3. CORPUS PAULINUM - Universidad Católica Argentina

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INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA
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3. El corpus paulinum
Presentación general
Se suele llamar "corpus paulinum" al grupo de cartas atribuidas a San Pablo, sea porque su
nombre aparece en el encabezamiento, sea porque fueron atribuidas a él por la tradición.
Estas cartas aparecieron en bloque, es decir que fueron publicadas todas juntas por algún editor,
que las coleccionó y las editó en un sólo volumen.
1 TESALONICENSES
1 CORINTIOS
2 CORINTIOS
FILIPENSES
FILEMÓN
GÁLATAS
ROMANOS
2 TESALONICENSES
COLOSENSES
EFESIOS
1 TIMOTEO
2 TIMOTEO
TITO
HEBREOS
¿Cuándo aparecieron publicadas?
La cuestión se plantea ya por el mismo libro de los Hechos de los Apóstoles,
que no mencionan la actividad epistolar de Pablo ni parece conocer los escritos
paulinos. La hipótesis más lógica para explicar este silencio en la obra de Lucas
parece ser la que sostiene que para esa época –ca. 80 d.C.– todavía no estaba
formado el “Corpus”, o, al menos, no se había difundido aún en forma
generalizada por la iglesia1. Pero, de todos modos, la edición de las cartas tiene
que haber ocurrido relativamente pronto:
En el mismo "Nuevo Testamento" se puede
encontrar ya una referencia a la existencia de esta colección
2 Pe 3,15-16
“La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió
también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue
otorgada. Lo escribe también en todas las cartas, cuando habla en ellas de
esto...”
Obviamente, si no hubieran estado publicadas en un volumen, no podría remitir
a ellas: sería necio pretender que los destinatarios fueran a recorrer las
comunidades paulinas para poder leer “todas” las cartas de Pablo2.
Los testimonios más antiguos
El testimonio más antiguo de una colección de cartas de Pablo se remonta a
mediados del s. II y proviene de MARCIÓN. Señala sólo diez cartas, excluyendo
Hebreos y las pastorales.3
1
Para un breve panorama de esta cuestión, cf. C.K. BARRETT, "Acts and the pauline Corpus", The
Expository Times 88 (1966/67), 2-5.
2
En esta línea se puede mencionar la –vaga– referencia de Ignacio de Antioquía a “en cada carta” (IgnEf
12,2).
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También de aproximadamente de la misma época se ha conservado el
testimonio del CANON DE MURATORI (ca. 180), que ignora Hebreos pero se
refiere a las otras trece:
“En cuanto a las epístolas de Pablo, cuáles sean, desde qué lugar o por qué
causa fueron dirigidas, ellas mismas lo declaran a los que quieren entender.
En primer lugar, a los Corintios, prohibiendo la herejía del cisma; después a
los Gálatas (prohibiendo) la circuncisión; a los romanos escribió más
extensamente intimándoles el orden de las Escrituras y cómo el principio de
ellas es Cristo. No necesitamos discutir sobre cada una de ellas, ya que el
mismo bienaventurado apóstol Pablo, siguiendo el orden de su predecesor
Juan, sólo escribió nominalmente a siete iglesias, por ese orden: la primera, a
los Corintios; la segunda, a los Efesios; la tercera a los Filipenses; la cuarta, a
los Colosenses; la quinta, a los Gálatas; la sexta, a los Tesalonicenses; la
séptima, a los Romanos. Y aunque a los Corintios y Tesalonicenses escriba dos
veces para su corrección, sin embargo se reconoce una sola iglesia difundida
por todo el orbe de la tierra; pues también Juan en el Apocalipsis, aunque
escribe a siete iglesias, habla por todos. Asimismo son tenidas por sagradas
una (carta) a Filemón, una a Tito y dos a Timoteo, que, aunque hija de un
afecto y amor personal, sirven al honor de la iglesia católica y a la ordenación
de la disciplina eclesiástica. Corren también una carta a los Laodicenses, otra
a los Alejandrinos, fingidas bajo el nombre de Pablo para favorecer la herejía
de Marción, y otros muchos escritos que no pueden ser recibidos en la Iglesia
católica, porque no conviene mezclar la hiel con miel”
(líneas 40-66).
