DOS TORRES-2 Las rutas de la trashumancia: La Cañada Real Soriana y la colada de Dos Torres a la Estación de Los Pedroches La trashumancia hacia los pastizales de Los Pedroches apenas es en la actualidad una estampa testimonial de lo que fue durante muchos siglos. En posición intermedia entre los grandes invernaderos del sur del Guadiana y del norte del Guadalquivir, esta comarca da continuidad a los tradicionales y afamados “extremos” meridionales, tan solicitados por los trashumantes serranos. Las cuadrillas sorianas del partido de Yanguas accedían a estas tierras a través de la Cañada Real Soriana Oriental, que comunicó durante siglos los puertos riojanos y sorianos con los “extremos” manchegos y andaluces. Esta gran cañada se conecta, ya en tierras de Ciudad Real, con la Conquense o de Los Chorros, que permitía a los trashumantes de las serranías de Cuenca y Albarracín llegar a las dehesas pedrocheñas. Tras la aparición del ferrocarril, los ganaderos optan poco a poco por este medio de trasporte, que a su vez se va viendo desplazado por el camión en las últimas décadas. Todavía hoy, motivados en parte por la cercanía entre las estaciones de origen (Cuenca y Chillarón) y la de destino (Guadalmez- Pedroches), la mitad de los trashumantes que aprovechan los pastos invernales de Los pedroches siguen desplazándose en tren. Esta cabaña ganadera que trashuma actualmente a Los Pedroches procede de las serranías colindantes de las provincias de Cuenca y Teruel, núcleo originario de uno de los cuatro partidos tradicionales de La Mesta: Cuenca La estación de Guadalmez-Pedroches se localiza en la provincia de Ciudad Real, aunque muy cerca del límite con la de Córdoba, por tanto, además del viaje en tren, es preciso emplear, desde la estación de desembarque a las fincas de destino, varias jornadas a pie a través de las vías pecuarias, para la ida; y otras tantas y recíprocamente para la vuelta. La más importante de las vías pecuarias utilizadas es la colada de Los Pedroches, que parte de dicha estación de tren hacia el Sudeste, internándose en la provincia de Córdoba por el término de Santa Eufemia. Esta ruta continúa hacia el sur por la vereda de Córdoba a Almadén, y ya cerca del municipio de Dos Torres -y cuando penetra en él- continúa con la colada de dos Torres a la estación de los Pedroches. Según se cuenta en nº 9 de Cuadernos de la Trashumancia, el 4 de junio de 1991 se constató un embarque de un rebaño de 2.000 ovejas y 50 cabras, que procedía del término de Dos Torres –donde pasó el invierno y primavera- con destino al término de Tragacete (Cuenca), y que utilizaron para su desplazamiento el trayecto ferroviario entre las estaciones de Guadalmez-Pedroches y Chillarón (Cuenca), que distan 402 kilómetros. Se da la circunstancia que tanto la Cañada Real Soriana como la colada de Dos Torres a la Estación de Los Pedroches atraviesan en parte el término municipal de Dos Torres, y las dos han sido señalizadas para la práctica del senderismo. Así que ahora tenemos la oportunidad de recorrer a pie las viejas rutas de la trashumancia, tanto la tradicional -más larga y antigua- que utilizaban las cuadrillas sorianas; como la ruta más corta y moderna, que conducía a la estación de tren donde se embarcaban –y puede que todavía se sigan embarcando- los pocos rebaños que siguen practicando la trashumancia en esta bella comarca del norte de la provincia de Córdoba. La Cañada Real Soriana en el término de Dos Torres: La cañada Real Soriana está señalizada en su tramo norte –desde Córdoba hasta el molino de Turruñuelo, en el río Gudalmez- como Sendero de Gran Recorrido (GR- 40), además, en la parte que discurre por la comarca de Los Pedroches, la mancomunidad que agrupa estos municipios ha marcado también dos tramos de este recorrido. El segundo tramo discurre entre Pozoblanco y El Guijo. Los primeros cinco kilómetros coinciden con la carretera que une ambas poblaciones, pero justamente donde confluyen los términos municipales de Pozoblanco, Dos Torres y Pedroche, la cañada se separa por la izquierda y hasta llegar al pueblo del Guijo no volvemos a pisar asfalto, atravesando un trozo del término de Dos Torres o bien, sirviendo de linde entre este término y los de Pedroche y El Guijo. Si iniciamos nuestra ruta en este punto, a cinco kilómetros de Pozoblanco, comprobaremos que muy cerca tenemos el vértice geodésico de Porcuna, y a unos cien metros al oeste se localiza una tumba antropoide excavada en granito de probable origen visigodo. Tras atravesar la carretera de Dos torres a Pedroche, que coincide con una vía pecuaria -la colada del Ranchalla cañada se nos muestra de nuevo en toda su anchura y totalmente cubierta por un retamal, de tal forma que será necesario encontrar los pasos más adecuados siguiendo pequeños caminos y sendas marcadas por el continuo paso de las ovejas. Llegando al Guijo el paisaje predominante desarbolado se va cubriendo de encinas hasta formar dehesas más o menos densas. Las aves más frecuentes son las típicas de los paisajes abiertos como cogujadas, trigueros, avefrías o aguiluchos cenizos. Cuando pasemos cerca del Centro Comarcal de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos se incrementará la cantidad y variedad de aves, pues muchas especies se han acostumbrado a conseguir alimento fácil en los vertederos de basura. No es difícil avistar grandes concentraciones de cigüeñas blancas durante todo el año, de milanos reales en invierno, o de milanos negros en primavera y verano. De Dos Torres a Santa Eufemia Esta ruta señalizada por la Mancomunidad de Municipios de Los Pedroches discurre por dos vías pecuarias: la vereda de Córdoba a Almadén y la colada de Dos Torres a la Estación de Los Pedroches; ambas se unen con la Cañada real de La Mesta en el mismo punto. Se inicia el recorrido en el pueblo de Dos torres. Tras cruzar un viejo puente sobre el arroyo Milano continuamos en dirección norte, dejando los numerosos caminos que a derecha e izquierda se unen a esta vía principal. El arroyo Cigüeñuela corta el camino en dos ocasiones y añade variedad a un paisaje dominado por dehesas y pastizales. Las adelfas y los tamujos que festonean este curso de agua, y sobre todo el tapiz blanco de los ranúnculos en primavera, introducen una nota de color y sirven de refugio a una rica comunidad animal: ranas verdes, galápagos leprosos, pollas de agua, azulones y garzas reales pueden observarse con facilidad en este plácido afluente del Guadalmez.