LECCIÓN CUARTA DE APUNTES DE ECONOMÍA MUNDIAL: LA GLOBALIZACION ECONOMICA •

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LECCIÓN CUARTA DE APUNTES DE ECONOMÍA MUNDIAL:
LA GLOBALIZACION ECONOMICA
• La globalización comercial
El proceso de globalización económica se refiere a la creciente interdependencia de económica existente entre
los mercados mundiales de bienes, servicios y factores. La misma permite mejorar la asignación de recursos al
aumentar la competencia y el tamaño del mercado, variables clave para estimular la eficiencia, la división
internacional del trabajo y la especialización por parte de de las empresas. Los flujos internacionales de
capital contribuyen a una asignación mejor del mismo a nivel mundial (generalmente en función de su
productividad marginal), lo que en principio contribuye al desarrollo económico de aquellos países con menor
dotación del mismo, en especial aquellos cuyos mercados laborales no sólo ofrecen menores costes sino
también trabajadorss capacitados para absorber las tecnologías inherentes a los procesos productivos. La
globalización se ve favorecida por dos vías: por un lado, por la supresión de obstáculos institucionales al
comercio internacional aprobada en las sucesivas rondas comerciales del GATT y por el otro, por la
espectacular reducción en los costes de los transportes y telecomunicaciones internacionales.
La globalización y el progreso técnico no son sólo fuentes de crecimiento económico sino también de cambio
estructural, tal y como ha señalado el FMI: Las economías de mercado son sistemas dinámicos inmersoso en
un proceso continuo de cambio estructural, en el que el progreso económico es el resultado exitoso de la
adaptación y ajuste al mismo y en el que se produce una reasignación sectorial de los factores productivos.
Así, por ejemplo, cuando un determinado país ve desplazada su producción nacional por importaciones más
baratas de otro país con menores costes laborales, ello no quiere decir que se produzca una pérdida
equivalente de producto en el país importador, sino que más bien lo que sucede es un cambio en el tipo de
bienes producidos en el mismo. Así, el poder obtener un bien más económico en el extranjero tiene dos
grandes efectos: por un lado, aumenta la renta del páis exportador, que pueder ser a su vez mercado para
nuestras exportaciones de tecnologías más avanzadas y que incorporan capital humano más cualificado y por
el otrro, se libera renta en el país importador, que puede destinarse al consumo de servicios, los caules no
están tan expuestos a la competencia exterior. Como resultado las economías tienden a terciarizarse y a abrirse
una brecha salarial entre los trabajadores cualificados (cuyos servicios son más demandados a nivel
internacional) y trabajadores no cualificados (que se ven sometidos a la competencia de producción de
terceros países con menores costes).
Cuadro 1. El comercio mundial (% del producto mundial)
Exportaciones mundiales
1950
8
1960
9
1970
11
1980
12
1990
14
2000
16
Fuente: OCDE (1997), The world in 2020, París.
Los indicadores más utilizados para medir la globalización comercial suelen ser la apertura comercial (suma
de la participación de las exportaciones e importaciones en relación al producto) y el cumplimiento de la ley
de precio único. Pues bien, según los datos del FMI entre la década de las ochenta y los noventa e comercio
mundial ha doblado su elasticidad respecto al crecimiento del producto (pasando la misma de 1 a 2). Las
implicaciones de este fenómeno sobre el crecimiento se han cuantificado en torno a un aumento de la renta en
un punto y medio por cada punto de crecimiento de la participación del comercio exterior en el producto,
gracias a su efecto inducido sobre la acumulación de capital físico y humano. En bienes comerciables a nivel
internacional debería producirse una convergencia entre los precios de estos bienes a nivel interancional,
circunstancia que incluidas las diferencias en los costes de transporte no se produce en multitud de casos, con
1
excepciones limitadas como sucede con el precio de materias primas homogéneas. De hecho, a nivel
internacional se suelen producir entre países socios comerciales oscilaciones de precios dentro de intervalos
(pasillos de precios) mayores o mnores ne función del gardo de imbricación comercial de los mismos. En este
sentido, los precios se suelen fijar en función de tres parametros: costes (suelo), competencia (dentro del
intervalo) y demanda (techo de precios).
2. El comercio internacional: fundamentos e implicaciones
El comercio internacional permite obtener beneficios a todas las partes involucradas en el mismo, si no no se
llevaría a cabo y los países optarían por la producción interna de la totalidad de bienes y servicios necesarios
para un país, o lo que es lo mismo, por la autarquía. Las principales ganancias procedentes del comercio
residen en que permite a los países especializarse en la producción de aquellos bienes y servicios que en
términos comparativos producen mejor lo que les lleva a una asignación de sus factores en función de la
productivos relativa de los mismos entre sus usos alternativos (Ganancias de la especialización). De esta
forma se amplian las posibilidades de consumo de los países, que ahora no se ve constreñido por la limitada
producción interna, al bajo nivel de productividad que la autarquía y la falta de especialización conduce
(Ganancias del intercambio). El exceso de producción obtenida al especializarse, una vez satisfechas nuestras
necesidades puede intercambiarse por una mayor cantidad de bienes y servicios, que los que hubieramos
obtenido de dedicar nuestros recursos a la producción interna de los mismos.
