Sentencias sobre Copyleft Contents 1 Consta acreditado: 1.1 Sentencias de Juzgados de Primera Instancia o Mercantiles LaDinamo Disco Bar Metropol Disco Bar Zapatero Birdland Pub Crazy Town Hotel Puerta de Burgos Barcelona Cuatro Espiral Pop 1.2 Sentencias de Audiencias Provinciales Buena Vistilla Club Social 2 No consta acreditado: 2.1 Sentencias de Audiencias Provinciales Sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra El Paso y Digo Yo Sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante Establecimiento desconocido Complejo Alcántara Sala La Iguana 3 No consta ni alegado: 3.1 Sentencias de Audiencias Provinciales Gimnasio Calle P. de Madrid Restaurante El Caserón de Araceli 1 Consta acreditado: 1.1 Sentencias de Juzgados de Primera Instancia o Mercantiles LaDinamo Sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº 5 de Madrid Procedimiento: Juicio Verbal 418/05 SENTENCIA Nº 12 En Madrid, a dos de febrero de dos mil seis. En nombre de S.M. el Rey, vistos por mí, el Ilmo. Sr. Don Alberto Arribas Hernández, magistrado-Juez del Juzgado de lo Mercantil nº 5 de los de Madrid, los autos de juicio verbal seguidos en este juzgado con el número 418/05 a instancia de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE), representada por el Procurador don V. y asistido del Letrado Don E., contra la ASOCIACION CULTURAL LADINAMO representada por la Procuradora doña Isabel Martínez Gordillo y asistida del Letrado don Francisco Javier de la Cueva González-Cotera, sobre reclamación de cantidad. Antecedentes de Hecho PRIMERO.- La representación de la parte actora, formuló demanda arreglada a las prescripciones legales, en la cual solicitaba previa alegación de los hechos y fundamentos de derecho, que se dictara sentencia estimando íntegramente la demanda. SEGUNDO.- Admitida a tramite la demanda, se comunico a las partes al acto de la vista del juicio verbal, que se celebro con su asistencia, ratificando la actora su pretensión y oponiéndose la parte demandada, practicándose a continuación las pruebas que se propusieron y fueron declaradas pertinentes, todo ello con el resultado que obra en el acta y en el correspondiente soporte audiovisual. TERCERO.- Que en la sustentación de este procedimiento se han observado las prescripciones legales. Fundamentos de Derecho PRIMERO.- La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ejercita contra la Asociación Cultural Ladinamo, una acción de reclamación de cantidad por importe de 829,70 euros de principal en concepto de indemnización de daños y perjuicios por la comunicación pública no autorizada de obras gestionadas por la demandante a través de televisor y aparato mecánico no reproductor de imágenes instalada en el establecimiento, abierto al publico, que explota el demandado, por el periodo comprendido entre los meses de enero a junio de 2005. Frente a las pretensiones de la actora la parte demandada alega en primer término la inconstitucionalidad del articulo 150 del Texto Refundido de la Ley de la Propiedad Intelectual, aprobado por Real Decreto Legislativo de 12 de abril de 1996, la no utilización de obras protegidas cuya gestión este encomendada a la SGAE y, en todo caso, rechaza la tarifa que pretende aplicar la demandante equiparando una Asociación Cultural a un bar de copas. En todo caso, conviene precisar desde este momento para la adecuada comprensión de la cuestión litigiosa, que en los términos planteados por el actor en su demanda, ratificada en el acto del juicio, y de los epígrafes de la tarifa que determinan la cantidad reclamada (documentos 4 y 5 de la demandada), la única actividad infractora que se imputa a la demandada es la comunicación publica de obras del repertorio de la SGAE por medio de televisor y aparato no reproductor de imagen. SEGUNDO.- La cuestión de la legitimación de las entidades de gestión conferida por el articulo 150 TRLPI y antes por el articulo 135 de la Ley de Propiedad Intelectual de 11 de noviembre de 1987, ha sido analizada en numerosas sentencias del Tribunal Supremo con relación a la legitimación de dichas entidades en supuestos de defensa de los derechos de comunicación que requieren una autorización global (sentencias del Tribunal Supremo de 29 de Octubre de 1999, recursos 262/1998 y 969/1997; 24 de septiembre de 2002, 15 de octubre de 2002 y 10 de mayo de 2003, entre otras). Concretamente en la sentencia de 10 de mayo de 2003 señala con precisión que "Del articulado de la Ley resulta que los autores pueden hacer valer directamente sus derechos ya que la actuación necesaria a través de una entidad de gestión solo es exigida en los supuestos de los artículos 3.2 y 25.7 de la Ley 43(1994, de 30 de diciembre, sobre derechos de alquiler y préstamo y otros derechos afines a los derechos de autor en el ámbito de la Propiedad intelectual (artículos 25.7 y 90.7 del texto Refundido de 1996), derechos entre los que no se incluyen aquellos a que se refiere esta litis, no obstante esa libertad de gestión, la experiencia demuestra que los titulares de estos derechos no gestionan directamente los derivados de la comunicación publica de fonogramas por medios mecánicos y de transmisión publica mediante aparatos de televisión en establecimientos abiertos al publico, sin duda por la imposibilidad de llevar a cabo un adecuado control de la ejecución de esos actos de comunicación, habida cuenta de los numerosos establecimientos en los que los mismos se llevan a cabo". A continuación dicha sentencia, siguiendo las de 29 de octubre de 1999, señala que «Cuando el articulo 135 de la Ley de Propiedad intelectual, redacción de 1987, establece que "las entidades de gestión una vez autorizadas estarán legitimadas, en los términos que resulten de sus propios estatutos, para ejercer los derechos confiados a su gestión y hacerlos valer en toda clase de procedimientos administrativos o judiciales", debe entenderse partiendo de lo antes dicho, que la expresión "derechos confiados a su gestión" puesta en relación con la de "en los términos que resulten en los estatutos" se refiere a aquellos derechos cuya gestión "in genere" constituye, de acuerdo con los estatutos, el objeto de actuación de la entidad de gestión,no a los concretos derechos individuales que, mediante contratos con los titulares de los mismos o acuerdos con otras organizaciones de idéntica finalidad, les hayan sido encomendadas para su gestión, se atribuye así a la SGAE legitimación para la defensa en juicio de los derechos a que se extiende su actividad; entender, como hace la sentencia recurrida, que es necesaria la acreditación documental, al amparo del articulo 503.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, de la relación contractual establecida entre la SGAE con cada uno de los titulares del derecho de comunicación publica o de los acuerdos con otras entidades de idéntica función gestora, hace ineficaz, respecto de esta modalidad de derechos de autor, el sistema de protección establecido en la Ley, al no alcanzar la así dispensada los caracteres de real, concreta y efectiva que el texto real propugna, resultando defraudados los intereses generales en la protección de la propiedad intelectual que justifica la concesión de autorización administrativa a las entidades de gestión (articulo 133.1 c) de la Ley de 1982). Finalmente la resolución analizada concluye que el articulo 135 de la Ley de 1987, actualmente 150, atribuye una legitimación que denomina presunta, a las entidades de gestión de los derechos de autor"... para cuando se trata de la defensa de los derechos de comunicación que requiere una autorización global». En definitiva, la legitimación extraordinaria, propia y de carácter legal, del articulo 150 del TRLPI, atribuye legitimación a las entidades de gestión respecto de los derechos de ejercicio necesariamente colectivo o para aquellos que requieren una autorización global. No cabe duda, pues, de la legitimación de la actora, al amparo del articulo 150 del TRLPI, al haber aportado sus estatutos y la preceptiva autorización administrativa, sin que el reconocimiento de esta legitimación cree duda alguna de su constitucionalidad, a este órgano judicial y no se trata de un difícil entendimiento por parte de la judicatura española ante los nuevos fenómenos, sino que simple y llanamente el establecimiento de esta legitimación extraordinaria y de origen legal no vulnera derecho constitucional alguno de la demandada, la cual puede acreditar y así lo establece expresamente el inciso final del párrafo 2º de dicho precepto, reintroducido por la Disposición Final 2ª de la Ley de Enjuiciamiento Civil, la falta de representación de la actora, la autorización del titular del derecho exclusivo o el pago de la remuneración correspondiente, por lo que el legislador ni la judicatura son ajenas al fenómeno conocido de que los autores pueden no encomendar el ejercicio y administración de los derechos de explotación a una entidad de gestión, sin perjuicio de los derechos de necesaria gestión colectiva ajenos a esta resolución TERCERO.- Delimitado el debate en los términos hasta ahora indicados debe señalarse, una vez mas, que la mera tenencia de un televisor o de una radio en un establecimiento abierto al publico, en este caso una Asociación Cultural, no implica por si mismo comunicación publica de obras gestionadas por la demandante, sin perjuicio de que en el supuesto enjuiciado no consta la existencia de aparato receptor de televisión Este órgano judicial comparte la tesis mayoritariamente sostenida en las Audiencias Provinciales de que la mera existencia de un aparato de televisión, y con mayor razón de una radio, en un establecimiento abierto al publico, como un servicio mas que se presta a los asociados o a la clientela, genera una presunción iuris tantum de utilización de los mismos de forma habitual y a todo evento, con la consiguiente efectiva posibilidad de ejecución de actos de comunicación publica de obras gestionadas por la SGAE y objeto de propiedad intelectual, en este sentido sentencias de la Audiencia Provincial de Madrid Sección 20ª de 5 de mayo de 1993, de la Sección 21ª de 25 de junio de 2002 y de la Sección 13ª de 29 de octubre de 2004; de la Audiencia Provincial de Orense Sección 2ª de 29 de diciembre de 2003y de la Audiencia Provincial de Pontevedra Sección 3 de 14 de mayo de 2003. Ahora bien, se trata de una mera presunción de iuris tantum y, en consecuencia, admite prueba en contrario. CUARTO.- Respecto a la cantidad reclamada en concepto de comunicación publica de obras de pequeño derecho comunicadas por medio de receptor de televisión, en ningún caso podría prosperar la demanda, pues no consta que exista receptor de televisión en el local, dado que ni siquiera figura en el acta de visita del inspector de zona de la demandante (documento numero 6 de la demanda) y, además no parece propio de las actividades de la asociación, de carácter claramente alternativo, amenizar las mismas a través de las emisiones televisivas. Otra cosa es que en el local exista una pantalla o retroproyector, lo que se admite plenamente por la parte demandada, en el que puedan visionares o escucharse obras de repertorio o no de la SGAE (ciclos de cine mudo con musica, cortometrajes, sesiones de tremolaba...) pero no se ha alegado en la demanda ni la tarifa es la misma, sin que se haya acreditado que a través del retroproyector se vean emisiones de televisión lo que implicaría la comunicación publica de obras de su repertorio, que es el concepto que se reclama en la demanda, y sin que aquel le sea aplicable la presunción propia de una aparato receptor de televisión cuya función típica es la de captar los programas de los distintos canales emitidos o retransmitidos por las empresas televisivas. QUINTO.- En cuanto al aparato mecánico o electrónico no reproductor de imagen, no es discutida su existencia en el local y la comunicación publica de obras musicales a través del mismo, por lo que es irrelevante que en el CD acompañado al informe del investigador privado adjunto a la demanda como documento nº 12, se escuche o no musica, aunque si parece escucharse en algún momento por encima del intenso murmullo de la sala, pero en ningún caso es identificable la canción o autor, sin que tampoco lo sean, por cierto, las imágenes que se observan en las pantallas del retroproyector. Admitida la existencia del equipo de musica, de la apreciación conjunta de la prueba practicada este órgano judicial llega a la conclusión de que la demandada evita la comunicación de obras cuya gestión este encomendada a al actora, utilizando un repertorio de autores, que no tienen cedidos los derechos de explotación a la SGAE, teniendo a su disposición una base de datos al efecto y a si lo manifiesta tanto el representante legal de la Asociación como la encargada de la programación, doña Manuela Villa Acosta, lo que es compatible con el carácter alternativo de la Asociación y su integración en el denominado movimiento "copy left". Por otra parte, la convicción sobre la veracidad de las manifestaciones de la testigo se deriva de la apreciación directa que atribuye la inmediación en la practica de la prueba, reconociendo la testigo otros hechos que podrían perjudicar a la Asociación, como el espontáneo recital de Bebe y el Bicho o el interés de obtener la autorización de la actora para poder comunicar determinadas obras protegidas. Por ultimo indicar, que a los efectos de este pleito en el que se persigue una indemnización por la comunicación publica de obras protegidas a través del receptor de televisión y aparato mecánico no reproductor de imagen es irrelevante el puntual y espontáneo recital de Bebe y el Bicho, desconociéndose si este ultimo tiene suscrito el oportuno contrato de representación con la SGAE, sin prejuicio de los derechos que pudieran derivarse, en su caso, de esta puntual actuación. SEXTO.- De acuerdo con el articulo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, las costas procesales son de preceptiva imposición a la parte actora. Vistos los preceptos legales citados y demás de pertinente y general aplicación, Fallo Que desestimando como desestimo la demanda formulada por el Procurador de los Tribunales don V. en nombre y representación de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) contra la Asociación Cultural Ladinamo representada por la Procuradora doña Isabel Martínez Gordillo, debo absolver y absuelvo a la demandada de todos los pedimentos de la demanda con expresa imposición de las costas a la parte actora. Notifíquese esta resolución a las partes, previniéndolas que contra la misma cabe interponer recurso de apelación, del que conocerá la Ilma Audiencia Provincial de Madrid, que se preparara por escrito que deberá presentarse en este juzgado, en el plazo de los cinco días siguientes al de su notificación, citando la resolución apelada y manifestando su voluntad de recurrir con expresión de los pronunciamientos que se impugnan. Así por esta mi sentencia, de la que se deducirá testimonio que se llevara a los autos originales, lo pronuncio mando y firmo. PUBLICACION.- leída y publicada fue la anterior Sentencia por el Ilmo Sr Magistrado Juez que la suscribe, estando celebrando audiencia publica en el mismo día de su fecha, doy fe. Disco Bar Metropol Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Badajoz PROCEDIMIENTO ORDINARIO 761/2005 SENTENCIA, nº 15/2.006. En BADAJOZ, a DIECISIETE DE FEBRERO DE DOS MIL SEIS, vistos por el Iltmo. Sr. don LUIS CÁCERES RUIZ, MAGISTRADO-JUEZ accdtal. del JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA NÚMERO SEIS de esta ciudad y su partido, los presentes autos número 761/2005 de PROCEDIMIENTO ORDINARIO entre las siguientes partes: como demandante la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE), representada por él Procurador Sr. R y asistida por la Letrada Sra. L.; como demandado don R. A. U. F., representado por la procuradora Sra. R y asistido por el Letrado D.; ha dictado la presente resolución conforme a los siguientes Antecedentes de Hecho PRIMERO.- Por el Procurador Sr. R. en nombre y representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES se presentó escrito de demanda en la que tras alegar los hechos y fundamentos de derecho que estimaba de legal y pertinente aplicación, terminaba suplicando que se dictase sentencia por la que se declare: a) que en el periodo comprendido entre noviembre de 2002 a agosto de 2005, ambos meses inclusive, el demandado ha venido haciendo uso de las obras administradas por la actora en su local, denominado "Disco Bar Metropol" sin haber obtenido para ello la preceptiva autorización; y en consecuencia, se condene a la parte demandada: a) a estar y pasar por la anterior declaración; b) a cesar en la utilización del repertorio de obras administrado por la actora, con suspensión inmediata de la misma, en tanto no obtenga de ésta la correspondiente autorización para poder efectuar al uso del citado repertorio, decretando la remoción de los aparatos utilizados en tanto que sean separables del local, y el precinto de los que no lo sean; .c) a satisfacer a la actora en concepto de indemnización, conforme a lo establecido e el artículo 140 del texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, para la comunicación pública de obras llevada a cabo sin autorización en el establecimiento denominado "Disco Bar Metropol" y por el periodo comprendido entre noviembre de 2002 a agosto de 2005, ambos inclusive, la suma de 4.816,74 euros, a que se contrae la reclamación; d) al pago de los intereses legales desde la interposición de la demanda y las costas del procedimiento. SEGUNDO.- Por Auto de 6 de octubre de 2005 se admitió a trámite, emplazando al demandado a comparecer y contestar a la demanda. TERCERO.- La Procuradora Sra. R. en nombre y representación de don R.U.F. compareció en las actuaciones, presentando escrito de contestación en el cual tras alegar los hechos y fundamentos de derecho que estimaba de legal y pertinente aplicación, consistentes básicamente en que reconocía que había sido titular de la explotación del establecimiento "Disco Bar Metropol" durante el periodo reclamado y que en el mismo se utilizaba amenización musical, pero negaba que se reprodujeran obras del repertorio de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES, terminaba suplicando que se dictase sentencia absolviendo al demandado de todos los pedimentos deducidos de contrario, todo ello con expresa imposición de costas a la parte demandante. CUARTO.