La Alimentacion del Potro

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La Alimentación del Potro
Un año más estamos en la temporada de partos. Hemos cruzado nuestra yegua con un semental espectacular, le
hemos asegurado a la yegua unos cuidados especiales; ha sido correctamente desparasitada; el veterinario le ha hecho
el seguimiento; ha recibido, durante los tres últimos meses un 10%-20% más de energía a través de la dieta, que
además debe tener un alto contenido vitamínico y.... ¡ya tenemos aquí un potro precioso! No hay que descuidarse, el
futuro de esta joven “promesa” está en nuestras manos y su alimentación, a partir de ahora, determinará en un alto
porcentaje, su rendimiento en la etapa adulta.
Cuando hablo con nuestros criaderos, la primera cosa que siempre me dicen es que están preocupados por el tamaño
de sus potros. Cuanto más grande sean, más contentos los dueños. Sin embargo, empujar el crecimiento de un caballo
joven, puede crear problemas de diversos tipos. Así que el objetivo principal de dar de comer a un potro es que coman
lo suficiente para crecer bien, pero no darles demasiado a fin de no provocarles estrés en sus sistemas. Hay que
recordar que la mayoría de los caballos van a ser atletas de adultos, y un atleta gordo es el mas común.
Una vez nacido el potro, el siguiente paso es asegurar que la leche materna sea de buena calidad y prevenir los
defectos de crecimiento que pudieran surgir como consecuencia de una dieta incorrecta o con carencias en elementos
esenciales que comprometan la calidad de la lactancia.
Es común en los criaderos de España dar a la yegua, durante el período de lactancia, alfalfa y avena. Como base, no
está mal, pero hay que tener presente que la yegua necesita un 12,4% de proteína y un aporte suplementario de
vitaminas durante los tres primeros meses si queremos enriquecer la leche que mamará el potro...¡hasta 100 veces
diarias! La mezcla de alfalfa y avena no es suficiente.
En principio no hay contraindicaciones para suministrar un pienso rico en vitaminas o un suplemento, pero hay que
tener cuidado. Es posible que el potro, a partir de las 2-3 semanas de vida, picotee de la ración de pienso de la madre y
en este caso, habría que controlar el nivel de energía que recibe, las kilocalorías. El potro necesita un alto nivel
proteínico para el desarrollo de huesos y tejidos, pero el nivel energético debe ser bajo, ya que se necesita que en los
primeros meses de vida e incluso hasta el año y medio, adquiera una buena conformación de huesos, cartílagos y un
desarrollo correcto de todas sus articulaciones. No se busca un rápido crecimiento a través de un pienso con un alto
nivel energético, ni un potro gordo, puede estar “guapo” y sano a la vez.
Investigaciones con potros, llevadas a cabo durante los últimos cuatro años, han demostrado que algunas
enfermedades óseas (OCD, epifitis...) detectadas en potros muy jóvenes tienen su origen en dietas que aportan un
exceso de almidón, o que son excesivamente energéticas. Los piensos que aportan un exceso de almidón tienen
tendencia de acelerar la velocidad de crecimiento y esto puede causar un estrés sobre las articulaciones del potro. La
clave está en un menor aporte de energía con un refuerzo de aminoácidos, vitaminas y minerales. Un reto, si se
considera que el nivel de proteinas y vitaminas normalmente va en consonancia con el nivel energético.
El aporte de proteínas es también esencial para el correcto desarrollo de la musculatura. Numerosos estudios a nivel
mundial están de acuerdo en que se puede reducir el aporte proteínico recomendado durante el crecimiento, si se
incluyen determinadas cantidades de los aminoácidos esenciales lisina, treonina y metionina.
No existen fórmulas exactas para conseguir un potro espléndido, pero hay un par de consejos básicos:
·
Un potro debería ingerir unos 450gr diarios de pienso especializado por mes de edad desde los 6 meses.
Es interesante que el potro haya comido pequeñas raciones de pienso antes del destete, con ello el sistema
digestivo se irá acostumbrando a digerir sólido, habrá creada una flora bacteriana apropiada y tendrá una reserva
de energía. Hay que tener en cuenta que el momento del destete, es para el potro, psicológicamente estresante y
se manifiesta con una reducción del apetito, al dejar de comer se interrumpe la línea de crecimiento gradual.
Debe darse importancia a la flora bacteriana que el potro debe haber desarrollado antes del destete.