En todo caso, para que el comercio interese los términos de intercambio internacional (la relación real de
intercambio o cociente entre los precios de exportación e importación) debe ser más favorable que los precios
relativos internos de la producción de los bienes en la situación de autarquía, incluidos los costes de
transporte. En la práctica los países tienden a exportar aquellos tipos de bienes y servicios en los que los
factores empleados obtienen una mayor productividad relativa, (o lo que es lo mismo, en los que tiene un
menor coste de oportunidad) en su producción, siempre y cuando los precios relativos internos de los mismos
sean menores en dichos países que en el resto del mundo. Los precios relativos internos de un bien son el
resultado de la interacción entre la oferta del mismo (que depende de la disponibilidad de factores existentes y
de la productividad de los mismos) y de su demanda (gustos o preferencias por ese bien en el país en
cuestión).
La mayor disponibilidad relativa de uno o varios factores productivos constituye una de las principales fuentes
de ventajas comparativas, sobre todo en los casos de exportaciones de bienes primarios. A este respecto, el
Teorema de Heckscher−Ohlin, por el que los países tienden a especializarse en la producción y exportación de
aquellos bienes más intensivos en el factor que sea más abundante (o más barato), mientras que importará
aquellos bienes más intensivos en el factor que sea más escaso (o más caro), todo ello bajo el supuesto de
inmovilidad internacional de factores de producción y de compartir el mismo nivel tecnológioco a nivel
internacional. En principio, el precio de los factores dependerá tanto de su dotación relativa como de las
demandas o preferencias relativas por los mismos, ya que la interacción entre la oferta y la demanda será la
que en última instancia determinará el precio. De esta forma, el comercio internacional al estimular la
producción de los bienes intensivos en el factor relativamente abundante, estimulará la demanda del mismo, lo
que a su vez elevará su precio relativo.
El Teorema Stolper−Samuelson nos señala además que cuando se eleve el precio de un bien (gracias al
comercio internacional que aumenta su mercado), el factor utilizado en su producción (en el país que es más
abundante) verá más que aumentada la retribución que obtiene por su utilización, mientras que en el resto de
países (donde el factor era más escaso y por lo tanto más caro), en la medida que ve reducido su empleo,
también vera disminuido su precio, esta tendencia proseguiría hasta un punto en el que los precios de los
factores empleados en la producción tenderían a aproximarse en los distintos países, al tiempo que las
empresas intentarían progresivamente ir sustituyendo los factores encarecidos (antes más abundantes) por los
factores más baratos relativamente (antes más escasos). El principal problema que surge aquí es que los
factores productivos (capital y trabajo) en la medida que son más específicos y especializados tienden a ser
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más inmóviles en el corto plazo en la producción de los distintos bienes, con lo que en ocasiones surgen
costosos y prolongados procesos de ajuste, ante los cambios en sus precios relativos. Como consecuencia de
ello, se elevan los precios de los factores intensivos en aquellos bienes en los que un país tiene ventajas
comparativas y se reducen los precios de los factores intensivos en aquellos bienes en los que un país carece
de las mismas.
Hasta ahora nos hemos basado en la ficción de que los países intercambian distintos tipos de bienes y
servicios en función de sus ventajas comparativas relativas. Sin embargo, los países en la mayor parte de su
comercio internacional tienden exportar e importar bienes de las mismas industrias. Este comportamiento se
explica por diversas circunstancias, pero la principal suele ser el hecho de que los consumidores tienen
similitudes de gustos independientes de su país de residencia (teoría de las demandas superpuestas de Linder)
y que existen economías de escala (las debidas al tamaño de la producción); de concentración (las obtenidas
en determinadas localizaciones con fuerte densidad de actividad económica, como por ejemplo el acceso a
mano de obra o servicios especializados) y de aprendizaje (la experiencia en la producción optimiza la misma
y permite reducciones de costes). Como resultado, las empresas se especilizan en algunos tipos de productos
(productos diferenciados) o incluso en partes del proceso productivo, obteniendo así ventajas competitivas que
les permite vender tanto en los mercados internos como externos. A este respecto, conviene señalar que en la
medida que aumenta su renta, los países tienden a cambira su estructura de de demanda y en general a
orientarse hacia productos de mayor calidad.
Cuadro 2 . Los protagonistas del comercio mundial en los noventa
Participación en las exportaciones mundiales (%)
Estados Unidos
Alemania
Japón
Francia
Reino Unido
Italia
Canadá
España
13
9
7
6
5
5
3
2
Unión Europea
Economías Emergentes Asiáticas
Asia (incluida China e India)
Europa del Este y Oriente medio
Africa
40
10
7
3
2
Fuente: FMI (1997), World Economic Outlook: Globalization, Washington DC.