- Se citó a las partes a audiencia previa el día 22 de diciembre de 2005, compareciendo ambas. Se suspendió la audiencia previa, al aportarse copia actualizada de los estatutos de la actora, señalándose continuación de la audiencia el día 17 de enero de 2006. Se continuó la audiencia previa en la fecha señalada, acordándose la práctica de prueba, admitiéndose prueba documental (tanto en soporte de papel como en vídeo y DVD), interrogatorio de partes, testifical y pericial. QUINTO.- En la fecha señalada se procedió a la celebración del acto del juicio, donde se practicaron las pruebas propuestas y admitidas. Una vez celebradas las pruebas, las partes realizaron las alegaciones que estimaron oportunas, ratificándose en sus peticiones iniciales, quedando las actuaciones para sentencia. Fundamentos de Derecho PRIMERO.- Se declara probado por el reconocimiento de ambas partes que don R.A.U.F. ha sido titular de la explotación del establecimiento "Disco Bar Metropol" al menos en el periodo reclamado comprendido entre noviembre de 2002 a agosto de 2005, ambos meses inclusive, utilizando amenización musical. Igualmente ambas partes reconocen que el demandado no ha solicitado ninguna autorización a la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES, ni le ha abonado ninguna cantidad. La discrepancia entre las partes respecto a los hechos y lo que constituye objeto de controversia es que la actora sostiene que en el establecimiento Disco Bar Metropol se han utilizado obras de su repertorio, hecho que es negado por el demandado. SEGUNDO.- La SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES ejerce la acción contemplada en el artículo 138 del Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, regularizando, aclarando y armonizando las disposiciones legales vigentes sobre la materia: "el titular de los derechos reconocidos en esta ley, sin perjuicio de otras acciones que le correspondan, podrá instar el cese de la actividad ilícita del infractor y exigir la indemnización de los daños materiales y morales causados, en los términos previstos en los artículos 139 y 140". En cuanto a la indemnización reclamada, se opta por la remuneración que hubiera percibido de haber autorizado la explotación. La SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES es una entidad constituida conforme al artículo 147 de la Ley de Propiedad Intelectual para dedicarse, en nombre propio o ajeno, a la gestión de derechos de explotación u otros dé carácter patrimonial, por cuenta y en interés de varios autores u otros titulares de derechos de propiedad intelectual, habiendo obtenido la oportuna autorización del Ministerio de Cultura publicada en el Boletín Oficial del Estado. Como entidad de gestión está legitimada para ejercer los derechos confiados a su gestión y hacerlos valer en toda clase de procedimientos administrativos o judiciales. Para acreditar dicha legitimación, la entidad de gestión únicamente deberá aportar al inicio del proceso copia de sus estatutos. y certificación acreditativa de su autorización administrativa. Habiéndose cumplido los requisitos por la entidad actora, posee legitimación activa para ejercerla acción interpuesta en el presente procedimiento (artículo 150 del texto legal citado). TERCERO.- La reclamación se plantea por la utilización de las obras administradas por la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES en el Disco Bar Metropol de Badajoz, sin haber obtenido para ello la preceptiva autorización, durante el periodo comprendido entre noviembre de 2002 a agosto de 2005, ambos meses inclusive. La parte demandada plantea como base de su oposición el negar que haya reproducido obras musicales de autores que estén bajo la gestión de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES. CUARTO.- Conforme al artículo 217.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil "corresponde al actor y al demandado reconviniente la carga de probar la certeza de los hechos de los que ordinariamente se desprenda, según las normas jurídicas a ellos aplicables, el efecto jurídico correspondiente a las pretensiones de la demanda y de la reconvención", y conformé al apartado sexto de dicho precepto legal "el tribunal deberá tener presente la disponibilidad y facilidad probatoria que corresponde a cada una de las partes del litigio". La entidad actora está obligada a probar que en el establecimiento del demandado se ha reproducido música cuya gestión de los derechos de autor le corresponde. QUINTO.- Conforme al artículo 281.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, "no será necesario probar los hechos que gocen de notoriedad absoluta y general". Puede considerarse como un hecho notorio y generalmente admitido, como así lo ha sido en este procedimiento, que la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES, directamente y a través de acuerdos con entidades similares de otros países, tiene encargada la gestión de los derechos de autor de la inmensa mayoría de la música objeto de difusión pública. Ello ha dado lugar a que, puesto que la mayoría de la música difundida está bajo la gestión de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES, si existe difusión de música, se presuma que se reproducen obras gestionadas por ella (Sentencias de la Audiencia Provincial de Zaragoza de 8 de septiembre de 1997 y de la Audiencia Provincial de Cuenca de 22 de julio de 1997) "debiendo ser el titular del establecimiento quien acredite que sólo utiliza el aparato reproductor para difundir obras no protegidas". Puede considerarse como criterio interpretativo que, si se reproduce música de manera general y reiterada de muy diversos autores, en principio ello sea prueba suficiente de que al menos parte de esa música es gestionada por la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES. Pero dicho principio admite ser rebatido por la actividad probatoria de la parte demandada. SEXTO.- No basta con que el demandado alegue que no reproduce música gestionada por la entidad actora, ha de probarlo. Pero no puede exigírsele la "probatio diabólica" de que todas y cada una de las obras que ha emitido no corresponden a las gestionadas por la actora. Un adecuado reparto de la carga probatoria implica en este caso, que al demandado le corresponde tan sólo destruir la presunción favorable a la actora. Para ello el demandado ha de probar que tiene capacidad personal y técnica para acceder a música no gestionada por la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES, que tiene la capacidad personal y técnica de utilizarla y reproducirla en su establecimiento, así como de probar que efectivamente así lo ha realizado. La parte demandada ha realizado una amplia actividad probatoria. De los títulos presentados y la declaración testifical del Sr. M. L. queda probado que el demandado posee capacidad técnica para crear música y acceder a ella a través de medios informáticos. Numerosos testigos (Sr. L., Sr. S., Sr. B. y Sr. A.) declararon que acuden asiduamente al establecimiento y que en el mismo no se reproduce música bajo la gestión de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES, sino que la mayoría era obtenida a través de Internet como música bajo licencia "CREATIVE COMMONS". "La propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el solo hecho de su creación" (artículo 1 de la Ley de Propiedad Intelectual). El autor posee unos derechos morales y económicos sobre su creación. Y como tal titular, puede hacer la gestión que estime oportuna, pudiendo ceder el libre uso, o cederlo de modo parcial. Las licencias "CREATIVE COMMONS" son distintas clases de autorizaciones que da el titular de su obra para un uso más o menos libre o gratuito de la misma. Existen, tal y como aportaron ambas partes, distintas clases de licencias de este tipo, que permiten a terceros poderla usar libre y gratuitamente con mayor o menor extensión; y en algunas de dichas licencias determinados usos exigen el pago de derechos de autor. El demandado prueba que hace uso de música cuyo uso es cedido por sus autores a través de dichas licencias CREATIVE COMMONS. Lo relevante para este procedimiento no es que el demandado haya hecho uso de música cuya utilización estaba cedida gratuitamente por sus autores a través de licencias CREATIVE COMMONS, sino sí ha hecho uso o no de música bajo la gestión de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES, que es la entidad reclamante. La utilización de música bajo licencia CREATIVE COMMONS tan sólo acredita que el demandado ha tenido acceso y reproducido una gran cantidad de obras que no están bajo la gestión de la SGAE. De este modo el demandado prueba que tiene acceso a obras musicales no gestionadas por la SGAE. Al acreditar el acceso a dichas obras y que posee medios técnicos para obtenerla y reproducirla en el establecimiento, se rompe la presunción inicial de que la música reproducida debía corresponder al menos en parte a la gestión de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES. El demandado prueba que crea y accede a numerosas obras musicales no gestionadas por la SGAE, que tiene los medios técnicos para ello y que esa es la música que se reproduce en el local. Al destruirse la presunción de que las obras musicales reproducidas sean del repertorio gestionado por la actora, sobre ésta recae la carga de la prueba y habrá que analizar su actividad probatoria para ver si ha probado que se reproduce en el local música de la que gestiona. SÉPTIMO.- La parte actora realiza varias pruebas, fundamentalmente la grabación del interior de la discoteca, así como el testimonio de detectives privados, y la declaración testifical de la agente de la SGAE Sra. C. y del perito Sr. A. De la grabación y de los testimonios de los detectives privados tan sólo se acredita que se reproduce música en el local, pero no que se reproduzcan concretas obras gestionadas por la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES. En cuanto a la agente de la SGAE y del perito, aunque manifestaron que sí se reproducían obras gestionadas por SGAE, no indicaron ninguna obra o autor en concreto, a pesar de que ambos manifestaron ser clientes del local. En definitiva, la entidad actora tan sólo prueba que se reproduce música en el local, hecho reconocido por la demandada, pero no se prueba la reproducción de obras gestionadas por ella. OCTAVO.- Para que la demanda prosperase, la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES debería haber probado que en el establecimiento se reproduce música de su repertorio. No han resultado acreditados los hechos en que la parte actora funda su pretensión, resultando procedente en virtud del principio de la carga de la prueba recogido en el artículo 217 de la Ley de Enjuiciamiento Civil la desestimación íntegra de la demanda. NOVENO.- En aplicación del artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, se ha de condenar a la parte actora al pago de las costas. Vistos los preceptos legales citados y demás de general aplicación Fallo 1. - Desestimando la demanda formulada por el Procurador Sr. R. en representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) debo absolver al demandado don R.A.U.F. de las pretensiones que se formulaban contra él. 2.- Se condena a la parte actora al pago de las costas. Contra ésta sentencia podrá interponerse en este Juzgado recurso de apelación en el plazo de cinco días desde su notificación. Líbrese únase certificación de esta resolución a las actuaciones con inclusión de la original en el Libro de Sentencias. Así por ésta mi sentencia, lo pronuncio, mando y firmo. PUBLICACIÓN: Leída y publicada fue la anterior sentencia por el Iltmo. Sr. MAGISTRADO-JUEZ que la suscribe, estando celebrando Audiencia pública en el día de su fecha, doy fe. Disco Bar Zapatero Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Oviedo Procedimiento: Juicio Verbal 449/06 SENTENCIA Nº 158 Juez que la dicta: Don Javier Antón Guijarro Lugar: Oviedo Fecha: Veinticinco de octubre de dos mil seis. Antecedentes de Hecho PRIMERO.- Por el Procurador de los Tribunales D. xx en nombre y representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE), se interpuso demanda de Juicio Monitorio nº 269/05 contra yy y contra DISCO BAR ZAPATERO, suplicando que se requiriese al deudor para que en el plazo de veinte días pagase al demandante la cantidad de 1.988,33 euros que adeuda. SEGUNDO.- Efectuado el requerimiento, por el Procurador de los Tribunales D. xx en nombre y representación de yy se presentó escrito de oposición a la demanda, solicitando se sustanciasen los autos por los trámites del Juicio Verbal, y suplicando la desestimación de la demanda, con expresa imposición de costas a la parte demandante. TERCERO.- Admitida a tramite la demanda y la oposición, se formó el Juicio Verbal nº 449/06 y citadas las partes para la celebración de la vista, la misma tuvo lugar con la asistencia de la parte actora y de la demandada representadas por los Procuradores de los Tribunales D. xx y D. zz, y con la dirección letrada de D. mm y D. Juan Carlos Menéndez Menéndez, respectivamente, con el resultado que es de ver en autos. CUARTO.- En la tramitación del presente procedimiento se han observado todas las prescripciones legales. Fundamentos de Derecho PRIMERO: Impugnada primeramente por la parte demandada la legitimación activa que se arroga la Sociedad General de Autores y Editores para reclamar los derechos de comunicación audiovisual, cabe recordar que el artículo 150 del Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, establece a este propósito (tras la redacción otorgada por la Disposición final 2ª 4 de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil) que "las entidades de gestión, una vez autorizadas, estarán legitimadas en los términos que resulten de sus propios estatutos, para ejercer los derechos confiados a su gestión y hacerlos valer en toda clase de procedimientos administrativos o judiciales", norma interpretada unívocamente por la jurisprudencia (SSTS 18 de octubre 2001 y 15 octubre 2002) al entender que la expresión "derechos confiados a su gestión" puesta en relación con la de "e los términos que resulten de sus estatutos", se refiere a aquellos derechos cuya gestión "in genere" constituye, de acuerdo con los estatutos, el objeto de actuación de la entidad de gestión, no a los concretos derechos individuales que, mediante contratos con los titulares de los mismos o acuerdos con otras organizaciones de idéntica finalidad, les hayan sido encomendados para su gestión, con lo que se atribuye así a la SGAE legitimación para la defensa en juicio de los derechos a que se extiende su actividad. No cabe entender que la posibilidad de aportación por la SGAE de sus estatutos a las actuaciones quede precluida con presentación de su escrito de demanda, o con la solicitud de la petición monitoria (art. 814 de la LEC) como es el caso, pues el presupuesto procesal contenido en el párrafo segundo del art. 150 LPI en concordancia con lo dispuesto en los arts. 264 y 265 h de ser interpretado en el sentido de permitir la aportación posterior para combatir en su caso la excepción que de adverso pueda oponerse negando la legitimación de la primera. SEGUNDO: Reclamada por la demandante SGAE al demandado yy la suma de 1.988,33 euros resultante de la liquidación del período comprendido entre julio 2003 a marzo 2005 (doc. nº 3 de la demanda) por el contrato firmado el 1 de abril de 1997 entre ambas partes (doc. nº 2 de la demanda) por el que se autorizaba la utilización del repertorio de obras musicales gestionado por la actora (art. 157-1 a) LPI) para su comunicación pública en el establecimiento "Bar Zapatero" propiedad del Sr. yy, se opone por éste último que desde comienzos del año 2004 la música utilizada en su local dejó de ser la incluida en el repertorio gestionado por la SGAE para pasar a ser música bajada desde las páginas de internet que albergan las licencias de "creative commons", alegación que viene apoyada en la declaración testifical prestada por quien fue el encargado del bar hasta el año 2005, Don nn, quien declara que efectivamente desde finales 2003 o principios 2004 dejó de ponerse en el local música comercial y que era el Sr. YY quien se ocupaba de bajar de internet otro tipo de música -caribeña, latina o étnica- que procedía de las páginas web del movimiento "copy left". Sentado el debate en tales términos, cabe señalar primeramente que aun cuando es cierto que la sola presencia en el establecimiento de aparatos reproductores de música supone una presunción de comunicación pública de obras protegidas por el derecho de autor, no lo es menos que se trata de una mera presunción iuris tantum y que habiendo sido negada dicha comunicación pública por la parte demandada ya en su escrito de oposición de fecha 6 julio 2006 presentada en el juicio monitorio a lo que se sigue la prueba que a su instancia se practicó en el juicio verbal en tal sentido, incumbía a la parte demandante el demostrar que la música utilizada en el local era música comercial incluida en el repertorio de obras gestionadas por ella -mediante cualquier medio usual como puede ser la declaración testifical de personas que hubieran visitado el local y así lo puedan afirmar- de tal manera que su pasividad probatoria lleva a tener por cierta la oposición sostenida de adverso, sin que por otra parte podamos entrar a valorar la posible ilicitud en la obtención de la música por la vía descrita, como se sostiene por la SGAE al denunciar que el demandado no es titular de ninguna licencia "creative commons", pues lo relevante es que en el local no se comunica públicamente música contenida en el repertorio de la obra gestionada por la actora. A lo anterior cabe añadir que el demandado comunicó a la SGAE su voluntad de separarse del contrato de autorización mediante escrito de fecha 2 de marzo de 2004 presentado en el juicio monitorio 1315/2003 seguido ane el Juzgado de Primera Instancia nº 3 de Gijón, comunicación que le permitió desvincularse de dicho contrato según lo dispuesto en su estipulación novena apartado 3ª al haber cesado la comunicación pública de obras protegidas, todo lo cual en definitiva nos conduce a limitar el período objeto de reclamación al comprendido entre julio a diciembre de 2003, que según la liquidación presentada por la SGAE debe ascender a la suma de 555,20 euros (IVA incluido) a que se concreta el fallo de la presente sentencia. TERCERO: De conformidad con lo dispuesto en el artículo 394 LEC no procede realizar expresa imposición de las costas causadas. Fallo Que estimando parcialmente la demanda formulada por la representación procesal de la parte actora Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), debo condenar y condeno al demandado yy a abonar a la anterior la suma de 555,20 euros (IVA incluido), sin hacer expresa imposición de las costas causadas. MODO DE