DICTÁMENES 2003 DICTAMEN 51 /2003. Materia sometida a dictamen: Modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Monzón (Huesca) que afecta a suelo no urbanizable especial colindante con el sistema viario del Puente de la Jacilla. ANTECEDENTES: Se deducen del contenido del dictamen. CONSIDERACIONES JURÍDICAS I.El Dictamen solicitado entra dentro de las competencias legalmente establecidas de esta Comisión dado lo previsto en el artículo 56.1.g) del Texto Refundido de la Ley del Presidente y del Gobierno de Aragón (en lo sucesivo LPGA) aprobado por el Decreto Legislativo 1/2001, de 3 julio, en correspondencia con lo dispuesto en el artículo 74.2 de la Ley 5/1999, de 25 de marzo, Urbanística de Aragón. Por imperativo legal, el dictamen a emitir por esta Comisión necesariamente ha de ser favorable, en relación a la modificación del planeamiento propuesta, para que pueda entenderse habilitada la Administración competente para dictar el acuerdo de aprobación definitiva de la modificación del planeamiento. Así se manifiesta expresamente el citado artículo. 74.2 de la Ley Urbanística aragonesa, que además incluye, en concordancia con el artículo anteriormente mencionado de la LPGA, al suelo no urbanizable especial al establecer lo siguiente: “Cuando la modificación del Plan tuviera por objeto una diferente zonificación o uso urbanístico del suelo no urbanizable especial o de los espacios verdes y libres de dominio y uso público previstos en el Plan, se requerirá como mínimo, para aprobarla, que la previsión del mantenimiento de la superficie de tales espacios sea de igual calidad que la exigida para los espacios ya previstos en el Plan, así como el previo informe favorable de la Comisión Jurídica Asesora”, lo que ha reiterado el artículo 155.2 del Reglamento de “desarrollo parcial de la Ley 5/1999, de 25 de marzo, Urbanística, en materia de organización, planeamiento urbanístico y régimen especial de los pequeños municipios”, aprobado por Decreto 52/2002, de 19 de febrero, del Gobierno de Aragón. Dado que la modificación propuesta afecta, al menos en parte, a suelo no urbanizable especial, según la clasificación y categorización efectuada por el Plan General vigente de Monzón, el dictamen que se solicita es preceptivo y, como indica el transcrito precepto legal, ha de ser 1 COMISIÓN JURÍDICA ASESORA DEL GOBIERNO DE ARAGÓN favorable para que la modificación propuesta pueda ser objeto de aprobación. Es, pues, un informe habilitante en todo caso de la actuación del órgano competente para la aprobación definitiva de la modificación del planeamiento. En función de lo indicado en el art. 64.1, en relación con el 63, ambos de la LPGA, resulta competente la Comisión Permanente de la Comisión Jurídica Asesora del Gobierno de Aragón para la emisión de este Dictamen. II.Debe dejarse constancia, en primer lugar, que en el procedimiento de modificación del planeamiento se han cumplido las formalidades exigibles, no así de lo establecido en el artículo 164 del R.D. 2568/1986, de 28 de noviembre, por el que se aprobó el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales, sobre la formación de los expedientes, al faltar, al menos el documento en el que formalizaron las alegaciones formuladas por el Grupo Municipal Socialista. En efecto, tras la aprobación inicial por parte del Ayuntamiento se ha realizado, durante el plazo establecido legalmente el trámite de información pública (en el que hubo una alegación, según consta en la certificación expedida por la Secretaría del Ayuntamiento –documento número 11 del expediente-) y se han emitido informes, el último favorable, por la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio de Huesca. Tras la recepción de este informe en el Ayuntamiento, el Alcalde de Monzón ha remitido el expediente al Vicepresidente del Gobierno y Consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales a fin de que esta Comisión pueda llevar a cabo la intervención que prevé el art. 74.2 de la Ley Urbanística de Aragón. III.