Las diferencias en los niveles tecnológicos, sus cambios y difusión interrnacional también explican parte del
comercio internacional. Así, las Teorías del ciclo de producto de Vernon señalaban que los países más
avanzados (y por lo tanto con mayor dotación de capital humano especializado y más recursos destinados a la
Investigación y Desarrollo, I + D) son los que generalmente desarrollan los productos más innovadores, que
exportan al resto del mundo con grandes margenes derivados de la renta temporal de monopolio, hasta un
momento en que el desarrollo de estos productos, gracias a la difusión de la tecnología y el conocimiento
necesarios para su producción, se puede efectuar ya en otros países que cuentan con ventajas comparativas,
generalmente con menores costes, ocupándose los países más avanzados en desarrollar y aquellos productos
nuevos que han innovado en el período en el que los productos anteriores han llegado a su madurez. Como
consecuencia de estas circunstancias, la coincidencia en el tiempo de un gran número de innovaciones pueden
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dar lugar a nuevos ciclos de crecimiento.
En ocasiones, algunos países intentan proteger y aislar a sus empresas de la competencia internacional, bajo
las excusas de la falta de competividad internacional de la misma, la protección de la industria naciente o
consideraciones estratégicas. Los problemas más frecuentes con los que se enfrenta un gobierno en aras a
proteger suelen ser tres: ¿Qué industria proteger?, ¿Cuánto tiempo protegerla? y ¿Cómo protegerla?. La
elección de las industria a proteger y el tiempo que dura la protección es una cuestión harto compleja por
cuanto presupuone el conocimiento de las actividades con mayor futuro y el punto de inflexión a partir del
cual se puede dejar a dichas actividades expuestas a la competancia internacional. En la práctica, los sectores
que se protegen suelen ser aquellos que soportarian mayores costes sociales y de ajuste, que suelen coincidir
precisamente con actividades maduras con altos nivels de empleo, cuando no aquellos sectores con mayor
capacidad de influencia y/o presión sobre las autroridades comerciales de la nación. Respecto a la duración de
la protección, hay que señalar que tienden a perpetuarse hasta que se manifiesta una situación excepcional que
la obliga a retirarla, como podría ser la exigencia internacional tras una crisis de balanza de pagos o
restricción exterior o la aprobación de un acuerdo multilateral comercial o de integración.
La fórmula protecionista de más frecuente uso suelen ser las barreras arancelarias, que no son sino cargas
tributarias que encarecen la importación de bienes y servicios procedentes del exterior. Las consecuencias
inmediatas de un arancel suelen ser el aumento de la producción interna, un incremento de los ingresos
públicos por arranceles y una elevación del precio del producto protegido, que si bien beneficia a los
productores, perjudica a los consumidores que se ven obligados a soportar un mayor precio por sus
adquisiciones. En la medida que las rondas comerciales del Gatt han ido reduciendo las barreras arancelarias,
se puede observar que hana aprecido otra barreras, con la misma finalidad de aislar la producción interna de la
producción internacional, como son las cuotas de importación (que limitan la cuantía de las importaciones en
unidades físicas), las normas técnicas o administrtivas (que bajo la razón de la protrección al consumidor
pueden servir para apoyar a la producción nacional) o las subvenciones a la exportación (por la que las
empresas exportadoras se ven subvencionadas por sus ventas al exterior). Muy vinculadas a estas últimas
están las prácticas de dumping o competencia desleal, por el que las empresas, aprovechando la segmentación
internacional de mercados, pueden exportan sus productos a precios por debajo del coste promedio de los
mismos.
3. El marco institucional del comercio internacional
A raíz de la segunda guerra mundial y con el objeto de avanzar en la apertura comercial de forma multilateral,
en 1947 nace el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), que no era una institución
internacional propiamente dicha sino un convenio internacional bilateral por el que los países que se adherían
al mismo (27 entonces, en la actualidad son 138) se comprometían a cumplir sus acuerdos arancelarios en un
marco de multilateralismo y a que su política comercial respetara sus prácticas como por ejemplo no incurrir
en dumpngs o subvencionar las exportaciones. El objetivo principal del GATT ha sido el de liberalizar
gradualmente el comercio internacional y el de establecer las reglas de buena conducta comercial y sancionar
su incumplimiento. En sus inicios el acuerdo se centró en los productos industriales, quedando hasta la Ronda
Uruguay, en general excluido de su ámbito los productos téxtiles, agrícolas y servicios. El marco donde el
GATT ha liberalizado el comercio internacional han sido las Rondas de negociación, de las que hasta el
momento ha habido siete: Ginebra (1947), Annecy (1949), Torquay (1951), Ginebra (1956), Dillon (1961),
Kennedy (1967), Tokyo (1979), siendo la última la Uruguay (1986−1993). En el momento presente estamos
en la etapa inicial de desarrollo de la última Ronda comenzada en Seattle en 1999, que en el otoño del 2000 se
presentaba en alguna medida bloqueada.