IMPUGNACION: Mediante recurso de APELACION ante la Audiencia Provincial de Asturias (art. 455 LEC). El recurso se preparará por medio de escrito presentado en este Juzgado en el plazo de CINCO DIAS hábiles contados desde el día siguiente de la notificación, limitado a citar la resolución apelada, manifestando la voluntad de recurrir, con expresión de los pronunciamientos que impugna (Art. 457.2 LEC). Así por esta sentencia, lo pronuncio, mando y firmo. Birdland Juzgado de Primera Instancia nº 4 de Salamanca En Salamanca, 11 de abril de 2007. Vistos por Don Luis Sanz Acosta, Magistrado-Juez titular del Juzgado de Primera Instancia número cuatro de Salamanca y su Partido los presentes autos de JUICIO VERBAL n° 4/2007, seguidos ante Juzgado entre partes, de un lado, como demandante, la Sociedad General de Autores (S.G.A.E.) representada por la Procuradora Sra. N. y defendida por el letrado Sr. X y, de otro lado, como demandado, D. representado por la Procuradora Sr. D. y asistido del Letrado Sr. D. Felipe Crespo. Antecedentes de Hecho PRIMERO. Por la actora se formuló demanda en JUCIO VERBAL sobre la base de los hechos y fundamentos de derecho que expuso, terminando con la súplica de que se dicte sentencia por la que se condene a la demandada a abonar a la actora la cantidad de 1.676,42 euros más los intereses y pago de las costas. SEGUNDO. Admitida a trámite la demanda se acordó convocar a las partes a la celebración del oportuno juicio con las prevenciones legales, llegado el cual la actora se ratificó en la demanda y la demandada se opuso a la misma en la forma que consta en la grabación, proponiéndose por ambas las pruebas que les interesaban cuales, previa admisión, se practicaron en la forma que obra en autos. TERCERO. En la sustanciación del proceso se han observado las prescripciones legales, excepto el plazo para dictar sentencia por acumulación de trabajo. Fundamentos de Derecho PRIMERO. Se ejercita por la demandante acción de reclamación de cantidad, fundada en el incumplimiento por el demandado de su obligación de pago del precio tarifado por la comunicación pública de las obras de los autores gestionados por la Sociedad General de Autores y Editores, todo ello al amparo de lo dispuesto en los artículos 2, 17 y 20 de la Ley de propiedad Intelectual. SEGUNDO. El artículo 2 de la Ley de 12 de abril de 1996 de Propiedad Intelectual está integrada por derechos de carácter poersonal y patrimonial, que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho exclusivo a la explotación de la obras, sin más limitaciones que las establecidas en la ley. Por lo que se refiere a los derechos de explotación, el artículo 17 del referido texto legal, concreta que corresonde al autor el ejercicio exlcusivo de los derechos de explotación de su obra en cualquier forma y, en especial, los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación, que no podrán ser realizados sin su autorización, salvo en los casos previstos en la presente ley. El derecho de comunicación pública se define en la ley como todo acto por el cual una pluralidad de personas pueda tener acceso a la obra sin previa distribución de ejemplares a cada una de ellas, excluyéndose la comunicación que se se celebra dentro de un ámbito estrictamente doméstico que no está integrado a una red de difusión de cualquier tipo, todo ello tal y como establece el artículo 20 de la ley. TERCERO. Es un hecho notorio que la SGAE gestiona los derechos de propiedad intelectual de gran número de autores, además de los derivados de los contratos de reciprocidad concertados con otras entidades de gestión de todo el mundo. A partir de aquí es clara e indiscutible la legitimación de la SGAE para reclamar los derechos de explotación por comunicación pública de las obras de dichos autores. Una visión simplista de las normas sobre la carga de la prueba, podría conducir a exigir que, en todo caso, la SGAE probara, una a una, que las obras comunicadas por los demandados pertenecen precisamente al repertorio gestionado por dicha entidad. Sin embargo, es evidente que de entenderse así las cosas se estaría condenando a la SGAE a una auténtica prueba diabólica. Exigir que la SGAE pruebe que todas y cada una de las obras musicales utilizadas en el recinto de los demandados están dentro de su repertorio, implicaría la necesidad de su previa identificación y ello conllevaría por su imposibilidad o gran costo, la ineficacia del sistema de protección establecido en la Ley, y convertirlo en la práctica en irreal, resultando defraudados los intereses generales en la protección de la propiedad intelectual que justifica la concesión de esa gestión colectiva. Por ello, se insiste, la jurisprudencia señala que ello sería imponer una probatio diabolica (SAP de Cantabria de 16/6/2001, con cita de la STS de 29 de octubre de 1999). De esta forma, se ha venido sosteniendo con cierta uniformidad por nuestros tribunales fórmulas presuntivas que, en cierto modo, producen una cierta inversión de la carga probatoria basada en el criterio de facilidad de la prueba que se establece en el artículo 217 de la LEC. Así, por ejemplo, se sostiene en la doctrina de las Audiencias Provinciales que la mera existencia de un aparato de televisión o de una radio o equipo de música, en un establecimiento abierto al público, como un servicio más que se presta a la cllientela, genera una presunción iuris tantum de utilización de los mismos de forma habitual y a todo evento, con la consiguiente posibilidad de ejecución de actos de comunicación pública de obras gestionadas por la SGAE y objeto de propiedad intelectual (así, sentencias de la Audiencia Provincial de Madrid Sección 20ª de 5 de mayo de 1993, de la Sección 21ª de 25 de junio de 2002 de la Audiencia Provincial de Orense; de la Sección 13ª de 29 de octubre de 2004). Es expresiva de esta tendencia jurisprudencial la SAP de Madrid de 25 de junio de 2002 que, a este respecto, señala que "Existe una presunción de comunicación pública, que provoca la inversión de la carga de la prueba, por lo que el demandado es quien debería probar los hechos desvirtuadores de la acción ejercitada. Esta inversión de la carga de la prueba se ha venido entendiendo en esa materia antes de la entrada en vigor de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 7 de enero de 2000, así en la SAP de Madrid Sección 2ª de 5 de mayo 1993, SAP de Palencia de 21 de octubre de 1993, entre otras, y tras la referida fecha, y aplicando el precepto antes referido, artículo 217 de la LEC, la conclusión a la que se llega es la misma, porque se llame inversión de la carga de la prueba, o mayor facilidad probatoria lo cierto es que era el demandado quien tenía que probar que no estaba explotando derechos de autor, o que los que explotaba no estaban cedidos a la actora, o que estaba pagando por esa actividad a un aprticular o a otra entidad, para que al amparo de ello la demandante probara que esos derechos eran gestionados por ella, en su caso". Ahora bien, estamos en presencia de una presunción iuris tantum que, por ello, admite prueba en contrario. En concreto, podría desvirtuarse la presunción, si el demandado acreditara que las obras musicales objeto de comunicación pública no forman parte del repertorio gestionado por la SGAE, siendo, por el contrario, de autores que no han encomendado a dicha entidad la gestión de sus derechos de propiedad intelectual sobre sus obras. Hasta fechas recientes esa posibilidad de desvirtuar la presunción se tornaba ciertamente difícil, dada la ingente cantidad de obras gestionadas por la SGAE, bien a consecuencia de contratos estipulados directamente por los autores con la SGAE o a través de contratos de reciprocidad concertados con otras entidades de gestión de todo el mundo, todo lo que ha generado hasta ahora la sensación de que la SGAE tiene un derecho a la gestión exclusiva del repertorio universal de las obras musicales. Sin embargo, en los últimos tiempos está alcanzando en nuestro país cierto auge un movimiento denominado de "música libre", muy relacionado con la expansión de Internet como medio de distribución musical. De un modelo de difusión de los contenidos musicales limitado a la venta y al alquiler de ejemplares, controlado por la industria de contenidos, se ha pasado a un modelo casi ilimitado, gracias a la difusión global que proporciona Internet, ámbito en el que los propios creadores, sin intermediación de la industria, pueden poner a disposición de los usuarios de Internet copias digitales de sus obras. Este fenómeno ha originado la concurrencia o coexistencia de diferentes modelos de difusión de contenidos en relación a las nuevas posibilidades ofrecidas por Internet: a) El tradicional, basado en la protección de la copia ("copyright"), que busca una restricción del acceso u uso del contenido "on line", recurriendo a fórmulas negociales de carácter restrictivo y medidas tecnológicas de control de accesos, que se subsumen en los llamados "Digital Rights Management". b) Un modelo que proporciona acceso libre "on line" a los contenidos, permitiéndose en ocasiones el uso personal de los mismos (modelos de licencia implícita) y, en otros supuestos, la difusión libre de la obra, su transformación e incluso su explotación económica, con la única condición de citar la fuente. Se trata de los modelos de dominio público y de licencias generales (General Public License), como son, por ejemplo, las licencias "creative commons", algunas de las cuales incluyen la cláusula "copyleft". Con la cláusula "copyleft" el titular permite, por medio de una licencia pública general, la transformación o modificación de su obra, obligando al responsable de la obra modificada a poner la misma a disposición del público con las mismas condiciones, esto es, permitiendo el libre acceso y su transformación. Con las licencias creative commons, el titular del derecho se reserva la explotación económica y puede impedir transformaciones de la misma. Por tanto, debe distinguirse las licencias creative commons de la cláusula "copyleft". En ocasiones habrá licencias creative commons que incluyan la cláusula "copyleft". En todo caso, este modelo parte de la idea común de pretender colocar las obras en la Red para su acceso libre y gratuito por parte del público. Sus partidarios lo proponen como alternativa a las restricciones de derechos para hacer y redistribuir copias de una obra determinada, restricciones que dicen derivadas de las normas planteadas en los derechos de autor o propiedad intelectual. Se pretende garantizar así una mayor libertad, permitiendo que cada persona receptora de una copia o una versión derivada de un trabajo pueda, a su vez, usar, modificar y redistribuir tanto el propio trabajo como las versiones derivadas del mismo. Se trata, sostienen los partidarios de este modelo, de otorgar al autor el control absoluto sobre sus obras, y surge como respuesta frente al tradicional modelo del copyright, controlado por la industria mediática. TERCERO. De las manifestaciones de ambas partes se deduce que la discrepancia, que constituye así el centro u objeto básico del litigio, estriba en si en el local de D. yy denominado "Birdland", sito en la Calle Azafranal nº 57 y mediante el equipamiento instalado al efecto, el demandado viene haciendo uso o no del repertorio de obras gestionado por la S.G.A.E., acto de comunicación pública para el que no contaría con la previa y preceptiva autorización de la demandante. En la demanda, más allá de afirmar tales hechos, no se especifica el tipo de aparato utilizado para la comunicación pública de las obras musicales. Dicho aparato tampoco se describe en el acta de visita de la representante de la SGAE de fecha 4 de noviembre de 2006, que se acompaña como documento número dos de la demanda, en la que únicamente se hace referencia a un "aparato reproductor de música en la modalidad de amenización con carácter necesario". El informe del Detective Privado de la agencia Inves Land Detectives, aportado como documento número 4 de la demanda, se hace inexpresiva referencia a un "equipo de música", sin especificar de qué tipo de aparato se trata y sin que se tomaran fotografías del mismo, a pesar de que sí se acompañan diversas fotografías del local. Eso sí, en dicho informe, se indica que "la música que suena es de actualidad", sin que tal expresión revele necesariamente que sea de autores gestionados por la SGAE. Para terminar, el mencionado informe acompaña un CD, grabación de la visita del detective que, sorprendentemente, no se refiere al Bar Birdland, sino a otro establecimiento denoinado "Mala leche", hasta tal punto ajeno a este litigio que fue renunciado como prueba en el acto del juicio. Frente a este pobre resultado probatorio, el demandado ha logrado probar que en su local no hay un aparato convencional de música, sino dos ordenadores, un amplificador y altavoces desde el que se descargan o bajan música de Internet. Al tiempo, la demandada propuso cuatro pruebas testificales: una de ellas encaminada a acreditar la existencia del ordenador en el local, por quien se lo vendió e instaló al demandado, Don XX y tres testigos, dos de ellos clientes habituales del local, D. YY y D. ZZ y otro camarero del bar, D. MM. que han dado fe que en el mismo se escucha música de la denominada "de vanguardia", "alternativa" o "libre", no de los circuitos comerciales, de autores que cuelgan la misma en Internet y que permiten su uso y comercialización, no estando sus obras gestionadas por la SGAE. El demandado ha logrado así probar que poseé capacidad técnica para crear música y acceder a ella a través de medios informáticos. Ciertamente, de lo actuado no puede decirse que se haya probado que todas y cada una de las obras músicales que se comunican públicamente en el local del demandado sean temas cedidos gratuitamente por sus autores a través de licencias Creative Commons, pero exigir dicha prueba, en esos términos de exhausitividad, sería exigir una prueba tan diabólica como la que resultaría de forzar a la SGAE a que pruebe que todas y cada una de las obras comunicadas en dicho local sean de autores cuya gestión le ha sido encomendada. Pero es que además no podemos olvidar que el centro del litigio no es que el demandado haya comunicado música cedida a través de licencias creative commons, sino si ha usado de música procedente de autores que hayan confiado a la SGAE la gestión de los derechos dimanantes de sus obras, siendo ésta quien reclama. Lo que sí supone la prueba de la utilización de música bajo licencia Creative Commons por el demandado es que el mismo ha tenido acceso y reproducido una gran cantidad de obras que no están bajo la gestión de la SGAE. A partir de aquí, dicha prueba tiene la consecuencia de romper la presunción de que la música comunicada en su establecimiento debía corresponder al menos parcialmente a obras gestionadas por la SGAE. Destruida la presunción, es a la actora, a la SGAE, a quien corresponde probar que se reproduce en el local la música por ella gestionada. Pues bien, así las cosas, es evidente que la prueba de la SGAE ha sido escasa e irrelevante. De la declaración de la agente de la SGAE, nada en concreto se prueba a este respecto, pues nada se le preguntó al efecto. Del informe del detective y su declaración en el acto del juicio nada se deduce tampoco sobre esta cuestión. De la grabación poco hay que decir al referirse a otro local. Del informe del detective privado y su ratificación tan sólo se acredita que se reproduce música en el local, pero no que se reproduzcan concretas obras gestionadas por la Sociedad General de Autores y Editores. Por todo ello debe desestimarse la demanda. CUARTO. En materia de costas dispone el artículo 394 de la Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil que "en los procesos declarativos, las costas de primera instancia se impondrán a la parte que haya visto rechazada todas sus pretensiones, salvo que el tribunal aprecie, y así lo razone, que el caso presentaba serias dudas de hecho o de derecho. Para apreciar, a efectos de condena en costas, que el caso era jurídicamente dudoso se tendrá en cuenta la jurisprudencia recaida en casos similares". Conforme a lo indicado y en atención a lo resuelto procede imponer las costas de este procedimiento a la actora. Vistos los preceptos legales citados y demás de pertinente aplicación, en nombre de S.M. el Rey y por el poder que me confiere la Constitución Fallo Que desestimando la demanda interpuesta por la Procuradora Sr. xx. en nombre y representación de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) debo absolver a Don. yy de los pedimentos contra él formulados con expresa imposición de las costas a la parte actora. La presente sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de Apelación ante la Ilustrísima Audiencia Provincial de Salamanca, que habrá de interponerse en el plazo de los cinco días a su notificación y prepararse ante este mismo Juzgado conforme a lo dispuesto en los artículos 457 y siguientes de la Ley 1/2000 de 7 de enero de Enjuiciamiento Civil. Notifíquese esta resolución a las partes, cuyo original quedará registrado en el Libro de Sentencias quedando testimonio de la misma en estos autos. Así lo acuerdo, mando y firmo. Pub Crazy Town Juzgado de Primera Instancia nº 8 y Mercantil de León Procedimiento: Juicio Verbal 454/05 Demandante: Sociedad General de Autores y Editores SENTENCIA Nº 133/07 En León, a tres de julio del año dos mil siete. Vistos por mí, ANA BELEN SAN MARTIN CASTELLANOS, Juez sustitura del Juzgado de Primera Instancia número 8 y Mercatil de León y su Partido Judicial, los anteriores autos nº 454/2005, seguidos a instancia de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES, entidad de gestión de Derechos de Autor, con domicilio social en Madrid, calle Fernando VI, nº 4, representada por el Procurador S. Rafael Mera Muñoz y bajo la dirección del Letrado xx, como demandante, contra DON yy, como demandado, representado por la procuradora Sra. zz y bajo la dirección le Letrado Sr. José Manuel de la Fuente Serrano y, sobre reclamación de cantidad. Antecedentes de Hecho PRIMERO. Por la representación de la parte actora se presentó demanda en la que se alegaron los hechos que aquí se dan por reproducidos e invocando los fundamentos de derecho que consideró aplicables al caso terminó suplicando se dictara sentencia por la que se condene a la parte demandada a satisfacer a la demandante en concepto de indemnización, conforme establece el artículo 140 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, por la comunicación pública de obras llevadas a cabo sin autorización en su establecimiento público, la cantidad de NOVECIENTOS