor producción la dan las colonias de Córdoba fronterizas con Santa Fe en el
departamento de San Justo.
Hoy en la mayor parte de las colonias apenas se cubren los gastos con la presente
cosecha. Así mismo hay preparada 10% más de tierra para la siembra del año. Agrega
el señor Bruhl que debido al cambio de autoridades los colonos no se ocupan
absolutamente de política, no teniendo otra precaución que la de extender cada día sus
negocios para lo cual verían con placer que se habilitara la sucursal del Banco
Hipotecario Nacional con sumas que sirvieran a este fin”.
A fines de abril del 95 se daba a conocer en un aviso sobre la Colonia Tirolesa. Se decía
en él: “A tres leguas al norte de la Ciudad de Córdoba bajo el riego de los altos se
arriendan terrenos desde uno hasta cinco años de plazo; pagando el primer año $1 por
hectárea al año, $2 al segundo y así sucesivamente.
Si la cosecha anda mal el primer año no se paga nada.
Se venden terrenos a diez años de plazo.
Verse con Ramón Navarro en la misma colonia o en el paraje denominado el Bergel o
dirigirse por carta a la calle Constitución 174”.
Y días después se hablaba de la constitución de una nueva colonia “En la sección
correspondiente va el decreto de Poder Ejecutivo por el cual se aprueba el plano de la
colonia María Soledad de la que es propietario el señor Antonio Perea Muñoz.
Esta nueva colonia se halla ubicada en la pedanía Carnerillo departamento Juárez
Celman y es por su ubicación y feracidad de su suelo de un gran porvenir”.
Es digno de destacar la actividad de los empresarios colonizadores a los que hemos
mencionado anteriormente pero hacia fines del siglo XIX se agregarían otros muchos
algunos con proyectos serios y fundamentados y otros, como veremos, exponentes del
tipo de empresarios absolutamente tránsfugas y algo interesante a destacar una
información de septiembre de 95 sobre Colonia Caroya. Se decía: “Se encuentra en esta
el inspector de colonias señor Candioti para informar de los lotes que se encuentran en
condiciones de ser escriturados definitivamente ante un pedido hecho por los colonos
que habían cumplido con la ley de colonización y que aun no tenían títulos definitivos.
Una información titulada “Tierras cansadas” de la misma fecha decía:
En una de las ultimas sesiones de la Cámara de Diputados el señor ministro de
hacienda ha dicho que si muchos colonos abandonaban la provincia de Santa Fe no era
por los múltiples y exorbitante impuestos que sobre ellos pesaban en la vecina
provincia sino porque aquellas tierras estaban cansadas”. La colonización realizada en
tierras santafesinas, suponemos de manera un tanto irresponsable provocaba éste interés
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por parte de colonizadores de aquella provincia por instalarse en Córdoba. Este
crecimiento fue acompañado de varias y lógicas consecuencias negativas. Y así vemos
que “Con motivo de haber caducado el contrato de un señor Perelli por falta de
cumplimiento de este señor ha pasado a ser propiedad del gobierno nacional la colonia
Maipú situada en La Carlota, departamento Juárez Celman.
Con este motivo en breve irá un inspector nacional a objeto de hacerse cargo de dicha
colonia”.
Y además refiriéndose a la zona sur de la provincia se informaba: “Del sur de la
provincia llegan continuamente quejas que conceptuamos muy justas respecto de la
mezquindad del capital que poseen las sucursales del Banco de la Nación establecidas
en aquella región.
En efecto teniendo en cuenta que aquella parte de nuestro territorio es la más rica y
laboriosa de la provincia el capital que guardan en sus cajas las sucursales de dicho
banco que es el único que se halla en condiciones de prestar ayuda al agricultor
establecidas en Río Cuarto y en Bell Ville, es en sumo grado escaso no cubriendo ni
siquiera en una tercera parte las necesidades que demandan el desarrollo del comercio
y de la industria en aquellos progresistas y laboriosos centros”.
Podemos destacar el indudable desarrollo de Marcos Juárez a la que por su situación
geográfica se rumoreaba que en ese lugar podría instalarse la capital de la república,
exagerada utopia que no obstante su descarte no impidió que Marcos Juárez ya a fines
del 95 fuera una de las zonas más destacadas en su desarrollo agropecuario “Hace
apenas nueve años que la entonces Estación Espinillos tenia dos casas de negocios y
como colonización de dos chacras que como una ironía se titulaban la colonia del
Clavo. A una legua en todas direcciones se entraba en la pampa cruda. Hoy es la
primera estación del ferrocarril desde el Rosario a Córdoba. Dentro de pocos días
nomás se empezaran a alistar 8000 zorras y 4000 segadoras, 250 trilladoras servidas
por 6000 hombres en todo el departamento Marcos Juárez para levantar, trillar y
conducir a las estaciones Leones, Gral. Roca y Tortugas que son tributarias 2.500.000
de quintales de trigo. Los colonos en su mayor parte italianos se han dedicado hasta
ahora al trigo pero los alemanes, franceses y suizos han iniciado la sementera del lino
y de alfalfa como la del maíz que no se desarrolla por la tenaz aparición de la langosta.
Para los señores colonos y chacareros hemos pasado por la fábrica del señor Juan
Duchein y presenciado una industria más para Córdoba. La nueva industria son unos
arados todos de hierro los primeros que se han fabricado en Córdoba de este sistema.
La fabricación de estos arados representa una gran sencillez y son de una solidez
superior a los que vienen del extranjero y podemos garantir que dan mejores
resultados”.
Al finalizar el siglo XIX
Era la única esquina que tenía cuatro casas. Las habían construido así para
defenderse de los restos de malones que todavía existían, de los gauchos, como
se les llamaba; a veces dirigidos por extranjeros, que venían a saquear junto
con ellos. No eran indios, ya no existía más el indio. Existían, sí, pero mansos.
Los malones en cambio asaltaban las colonias, robaban los animales, robaban
las mujeres, les hacían estragos. De ahí que, para defenderse, los colonos
trataban de formar grupos de casas en las parcelas, que eran más bien chicas.
Después se fueron a trabajar entre María Juana y Garibaldi. Allí era peor
porque había indios todavía.
(4)
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En febrero del 98 se hacía conocer una interesante estadística que mostraba que las
colonias habían gozado y gozaban de interesantes facilidades para su desarrollo en el
hecho de las miles de hectáreas que en toda la geografía provincial estaban eximidas del
pago de impuestos: “Por encargue del ministro de Hacienda la sección geodesia del
departamento de ingeniería acaba de hacer el cómputo general de número de colonias
y hectáreas que no pagan impuesto en esta provincia por estar acogidas a las leyes
correspondientes y cuyo término de excepción vencen en los años que vienen hasta
1913. He aquí la superficie detallada en los departamentos que a continuación se
expresan:
San Justo 70.280 hectáreas
Marcos Juárez 126.905
Río Segundo 5.513
Unión 93.944
Juárez Celman 108.522
Tercero abajo 19.699
Tercero arriba 7.172
Total: 432.038”
Días después la colonia Bremen se quejaba de la falta de autoridad policial que velase
por los intereses de los colonos “constantemente amenazados por los cuatreros”.
Comprometiéndose los colonos a colaborar con dinero para que ello se realizara.
El departamento San Justo lindero con Santa Fe fue el que más desarrolló la
colonización. En mayo 31 del 98 se decía sobre las colonias de San Justo
Sabiendo que el señor Eugenio Troici había regresado anoche de su viaje de inspección
a las colonias del Departamento San Justo hoy nos apersonamos a él a objeto de
obtener algunos datos acerca del resultado de su visita. En amena e interesante
conversación, el señor Troici nos suministro datos englobados sobre el estado de las
cuarenta colonias que ha visitado, rinde de la cosecha, etc. visitó 40 colonias en un
mes. Las colonias empezaron a fundarse en San Justo el año 1888 siendo hoy las más
prosperas las fundadas por el señor Bernardo de Iturraspe (ver último capítulo sobre
Iturraspe) y las que rodean a Mortero.
El suelo es muy fértil, presentando una capa de tierra vegetal de 25 a 35 centímetros.
El precio general de la hectárea en el norte y en el sur es de 25 a 30 pesos. En algunos
puntos se vende a 20 y hasta 15 pesos sin embargo de estos precios ínfimos los
compradores de tierra no abundan a causa de la langosta que tiene acobardados a los
colonos. En el año 1897 y lo que va transcurrido del presente se han fundado las
colonias La Chicharra, Santa Bárbara y tres más. La población en su gran mayoría
está formada por italianos representando estos un 90% y el 10% restante otras
nacionalidades.
Como quiera que sea el importe de la cosecha de este año representa un aumento de
3.000.000 de pesos sobre la cosecha de 1896-97. Hay que tener en cuenta que este año
se ha perdido del 50 al 60% de lo sembrado a causa de la langosta, la seca y las
heladas.
Los perjuicios ocasionados por la langosta no han podido evitarse a pesar de todo
cuanto se ha hecho destruyéndola hasta por tres veces en muchas partes”.
Información que poco tiempo después mostraba que ese progreso notorio obligaba al
estado a dividir la traza inicial de San Justo en dos departamentos: Departamento San
Justo y Departamento General Paz. Proyecto de ley que fuera calurosamente apoyado
por los colonos de la zona. “La verdad no negamos los vecinos de la parte occidental
de San Justo el mayor valor que puede tener su parte colonizada pero tampoco es
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exacto que esa parte tenga forzosamente que sufragar los servicios públicos que a esta
corresponden.
El departamento San Justo cuando esas importantes colonias del este no existían,
cuando los inmensos y ricos campos que hoy forman las pedanías Libertad y Juárez
Celman eran desiertos habitados por el salvaje y las fieras de los bosques solo se
componía de la parte que hoy quiere independizarse y si bastaba para sostener con sus
contribuciones sus propias necesidades y con sus hombres y su sangre la frontera que
avanzaba paso a paso sobre los toldos de los indios. La parte occidental del
departamento San Justo era todo el departamento ahora treinta años y a pesar de las
depredaciones de los bárbaros y a pesar de sus contribuciones de dinero y de sangre
para sostener las autoridades constituidas era mucho más rica y feliz que lo es ahora
que quiere emancipar para que sigan por si solas el camino del progreso a esas hijas
de sus obras y sacrificios, las colonias del este.
No porque esto suceda el viejo departamento San Justo perderá, no; todo lo contrario
divido en dos la zona colonizada prosperará estando mejor atendida y la zona
occidental quedará con sus haciendas y sus bosques y sus feraces campos para atraer
el comercio de las colonias. Y las colonias mismas a su centro contribuyendo a esto
más que nada la división administrativa que nos traerá el aumento necesario de policía
que cuide y garante la vida e intereses de los pobres habitantes de la campaña”.
A fines del siglo XIX puede afirmarse que gran parte del extenso territorio cordobés que
tres décadas antes estaba casi deshabitado contaba ya con cerca de 200 colonias y
muchos proyectos para instalar otras tantas, teniendo como columna vertebral de esta
labor las extensas ramificaciones del ferrocarril que ya por entonces tenía o construida o
en vías de hacerlo en todo el ámbito provincial.
De allí que Villa Carlota con más de 100 años de fundada debido al paso del ferrocarril
se había convertido en el polo colonizador más importante del sur provincial. En ese
sentido leemos en “La Libertad” las sugerentes impresiones de viaje de un cronista
itinerante: “Hemos tenido ocasiones de conocer esta importante Villa situada en el
Departamento General Roca a 70 kilómetros mas o menos de la población de Río
Cuarto, a 90 kilómetros de Villa María y atravesada por varias vías de ferrocarriles
siendo una de ellas la que va desde este último punto a la Estación Rufino y también la
que pone en comunicación los pueblos del litoral con la ciudad de Río Cuarto pasando
por la referida Villa Carlota situado además este importante centro sobre la margen
derecha del Río Cuarto está llamado a ser de un gran porvenir pues su suelo es
fertilísimo, su vegetación excelente y su clima por lo regular templado.
Todo parece favorecer allí la colonización y el desarrollo de la población.
Establecimientos magníficos tales como La Paz de propiedad del señor Pedro Funes
pertenecen a esa zona tan favorecida por la naturaleza.
Este solo establecimiento tiene una extensión de 4500 cuadras en su totalidad
alfalfadas, varios pozos semisurgentes dan diariamente una capacidad de agua
suficiente para que beban 4000 cabezas de ganado mayor y hay maquinarias y útiles
para explotación en grande escala del pasto artificial y demás productos del suelo.
Finalmente se han montado allí talleres en regla que pueden rivalizar con los de
segundo y tercer orden de los aquí existentes.
Debemos mencionar también establecimientos de los señores Vázquez y Olmos situados
al Este y a una distancia de 35 kilómetros de la misma villa a que nos referimos. Dichos
establecimientos no tienen en alfalfares la misma extensión que tienen los de los
señores Funes pero su superficie se compone de 20.000 cuadras cuadradas, sus pastos
naturales son de inmejorable calidad y baste saber que sus invernadas de campos
compiten fácilmente con los mejores de alfalfas hecho que hemos podido constatar
12
teniendo a la vista los precios que sus respectivos propietarios han obtenido por sus
haciendas durante los años 1882 a 1890.
Decíamos que la población de La Carlota es en su mayor parte compuesta de
extranjeros agricultores y debemos agregar que ella no excede de 2000 habitantes
cuyas tendencias y hábitos nos proponemos bosquejar si bien a grandes rasgos.
Lo que ante todo llama la atención del transeúnte que por primera vez se pone al habla
con aquellas gentes tan sencillas por sus costumbres y por su lenguaje hasta por su
especial franqueza es sin duda la noción clara, instintiva y casi diré perfecta que tienen
de la justicia y de los derechos primordiales y característicos de toda sociedad bien
organizada”.
(23/8/86) Alejo Peyret reconocido estudioso de los temas sociales argentinos de por
aquel entonces, hablaba de los enormes gastos de los gobiernos en guerras inútiles en
vez de colonizar y éste comentario venía a cuento pues ya por entonces los gobiernos de
Roca y sucesores dedicaban sumas estrafalarias al armamento habiendo dejado desde
hacía rato que la colonización se hiciera, casi diríamos de manera espontánea. Estado
que por aquel entonces abusaba de las casi mayoritarias colonias florecientes para
aplicar sobre ellas su hambre impositivo. Es decir las quejas de Peyret no eran
arbitrarias pues, ya veremos, son incontables las notas y presentaciones de los colonos
en tal sentido.
Mediado 1897 se hablaba de las necesidades, en general de los colonos “Lo que
necesitan los colonos no es el mendrugo de unos cuantos hectolitros de semillas sino
leyes adecuadas porque aceptar ese regalo de 1.500.000 pesos enajena la facultad de
reclamar contra los impuestos inconstitucionales que vendrán mañana a menoscabar
su derecho y los rendimientos de sus cosechas.
Lo que necesita la agricultura para prosperar y resistir contra los estragos de la
langosta y de las crisis periódicas a que están expuestos todos los productos del trabajo
es tranquilidad en el orden político, leyes de impuestos dictadas con absoluta
subordinación al monto de la fortuna de cada uno y a las verdaderas y reales
necesidades del orden público, seguridad para los intereses individuales, tribunales de
justicia exentos de las influencias y sugestiones de los partidos militantes, supresión de
las trabas aduaneras, libertad de comercio, descentralización administrativa, ambiente
en fin para la expansión de las fuerzas económicas y morales que la republica puede
aplicar en este momento a la producción indirectamente a su progreso,
engrandecimiento y bienestar”.
Una información curiosa fechada en septiembre de 76 se refiere a “Sociedades de
Colonos” que de acuerdo a funcionarios relacionados con la inmigración desde Italia
que en la península se estaban formando asociaciones colonizadoras. “Estas vendrán al
Río de la Plata completamente formadas con las semillas y herramientas necesarias
para trabajar.
Los colonos han solicitado pasajes gratis pero el gobierno nacional ha contestado que
no puede hacerlo en esta circunstancia.
Sin embargo parece que dichas asociaciones se resolverán a esperar algún tiempo
hasta que el gobierno determine respecto a ellas”.
Y por esos tiempos también se habló de instalar en el sur una colonia de indios “El
meritorio sacerdote Fray Marco Donati ha pasado al gobierno nacional la siguiente
comunicación sobre la que ha recaído una resolución favorable. Buenos Aires
septiembre de 1876. Al señor ministro del interior Dr. Simon de Iriondo. El infrascripto
Misionero de la frontera de Córdoba, San Luis y Mendoza tiene el honor de elevar al
conocimiento de vuestra excelencia que encontrándose desde algún tiempo en la villa
de Mercedes el casiquillo Martín Simon, jefe de una tribu constante de unas treinta
13
familias con 250 a 300 individuos en extrema pobreza y sin ningún género de medios
para vivir he obtenido de la limosna un terreno de 30 cuadras situado cerca de la
estación a fin de que puedan formar una población.
En posesión del terreno y hallándose aquellos proceda a adquirir los objetos pedidos
en la presente nota entregándolos al reverendo padre Fray Marcos Donati y pasando la
cuenta de su importe al Ministerio del interior para que su abono que se hará con los
fondos votados por el honorable congreso para el fomento de la colonización”.
Será sin embargo en la última década del siglo XIX cuando más que de hipotéticas
colonias se hable con total claridad de las ya instaladas, de su evolución y de sus
múltiples problemas y soluciones. Y entre tantas noticias sobre estas cuestiones son
comunes las referencias a la labor a veces trucha y otras serias de los promotores de
colonias. Ya por ese entonces en 1894 el promotor Stroeder informaba en un aviso
periodístico que, “Para satisfacer a los deseos de muchos colonos en mis colonias de la
sección Córdoba he adquirido arados a vapor última invención de doce rejas cada uno
para romper campo a precio módico”. Y es que la mecanización era ya una labor
significativa instalándose varias empresas no solamente dedicadas a la venta de
implementos agrícolas sino a la fabricación con patentes extranjeras e innovaciones
propias de todo tipo de maquinaria agropecuaria.
Un articulo aparecido en “La Capital” de Rosario sobre la campaña de Córdoba se
refería al “brillante porvenir” que le espera a la campaña cordobesa “cuyos extensos
territorios solo esperan el esfuerzo del colono o del estanciero aficionado a la
perfección de la ganadería para convertirse en sendos centros de agricultura, labranza
o en potreros para la cría del ganado perfectamente cuidado y alimentado. Los campos
de Córdoba producen pasto de superior calidad y sus ríos caudalosos son por la
conformación de sus cauces y barrancas como el Río Tercero y otros de fácil
canalización que convertirían centenares de leguas de campos de riego por aguas de
lluvias en campos de regadíos por canales. Se admiran esos viajeros que el cultivo de
la vid no haya tenido bastante aceptación para hacer de una parte de las campiñas
cordobesas extensos viñedos desde que está probada la excelencia y vigor con que la
viña crece y la bondad del producto que da. Puesto que vinos cosechados allí de
plantas traídas de Chile han superado en la fuerza y fragancia del caldo a los mejores
vinos de San Juan y Mendoza en la clase de Burdeos, Medoc y Cabernet.
Con respecto a la canalización del Río Tercero nos dice que se trata de fundar un
sindicato ingles que cuenta con grandes capitales el que llevaría a cabo esa obra que
siempre seria de menos costo y de mayor utilidad que el famoso dique de San Roque”.
Cómo será de importante este tema de los diques que el mismo Alfredo Eiffel se refirió
poco tiempo antes a que las dos más importantes obras de ingeniería que se estaban
haciendo en el mundo eran o fueron la torre que él inventó y el Dique San Roque de
Córdoba. Y aquí en esta suerte de emprendimientos megalómanos se estaba planteando
una suerte de “política de estado” de Córdoba pues en todo el siglo XX se construirían
no solamente el dique San Roque sino el de Río Tercero, el de la Viña, el de los
Molinos, el de Cruz del Eje y muchos otros y así vemos que esos primeros deseos
fueron concretándose.
Es impresionante la cantidad de noticias de todo tipo sobre el tema de las colonias.
Cuestión que entendemos se había convertido en una verdadera obsesión de la hasta no
hace mucho tranquila sociedad mediterránea. Empresarios dedicados a la promoción de
las colonias, colonias constituidas por inmigrantes de todo el mundo y un gobierno que
en la mayoría de los casos buscaba solucionar más mal que bien los problemas
legislativos económicos, de transporte, etc, etc. corriendo muy atrás de los problemas en
cuestión. En una crónica (24/8/94) “Terrenos para colonias” se decía: “Encuéntrase en
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esta el señor Ángel Belling Sagli, representante del señor Stroeder colonizador de los
terrenos del Banco Agrícola de que es presidente el doctor Bernardo de Irigoyen. Como
se sabe el señor Stroeder ha fundado ya varias colonias cerca de la línea del Andino
entre Villa María y R ío Cuarto obteniendo un éxito satisfactorio. Actualmente el
representante está en vías de arreglo con varios propietarios de esta ciudad con una
gran zona de terrenos estando ya casi ajustadas las bases para llevar a cabo la
negociación. Se trata de enajenar 18 leguas de campo situadas al oeste de Vélez
Sarsfield las que pronto serán entregadas a la colonización si como se cree los
interesados no tropezaran con algún obstáculo para la celebración definitiva del
contrato”.