Cuadro 3 . La reducción de los aranceles en los países desarrollados (%)
Nivel medio arancelario
1940
40
1950
25
1960
17
1970
12
1980
7
1990
5
2000
3
4
Fuente: C. Buhour (1996), El comercio internacional del GATT a la OMC, Salvat, Barcelona.
El GATT se apoya en los siguientes principios básicos: reciprocidad, por el que las reducciones arancelarias
se articulan en base de concesiones equivalentes; no disciminación, por el que, salvo determinadas
excepciones (sistema de preferencias o zonas de integración), las reducciones arancelarias concedidas a un
tercer país −nación más favorecida− han de extenderse al resto de países adheridos al acuerdo; transparencia,
por el que las barreras no arancelarias (licencias, cuotas, normas técnicas o sanitarias, ... ) no han de
incrementarse en ningún caso y ser sustituidas progresivamente por barreras arancelarias; libre comercio por
el que se prohiben las prácticas que pueden distorsionar el correcto funcionamiento del comercio
internacional, como el dumping o las subvenciones a las exportaciones y consolidación por el que los países
se compromenten a mantener en el tiempo los compromisos adquiridos en las sucesivas Rondas.
Cuadro 4 . La protección arancelaria en la década de los noventa
Productos Terminados
Productos Semielaborados
Materias Primas
Antes de Ronda Uruguay
9
5,5
2
Después de Ronda Uruguay
6
3
1
Fuente: Gatt (1994), The Results of the Uruguay Round, Ginebra.
Además, del comercio de mercancias el Gatt ha profundizado en los últimos años en la liberalización del
comercio de servicios y en la protección de la propiedad industrial e intelectual. El GATT intenta liberalizar
los servicios por cuanto suponen casi una cuarta parte del comercio mundial, lo cual es más difícil aún que el
comercio de mercancias, ya que suele entrañar la posibilidad de movilidad de factores de producción (capital
y trabajo) y atañe a un sector profusamente regulado y con altos niveles presenciales de empresa públicas. De
momento, el marco para la liberalización de los servicios será el GATS (Acuerdo General sobre el Comercio
de Servicios), aunque del mismo se excluirán abordar aquellos subsectores con menor grado de consenso (por
ejemplo transporte marítimo o sector audiovisual), con lo que en la práctica sólo se ha liberalizado la cuarta
parte de los mismos. Por su parte, el TRIPS (Acuerdo General sobre Propiedad Industrial e Intelectual),
intenta establecer un marco general de protección de estos derechos (patentes, marcas, etc. ) anivel
internacional, en el que se sanciona su incumplimiento, a los efectos de disuadir de copias, plagios y
falsificaciones, que al reducir las rentas obtenidas de la innovación y el desarrollo desestimulan estas
actividades. Por último, la Ronda Uruguay también ha comenzado a liberalizar progresivamente el comercio
de productos agropecuarios y textiles: sustituyendo las barreras no arancelarias por aranceles y disminuyendo
las subvenciones a la explotación y exportación.
La institución que se encarga de promover la liberalización comercial y asegurar su cumplimiento es la OMC
u Organización Mundial del Comercio, que comenzó a funcionar en Ginebra, el uno de enero de 1995 como
consecuencia de los acuerdos de la Ronda Uruguay y cuyos miembros agrupan más del 90 por 100 del
comercio mundial. Sus principales funciones son las de promover la liberalización comercial; administrar los
acuerdos comerciales multilaterales; resolver las diferencias comerciales entre sus miembros (del orden de
150 disputas entre 1995 y el 2000) y supervisar las políticas comerciales de los mismos (54 países entre 1995
y el 2000). Su principal órgano de adopción de decisiones es la Conferencia Ministerial que se reune al menos
cada dos años (la última en 1999 en Seattle), mientras que su órgano permanente es el Consejo General, que
se reune vrias veces al año y que tiene a su vez tres subconsejos: el de mercancias, el de servicios y el de
derechos de propiedad intelactual.
La UNCTAD o Conferencia de las Naciones sobre el Comercio y el Desarrollo es una institución
internacional creada en 1964 y que en la actualidad cuenta con 188 miembros y tiene su sede en Ginebra
(Suiza). Su principal tarea es la de contribuir al desarrollo de los países más pobre a través del comercio
internacional. Su principal órgano normativo es la Conferencia que se reune cada cuatro años (la última vez en
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el 2000 en Tailandia), mientras que su órgano rector es la Junta que se reune tres veces al año en su sede. Su
cooperación técnica se centra en la capacitación humana e institucional. Su principal logro ha sido la
introducción en 1971 del Sistema de Preferencias Generalizadas por el que las exportaciones de países en
desarrrollo (en un importe de 70.000 millones de dólares ameriacnos) recibían un tratamiento arancelario
preferencial por parte de los países desarrollados, sin ncesidad de extenderlo al resto. De igual forma, ha
cosneguido programas de condonación de la deuda (por 6.500 millones de dólares) para cincuenta países con
bajos ingresos y apoya la iniciativa de que los países desarrollados canalicen un 0,7 por 100 de su PNB en
ayuda al Desarrollo.