NOVENTA Y OCHO EUROS CON VEINTICINCO CENTIMOS (998,25), más los intereses legales devengados y las costas que se causen en el presente procedimiento. SEGUNDO. Admitida a trámite la demanda, se citó a las partes para la celebración de la vista, compareciendo ambas partes y, tras concederles la palabra por su orden, alegaron en defensa de sus pretensiones lo que estimaron conveniente, solicitando el recibimiento del pleito a prueba; a continuación propusieron, la demandante, la documental aportada con el escrito de demanda, interrogatorio del demandado, requerimiento al demandado para que aporte las autorizaciones para la exhibición acústica de la música que se escucha en su local y testifical de D. mm; y la demandada, interrogatorio del representante legal de la actora en León, D. nn, documental consistente en 27 CDs de música bajo licencia Creative Commons, copy left o música libre, documento nº 28 consistente en edición impresa del periódico 20 Minutos editado bajo licencia Creative Commons, nº 29 edición impresa del periódico "Elplural.com", editado en licencia Creative Commons, Doc. 30, otros CDs que se editan bajo licencia Creative Commons utilizados en el Pub Crazy Town, Doc. 31 a 41, licencias Creative Commons, testifical de D. oo, D. pp, D. qq y D. rr. TERCERO. De la prueba propuesta por ambas partes se declaró toda pertinente y practicada en el mismo acto quedaron los autos conclusos para Sentencia. Fundamentos de Derecho PRIMERO. POr la Sociedad General de Autores y Editores se ha interpuesto demanda, ejercitando una acción indemnizatoria de daños y perjuicios contra D. yy. Funda el hecho de su pretensión, cuantificada en la suma de 998,25 euros, que el demandado, sin autorización, ha llevado a cabo actos de comunicación pública de obras musicales mediante un equipo de música que tenía instalado en su local denominado "BAR MUSICAL CRAZY TOWN", desde, al menos, el mes de junio de 2004, fecha en la que el representante de zona de la SGAE se porsonó en el establecimiento público antes mencionado, comprobando tanto la existencia de aparatos, como la utilización de los mismos para la comunicación de obras intelectuales gestionadas por la actora, poniéndole de manifiesto que para llevar a cabo dicha comunicación pública era preciso que obyuviese la correspondiente autorización (acompaña como Doc. nº 4 acta de inspección realizada en el establecimiento público del demandado por el representante de zona y, como Doc. n 5, Informe de investigaror sobre el citado establecimiento. Solicita la indemnización correspondiente por el período infractor comprendido entre el mes de junio de 2004 hasta el mes de diciembre de 2004, ambos incluidos, y enero y febrero de 2005 ascendiendo a la cantidad de 998,25 euros, conforme a la liquidación (Doc. nº 6), optando por la remuneración que hubiera percibido de haber autorizado la Comunicación pública y explotación. El demandado se ha opuesto a la demanda, alegando, con carácter previo, la falta de legitimación de la actora por aportar unos Estatutos Sociales de la SGAE de 1999 que no se encuentran vigentes ya que los actuales se encuentran aprobados por Resolución del Ministerio de Cultura de 29 de julio de 2004, tal como previene el artículo 150 de la LPI, así como falta de legitimación pasiva pues ninguna relación jurídica le liga con la actora. Que siendo titular del negocio de hostelería, además es experto musical mediante el empleo de herramientas informáticas, teniendo acceso a la música más novedosa y libre, estando próximo a los movimientos COPY LEFT y CREATIVE COMMONS. Que como titular de un establecimiento de hostelería y con categoría administrativa de Café-Bar, cuya actividad consiste en dispoensar consumiciones de bebidas en el local que cuenta con imprescindibles aparatos reproductores de música, reproduce música no incluida en el repertorio de obras gestionado por la SGAE. SEGUNDO. En lo que respecta al primer motivo de oposición referido a la falta de legitimación activa de la entidad actora, conviene resaltas, que el art. 150 del Real Decreto legislativo 1/1996 de 12 de abril por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, modificado por la Disposición Final 2º de nuestra LEC señala que las entidades de gestión, una vez autorizadas, estarán legitimadas en los términos que resulten de sus propios estatutos para ejercer los derechos confiados a su gestión y hacerlos valer en toda clase de procedimientos. Asimismo se indica, que para acreditar dicha legitimación, la entidad de gestión estará obligada a aportar al inicio del proceso, copia de los estatutos así como certificación acreditativa de su autorización administrativa. Así las cosas, habiendo cumplido por la entidad actora en el caso de autos, con la obligación que se deriva del precitado art. 150 de la LPI, quedando subsanado en el acto de la vista aportando los estatutos de 2.004, se impone la desestimación de la excepción alegada por el demandado, toda vez que la SGAE está perfectamente legitimada para demandar y ejecutar las acciones corresondientes, pues tiene la autorización admnistrativa para gestionar los derechos de autor, sin que sea preciso aportar los contratos suscritos con los diversos autores o productores cuyos derechos de propiedad intelectual defienden (STS de fecha 18 de octubre de 2001, 24 de septiembre de 2002 y 31 de enero y 10 de mayo de 2003, entre otras), estando ligitimada procesalmente. TERCERO. A la vista de las pruebas practicadas en las presentes actuaciones, ha de llegarse a la conclusión de la improcedencia de la pretensión ejercitada por la actora, y ello porque a pesar del informe de detectives aportado a los autos por la actora, no ha sido ratificado a presencia judicial, ni se aporta la grabación en vídeo, donde según el informe de los detectives, en el apartado observaciones, se puede escuchar la música que está sonando en el momenot de su presencia, informe en el que consta que el mencionado local abre a partir del jueves, ampliando su horario de cierre los fines de semana, el precio de los refrescos es de 1,50 euros, que han podido comprobar que hay instalado un televisor a la izquierda de la entrada, adjuntando fotografías del local, que en el moemnto de su presencia en equipo de música y el televisor están encendidos, que la música que suena es de actualidad, reproducida por los altavoces que hay repartidos por la superficie del local, prueba que ha quedado desvirtuada de adverso por la contraparte, y ello en atención a las restantes pruebas practicadas en las actuaciones. Así, de la declaración de los testigos propuestos por el demandado se extrae que en el local litigioso se produce música alternativa que no está incluida en el repertorio de obras gestionadas por la actora, que no han escuchado grupos que están en la SGAE, que en el monitor de televisión (reconociendo en la foto que consta en el informe de los detectives el interior del local y televisor) se ven vídeos musicales de los grupos a los que pertenecen los testigos, que han visto que el demandado pincha música por ordenador, que no han oído música de "Los 40 Principales", declarando el testigo xx que son del movimiento Creative Commons que evita que alguien utilice su música, que se difunde libremente por internet, que va al bar precisamente porque pone música que no está en SGAE, que el demandado pincha en el ordenador, no ha visto la televisión, se ve un monitor pero no encendido, sólo se oye música y no se ve la televisión, que se afirma en el documento nº 41, cediendo su disco KABULETE que consta de 17 canciones, disco que lo realizó en el año 2005. El testigo yy declara que participa en el CD nº 25 junto a zz, que la licencia es libre, que casi va todos los días al bar del demandado, que siempre tiene música alternativa, que el monitor es para el ordenador, que pincha en el ordenador música alternativa, que utiliza grabaciones no originales como los CDs que son mostrados y que se han aportado en el acto de la vista, que más gente le lleva al demandado CDs. Respecto a la existencia de un equipo de música en el local, no negado por el demandado, no puede considerarse suficientemente acreditado que al menos parte de es amúsica es gestionadas por la Sociedad General de Autores y Editores, siendo rebatido por la amplia actividad probatoria del demandado. No basta con que la parte demandada alegue que no reproduce música gestionada por la entidad actora, ha de probarlo. Pero no puede exigírsele la "probatio diabólica" de que todas y cada una de las obras que ha emitido no corresponden a las gestionadas por la actora. Un adecuado reparto de la carga probatoria implica en este caso, que al demandado le corresponda tan sólo destruir la presunción favorable a la actora. para ello el demandado ha de probar que tiene capacidad personal y técnica para acceder a músicano gestionada por la SGAE, que tiene la capacidad personal y técnica de utilizarla y reproducirla en su establecimiento, así como probar que efectivamente así lo ha realizado. Conforme establece el artículo 1 de la Ley de Propiedad Intelectual la propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el solo hecho de su creación. El autor posee unos derechoso morales y económicos sobre su creación. Y como tal titular puede hacer la gestión que estime oportuna, pudiendo ceder el libre uso, o cederlo de modo parcial. Las licencias "Creative Commons" son distintas clases de autorizaciones que da el titular de su obra para un uso más o menos libre o gratuito de la misma. Existen, tal y como aporta la parte demandada, distintas clases de licencias de este tipo, que permiten a terceros poderla usar libre y gratuitamente con mayor o menor extensión. En algunas de dichas licencias determinados usos exigen el pago de derechos de autor. El demandado prueba que hace uso de música cuyo uso es cedido por sus autores a través de dichas licencias Creative Commons. Acredita así el demandado que tiene acceso a dichas obras y que posee medios técnicos para obtenerla y reproducirla en el establecimiento, rompiéndose la presunción inicial de que la música reproducida debía corresponder al menos en parte a la gestión de la SGAE. El demandado prueba que crea y accede a numerosas obras musicales no gestionadas por la actora, que tiene medios técnicos para ello y que esa es la música que se reproduce en el local, testificando zz que el demandado toca la guitarra y ha participado en el CD nº 20 "FUMANDO MARIHUANA". Queda probado que el demandado evita la comunicación de obras cuya gestión está encomendada a la actora, utilizando un repertorio de autores que no tienen cedidos los derechos de explotación a la SGAE (documentos número 1 a 27 consistentes en CDs) lo que es compatible con su integración en el denominado moviiento "copy left". Corresopnde a la actora probar los hechos constitutivos de su demanda, no acreditando, de la prueba practicada, al no haber presentado la grabación realizada por los detectives, que se reproduzcan obras gestionadas por la SGAE. Por el representante legal de zona de la actora, en León, D. xx, no se indica ninguna obra o autor concreto, probando que el demandado reproduce música en el local, hecho que reconoce el demandado, pero no prueba la reproducción de obras gestionadas por ella. CUARTO. La actora alega que el solo hecho de que el demandado esté suscrito a "ONO" ya decae lo alegado por el demandado. La tesis mayoritariamente sostenida en las Audiencias Provinciales es que la mera existencia de un aparato de televisión en un establecimiento abierto al público, como un servicio más que se presta a los asociados o a la clientela, genera una presunción iuris tantum de utilización de los mismos de forma habitual y a todo evento, con la consiguiente efectiva posibilidad de ejecución de actos de comunicación pública de obras gestionadas por la SGAE y objeto de propiedad intelectual. Ahora bien, se trata de una mera presunción iuris tantum y, en consecuencia, admite prueba en contrario, que en este caso se ha producido, declarando los testigos que el monitor es para el ordenador, que se ven vídeos musicales de los grupos musicales que no están gestionados por la actora, no acreditando la actora mediante la aportación a los autos de al menos una grabación de alguna emisión en la que se difundieran algunas de las obras del repertorio, o cuando menos la cita de alguna de estas obras indebidamente comunicadas, con la finalidad de que la parte demandada pudiera defenderse y aportar la correspondiente autorización del autor o pago de derechos. No habiendo resultado acreditados los hechos en que la parte actora funda su pretensión, resultando procedente en virtud del principio de la carga de la prueba recogido en el artículo 217 de la Ley de Enjuiciamiento Civil la desestimación íntegra de la demanda. QUINTO. En aplicación de lo dispuesto en el artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, se ha de condenar a la parte actora al pago de las costas. VISTOS los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación al caso, Fallo DESESTIMANDO la demanda formulada por el Procurador Sr. xx, actuando en nombre y representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE), debo absolver al demandado D. yy de los pedimentos de la actora, quien correrá con las costas devengadas en el presente procedimiento. Notifíquese esta resolución a las partes y llévese el original al libro correspondiente y testimonio a los autos. Contra esta resolución cabe interponer recurso de apelación que deberá prepararse mediante escrito dirigido a este juzgado, a presentar en el plazo de CINCO DIAS desde la notificación de la resolución, y en el que se indicará la resolución recurrida y los pronunciaminetos impugnados anunciando su voluntad de formalizar la interposición de recurso de apelación. Así por esta mi sentencia, definitivamente juzgando en primera instancia, lo pronuncio, mando y firmo. PUBLICACION.- Seguidamente se da lectura y se publica la precedente resolución por la Sra. Juez Sustituta que la dictó, estando constituida en Audiencia Pública, de todo lo cual, yo, Secretaria que refrenda, doy fe. Hotel Puerta de Burgos Juzgado de Primera Instancia nº 4 de Burgos En Burgos, a catorce de febrero de 2008. D. JOSE MARÍA TAPIA LOPEZ, Magistrado Juez del Juzgado de Primera Instancia número cuatro de Burgos, habiendo visto los presentes Autos de JUICIO VERBAL número 823/2006, a instancia de la Sociedad General de Autores y Editores, representada por el Procurador Sr. GG y asistida por la Letrado Sra. CD, contra la sociedad "PUERTA DE BURGOS S.L.", representada por el Procurador Sr. GM y asistida por el Letrado Sr. DD. Antecedentes de Hecho PRIMERO: Con fecha 13 de junio de 2006, el Procurador Sr. GG en la citada representación formuló Petición Inicial de procedimiento Monitorio en reclamación de la cantidad de 2.157,15 Euros, en la que tras exponer los hechos y fundamentos de derecho que tuvo por convenientes terminaba por suplicar que se dictara Auto por el que se requiriera al deudor para que pagara la cantidad de 2.157,15 Euros y si no lo hiciera se dictare Auto por el que se despachara ejecución por la cantidad expresada más otros 647 Euros que se presupuestaban, sin perjuicio de ulterior liquidación, para pago de intereses y costas. Por providencia de fecha 20 de junio de 2006, se admitió a trámite la Petición Inicial de Procedimiento Monitorio, requiriéndose al deudor para que en el plazo de veinte días pagara la cantidad reclamada o presentare escrito oponiéndose a su pago. Por escrito de fecha 20 de julio de 2006, presentado por el Procurador S. GM en la citada representación se opuso al pago de la cantidad reclamada en base a los hechos y fundamentos que tuvo por convenientes. SEGUNDO: Por Providencia de fecha 24 de julio de 2007, se convocó a las partes a la celebración de Juicio para el día 16 de enero de 2008. El día 16 de enero de 2008, se celebró el Juicio en el que la parte actora se afirmó y ratificó en su escrito de demanda, solicitando el recibimiento del pleito a prueba, mientras que la parte demandada se opuso a la misma en base a los fundamentos de hecho y derecho que tuvo por convenientes, solicitando el recibimiento del pleito a prueba, practicadas las pruebas propuestas y declaradas pertinentes con el resultado que obra en autos, quedaron las actuaciones conclusas para sentencia. TERCERO: En la tramitación del presente Procedimiento se han observado los preceptos y prescripciones legales. Fundamentos de Derecho PRIMERO: Ejercita la parte actora en este Procedimiento, acción de reclamación de cantidad, por importe de 2.157,15 Euros, como consecuencia del impago por parte de la demandada, en concepto de indemnización, conforme a lo establecido en el artículo 140 del TRLPI, por la amenización musical en las zonas comunes del hotel propiedad de la demandada. SEGUNDO: Por la representación de la Mercantil demandada se alegaba como primer motivo de oposición al pago de la cantidad reclamada, la falta de vigencia del contrato suscrito por las litigantes de fecha 15 de julio de 1.997, al haber rescindido el mismo con fecha 13 de junio de 2003. consta en las actuaciones (a través de la documental aportada en el acto de la vista por la representación de la demandada), escrito de 13 de junio de 2003 (recibido por la actora el día 18 de junio de 2003) por el que se rescindía el citado contrato. Dicha carta fue contestada en fecha 9 de julio de 2003 por la demandante en los términos que obran en el presente Juicio Verbal. Para la resolución de la citada cuestión es necesario tener en cuenta el contrato suscrito por las litigantes y en concreto la Cláusula 7ª del mismo que textualmente dispone que "duración y resolución del contrato. En caso de resolución por parte de la Empresa, será requisito imprescindible el cese efectivo en la utilización del repertorio de SGAE y la retirada material del establecimiento del aparato utilizado para las amenizaciones. Si posteriormente de que la empresa comunique la resolución, continua haciendo uso del repertorio de SGAE, el contrato se considerará vigente a todos los efectos". Aplicando la doctrina expuesta al caso enjuiciado no puede entenderse resuelto el contrato objeto de las presentes actuaciones dado que aunque si bien es cierto la carta dirigida por la demandada comunicando su intención de resolver el contrato, no se acreditado que haya procedido a retirar el aparato utilizado en su establecimiento para las amenizaciones. TERCERO: En cuanto al fondo de la cuestión planteada, por la representación de la SGAE se reclama la cantidad de 2.157,15 Euros (según liquidación aportada como documento nº 2 de la Petición Inicial del proceso Monitorio), en