No eran algunas hectáreas a colonizar eran miles y miles a las que se procuraba trabajar,
cientos de leguas que el Estado provincial enajenaba muchas veces a precios viles,
siendo numerosas las críticas a la forma desaprensiva de cómo se distribuía la tierra,
figurando en muchas oportunidades los nombres de empresarios y de empresas que
poco duraron a la hora de escamotear riquezas fabulosas robando, sin eufemismos, gran
parte del futuro económico y social de la provincia.
Bajo el título (11/1/97) “Apuntes de un colono de Bell Ville”, se comentaba:
“Pareceme que ha llegado el momento de que el gobierno de esta provincia a ejemplo
de Santa Fe y Entre Ríos se preocupase de la situación bastante crítica porque
actualmente pasan los departamentos Unión, Marcos Juárez, San Francisco y algunos
otros más.
La situación es sumamente crítica, el comercio completamente paralizado, pues las
cosechas sin ser tan malas como ha sido en Santa Fe con las últimas lluvias y granizo
caído pueden calcularse en un 40% menos de rinde.
La lana es baja y el forraje muy raro, es el que puede cosecharlo bueno. Y se refiere a
los problemas de los colonos al ser apurados por el fisco y agrega: se hacen día a día
embargos de útiles de labranza para el pago de contribuciones.
He visto un embargo hecho a unos colonos que pudo evitarse pues se pidió ocho días
para pagar y que sin haberse llevado a efecto cobro el juez $45 pesos por varios gastos.
Al señor Barraco quien ha perdido toda su cosecha le han embargado máquinas y
bueyes. Si el fisco le quita a los colonos los útiles ¿cómo podrían seguir trabajando?
Hay propiedades aquí avaluadas a $30 pesos hectáreas que su dueño ha tenido que
vender a 15. Son muchas las casas de comercio que tienen que pagar más de $1000
pesos cada una”. Y solicita del gobierno una suspensión de términos de vencimiento
para comerciantes y agricultores hasta la próxima cosecha y habla de otras medidas
similares.
Por estos mismos días y algo se reiterará muchas veces se comenta de la necesaria
“protección a los colonos”: “El diario El Comercio estudiando los proyectos sobre
protección a los colonos rechaza la emisión de cedulas y encuentra que lo más
conveniente es destinar las utilidades del Banco de la Nación a facilitar pequeños
préstamos a los colonos que hubieren perdido la anterior cosecha y se comprometan a
sembrar nuevamente. Se sobrentiende que el pago de esos préstamos lo efectuarían los
colonos una vez que recogieran la nueva cosecha prorrogándose el pago en caso de
que el año fuera malo y la cosecha se perdiera. El régimen que actualmente sigue el
Banco de la Nación los préstamos que hace no beneficia a los que más precisan
protección pues se comprende que la amortización de 25% trimestral es insoportable
para los que obtienen dinero para invertirlos en obras o empresas de no inmediatos o
prontos resultados”.
Una información reiterativa daban desde el comienzo mismo de éste proceso en la
década del 60, los inspectores de colonias que con mucha seriedad realizaban largas y
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exhaustivas giras de información en las cientos de colonias de los departamentos
ubicados hacia el este, linderos con Santa Fe. “Encuéntrase en esta de regreso de la
campaña el inspector de colonias Eduardo Ortiz Herrera. Durante su ausencia que ha
sido de un mes ha visitado las noventa colonias del departamento Marcos Juárez. Se
nos informa que el estado de esas colonias es inmejorable esperándose que la cosecha
de este año será espléndida si más adelante no se presenta algún contratiempo
imprevisto.
Actualmente el inspector se ocupa en la confección del informe que en breve presentará
a la superioridad dando cuenta de la inspección practicada.
Personas que han visitado recientemente las colonias del Departamento San Justo nos
informan que también allí las sementeras están en condiciones inmejorables.
Las mangas de langosta que han aparecido han sido totalmente destruidas por los
colonos”.
Una curiosa noticia leemos (9/97) acerca de la denominada Colonia Nacional de
alienados referida al proyecto del poder ejecutivo nacional de crear una discutiéndose si
la misma se ubicaría cerca de la Capital Federal aunque predominaba el criterio que la
misma se ubicara en el interior. De allí el origen de la que años después se instalaría en
la localidad cordobesa de Oliva.
Que eran prosperas muchas de las colonias lo muestra una interesante estadística
referida a las ubicadas en el departamento Juárez Celman. “El departamento Marcos
Juárez tiene una extensión de 595.284 hectáreas colonizadas de las cuales 345.129 son
cultivadas. Tienen 1347 construcciones de material y de barro, 2497 las cuales
contienen 3091 familias o sea 14.315 habitantes.
Los colonos de Marcos Juárez disponen de 18.575 útiles de agricultura 7369 carruajes,
tílburis, etc. y 159.426 cabezas de ganado”.
No sabemos o es difícil establecer lo que por entonces, mediada la década del 90, se
comentaba en Santa Fe: “Mucho es el entusiasmo que reina en la campaña entre los
colonos por adquirir tierras en la vecina provincia de Córdoba. Ya no solo emigran de
las colonias aquellos que arriendan tierras o están de medieros sino que hasta algunos
propietarios desanimados del fruto de su trabajo por el impuesto a los cereales alquilan
sus campos a cualquier precio para ir a poblar otras colonias.
Se comprende. Cuando como en este año los trigos tienen poca demanda en los
mercados exteriores y en baja apenas tienden a cubrir los gastos de la cosecha
llevándose la ganancia del colono, el gobierno con su impuesto a los cereales, cuando
sucede así cada cual busca lo que le conviene y por eso mismo en los campos también
fértiles de la vecina provincia vemos surgir colonias como las de la administración
Villa María del ferrocarril Central Argentino del señor Stroeder colonizador también
de varias otras que en pocos días puestas las concesiones en venta apenas le quedan
algunas de las ya cruzadas por los ferrocarriles Central Argentino y Andino que
auguran los mismos buenos conceptos que la colonia Irigoyen de que dicho señor
Stroeder contribuyó para sus progresos.
Debido a ese gran afán de adquirir tierras agrícolas en la provincia de Córdoba es
porque secundando las ideas de los colonos el señor Stroeder conocido colonizador de
las colonias La Agrícola, San Bernardo, General Cabrera, la Palestina etc. facilita
ventajosamente condiciones a los nuevos pobladores de la desheredada Santa Fe sus
lotes de tierras bien situadas y cruzadas por dos ferrocarriles a precios al alcance de
todos y plazos convencionales para el pago. De esta manera ¡quién no compra!”.
Finalizando el siglo XIX (8/11/99) se conocía bajo el título “Inmigración española” la
siguiente información: “Han llegado a Buenos Aires hace pocos días más de 600
inmigrantes españoles, notándose con tal motivo una particularidad propia de esa
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inmigración que rehúsan acogerse a la ley de inmigración que le proporcionaría
muchas ventajas entre otras las de alojamiento de Hotel de Inmigrantes, la de
proporcionarles un trabajo remunerativo y la de gozar de un pasaje gratis para el
interior del país.
Esto se debe según un diario de la Capital Federal a que los españoles tienen formado
un mal concepto de las provincias por lo que prefieren quedarse en la ciudad de
Buenos Aires y sus alrededores.
Sin embargo de que no podemos dejar de reconocer que sobran motivos de temores
para los extranjeros que se internan tierra adentro por la falta de justicia buena, pronta
y barata y por la falta de seguridad en muchos casos especialmente en la campaña,
creemos que ese concepto de los españoles tiene mucho de exageración y que los
colonos e industriales de esa misma nacionalidad radicados en el interior podrían
atraer muchos brazos útiles al trabajo productivo.
En esta época en que se inician los trabajos agrícolas de nuestra provincia se sufre
considerablemente de escasez de hombres de trabajo, de todas las colonias piden
brazos y ofrecen buenas ganancias pero inútilmente. Los inmigrantes que llegan a
Buenos Aires debían pues ser inducidos por sus connacionales a internarse al interior.
Es una idea útil que creemos a de ser bien acogida.
Movimiento inmigratorio año 1899. Mes octubre
Llegados directamente de ultramar 10.700
Llegados por Montevideo 1910
Total: 12.610 de todos estos inmigrantes han sido internados a nuestra provincia 763”.
Ya entrado el siglo XX y a mediados de 1901 se conoció que: “En el nuevo plan de
colonización que proyecta el ministro de Agricultura desaparecerá el actual sistema de
colonización nacional entendiéndose el gobierno directamente con los colonos y las
empresas colonizadoras a las cuales se abonarán primas después de la primer labranza
de tierra o el primer sembrado.
El ministro se propone así una colonización buena y rápida dando facilidades para el
trabajo a los inmigrantes”.
Todas estas nuevas reformas en la política de colonización, notamos, se originaba en la
serie de protestas y reclamaciones de colonos que sufrían en carne propia los desafueros
y excesos de los empresarios colonizadores.
Empresarios colonizadores
Iban cinco, cuatro, tres, tres chatas, según, pero nunca iba una chata sola
porque los indios los agarraban y les robaban los caballos. Y los mataban, por
supuesto.
Entonces se acompañaban. Todos juntos, todos armados para hacerles frente si
hacía falta.
Las referencias históricas indican que no eran indios, sino delincuentes rurales
y, en general, criollos matreros. Durante la década de 1870 fueron frecuentes
los episodios violentos en las colonias agrarias santafecinas que involucraron a
bandidos, jueces de paz y colonos, que sospechaban convivencia entre las
autoridades y los delincuentes. “Una fuentes permanente de tensiones provenía
del hecho de que el blanco preferido de los bandidos rurales lo constituían los
residentes extranjeros, tanto ganaderos como colonos.
Además, con demasiada frecuencia, estos personajes contaban con el
beneplácito –o la protección– de las autoridades rurales y con cierta
popularidad entre la población rural”.
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Formó parte de la política de estado desde el comienzo de la presidencia de Mitre
continuando con Sarmiento y los demás la idea que el país debía basar su progreso en
tres cuestiones: ferrocarriles, inmigración y educación, banderas que todos los gobiernos
tuvieron muy en cuenta.
Desde un comienzo los empresarios colonizadores figuraron en casi todas las
fundaciones de colonias, algunos se comportaron como empresarios serios y
responsables, otros mostraron sus intenciones de enriquecerse a costilla de los colonos y
de gobiernos provinciales en especial poco cuidadosos del resguardo de la
inconmensurable riqueza que significaban miles de hectáreas sin cultivar en la zona más
rica del mundo. Veamos algunas de estas situaciones. Así sobre el empresario Eduardo
Echegaray “El Eco de Córdoba” (30/9/1863) el principal diario cordobés de la época
contaba en notas sucesivas la actuación de este paradigma del dañino.
“Consideraciones económicas sobre el contrato de colonización propuesto al gobierno
de la provincia por don Eduardo Etchegaray. Dadme en venta dos mil leguas de tierra
y yo os daré diez mil habitantes.
Bases del contrato: dos mil leguas divididas en dos grandes lotes cuya ubicación está
determinada hacia el este y sud de la provincia subdivididos en suerte de una legua
cuadrada.
Los gastos presupuestarios para la medición de los departamentos cuestan al gobierno
91.960 pesos. Semejantes suma tiene que gastar en los departamentos San Justo,
Unión, Tercero Arriba y Río Cuarto.
El proyecto de colonización del señor Etchegaray
Sabemos que una reunión preparatoria que ha tenido lugar en casa del señor Ocampo
con el objeto de arribar algunas reformas en el proyecto de colonización presentado al
gobierno por dicho señor se han salvado las dificultades de detalle que le tenían a las
puertas de la legislatura cuyas sesiones han sido prorrogadas al objeto.
Ya era tiempo, hoy no hay pretexto para faltar a la cámara cuando se trata de
deliberaciones sobre el interés público y sobre todo cuando la opinión sensata del
pueblo pronunciada ya traza ansiosa el camino que deben seguir nuestros legisladores.
¡Adelante, prohíje el gobierno ese proyecto que debe estrecharnos con el extranjero
laborioso y pacifico!
Ha pasado ya a colación el proyecto de contrato a celebrar entre el señor Eduardo
Etchegaray y el gobierno de la provincia para la venta y colonización de dos mil leguas
cuadradas en nuestro territorio. La gravedad de este asunto a nadie puede ocultarse y
es ella la que ha decidido a nuestra legislatura a nombrar una comisión especial que
dictamina sobre su utilidad y aceptación.
Y dice al final que el contrato es demasiado grande. (23/10/63)
En primer lugar ese contrato da al señor Etchegaray el término de 20 meses para
ratificarlo después de su celebración y en todo este tiempo el gobierno queda en la
obligación de no enajenar parte alguna de las dos mil leguas que hablan el primero y
segundo de sus artículos. Esto solo entraña una grave desigualdad entre las
obligaciones de los contratantes de desigualdad que puede ser funesta a los intereses
del país. Dado la proximidad del ferrocarril dice que un año, quince meses es un
término más que suficiente para que el empresario pueda hacer las operaciones previas
en Europa.
Otro de los artículos del contrato que a nuestro juicio necesita ser examinado es el que
prescribe el término de diez años para la introducción de las dos mil familias de
colonos. Otro de los artículos del contrato que a nuestro juicio no solo debe ser
modificado sino suprimido por completo es el artículo 11 por el cual se estipula que el
gobierno cede en propiedad al empresario una legua cuadrada de terreno a su elección
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por cada cien leguas que la empresa compre”. Y esto sí le parece inadmisible al
articulista.
No todos eran de esta calaña que mostraban sin ningún recato sus maniobras dolosas.
Ya en la presidencia de Avellaneda el tema de la colonización y de los empresarios
colonizadores es constante en las publicaciones periodísticas. Vemos así lo que se habla
de la colonización en Sinsacate “Sabemos que un caballero muy competente después de
haber estudiado los negocios posibles en Córdoba se ha decidido por la colonización
en Sinsacate el señor Pablo Rese es el propietario de estos terrenos y el jefe digamos
así de esta naciente colonia.
Muchísimo placer sentimos en ver a hombres serios entrar por los negocios positivos
como son los negocios de campos en los cuales hemos de ser pobres pues lo que
necesita la república para su adelanto es que se explote su rico suelo”.
Pocos días después leemos (30/7/76) que: “El señor Alejandro Rodríguez del Busto se
ha presentado a las cámaras pidiendo una subvención para el establecimiento de
colonias que piensa establecer en el terreno de propiedad de Don Domingo Mendoza
en el Departamento Unión.
El señor Rodríguez del Busto tiene ya contratados los terrenos en que se establecerán
las colonias y solicita de las cámaras una prima de ocho mil pesos fuertes en tierras
fiscales para ayudar a la mantención, útiles de labranza, etc. exonerados de impuestos
por cinco años, y se compromete a formar una población de más de 150 colonos, en
terrenos de señor Domingo Mendoza cinco leguas distantes de Fraile Muerto y fundará
en seis años una escuela y una capilla costeada de su peculio”.
Y menos de una semana después y sobre el tema de las colonias se comenzaba a hablar
de un colonizador que, a lo que parece, mostró seriedad. “Como se sabe el señor
Camilo Reuseus ha llevado una solicitud a las cámaras provinciales solicitando
compras de tierras para colonizarlas.
El infrascripto comprará del superior gobierno una área de 200 a 250 leguas de tierras
fiscales propias a la agricultura. Estos terrenos serán divididos en lotes de 40 a 50
leguas cuadradas, serán provistos de aguas permanentes y situados a los costados de
ferrocarril de Villas María a Río Cuarto o lo más aproximado posible a dicha vía.
El proponente se compromete a establecer en dichos terrenos cuatro o más colonias
agrícolas e industriales compuesta cada una de 200 familias y cada familia de 3
personas a lo menos aptas al trabajo. El proponente pagará al superior gobierno los
campos a razón de 500 pesos bolivianos por cada legua cuadrada. Este pago se
efectuara con el 10% de las utilidades liquidas anuales de la colonia.
El gobierno pagará al proponente una prima de 10.000 patacones inmediatamente
después de poblada la primera colonia y otra de 5.000 patacones para cada colonia
establecida conforme al presente proyecto. Las colonias estarán exoneradas de todo
impuesto y contribución durante los diez primeros años después de su instalación.
En el centro de cada colonia se delineará un pueblo con plazas, calles, egido, etc. cuyos
planos se someterán en tiempo oportuno a la aprobación del superior gobierno. En la
misma plaza la empresa colonizadora edificará una capilla y una escuela a cuyos
gastos de construcción el gobierno de la provincia concurrirá con una cuarta parte.
El proponente depositará adonde el superior gobierno disponga la suma de 15.000
patacones una vez que haya recibido los títulos de propiedad de los terrenos de que se
trata en el articulo 1º de este proyecto como garantía de fiel cumplimiento de las
obligaciones que contrae”.
Por esos días y de Rosario se hablaba y otros emprendimientos a realizarse en Córdoba,
por parte del empresario Tomás Rodríguez: “Ayer llegó de Córdoba el señor Tomás
Rodríguez, director de la colonia que lleva su nombre.
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Según nos ha informado viene a realizar un gran proyecto de colonias que presentará
al gobierno de Córdoba y el cual el ha ofrecido toda clase de seguridades para su feliz
resultado.
Todos los conocidos del señor Rodríguez residentes en esta lo esperaban ansiosos para
informarse del estado de este negocio pudiendo asegurar que han quedado muy
satisfechos de la relación que él ha hecho. Hemos oído decir que este negocio pondrá
en movimiento más de dos millones de fuentes de trabajo y se plantarán más de 200
colonias en aquella provincia de lo que resultará un gran adelanto”.
Mediado el 97 se informaba de una colonia que pasaba a ser propiedad del Gobierno
Nacional pudiendo destacar que esta política de recuperar colonias no era frecuente
“Con motivo de haber caducado el contrato de un señor Perelli por falta de
cumplimiento de este señor ha pasado a ser propiedad del gobierno nacional la colonia
Maipú situada en La Carlota, departamento Juárez Celman.
Con este motivo en breve irá un inspector nacional a objeto de hacerse cargo de dicha
colonia”.
Es continua la información sobre el accionar de los empresarios colonizadores y es que
era esta actividad sin duda una de las más redituables de esos tiempos. (11/2/98) se
hablaba de una operación importante en este tema de la colonización. “anoche ha
quedado terminada una importante operación de compra-venta realizada entre los
señores Olmos y los apreciables caballeros Tiscornia y tan conocidos en esta provincia
por su larga residencia en Marcos Juárez. El campo aludido esta ubicado en el
departamento Unión sobre la línea férrea del ferrocarril Central Santa Fe y Córdoba
que sale de Villa Constitución a La Carlota. El que ha intervenido en esta operación
ha sido el señor Ignacio Ballesteros socio de la compañía “La Inmigración” que tiene
su asiento en la Capital Federal. Habiendo trabajo con ahínco para llegar a un feliz
resultado. El señor Ballesteros es propietario de la importante colonia Ballesteros que
ha tenido que luchar con tantos contratiempos para que los colonos no abandonen sus
hogares acosados por las decepciones sufridas en todos los años por las plagas de
langostas. El precio de venta asciende a 208 mil pesos moneda nacional y la superficie
del terreno vendido alcanza a siete leguas lo que da un valor de $41600 pesos por
legua. Los compradores una vez terminada la mensura colonizaran en el acto la
importante zona”.
Y a fines de octubre del 98 se conocía el desarrollo de Leones en una entrevista
realizada al empresario Domingo Benvenuto al que se calificaba de “uno de los más
activos y convencidos empresarios de la colonización de esta provincia”.
¿Cómo están las sementeras en Leones? –Le pregunta el periodista a Benvenuto
–Bastante regulares
–qué cantidad de tierra tienen ustedes en toda la colonia de Leones cultivada de trigo y
lino?
–calculamos 60.000 hectáreas
–y en la colonia Marcos Juárez?
–otras 60.000
–y están ustedes satisfechos de la fertilidad de la tierra? Les retribuye sus afanes?
–la tierra sí, con exceso, con cariño por decirlo así, pero el medio ambiente político y el
conjunto de garantías destinadas a proteger el trabajo, las propiedades, las personas
mismas… son muy deficientes son casi casi ineficaces por no decir contraproducentes”.