4. La medición del comercio
Existen diversos indicadores que intentan cuantificar los principales rasgos del comercio exterior desde la
perspectiva de los países implicados en el mismo. La integración comercial de un país en los mercados
mundiales se suele medir a través del coeficiente de apertura que se calcula a través del cociente de la suma de
las exportaciones e importaciones en relación al producto.
Coeficiente de apertura = X + M / PIB
Para ver la competitividad comercial de un país se suele utililizar la tasa de cobertura que mide la parte de las
exportaciones que se financia mediante las importaciones. Este indicador se puede utilizar también a nivel
sectorial. Cuando el índice es superior a la unidad ello quiere decir que las exportaciones son de mayor
magnitud que las importaciones o lo que es lo mismo que existe un superávit exterior.
Tasa de cobertura = X / M
Un indicador más refinado de competitividad exterior suele ser el índice de ventajas competitivas reveladas
que relaciona la posición competitiva de un sector específico con la del país en su conjunto. En la medida que
el índice sea más alto y positivo más competitivo es el sector. Este índice suele utilizarse para ver la evolución
temporal de la competitividad sectorial.
IVCR = { (Xi − Mi) / (Xi + Mi)} − { ð(Xi − Mi) / ð (Xi + Mi) }
La relación real de intercambio mide la relación existente entre los precios de las exportaciones y las
importaciones que efectúa un país. En principio, la evolución aislada de la relación real de intercambio no se
puede valorar, sino que ha de relacionarse con la evolución del saldo exterior objeto de estudio. Si los precios
de nuestras exportaciones suben porque ofrecemos productos diferenciados o porque tenemos un fuerte poder
de mercado en los mismos, en princio está sería una situación positiva ya que la subida de precios coincide
con el mantenienimiento o aumento de la cuota de mercado. Por contra, si nuestros precios suben porque
hemos incrementado nuestros costes sin correlativos aumentos de productividad o porque hemos apreciado
artificialmente nuestro tipo de cambio, la situación ya no es tan buena porque normalmente irá asociada a un
deterioro de nuestras cuentas exteriores.
RRI = P x / Pm
El comercio intraindustrial (CII) de un sector determinado (x) se mide generalmente a través del siguiente
índice:
ICCx = 1 − [Xx − Mx] / [ Xx + Mx]
Si el índice se acerca a 0 significa que en el sector apenas existe comercio intraindustrial ya que ello supondría
que el sector o bien sólo exporta o bien sólo importa. Por el contrario, cuando el índice se aproxima a 1 el
comercio intraindustrial es máximo ya que ello supone que las exportaciones son iguales a las importaciones.
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El mismo significado tiene el ICC si el mismo se calcula para el conjunto de un país, agregando las variables
exteriores de los diferentes sectores:
ICC = 1 − ð [X − M ] / ð [X + M ]
Los aranceles pueden ser ad valorem (se giran como un porcentaje del valor del producto importado),
especificos (de cuantía fija en función generalmente de las unidades físicas de producto) y variables (que se
calculan por diferencia entre el precio internacional del producto y el precio umbral mínimo al que se desee
entre el producto en el país importador). El nivel de protección arancelaria de un país se suele calcular
ponderando los aranceles que impone a los distintos productos importados en función de su importancia
relativa. Los aranceles nominales en ocasiones son insuficientes para identificar el nivel de protección que
disfruta un país, ya que a pesar de que se protega las importaciones de productos finales de una determinada
industria si posterioremente luego la misma ve gravadas sus importaciones de inputs intermedios que necesita
incorporar, la producción puede ser inexistente, para introducir estas consideraciones en ocasiones se utilizan
las tasas de protección efectiva en vez de las tasas nominales. Para su cálculo se suele utilizar la sigueiente
fórmula:
TPEy = [TPNy − b TPNinputsy ]/ [1− b]
Donde TPEy es la tasa de protección efectiva del producto y ; TPNy es la tasa de protección nominal del
producto; TPNinputsy es la tasa de protección de los inputs intermedios importados que soporta el producto y
y b es la participación en tanto por uno del valor de los inputs intermedios importados sobre el valor del
producto final. Aunque en general las materias primas y los bienes intermedios suelen tener menos arnaceles
que los productos terminados, en la medida en que el arancel esté en una fase anterior del proceso productivo,
más riesgo hay que el arancel inicial se amplifique en forma de cascada antes de llegar al producto final.
5. La inversión internacional
La inversión internacional necesita para su desarrollo de un marco institucional que la potencie, como sucede
por ejemplo con la liberalización de los flujos internacionales de capital o la ausencia de control de cambios.