concepto de los recibos no abonados por las amenizaciones musicales autorizada por la firma del contrato entre ambas partes. El artículo 138 de la Ley de propiedad Intelectual faculta a las entidades gestoras de los derechos de autor a solicitar la correspondiente indemnización por los daños materiales y morales causados, señalándose en el artículo 140 de la misma que la indemnización podrá consistir en "en el beneficio que hubiere obtenido presumiblemente, de no mediar la utilización ilícita, o la remuneración que hubiera percibido de haber autorizado la explotación", a elección del perjudicado. En el presente caso la perjudicada opta por la segunda posibilidad, es decir, reclamar la cantidad que hubiera percibido de existir contrato o autorización. El artículo 157 de la Ley de Propiedad Intelectual establece las obligaciones de las propiedades [sic] gestoras a establecer tarifas generales que determinen la remuneración exigida por la utilización de su repertorio. A este respecto debe señalarse que la demandante ha aportado al procedimiento las tarifas aplicables a los establecimientos hoteleros por amenización con ejecución humana en las dependencias del hotel y por la utilización de las obras de su repertorio con carácter secundario por cualquier procedimiento o medio efectuado en las dependencias comunes de los establecimientos hoteleros, excluida la ejecución humana (Documentos núm. Ocho, Nueve, Diez, Once, Doce, Trece, Catorce, Quince, Dieciséis, Diecisiete, Dieciocho y Diecinueve). Se entiende como dependencias comunes de los establecimientos hoteleros los vestíbulos, pasillos, escaleras, ascensores y demás que se especifican en las tarifas aportadas. CUARTO: Por la parte demandada, se reconoce la existencia de hilo musical para ambientar el recinto del hotel en la zona del hall. Sin embargo, manifiesta que la música la [sic] que se reproduce, a través del hilo musical, se trate de obras protegidas por la SGAE. Reconocida la existencia de actos de comunicación pública, se trata de determinar si el repertorio utilizado está o no protegido por la SGAE. La mayor parte de la jurisprudencia ha venido sosteniendo especialmente antes de la entrada en vigor de la Ley de Enjuiciamiento Civil EDL 2000/77463, que una vez acreditada la existencia de los aparatos reproductores o de la comunicación (el hilo musical en el hall y en dependencias del hotel), existe un hecho base suficiente para presumir que hay comunicación pública cuya presunción determina una necesaria inversión de la carga de la prueba, debiendo ser la demandada quien acredite qué material ha utilizado con objeto de comprobar que no es el protegido. Tras la entrada en vigor de la actual Ley de Enjuiciamiento Civil existe cierta Jurisprudencia menor que, en los casos concretos que establecen, ha sostenido que no se reproduce la inversión de la carga de la prueba, en base a lo dispuesto en el art. 217 de la ley de Enjuiciamiento Civil (Sentencias de la Audiencia Provincial de Sevilla de fechas 30 de noviembre de 2004 y 18 de febrero de 2005, y Sentencia de la Audiencia Provincial de Segovia, de 27 de septiembre de 2004). En este sentido un adecuado reparto de la carga probatoria implica en este caso, que al demandado corresponda tan solo destruir la presunción favorable a la actora (no pudiendo exigírsele la "probatio diabólica" de que todas y cada una de las obras que ha emitido no correspondan con las gestionadas por la actora). Ahora bien estamos en presencia de una presunción iuris tantum que como tal admite prueba en contrario. En concreto podría desvirtuarse la presunción, si el demandado acreditara que las obras musicales objeto de comunicación pública no forman parte del repertorio gestionado por la actora, siendo, por el contrario de autores que no han encomendado a dicha entidad la gestión de sus derechos de propiedad intelectual sobre sus obras. Hasta fechas muy recientes, esta posibilidad de desvirtuar la presunción se tornaba ciertamente difícil, dada la ingente cantidad de obras gestionadas por la demandante, bien a consecuencia de contratos estipulados directamente por los autores con la SGAE o a través de los contratos de reciprocidad concertados con otras entidades de gestión de todo el mundo, todo lo que ha generado hasta ahora la sensación de que la demandante tiene un derecho a la gestión exclusiva del repertorio universal de las obras musicales. En los últimos tiempos, está alcanzando cierto auge un movimiento denominado de "música libre" directamente relacionado con la expansión de Internet como medio de distribución musical. Este fenómeno ha originado la concurrencia o coexistencia de diferentes modelos de difusión de contenidos en relación con las nuevas posibilidades ofrecidas por Internet: a) el tradicional, basado en la protección de la copia (copyright), b) un modelo que proporciona acceso libre "on line" a los contenidos, permitiendo en ocasiones el uso personal de los mismos (modelo de licencia implícita) y, en otros supuestos, la difusión libre de la obra, su transformación e incluso su explotación económica, con la única condición de citar la fuente. Se trata de modelos de dominio público, y de licencias generales (General Public License), como son por ejemplo, las licencias "creative commons", algunas de las cuales incluyen la cláusula copyleft. con la citada cláusula, el titular permite por medio de una licencia pública general, la transformación o modificación de la obra, obligando al responsable de la obra modificada a poner la misma a disposición del público con las mismas condiciones, esto es, permitiendo el libre acceso y su transformación. con las licencias creative commons, el titular del derecho se reserva la explotación económica pudiendo impedir transformaciones de la misma. Por tanto, debe distinguirse las referidas licencias de la cláusula copyleft. En ocasiones habrá licencias que incluyan la citada cláusula. QUINTO: Aplicando la doctrina expuesta al caso enjuiciado, en el acto de la vista se practicó en primer lugar el interrogatorio del representante legal de la demandada que manifestó que había un aparato que reproducía música no perteneciente a la actora; igualmente se practicó la testifical de D. DDD, representante de zona de la demandante), quien manifestó que la reclamación económica se limitaba a la ambientación musical, indicando como existía hilo musical en las zonas comunes del citado Hotel sin poder especificar el tipo de música que se ofrecía en el mismo. De lo actuado no puede desprenderse que se haya acreditado que todas y cada una de las obras musicales que se comunican públicamente en el establecimiento de la demandada fueran temas cedidos gratuitamente por sus autores a través de Licencias Creative Commons, pero exigir dicha prueba, sería exigir una prueba tan diabólica como la que resultara de forzar a la demandante a que pruebe todas y cada una de las obras comunicadas en dicho establecimiento son de autores cuya gestión le ha sido encomendada. Pero es que además no se puede olvidar que la cuestión litigiosa se centra no en que la demandada haya comunicado o no música cedida a través de las licencias Creative Commons, sino si ha usado música procedente de autores que hayan confiado a la actora la gestión de los derechos dimanantes de sus obras, siendo ésta quien reclama. Lo que sí se ha acreditado es que la demandada posee capacidad técnica para crear música y acceder a ella a través de medios informáticos. Destruida la presunción corresponde a la demandante acreditar que en el Hotel gestionado por la demandada se reproduce música gestionada por ella. De la prueba anteriormente indicada, no se han acreditado tales extremos, siendo evidente que la prueba propuesta y admitida a la actora ha sido escasa e irrelevante para acreditar tales extremos, por lo que y en atención a lo expuesto procede desestimar la demanda presentada, absolviendo a la demandada de las pretensiones ejercidas en su contra. [Por error tipográfico, la sentencia pasa del Fundamento Quinto al Séptimo] SEPTIMO: En cuanto a las costas (art. 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil) procede su imposición a la actora. Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación al caso Fallo Que, desestimando como desestimo la Demanda formulada por el Procurador Sr. GG en representación de la Sociedad General de Autores y Editores debo absolver y absuelvo a la Mercantil "PUERTA DE BURGOS S.L." de las pretensiones ejercidas en su contra, con expresa imposición de costas a la parte demandante. Líbrese testimonio de esta Sentencia que se unirá a los presentes autos, quedando el original en el libro de Sentencias de este Juzgado. Notifíquese esta resolución a las partes haciéndoles saber que la misma no es firme, y que contra ella cabe interponer recurso de apelación para ante la Audiencia Provincial de Burgos, que en su caso, deberán interponer ante este mismo Juzgado, dentro del plazo de cinco días contados desde el día siguiente a su notificación. Así por esta mi Sentencia, lo pronuncio, mando y firmo. PUBLICACION.- Leída y publicada que fue la precedente sentencia en el día de su fecha por el/la Ilmo./a. Sr./Sra. Magistrado Juez que la suscribe, estando celebrando audiencia pública. Doy fe. Barcelona Cuatro Sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Barcelona Procedimiento: Juicio Verbal 133/2007 SENTENCIA Nº 152 En Barcelona, a seis de junio de dos mil ocho. Vistos por DON JOSE MARIA RIBELLES ARELLANO, Magistrado del Juzgado de lo Mercantil núm. 2 de esta ciudad, los presentes autos de juicio verbal registrados con el nº 133/2007, seguidos a instancia de D. xx, Procurador de los Tribunales y de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES, contra D. yy, sobre reclamación de cantidad. Antecedentes de Hecho PRIMERO.- Que por la referida parte actora se dedujo demanda origen de los presentes autos, en base a los hechos y fundamentos de derechos que estimaba de aplicación, suplicando que, se tuviera por presentado dicho escrito con los documentos que acompañaba y previos los trámites legales dictara sentencia por la que se condenara a la parte demandada al pago de la cantidad reclamada intereses y costas del procedimiento. SEGUNDO.- Que admitida a tramite la demanda, previa declaración de competencia, se mandó citar a las partes a vista, en la que se alegaron lo que a su derecho convenía, solicitando se recibiera el pleito a prueba; y abierto que fue, se propuso y practicó la propuesta con el resultado que obra en autos, quedando éstos conclusos para sentencia. TERCERO.- Que en la tramitación de este expediente se ha observado todas las prescripciones legales, a excepción de plazo para dictar sentencia dado el cúmulo de asuntos que pesan sobre este Juzgado. Fundamentos de Derecho PRIMERO.- La demandante, entidad de gestión de los derechos de autor, en méritos de la autorización del Ministerio de Cultura y Deporte de 1 de junio de 1988, ejercita acción personal de reclamación de cantidad contra el demandado, que explota, según se relata en el escrito de demanda, un establecimiento abierto al público denominado CUATRO.COM, sito en la calle xx de Barcelona. Alega la demandante que dicho local cuenta con aparatos de ejecución musical y sonido a través de los cuales se viene haciendo uso del repertorio de obras musicales y audiovisuales que gestiona. Por tanto, considera que la demandada lleva a cabo actos de comunicación pública, por lo que solicita sea condenada al pago de 1.117,65 euros, suma que resulta de aplicar las tarifas generales de la SGAE al periodo de tiempo comprendido entre los meses de enero a noviembre de 2006. La demandada, por su parte, se opone a la demanda alegando que en su local no se escuchan obras del repertorio de la actora, sino música electrónica compuesta por Don Eneko Balzatiegui, empleado del bar, o que se ha bajado de Internet de grupos que permiten la descarga gratuita. SEGUNDO.- Que el artículo 20 de la Ley de Propiedad Intelectual dispone que se "entenderá por comunicación pública todo acto por el cual una pluralidad de personas pueda tener acceso a la obra sin previa distribución de ejemplares a cada una de ellas"; y entre los actos de comunicación pública incluidos en la relación no exhaustiva que contempla dicho precepto se encuentran "las ejecuciones públicas de las obras musicales, mediante cualquier medio o procedimiento" y la "emisión o transmisión, en lugar accesible al público mediante cualquier instrumento idóneo, de la obra radiodifundida". Al autor corresponde el "ejercicio exclusivo de los derechos de explotación de su obra en cualquier forma y, en especial, los derechos de comunicación pública, que no podrían ser realizados sin su autorización" (artículo 17). Salvo los supuestos de gestión colectiva obligatoria, cada titular de derechos es libre de decidir si los gestiona directamente, mediante un contrato de gestión (artículo 153.1º de la LPI) o si confía su administración a la entidad que corresponda en razón de su objeto. TERCERO.- Aun cuando, en principio, cabría presumir que cualquier local de copas abierto al público comunica obras cuyos derechos son gestionados por la SGAE, el demandado ha logrado acreditar que evita utilizar el repertorio de la actora, recurriendo a composiciones de uno de sus empleados o a obras descargadas de Internet de autores que autorizan el acceso libre. Hay que tener presente, en primer lugar, que en el local del demandado se escucha música electrónica de carácter alternativo, muy poco conocida, y que está dirigida a un tipo de público concreto alejado del gran consumidor de temas más o menos comerciales. Los testigos, clientes y empleados del local, corroboran que en CUATRO.COM sólo se escucha este tipo de música libre, es decir, las obras conocidas como "copyleft" -en contraposición al "copyright"-. Con dicha denominación se designa aquellas obras en las que los autores autorizan la libre reproducción y explotación, utilizando Internet como medio de distribución o transmisión. Por todo ello, debe desestimarse íntegramente la demanda. CUARTO.- Que en cuanto a las costas, rige en su integridad el principio del vencimiento establecido en el artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, por lo que deberán ser impuestas a la parte actora. Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación, Fallo Que DESESTIMANDO la demanda interpuesta por Don xx. Procurador de los Tribunales y de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES, contra D. yy, debo absolver y absuelvo libremente al demandado, condenando a la parte actora al pago de las costas procesales. Contra esta sentencia cabe interponer recurso de apelación en el plazo de cinco días ante la Ilma. Audiencia Provincial de Barcelona. Así por esta mi sentencia, la pronuncio, mando y firmo. PUBLICACION.- La sentencia que antecede ha sido firmada y publicada por el Magistrado-Juez que la suscribe, de lo que doy fe. Espiral Pop Sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº 7 de Madrid Juicio Verbal 614/07 Sentencia nº 166/2008 En Madrid, a veintinueve de diciembre de dos mil ocho. El Sr. D. ANDRES SANCHEZ MAGRO, MAGISTRADO JUEZ de lo Mercantil 7 de Madrid y su Partido, habiendo visto los autos de J. Verbal nº 614/2007 seguidos ante este Juzgado, entre partes, de una como demandante la Sociedad General de Autores y Editores con Procurador xx y de otra como demandado/a yy, sobre reclamación de cantidad. Antecedentes de Hecho PRIMERO: Que procedente del turno de reparto tuvo entrada en este Juzgado demanda de Juicio Verbal sobre reclamación de cantidad promovida por SGAE contra yy alegando los hechos y fundamentos de derecho que estimó aplicables al caso, y terminó suplicando al Juzgado se dictara sentencia conforme a sus pedimentos. SEGUNDO: Convocadas las partes a la celebración de la vista, comparecieron ambas, ratificándose en el escrito de demanda la parte actora; por la parte demandada se opuso a la demanda por los fundamentos que constan en autos. Resueltas las cuestiones de índole procesal que pudieran impedir la prosecución del proceso y fijados por las partes los hechos sobre los que se sustentan las pretensiones, ante la falta de conformidad se recibió el juicio a prueba. TERCERO: Recibido el pleito a prueba, se propusieron y practicaron aquellas que fueron admitidas y declaradas pertinentes, con el resultado que obra en autos, con todo lo cual quedaron los presentes autos conclusos para sentencia. CUARTO: En la tramitación del presente procedimiento se han observado las prescripciones legales. Fundamentos de Derecho PRIMERO. En el presente procedimiento se examina la reclamación de cantidad por importe de 761,98 euros ejercitado por la SGAE frente a yy, titular del local Espiral Pop Pub, en virtud de la comunicación pública no autorizada de determinadas músicas cuya gestión pretende la actora tiene como encomendada, todo ello en virtud de lo prevenido en el art. 140 del texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual vigente. SEGUNDO. No se cuestiona en este procedimiento la legitimación de la SGAE para que una reclamación de esta naturaleza en virtud del art. 150 del mencionado texto refundido 1/1996, de 12 de abril, ni el derecho de comunicación pública conforme al art. 20 del mismo texto legal. Ahora bien, sí plantea este pleito el alcance de la protección que bien podemos calificar de universal a juicio de la SGAE sobre la música que se comunica en los establecimientos abiertos al público. TERCERO. Como se sabe, la SGAE tiene una amplia titularidad para la gestión de derechos de propiedad intelectual de una larga nómina de autores unida a los derivados de los contratos de reciprocidad que esta sociedad tiene con otras entidades de gestión análogas de todo el mundo. Considerado lo cual establecida la legitimación de la SGAE y acreditada la titularidad de derechos de explotación pública de sus autores, no cabe duda de que la SGAE genera un título suficiente para ser resarcida. Como algún fallo ha señalado, es el caso de la Sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº 4 de Salamanca, de 11 de abril de 2007, que hace suyos razonamientos propios de la Sentencia de la Audiencia Provincial de Cantabria de 16/07/2007, no puede exigirse la prueba caso por caso para no derivar en una auténtica probatio diabólica: esto es, que sería imposible en la práctica ir caso por caso la acreditación de cada uno de los autores cuya protección se dispensa a la SGAE. En desarrollo de lo anterior, hay toda una línea jurisprudencial que por mor de la facilidad probatoria realiza una interpretación presuntiva en favor del [sic] SGAE generándose una inversión de la carga probatoria