16 de enero de 2014 AJ-D-007-2014 Máster Rolando Mora Zelada Vicedecano Centro de Estudios Generales Estimado señor: En atención a su oficio CEG-VD-235-2013 del 24 de setiembre de 2013, le remito el dictamen de la Asesoría Jurídica OBJETO DE LA CONSULTA: Se requiere criterio jurídico sobre cómo resolver la solicitud de una académica del Centro de Estudios Generales para que se le certifique el informe final de un proyecto universitario, con el objetivo de realizar trámite de dedicación exclusiva y respecto del cual, no consta existencia en los archivos del Centro. ANÁLISIS DE LA CONSULTA: 1. Fuentes consultadas: Ley General de la Administración Pública Criterios C-325-2011 de la Procuraduría General de la República. Dictámenes AJ-D-827-2008 y AJ-D-354-2013 de la Asesoría Jurídica. Documentación remitida con la consulta Estudio Licda. Tatiana Alvarado Valverde 2. Sobre el fondo: La Ley General de la Administración Pública en su artículo 65 párrafo segundo establece que “La potestad de emitir certificaciones corresponderá únicamente al órgano que tenga funciones de decisión en cuanto a lo certificado o a su secretario”. AJ-D-007-2014 2 16 de enero de 2014 De conformidad con lo anterior, la Administración puede emitir certificaciones sobre hechos o situaciones que consten a los funcionarios y órganos que la representan. Es por tal situación que, cuando la Administración emite una certificación como la solicitada por la académica referida en la consulta, debe existir certeza para la autoridad competente, en este caso el Decano o el propio Vicedecano consultante, de la existencia del proyecto y de la participación de la profesora en dicha actividad. Al respecto, es pertinente considerar lo indicado por la Procuraduría General de la República y esta Asesoría sobre la materia, señalando lo siguiente: “Un certificado de buena conducta o un certificado médico encierran una declaración de juicio que supone, naturalmente, un previo conocimiento; por el contrario, cuando la certificación se limita a poner de manifiesto lo que existe en archivos preestablecidos, nos encontramos ante una certificación de conocimiento. El funcionario que expide una certificación relativa a un asiento registral, no emite una declaración de voluntad, sino de conocimiento, en cuanto que le consta la exactitud entre el documento y el registro. No ocurre lo mismo en las declaraciones de juicio que son aquellas que no se basan en archivos preestablecidos, sino en una serie de análisis o conocimientos previos que el agente lleva a cabo para formar su juicio.” (GARCÍA-TREVIJANO FOS, José Antonio, Tratado de Derecho Administrativo, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, segunda edición, Tomo II, Vol. I, 1971, p.226). “El acto de certificación es una declaración de conocimiento con la finalidad de asegurar la verdad de lo que en él se contenga y que la Administración conoce. La Administración, para emitir estos actos, constituye unos datos que, por razones de seguridad jurídica e interés general, va a declarar son ciertos. Esta declaración la realiza mediante un acto administrativo de certificación en el que manifiesta ser verdad (real o formal) aquello que conoce y es objeto de dicho acto.” (GARCÍATREVIJANO, Op.cit., p. 226). De manera que el acto de certificación va precedido de otros actos previos sobre los cuales se constituye la base sobre la que se certifica. La Administración asegura la verdad de un hecho o situación, pero de manera limitada a exteriorizar aquello de lo que ya tiene constancia, pero lo hace basándose en algo objetivo u objetivable.” Por consiguiente, en este caso la autoridad pública certificante sólo podría consignar declaraciones de conocimiento según datos de naturaleza objetiva u objetivable, según sus registros o archivos” (Dictamen C-325-2011 de la Procuraduría General de la República, del 22 de diciembre de 2011). AJ-D-007-2014 3 16 de enero de 2014 “Finalmente, es importante aclarar que el procedimiento sugerido en la consulta, no es razonable (art. 15 y 16 de la Ley General de la Administración Pública) dado que quien certifica una copia debe tener a la vista el original. Pero si este se encuentra bajo custodia del Archivo Central, no se podría en la oficina de origen, dar fe de que la copia respectiva es fiel y exacta de su original”(AJ-D-827-2008 de la Asesoría Jurídica, del 29 de setiembre de 2008). “Se aclara también en el oficio VVE-DBE-DIR-564-2013 del 24 de mayo de 2013 que de acuerdo a la solicitud del funcionario Aguirre Rosales, de oficio ECAPROF-193-2013, ese Departamento tiene potestad para extender una constancia de los beneficios de beca, así como la vigencia de los mismos, pero no está bajo su competencia certificar el programa de estudio al que perteneció un estudiante, los años de estudio, el grado obtenido o la condición laboral de un funcionario (...)” (AJ-D-354-2013 de la Asesoría Jurídica, del 26 de junio de 2013). CONCLUSIÓN: Si bien es clara la potestad de certificar con la que cuentan las autoridades del Centro de Estudios Generales, la información que se requiere certificar debe constar en los archivos y registros de dicho Centro para poder emitir dicha certificación. Al dejar claro el señor Vicedecano consultante que dicha información no está disponible en dicho Centro Académico, deviene en imposible certificar lo requerido por la académica, razón por la que la situación del trámite para el cual se requiere sólo tendría como única solución posible, ubicar los documentos que comprueben el dicho de la señora Alpízar Jiménez en otra Unidad de la Universidad y que la autoridad de dicha dependencia proceda a emitir la certificación correspondiente (por ejemplo, Vicerrectoría Académica, Direcciones de Área, Sistema Institucional de Archivo, etc). Este es nuestro criterio que sometemos a su consideración. Atentamente, ASESORÍA JURÍDICA César Sánchez Badilla Asesor Jurídico