En la práctica, dado que que estas circunstancias en ocasiones no se producen, la movilidad del capital dista
en muchas ocasiones de ser perfecta. El principio general que guía la inversión internacional es el de la
optimización del binomio rentabilidad−riesgo. Entre los principales riesgos que se encuentran los flujos
internacionales de capital destacan, sobre todo para la inversión en cartera (acciones que no dan derecho al
control de la sociedad en que se invierte o deuda pública), el de la evolución adversa del tipo de cambio que
produzca una minusvalía en el valor de la inversión efectuada, como por ejemplo sucede si se produce una
depreciación de la moneda local del país receptor de la inversión respecto a la divisa del país emisor de la
misma. En general los países que mejor controlan sus desequilibrios (déficit público e inflación) o lo que es lo
mismo que gozan de una mayor estabilidad macroeconómica, suelen en el medio plazo preservar en mayor
medida el valor de su moneda, al reducir las necesidades de devaluaciones para ajustar situaciones de pérdida
de competitividad o necesidad de apelar a los capiatles exteriores.
Si los países imponen trabas a la repatriación de los capitales, por ejemplo mediante el control de cambios
(que tiene establecido China) o necesidad de autorización administrativa para la misma (como sucede con
Cuba), disuaden y desetimulan la entrada de los mismos, al entrampar a los capitales en dichos países e
impedir su huida en una situación de riesgo de minusvalías, sobre todo en los casos de inversión en cartera.
Otro riesgo, es de repudio de la deuda o la expropiación−confiscación de los bienes propiedad de foráneos.
Aprovechando las dificultades que un inversor internacional tiene para imponer a un país soberano el
cumplimiento de sus obligaciones asumidas, en momentos de fuerte endeudamiento éstos pueden tener la
tentación de repudiar su deuda y/o intentar negociar una quita de la misma; el problema de estas actitudes es
el que país que asume esta política (como por ejemplo hizo Rusia en 1998) pierde la confianza de los
inversores internacionales, que sólo volverán, en el mejor de los casos a medio y largo plazo ofreciéndoles
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fuetes rentabilidades que les compensen los riesgos extraordinarios asumidos. Una manera de repudiar la
deuda por parte de un país, suele ser el incurrir en hiperinflaciones que reduzcan su valor real, tal y como por
ejmpo hizo Alemania tras la primera guerra mundial o diversos países Iberoamericanos en la década de los
ochenta. Las mismas implicaciones económicas tienen las políticas de expropiación o confiscación de la
propiedad privada, ya que su mera posibilidad reduce los flujos internacionales de capital al tiempo que
incentiva a los nacionales a la fuga o salida de capitales de dichos países; lo mismo que sucede en casos de
revoluciones, guerras, etc. .
En relación a la rentabilidad, a los flujos de inversión en cartera se les retribuye con revalorizaciones de los
activos o bien con el cobro de dividendos e intereses. En general, los países más pobres tienen unas
oportunidades de inversión mayores que sus posibilidades de ahorro, con lo que sus tipos de interés internos
suelen estar situados a niveles superiores que los de los países desarrollados, sobre todo cuando son mayores
también sus niveles de inflación y riesgos cambiarios. Respecto a las posibilidades de sus mercados bursatiles,
acbe señalar que el paso de una situación de subdesarrollo a otras de desarrollo económico (mejora del nivel
de vida) suele propvocar una fuerte revalorización en el precio de los activos (financieros, inmobiliarios, etc..
) en el país que logra acometer esta situación, por lo que las posibilidades de beneficios son altas, el problema
es que existen más países que han fracasado en su desarrollo que los que han triunfado, con lo que es dificil
acertar con los países ganadores, que en los últimos treinta años han sido sobre todo los del sudeste asiático.
Centrándonos más especificamente en la inversión directa, la misma se suele basar en consideraciones tanto
temporales de medio y largo plazo, ya que sus períodos de maduración suelen ser mayores, como estratégicas,
por las que se invierta en el exterior en vez de exportar directamente. La teoría más moderna de la inversión
directa internacional se basa en el paradigma ecléctico u OLI (ownership, location, internalization) por el que
las empresas deciden producir en el extranjero por que consideran que tienen determinadas ventajas respecto a
los productores locales. Las ventajas de propiedad sugen como consecuencia de la existencia de la mayor
eficiencia y competitividad que determinadas empresas tienen en sus segmentos de mercado, por ejemplo por
sus avances tecnológicos en productos o procesos; por sus técnicas organizativas; sus marcas o intangibles,
etc. . En estos casos, el producir en nuevos mercados suele ser una manera de expandir sus niveles de
beneficios, que centrarse en sus mercados originales, los cuales en ocasiones son maduros y con bajo
potencial de crecimiento. Dado que las empresas podrían acceder a los mercados exteriores, simplemente
exportando o abriendo redes comerciales en los mismos, las empresas que invierten en el exterior para
aprovechar sus ventajas de propiedad suelen ser empresas de servicios, que necesitan producir en el lugar y
momento de consumo, como ha sucedido con la estrategia de internacionalización de las empresas españolas
en Iberoamérica en los sectores financieros, energéticos, telecomunicaciones o turismo. Lo mismo, sucedería
en los casos que los costes de transporte del producto terminado sean muy altos, como sucede por ejemplo con
el refino de los productos petrolíferos.