a cargo de todo aquel titular de aparatos de comunicación pública, como son televisión o reproductores de música para dispensar de la necesaria satisfacción a la mención de la SGAE. De tal suerte, hemos caído jurisprudencialmente a un monopolio probatorio en favor de la SGAE que conduce en muchas ocasiones de modo reflesico y acreitico [sic] a condenar a los demandados por el [sic] SGAE por el simple hecho de que o no acrediten que reproducen autores no protegidos por aquello, o simplemente por desconocimiento o incapacidad se aquieten ante la perseverancia y contundencia de las acciones emprendidas por la SGAE. De modo que esa inversión de la carga probatoria, lejos de generar una presunción iuris tantum, determina en muchas ocasiones casi ex lege que cuando acciona la SGAE, o está acreditada la autorización, o sólo cabe el resarcimiento. CUARTO. Frente a ello nos encontramos con un auténtico cambio de paradigma en la defensa de los derechos por parte de los autores musicales. Cierto es que muchos artistas se acogen al paraguas de la SGAE o entidades análogas, lo cual ha generado el sistema del copyright, con un control restrictivo de los accesos y de la necesidad de satisfacer a las entidades de gestión, cánones de explotaciones o resarcimiento por comunicaciones no autorizadas. Por su parte, existe todo un movimiento que de manera genérica se acoge bajo la fórmula llamada de "copyleft", movimiento nacido en los años 70 en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, buscando aquellos casos en que el autor permite la libre reproducción, distribución, difusión o transformación de su obra. El término copyleft nace como un juego de palabras en contraposición al término copyright. Como consecuencia de lo mismo, se han elaborado licencias denominadas "Creative Commons" que hacen referencia a bienes comunales, desde los que se puede crear desde la filosofía de que ninguna obra es absolutamente original. Este movimiento internacional ha sido recibido en el ámbito doctrinal, universitaria y de la creación. Y también ha tenido una acogida jurisprudencial en diversas resoluciones, culminando en la sentencia 150/07 de fecha 05/07/2007 de la Audiencia Provincial de Madrid, sobre el precedente de una Sentencia de 11/04/2007 del Juzgado de Primera Instancia nº 4 de Salamanca. QUINTO. En este supuesto se ha acreditado por parte de la demandada, que no todos los autores que se han reproducido en la Sala Espiral Pop Pub son de aquéllos gestionados por la Sociedad General de Autores y Editores. Se ha acreditado únicamente en una amplia prueba documental, que CATORCE de los OCHENTA Y DOS músicos planteados por la actora, son de titularidad en favor de la SGAE. Sin considerar la desigualdad probatoria y que en realidad la demandada, tal y como advera la testifical de los discjockeys, hay una declarada voluntad de programar grupos y artistas del movimiento copyleft, sí que debemos amparar en los términos de la vigente Ley de Propiedad Intelectual en su art. 140, la indemnización por la comunicación pública de esos 14 artistas, con lo que se produce el prorrateo de la cantidad inicialmente solicitada, lo cual queda una cifra de 130,09 euros. Esta cantidad se incrementa con los intereses legales del artículo 1101 CC y concordantes. SEXTO. Dada la estimación parcial de las pretensiones, según el artículo 394 LEC no cabe hacer expresa imposición de costas procesales. VISTOS los preceptos legales y demás concordantes de general y pertinente aplicación al presente caso, en virtud de la Potestad conferida por la Constitución de la Nación Española y en nombre de su Majestad el Rey de España. Fallo ACUERDO ESTIMAR PARCIALMENTE la demanda interpuesta por la SGAE, representada por el procurador xx frente a yy, en cuya virtud: 1.- Acuerdo condenar a la demandada a la cantidad de 130,09 euros con los intereses legales. 2.- No cabe pronunciamiento sobre costas procesales. Contra esta resolución cabe recurso de apelación ante la Ilma. Audiencia Provincial de Madrid que se preparará por escrito ante este Juzgado en término del quinto día desde la notificación de la presente. Así por esta mi Sentencia, lo pronuncio mando y firmo. PUBLICACION. Leída y publicada fue la anterior Sentencia por el Sr. Juez que la suscribe, estando celebrando audiencia pública en el mismo día de su fecha, doy fe en Madrid. Así por esta sentencia, lo pronuncio mando y firmo. 1.2 Sentencias de Audiencias Provinciales Buena Vistilla Club Social Audiencia Provincial de Madrid, sección 28 C/ GRAL. MARTINEZ CAMPOS, 27 Rollo: RECURSO DE APELACION 622/2006 Proc. Origen: JUICIO VERBAL 10/2006 Organo Procedencia: JDO. DE LO MERCANTIL N. 1 de MADRID De: SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Contra: xxx SENTENCIA Nº 150 En Madrid, a 5 de julio de 2007. La Sección Vigésimo Octava de la Audiencia Provincial de Madrid, especializada en materia mercantil, integrada por los Ilustrísimos Señores Magistrados D. Enrique García García, D. Rafael Sarazá Jimena y Da. María Ángeles Rodríguez Alique, ha visto el recurso de apelación, bajo el núm. de rollo 622/06, interpuesto contra la sentencia de fecha 30 de Marzo de 2006 dictada en el proceso núm. 10/06 seguido ante el Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de Madrid. Han sido partes en el recurso, como apelante la parte demandante, SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE), representada por el Procurador D. xxx y defendida por el Letrado D. xxx, siendo apelada la parte demandada, Da. xxx asistida por el Letrado D. Enrique Helguera de la Villa. Es magistrado ponente Da. María Ángeles Rodríguez Alique, que expresa el parecer de la Sala. Antecedentes de Hecho PRIMERO. Las actuaciones procesales se iniciaron mediante demanda presentada con fecha 4 de Enero de 2006 por la representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) contra D. xxx, en la que, tras exponer los hechos que estimaba de interés y alegar los fundamentos jurídicos que consideraba que apoyaban su pretensión, suplicaba lo siguiente: "Que se condene a la parte demandada a satisfacer a mi mandante en concepto de indemnización, conforme a lo establecido en el art. 140 del TRLPI, por la comunicación pública de obras llevada a cabo sin autorización en el establecimiento denominado BUENA VISTILLA CLUB SOCIAL y por el periodo comprendido entre febrero de 2005 a septiembre de 2005, la suma de 783,78 euros a que se contrae la presente reclamación, condenándole al pago de la expresada suma así como al pago de los intereses legales desde la interposición de esta demanda y las costas del procedimiento si fuera procedente." SEGUNDO. Tras seguirse el juicio por sus trámites correspondientes el Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de Madrid dictó sentencia, con fecha 30 de Marzo de 2006, cuyo fallo era el siguiente: "DESESTIMANDO la demanda formulada por el Procurador D. xxx actuando en nombre y representación de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), contra xxx, debo de absolver y absuelvo a la referida demandada de los pedimentos de la actora quien correrá con las costas devengadas en el presente procedimiento." TERCERO.- Publicada y notificada dicha resolución a las partes litigantes, por la representación de SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) se interpuso recurso de apelación que, admitido por el mencionado juzgado y tramitado en legal forma ha dado lugar a la formación del presente rollo ante esta sección de la Audiencia Provincial de Madrid, que se ha seguido con arreglo a los trámites de los de su clase. CUARTO.- En la tramitación del presente recurso se han observado las prescripciones legales. Fundamentos de Derecho PRIMERO.- Los presentes autos dimanan de la demanda interpuesta por la Sociedad General de Autores de España (SGAE), que en la presente alzada ocupa la posición procesal de parte apelante, contra xxx, que actúa como parte apelada, en la que deduce la pretensión de que ésta sea condenada a satisfacer a la actora apelante la cantidad de 783,78 euros en concepto de indemnización, conforme a lo establecido en el art. 140 del TRLPI, por la comunicación publica de obras llevada a cabo sin autorización en el establecimiento denominado "Buena Vistilla Club Social", por el periodo comprendido entre febrero de 2005 a septiembre de 2005. SEGUNDO.- Alega la recurrente como único motivo de su recurso, la infracción de lo dispuesto en el art. 150 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual (Ley 1/1996 de 12 de abril) en relación con el 217 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Atendiendo a la prueba obrante en los autos, especialmente documental aportada por las partes, interrogatorio de la demandada-apelada Sra. xxx, así como testificales de D. xxx, Sr. xxx, D. xxx y Sr. xxx practicadas en el acto del Juicio, ha quedado acreditado lo siguiente: a) que la demandada apelada es titular de un establecimiento público denominado "Buena Vistilla Club Social"; b) que se trata de la sede de una asociación cultural sin ánimo de lucro inscrita como tal en el Registro de Asociaciones de la Comunidad de Madrid (doc. obrante a los folios 104 y siguientes de los autos); c) que la finalidad de la misma, atendiendo al art. 2 de los Estatutos de la citada Asociación (folio 108) es la de potenciar actividades culturales y deportivas de todo tipo entre los socios, así como el intercambio de experiencias y conocimientos, fomentando un ocio alternativo entre los asociados y la zona de influencia de la asociación así como, apartado 2 de dicho artículo, dar a conocer las diferentes culturas que conviven en el distrito, potenciando su conocimiento y respeto mediante actividades de integración; d) que en dicho local existe un aparato de música y se pueden observar un buen número CD ordenados supuestamente para ser utilizados; e) que en dicho local suena música; f) que dicha música no es de la que puede considerarse de actualidad sino lo que podría denominar como "música alternativa". Esta música, según explica el testigo Sr. xxx, periodista, critico musical que publica en el periódico "El Mundo", Metrópoli, Tiempo, y que colabora con la Asociación programando la música, se obtiene a través de Internet, utilizando una serie de paginas web de las denominadas de "musicalibre". Utilizando estas páginas se puede bajar y grabar en un soporte adecuado la música que previamente han "colgado" una serie de grupos que permiten la descarga gratuita de la misma a cambio de apoyo al grupo musical en cuestión o de publicidad para el mismo. Teniendo en cuenta las características del litigio, tanto por su cuantía como por tratarse la demandada de una entidad sin ánimo de lucro y no de una empresa con una estructura caracterizada por la profesionalidad propia del tráfico mercantil, se entiende que esta prueba es suficiente para llegar a la convicción, como ha hecho la Juez "a quo", de que la demandada evita la comunicación de obras cuya gestión esté encomendada a la apelante, utilizando, mediante su descarga de los sitios web correspondientes, un repertorio de obras cuyos autores no tienen cedidos los derechos de explotación a la SGAE. Ello además sería confirmado por el carácter "alternativo" de la Asociación, lo que explicaría su integración en el denominado movimiento "copyleft" y "creative commons" al que hacen referencias algunas resoluciones judiciales, como, por ejemplo, sentencia núm. 12/2006 del Juzgado de lo Mercantil no 5 de Madrid, de 2 de febrero, sentencia núm. 15/2006, de 17 de febrero, del Juzgado de Primera Instancia núm. 6 de Badajoz, sentencia núm. 158/2006, de 25 de octubre, del Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de Oviedo o la sentencia de 11 de abril de 2007 del Juzgado de Primera Instancia núm. 4 de Salamanca. Sobre esta cuestión, son especialmente interesantes las consideraciones contenidas en la última de las sentencias citadas, en la que se afirma: Hasta fechas recientes esa posibilidad de desvirtuar la presunción [de que los derechos de autor de las obras comunicadas públicamente en un establecimiento público eran gestionados por la SGAE] se tornaba ciertamente difícil, dada la ingente cantidad de obras gestionadas por la SGAE, bien a consecuencia de contratos estipulados directamente por los autores con la SGAE o a través de contratos de reciprocidad concertados con otras entidades de gestión de todo el mundo, todo lo que ha generado hasta ahora la sensación de que la SGAE tiene un derecho a la gestión exclusiva del repertorio universal de las obras musicales. Sin embargo, en los últimos tiempos está alcanzando en nuestro país cierto auge un movimiento denominado de "música libre", muy relacionado con la expansión de Internet como medio de distribución musical. De un modelo de difusión de los contenidos musicales limitado a la venta y al alquiler de ejemplares, controlado por la industria de contenidos, se ha pasado a un modelo casi ilimitado, gracias a la difusión global que proporciona Internet, ámbito en el que los propios creadores, sin intermediación de la industria, pueden poner a disposición de los usuarios de Internet copias digitales de sus obras. Este fenómeno ha originado la concurrencia o coexistencia de diferentes modelos de difusión de contenidos en relación a las nuevas posibilidades ofrecidas por Internet: a) El tradicional, basado en la protección de la copia ("copyright"), que busca una restricción del acceso y uso del contenido "on line", recurriendo a fórmulas negociales de carácter restrictivo y medidas tecnológicas de control de accesos, que se subsumen en los llamados "Digital Rights Management". b) Un modelo que proporciona acceso libre "on line" a los contenidos, permitiéndose en ocasiones el uso personal de los mismos (modelos de licencia implícita) y, en otros supuestos, la difusión libre de la obra, su transformación e incluso su explotación económica, con la única condición de citar la fuente. Se trata de los modelos de dominio público y de licencias generales (General Public License), como son, por ejemplo, las licencias "creative commons", algunas de las cuales incluyen la cláusula "copyleft". Con la cláusula "copyleft" el titular permite, por medio de una licencia pública general, la transformación o modificación de su obra, obligando al responsable de la obra modificada a poner la misma a disposición del público con las mismas condiciones, esto es, permitiendo el libre acceso y su transformación. Con las licencias creative commons, el titular del derecho se reserva la explotación económica y puede impedir transformaciones de la misma. Por tanto, debe distinguirse las licencias creative commons de la cláusula "copyleft". En ocasiones habrá licencias creative commons que incluyan la cláusula "copyleft". En todo caso, este modelo parte de la idea común de pretender colocar las obras en la Red para su acceso libre y gratuito por parte del público. Sus partidarios lo proponen como alternativa a las restricciones de derechos para hacer y redistribuir copias de una obra determinada, restricciones que dicen derivadas de las normas planteadas en los derechos de autor o propiedad intelectual. Se pretende garantizar así una mayor libertad, permitiendo que cada persona receptora de una copia o una versión derivada de un trabajo pueda, a su vez, usar, modificar y redistribuir tanto el propio trabajo como las versiones derivadas del mismo. Se trata, sostienen los partidarios de este modelo, de otorgar al autor el control absoluto sobre sus obras, y surge como respuesta frente al tradicional modelo del copyright, controlado por la industria mediática. En el caso objeto del recurso, se pretende que la afirmación por un testigo, el Sr. xxx, visitante asiduo del local de la asociación, de la comunicación pública de música hindú que se utilizó para la danza de un bailarín experto en estos bailes asiáticos, o la reseña del diario "El País" en la que se indica que en el local de la asociación demandada se reproduce música caribeña y "lo más desconocido de la música latina" desvirtuaría la tesis de la entidad demandada. Pero no se entiende por qué este tipo de músicas han de estar incluidas necesariamente en el repertorio gestionado por la SGAE. Antes al contrario, su carácter exótico, desconocido o marginal abundaría en la idea de que se trata de obras "copyleft" que conforme a la prueba testifical practicada es la que se comunica públicamente en el local de la asociación. En todo caso, como afirma la citada sentencia del Juzgado de Primera Instancia núm. 4 de Salamanca sobre un extremo similar al aquí tratado. Ciertamente, de lo actuado no puede decirse que se haya probado que todas y cada una de las obras músicales que se comunican públicamente en el local del demandado sean temas cedidos gratuitamente por sus autores a través de licencias Creative Commons, pero exigir dicha prueba, en esos términos de exhausitividad, sería exigir una prueba tan diabólica como la que resultaría de forzar a la SGAE a que pruebe que todas y cada una de las obras comunicadas en dicho local sean de autores cuya gestión le ha sido encomendada. Pero es que además no podemos olvidar que el centro del litigio no es que el demandado haya comunicado música cedida a través de licencias creative commons, sino si ha usado de música procedente de autores que hayan confiado a la SGAE la gestión de los derechos dimanantes de sus obras, siendo ésta quien reclama. La Sala comparte el razonamiento expresado por el citado Juzgado de Primera Instancia. Rota, en virtud de la citada prueba testifical de la persona que programa la música del local de la asociación demandada, la presunción predicable por lo general de todo local público en el que se comunican obras musicales, de que las obras comunicadas en el local de la demandada correspondían al repertorio de la SGAE, sería a ésta a quien correspondería una prueba suficiente de que la música allí reproducida correspondía a tal repertorio. Sin embargo, la endeblez probatoria de la prueba practicada sobre este particular, quizás confiada en la virtualidad de la presunción a que se ha hecho referencia, lleva a considerar insuficientemente probado tal extremo, razón por la cual, tratándose de un hecho constitutivo de su acción, la insuficiencia de tal prueba debe llevar, por aplicación de lo previsto en el art. 217.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, a la desestimación de la demanda y, por tanto, a la confirmación de la sentencia apelada. TERCERO.