- Son varias las modificaciones “puntuales” que se han introducido en el Plan General de Ordenación Urbana de Monzón, cuya revisión fue estimada “próxima” en el convenio aludido en el antecedente segundo de este Dictamen. Con carácter general ha de indicarse que una multiplicidad de modificaciones puede ocultar una revisión por cauces inadecuados, marginando así la ordenación integral del término municipal que han de tener tanto el Plan General como sus revisiones, como se desprende de la lectura de los artículos 32 y 72 de la de la Ley Urbanística y 19 y 153 del Reglamento de desarrollo parcial de esta Ley, criterio ya sustentado por esta Comisión al dictaminar el proyecto del mencionado Reglamento (Dictamen 81/2001, de 3 de abril, consideración jurídica VII. G) al decir, en relación al artículo 166 del proyecto de Reglamento dictaminado que “en todo caso deben salvarse (...).los supuestos de modificaciones sucesivas que encubran una revisión”. Por otra parte, no cabe desconocer que los artículos 73.1 de la Ley y 154.1 del Reglamento citados admiten las modificaciones aisladas de las determinaciones de los Planes siempre que quede justificada su necesidad o conveniencia, se estudien los efectos sobre el territorio y se defina el nuevo contenido del Plan con un grado de precisión similar. Además, hubiera sido al menos deseable una mayor, o incluso distinta justificación de la modificación y de sus efectos, dadas las exigencias que a tal efecto establecen los citados artículos 73.1 de la Ley Urbanística y 154.1 del Reglamento de desarrollo parcial de esta Ley. 2 DICTÁMENES 2003 En cuanto al fondo del asunto debemos indicar de manera muy simple, que no han quedado plasmados en el supuesto que se somete a nuestra consideración la concurrencia del requisito señalado en el artículo 155.2 del texto reglamentario de desarrollo parcial de la Ley Urbanística ni de un interés público que justifique un cambio en la clasificación de suelo de no urbanizable especial para pasar, según la voluntad municipal, a otras clases de suelo. Como se ha indicado, la posibilidad del “ius variandi” del planeamiento es algo expresamente admitido en la Ley, pero tal posibilidad está vinculada a la mejor satisfacción del interés público, y ésta ha de quedar explicitada en la Memoria y en los acuerdos que se adopten para su aprobación, pero nada aporta la Memoria del proyecto sobre tal finalidad, sin menoscabo, por supuesto, del elemento teleológico en el acuerdo plenario del Ayuntamiento de aprobación inicial en el que no ha quedado expresado o, al menos, no ha podido conocer esta Comisión, ya que su constancia ha de contribuir a conocer y garantizar el adecuado uso de la discrecionalidad técnica. Así lo ha entendido la jurisprudencia al sustentar: “Esta Sala viene recordando repetidamente la importancia de la Memoria del Plan. Como declara la sentencia de 13 de febrero de 1992, la Memoria es ante todo la motivación del plan, es decir la exteriorización de las razones que justifican el modelo territorial elegido y, por consecuencia, las determinaciones del planeamiento. El Plan, que tiene una clara naturaleza normativa exige como elemento integrante esencial la Memoria; la profunda discrecionalidad del planeamiento, producto normativo emanado de la Administración y que pese a ello está habilitado para regular el contenido del derecho de propiedad explica la necesidad esencial de la Memoria como elemento fundamental para evitar la arbitrariedad.- La Memoria es un instrumento de inapreciable importancia para controlar las determinaciones normativas del Plan” (STS de 14 de julio de 2000). Y el mismo Tribunal sobre el “ius varandi” tiene dicho –STS de 16 de octubre de 2001-: “La modificación o revisión de un Plan de Urbanismo, es reflejo y consecuencia del «ius variandi» de la Administración, para alterar el régimen del suelo, en armonía con los fines e intereses públicos, cambiantes con el devenir temporal, sin que pueda oponerse a dicho «ius variandi» la vigencia anterior de otra ordenación urbanística, porque el planeamiento, no es ni puede ser algo estático e inmutable, sino siempre atemperado a las necesidades sociales cambiantes que la Administración está obligada a reflejar al regular el modelo territorial idóneo para satisfacer esos intereses públicos o generales”. IV.Las razones que proporciona el Ayuntamiento de Monzón en su propuesta, al asumir la justificación de la Memoria del proyecto, responden a tres hechos: 1).- Inmediata urbanización del Sistema General viario de comunicaciones de conexión entre La Jarilla y el centro de la ciudad; 2).