Cuadro 5 . La inversión directa internacional en 1998
Finlandia
Reino Unido
Suiza
Holanda
Alemania
Italia
España
Suecia
Inversión Directa Recibida
Inversión Directa Emitida
Saldo
(%PIB)
9,7
4,7
1,8
6
0,9
0,1
1,6
8,3
(%PIB)
15
8,5
5,4
9,5
4,1
1,3
2,8
9,4
(%PIB)
5,3
3,8
3,6
3,5
3,2
1,2
1,2
1,1
8
Bélgica−Lux.
Francia
Japón
Estados Unidos
8,3
2
0,1
2,3
9,2
2,8
0,6
1,5
0,9
0,8
0,5
−0,8
Fuente: OCDE (2000), International Direct Investment Statistics Yearbook 1999, París.
En otras ocasiones se invierte en el exterior para aprovechar las ventajas de producir en una localización
determinada. Los principales determinantes en este caso suelen ser el acceso a materias primas o recursos
primarios; la disponibilidad de menores costes generalmente laborales (los países subdesarrollados suelen
tener menores salarios, ventaja que suelen perder según se van desarrollando); el superar barreras
proteccionistas, en ocasiones las mismas se sortean produciendo dentro del país o bloque regional que las
impone (las empresas de automóviles japonesas invierten en el Reino Unido y España para sortear las cuotas
de importación que Europa les impone); etc. . Por último, y de forma añadida a las ventajas de propiedad o
localización, existen otra fuente de ventjas derivadas de la internalización o necesidad de mantener el control
directo de la producción, ya que sino en vez de invertir en el exterior se podría optar por ceder la tecnología,
la marca o el Know−How, a un productor local mediante una licencia de fabricación o comercialización sin
necesidad de desembolso alguno. En determinados casos es obligado el mantener dentro de la empresa
determinada información para que no puede ser utilizada en el medio plazo por nuestros comeptidores; lo
mismo que sucde cuando existe la necesidad de mantener una fuerte homogeneidad en la producción, y en el
que una reducción de calidad por parte de un licenciatario podría afectar a las ventas globales de la empresa o
en el caso de empresas de servicios, cuando es necesario garantizar la reputación e imagen global de la marca,
como sucede por ejemplo con los servicios de consultoria.
6. La ayuda al desarrollo
En ocasiones, existen países cuyo bajo nivel de desarrollo les sumerge en un círculo vicioso de pobreza, que
desalienta las posibilidades de financiar sus procesos de desarrollo mediante inversión extranjera o
endeudamiento exterior. En estos casos se considera que la ayuda oficial al desarrollo puede constituir un
punto de partida adecuado para financiar el crecimiento económico. En 1998, los flujos mundiales de ayuda al
desarrollo superaron los 50 mil millones de dólares, flujos que según las Naciones Unidas deberían
incrementarse hasta alcanzar el 0,7 por 100 del PNB de los países desarrollados. En la práctica este objetivo
sólo es alcanzado en ricos y pequeños países como Suecia (0,70%), Noruega (0,91%PNB), Dinamarca
(1%PNB) y Holanda (0,79%), por lo que en realidad los principales donantes mundiales son el Japón
(0,35%PNB), Unión Europea (0,31%) y los Estados Unidos (0,10%PNB). España en 199 aportó el 0,23% de
su PNB. En ocasiones, los países utilizan la ayuda al desarrollo para fines distintos de los que le son propios,
como son por ejemplo el influir políticamente, vincular la ayuda a gastos militares o condicionar la ayuda a la
compra de bienes y servicios del país donante, que al ser en ocasiones más caros que los disponibles en otros
lugares, reducen las posibilidades de la ayuda. Por estas razones, existe quien señala que más imporatnte que
la ayuda es la apertura comercial o migratoria.
La ayuda puede constituitr un factor que inicie el desarrollo, sobre todo en los países más pobres, pero para
ello ha de utilizarse para financiar preferentemente proyectos de construcción de infraestructuras físcas e
institucionales o a capital humano y diseñarla de tal forma quer los paísse recpetores se vean obligados a
seguir políticas económicas (macro y micro) favorables al crecimiento. Con todo la ayuda padece de
rendimientos margianles, por lo que es posible que un importe de la misma que supere el 10 por 100 del PIB
del país receptor, empieza a generar problemas de asimilación, por lo que se utiiza ineficientemente y en vez
de potenciar el desarrollo lo que hace es frenar el proceso de transformación estructural que debiera
provocarlo, tal y como la experiencia ha demostrado en algunos paísse con baja renta. En este sentido, si la
ayuda se destina a financiar consumo puede suceder que sea sustitutiva del ahorro interno del país, lo que a la
postre incrementa la dependencia del exterior del país receptor, cuestión que no hubiera sucedido si se destina
la misma a financiar la acumulación de capital físico o humano. De igual forma , las ayudas directas
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alimentarias, que en el caso de los países más pobres por sus especialesa necesidades, pueden alcanzar la
quinta parte del total de la ayuda, pueden tener como efecto preverso el que al reducir los precios de los
alimentos, se reduzcan los incentivos internos a la producción alimentaria.