A pesar de la delincuencia rural y de la inoperancia policial las cifras dadas por
Benvenuto muestran un resultado absolutamente positivo al final del siglo XIX. Ya a
principios de 1901 y en el diario “La Capital” de Rosario se comentaba sobre la
colonización en Córdoba. “El conocido colonizador P. Godeken que ha poblado
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extensas zonas en la provincia de Santa Fe acaba de adquirir 9.800 hectáreas de
campo en la provincia de Córdoba por las que ha pagado la suma de pesos 141.700
m/n y que se destinará al mismo negocio.
Los campos adquiridos por el señor Godeken se encuentran ubicados en las
inmediaciones de la estación Frías en la expresada provincia y lindan con el
establecimiento ganadero Isla Verde de que son propietarios los señores Eugelbrt
Haidit y compañía del comercio de esta capital”. Y de Buenos Aires (1/3/901) se
hablaba del tema tierras fiscales. “Se expidió el decreto referente a los campos de
propiedad fiscal conocidos por D. Tagle en Río Cuarto.
Se declara caduca la concesión hecha a Manuel Dals, Miguel Sosa y Andrés Peña y se
resuelve establecer en ella una colonia fiscal denominada “La Argentina” cuyo trazado
deberá efectuar la dirección de tierras y colonias.
Esta repartición ha comprobado que hay en esos terrenos 315 pobladores que han
introducido mejoras y son acreedores al concurso del gobierno nacional y en
consecuencia el ejecutivo ha resuelto venderlos a los colonos en lotes que no excedan
de 400 hectáreas y a precio de costo. Se efectuará el pago en diez anualidades
firmando los colonos diez letras por igual valor.
Los actuales pobladores podrán solicitar la compra de esos lotes en el término de
cuarenta días.
Los que se hayan presentado anteriormente tendrán derecho a la prioridad para la
adquisición”.
Pero como hemos visto en otras oportunidades también ya a principios del 901 se seguía
hablando de malos empresarios: tal como leemos sobre la fuga de un administrador
(11/03/1901): “El tema obligado de la semana en San Francisco ha sido el rumor de la
desaparición del señor Sestille, agente consular de Italia en este departamento y
encargado de las colonias Devoto y El Trabajo propiedad del señor José Devoto de
Buenos Aires y de la señora viuda de Delarco respectivamente.
Desde 1891 se encontraba domiciliado en este pueblo el señor Sestille desde el cual en
un principio gozó de generales simpatías por su carácter bondadoso y franco,
posteriormente los que fueron sus mejores amigos y compatriotas le hicieron el vacío
retirándole muchos su amistad por haberse este ligado estrechamente a un circulo que
fue siempre funesto para este pueblo. Son muy distintas las versiones corridas sobre las
causas que pueden haber determinado su desaparición como así mismo las sumas en
que pueden haber sido perjudicados los que se dicen damnificados.
Entre todas estas versiones la que más se acentúa y parece con mayor fundamento es
que un empleado del señor Devoto venido expresamente de Buenos Aires tomó nota de
los recibos otorgados por su encargado a los colonos pidiendo inmediatamente cuenta
al señor Sestille y este viéndose en descubierto y no teniendo como cubrir el déficit
entre lo percibido y lo entregado optó por lo peor y tomó las de Villa Diego. Si el
encargado tenía poder en forma para percibir los pagos los únicos perjudicados serán
los propietarios pero si sucede como de costumbre que las personas encargadas de
estos cobros son simples encargados claro está que el hilo se cortará por lo más
delgado, es decir los colonos pagarán dos veces.
Como estos hechos vienen repitiéndose por desgracia con demasiada frecuencia es
oportuno que la prensa siquiera por un acto de caridad haga propaganda hasta
conseguir que el colono se de cuenta de que nadie y a titulo de nada tiene derecho a
exigirles el cobro de sus cuotas vendidas por terrenos sea o no encargado del
propietario si no está legalmente apoderado para percibir.
Solamente así dejaran de producirse estos hechos que tantas familias y año por año
vienen dejando sumidas en la miseria estos pseudo apoderados.
21
Se sabe positivamente que ocho días antes y tal vez para evitar consecuencias ulteriores
habría renunciada la agencia consular y lo cual había causado satisfacción entre los
residentes italianos. Como reemplazante ha sido ya designado el señor Juan Pavecio
quien goza de las simpatías generales y su nombramiento definitivo será recibido con
suma satisfacción por esta numerosa colectividad italiana”.
Tiempo después (10/4/901) se comentaba de la colonia Chañares “Día a día languidece
su comercio y su escasa industria. El primero representado por los señores
Carlomagno hermanos y Pablo Cuaranta hermanos que absorben la clientela de toda
la comarca ya por los ramos que abarcan, ya por sus fuertes capitales o por las
facilidades que el colono encuentra para sus compras en esas casas. Un año de plazo
para el pago aunque como es de práctica se le recarga en los precios en un 50%.
Socialmente Chañares cuenta con un número regular de familias conocidas que debían
dar vida y animación a un centro pequeño como este pero que el antagonismo que reina
entre ellas, como en la mayoría de nuestras villas divide obligándolos a vivir en
perpetua reclusión.
La higiene del pueblo es deplorable. Grandes charcos de agua permanente ocupan los
mayores espacios de las calles. Los caminos intransitables y para completar la obra la
dañina vizcacha empieza a minar las casas en las calles principales de la población,
varios vecinos tienen la idea muy plausible de solicitar de nuestro gobierno la creación
de una comisión municipal que los venga a salvar de un desastre seguro, una epidemia
o las vizcachas que harán mayor daño que una inundación.
En nuestra próxima estación Oliva y en mi corta estadía en ella he podido obtener
algunos datos que dejan muy mal parado al subcomisario señor Luque.
Días atrás fue atrozmente garroteado Antonio Negrete ex sargento de esta
subcomisario por unos colonos. El comisario nombrado no ha procedido ni cumplido
con su deber. Negrete fue llevado por particulares a su domicilio de donde se le
condujo a Córdoba para su curación y por orden del juez de esa localidad. El
comisario que esa misma noche supo el hecho no procedió a practicar las primeras
averiguaciones, no arrestó a ninguno ni trató de tomar declaración al herido. Se
detuvieron días siguientes a tres colonos sospechados del hecho pero estos no fueron
incomunicados ni tampoco se les tomó declaración en la forma debida. Al día siguiente
fueron puestos en libertad y el lunes 8 volvieron a la policía”.
Escuelas agronómicas – Educación
Una de las banderas del liberalismo decimonónico fue el de la educación. El tema no se
redujo a la educación ciudadana sino que tuvo especial énfasis en la especialización en
temas rurales con la fundación, específicamente en Córdoba, de escuelas agronómicas.
Un editorial del diario “La Libertad” (30/05/98) se oponía al proyecto de adquisición
presentado en el senado provincial del chalet Crisol por el gobierno con destino a la
fundación de una escuela agronómica provincial. Y se refiere a que el Estado todo lo
hace mal: “después hemos tentado al Estado empresario con obras de irrigación, el
estado constructor de techos, el estado colonizador, el estado banquero, etc”. las
colonias nunca alcanzaron a ser a más de un negocio, un productivo objeto de
especulación para unos pocos, tenemos la escuela Agronómica nacional de Mendoza y
el Haras de Santa Catalina en la provincia de Buenos Aires como ejemplos bien
ilustrativos y elocuentes de la capacidad del Estado para esa clase de manejos, es decir
hacer las cosas mal. Pero en Córdoba al menos estas opiniones en contrario vemos no
hacían mella en aquellos que sí querían contar con escuelas dedicadas al conocimiento
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de la agricultura. En “La Libertad” (08/06/98) se daba la siguiente noticia: “Proyecto
del Director General de Escuelas de la provincia creando una escuela práctica de
Agronomía en el Pilar.
Considerando: Art. 1°) Que hay necesidad de propender al desarrollo de la enseñanza
profesional a fin de que la escuela armonice el principio de la educación general con la
necesidad de una educación especial. 2°) que siendo de importancia incontestable que
la educación teórica y práctica revista carácter regional, la enseñanza de la
agricultura debe ser especialmente favorecida por cuanto esta industria constituirá por
largos años una de las fuentes principales de riqueza de esta provincia; 3°) que la
existencia de una escuela práctica de agricultura situada en un medio conveniente
favorecerá no tan solo a la población escolar que frecuente la granja de ensayos, sino a
los agricultores de las regiones inmediatas a la escuela, ya por la propagación de los
sistemas más adelantados de cultivo, ya por la indicación de las cultivos de mayor
utilidad local.
La misma tendría un presupuesto mensual de $280 y se asignaba la suma de 1000 pesos
m/n para herramientas, instalaciones, etc”.
Y como las críticas eran fuertes el mismo periódico y días antes el 14 de mayo se refiere
al mal negocio hecho por el gobierno al comprar por $30.000 pesos lo que se había
ofrecido al publico por $20.000 para la Escuela de Agricultura y afirma que ésta deberá
funcionar en un edificio modesto. Y es que el tema de la educación fue una constante a
fines del XIX y principios del XX. En una nota “Inmigración y educación” (21/2/901)
se decía: “Ante la inminente ascensión de otro gobierno provincial el diario hace una
serie de comentarios sobre los problemas que el próximo gobierno deberá afrontar.
“Pero se preguntará: ¿por qué al tratarse del vasto programa que debe llevar al
gobierno el mandatario del segundo estado argentino nos particularizamos con estos
dos asuntos que han pasado a la categoría de lugares comunes en todo discurso
programa de gobernador que se inician?
Efectivamente en lo que a la población se refiere, para nadie es un misterio que
Córdoba no es ya la segunda provincia ni su capital la segunda ciudad de la republica.
El ultimo censo nacional nos ha demostrado con la muda elocuencia de las cifras que
en este concepto hemos quedado relegados al tercero o cuarto lugar y que como
algunas provincias hermanas pronto aumentan rápidamente su población pronto
ocuparemos aun un lugar muy inferior en la escala en que está graduada la
importancia de los estados argentinos.
¿Y qué debemos hacer para conseguir el acrecentamiento de la población si el aumento
vegetativo no responde a la exigencia de esto que llamamos noble emulación, o si se
quiere santo anhelo de progreso?
Internar, atraer por medio de leyes sabias y previsora la inmigración a la provincia,
ofreciendo al extranjero franquicias y ventajas que le harán preferible venir a cultivar
nuestra tierra y no quedarse en el litoral como le sucede a la inmensa mayoría de los
inmigrantes”.
Aunque la cosa no era solamente por estos aspectos de la corrupción o algo por el estilo.
Pues el 21 de febrero y bajo el pomposo titulo “Por dominios de Ceres” se hablaba mal
no solamente de esta cuestión en las escuelas sino también se referían despectivamente
a los “ejércitos interminables de brutos”, refiriéndose a los millones de colonos que se
instalaban en La Pampa. Leamos esta publicación asquerosamente racista: “Hace una
serie de comentarios lo que dice el autor de Prosa Rural. Y se refiere a que en el país
no hay tanta necesidad de profesionales teóricos. Y quiere más práctica. Más ciencia
aplicada que satisfaga las necesidades del estomago y más adelante refiriéndose a la
inmigración escribe: ¡Pero señor! Sin entrar en comparación con otros países similares
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por sus condiciones económicas demográficas e institucionales y sin aprovechar los
datos de nuestra incompleta y falaz estadística piénsese en la enorme masa de
ignorantes, barbarie europea, que se derrama anualmente sobre la republica.
¡Ejércitos interminables de brutos, todos esos son buenos para cultivar la tierra aunque
a veces menos buenos que nuestros gauchos para engordar cerdos para inyectar
vacunas, para manejar o dirigir maquinas de último sistema y quizás para inventarlas,
para todas las aplicaciones empíricas de la ciencia. Pero eso que requiere menos de los
que se cree escuelas especiales es todo! Y el alma argentina, el alma humana necesita”.
Y el 1 de marzo ya generalizando más el tema se decía en “La enseñanza agrícola en la
provincia de Córdoba” varias cuestiones sobre la educación: “Sin el ánimo de herir la
susceptibilidad de nuestras autoridades escolares es preciso decir sin reticencias
porque así conviene a nuestros intereses educativos que la dirección de escuelas ha
cometido tres graves errores en el asunto de la educación agrícola.
El primero desmontando la escuela práctica de Pilar asentada en una región feraz,
donde la rutina agrícola matará mañana todos los incentivos de la prodigiosa
exuberancia de la tierra para convertirla en una clase desmoralizada y sin interés
alguno anexa a una pobre escuela de campaña.
El segundo dejar en el limbo del proyecto la creación de la escuela agrícola de Río
Cuarto donde las autoridades se prestaron tan liberalmente para la ejecución de la
obra y cuyo porvenir está ligado estrechamente a los adelantos de la colonización que
le invade ya por todos lados. El tercero haber desestimado la noble y utilísima
propaganda de la creación de escuelas prácticas en puntos que las circunstancias las
reclaman cada vez con una urgencia mayor como Caroya, Villa Nueva, Soto y Dolores.
No es que pretendamos imponer a las autoridades escolares nuestro modo personal de
entender el problema educativo y las fases distintas de su aplicabilidad pero creemos
que cuando esta interpretación es agraciada con la sanción casi universal de
sociólogos y educadores estas altas autoridades están obligadas a penetrarse del
principio que se proclama y de sus soluciones.
Ahora nos permitimos recordarles lo que en Francia que con Bélgica, Alemania, Suecia
y Suiza marchan a la cabeza del movimiento educacional europeo se hace al respecto y
tras mi una larga serie de consideraciones termina: es preciso convencerse de que la
toga ni la sandalia ni menos la hormiga migratoria del burocratismo levantará nuestra
tierra de la postración económica en que la hundió el despilfarro y la rapacidad de
ciertos gobernantes.
Córdoba será redimida por el arado y la azada”.
Y así como se oponían los críticos a la intervención del estado para la compra y
fundación en la isla Crisol de una escuela de agricultura, aprovechaban los mismos
embistiendo contra el atraso manifiesto en los trabajos de inaugurar algo que ya tenía
tres años de iniciada.
“A pesar de todas las promesas, de todas las protestas y de todas las indicaciones la
escuela de Agricultura que debió establecerse en Córdoba en el accidentado terreno de
la Villa Crisol no se establece y probablemente no se abrirá a la verdadera persecución
de sus fines durante el corriente año y comenta que el director Blacque-Velair se halla
percibiendo sus sueldos como también gastando mensualmente en una cuadrilla de
peones que en ciertos momentos fue tan considerable que hubiera dado piel de gallina
en una elección municipal.
Y se refiere a que todos los sueldos son pagados puntualmente. Y el hecho es tanto más
desagradable y tanto más condenatorio cuanto es el grado de parentesco que
desgraciadamente existe entre los interesados locales y los altos mandatarios que se
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han empeñado por llevar a cabo esta obra que dada su ubicación dará resultados tan
medianos a la solución agrícola de la provincia.
Al otro día el ingeniero Saravia inspector de las obras de la escuela de agricultura
aclara que si hay alguna demora en las obras que allí se ejecutan serán tal vez en las
que se hacen por administración en lo que él no tiene intervención además de que no le
consta que suceda tal cosa”.
Y una semana después se comentaba sobre la desaparición de la escuela agrícola de
Pilar. Por un lado la que se instalaría en Córdoba con un notorio atraso para su
inauguración y por otro la disolución de la escuela agrícola de Pilar “Indudablemente
que la Dirección General de las escuelas fiscales de Córdoba no cree en la eficacia de
estos establecimientos de educación que se llaman prácticos o profesionales.
No de otra manera se podrá explicar la disolución de la única escuela práctica con que
contaba Córdoba y tras lamentarse de este hecho y referirse a que había en el día
anterior elogiado la inauguración de la estación de Oliva, y refiriéndose a la
desaparición agrega: en esta obra claramente regresiva este Consejo es la autoridad
más culpable y más comprometida porque fue esta misma corporación la que inició con
celo encomiable la fundación de esta clase especial de establecimientos escolares”.
No era fácil como vemos que ésta política educacional especializada cuajara en
establecimientos a ubicarse en toda la provincia, mucho tenían que aprender los colonos
no porque no tuvieran conocimientos previos de trabajos rurales por su experiencia en
Europa sino porque muchos de estos conocimientos debían ser adaptados a la nueva
realidad geo económica de la Argentina. Los agricultores venidos especialmente de
Italia y España tenían muchas prácticas centenarias que no se adaptaban a una nueva
agricultura de grandes espacios con las últimas tecnologías y maquinarias dedicada muy
especialmente a la exportación de granos. Recordemos que en estos primeros años del
siglo XX la industria agropecuaria argentina llevó al país a convertirse en líder mundial
en esta producción. Las escuelas que impartirían los conocimientos agropecuarios eran
de total y absoluta necesidad.
El negocio agrario
En la última década del siglo XIX son numerosas las referencias a acciones del gobierno
provincial sobre el tema bancario referidos a la colonización como a una constante
publicidad, algo que hasta entonces era poco común, referida al interés de muchos por
comprar y vender no solamente la tierra en manos de empresas o colonos sino la propia
tierra fiscal, es decir, el negocio agrario en toda su manifestación.
Así el (20/06/901) se hablaba de un proyecto de emisión local autorizando por parte del
gobierno al Banco de la provincia para emitir hasta la cantidad de 600.000 pesos de
bonos agrícolas “Según nuestros informes el gobierno de la provincia presentará en
breve un proyecto por el que se autoriza al banco de la provincia para emitir hasta la
cantidad de 600.000 pesos de bonos agrícolas.
Según el proyecto el Banco una vez emitida deberá entregar el préstamo al Hipotecario
con el 3% los millones de pesos y este solo concederá prestamos a los agricultores e
industriales y con el 6% de interés.
El Banco Hipotecario devolverá al de la provincia la suma que reciba al préstamo en el
plazo de diez años”.
Un par de avisos (9/1/94) de campos en venta en distintas regiones de la provincia
mostraba una actividad que por entonces tenía una cotidiana expresión “En Unión. La
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región mas fértil a legua y media y dos leguas de Bell Ville se venden lotes de terrenos
de a cien cuadras especiales para agricultura y en condiciones fáciles.
¡Colonos que queráis adquirir una rica propiedad ya lo sabéis! A dos leguas de la
ciudad de Bell Ville.
¡Atención colonos!
La compañía de tierras Gran Sud de Santa Fe y Córdoba vende campos inmejorables
para agricultura a precios módicos y términos de pago más fáciles en las siguientes
colonias: Colonia Venado Tuerto, áreas Hungaria. Los interesados pueden
inspeccionar los terrenos y mandar aviso al administrador de la colonia se les espera
en la estación con jardinera. También hay dormitorios a disposición de los colonos”.
Y un año después (16/08/95) ya se daba, en extensa nota, razón y pormenor de varios
interesantes aspectos del negocio agropecuario.
Y ya que me ocupo de colonización en esta carta me permito indicarle algunos defectos
que se notan en las colonias del norte. En la colonia Seeber, en Brickman y en muchas
otras los propietarios no venden el terreno, lo alquilan por años y con la expresa
condición de que pagarán un interés ya sea en dinero o en producto que nunca baja de
12% y que alcanza a veces hasta un 18 y 20. Usted ya sabe que es uno de los grandes
elementos para aumentar la población las facilidades que se ofrezcan al inmigrante
para adquirir en propiedad el suelo que ha trabajo en cinco o más años. He leído hace
días no recuerdo en que diario la opinión del señor Juan Alcina
-comisario general de Inmigración –sobre este particular indicando al gobierno la
conveniencia de adjudicar en venta liberal el terreno que nos sobra en nuestro
territorio del sud.
No puedo comprender la resistencia de los propietarios para vender cuando este
negocio es pingüe. Los números cantan:
Una legua cuadrada de 1600 cuadras da 80 concesiones de 20 cuadras, lotes que se
venden a un mil pesos nacionales como precio mínimo obteniendo entonces como valor
total de la legua la cifra de 80.000 pesos, a los cuales hay que agregar el interés del
12% o sean pesos 9600 que se capitalizan cada 31 de diciembre o 1 de marzo.
Se han hecho compras en terrenos en este departamento a 5000 pesos legua y ya ve la
utilidad que han obtenido los colonizadores.
Ahora suponiendo que solo se den en arrendamiento los lotes, obtendremos los
resultados siguientes.
Producto de la concesión de 20 cuadras en trigo embrión de término medio, 35.000 kg
valor calculado $5,50 los cien kilos $1925
A deducir: el 12% de 4200 kilos o $231 pesos (una concesión)
Diferencia a favor del colono 734 pesos
De los cuales hay que deducir aun el gasto de almacén y tienda en un año que por poca
que sea la familia consume cuando menos $600, cuando se hacen grandes economías.
Ha obtenido pues un saldo liquido de pesos 134 que no alcanzan para recompensar las
fatigas de la mitad del trabajo”.