- Las costas derivadas de esta alzada deben ser impuestas a la parte apelante al resultar desestimadas todas las pretensiones de su recurso, tal como se prevé en el núm. 1 del artículo 398 en relación al 394, ambos de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Vistos los preceptos citados y demás concordantes de general y pertinente aplicación al caso. Fallo En atención a lo expuesto, la Sala acuerda: 1.- Desestimamos el recurso de apelación interpuesto por la representación de SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) contra la sentencia dictada el 30 de Marzo de 2006 por el Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de Madrid, en el procedimiento núm. 10/06 del que este rollo dimana. 2.- Confirmamos íntegramente la resolución recurrida. 3.- Imponemos a la apelante las costas derivadas de su recurso. Así, por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos los Ilustrísimos Señores Magistrados integrantes de este Tribunal. 2 No consta acreditado: 2.1 Sentencias de Audiencias Provinciales Sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra AUD.PROVINCIAL SECCION N. 1 PONTEVEDRA SENTENCIA: 00612/2005 Rollo: RECURSO DE APELACION (LECN) 0003008/2005 Asunto: VERBAL 9/05 Jdo. procedencia: MERCANTIL NUM. 1 PONTEVEDRA LA SECCIÓN PRIMERA DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE PONTEVEDRA, COMPUESTA POR LOS ILMOS MAGISTRADOS Don FRANCISCO JAVIER VALDÉS GARRIDO Dª MARIA BEGOÑA RODRÍGUEZ GONZÁLEZ Don FRANCISCO JAVIER MENÉNDEZ ESTÉBANEZ, HA DICTADO EN NOMBRE DEL REY LA SIGUIENTE SENTENCIA NÚM. 612 En PONTEVEDRA, a veintinueve de Noviembre de dos mil cinco. VISTO en grado de apelación ante esta Sección 001 de la Audiencia Provincial de PONTEVEDRA, los Autos de JUICIO VERBAL 0000009/2005, procedentes del JDO. DE LO MERCANTIL N. 1 de PONTEVEDRA, a los que ha correspondido el Rollo 0003008/2005, en los que aparece como parte apelante-demandado: D. xx, y como apelado-demandante: SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES representado por el procurador D. xx, y asistido por el Letrado D. xx, sobre indemnización por violación de derechos de autor, y siendo Magistrado Ponente el Ilmo. Sr. D. FRANCISCO JAVIER VALDÉS GARRIDO, quien expresa el parecer de la Sala. Antecedentes de hecho PRIMERO.- Por el Juzgado de Primera Instancia nº 1 de Pontevedra, con fecha 15 febrero de 2005, se dictó sentencia cuyo fallo textualmente dice: "Que estimo íntegramente la demanda formulada por la Procuradora Sra. Torres en nombre y representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES contra D. xx, condeno a la expresada demandada a que pague a la parte actora la suma de 539,14 euros, más los intereses legales devengados desde la presentación de la demanda y hasta la fecha de la presente resolución, a partir de la cual será de aplicación lo dispuesto en el artículo 576 de la LEC, con imposición de las costas procesales a la parte demandada." SEGUNDO.- Contra dicha sentencia, por D. xx, se interpuso recurso de apelación que fue admitido en ambos efectos, por lo que se elevaron las actuaciones a esta Sala y se señaló el día veintitrés de noviembre para la vista de este recurso. TERCERO.- En la tramitación de esta instancia se han cumplido todas las prescripciones y términos legales. Fundamentos Jurídicos PRIMERO.- Recurre en apelación el demandado, titular del establecimiento xx, sito en Marín, destinado a cafetería, la sentencia de instancia que le condena al pago a la demandante "Sociedad General de Autores y Editores (en adelante SGAE)" de la cantidad de 539,14 euros, en concepto de derechos de propiedad intelectual, por actos de comunicación pública en el local de negocio citado, sin la oportuna autorización, del repertorio de obras administrado por la actora, a través del aparato mecánico o electrónico no reproductor de imagen, correspondiente al periodo comprendido entre Junio de 2002 a Noviembre de 2004, aduciendo en síntesis, como único motivo impugnatorio, la falta de acreditación de que en su establecimiento se haya llevado a cabo actos de comunicación pública de obras correspondientes al repertorio de la SGAE dada la sola utilización en el mismo de música libre de canon, esto es, de autores que han decidido ceder la divulgación de su obra de forma gratuita y al margen de la SGAE, cuál sostiene viene a justificar la prueba por el mismo aportada, consistente en documental integrada por licencia de uso musical libre CREATIVE COMMONS, listado de autores de música libre que suena en su establecimiento bajo licencia exenta de canon, y fotografías del local que reflejan la colocación en diversas partes del mismo de pasquines o carteles indicativos de aquellas dos circunstancias, así como testifical de dos clientes del establecimiento en orden a manifestar la clase o tipo de música que se emite en el local. Pues bien, centrado en semejantes términos el debate del recurso de partida conviene señalar que el documento aportado por el demandado-recurrente como licencia de uso musical libre no pasa de constituir un mero folleto informativo acerca del contenido de la misma y asimismo carente de toda firma, no pudiendo, por ende, serle atribuido ningún valor. Por lo demás, de un examen y apreciación en conjunto de la prueba practicada en los autos, cabe desprender que la utilización en el local de obras musicales, obviamente como un servicio más de los prestados a los clientes del establecimiento, en cualquier caso no se limita a los autores relacionados en el listado adjuntado por el demandado sino que se extiende a los autores de música comercial. Así resulta del testimonio prestado por la testigo yy, valorado conforme a las reglas de la sana crítica y de cuyo conocimiento personal de los hechos y veracidad no hay motivo de peso para dudar, en atención a su condición de trabajadora autónoma que visitó hasta en cinco ocasiones el establecimiento del demandado a instancias de la actora al objeto de inspeccionar la posible utilización en su actividad negocial del repertorio de obras musicales gestionada por la SGAE como también de lo fiable que se ha mostrado en el curso de sus manifestaciones, en el sentido de haber podido constatar el sonido en el local, procedente de un aparato de música provisto de altavoces, de música pop nacional (1ª visita), de música internacional (2ª visita), de música pop (3ª visita), de la canción "Princesa", de Joaquín Sabina (4ª visita), y de la emisora M-80 Radio, pudiendo identificar en concreto una canción de Gloria Estefan, entre otras (5ª visita). Siendo factible el llegar a igual conclusión de las propias manifestaciones prestadas por el demandado y los testigos-clientes deponentes a su instancia, dada la variedad de estilos de música de los que reconocen se hace uso en el local (pop, rock, jazz, chill out, étnica, electrónica, ambiental), al punto de indicar el testigo Jaime que se pone "un poco de todo". Ello en cuenta, teniendo por probado la ejecución en el establecimiento del demandado de actos de comunicación pública del art. 20 de la LPI, dentro de cuya dicción, al producirse en lugar accesible al público y no dentro de un ámbito estrictamente doméstico, cabe tanto la emisión original como la recepción que facilita su conocimiento (en tal sentido, T.S., de fecha 19-7-1993), y no logrando el demandado fundamentar su oposición a la pretensión actora en ninguna de las tres causas tasadas contempladas en el inciso final del párrafo 2º del art. 150 de la LPI , se impone la desestimación del recurso de apelación y consiguiente confirmación de la sentencia de instancia impugnada. Decir, por último, en relación al tema de las costas de primera instancia, que como bien señala la actora-apelada en su escrito de oposición al recurso, su imposición al demandado, al no presentar el caso serias dudas de hecho o de derecho, resulta obligada en aplicación del criterio del vencimiento objetivo, sin perjuicio, en su caso, de una posterior determinación de su contenido en trámite de tasación de costas. SEGUNDO.- Dada la desestimación del recurso de apelación, se imponen al demandado-recurrente las costas procesales de la presente alzada (art. 398-1 LEC). En virtud de la Potestad Jurisdiccional que nos viene conferida por la Soberanía Popular y en nombre de S.M. el Rey. Fallamos Se desestima el recurso de apelación y se confirma la sentencia de instancia impugnada; todo ello con expresa imposición al demandado-recurrente de las costas procesales de la presente alzada. Así, por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. El Paso y Digo Yo AUDIENCIA PROVINCIAL DE ALICANTE SECCION OCTAVA. TRIBUNAL DE MARCA COMUNITARIA ROLLO DE SALA Nº 414M121/06 PROCEDIMIENTO: JUICIO ORDINARIO 800/05 JUZGADO MERCANTIL ALICANTE-1 SENTENCIA NÚM. 14/07 Iltmos.: Presidente: Don Enrique García Chamón Cervera. Magistrado: Don Luis Antonio Soler Pascual. Magistrado: Don Francisco José Soriano Guzmán. SENTENCIA NÚM. 14/07 En la ciudad de Alicante, a dieciséis de enero de dos mil siete. La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Alicante, actuando como Sección especializada en materia mercantil, integrada por los Iltmos. Sres. expresados al margen, ha visto los autos de Juicio Ordinario número 800/05, seguidos en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante, de los que conoce en grado de apelación en virtud del recurso entablado por la parte demandada, "Diara Hostelería, S.L.", representada por el Procurador Don José María Manjón Sánchez, con la dirección del Letrado Don José Luis Bordera Rodes; y como apelada, la parte actora, "Sociedad General de Autores y Editores" (SGAE), representada por la Procuradora Doña Silvia Pastor Berenguer, con la dirección del Letrado Don José Luis Marco Blasco. I - ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- En los autos de Juicio Ordinario número 800/05 del Juzgado de lo Mercantil Núm. 1 de Alicante, se dictó Sentencia de fecha catorce de junio de dos mil seis, cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: " Que estimando la demanda interpuesta por la entidad SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES contra DIARA HOSTELERIA S.L debo condenar y condeno a la parte demandada a abonar a la actora la cantidad de ocho mil setecientos sesenta y siete euros con sesenta y cinco céntimos (8767,65) más los intereses legales desde la interpelacion judicial y las costas" SEGUNDO.- Contra dicha Sentencia se preparó recurso de apelación por la parte demandada y; tras tenerlo por preparado, presentó el escrito de interposición del recurso, del que se dio traslado a la actora que presentó el escrito de oposición. Seguidamente, tras emplazar a las partes, se elevaron los autos a este Tribunal donde fue formado el Rollo número 414-M121/06. Al advertir la falta de acreditación de la falta de pago de la tasa por la parte apelante se acordó devolver las actuaciones al Juzgado de instancia para su subsanación. Una vez verificado, se admitió la prueba documental aportada por la apelante, confiriendo a las partes un plazo común para efectuar alegaciones sobre su contenido, habiendo evacuado ese traslado sólo la apelada. Se señaló para la deliberación, votación y fallo el día de la fecha, en el que ha tenido lugar. TERCERO.- En la tramitación de esta instancia, en el presente proceso, se han observado las normas y formalidades legales. VISTO, siendo Ponente el Iltmo. Sr. D. Enrique García Chamón Cervera. II - FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Por razones lógico-sistemáticas, debemos empezar el examen de las alegaciones del recurso por la última de ellas que tiene por objeto impugnar la admisión de las pruebas documental, videográfica, de informe de investigador y de dictamen pericial aportadas por la entidad actora en el acto de la audiencia previa al considerar extemporáneo ese momento y provocarle indefensión. La razón del análisis inicial de esta alegación se encuentra en que, de estimarse, no deberían considerarse los hechos acreditados con esos medios de prueba. La Sala rechaza esa alegación en atención a lo dispuesto en el artículo 265.3 de la Ley de Enjuiciamiento Civil que permite al actor presentar en la audiencia previa al juicio los documentos, medios, instrumentos, dictámenes e informes, relativos al fondo del asunto, cuyo interés o relevancia sólo se ponga de manifiesto a consecuencia de las alegaciones efectuadas por el demandado en la contestación a la demanda. Efectivamente, el motivo de oposición principal esgrimido por la demandada en su contestación fue que los derechos de autor de las obras musicales que eran objeto de comunicación pública en sus dos establecimientos no estaban gestionados por la SGAE pues pertenecen al movimiento "copyleft" que facilitan su disponibilidad libre a los usuarios mediante las llamadas licencias "creative commons". Frente a esta alegación singular opuesta por la demandada en su escrito de contestación y con el fin de evitar que esa simple alegación del demandado pudiera perjudicar a la actora, ésta aportó en el acto de la audiencia previa los documentos, soportes videográficos, informes y dictámenes que estimó oportunos para acreditar que los derechos de autor correspondientes a las obras musicales que realmente se comunican públicamente en esos dos establecimientos están gestionados por ella. SEGUNDO.- En la primera de las alegaciones contenidas en el recurso de apelación se cuestiona la legitimación activa ad causam de la SGAE para deducir su pretensión de condena al no haber aportado los concretos contratos de gestión suscritos con los autores cuyas obras supuestamente se comunican en los dos establecimientos. No puede prosperar esta alegación porque es reiterada la doctrina jurisprudencial acerca del ámbito de la actuación protectora de las entidades gestoras respecto de los derechos de propiedad intelectual que constituyen su objeto. Así, basta con reproducir de nuevo la STS de 10 de mayo de 2003 : "El Tribunal de Instancia apoyó básicamente su decisión en que, al haber desaparecido la exclusiva de la Sociedad General de Autores establecida por Ley de 24 de junio de 1941 , -toda vez que la Ley de Propiedad Intelectual de 11 de noviembre de 1987 puso término a la situación de monopolio instaurada-, dicha entidad no podía erigirse en gestora de todos los autores en general, lo que hacía preciso aportar los contratos de gestión con los autores titulares correspondientes (artículo 138 de la Ley especial). La cuestión de la legitimación activa de la recurrente y que ocasionó que la demanda no prosperase, ha sido resuelta por esta Sala en dos sentencias de fecha 29 de octubre de 1999 -que precisamente casaron las pronunciadas por la Audiencia que dictó la que nos ocupa-, y en las que se vino a declarar, interpretando el artículo 135 de la Ley , que los derechos confiados de gestión que refiere para hacerlos valer las entidades autoridades en toda clase de procedimientos judiciales o administrativos, comprenden aquellos cuya gestión "in genere" constituye el objeto de su actividad, de acuerdo con los Estatutos que las rigen y no los concretos derechos individuales, en virtud de contratos con los titulares o acuerdos con otras organizaciones de idéntica finalidad y de este modo la S.G.A.E está asistida de la legitimación necesaria para poder defender en juicio los derechos a los que se extiende su actividad. Aquí quedó demostrado que la recurrente cumplió los requisitos exigidos por los artículos 132 y 133 de la Ley que, en cuanto a haber obtenido la correspondiente autorización del Ministerio de Cultura (Orden de 1 de junio de 1988 que aprobó sus Estatutos), y en este sentido las sentencias referidas resultan contundentes al sentar que a la recurrente le basta para la defensa judicial de los derechos discutidos en el litigio con la aportación de la documentación que se deja dicha, al cumplirse de esta manera con las exigencias del artículo 503-2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Las sentencias de 18 de octubre de 2001 y 31 de enero de 2003 reiteran la doctrina de las precedentes reseñadas y resultan oportunas al declarar que la legitimación de la S.G.A.E bajo la Ley de 1987 no tenía la misma amplitud que la vigente Ley de 12 de abril de 1996 reconoce a las entidades de gestión, declarando que dicha legitimación es propia y no por sustitución. La sentencia de 18 de diciembre de 2001 mantiene línea jurisprudencial de las precedentes, aplicando su doctrina, para reconocer la legitimación de la S.G.A.E, la que encuentra apoyo legal, de tipo genérico, en el artículo 24 de la Constitución, al referirse a los derechos e intereses legítimos, como en el artículo 7 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que contempla los intereses individuales y los colectivos, bastando para la defensa en juicio de los derechos a que refiere el litigio con la aportación de la autorización administrativa que habilite la gestión y los Estatutos debidamente aprobados, lo que ya queda considerado." En consecuencia, no se es necesaria que la entidad actora aporte los concretos contratos de gestión con todos los autores cuyas obras son comunicadas públicamente en los dos locales de la demandada pues basta con que pretenda la indemnización por la comunicación pública de obras musicales in genere sin autorización de sus autores. Por otro lado, resulta contradictorio que la apelante alegue la falta de acreditación del contrato de gestión celebrado con los autores cuando el motivo principal de su oposición es que los derechos de propiedad intelectual de las obras musicales que se comunican en sus locales no son gestionados por esa entidad al pertenecer al movimiento "copyleft" o estar licenciadas mediante el sistema "creative commons". Vuelve a reproducir la apelante, sin incluir ningún argumento que trate de refutar las acertadas razones expuestas en el fundamento jurídico cuarto (el primero de los identificados con ese ordinal) de la Sentencia de instancia, que es posible que la entidad actora esté interesando una indemnización respecto de derechos de propiedad intelectual cuya gestión corresponde a otra entidad distinta y a tal fin acompaña los recibos que le ha reclamado la entidad AGEDI. Remitimos a la apelante a la Sentencia de instancia y al tenor del artículo 3.3 TRLPI donde se declara que los derechos de autor son independientes, compatibles y acumulables con los otros derechos de propiedad intelectual reconocidos en el Libro II de esa Ley, entre los que se encuentran, los derechos de propiedad intelectual de los productores de fonogramas (artículos 114 y ss. TRLPI) cuya gestión colectiva corresponde a AGEDI. TERCERO.