7. La arquitectura financiera internacional: el FMI y el Banco Mundial
El Fondo Monetario Internacional es un organismo compuesto por 182 países y con sede en Washington, cuya
principal función en la actualidad es contribuir a la estabilidad cambiaria internacional (bajo el régimen que
cad país opte: tipos de cambio fijos o flexibles) y ayudar a sortear las crisis de balanza de pagos de sus
miembros. El FMI inició sus actividades en 1946, como consecuencia de los acuerdos de Bretton Woods, con
la finalidad de supervisar e sistema financiero internacional y con un Presupuesto que en 1998 era de 193.000
millones de dólares. Los países efectúan sus contribuciones al mismo en proporción a su renta y riqueza
financian (cuotas que a su vez determinan el número de votos que posee cada país), por orden de importancia
destacan las cuotas de los Estados Unidos (18,25% ), Alemania (5,67%), Japón (5,67%), Francia (5,10%),
Reino Unido (5,10%), ... . En función de las cuotas el Fondo concede créditos a los países miembros en
momentos de crisis de balanza de pagos como ha sucedido por ejemplo en la décda de los noventa con Méjico
(18.000 millones$); Sudeste asiático (35.000 millones$) o Rusia (20.000 millones$). Los países pueden
obtener créditos automáticos en divisas convertibles por el 25 por 100 de su cuota, si necesita más, podría
obtener hasta tres veces el importe de su cuota, pero sujeto a condicionalidad y a un coste promedio del 4,5 %.
Esto es, el FMI condiciona la concesión del prestamo a que el país receptor utilice eficientemente estos fondos
e introduzca medidas que garanticen la devolución futrura de los mismos, lo que generalmente les obliga a
acometer planes de estabilización (política fiscal y monetaria restrictiva) y ajuste (reformas estructurales que
estimulen su oferta). En los últimos tiempos, el fondo se enfrenta a nuevos retos como consecuencia de la
libertad de circulación de capitales y la consiguiente integración financiera mundial, que aumenta las
posibilidades de transmisión de las crisis financieras intetrnacionales. En este nuevo contexto, se ha acusado a
esta institución de que su ayuda puede provocar problemas de riesgo moral y que por lo tanto debe intenisficar
las labores preventivas de supervisión, tanto macroeconómicas como de política financiera.
El Banco Mundial inició sus operaciones en 1946 y tiene como principla finalidad el facilitar créditos para
contribuir al desarrollo económico de los países menos favorecidos. Su sede está en Washington y en su
capital, que es inferior al 5 por 100 de su activo, participan más de 180 países en proporción a su capacidad
económica, por lo que sus principales accionistas son al igual que en el fondo los Estados Unidos, Alemania,
Japón, el Reino Unido y Francia. El Banco Mundial está configurado por una serie de Bancos entre los que
destaca el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional de
Fomento (AIF). El BIRF es la principal institución del banco y otorga más de tres cuartas partes de sus
prestamos, obtiene los fondos de los mercados financieros internacionales en condiciones muy favorables a
través de la venta de bonos que gozan de la calificación triple A. Estos fondos luego los presta a largo plazo
(entre 15 y 20 años) con un período inicial de gracia de 5 años con un margen ordinario de 75 puntos básicos.
Por su parte la AIF canaliza el 25 por 100 de los préstamos. Estos prestamos se efectúan sin interés (sólo se
paga una comisión inferior al 1 por 100 para cubrir los gastos administrativos), a largo plazo (entre 35 y 40
años) y con un período de gracia de 25 años. Las contribuciones de la AIF se reponen cada tres años y se
efectúan por cuarenta países. En el año 1998 el grupo del Banco Mundial concedió préstamos por un importe
de 28.600 millones de dólares, siendo destinados la mayor parte de ellos a Asia, Latinoamérica y Europa del
Este.
8. Orientación bibliográfica
Los manuales clásicos de economía internacional constituyen una correcta aproximación a la globalización.
Entre éstos destacan en castellano por su general aceptación los de Paul R. Krugman y Maurice Obstfeld
(1996), Economía Internacional: Teoría y Política, Mc Graw Hill, Madrid, 3ª Edición y el de Dominick
Salvatore (1999), Economía Internacional, Prentice Hall, Méjico, 6ª Edición. Entre los trabajos recientes
españoles cabe citar a Guillermo de la Dehesa (2000), Comprender la globalización, Alianza, Madrid; Angel
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Martínez (2000), Economía política de la globalización Ariel, Barcelona y a Juan Tugores (1999), Economía
Interenacional: globalización e integración regional, Mc Graw Hill, Madrid, 4ª Edición. Por último, también
se pueden encontrar interesantes referencias en las publicaciones del Fondo Monetario Internacional
(Perspectivas Económicas y Finanzas & Desarrollo), el Banco Mundial (Informe anual sobre el desarrollo) o
la OMC (Informe Anual).
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