- En la actualidad la calle trasera que da servicio a la Estación de Autobuses está sin conectar; y 3).- Existe un convenio urbanístico entre el Ayuntamiento y los particulares. Pues bien, el trazado del sistema General viario, denominado en la documentación gráfica “Prolongación C/ Cortes de Aragón”, es coincidente con el del Plan General vigente, y este clasificó la casi totalidad de los terrenos colindantes como no urbanizables, con la categoría de especial para la protección de las huertas, a pesar de estar previsto este vial, es decir, para preservar el suelo así clasificado por su valor agrícola, independientemente de que su ejecución 3 COMISIÓN JURÍDICA ASESORA DEL GOBIERNO DE ARAGÓN todavía no haya sido todavía llevada a cabo. Al mismo tiempo, los sistemas generales integran la estructura general y orgánica del territorio (art. 33.b) y 106.2 de la Ley y 27.1b), 41.1b) y 42.2 del Reglamento), precisando el artículo 41 del Reglamento que “la definición de los sistemas generales determinantes de la estructura general del territorio se formulará sin perjuicio de la clasificación del suelo, y el proceso de ejecuciones acomodará a la estrategia establecida para el desarrollo del Plan”, texto coincidente con el artículo 26.2 del antiguo Reglamento de Planeamiento aprobado por el R.D. 2159/1978, de 23 de junio. Acerca de esta última norma reglamentaria la jurisprudencia ha señalado que “el artículo 26-2 del Reglamento de Planeamiento dispone que «la definición de los sistemas generales determinantes de la estructura general del territorio se formulará sin perjuicio de la clasificación del suelo...». Entre estos sistemas generales estructurales se encuentra, según el artículo 12-1-b) del TRLS «los espacios libres destinados a parques públicos y zonas verdes». Pues bien, los demandantes no han alegado ni probado en absoluto que el destino fijado por el Plan al suelo de su propiedad (según ellos mismos, zona verde, espacio libre y parque público, clave 31) sea propio del suelo urbano [artículo 12-2-1-c) del TRLS] y no propio de la estructura general del territorio [artículo 12-1-c) del mismo]; esto último es lo que indirectamente afirmó el Consejero de Obras Públicas y Urbanismo al resolver el recurso de alzada (página 8 de la resolución de 6 de mayo de 1992), pues basó su decisión en el artículo 26-2 del Reglamento de Planeamiento, que se refiere a los «sistemas generales determinantes de la estructura general del territorio».-Y siendo así las cosas, se debe concluir que, tratándose no de un sistema general propio del suelo urbano, sino propio de la estructura general del territorio, el Plan General puede localizarlo en cualquier clase de suelo”. En consecuencia, ni la localización del sistema general viario –Prolongación de la C/ Cortes de Aragón- ni su ejecución justifica el cambio de clasificación del suelo no urbanizable especial comprendido en el proyecto de modificación “puntual” del Plan General. También el Plan General previó un vial en la parte posterior de la estación de autobuses, colindante con el camino de La Jacilla, y, sin embargo, dio a los terrenos sobre los que ahora se proyecta su prolongación hasta enlazar con la calle Cortes de Aragón la misma clasificación y categoría. Al no constituir este vial un sistema general podrá ser de interés público su ejecución en el futuro a través de los medios que proporciona la legislación urbanística, pero esta ejecución no justifica una modificación “puntual” tan amplia como la proyectada. Por último, se justifica la modificación en la previa existencia de un convenio urbanístico con quienes eran propietarios de los terrenos en el momento de su formalización. En el Dictamen 153/2002, de 15 de octubre, esta Comisión ya advirtió que “la referencia al convenio urbanístico no constituye un apoyo para justificar la modificación, algo que se suscita con cierta frecuencia, pues, como ha sustentado el Tribunal Supremo en su Sentencia de 3 de abril de 2001, y ahora se estima conveniente significar, las exigencias del interés público que justifican la potestad de planeamiento urbanístico, manifestada mediante la promulgación de los planes como normas reglamentarias de general y obligado acatamiento, impiden, sin embargo, que aquella potestad pueda considerarse