Morteros era en el departamento San Justo una de las colonias más progresistas hacia
fines del siglo XIX. Y en tal sentido (4/12/95) se hablaba de la prosperidad general del
departamento no obstante las grandes pérdidas y ruinas por el granizo en las colonias
Porteña, Lavigno y Palo Labrado que perdieron en absoluto las cosechas: “Los
representantes de las compañías de seguro han avaluado el daño a los asegurados en
un 100% y que dos días después del siniestro en los alrededores del pueblo Porteña se
habrán indemnizado daños por valor de 84.000 pesos. Esto sin retirarse a más de 10
cuadras a cada rumbo de la estación.
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He visto una muestra de lino ya trillado cuya calidad es inmejorable y del que se han
exportado 200 toneladas como muestra al mercado del Rosario en procura de realizar
importantes compras adelantando al colono hasta un 50% del valor total y ofreciendo
por trigo a entregar en enero en las estaciones del Ferrocarril precios arriba de 6
pesos pues por las muestras existentes se supone que los trigos de Córdoba superaran
en clase a los de Santa Fe adonde por otra parte la cosecha no promete mucho, sobre
estas operaciones no conozco ninguna de importancia, pues el colono se rehúsa a
efectuar transacciones y contraer semejantes compromisos en espera de mejor oferta en
cuanto al precio”.
Pero así como se mostraba lo positivo de esta colonización en general hay mucha
información (13/09/97), finalizando el siglo, sobre las extralimitaciones del gobierno
provincial en el tema de la venta de tierras públicas. La legislatura provincial autorizaba
al ejecutivo para vender tierras públicas por valor de $200.000 pesos: “Pero es el caso
que ni la legislatura ha podido dictar esa ley ni al poder ejecutivo le sea dado
cumplirla sin faltar a estipulaciones de contratos con terceros autorizados por otra ley
anterior, es decir sin ejecutar actos de incurable nulidad. La ley de 29 de septiembre de
1883 autorizando el empréstito de 3.000.000 de pesos oro estableció en su artículo
noveno que para el servicio de él se destinaba el producto de venta de tierras públicas
en la cantidad necesaria para completar la suma que requiriese el servicio del
empréstito.
El único servicio que de él se hizo fue el 1º de noviembre de 1890 por 100.762 pesos
habiendo quedado desde esa fecha como se sabe interrumpida, pesa pues sobre la
provincia la obligación de destinar todo el producido de la tierra pública al servicio de
ese empréstito y entendemos que la legislatura y el P.E. no solamente no pueden moral
ni legalmente eludir la ley de 1883 sino que pesa sobre ellos el de ser la
responsabilidad de su cumplimiento y no se nos conteste que otras administraciones
han eludido estas disposiciones. La ilegalidad y el abuso no pueden servir de
precedente”.
En un aviso periodístico en el diario “La Libertad” (7/01/95) tal como lo muestran
similares avisos en ese y otros diarios se deseaba arrendar campos grandes para
agricultura de media y hasta cinco leguas cada uno próximos a estaciones ferroviarias.
El pedido se hacía por un corredor de Rosario y además se ofrecía la compra en el
departamento Unión y otros puntos colonizales de campos grandes y baratos. En un
aviso dirigido a los colonos, se anunciaban varias ofertas: “Se vende un establecimiento
de campo situado en la provincia de Córdoba de Tercero Abajo en el lugar denominado
Posta del Aguila a dos leguas de la importante población de Villa María. El área del
campo indicado se compone de 300 cuadras cuadradas o 450 según convenga el
interesado. Este terreno es inmejorable para colonias pues esta casi rodeado por todos
lados de establecimiento de este género tal como el establecimiento del Dr. Carcano y
las colonias de San Juan a la parte Sud.
Los interesados pueden ocurrir a Ramón Gutiérrez. Rosario.
O este otro de permuta:
Se desea permutar cuatro casas y algunos terrenos en la ciudad de San Nicolás de los
Arroyos por un campo en la provincia de Córdoba que sea apto para agricultura no
importando que diste cinco o seis leguas de estación”.
Un aviso en 1894 mostraba el negocio de propietarios de tierra que no la trabajaban
pero que la ofrecían en arriendo a precios razonables debiendo los colonizadores
hacerse cargo de todos los gastos necesarios para la mensura, amojonamiento, etc.
señalando así que con campos obtenidos por cierto por la proximidad con el poder se
podía obtener buenas ganancias en tanto en cuanto fueran los colonos los que pusieran
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el hombro. Ya a comienzos del siglo XX (8/04/901) se hablaba de la primera Feria
Agrícola-Ganadera que se realizaba en Córdoba a cargo de la Sociedad Rural.
Destacado era el hecho de la exposición de maquinaria agrícola de la empresa La
Campana de segadoras, rastrillos, carros aguateros, catres americanos, arados rusos,
alambre galvanizado y de púas, carruajes, tostadores de café, degranadores de maíz y un
largo etc, etc. También mucha de esta maquinaria agrícola en especial arados se
producía en establecimientos metalúrgicos instalados en la provincia con diseños y
tecnologías propias.
Y se decía: “La provincia de Córdoba acaba de realizar su primera feria agrícolaganadera con el éxito que era de esperar del grado de perfeccionamiento en que se
encuentran tan florecientes industrias. Si hay algo que demuestra los progresos que se
han operado en la provincia de Córdoba es la realización de esta feria que ha puesto
de manifiesto el desarrollo prodigioso que ha tenido la agricultura y la ganadería en
esa provincia.
Todo el mundo sabe en este país que en la provincia de Córdoba no existían 20 años
atrás la mestizacion ni estaba difundida la agricultura ni mejorabanse artificialmente
los campos y hoy está todo esto tan visible que no ha necesitado de esfuerzo ninguno
para que quede evidenciado en la fiesta del trabajo que nos ocupa y para este efecto
Córdoba no podía quedar rezagada marchando como marcha a la vanguardia en lo
que se refiere al adelanto colectivo de sus industriales y al progreso siempre creciente
de sus producciones en cuyo aumento hay no solo potencialidad sino también
perfeccionamiento.
La realización de la primera feria agrícola-ganadera ha venido a llenar una necesidad
verdaderamente sentida en Córdoba y a demostrar que esa provincia está tan
adelantada como la muestra que en el sentido agrícola-ganadera es el mejor elogio que
puede verterse al respecto.
Por lo demás estas fiestas del trabajo que constituyen simultáneamente un estimulo y un
examen producen beneficios inmediatos y lejanos que no pueden menos que traducirse
en el progreso de las industrias, en el aumento de la producción y en la mayor difusión
de los conocimientos últimamente adquiridos para la mejora de los productos”.
Y es que el tema de la colonización no queda restringido al cultivo de la tierra sino que
abarca toda la amplia gama de productos y útiles que hacen a la explotación del suelo.
Juego y diversión
El impacto que produjo la venida de tantos inmigrantes y de tan diversas procedencias
en la sociedad tradicional argentina, atrasada, atada a viejas prácticas sociales como el
juego, la diversión, etc. que venían de tiempos coloniales, como el juego de cañas, las
riñas de gallos, prohibidas en casi todos lados pero en todos lados vigentes, las carreras
cuadreras y demás tuvieron el indudable aporte de diversiones y juegos traídos por los
inmigrantes.
Mediado 1866 se hablaba de las “carreras inglesas”, una variante de las cuadreras pero
con más participantes y en lugares que ya prefiguraban los hipódromos modernos y se
decía que ellas habían tenido lugar cerca de Fraile Muerto “en las colonias inglesas que
se están formando y que crecen tan asombrosamente”.
Y es que el ferrocarril no solamente ayudó al vertiginoso crecimiento de las colonias
sino que los técnicos e ingenieros ferroviarios en su mayoría ingleses trajeron a las
costumbres del campo y de las ciudades cordobesas el futbol, el rugby, y todos los tipos
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de juegos que inventaron o adaptaron los ingleses que es decir el 90% de los juegos en
el mundo. A fines del siglo XIX la diversión popular fue la traída por los ingleses.
Un comentario periodístico (30/7/95) se refería al juego en la campaña “Desde algún
tiempo a esta parte se ha desarrollado la pasión por las rifas y hanse establecido
numerosas casas de juego que son focos de corrupción y constituyen un verdadero
peligro para la seguridad y el orden público.
Casi tres cuartas partes de la población rural a excepción hecha del colono, vive
ocupada en esa faena de cuidar el caballo parejero perdiendo un tiempo precioso que
reclama el mejoramiento de nuestras industrias y el cultivo de nuestros campos y pide
la acción del gobierno en este sentido”.
Sarmiento en una crónica sobre las carreras de caballos en Chile se refiere a la serie de
cuidados, trampas y demás que hacían los guasos en estas carreras que son exactamente
iguales a la que los gauchos realizaban en nuestra pampa. Cambiando guaso por gaucho
es casi como una crónica de las cuadreras que se llevaban a cabo en la pampa. “Los días
de fiesta son consagrados a las carreras. Un inmenso gentío acude desde grandes
distancias. Aquí despliega el guaso la más refinada inteligencia en esta materia, y una
astucia admirable para ganar la apuesta, que ordinariamente se reduce a un número de
vacas o de prendas. Si el caballo de cancha es alazán, si largo de pies y manos,
estirado de cuerpo, liviano, tal forma de orejas y cola, tal expresión de ojos, y cual
dirección en las arterias del brazo y cavidades de la musculatura, el éxito no es dudoso
en su favor. Quince días antes de la prueba se le hace ayunar estrictamente,
ensayándosele a determinadas horas con su padrino. A veces se le conforta, momentos
antes del desafío, con sendos tragos de aguardiente y chicha, y según las condiciones
de la carrera, se pesan los jinetes y las bestias rurales. Por lo general los apostadores
se ciñen a una ordenanza municipal, pero aparto de esto, forman una contrata
redactada en parecidos términos: “Hallándonos en nuestro sano juicio hemos
convenido… y al cumplimiento de lo estipulado nos obligamos hasta con nuestra
camisa”, y otras cláusulas tan originales como éstas. La manera más común de correr,
es sobre parado, a cuyo efecto se alinean a golpes de varilla los pies del animal, de
manera que quede encogido y dispuesto a saltar al grito de partida.
Un silencio y la más viva excitación pintada en los semblantes sucede a las discusiones
entusiastas. A la voz imprevista del mandón, parte de la pareja como un rayo, y en un
minuto más queda resuelto el gran problema que ha ocupado y enardecido los cerebros
durante días enteros. Tres son las ventajas principales que se conceden o arreglan:
elección de cancha, de tiro y de lado; entre tanto es permitido a los jinetes emplear
toda la astucia posible para cortar luz a lo menos, circunstancia que decide la victoria.
La carrera no es considerada como un juego de suerte, así es que en el momento de
iniciarla, ya están calculadas de antemano las ventajas. Un ligero descuido por una de
las partes le ocasionaría su pérdida cierta; la contraria lo aprovecharía para
introducir furtivamente azogue en las orejas del caballo ajeno destituyéndole del
sentido más necesario para el caso. Caballos hay tan celosos de su fama y del bolsillo
de su amo, que a tiempo de partir tiran un par de coces e inutilizan a su rival, o en
mitad de la corrida le muerden una mano, o en último caso la cola para neutralizar el
avance.
Todavía hoy en las cuadreras se siguen haciendo todo tipo de trampas como la que no
anotó Sarmiento que es que en plena carrera uno de los jinetes le tira de las riendas al
caballo rival, con lo cual lo desestabilizan y le hace perder el ritmo.
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Impuestos sobre las espaldas de los colonos
Es de siempre que el Estado utiliza toda suerte de artimañas para procurar agrandar la
masa impositiva teniendo como objetivo perjudicar a los que más trabajan y es que el
estado en este tema siempre fue impiadoso y torpe. Y esto que decimos surge de los
incontables pedidos por parte de los colonos tanto en Córdoba, en Santa Fe y Buenos
Aires, etc. para que los bancos los ayudaran. Veamos (19/06/91): “En algunos partidos
de la provincia de Buenos Aires en especial agrícolas como Chivilcoy, Chacabuco,
Bragado, 9 de julio y otros de la zona oeste los agricultores que no disponen de
capitales para sus trabajos empiezan a considerar como un problema de difícil solución
el aumento de las sementeras en el presente año. El Banco de la provincia que tenia
instituidos los pequeños prestamos a los agricultores era un factor eficaz en el
desarrollo de la industria que tantos beneficios reporta al país. Sus servicios
interrumpidos hasta ahora los estarán por largo tiempo. En algunos puntos se ha
lanzado la idea de formar bancos de habilitación agrícola por acciones”.
Y un comentario (22/09/91) sobre impuestos a la agricultura se refería a que “La nueva
ley de impuestos recargando la producción del trigo y lino, causó penosísima impresión
en el ánimo de los agricultores actualmente atareados en la destrucción de la
langosta”.
Y haciendo referencia a los campos en Córdoba se comentaba (05/03/94) el gran interés
por parte de colonos de Santa Fe por adquirir campos aptos para la colonización en la
provincia de Córdoba. “Puede decirse que una fuertísima corriente inmigratoria se ha
establecido de algún tiempo a esta parte de la provincia vecina a la nuestra. Dícese que
ello obedece a muchas causas. La primera la diferencia de precio de los campos. Pues
mientras en Santa Fe se paga diez y doce pesos de arrendamiento anual por cada
cuadra, en Córdoba se puede comprar a no gran distancia de las estaciones férreas de
siete a quince pesos la misma superficie.
Lo segundo que los gobiernos de Santa Fe han encarecido con las contribuciones y
gabelas de tal manera la vida del colono que hácese poco menos que imposible
soportarlas.
Lo tercero que el gobierno del señor Leiva lejos de representar para ellos una
esperanza de reacción en orden a la equitativa distribución de las cargas públicas y a
la supresión de impuestos que afectan fuertemente los beneficios de la producción
agrícola, no representa más que la consolidación de aquel régimen por un periodo más
y la explotación por el mismo tiempo de los colonos.
La cuarta en fin que según experiencias recientes los campos de esta provincia resultan
tan fértiles sino superiores a los de Santa Fe.
Lo cierto es que el interés por nuestras tierras de los departamentos del este se
despiertan y acentúan cada día mas y que se han efectuado ya transacciones de
importancia por terrenos de Tercero Arriba y Río Cuarto que se consideraban distantes
todavía de la zona colonizable.
Entre otros datos que tenemos relativos a estas transacciones citaremos los dos
siguientes: Don Federico Freites vendió cinco leguas de campo al sur de Carnerillo
(Río Cuarto) distantes ocho leguas de la vía férrea y al precio de $15 pesos la hectárea.
Los señores Loza y Molina de ésta firmaron boleto de venta de 4000 y pico de
hectáreas de campos situados al norte de “arroyo del algodón” a cinco leguas al
noreste de Villa María. Precio $8 pesos la hectárea”.
Y en la misma fecha se decía, siempre sobre el tema de los problemas del campo que en
general la campaña cordobesa carecía de tribunales de justicia, gobiernos políticos,
régimen municipal, seguridad para sus intereses, lo que mostraba que a pesar del
30
incremento de las contribuciones y gabelas poco era el provecho que recibían los
colonos.
Tiempo después (17/01/95) refiriéndose a la contribución territorial se destacaba que:
“Los propietarios de la campaña se muestran descontentos por el aumento
desproporcionado del impuesto de contribución territorial que este año se cobra. Un
vecino de Villa María con quien hemos tenido oportunidad de hablar nos dice que el
año pasado por un terreno de dos mil hectáreas pagó $90 pesos de contribución
directa. Este año la contribución sube a $120. Por otro terreno que pagó $2000 este
año se le cobra $4000”.
Y que no era exclusivo de Córdoba este problema lo comprobamos con el comentario
(20/05/95) que hablaba de la despoblación de Santa Fe: “Los colonos de Santa Fe
esquilmados por las gabelas oficiales continúan preparando su salida del territorio de
aquella provincia buscando garantías y facilidades para el desarrollo de sus industrias,
tratan de ir donde los impuestos no sean una carga insoportable y los administradores
de la cosa pública sepan inspirarse mejor en las necesidades de la agricultura y de las
demás industrias rurales”.
Y es que éste comentario mostraba que en Córdoba a pesar de la fuerte política
impositiva la misma era menor de manera sustancial a la de la provincia vecina.
Pero no era solamente éste uno de los únicos males que golpeaban a los colonos en
general y a los establecidos en Córdoba como lo señala (8/04/95) un editorial en el que
se hablaba que se vivía un mal año en la campaña de acuerdo a noticias de todas partes
y se comentaba de la plaga de la langosta y de la seca prolongada que habían provocado
muchos y graves males, afirmando socarronamente que además de estas plagas los
colonos soportaban la plaga permanente de las malas autoridades departamentales, tanto
administrativas como judiciarias que en vez de tutelar conspiran contra sus intereses y
como punto final a estas expresiones se pedía encarecidamente que los impuestos fueran
rebajados.
Sin embargo las pálidas en esto del tema impositivo también eran acompañadas por
informaciones optimistas como la que hablaba de la colonización del empresario
Stroeder, refiriéndose a que las oficinas de este colonizador se habían trasladado a Villa
María en virtud de que el mismo tenía que dar posesión a muchos colonos que habían
comprado terrenos en las inmediaciones de esa ciudad y que era un tema de nunca
acabar lo señala con toda claridad un comentario aparecido en “La Capital” de Rosario
(13/02/901) en el que se informaba: “Es Córdoba una de las provincias más ricas del
interior por su suelo productivo, su topografía, su iniciativa industrial y la actividad
característica de sus habitantes. Pero es también la que más sacrificada ha sido por sus
políticos y administradores ávidos siempre de dinero para mantener una situación de
derroches y despilfarros que han anulado su crédito, matado iniciativas y arruinado el
capital de los que se dedicaban al aprovechamiento de sus riquezas naturales.
Con otros gobiernos Córdoba sería hoy un emporio, la agricultura que allí ha
progresado bastante estaría ya a la altura de la nuestra…
No pasa día sin que de las numerosas colonias y pueblos de esa provincia vecina no
nos lleguen protestas y reclamos contra las patentes exorbitantes sancionadas por su
legislatura y los impuestos abusivos de todo género que pesan sobre el contribuyente. Y
afirma que el productor abandonará cuanto tiene para buscar otra región con menos
trabas y más perspectivas de adelanto propio. No comprendemos como los señores
miembros de la legislatura de Córdoba han consentido la sanción de leyes que son un
colmo en materia de legislación administrativa, el abuso en el impuesto es una tiranía
administrativa repudiada por la economía política”.
31
De langostas cordobesas y langosteros riojanos
En la recopilación de leyes de Indias en 1619 en tiempos del Rey Felipe III se
establecía: “porque en algunas Provincias de las Indias es muy frecuente la plaga de
langosta que infesta y destruye los campos y sembrados y conviene buscar la semilla
que deja debaxo de la tierra y que á esta diligencia y gastos acuden todos los de la
Provincia quando y donde la hubiere: ordenamos á los Gobernadores, Justicia y
Regimiento de las ciudades, villas y poblaciones que hagan repartimiento entre los
interesados, Eclesiásticos y seculares y nuestra Real Hacienda, pues el beneficio es
común y la causa pública para que sean pagados los que acudieren al remedio. Y
encargamos á los gobernadores el cuidado de hacer cabar o arar la tierra o echarle
ganado de cerda que descubra y destruya la semilla antes que se aumente el daño”.
La colonización agropecuaria iniciada en tiempos de Urquiza hacia fines del siglo XIX
ya había creado cientos de colonias de inmigrantes italianos, españoles, alemanes,
suizos, suecos, judíos, etc, etc. La Argentina ya era por entonces un verdadero “crisol de
razas”. Nuestro país era uno de los primeros productores mundiales de trigo, maíz, y
todo lo que hace a la labor agraria. Pero la más calamitosa plaga que anualmente
destruía gran parte de las cosechas, ante la desesperación y amargura de los colonos, fue
hasta los tiempos del primer gobierno peronista (1946-1952) la langosta. No había año
que los colonos no vieran con desesperación cubrirse sus sembrados con millones y
millones de langostas a las que se combatía en aquellos años de manera más o menos
manual utilizando barreras metálicas que ayudaban por la forma de embudo en las que
se instalaban a ir amontonando las langostas que caían a pozos construidos cavados de
ex profeso donde eran quemadas. Una forma artesanal y a todas luces insuficiente que
evitaba en muy pequeño porcentaje el desastre final, es decir la destrucción de las
sementeras.
Las langostas cordobesas
Muchos son los testimonios que recoge la prensa en general de Córdoba,
específicamente, hacia fines del siglo XIX dando cuenta de esta desgracia anual. En
abril de 1895 se comentaba:
“Mal año será el que va corriendo para nuestra campaña según las noticias que de
todos los puntos nos llegan. La plaga de la langosta, primero y la seca prolongada
después han causado y siguen causado muchos y graves males a sus moradores.