A partir del S. III los testimonios sobre las cartas paulinas se hacen más seguros
y explícitos, hasta el reconocimiento unánime y la aceptación en los siglos IV y
V. Esta posición perdura a lo largo de toda la edad media, prácticamente hasta
la era moderna.
El manuscrito más antiguo
También la tradición manuscrita da cuenta de la existencia del corpus desde
épocas tempranas. El manuscrito más antiguo que poseemos que contiene el
46
“corpus paulinum” es el P o “Papiro de Dublin”, de comienzos del siglo III4.
3
Testimonio transmitido por SAN IRENEO, Adv. Haer. 127,2-3.
También se lo conoce como “Papiro Chester-Beatty II”. Parte se conserva en la colección Beatty y parte
en la Universidad de Michigan. Consta de 86 hojas, muy bien conservadas, de un códice papiráceo de 104
hojas, de comienzos del siglo III, que contenía las epístolas paulinas, incluida Hebreos, pero
probablemente no las pastorales. Al comienzo faltan algunos trozos de la carta a los Romanos, y al final,
ciertas partes de 1 y 2 Tesalonisenses.
El P46 contiene una serie de peculiaridades que son de gran importancia para la historia primitiva de la
colección de epístolas paulinas:
 Hebreos aparece inmediatamente después de Romanos, es decir, que estaba considerada sin discusión
como paulina, y había pasado, dada su amplitud, al segundo lugar de la colección.
 Las Pastorales faltan por completo (no se puede pensar que estaban en las hojas perdidas al final), o
sea que es probable que no fueran aún parte integrante del corpus.
 No trae la doxología final de Romanos (Rom 16, 25-27) después del cap. 16 sino después del 15, lo
cual contribuye a sostener la hipótesis de quienes piensan que el cap. 16 no pertenecía originalmente
a Romanos (y tal vez fuera una carta independiente de Pablo a otra comunidad –a Éfeso?–.
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El problema de la autenticidad de las cartas del “corpus”
Según lo que se puede rastrear, las primeras dudas acerca de la autenticidad de
las trece cartas de Pablo –excluida Hebreos5– aparece en algunos autores de
finales del s. XVII.
Actualmente se suele distinguir dentro del “corpus” entre cartas “auténticas” y
“deuteropaulinas”. Por “deuteropaulinas” se entienden las cartas cuya
autenticidad está fuertemente cuestionada, sobre la base de importantes
razones.
LAS AUTÉNTICAS SIN
HAY TRES QUE SON
HAY TRES QUE SON
DUDA SON SIETE
DISCUTIDAS
MUY DISCUTIDAS
1 TESALONICENSES
1 y 2 CORINTIOS
FILIPENSES
FILEMÓN
GÁLATAS
ROMANOS
2 TESALONICENSES
COLOSENSES
EFESIOS
1 y 2 TIMOTEO
TITO
El problema de la “integridad literaria” de las cartas del “corpus”
Al mismo tiempo, y con la introducción en el terreno bíblico de los estudios en
materia de crítica literaria, aparece la cuestión de la integridad literaria de las
cartas atribuidas a Pablo es decir, si se trata de cartas completas o de
colecciones de diversos fragmentos de correspondencia con una comunidad
determinada.
Hoy día se puede constatar que a la tarea de edición de las cartas acompañó
también un proceso de redacción (constatable al menos para 2 Cor, pero que
también algunos investigadores ven en 1 Cor y Flp).
¿Con qué criterio están ordenadas?
El orden en que se las suele publicar es el que presenta la Vulgata. La Vulgata
no las ordena ni cronológica o geográficamente sino, sencillamente, por
tamaño: así, Romanos, que es una de las últimas, aparece en primer lugar.
Se planteará por tanto también la cuestión de la cronología de los textos
paulinos.
5
La duda acerca de la autenticidad de Hebreos la había planteado ya claramente ORÍGENES en el siglo III,
señalando la diversidad de estilo entre este texto y los escritos de Pablo (HE VI,14,2). Si bien finalmente
es aceptada como canónica (e, incluso, como paulina), en la época moderna se ha replanteado la cuestión,
y hoy día se tiende a pensar que no es de Pablo.
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