limitada por los convenios que la Administración concierte con los administrados. La Administración no puede disponer de dicha potestad. La potestad de planeamiento ha de actuarse siempre en aras del interés general 4 DICTÁMENES 2003 y según principios de buena administración para lograr la mejor ordenación urbanística posible”. Junto a la precedente cita, ha de resaltarse que la jurisprudencia se ha pronunciado de forma constante de conformidad con este criterio. Ejemplo de ello es la Sentencia del Tribunal Supremo de 20 de diciembre de 2000 al recordar en ella que la anterior Sentencia de 13 de julio de 1990 ya señaló que “la potestad de planeamiento no puede encontrar límite en los convenios que la Administración haya podido concluir con los administrados, ... (ya) que no resulta admisible una “disposición” de la potestad de planeamiento por vía contractual: cualquiera que sea el contenido de los acuerdos a que el Ayuntamiento haya llegado con los administrados, aquella potestad ha de actuarse para lograr la mejor ordenación posible, sin perjuicio de las correcciones jurídicas que ya en otro terreno pueda desencadenar el apartamiento de convenios anteriores”. A su vez, la Sentencia del mismo Tribunal de 24 de junio de 2000 recogió anterior doctrina, vinculada a la mejor satisfacción del interés público, y expresada de la forma siguiente: “En la sentencia de 15 de marzo de 1997 hemos distinguido entre los denominados convenios de gestión urbanística y los convenios urbanísticos de planeamiento. Mientras que los primeros se dirigen a la gestión o ejecución de un planeamiento ya aprobado y contienen, por ello, estipulaciones conformes al mismo, los convenios de planeamiento tienen por objeto la preparación de una modificación o revisión del planeamiento en vigor.- La finalidad de un convenio de planeamiento es pues, precisamente, la de lograr una modificación futura de la ordenación urbanística existente. El resultado final que contemplan suele mostrar, por ello, una contradicción material con las normas de planeamiento vigentes en el momento en que se suscriben, ya que los mismos se fundamentan en la indudable potestad («potestas variandi») que ostenta la entidad local para iniciar discrecionalmente la modificación o, en su caso, revisión del planeamiento con vistas a adaptarlo a las exigencias cambiantes del interés público. Es claro, no obstante, que la modificación debe ir encaminada a la satisfacción de dicho interés, con el control de los Tribunales de este orden jurisdiccional y debe respetar, además, el procedimiento establecido en cada caso para la modificación de la normativa de planeamiento de que se trate (artículo 45 y siguientes del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 9 de abril de 1976 y 154 y siguientes del Reglamento de Planeamiento).- No puede existir, a la luz de lo expuesto, una tercera figura de convenios urbanísticos caracterizados por contradecir las normas de planeamiento supraordinadas a ellos sin contemplar una modificación futura de éstas, ya que tales convenios serían nulos (artículos 57 y 58 del TRLS) por contradecir lo dispuesto en la Ley. Pues bien, ése es el caso del convenio urbanístico anulado por el Tribunal Superior de Justicia, que ha dado origen a la presente casación” (a la Sentencia de 15 de marzo de 1997 se refieren también las más recientes de 9 de marzo de 2001 y 31 de enero de 2002). Por tanto, tampoco la referencia del convenio urbanístico del que se hace mención en la Memoria para justificar la modificación proporciona base suficiente a tal efecto. V.Por los límites que la Ley impone al Dictamen de esta Comisión, no procede entrar a considerar otros extremos que, aun teniendo naturaleza jurídica, no responden a su ámbito, como pudiera ser el análisis de los requisitos legales para que un suelo pueda clasificado como urbano. 5 COMISIÓN JURÍDICA ASESORA DEL GOBIERNO DE ARAGÓN Por cuanto antecede, la Comisión Jurídica Asesora del Gobierno de Aragón emite el siguiente DICTAMEN: “Procede informar desfavorablemente la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Monzón (Huesca) que afecta a terrenos colindantes al sistema general viario, Puente de La Jacilla” por las razones contenidas en el cuerpo de este Dictamen. En Zaragoza, a once de marzo de dos mil tres. 6