Hace ya largo tiempo que ellos soportan la plaga permanente de las malas autoridades
departamentales, tanto administrativas como judiciarias que en vez de tutelar
conspiran contra sus intereses.
Y pide rebaja en los impuestos”.
Por ese entonces Córdoba contaba con cerca de 200 colonias que para 1898 habían
producido en números redondos y en un año 3.000.000 de pesos cifra realmente
importante. La población de estas colonias era en un 90% de origen italiano pero se
comentaba amargamente que en ese año se había perdido del 50% al 60% de la cosecha
por causa de la langosta.
Y en ese mismo año se informaba que por falta de fondos extinguir la langosta era una
labor realmente difícil y la comisión provincial específica reclamaba a la nación una
suma pequeña para paliar esta cuestión. En octubre del 91 el periodismo informaba:
Excede a toda ponderación la gran cantidad de huevos que ha depositado el devorador
insecto en el fertilísimo y productivo departamento de Marcos Juárez las numerosas y
hermosas sementeras de trigo que allí hay corren serios peligros a causa de la langosta
y de la desidia e inercia de nuestro gobierno para combatirla.
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Los colonos y propietarios de aquel importante departamento calculan en seis millones
de pesos el producido de la cosecha de este año en caso de que fueran respetados por
la voraz langosta pero el insecto llegó en grandes mangas que devoraron en esos sitios
de una manera espantosa amenazando destruirlo y aniquilarlo todo. Con tal motivo
algunos prestigiosos vecinos del departamento se dirigieron al gobierno de la provincia
solicitando su concurso para la destrucción de los huevos depositados por la langosta
proponiéndole adelantar fondos para los gastos que la empresa ocasionase con tal de
que se crease un impuesto o contribución departamental a este objeto aunque no
excediera de 10 centavos por cabeza y que todos habrían pagado sin resistencia pero el
gobierno se hizo sordo y recién después de haber perdido un tiempo precioso nombró
una comisión de vecinos que nada podían hacer porque carecían de fondos y recursos
para llevar a cabo su cometido”.
Donde la información mostraba hasta qué punto la langosta se había convertido, y
seguiría 50 años más, en el peor problema del campo argentino, lo comentaba otra
información en la que con el título “El trigo y la langosta” decía:
“Las noticias que de todas partes llegan respecto a las invasiones de la langosta y los
daños que pueden ocasionar son contradictorios el ortóptero es por hoy la obsesión de
los alarmados colonos pero la opinión dominante es que las plantaciones de trigo se
encuentran libres de la destrucción por la langosta pues el prolongado invierno ha
facilitado el desarrollo de las raíces de modo que aunque el acridium arrasara hasta
las sementeras al cereal brotaría nuevamente debido a la solidez de su germen. Parece
según esto que los cereales están asegurados y que la invasión de la langosta no
entraña un peligro tan serio como el que algunos suponen. Dada las circunstancias por
que se atraviesa estas afirmaciones no pueden ser más halagadoras”.
Los langosteros riojanos
Pero como en todas las cuestiones humanas hubo muchos que sufrieron y otros muchos
que en el fondo de sus corazones, suponemos, deseaban que la langosta apareciera por
la pampa devastando las cosechas. ¿Quiénes eran?, los “langosteros riojanos” que en la
primera década del siglo XX, unida La Rioja por el ferrocarril al resto del país eran
contratados para ir a combatir la langosta en aquellas regiones: “Aún cuando en esos
año hubo muchos proyectos de colonización en Patquia, Punta de los Llanos Chamical
Vichigasta, Vinchina, etc. no se logró evitar una fuerte y debilitante sangría de su
elemento humano criollo hacia la pampa húmeda o centros urbanos como Córdoba,
Rosario, Buenos Aires aunque ya en esos años el riojano comenzó también a emigrar
hacia la Patagonia y Tierra del Fuego. Y cosa curiosa y digna de destacar esta
migración era propiciada por el propio gobierno nacional por intermedio de la oficina
de Defensa Agrícola que en aquellos años dirigía el doctor Pelagio B. Luna. Todos los
años y hacia septiembre u octubre en época clave para las tareas del laboreo agrícola,
Defensa Agrícola realizaba una suerte de leva de brazos fuertes y aptos al pagar
mensualmente $80 pesos m/n que era un sueldo respetable y darles pasajes gratis a
todos aquellos que quisieran ir a combatir la langosta en San Francisco (Cba) Villa
María o Entre Ríos Santa Fe. Y entonces 400 “langosteros” todos los años en un
periodo crítico para la economía riojana partían felices y contentos a ayudar a los
gringos a que no perdieran sus cosechas, en su gran mayoría no volvieron más a La
Rioja, que nos les daba ni la tierra ni el agua ni nada.
Quizás la langosta en tiempos del Centenario fue la que más colaboró al atraso
demográfico de La Rioja impidiendo con esa respetable sangría anual que hubiera
brazos suficientes para los trabajos de todo tipo que débilmente se ofrecían en el
33
mercado laboral. Y así la langosta castigó más en La Rioja, a la que casi no llegaba,
que en la pampa, a la que visitaba con su voracidad todos los años”.
Conclusión
Malos funcionarios, propietarios de tierras que a sus arrendatarios buscaban sacar
ganancias exorbitantes, sequías, inundaciones y la peor de las desgracias la plaga
bíblica, la langosta que se comía todo, hasta las esperanzas de prosperidad de los
laboriosos colonos. A ello debemos agregar el instituido robo por parte de las empresas
intermediarias que anualmente compraban las cosechas que llevaban al límite la
desesperación de los colonos al regatear hasta los últimos centavos, los precios que
querían cobrar los productores. Rechazaban las propuestas iniciales, dejaban que la
cosecha se fuera perdiendo lentamente hasta que al final el colono quebrado aceptaba
cualquier precio en tanto en cuanto la producción se sacara del campo. Algunas veces la
reacción de los colonos tomó características revolucionarias como fue en 1912 con el
denominado “Grito de Alcorta”, indignada protesta por los excesos de los
arrendamientos. Piedra fundamental de la Federación Agraria Argentina pero la más
dañina de las plagas, la langosta, recién desaparecería cuando utilizando plaguicidas
adecuados a mediados de siglo XX la langosta se esfumó como desaparecieron cientos
de riojanos que nunca más volvieron a su tierra porque la langosta a su manera también
los devoró.
Ferrocarriles colonizadores
Si bien en general no es muy criticable la forma como fue colonizada Córdoba y Santa
Fe no es menos cierto que hubo bastantes casos que demostraban que se practicó una
forma irresponsable de distribuir la tierra con la aparición de malos o incorrectos
empresarios y malos e incorrectos funcionarios.
El Ministerio de Hacienda provincial ordenaba al Juez de Alzada del departamento
Unión (30/7/66) que: “Inmediatamente de recibida la presente nota notificará usted por
medio de los jueces pedaneos respectivos a todos los propietarios de terrenos
adyacentes a la vía del ferrocarril cuyas propiedades hayan sido medidas como
comprendidas en la concesión hecha a esta empresa y quisieran con arreglo al decreto
de la materia permutar dichas propiedades por terrenos fiscales para que dentro de los
15 días de la notificación se presenten ante el gobierno para significar su voluntad de
hacer la permuta y arreglar la manera de verificarla”. Y es que la construcción del
ferrocarril de Rosario a Córdoba ya estaba bien avanzada y se aplicaba lo establecido
por la Ley Mitre que daba a la empresa constructora tierra a ambos lados de las vías. Y
se comentaba que: “la aproximación del Ferrocarril Central hacia la ciudad de
Córdoba algunas empresas se han formado para colonizar los desiertos del sud tanto
de Córdoba como de San Luis. Al gobierno de esta última provincia se han presentado
ya dos proyectos de contrato con grandes ventajas para el país pues uno es nada menos
que para introducir 15.000 colonos aptos para la labranza y cultivo de la tierra”.
Es decir el ferrocarril era, sin duda la fuerza más importante que utilizaba la Nación
para cubrir la pampa en general de colonias.
A fines de ese año se comentaba el decreto del gobierno provincial en el que se disponía
hacer efectiva la entrega de las tierras que la provincia debe a la empresa ferroviaria y es
que la empresa había suspendido la continuación de la vía férrea pues había hasta ese
momento recibido parte de la tierra por lo que el gobierno reclamaba de la empresa por
ésta paralización. Pero no todo serían con el tiempo buenas noticias y es que muchos
34
eran también las dificultades que causaban la incuria del propio ferrocarril. Así se
comentaba (13/03/94), desde Río Cuarto la mala administración del ferrocarril Andino
que no entregaba vagones y que por falta de depósitos dejaba la cosecha a la intemperie.
Los comerciantes y los exportadores agrícolas se quejaban que varias colonias que
habían acopiado el trigo cosechado y listo para ser transportado estaban perdiendo las
bolsas porque la empresa carecía de vagones y depósitos y se preguntaban ¿Qué dirán
en Europa cuando sepan que aquí los colonos pierdan sus cosechas embolsadas porque
no cuentan con depósitos para guardarlas ni vagones para llevarlas a los mercados del
litoral? Pero que con dificultades, atrasos y muchos inconvenientes la red ferroviaria en
general ya era de mucha importancia (13/05/95) “La red de ferrocarriles de la
República alcanza en el presente a 14.098 km siendo aproximadamente la misma
extensión que en el año anterior. La producción agrícola reclama constantemente
contra las tarifas que cobran las empresas para los transportes a los puertos de
embarque y mercados de consumo dentro del país, las que consideran elevadas; pero
las cifras anteriores revelan que no lo son puesto que con ellas solo se obtiene una
venta de 2,06 % sobre los capitales invertidos.
La explicación de este fenómeno está en la gran extensión que se ha dado a la red
férrea muy superior a la población y a la producción nacional de manera que esta se
haya gravada con el servicio de un capital más elevado que su potencia económica.
Es necesario que nuevos centros de población se establezcan a lo largo de las vías
férreas y que la zona de producción aumente considerablemente para que se
restablezca el equilibrio”.
Con notoria velocidad se comentaba (10/08/97) sobre el tema “Instrucciones
Ferroviarias” la aprobación por la Cámara de Diputados de la Nación del proyecto del
Senado “autorizando a la empresa del ferrocarril Gran sud Santa Fe y Córdoba para
construir un ramal de Venado Tuerto a Rufino concediendo dos años de prorroga para
el de La Carlota a Río Cuarto. Las modificaciones introducidas al proyecto tienen por
objeto garantir el cumplimiento del contrato por parte de la empresa. El ramal de Villa
Carlota a Río Cuarto es de gran importancia para nuestra provincia por cuanto dará
una salida más a nuestros productos para los puertos del litoral, por otra parte una vez
construido ese ramal la empresa concesionaria encontrará facilidades para
prolongarlo de Río Cuarto hasta esta capital atravesando una extensa zona rica en
producciones de toda especie y susceptible de un gran progreso una vez que cuente con
medios fáciles de transporte.
La ciudad de Río Cuarto y todo el departamento ganaría también enormemente, la
práctica ha demostrado que la competencia de las empresas ferrocarrileras estimulan
la producción por cuanto facilitan el transporte. Como una línea como la indicada las
del Central Argentino y Andino tendrían una fuerte competencia provechosa para los
productos”.
Un tema que es constante en la cuestión de los ferrocarriles es la información reiterada
de las bondades que ofrecerían los denominados ferrocarriles económicos así en “La
Libertad” un suelto (21/02/99) comentaba: “Dimos cuenta ayer en nuestra sección
telegráfica que habíase suscripto en la Capital Federal tres mil acciones de la grande
empresa de ferrocarriles económicos.
Como recordaran nuestros lectores La Libertad fue el primer diario que inicio hace
años una entusiasta propaganda a favor de la construcción de ferrocarriles económicos
en las provincias del interior por considerar que este es el único medio de fomentar el
progreso de la producción agrícola y a la vez para salvar los inmensos intereses
rurales hoy altamente comprometidos por la crisis que se ha desarrollado sobre toda la
35
republica y por las tarifas diferenciales de las grandes compañías ferroviarias que
agobian la producción del interior.
Vemos por lo tanto con mucho agrado el éxito obtenido por la empresa antes
mencionada y aunque creemos que la provincia de Buenos Aires se beneficiará de la
mayor parte de la red económica proyectada no dudamos que el interior del pais será
también en algo favorecida por alguna vía de trocha angosta que la misma empresa
mandará construir pues es especialmente en las provincias mediterráneas de la
republica donde hacen falta los ferrocarriles económicos.
Otras ventajas de este sistema de viabilidad está en que una vez conocidos
prácticamente sus beneficios, comparados con el de las pesadas y grandes líneas
férreas que tenemos ya construidas no faltarán empresas que se congreguen para dotar
al interior de una extensa y bien combinada red de vías económicas que marcarán el
punto de partida de una era de prosperidad y de enriquecimiento nacional.
Por eso es que saludamos el advenimiento a la provincia de Buenos Aires de la
empresa de que se trata, viendo con ella acercarse el tiempo de la redención económica
de estas provincias”.
Y como muestra de optimismo entrado el siglo XX (4/03/901) se comentaba la nueva
política que implementaría el Central Argentino luego de la conferencia mantenida entre
el gobernador Iturraspe de Santa Fe y el administrador general del central argentino Mr.
Loveday en que se decía que la empresa inglesa “transportará gratuitamente todo el
trigo destinado para la semilla de la futura sementera y que comenzará a poner en
práctica otras franquicias a la producción.
Y se refiere a que este ferrocarril que ha sido el que más favores ha obtenido del Estado
y más del público muestra con esto el comienzo de una saludable reacción. Y se refiere
a la campaña en contra de los “procederes torcidos” de la empresa realizada por La
Libertad. Se complace en felicitar calurosamente al administrador”.
Y trascartón, porque criticar había que criticar pues esa era sin duda la misión del
periodismo independiente, se decía días después y en el mismo periódico (13/02/91)
bajo el título un “contraste significativo” que: “Durante las últimas tres semanas el
Ferrocarril Central Argentino ha producido la suma de 955.995 m/n y ha transportado
las siguientes cantidades de frutos del país en igual periodo: maíz 1.222.000 kg, trigo
19.070.000, lino 28.998.000, harina 105.000, lana 652.300. Todo con destino a la
exportación y a pesar de estas cifras que comparadas con las del año anterior
demuestran un enorme aumento en la partida de entradas de la empresa allí está el
antiguo galpón que ostenta el pomposo nombre de estación central. Ese pomposo de
chapas de zinc que se colocó provisoriamente hace treinta años periodo que comprende
la tercera parte de la concesión”.
Entrado el siglo se manifestaba en los diarios tanto de Córdoba como de Santa Fe el
optimismo que reinaba en este hacer y construir incesante expandiendo la colonización
a todos los ámbitos (18/07/901). Córdoba sería industrial, tendría un ferrocarril sobre su
meridiano y crecería significativamente su población. Se hablaba de la riqueza de la
provincia mediterránea y se expresaba la necesidad de construir un ferrocarril que
pasando por el meridiano de Córdoba uniese la capital con Río Cuarto y General Acha
“No pudiéndose hacer todo de una vez se podría construir el ferrocarril hasta Río
Cuarto. Seria un ferrocarril fácil de construir dado que lo harían por la parte más
llana de la provincia y de bajo costo, dado que pasaría por los ricos departamentos de
Anejos Sud, Tercero Arriba y el de Río Cuarto. Se evitaría el traslado de mercadería
actual en carros y además se construirían una serie de estaciones en Córdoba, Río
Segundo entre los paralelos 32 y 33, en Arroyo de Tegua y otra en Río Cuarto. Fundar
villas agrícolas análogas a las de Mendoza en puntos inmediatos a las estaciones del
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ferrocarril citado, son pasajes adecuados para estos las márgenes de los ríos que
suministran el agua para el riego como es sabido.
Atraer a ellas industriales de varias nacionalidades principalmente españoles,
italianos, franceses, ingleses y suizos que son los que más han contribuido al adelanto
de nuestro país, debiendo ser permitido a estos habitantes que adoptan su idioma
nacional en la villa que viven la cual ocupará un kilómetro cuadrado del terreno que
puede ser fraccionado en manzanas correspondiendo una a cada familia. Es justo y
para atraerse las simpatías de los moradores que las referidas villas fuesen bautizadas
con los nombres de sus compatriotas, los extranjeros que han servido a la América y a
nuestra nación, como Colon, Brown, etc.
No cabe duda que esto tiende a hacer progresar el país, sabemos que el habitante de
Francia tiene distintas industrias del de Italia, el de esta diferentes del de Inglaterra,
desde luego fundar colonias de varias nacionalidades equivale a importar diversas
industrias, ciencias y artes”.
Un curioso comentario (23/08/86) habla del proyecto de ramal ferroviario de Fraile
Muerto (Bell Ville) a Cuyo que aplazaba el proyecto de establecer en ese pueblo la
capital definitiva de la república. Reiterada insistencia en eliminar a Buenos Aires como
distrito federal siguiendo la propuesta de muchos años antes de Sarmiento en
“Argiropolis” en donde hablaba de la isla de Martín García como capital de la nación.
Ya comenzado el siglo (8/901) se hablaba como una verdad absoluta de la venta de la
empresa del estado, el ferrocarril Andino a capitales ingleses “La venta del Andino.
Estado de la línea
La extensión entre los puntos extremos es de 253 km sin comprenderse los desvíos y
vías auxiliares. Comprenden también varios puentes y numerosas alcantarillas. Entre
los principales pueden citarse dos muy importantes: el tendido sobre el Río Tercero y el
del Río Cuarto sobre todo el último que tiene 650 o 700 mts. de longitud y representa
un costo de mucha consideración.
La vía ha sido renovada completamente en toda su extensión y el tren rodante
aumentado. Al de pasajeros se han incorporado nuevos coches de primera y segunda
clase, sistema moderno americano.
Este ferrocarril produce ya un rendimiento neto de pesos $650.000 m/n y con la activa
colonización que se extiende a uno y a otro lado de los campos atravesados por él,
especialmente entre Villa María y Río Cuarto, se espera que dentro de algunos años
más ese rendimiento exceda de pesos $1.400.000 en cuyo caso habrá producido más del
8% suponiendo que su capital actual no sea mayor de $8.000.000 de pesos oro o sea
de 18.400.000 pesos papel al cambio del 230% se ha dicho que la base para la venta
será la de 6.000.000 de pesos oro.
A pesar de que esta base es tan baja que el gobierno perdería mas de 2.000.000 de
pesos oro se realizará la operación con solo la aceptación de ella por parte de las
empresas interesadas, ninguna de estas ha hecho hasta el presente ninguna
demostración en el sentido de formalizar la compra.
Indudablemente que los ingleses en conocimiento de los serios apuros porque pasa el
tesoro nacional lo que desean en este caso es hacer una pichincha y el gobierno haría
un acto de previsión y de cordura si pudiera conservar la propiedad de esta línea
atendiendo sus compromisos con otros recursos”.
Y como periodísticamente el tema interesaba “La Libertad” volvía (9/01/901) a una
cuestión mencionada de manera reiterativa: “Los ferrocarriles económicos”. Y se
decía: “Hace poco tiempo volvimos sobre nuestro amado tema a propósito de la
publicación que hicimos de las interesantes cartas que se cruzaron entre el doctor
Pedro Molina y el malogrado señor Juan Lacrosse concertando la construcción de un
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extenso ferrocarril económico que partiendo de la capital de esta provincia y cruzando
zonas fertilísimas de explotación agrícola y ganadera fuera a terminar a Buenos Aires.
Hoy tenemos el agrado de reproducir en nuestras columnas un suelto de El País en el
que se expone con cierta claridad y criterio la función de esta clase de vías férreas y la
oportunidad de su difusión amplia en la campaña argentina y de paso se recuerda la
concesión Santiago Temple imposibilitada hasta el aborto por el egoísmo de las
empresas de trocha ancha y por la indiferencia con que el poder publico considera
estas altas cuestiones económicas. En otras ocasiones hemos expresado nuestra opinión
favorable a toda iniciativa del capital nacional o extranjero en el sentido de construir
líneas de trocha angosta porque esta y no otra es la red ferroviaria y que conviene
fomentar, hoy que el sistema de la trocha ancha no admite mayores extensiones en la
parte poblada de la república y lo que es aun peor no admite competencia.
Y luego de comentar las bondades de la trocha angosta se refiere a la concesión de
Santiago Temple que iba a ir de Rosario a la Capital Federal en combinación con la
trocha angosta del sistema central de la republica y con otras que se construirán mas
tarde.
Se nos informa que en la tramitación de esa concesión se ha luchado con grandes
dificultades debido a la hostilidad con que las grandes empresas miran a su pequeño
pero eficaz competidor.