Si la yegua o el potro por alguna razón no tienen una flora intestinal adecuada es conveniente que el pienso que
tomen contenga Yea-Sacc, que es un producto natural formado por diversas levaduras junto al medio en el que se
han cultivado. El aporte de Yea-Sacc es necesario, dado que la digestión del almidón contenido en los cereales
libera ácido láctico, y un exceso de este, convierte el intestino en un medio demasiado ácido para que las bacterias
y micro-organismos, habitualmente presentes en la digestión de las fibras, puedan proliferar y hacer su trabajo.
Esto implica que, una gran parte de los nutrientes de la dieta, no se absorban en la medida adecuada y se
observen carencias en vitaminas y minerales.
Últimos avances en nutrición en Europa
Lejos de las tendencias en nutrición equina de las últimas décadas, los estudios científicos actuales han incorporado un
nuevo elemento a tener en cuenta. Los nucleótidos.
A nivel celular, el ARN (ácido ribonucléico) y los nucleótidos forman la base estructural de la reproducción celular. Se
deben generar células nuevas al mismo ritmo que las viejas mueren. Antes de que una célula tipo se divida, debe
doblar su tamaño y duplicar su información genética. En esta división celular el ADN, el ARN y los nucleótidos son los
componentes más importantes. La cadena de ADN es una molécula alargada, parecida a una escalera cuyos peldaños
están formados por cuatro tipos de nucleótidos: A,C,T o G. Las diversas secuencias de los nucleótidos en la molécula
de ADN representan el mapa genético de la célula viva. Una célula tipo contiene un equivalente a 3 billones de
nucleótidos.
¿De dónde sacamos los nucleótidos?
Tanto el ser humano como los caballos obtienen nucleótidos de diversas fuentes: de reciclar los que se encuentran en
las células que mueren, de la dieta y de la propia producción de nucleótidos en las células. Una dieta pobre o
desequilibrada puede incidir en una menor capacidad de producción de células en casos límite: a la hora de “atacar”
una infección, recuperarse de una intoxicación o superar un período estresante (destete, viajes, concursos...).
El potro, durante su formación en el vientre de la yegua y tras el parto, requerirá una ingente cantidad de células
nuevas. Las áreas relacionadas con el metabolismo y la producción de hormonas, el sistema inmunitario y el músculoesquelético deberán estar especialmente reforzadas. En definitiva, los nucleótidos estarán presentes en la
multiplicación celular general del potro y, de esta presencia, dependerá no sólo un crecimiento adecuado sino su
capacidad de afrontar y recuperarse de infecciones y pequeñas disfunciones.
Los tratamientos veterinarios habituales como vacunas y administración de antibióticos se verán potenciados si el
sistema inmunológico funciona correctamente y la respuesta al desafío inmunitario puede mejorarse si el organismo
dispone de una reserva de nucleótidos. En el caso de heridas, medio ideal para la proliferación de microbios, los
nucleótidos no sólo actúan reforzando, como ya se ha dicho, las defensas, sino que también contribuyen a una rápida
regeneración del tejido dañado, acortando el proceso de recuperación.
Otra de las ventajas de contar con una reserva de nucleótidos, a cualquier edad, es que son parte esencial en la
producción de glóbulos rojos, y estos son indispensables para el transporte el oxígeno por todo el cuerpo. En períodos
de trabajo duro y competición, la resistencia al esfuerzo, por tanto, aumenta.
La importancia del calostro
Es común en los criaderos de España dar a la yegua, durante el período de lactancia, alfalfa y avena. Como base, no
está mal, pero hay que tener presente que la yegua necesita un 12,4% de proteína y un aporte suplementario de
vitaminas durante los tres primeros meses si queremos enriquecer la leche que mamará el potro...¡hasta 100 veces
diarias! La mezcla de alfalfa y avena no es suficiente.
En principio no hay contraindicaciones para suministrar un pienso rico en vitaminas o un suplemento, pero hay que
tener cuidado. Es posible que el potro, a partir de las 2-3 semanas
Existen algunas razones por las cuales un potro no puede recibir el calostro en condiciones.
·
Está demasiado débil para ponerse de pie y mamar. En ese caso se puede ordeñar el calostro de la yegua y dárselo
en un biberón o a través de un tubo
·
El potro puede mamar pero la yegua produjo el calostro antes del parto.
·
El calostro no tiene suficientes anticuerpos.
Al igual que la leche, el calostro puede ordeñarse y almacenarse, para un uso futuro. De hecho, muchos criaderos
tienen calostro reservado por si existen complicaciones con la yegua. Se puede conservar congelado a –20º durante un
año, los anticuerpos se mantienen aunque la calidad general del calostro disminuye.
Artículo publicado en Revista Ecuestre Febrero 2001
Escrito por Coby Bolger, Spillers España
Florencia Arrambide, nutrólogo Equino Spillers UK
www.horse1.es
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