Últimamente se demoró muchos meses la resolución sobre la entrada que ésta línea
debía tener en la Capital y después de largas deliberaciones se le concedió el derecho
de entrar al municipio por el Retiro pero obligándosele a construir un costoso viaducto
de entrada sobre el río. El concesionario dice que lo han echado al agua por ceder a
exigencias de las demás empresas y que después de haberle hecho esa imposición se le
va a conceder al ferrocarril Buenos Aires al Pacifico el derecho de construir una
estación enfrente a la suya destinada a quitarle las facilidades de acceso a la mayor
parte de su tráfico”.
Los logros de las colonias: producción cerealera
En el encantador libro de historia oral “Memorias de la Pampa Gringa” uno de los
testigos contaba que: “El dinero que provenía de la cosecha se precisaba para otra
cosa, no estaba en el caso gastarlo para esas cosas tampoco. Era poco el dinero que
podían sacar de las cosechas. Se pagaba muy poco. Yo recuerdo cuando pagaban
cuatro pesos, cuatro cincuenta la fanega. Tres cincuenta también. 153 kilos tenía la
fanega. Era poco lo que sacaban. Hacían toda la forma posible de no tocar el dinero de
la cosecha. Era un dinero sagrado. Daba para comprar las herramientas, los animales,
los arneses; hacer arreglar la rueda del carro; comprarse, si era posible, una máquina
para sembrar, o cambiar la máquina que se había comprado. Para todas esas cosas se
guardaba el dinero de la cosecha”.
Y es que de entrada nomás de instaladas las primeras colonias ya los resultados fueron
halagüeños más allá de las múltiples situaciones de males que castigaban
cotidianamente al colono. Así (21/06/76) se recogía la impresión de los mismos al
hablar de la escala sorprendente de los trabajos agrícolas. Las sementeras en ese año del
76 superaban en un 30% a las del año anterior que además duplicaba las del 74 y se
decía: “No se puede exigir mayor rapidez en el desenvolvimiento de nuestra industria
agrícola”. Pasados unos años se informaba de numerosos colonos de Santa Fe
(22/01/95) que solicitaban campos en la Laguna Larga, Oncativo y Oliva con el
propósito de sembrar trigo, cebada y avena teniendo en cuenta los ensayos de
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propietarios de terrenos en esos puntos que habían dado muy buenos resultados, noticias
que hacía prever muchas otras solicitudes de otros tantos colonos.
Meses después (7/06/95) se hacía especial mención a la producción de trigo en Córdoba
como lo publicaba “La Capital” de Rosario: “Todo cuanto se refiere a la producción
del trigo en la República Argentina reviste hoy sumo interés por el estado en que se
hallan los mercados europeos con respecto a dicho cereal. Sabido es que Norteamerica
no podrá este año hacernos la competencia por haber perdido todas las sementeras de
trigo que había, muy buscados serán entonces los granos argentinos por los cuales se
demuestra ya mucho interés.
En este concepto pues haremos notar la esplendida cosecha que se preparan en las
provincias. Córdoba que no tiene como Santa Fe la exclusividad del trigo va a darnos
este año un esplendido contingente. Hay en esa provincia unas 160 colonias abarcando
más o menos 550 leguas cuadradas, sembradas en su mayoría con trigo y las cuales
según cálculos aproximados rendirán este año una cosecha de 5.000.000 de quintales
es decir cerca de 40.000.000 de pesos.
Como se ve no deja de ser un importante refuerzo el que Córdoba nos va a traer,
refuerzo tanto más importante cuanto que el desequilibrio entre el aumento de consumo
y disminución de la producción han hecho valorizar extraordinariamente el trigo”.
Y ahí vemos lo que sería una constante en esto de la producción cerealera en la Pampa
y es que en la Argentina más de cien años después le va muy bien cuando los otros
competidores fracasan. Ya por entonces la Pampa era para el mundo productor esencial
de alimentos. La distribución de semillas corría tiempo después (marzo 1897) a cargo de
una comisión nombrada por el gobierno que a su vez nombró sub comisiones de los
departamentos San Justo, Marcos Juárez, Tercero Abajo, Unión y Juárez Celman lo que
provocaba la reacción de los colonos que se quedaban sin beneficios en dichos
departamentos. Poco tiempo después (28/05/97) se explicaba esta acción del gobierno y
la reacción de muchos colonos pues el ejecutivo nacional proyectaba donar
gratuitamente semillas a los colonos afectados por la langosta y que en realidad los
únicos beneficiarios de esta política serian los corredores oficiales de votos, es decir los
“punteros”, las casas de negocios acreedoras de los colonos que han anticipado a estos
sus mercaderías sobre la perspectiva de una buena cosecha y los especuladores de
granos, etc. y “La Libertad” mostrando una actitud crítica, afirmaba: “y nada decimos
del funesto precedente que con ello se consagrará para las finanzas y las instituciones
políticas ni sobre la influencia que estas rumbosidades del gobierno con el tesoro
publico han de ejercer en el espíritu de los prestamistas ingleses que esperan como otro
santo advenimiento la realidad de la promesa del pago íntegro”. No era fácil para un
colono prosperar de manera continua pues eran muchos los factores que conspiraban
para su éxito: impuestos, langostas que era lo más parecida a aquellos, los usureros, las
casas de comercio, la sequía etc, etc. no obstante en ese mismo año (31/07/97) al hablar
de la gran cosecha de trigo obtenida se decía que Córdoba contaba con extensas zonas
de terrenos para ofrecer al colono lo que anunciaba en un futuro próximo que la
provincia sería productora de cereales en alto grado, comentando finalmente que el
gobierno debería preocuparse más de estimular por todos los medios la inmigración
siendo el obstáculo a esta política deseada la imposición de fuertes gabelas e impuestos.
En este año del 97 una serie de datos importantes mostraba el desarrollo que en el tema
agricultura había alcanzado Córdoba. “Con motivo de haber empezado las tareas del
corte de trigos y lino, tanto en colonias de nuestra provincia como las de Santa Fe el
movimiento inmigratorio de peones que sale en busca de trabajo es considerable
nosotros podemos considerar que diariamente salen de esta ciudad y se aprontan a
abandonarla numerosos ciudadanos atraídos por la esperanza de ganar en las colonias
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un buen jornal por espacio de dos o tres meses. He aquí entre otras colonias en las que
la siega ha empezado o está al empezar. San Francisco, Marcos Juárez, Cañada de
Gómez, General Roca y Tortugas. Si resultase exacto el cálculo de 1.200.000 de
toneladas de trigo que ha de cosecharse se podrá exportar 1.000.000 quedando el resto
para el consumo. Terminaba el informe hablando de:
“Peones que quedan por falta de recursos
Muchos individuos no pueden ir a las cosechas por falta de dinero para pagar su
transporte y entonces se quedan en la ciudad practicando la mendicidad o dedicándose
a obras de albañilería o a otras tareas por salarios exiguos”.
Y es que la política gubernamental seguía en esta época, muy estrechamente el estado y
las necesidades de las colonias y esta política ayudaba, sin duda al buen estado de las
siembras (7/08/97). “Ha quedado por fin completamente terminada la distribución de
semilla a los colonos de los departamentos San Justo, Marcos Juárez, Unión, Juárez
Celman, Tercero Abajo y Tercero Arriba según los comprobantes y demás documentos
que están enviando las comisiones departamentales relativos al reparto. El último de
los puntos donde se ha efectuado la distribución ha sido Las Perdices poniéndose fin
con esto a las tareas en la distribución. El estado de las siembras de trigo no puede ser
más esplendido por lo que los colonos tenían la esperanza de una buena y abundante
cosecha excepto el caso en que más adelante se presente algún incidente imprevisto.
Sobre la langosta se nos informa también que ésta aun no ha hecho su aparición en los
puntos últimamente nombrados lo que tiene lleno de contento a todos los laboriosos
colonos en vista de la buena perspectiva que se les presenta.
En la sementera del lino se han sufrido algunas perdidas de poca consideración. En
algunos puntos en las estaciones a consecuencia de las fuertes heladas. Pero los
mismos terrenos han sido utilizados inmediatamente en la siembra de trigo”.
Y una producción que ya hacia varios años venía lánguidamente evolucionando
adquiere (9/03/901) un inusitado logro. Y tal fue la cosecha de vinos en Colonia Caroya
que ese año llegó a las 25.000 bordalesas, algo que desde aquella lejana cifra se ha
mantenido por más de cien años hasta los tiempos actuales. Se decía en ese entonces:
“Nos llegan informes muy halagüeños referentes a la cosecha de vino en la Colonia
Caroya. Aunque aun no se ha terminado la elaboración puede hacerse ya un calculo
seguro, el cual según nuestros informes no bajará de 25.000 bordalesas.
Este esplendido resultado no había sido previsto por los mismos colonos los cuales
ahora se ven bastante apurados por la falta de los envases necesarios.
Es el primer año que aquella colonia produce tanto vino debido también a que es la
primera vez que no ha sido destruida la uva por la langosta, mangas de piedra, la seca,
etc. el producto ha resultado de excelente calidad y a pesar de ser recién fabricado ya
se exporta para varios puntos de la República. Los precios son por demás baratos. El
vino frambuesa recién sacado de los toneles se vende a 10 centavos el litro 18 y 20 el
vino blanco bueno y a 25 el litro de vino tinto superior de uva francesa.
De manera que la producción de este año ha superado en mucho a la de los anteriores
en que la mayor cosecha dio 5.000 bordalesas”.
Cuando el traje quedaba estrecho: División departamental
En 1898 (16/06) se comentaba que la división departamental de esa época provocaba
enormes trastornos al desenvolvimiento económico social y político lo que hacía
necesario poner en práctica el proyecto del Departamento Topográfico sobre una nueva
y meditada división. Y se recordaba un decreto de junio del 95 del entonces gobernador
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Figueroa Alcorta que ordenaba al mencionado Departamento el estudio de tan
importante cuestión, teniendo en cuenta las siguientes bases: “cada departamento
tendrá una extensión mediana a fin de hacer eficaz la acción de la administración
interna. Debe gozar de facilidades para la acción judicial y administrativa. Los
departamentos deben tener una igualdad relativa en cuanto a la combinación que
resulte de la superficie, población y riqueza para que todos gocen de iguales
prerrogativas respecto a la representación política y amparo de la justicia. Y a que su
capacidad productora comprenda elementos de riqueza suficientes a su propio
engrandecimiento. Que las autoridades puedan residir en los centros de población sin
dañar su acción administrativa, aunque el punto de residencia no sea el centro
geométrico del departamento o que las distancias entre las cabezas departamentales no
sean tales que perturben la unidad administrativa o dificulten atender los confines tanto
como los centros.
Que esos mismos límites tengan fácil contacto con sus centros principales para
desarrollar la unidad social y económica, vinculando los intereses privados base de la
riqueza publica.
Que la ubicación fijada a los centros departamentales tenga la mayor aproximación
posible a los grandes medios de viabilidad. Que las excepciones a estas bases solo
puedan fundarse en la necesidad o en grandes conveniencias para los departamentos”.
Y como la cuestión era realmente importante por esas mismas fechas (1/07/98) se
hablaba de la urgente necesidad, que el departamento San Justo, el más extenso y uno
de los más productivos de la provincia, necesitaba ser dividido. “Tomando el caso
concreto de San Justo que es un departamento de 500 y tantas leguas cuadradas ¿Qué
puede hacerse con solo doce juzgados establecidos en San Francisco, Devoto, La
Francia, etc. En San Justo, donde pueden instalarse cuatro municipalidades y aun más
solo existen actualmente dos. El registro cívico que se abre en San Francisco no puede
así inscribir ni siquiera cien ciudadanos.
La institución del Registro civil solo tiene aquí cuatro oficinas, en San Francisco
Concepción, Morteros y Tránsito y actualmente es una tiranía exigir a los pobres que
se costeen a pie ocho o diez leguas para dar cuenta de un nacimiento o una defunción.
Hoy mismo se tiene preso en el Tío a un ciudadano domiciliado al sur de Sacanto por la
ocultación de un nacimiento a pesar de que todos reconocen que siendo el único que en
la casa trabaja ganando apenas lo suficiente para la vida y sin tener medios de viajar
no ha podido abandonar su hogar para costearse a pie a esta Villa distante más de diez
leguas”.
Y es que tanta extensión indudablemente poco ayudaba al colono cuando de gestiones
oficiales y mil otras causas debía realizar y adonde debía recurrir se ubicaban a enormes
distancias y refutando al periódico “La Verdad” de San Francisco que se oponía a la
división departamental se afirmaba en “La Libertad” que ese año del 98 el tema de
acomodar las divisiones territoriales convertido en algo de muchas discusiones.
Se conoció el proyecto el senador Reina por el que se disponía la división en dos del
departamento San Justo: departamento San Justo y departamento General Paz. Y en
contestación al diario “La Verdad” se afirmaba: “no negamos los vecinos de la parte
occidental de San Justo el mayor valor que puede tener su parte colonizada pero
tampoco es exacto que esa parte tenga forzosamente que sufragar los servicios públicos
que a esta corresponden.
El departamento San Justo cuando esas importantes colonias del este no existían,
cuando los inmensos y ricos campos que hoy forman las pedanías Libertad y Juárez
Celman eran desiertos habitados por el salvaje y las fieras de los bosques solo se
componía de la parte que hoy quiere independizarse y si bastaba para sostener con sus
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contribuciones sus propias necesidades y con sus hombres y su sangre la frontera que
avanzaba paso a paso sobre los toldos de los indios. La parte occidental del
departamento San Justo era todo el departamento ahora treinta años y a pesar de las
depredaciones de los bárbaros y a pesar de sus contribuciones de dinero y de sangre
para sostener las autoridades constituidas era mucho más rica y feliz que lo es ahora
que quiere emanciparse para que sigan por si solas el camino del progreso a esas hijas
de sus obras y sacrificios, las colonias del este.
No porque esto suceda el viejo departamento San Justo perderá, no; todo lo contrario
dividida en dos la zona colonizada prosperará estando mejor atendida y la zona
occidental quedará con sus haciendas y sus bosques y sus feraces campos para atraer
el comercio de las colonias. Y las colonias mismas a su centro contribuyendo a esto
más que nada la división administrativa que nos traerá el aumento necesario de policía
que cuide y garante la vida e intereses de los pobres habitantes de la campaña”.
Pagando estaba la gansa
Es constante en las noticias periodísticas el continuo asedio por parte del gobierno a los
colonos por el pago de préstamos que la mayor parte de las veces no podían ser
regularmente satisfechos por la sequía o la langosta que provocaba pérdidas enteras en
los cultivos y eso lo expresa un comunicado (25/01/98) del Ministro de Hacienda de la
Provincia pasado a los jueces de paz de una circular en la que emplazaba al vencer los
pagares otorgados por los colonos por el importe de la semilla que les fuera facilitada
por el gobierno nacional recomendando cobrar los pagarés o en su defecto protestar los
mismos o ejecutarlos y reiteraba el ministro atender con preferencia las gestiones que
con tal motivo hicieran los inspectores especiales mandados por los gerentes de la
sucursales del Banco de la Nación, es decir, no se dejaba pasar las fechas de
vencimiento y se ejercía sobre los colonos una presión realmente insoportable y ello lo
muestra otra noticia al respecto (19/01/98)
“Los prestamos a los colonos
Vencimientos de los pagares. Por los préstamos que el gobierno nacional hizo a los
agricultores de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba adelantándole semillas,
los favorecidos firmaron pagarés cuyo vencimiento se fijó para el 1º de febrero
próximo. Faltan pues pocos días para que los colonos retiren sus pagarés so pena de
que estos sean protestados por falta de pago y el protesto traiga como consecuencia la
ejecución.
Opositores como somos al sistema de protección oficial cuando se trató el proyecto de
préstamos a los colonos nos opusimos por razones que expusimos y desarrollamos
ampliamente.
Pero una vez que ese proyecto fue sancionado y cumplimentado debemos colocarnos en
la situación en que hoy se hallan los agricultores y defender sus intereses
comprometidos. Es muy difícil sino imposible que los colonos puedan retirar sus
pagares el 1º de febrero pues para ello tendrían que vender sus cosechas a bajos
precios lo que les acarrearía mayores perjuicios por los que ya tienen sufridos con la
pérdida de un 50% de la cosecha. Si se les obligara a pagar el 1º de febrero vendría
resultar que los préstamos en vez de favorecerlos los perjudicaría considerablemente,
hay que tener en cuenta que el espíritu de la ley fue protector y de ninguna manera
especulativo. En tal emergencia creemos que tienen mucha razón los colegas que
indican la conveniencia y hasta la necesidad de conceder una prorroga de seis meses o
un año a los colonos deudores a fin de que estos puedan aprovechar los mejores
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precios para la venta de sus cosechas y no se vean en una situación apuradísima cuyas
consecuencias pueden serle fatales, secundados por las comisiones distribuidoras de
semilla quedan encargados de suministrar a las sucursales de ese banco todos los datos
mencionados y los demás que les sean necesario para resolver en cada caso si se ha de
renovar o protestar los pagarés de los deudores que no cumplan a su vencimiento.
Podrán también los mencionados gerentes en los casos en que lo crean conveniente
remitir los pagarés por medio de los inspectores a los mismos puntos de residencia de
los deudores para facilitar así su cobro”.
Y no era ésta cuestión únicamente en Córdoba sino también algo similar ocurría en
Santa Fe, así bajo el título “La crisis agrícola” (9/01/97) se decía: “Se refiere al pedido
de protección hecho por los colonos de Santa Fe al parlamento. Y comenta las
desacertadas medidas del gobierno de esa provincia. Y para que el gobierno cumpla
con su deber no deben aparecer leyes gravosas para los agricultores como son: la
contribución directa excesiva, el impuesto a los cereales, la patente a las trilladoras.
Protección a la agricultura
Una nueva modificación ha sufrido el zarandeado proyecto de protección a la
agricultura y eran cuatro. Las tres primeras formulas han sido desechadas por la
comisión de hacienda del senado que se decide por la emisión de cedulas hipotecarias
que eleva la suma a 15.000.000 de pesos”.
Que no era nada fácil la vida para los colonos lo van señalando varias noticias que
muestran que además de la naturaleza era el hostigamiento del gobierno gran causa de
esta cuestión. Al informar de la campaña en Río Cuarto se decía (11/12/94): “Este
departamento el más rico e importante de la provincia, pasa actualmente por una difícil
situación.
La completa carestía del transporte ha obligado a guardar los productos de la cosecha
del año anterior ocasionando grandes pérdidas y causando verdadero desaliento a los
agricultores.
Por esta causa sabemos que hay muchos agricultores que piensan dedicar sus campos a
la invernada por cuanto los productos de ésto no pueden ser exportados.
Los agricultores no pueden exportar a causa de la carestía de vagones del Central
Andino y también a causa de las altas y excesivas tarifas que éste cobra motivos unidos
al bajo precio obtenido por los cereales en los mercados de Buenos Aires y del Rosario
vienen a causar la paralización completa de todos los negocios y transacciones.
Bonitos servicios son como se ve los que presta la empresa del ferrocarril Andino”.
Y no solamente en Río Cuarto y sino veamos lo que ocurría en otras regiones
(13/12/94): “Más seca y más langosta en la campaña.
En Santa María y Marcos Juárez recibimos día a día malos informes de nuestra
campaña. Todos los días hemos dado a conocer el estado de nuestra campaña con
caracteres bien tristes y desconsoladores.
Hoy con nuevos informes vamos a dar una nueva y lúgubre pincelada en ese mismo
cuadro.
Del departamento de Santa María y de pedanía Punta del Agua nos comunican que la
seca es por allí espantosa que hasta el presente no han podido los agricultores
sembrar una sola cuadra de tierra.
De Marcos Juárez nos comunican que la langosta nueva aparece en gran cantidad y
que causa ya serios estragos en los sembrados”.
Que era grave la cuestión financiera lo muestra la actitud de los colonos en general de
no aceptar las llamadas cédulas hipotecarias y las razones se dan en un comentario de
“La Libertad” (26/05/97): “Cuando se sancionó la emisión de diez millones de cédulas
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hipotecarias de la serie G se tuvo en vista una alta razón económica de protección a la
agricultura de cinco provincias.
Todos creíamos que no obstante la pequeña depreciación que tendrían las cédulas al
convertirse en efectivo el directorio del Banco Hipotecario trataría de despachar a la
mayor brevedad las solicitudes de préstamos y en condiciones favorables al Banco sin
ser ruinosas para el colono. ¿Pero qué resulta? Que el tiempo pasa y apenas si se han
despachado para Santa Fe y colonias 68 solicitudes con un valor de 120.000 pesos ¿Y
en qué condiciones? Altamente desfavorables a los colonos según la opinión de los
mismos. Luego pues quedan defraudadas todas las esperanzas financieras que abrigaba
tanto el comercio como el pueblo trabajador. Después de junio no tienen ya objeto los
préstamos hipotecarios. Examinemos las causas principales que obligan a los colonos a
rehusar las cédulas.
En primer lugar tenemos los gastos en las solicitudes de préstamos y su tramitación en
las sucursales de Santa Fe y Rosario.
Liquido que recibe el deudor en efectivo $332
En segundo lugar como es natural el comercio o los acreedores del colono que tienen
gastos de dos años sus libretas, le exigen supongamos una amortización de 50% de la
deuda o sea $166 pesos del préstamo recibido. Quedarían en el bolsillo del colono
$166 pesos. Con esta suma tiene que adquirir semilla de trigo y lino, harina, ropa,
carne, café y otros artículos de primera necesidad.
Supongamos que quiera sembrar dos concesiones necesita cuarenta quintales de
semilla que le cuestan $440 pesos ¿Qué ventajas le proporciona entonces la operación
hipotecaria? Y si por desgracia la langosta viene o las heladas o granizo destruyen la
mayor parte de su sementera ¿En qué condición quedaría el año próximo?
Muy triste por cierto.
Sin crédito, sin cosecha y con las tierras afectadas por varios años. Hemos hecho el
cálculo tratándose de un propietario poseedor de cinco concesiones de cultivo, casa y
potrero. El Banco Hipotecario le acordará a lo sumo un préstamo de $700 pesos que
con tantas vueltas, demoras y revueltas no recibirá sino después de agosto. En otra
sección nos ocuparemos de las desventajas que ofrecen las cédulas a los colonos de 10,
20 y 30 concesiones”.
Que era dura muy dura, la vida del colono lo señalan muchas noticias. Una de ellas se
refiere a la cuestión hacia fines del siglo XIX (24/11/94) bajo el título “El Estado de
nuestra campaña”: “Son verdaderamente tristes los datos que se nos remiten del sud
de nuestra provincia dándonos cuenta del estado lamentable porque han atravesado los
agricultores y hacendados de aquella región.
La mortandad de hacienda sobre todo la lanar ha sido grande habiendo
establecimiento en donde majadas de 1200 ovejas han quedado reducidas a 100 o 200 y
algunas se han terminado completamente. Ha llegado a tanto la mala situación que en
Sarmiento cabeza del departamento General Roca no se encontraba hace pocos días
qué comer a pesar de ser ese uno de los departamentos más ricos de hacienda de
nuestra provincia.
En cuanto a hortalizas no existe ninguna no encontrándose ni para remedio una sola
verdura. Los grandes potreros de alfalfa se han perdido casi en su totalidad. La
desesperación de los hacendados es grande ante tan difícil situación. Para dar una idea
del pésimo estado en que se hallan las haciendas basta consignar que la mensajería de
Washington a Victorica se encuentra detenida desde algún tiempo a causa de la gran
flacura en que se hallan las caballadas.
Muchos agricultores han abandonado aquellos parajes en busca de tierras menos
combatidas por la seca.
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Sin embargo noticias últimamente recibidas nos hacen saber que las nubes han
comenzado a descargar sus benéficas aguas sobre aquel departamento”.
“La Capital” de Rosario muchas veces se refería al estado de la colonización en
Córdoba no solamente por una cuestión meramente informativa sino por el interés de
los colonos por la situación del campo cordobés pues fueron muchos los afincados en la
provincia litoraleña que comenzaron a emigrar hacia Córdoba. Pero que no era tan grata
la condición de los colonos en Córdoba lo muestra la siguiente noticia (5/01/901): “Es
indudable que le sobra razón a muchos colonos radicados en la campaña de la
provincia de Córdoba para quejarse y protestar enérgicamente contra los procederes
de ciertas autoridades de aquel estado. Y así mismo es fuera de dudas que para esos
pobres colonos principia a ser mortificante la vida allí por la falta de garantías para su
persona e intereses, causa del incorrecto, caprichoso e insólito proceder de las
autoridades contra las cuales protestan pero no es procedente el reclamo que se
preparan a hacer llevando la narración de los vejámenes y atropellos de que muchos
han sido victimas al Parlamento de la Nación a que pertenecen porque creen que fuera
de las autoridades superiores de Córdoba a las que han acudido en demanda de
reparación a los agravios sufridos sin merecer ser oídos siquiera no tienen ya en la
República donde reclamar justicia. (el subrayado es nuestro)
Los hijos del trabajo, que han querido abandonar su patria para venir a la nuestra a
compartir con nosotros la labor cotidiana por el progreso del país y bienestar de
cuantos habitan su suelo saben bien cuanto los estima el pueblo nacional y en cuanta
estima les tienen los elementos conscientes de la republica que valorar puedan su
concurso en la obra de adelanto en que todos estamos empeñados como saben muy bien
que en el país existen leyes y que la justicia aunque tarde siempre se hace cumplida.
¿Por qué entonces han de ir a demandarle en su patria infiriendo una ofensa a la
nación que los cuenta entre los mejores elementos para el desarrollo de las industrias y
desenvolvimiento de su riqueza sin antes haber agotado los medios legales para
conseguirlo?
En la republica existen jueces federales encargados de hacer respetar los derechos del
extranjero que por cualquier causa no hubiera caído en gracia del juez de paz o
comisión de la localidad en que viva. Y en última instancia tienen sus cónsules y
representantes en general de su país que pueden presentarse ante los más altos poderes
del estado reclamando la justicia que los funcionarios subalternos caprichosa o
arbitrariamente hubieran negado a sus connacionales.
¿Por qué entonces no acudir a esos jueces y en defecto de estos a los cónsules o
ministros aquí acreditados para ultimar en el país los procedimientos del caso en su
fundada queja contra los abusos de que son victima?
Esto es lo que señalan las leyes, el mejor criterio y los deberes de la prudencia y de la
buena educación que nos permitimos invocar para que los colonos de Córdoba que se
preparan a llevar su queja ante el gobierno de su país no infieran a la republica una
ofensa que nunca ha merecido.
Agoten dentro de las leyes nacionales los recursos que estas les ofrecen y cuando se
haya tocado el último sin resultados prácticos estarán autorizados para proceder como
lo crean conveniente a sus intereses y como la razón y el derecho lo aconsejan.
De otro modo calificaremos su actitud como inoportuna, precipitada y verdaderamente
injustificable sin que ningún momento hayamos dejado de conocer que tienen
sobradísima razón para quejarse como lo hacen en los expresivos párrafos de la carta
que varios de esos colonos nos han dirigido últimamente y que transcribimos a
continuación: “Nosotros solo pedimos que se nos deje trabajar; no nos metemos en
política, pagamos religiosamente y sin protestar todas las gabelas que el gobierno nos
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impone, hasta nos conformamos a dar propina a las autoridades subalternas para que
tengan más sueldo que el que les paga el gobierno pero no podemos sentir que nos
apaleen y nos arrebaten el fruto del trabajo de todo el año.
En esta provincia el pobre colono que por cualquier circunstancia no cae en gracia a
una de las autoridades del lugar en que vive está perdido para siempre, se va o está
expuesto a quedarse en la calle y con el lomo PLANCHADO.
Los que viven en las ciudades no pueden darse cuenta de las barrabasadas que cometen
ciertos comisarios de la campaña que tratan a los colonos peor que entre los cafres.
Todos somos padres de familias y nuestros hijos son argentinos la mayor parte y
queremos a este país como los naturales de aquí pero creemos merecer mayor respeto
del que nos brindan las autoridades cordobesas”.
El siglo XX vino acompañado de mucha información sobre las colonias en donde se
habla de los abusos cometidos por las autoridades de campaña, las graves
irregularidades y la reacción que se impone en el gobierno. “La Capital” (14/11/901)
comentaba: “Raro es el día que por la prensa cordobesa o por cartas particulares no se
denuncie un nuevo atentado de las autoridades de campaña de la vecina provincia:
demostrándose hasta la evidencia que el germen corruptor ha invadido los juzgados de
paz y comisarías sin que las autoridades superiores de aquel estado se preocupen lo
más mínimo de cortar los abusos de los funcionarios de su dependencia.
Y luego de hacer un extenso alegato a favor de la justicia y de lamentar el débil
gobierno del gobernador del Campillo llevado al Ejecutivo de su provincia con el
aplauso y adhesión de los mejores elementos termino: como que nos interesamos por la
suerte de nuestros hermanos y vecinos y deseamos ver imperar en toda la república la
mayor armonía entre el pueblo y las autoridades. Hacemos un llamamiento a los
poderes cordobeses para que se preocupen de devolver a la campaña de la provincia la
tranquilidad que necesitan sus pobladores al amparo de autoridades honestas,
respetuosas de los derechos del hombre de labor, cumplidores de sus deberes que
ofrezcan garantías al pueblo como agentes de orden de moralidad y honradez”.
Al que podemos agregar otro de similares características tal como se decía en el mismo
periódico santafesino bajo el titulo “Ni desquicio ni falta de despreocupación”: “La
vigilancia y administración de la campaña si adolece de defectos no son de tal
naturaleza que impliquen desquicio ni falta de preocupación en los empleados
encargados de ejercerla.
Hace algunos años al comienzo de la gobernación del señor del Campillo un anciano
ministro de gobierno, respetable por muchos conceptos, tuvo la entereza de lanzar en el
seno de una cámara reaccionaria en el sentido de la moral administrativa éstas
memorables palabras: “me sorprende señor presidente la actitud de algunos diputados
de esta cámara en presencia de este sano proyecto del Ejecutivo. En la campaña de
esta provincia las autoridades encargadas de velar por el orden, la seguridad personal
y el respeto a la propiedad, cometían hechos que no son para decirse en público pero
que yo lo diré si lo veo obligado a este sacrificio. Afirmo que actualmente no hay un
solo jefe político que pague íntegros los haberes de personal de su dependencia puesto
que figuran en planillas empleados que no existen. Todo el mundo conoce de
malversación de los fondos públicos que se hace con la venta de los mostrencos en
nuestra campaña” y luego de referirse a la renuncia del ministro y a referirse a esos
documentos que el ministro poseía denunciadores de los hechos se pregunta: ¿Cuántos
jefes políticos han caído de la larga lista de los sindicados?
Solo dos si nuestra memoria no nos es infiel”.
Y poniendo punto final a este tema de los abusos y desaprensión de las autoridades de
Córdoba y de Santa Fe el periódico cordobés levantaba del diario “La Nación” lo que
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contaba un enviado especial desde la por entonces incipiente ciudad de San Francisco,
lugar estratégico ubicada justamente en el limite de las dos provincias: “La
organización política de la provincia de Córdoba respecto a los departamentos es igual
a la de Santa Fe en cuanto se dividen los territorios por departamento que tienen como
autoridad principal un jefe político y subalternos, un comisario general, comisario de
distrito y jueces de paz.
Muchas y bien fundadas quejas he oído respecto a la actuación de los empleados en
esta provincia y he podido comprobar con hechos fehacientes que mucho dejan que
desear sus procederes.
Atribuyese generalmente esos manejos vituperables y bien contraproducentes para los
mismos intereses del gobierno y de la administración a lo reducido de los sueldos,
viéndose obligados los comisarios, jefes políticos y jueces de paz a buscarse la vida
imponiendo multas por cualquier causa, las que según es opinión general quedan en
poder de los empleados que las imponen. Hay que saber que en Córdoba todo jefe
político gana $100 pesos, un comisario general $80 pesos, un comisario de distrito $60
pesos y $60 pesos un juez de paz y no hay que extrañar lo que pasa cuando por ejemplo
esas autoridades tienen ocasión de acuerdo con una autorización de gobierno de
vender en subasta pública con el pretexto de mostrenco todo animal que pueden
recoger y cuyo producto me informan que en poder de dichas autoridades, es para
gastos de oficina.
De desear sería que el gobierno de Córdoba imitando al de Santa Fe prohibiese la
venta de animales con el pretexto de Mostrenco, pues son tan grandes los abusos que se
cometen como enormes los perjuicios que causan a los vecindarios y principalmente al
ganadero y al agricultor.
Percibe la provincia de Córdoba sus rentas por medio de receptorias establecidas en
cada departamento como en la provincia de Santa Fe con la diferencia que en Santa Fe
es rentado con sueldo fijo el personal de dichas receptorias mientras que en Córdoba
se remuneran a los receptores con el 5% sobre el total de lo recaudado dando lugar
este mal sistema a continuas reclamaciones por parte de los propietarios porque
interesados los receptores en el tanto por ciento y con facultad para aumentar las
valuaciones, todo el afán de ellos es aumentar las rentas para aumentar así sus
entradas, causando perjuicios de consideración.
Con comisarios y jueces de paz que gana $60 mensuales y en cuya elección por otra
parte no se gastan muchos escrúpulos se puede tener una idea de la garantía que aquí
tiene la propiedad. En Córdoba el cuatrerismo es un oficio tolerado y muchas veces
practicado por la misma autoridad y no es extraño: con $60 pesos de sueldo es algo
difícil resolver el problema de la vida.
Respecto de autoridades la provincia de Córdoba podría guiarse por el ejemplo que da
Santa Fe donde cada jefe político gana $300 pesos, los comisarios generales $120, los
jueces de paz en las cabezas de departamento $50 y $100 los comisarios de distrito
ayudados además por la parte que les asigna la oficina del registro civil que atienden a
la vez.
Empleados mal remunerados tienen forzosamente que dar resultados como los que noté
en esta provincia”.
Los malones de gauchos
A fines del siglo XIX muchas fueron las colonias en Córdoba y en Santa Fe que fueron
azotadas por malones pero en este caso no de indios que hacía rato habían sido
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exterminados, tal como se cuenta del General Roca que muchos fueron los indios e
indias llevados los primeros para Tucumán a trabajar en los ingenios azucareros y ellas
a servir como personal de servicio en casas de burgueses en Capital Federal o provincia.
Los malones eran de gauchos que no aceptaban que sus antiguos reinos fueran ocupados
y trabajados por los colonos venidos de todas partes. Hay muchas referencias a estos
malones. Veamos lo que contaba un testigo de aquellos años de fines del siglo XIX y
principios del XX acerca de este tema: “Claro, en los primeros tiempos los Peretti
peligraban que fueran asaltados y muertos; porque no perdonaban los gauchos, ¿no?
Me sabía contar mi padre que una noche los malones atropellaron la casa donde vivía
mi abuelo.
Se salvaron. Ellos –mi tío, mi padre– decían que posiblemente se hayan salvado porque
eran tres nomás los que estaban de a caballo; hubieran sido más no se salvaban. Los
vieron porque había claro de luna.
Ellos tenían un Winchester, de esos viejos, de la guerra no sé cuando, que traían de
Italia todavía.
Pero más de todo las horquillas. Porque los gauchos lo primero que hacían es, de a
caballo, saltar encima del trecho; deshacían el techo y entraban por ahí porque por las
puertas no era posible, estaban trancadas. Entonces ellos, cuando el gaucho quería
pasar por el techo, con la horquilla los esperaban abajo”.
“La Libertad” publicaba de su corresponsal en Concepción del Tío (27/04/91) una
crónica en la que hablaba de esta cuestión: “Hasta ahora nada hemos conseguido en
bien de nuestro departamento. El gobierno se muestra sordo a nuestro pedido y los
gauchos continúan en sus salvajes tareas habiendo agregado algunos salteos más a los
ya numerosos que contaban.
En este momento podemos decir que nuestras vidas e intereses están a merced de los
gauchos que en cuadrillas se cruzan en todas direcciones.
La policía digna de mejor suerte por su actividad no descansa un momento y con su
digno jefe a la cabeza está en cualquier momento dispuesta a acudir donde haya
necesidad, pero ya he dicho sus acción no puede ser tan benéfica por la escasez de los
soldados a la gran distancia que continuamente tiene que reconocer abandonando un
lado para atender otro y para conseguir algo sería preciso atender en todas partes a la
vez.
Hace dos o tres días han capturado nuestras autoridades dos individuos que se suponen
autores de grandes robos o asesinatos y se cree son jefes de cuadrilla de bandidos,
también se dice que estos personajes están en relaciones con algunas autoridades de
las colonias vecinas de Santa Fe. Con este antecedente ya verá si es cosa seria
perseguir aquí bandidos que en cualquier momento van a sus albergues seguros que
nadie les dirá nada.
Parece increíble que nuestro gobierno no preste a estos hechos la atención que
merecen por su importancia, un poco más y las colonias se habrán despoblado y los
colonos buscando en otra parte lo que aquí les falta, la seguridad personal llevarán el
precioso contingente de su trabajo para beneficiar otra provincia que esté mejor
gobernada”.
Y como la anterior otras muchas de similares características, por ese entonces no
solamente eran gauchos anónimos sino uno y en territorio cordobés que sería muy
famoso y muy temido por los colonos: el Gaucho Mugas que terminaría al mejor estilo
Juan Moreira ultimado por una partida policial.
48
El más viejo delito del campo: el cuatrerismo
Desde los lejanos tiempos coloniales robar ganado fue quizás el más cotidiano y común
de los delitos. Lo curioso es que en estos tiempos que cronicamos basándonos en los
periódicos de la época casi exclusivamente ya no eran los malones de indios, ni las
montoneras o los ejércitos nacionales de los tiempos de las guerras civiles los que
cuatrereaban sino que agregado a los muchos males que padecían los colonos era de
singular importancia el cuatrerismo realizado por los gauchos. Estos atacaban las casas
de los colonos que salvaban sus vidas, cuando la salvaban porque los gauchos eran
pocos o más que nada, porque los colonos se sabían defender.
Pero el peligro no era solamente en la defensa de sus casas sino que obligados a llevar
en carretones la producción cerealera a las estaciones ferroviarias más próximas los
colonos se organizaban en caravanas llevando como elemento disuasorio el Winchester.
Los gauchos se escondían en cañadas, pajonales para asaltar a los colonos pero aquellos
disparaban al escuchar los tiros porque le tenían mucho miedo al arma de fuego.
Cuando marchaban los carretones con el cereal hacían algo parecido a los colonos de
Estados Unidos para defenderse de los ataques indígenas. Ponían todos los carros en
círculo y dormían del lado de adentro. No dormían afuera ni abajo del carro porque
corrían el peligro de que el gaucho bajara y atacara al colono que tenían a mano.
Dormían al medio, allí hacían la fogata y hacían de comer.
Los departamentos en los que más se cuatrereaba (12/09/94) eran Sobremonte y San
Justo convertidos en verdaderas madrigueras de ladrones y se decía: “allí se está
robando con toda libertad. Los ladrones de hacienda se pasean por todas partes sin que
los asalte ni remotamente el más leve temor de ser aprehendidos por la justicia.
Una carta de un productor agropecuario publicada en La “Libertad” (23/08/98) se
refería al tema del cuatrerismo que para el testigo era sumamente grave en toda la
provincia. “Desde luego considero que el cuatrerismo amenaza no solo al gremio de
estancieros e invernadores sino que también a los agricultores y colonos. Vale decir
que es este un peligro social que compromete la seguridad de las personas, la riqueza
de la República y el desarrollo de la colonización.
Al estanciero y al invernador le quitan con frecuencia una parte de lo que tiene pero al
agricultor y al colono le roban los únicos caballos de servicio dejándole imposibilitado
para trabajar y reducido a la miseria y a la desesperación. El primero puede
defenderse, quejarse y tal vez hacerse oír; el segundo no tiene autoridad que lo ampare
y muchas veces ni los medios para formular su queja. Será inútil la propaganda y los
esfuerzos para atraer la inmigración en gran escala si el colono no tiene justicia fácil y
barata y la seguridad para su vida e intereses.
El mal que nos ocupa reviste un carácter tal de generidad que invita a meditar sobre
sus causas. Él no se circunscribe a esta provincia, sí lo que ha invadido con igual
intensidad a las de Buenos Aires y Córdoba para no referirme a otras más distantes. En
todas ellas el robo presenta los mismos caracteres, la multiplicidad de los hechos, la
audacia de los que los cometen, la impunidad de sus autores y la complicidad de que
son acusadas las autoridades departamentales.
Esto demuestra que el mal tiene raíces más hondas y para decirlo de una vez que tiene
su origen en errores de la legislación y más que todo en la manera como los gobiernos
aplican sus disposiciones. Para dar una forma más gráfica a mi pensamiento le diré
que el cuatrerismo y el abigeato están elevados a la categoría de una industria e
industria conscientemente protegida por los gobiernos de provincias.
El jefe del departamento es buscado por los gobiernos de provincias entre los hombres
de cierta preparación pero que carecen de fortuna porque los que la tienen no
49
aceptarán el puesto. El sueldo que les ofrecen es a todas luces insuficiente para vivir y
esto predispone desde luego al gobierno a ser indulgente con él y a hacerle otras
concesiones que puedan compensarle y que respondan también a los planes de política
local.
Todas las funciones públicas quedan así en las campañas confundidas. Todo se hace
como en familia porque solo hay una sola autoridad tutelar a quienes complacen. Bajo
el punto institucional un departamento es un cacicazgo. Uno solo administra aunque
por interpósitas personas.
Medidas que propongo
1º hacer efectiva en la campaña la división y libre funcionamiento de los tres altos
poderes del estado
2º rentar debidamente a los jefes políticos y comisarios pero negarles toda intromisión
en el nombramiento de las autoridades que no sean de carácter policial
3º Remunerar también a los jueces de paz si las rentas públicas lo permiten, en caso
contrario hacer gratuita y/o obligatoria esta función encargando de su designación a
los mismo vecindarios
4º hacer registro general de marcas dividido por departamentos y aún por distritos si es
posible entregando una copia del plano general a cada departamento para que pueda
comprobarse así la propiedad de cualquier habitante de la provincia
5º suprimir en todos los departamentos el uso y venta de los animales llamados
mostrencos, resolviendo que aquellos cuyos dueños no pudieran descubrirse, sean
remitidos a un deposito único, central que creará el gobierno adonde serán vendidos
por una comisión de vecinos respetables que él nombrará directamente y cuyo
producido deberá ingresar a la tesorería general
6º a cada animal de la especie mayor antes de ser vendido deberá ponérsele una marca
especial a fuego la que será de comprobante de que dicho animal fue enajenado por el
estado y que él recibió su importe para que así en cualquier tiempo su dueño pueda
reclamarlo y nunca la expoliación quede consumada en principio”.
Entremezclado en comentarios referidos al robo de ganado contra los colonos leemos
(26/10/98) bajo el título “Leones”, una entrevista realizada a Domingo Benvenuto uno
de los más activos y convencidos empresarios de la colonización cordobesa. 51
animales y 8 colonos son en los últimos tiempos según Benvenuto los robados y los
damnificados y la entrevista continúa: “Y de estos animales ¿la autoridad policial ha
recaudado alguno? Ha recibido la denuncia siquiera?
De varios sé que se quejaron a ella sin éxito o no tengo conocimiento de que se haya
descubierto alguno de los cuatreros
–y de dónde sacan estos los animales?
–del corral, de las chacras y hasta de las pesebreras
–tanta es su osadía!
–como no, si no existe más peligro para ellos que la defensa de los propietarios
descuidando a estos durante las horas de sueño o teniendo la seguridad de que no están
armados no tienen de qué temer
–y así hacen ustedes colonias?
–así hemos hecho hasta ahora quien sabe si resistiremos en lo sucesivo
–bien, si mañana contamos esto en el diario no nos lo creerán, dirán que usted y
nosotros somos opositores sistemáticos del gobierno.
Corriendo mojones al mejor estilo del Lejano Oeste
50
En 1897 “La Libertad” y refiriéndose a las sementeras en San Justo hacía mención en
especial a la cuestión de limites con Santa Fe. “Hace tres días –refiere el cronista– que
tuvimos ocasión de hablar con el señor José Milesi italiano radicado en Santa Fe
donde posee varias propiedades valiosas en nuestra provincia. El estado actual de las
sementeras nos dijo es muy halagador para los colonos de esta provincia pero no tanto
para los de Santa Fe porque han sido muy perjudicados menos por la langosta y la
sequía que por las fuertes heladas que cayeron cuando ya estaban muy avanzadas las
sementeras de trigo y lino. En el departamento San Justo hay colonias que están en un
estado muy próspero y los colonos se prometen obtener abundante rendimiento en los
trigales que han macollado como ningún otro año. Si usted hiciera hoy un paseo por
aquella colonia del departamento San Justo se asombrarían de los progresos realizados
en los últimos diez años pues en este corto lapso de tiempo se ha improvisado la
edificación, se han creado importantísimas colonias y hay actualmente zonas cultivadas
de trigo y lino que ofrecen la más brillante perspectiva. Esta feracidad
inconmensurable de la tierra de la provincia de Córdoba ha hecho abrir los ojos al
gobierno de Santa Fe que procura que esa provincia se quede con la zona más valiosa
perteneciente a Córdoba según los límites jurisdiccionales establecidos en virtud de un
fallo de la Suprema Corte. La línea conocida por límite entre Santa Fe y Córdoba en
esa región situada al naciente y sur de la Mar Chiquita fue hace muchos años trazada
desde el lindero noreste de la colonia San Pedro con rumbo noroeste pero
posteriormente un fuerte sindicato del que forman parte el señor Iturraspe* y altas
personalidades de Buenos Aires pretenden que esa línea debe tirarse casi en línea recta
al poniente desde el precitado lindero con el propósito de dejar comprendida esa zona
de que hablamos dentro de los limites jurisdiccionales de Santa Fe.
Ustedes comprenderán –agregó el señor Milesi– que al gobierno de aquella provincia
le conviene esa división territorial y deja dentro de su jurisdicción las colonias más
prósperas de que espera obtener un considerable aumento de impuestos. Eso por una
parte y además conviene al sindicato que pretende haber comprado 200 o 300 leguas
dentro de los límites jurisdiccionales de la provincia de Santa Fe.
El sindicato y el gobierno de aquella provincia están pues interesados en despojar a la
provincia de Córdoba de una zona importantísima que realmente le pertenece y lo que
coadyuva o sirve de pretexto a esas pretensiones es la cuestión de limites
interprovinciales. Es indudable que mensuras posteriores a la fecha del trazado de la
verdadera línea demarcadora entre las jurisdicciones de Santa Fe y Córdoba han
venido ubicando esa línea más al oeste de su pretendida traza y existe un gran número
de colonias comprendidas en las extensas zonas litigiosas adyacentes a la Mar
Chiquita, sin contar con terrenos de superior calidad que no se pueblan ni cultivan
porque son objeto de innumerables litigios que actualmente se ventilan en los
tribunales de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires”.
Es decir esta cuestión de límites interprovinciales poco respetados iría tomando más
gravedad al extremo que entrado el siglo XX (01/04/1901) se comentaba acerca de los
limites entre Córdoba y Santa Fe y se hablaba de un convenio ad referendum. “El
superior gobierno dictó hoy el siguiente decreto relativo a nuestra vieja cuestión de
límites con la provincia de Santa Fe. Departamento de Hacienda. Córdoba abril 1 de
1901. Siendo de interés público proceder con urgencia a terminar el trazado de límites
con la provincia de Santa Fe no solo por la perturbación que origina en la
administración esta incertidumbre de límites sino también por la relativamente corta
extensión que falta para finalizar la línea divisoria con dicha provincia.
* (José Bernardo Iturraspe, sería elegido gobernador santafesino para el período
1898-1902)
51
El poder Ejecutivo de la provincia decreta:
Art. 1º encargase al Ministro de Gobierno Dr. Nicolás Berrotaran para que trasladado
a Santa Fe procure concluir un convenio ad referendum con el gobierno de esa
provincia a objeto de terminar el trazado interrumpido en la parte final.
Art 2º el comisionado se ajustará en el convenio que se proyecta a las bases
establecidas por el laudo de la Suprema Corte de Justicia Nacional que determinó el
trazado de dicha línea y a las instrucciones particulares que se le darán con arreglo a
los estudios del Departamento de Ingenieros.
Esta entrevista con el gobernador de Santa Fe fracasó sin haberse puesto de acuerdo”.
Y tal era por esos días la gravedad de esta cuestión que un estanciero Heraclio Román le
envió y publicó en el periódico aludido (24/04/1901) una carta abierta dirigida al
Ministro de Gobierno de Córdoba Dr. Nicolás Berrotarán que por lo curiosa y por lo
meticulosa de la exposición pinta con total crudeza hasta qué punto las cosas habían
llegado a una situación límite y si no corrió sangre al río fue única y exclusivamente por
la prudencia del autor de la mencionada carta: “Distinguido Dr. y amigo: he leído el
decreto del superior gobierno de la provincia en que lo nombró a usted para que se
traslade a la provincia de Santa Fe y procure concluir un convenio ad referendum
donde el gobierno de la misma a fin de terminar la cuestión de limites conforme al fallo
de la Corte Suprema y su trazado interrumpido en la parte final habiendo regresado sin
arribar a ningún resultado lo que era de esperarse.
El gobierno de Santa Fe se ha mostrado reacio a todo arreglo y no ha querido que
prevalezcan los intereses generales de su provincia y del país y si que primen los
personales de él.
Su gobernador lo ha absorbido todo, las leyes están muy por lo bajo, su persona es
todo, sus actos así lo revelan no obstante su fortuna, él no pierde ripio todo para si y su
engrandecimiento personal como si el pueblo que gobierna fuera muy poca cosa.
El mismo señor Bernardo Iturraspe antes de ser gobernador con 25 hombres armados a
Remington plantó mojones de fierros divisorios con la de Santa Fe y Córdoba con estas
iniciales “Limites de Córdoba” y por el extremo opuesto “Limites de Santa Fe” con un
alambrado paralelo a los mismos de ocho a diez leguas de largo hecho por el mismo
señor y el que está destrozado en la actualidad en su mayor parte.
Esta es la línea que llaman trazada por el señor Toribio Aguirre que no es otra que la
hecha por el señor Iturraspe que toma a esta provincia más de la mitad o cerca de dos
terceras partes de la pedanía Libertad del departamento San Justo; aquel señor trazó
una línea caprichosa y arbitraria cortando los campos de Córdoba. Los particulares
vendidos por la provincia y fiscales en una extensión de mas de 80 leguas según tengo
entendido por informes de personas autorizadas del mismo departamento en cuyo
terreno he estado.
Una transacción sobre aquella línea sería la desmembración de la provincia sin razón
ni motivo alguno a titulo de concesiones o regalos al gobernador Iturraspe porque esos
terrenos representan algunos millones de pesos para esta provincia que no está en
condiciones de tanto desprendimiento y hasta los necesita para solventar en parte
siquiera sus numerosas deudas.
Pero ha sucedido un hecho demasiado raro o un fenómeno psicológico diré por no dar
el verdadero nombre a estas cosas, que esta provincia no tenía quien la defienda del
arrebato de sus vecinos y del famoso sindicato enancado a aquel.
El año 1892 fui a ver esos campos donde tenía los comprados a la provincia el año 87 y
me encontré con los mojones y alambrados del señor Iturraspe, avancé hasta el punto
de “Los altos” campos de igual pertenencia en los que estaba en posesión el famoso
Lucrecio Bosso de comisario principal o autoridad superior de Santa Fe, departamento
52
San Cristóbal a que habían sido incorporados. Muy grande fue mi sorpresa al ver como
se manejaba éste estado invadido por cualquiera y no pude menos de manifestar mi
disgusto a dos individuos que estaban de dueños de casa por el abuso que hacían de
ocupar lo ajeno a lo que contestaron que eran del servicio de Bosso que con una
partida armada andaba en campaña y que le avisarían a él. Me retiré con mis
acompañantes que era mi hijo José y algunos hombres bien armados y con buenas y
abundantes municiones capaces de resistir a cualquier asalto. A las tres de la tarde el
hambre apuraba a mis acompañantes, paramos en un monte de hermosos y corpulentos
árboles hice desenganchar los caballos de un breack que había tomado en Morteros y
nos pusimos a comer. Luego seguimos viaje y tuve el parte a poco andar de que por
media hora de diferencia Bosso nos había desencontrado en el punto citado adonde
venia a asaltarnos con sus gauchos bien provistos de armas dispuestos a todo, aquellos
creían poderlo vencer, yo pienso que los hubiéramos escarmentado a todos y al más
famoso que los mandaba.
Al gobernador de aquella época le manifesté lo ocurrido, hizo caso omiso de todo.
Pensé mandar arrancar los mojones plantados por el señor Iturraspe con hombres
armados por mi cuenta, tenía elementos para eso y un amigo me dijo: usted va a hacer
la victima, va a luchar contra Santa Fe que arrebata los territorios de Córdoba y esta
provincia le va a hacer fuego.
Yo no esquivo el peligro, escatimo y cuido la vida de mis amigos y acepté el consejo.
Retrocedí pues de tal empresa que parecía temeraria convencido de que a los que se
imponían por la violencia y la fuerza era preciso vencerlos por la razón y la justicia.
Así pues hacen más de diez años que con mis abogados estamos defendiendo a la
provincia gratuitamente y gastando sumas enormes y considerables de dinero en un
pleito en que los representantes de esta provincia permanecieron indiferentes sin tener
el coraje de expulsar a los intrusos que la habían asaltado para no luchar contra un
sindicato poderoso de Buenos Aires que compró 229 leguas de campo en el
departamento Matará de la provincia de Santiago del Estero en 40.000 pesos
bolivianos, sin titulo, y querían ubicarlos en esta provincia también tomando campos
que vendía la misma a particulares y de los que es responsable y campos fiscales que
estaban a merced del más fuerte. Los gobiernos anteriores no se preocuparon ni
quisieron resolver la cuestión de limites, el actual es el que la ha afrontado dictando el
decreto de fecha 1 del corriente en que se reconoce el laudo de la Suprema Corte de
Justicia nacional que en su mayor parte de la línea divisoria fija los limites con rumbos
dados de una manera clara y explícita, mientras tanto las autoridades de Santa Fe se
han posesionado y ejercen jurisdicción en una gran zona de campos de la provincia de
Córdoba por la ley del más fuerte.
Sin nuestra actitud y defensa el sindicato se apodera de todo y si quiere introducirse
más al centro de la provincia lo hace.
Eran dos compañías o particulares como se quiera llamar que se disputaban los
terrenos de esta provincia a cual tomaba mayor girón y hacían la superposición de
marras, todo esto más se parece a una novela que a historia real fehaciente.
La provincia no tenia quién la defendiera, esto está evidenciado y cuando aquella fue
citada de evicción y saneamiento y es responsable de los daños y perjuicios y cuando el
asunto está para fallarse por la justicia federal, después de una lucha increíble con
gastos de cientos de miles de pesos por el abandono de mis negocios e intereses durante
más de diez años con prejuicios indescriptibles por los valores que representan cuando
la provincia nada ha aportado para su defensa se buscaba una transacción con
embajadores privados comprendiendo la sin razón de su proceder queriendo ubicar
campos a la voluntad del capricho personal lo que ningún caso podría prevalecer pues
53
la injusticia a veces domina transitoriamente pero nunca prevalece ni se impone. Era
preciso que un particular defendiese a la provincia de Córdoba para evitar que sus
campos fuesen arrebatados y aquella hasta desmembrada y sin poder y sin haber
ayudado con sus recursos como era de su deber. Esperamos que la justicia se haga
pues a no ser nuestra actitud y perseverancia el hecho se consuma inevitablemente
como lo habíamos anunciado otras veces y solos hemos sostenido la lucha invocando
tan solo el derecho y la razón contra los que invocaban la chicana y la mala fe.
El fallo de la justicia federal está para producirse mediante nuestra actitud en lo que
les hemos allanado el camino y facilitado todo pensamos que aquello no se hará
esperar, entonces pues no es justo ni prudente ceder ni un palmo de tierras a la
provincia de Santa Fe que está usufructuando los campos que ha tomado a esta
provincia por un abandono y negligencias inexplicables y el gobierno actual con una
previsión que le honra conocedor de nuestra incesante lucha y trabajo ha dado la
norma de conducta a seguir, aceptando y reconociendo el laudo de la Suprema Corte
de Justicia nacional sin ceder una línea y que los santafesinos, el señor Iturraspe o el
sindicato rectifiquen su error o abuso devolviendo a ésta lo que le pertenece.
Haciendo la justicia de vida pláceme hacer constar que el gobierno actual es el mismo
que se ha preocupado de la cuestión de límites interprovinciales siendo nombrado
comisionado el señor Benjamin Domínguez para buscar una solución o arreglo que
pusiera termino a aquella luego de hacerse usted cargo de la cartera de gobierno que
tan dignamente desempeña.
Santa Fe repudió todo arreglo o transacción con sus sofismas de siempre no obstante la
buena voluntad de este gobierno para solucionar y poner término a todas las cuestiones
equitativas.
Pienso señor ministro que las presentes observaciones las encontrará perfectamente
razonables e inconcusas y todos los peritos hábiles en la materia pensarán como
nosotros que buscamos salvar la integridad de la provincia respetando lo ajeno ya que
aquellos no profesan estas ideas que son de equidad y justicia.
Los que hemos luchado con tanto ahínco por defender la provincia comprometida en
una parte de su territorio que representa millones de pesos no hemos tenido la ayuda
de nadie ni de los que debieran coadyuvar a los mismos propósitos casi solidariamente
en obsequio a la misma que ninguna erogación ha hecho para ser defendida siendo
todo librado al desprendimiento patriótico de los que hemos tomado esa tarea magna
que así se puede llamar y que va a tocar a su fin definitivo”.
Lo interesante a destacar es cómo alguien que históricamente es figura singular en Santa
Fe como lo fue Bernardo de Iturraspe se haya convertido en un verdadero jefe de banda
atropellando a propietarios ubicados en el este cordobés iniciando de acuerdo a su buen
saber y entender una política bandolera al mejor estilo del oeste norteamericano.
Chau, a rivederci
Esta crónica basada casi en un 100% en los periódicos cordobeses “El Eco de Córdoba”,
“La Libertad” y “La Capital” de Rosario tuvo por objetivo pintar cronológica y
temáticamente y fundamentalmente las últimas décadas del siglo XIX y los años
primeros del siglo XX, la contribución que hicieron en un 90% los inmigrantes italianos
y los de otras muchas nacionalidades para el desarrollo de Córdoba y Santa Fe. Y la
elección de esta forma de revivir la historia no ha sido ni gratuita ni casual. Dos
centenares de fichas nos permiten rescatar con una frescura y actualidad imposible de
lograr mediante la contribución del libro los muchos aspectos que tuvo esa colonización
54
inédita en el país pero que ya avanzado el siglo XX ubicó a la Argentina y a la Pampa
gringa como uno de los países más progresistas del mundo y una de las regiones
naturales más fructíferas y productora de alimentos. Los personajes fundamentales de
esta crónica periodística fueron y son los colonos. Vinieron muchos de ellos por sus
propios medios pero la mayoría lo hizo convencidos o medio convencidos de las
bondades que les pintaron los empresarios dedicados a la empresa colonizadora.
Muchos de estos fueron realmente unos trápalas, mentirosos y ladrones y otros en
cambio mostraron cierto pudor en el manejo de sus empresas pues en realidad no se
trataban de traer trastos inútiles de Europa a nuestras pampas sino trabajadores útiles
que pusieron el hombro y convirtieron a nuestro desnudo y casi inhabitado país en una
república progresista, productora de bienes de consumo universal y cuna de una
sociedad de trabajo y cultura. En esta crónica hemos hablado del origen de la mayor
parte de estos colonos, de sus éxitos, de sus fracasos, del ingenio puesto para lograr las
metas propuestas y todo aquel mundo vario pinto y novedoso que marcó día a día esta
empresa inédita en nuestra región. De parte de los gobiernos nacionales y provinciales
hubo de todo: aciertos, errores garrafales, denuncias numerosas de corrupción,
participación de todo tipo de buscadores de fortuna en colusión con funcionarios, pero
también hubo y eso está en las publicaciones periódicas que hemos utilizado pioneros
de todo tipo, funcionarios estrictos y capaces que mal que mal o bien que bien, supieron
dar respuesta a los desafíos que se fueron presentando. Pensamos que el balance de esto
que hemos rescatado ha sido, visto con la perspectiva de más de un siglo, absolutamente
exitoso. La Argentina del Centenario nada tenía que ver con aquella colonia que un día
decidió independizarse políticamente de España, pues si aquella fue esencialmente
política la Revolución Agraria de fines del siglo XIX y principios del XX fue
esencialmente económica con todas sus benéficas consecuencias. Hubo abusos, hubo
rectificaciones de todo tipo pero, creemos, en todos los protagonistas existía el ánimo de
poner lo suyo, prosperar y hacer de este país, aprovechando su gigantesca riqueza
natural el Crisol de Razas de la que hablara Manuel Gálvez. Pensamos que basarnos
estrictamente en los periódicos de la época permitiría dar un panorama no solamente
más fresco, cierto y expresivo sino que podría revivir con más fuerza lo que constituyó
aquella gigantesca tarea en la que se vieron involucrados millones y millones de
hombres y mujeres que llegaron a nuestra tierra huyendo de la espantosa crisis europea,
esperando no “hacerse la América” sino vivir en trabajo y en paz. No hemos pretendido
hacer una crónica puntual científica y agotadoramente petulante, simplemente hemos
tratado de rescatar un período de nuestra historia que nos marcó para siempre.
Fuentes



(1) (2) (3) (4) (5) Priamo, Luis: “Memorias de la Pampa Gringa”. Universidad
Nacional de Quilmes. 2005
Sarmiento, Domingo “Obras completas”. Tomo II. Universidad de la Matanza
2001.
Colecciones de los periódicos “El Eco de Córdoba” y “La Libertad”. Biblioteca
Mayor Universidad de Córdoba.
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