- También alega la recurrente que se han infringido las reglas legales de distribución de la carga de la prueba porque, de un lado, no puede imponerse a la demandada la carga de acreditar un hecho negativo y, de otro lado, se ha acreditado suficientemente que los derechos de autor sobre las obras musicales comunicadas en los dos locales no son gestionadas por la entidad actora al tratarse de obras musicales correspondientes al movimiento " copyleft ". En primer lugar, no se impone a la demandada la carga de la prueba de un hecho negativo. De conformidad con lo establecido en el artículo 217.6 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , una vez admitido por la demandada que se comunican públicamente obras musicales en sus dos locales, le resulta más fácil a ella, por tener plena disponibilidad de las fuentes de prueba, probar que los derechos de propiedad intelectual de las concretas obras musicales no están gestionados por la entidad actora sino que se trata de obras musicales cuyos autores les han autorizado directamente su comunicación en los dos locales (grupos musicales de la comarca) o que son obras musicales libres de cualquier canon (obras musicales integradas en el movimiento "leftcopy" o licenciadas por el sistema "creaive commons"). Ambos hechos son positivos y ninguna probatio diabolica se impone para su demostración. En segundo lugar, la demandada no ha acreditado que los derechos de las obras comunicadas en sus locales pertenezcan al movimiento " copyleft " porque se trata de una simple alegación carente de soporte probatorio creíble. Basta para ello con observar el interrogatorio del legal representante de la demandada quien afirmó que él se encargaba de copiar esas obras musicales en "Internet" pero era incapaz de facilitar el nombre de los grupos musicales o de los intérpretes que las ejecutaban o, la testifical de Doña mm, empleada de uno de los locales desde hace dos años, quien tampoco podía identificar el nombre de esos intérpretes, cuando ese tipo de música se está poniendo siempre en ese establecimiento. Por otro lado, la manifiesta contradicción entre los testigos empleados de la demandada acerca del tipo de música es muy ilustrativa, pues mientras Doña Trinidad afirmaba que se trataba de música "tranquila", el testigo Don nn, "pinchadiscos" de uno de los locales, por el contrario, aseguraba que era tipo "pop-rock", lo que pone en evidencia su falta de credibilidad. Al mismo tiempo, ha de tenerse en cuenta a la vista de los documentos números 12, 13 y 14 de los aportados por la actora en el acto de la audiencia previa, cuya autenticidad no ha sido impugnada por la demandada, que los autores que licencian sus obras musicales mediante el sistema "creative commons" establecen como una limitación su utilización con fines comerciales y esa finalidad es la perseguida por la demandada cuando supuestamente ameniza sus locales con esas obras musicales en un establecimiento abierto al público con ánimo de lucro en el que la amenización musical constituye uno de los reclamos para la captación de mayor clientela y aumento de beneficios. Más bien, lo contrario, de la prueba desplegada por la mercantil actora se desprende que las obras musicales comunicadas en los dos locales se corresponden con las del repertorio que ella gestiona. Así se desprende de la testifical del representante en la zona de la SGAE, Don Millán , el cual afirmó que en las visitas realizadas en los locales pudo comprobar que las obras musicales eran de las correspondientes al repertorio de la SGAE. Esa testifical de una persona relacionada con la entidad actora se corrobora con la testifical de la investigadora que consiguió efectuar dos grabaciones en el interior de uno de los locales, reproducidas en el acto del juicio, donde se podían oír las canciones que amenizaban el local y que fueron identificadas por el testigo-perito Don Ernesto , locutor de Radio-Fórmula, aportando respecto de esas canciones que los derechos de sus autores eran gestionados por la SGAE. Dos objeciones se han opuesto a la prueba practicada por la actora: 1.-) las grabaciones se corresponden con unas fechas que no están comprendidas en el período de tiempo al que se refiere la reclamación; 2.-) sólo se ha acreditado la comunicación pública en uno de los establecimientos ("El Paso") pero no en el otro ("Digo Yo"). Respecto de la primera objeción, hemos de rechazarla porque nunca ha alegado la demandada que hubiera alterado el tipo de obras musicales después del período reclamado (septiembre de 2005) y así en su contestación a la demanda dejó muy claro que desde la Sentencia condenatoria en un procedimiento anterior iniciado también por la SGAE decidió comunicar únicamente obras musicales del movimiento "copyleft". Consiguientemente, en aplicación de las reglas de la lógica debemos de concluir que en el período reclamado también se comunicaba el mismo tipo de obra musical que se acreditó con posterioridad. Respecto de la segunda objeción, tampoco puede prosperar porque la demandada siempre mantuvo que comunicaba en ambos locales el mismo tipo de música sin distinción alguna; por lo que habiéndose acreditado que en el Pub "El Paso" se comunicaban obras musicales cuyos derechos de propiedad intelectual eran gestionados por la demandada igual conclusión ha de alcanzarse respecto del Pub "Digo Yo". CUARTO.- De conformidad con lo establecido en el artículo 394.1 , al que se remite el artículo 398.1, ambos, de la Ley de Enjuiciamiento Civil, las costas de esta alzada deberán imponerse a la apelante al rechazarse su recurso. VISTAS las disposiciones citadas y demás de general y pertinente aplicación. Por todo lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el Pueblo Español. III - PARTE DISPOSITIVA FALLAMOS: Con desestimación del recurso de apelación deducido contra la Sentencia dictada por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante, de fecha catorce de junio de dos mil seis , en las actuaciones de que dimana el presente Rollo, debemos CONFIRMAR Y CONFIRMAMOS la mencionada resolución, con expresa imposición de las costas de esta alzada a la parte apelante. Notifíquese esta Sentencia en forma legal y, en su momento, devuélvanse los autos originales al Juzgado de procedencia, de los que se servirá acusar recibo, acompañados de certificación literal de la presente resolución a los oportunos efectos de ejecución de lo acordado, uniéndose otra al Rollo de apelación. Así, por esta nuestra Sentencia definitiva que, fallando en grado de apelación, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN: En el mismo día ha sido leída y publicada la anterior resolución por el Iltmo. Sr. Ponente que la suscribe, hallándose la Sala celebrando Audiencia Pública. Doy fe.- Sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante AUDIENCIA PROVINCIAL DE ALICANTE SECCION OCTAVA. TRIBUNAL DE MARCA COMUNITARIA ROLLO DE SALA Nº 502 (M143) 06 PROCEDIMIENTO Juicio Ordinario 172/05 JUZGADO de lo Mercantil nº 1 Alicante SENTENCIA Nº 111/07 Ilmos. Presidente: D. Enrique García Chamón Cervera Magistrado: D. Luis Antonio Soler Pascual Magistrado: D. Francisco José Soriano Guzmán En la ciudad de Alicante, a veintiuno de marzo del año dos mil siete La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Alicante, integrada por los Iltmos. Sres. expresados al margen, ha visto los autos de Juicio Ordinario sobre reclamación de cantidad, seguido en instancia ante el Juzgado de lo Mercantil número uno de los de Alicante con el número 172/05, y de los que conoce en grado de apelación en virtud del recurso entablado por la parte demandada, la mercantil Bowling Sur S.A., representada por el Procurador D. José Luis Córdoba Almela y dirigida por el Letrado D. Javier de la Cueva González-Cotera; y como parte demandada la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), representada por el Procurador Dª. Silvia Pastor Berenguer y dirigida por el Letrado D. José Luis Marco Blasco, que ha presentado escrito de oposición. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Por el Juzgado de lo Mercantil número uno de los de Alicante, en los referidos autos tramitados con el núm. 172/05, se dictó sentencia con fecha 10 de julio de 2006 , cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: "Que estimando la demanda interpuesta por la entidad Sociedad General de Autores y Editores contra Bowling Sur S.A., debo declarar que la mercantil demandada ha venido haciendo uso sin autorización del repertorio gestionado por la SGAE para amenización de su local denominado Bowling Vistahermosa en el periodo comprendido entre noviembre de 2002 a noviembre de 2004 y debo condenar y condeno a la demandada a: 1º estar y pasar por esta declaración: 2º al cese de la comunicación pública de obras de dicho repertorio, con suspensión inmediata de la misma y prohibición de reanudarla hasta obtener autorización; 3º a la remoción de los aparatos utilizados en la comunicación pública de esas obras que sean separables del local y al precinto de los que no lo sean y 4º a abonar a la actora la cantidad de veintidós mil setecientos cincuenta euros con treinta y cinco céntimos (22.750,35 €) más los intereses legales desde la interpelación judicial y las costas.". SEGUNDO.- Contra dicha Sentencia se preparó recurso de apelación por la parte arriba referenciada; y tras tenerlo por preparado, presentaron el escrito de interposición del recurso, del que se dio traslado a las demás partes, presentándose los correspondientes escritos de oposición. Seguidamente, tras emplazar a las partes, se elevaron los autos a este Tribunal con fecha 24 de noviembre de 2006 donde fue formado el Rollo número 502/M-143/06, en el que, tras denegar por resolución de este Tribunal de fecha 12 de febrero d 2007 la propuesta de prueba documental formulada por la parte apelante, se señaló para la deliberación, votación y fallo el día 21 de marzo de 2007, en el que tuvo lugar. TERCERO.- En la tramitación de esta instancia, en el presente proceso, se han observado las normas y formalidades legales. VISTO, siendo Ponente el Iltmo Sr. D. Luis Antonio Soler Pascual. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Se demanda por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) a la mercantil Bowling Sur S.A., sociedad titular de un establecimiento público denominado Bowling VIstahermosa, sito en el Centro Comercial Vistahermosa de Alicante y dedicado tanto al juego de bolos como de otras actividades recreativas, prestando servicio de bar y resturación, el pago de 22.750,35 € por la utilización en dicho local para su amenización, del repertorio de obras musicales, en su aspecto tanto auditivo como visual mediante la proyección en una pluralidad de monitores de los videoclips correspondientes a la música con que se ameniza el local, cuyos derechos de explotación titularidad de sus autores -art 17 LPI - gestiona SGAE por cuenta e interés de los mismos -art 147 LPI -, fudamentando por tanto la demanda en la infracción del derecho de comunicación pública -art 20 LPI - por la comunicación en el citado local de aquellas obras sin licencia o autorización, promoviendo junto a la reclamación económica, el cese de dicha comunicación hasta tanto se solicite y obtenga la correspondiente licencia. La sentencia de instancia estima la pretensión y condena a la mercantil demandada por infracción de los derechos de autor y en su virtud, impone el pago de la cantidad reclamada, el cese de la comunicación pública hasta la obtención de autorización, y la remoción y en su caso precinto, de los aparatos utilizados para la comunicación pública, sentencia frente a la que se alza la parte demandada solicitando su revocación al entender: a) que SGAE carece de legitimación por ser una entidad inconstitucionalidad, promoviendo el planteamiento por este Tribunal de la correspondiente cuestión ante el Tribunal Constitucional en relación al artículo 108-4 y 151-5 ambos de la Ley de Propiedad Intelectual ; b) que se ha vulnerado el artículo 217 de la Ley de Enjuiciamiento Civil con relación al artículo 150 de la LPI y; c) que las tarifas que sirven para fijar la indemnización de que se trata son arbitrarias, fijadas unilateralmente y abusivas, siendo nulo el contrato. Frente a tales argumentos, por la parte apelada se plantea su conformidad con la resolución recurrida cuya confirmación promueve, oponiéndose al planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad dado que viene referida a normas ajenas al planteamiento decisorio de este procedimiento. SEGUNDO.- Dando en primer lugar respuesta a la petición de planteamiento de cuestión de inconstitucionalidad que en el recurso la mercantil apelante precisa y matiza en relación con la aplicabilidad del artículo 151-5 sobre el derecho de voto de los socios (alegación tercera del escrito de apelación) y en relación al artículo 108-4 sobre gestión colectiva obligatoria del derecho a la comunicación pública (alegación cuarta ), preceptos ambos de la Ley de Propiedad Intelectual, hemos de oponernos a la asunción por el Tribunal del planteamiento de insconstitucionalidad efectuado ya que el juicio que sobre la relevancia de estos preceptos que nos corresponde efectuar como elemento intelectivo previo al planteamiento judicial de una cuestión de inconstitucionalidad - ATC 172/2004, de 11 de mayo -, juicio que ha sido definido por el Organo Constitucional como "el esquema argumental dirigido a probar que el fallo del proceso judicial depende de la validez de la norma cuestionada (por todos, ATC 93/1999, de 13 de abril, F. 3 y las resoluciones allí mencionadas )» (ATC 21/2001, de 31 de enero, F. 1 ).." lo que, sigue afirmando la citada resolución "...constituye una de las condiciones esenciales de toda cuestión de inconstitucionalidad, por cuanto, en la medida que garantiza una interrelación necesaria (STC 28/1997, de 13 de febrero, F. 3 ) entre el fallo del proceso a quo y la validez de la norma cuestionada, asegura la realización efectiva del antedicho control concreto de la constitucionalidad de la Ley." -ATC 361/2004, de 21 septiembre -, decíamos, el juicio de relevancia así entendido de análisis de la relación entre la norma cuestionada y la decisión judicial del ligitio que nos ocupa ha de ser necesariamente negativo ya que, por lo que hace al artículo 151-5 LPI , estamos ante un precepto proyectado al funcionamiento interno de las entidades gestoras, definidor del contenido de los estatutos de estas entidades y, dentro de ellas, de la diversidad de atribución de los derechos políticos del socio en atención a criterios dimanantes de las particularidades y naturaleza de las propias entidades gestoras, particularidad resaltada por el Tribunal Supremo en su Sentencia de 16 de marzo de 2000 , en la que, además de negar "...sin más la aplicabilidad a su funcionamiento de la normativa sobre las sociedades anónimas, prototipo de las sociedades de capital, y menos todavía si la aplicación de un precepto concreto de la LSA parece pugnar con los propios estatutos de la SGAE...", afirma que la SGAE es una entidad "...dotada de carácter oficial y exclusivo (art. 1 de sus Estatutos) y con una serie de fines esenciales (art. 2 de los mismos Estatutos), de suerte que el predominio del interés general sobre el particular resultaba innegable. De aquí que el cambio de sistema para el cómputo de los derechos...deba igualmente considerarse como algo perteneciente al interés general de los autores y no al particular...". Reconocida por tanto el Tribunal Supremo la razón discriminatoria de los derechos políticos en aras a la defensa de un interés superior y general al particular (dice la STS 18 de diciembre de 2001 que la "legitimación le está atribuida a la entidad SGAE...encuentra apoyo legal de tipo genérico tanto en el artículo 24 de la Constitución, al referirse a los derechos e intereses legítimos, como en el artículo 7 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que contempla los intereses individuales y los colectivos... así como el específico 135 y Estatuto de la SGAE"), sin que por ello pueda equipararse el funcionamiento de estas entidades a las sociedades en los términos que, las leyes que las regulan, prevén, el argumento sustantivo de la cuestión queda desvirtuada, si bien tal conclusión debe abundarse con la razón más propia del juicio de relevancia que antes referíamos dado que, en todo caso, la hipotética inconstitucionalidad de la norma en nada afecta al proceso que nos ocupa donde lo que se dilucida como cuestión no es otra cosa que la vulneración de los derechos de autor en base a una demanda iniciada por el gestor de los mismos en base a la atribución -art 150 LPI - de la legitimación extraordinaria de que se trata, legitimidad que tanta doctrina judicial, ya asentada, ha generado en su entorno para reconocerla y que, por ser de todos conocida resulta aquí de innecesaria mención. En este sentido, lapidaria resulta sin duda el reconocimiento por el apelante -folio 302- de que no se está manifestando sobre "...la constitucionalidad o no del sistema de gestión colectiva de derechos, sino sobre si el ejercicio del derecho de gestión colectiva puede llevarse a cabo mediante entidades con las características formales jurídicas como la de la actora.". Lapidaria porque siendo así, como de hecho es, estamos ante una cuestión que en absoluto tiene que ver con el proceso que nos ocupa. Aquí, así lo debemos reiterar, dilucidamos exclusivamente sobre si los derechos de autor se han o no infringido. El suplico de la demanda y el fallo de la sentencia que se impugna, contienen respectivamente la petición y la respuesta a esa cuestión y no a otra. Y tampoco supera el filtro del juicio de relevancia el artículo 108-4 LPI por cuanto que en nada afecta ese precepto a la decisión de este procedimiento. Los derechos que se dilucidan, ya lo hemos dicho, son los de autor y no los de intérpretes y ejecutantes que son, con relación al derecho a la comunicación pública de éstos, a los que se refiere el artículo 108 Ley de Propiedad Intelectual . Se promueve por tanto una cuestión de inconstitucionalidad sobre precepto que en nada ha de afectar al fallo de esta Sentencia, dado que ni siquiera, sino fuera por la cuestión a la que aludimos, se habría mencionado entre los preceptos base o accesorios en su caso vulnerados por el demandado. En cualquier caso, la afirmación sobre la obligatoriedad para el autor de la pertenencia a una entidad gestora para la efectividad de sus derechos, no deja de ser una afirmación carente de realidad jurídica visto el tenor del artículo 17 LPI . De hecho, vienen señalando la jurisprudencia que el autor tiene derecho de gestión individual lo que explica que la vinculación del autor con la entidad se efectúe a través de un contrato de gestión -art 153 LPI -, dependiente de la voluntad del autor, que carecería de sentido si la gestión colectiva deviniera por ley obligatoria. Así, las Sentencias del TS de 29 de octubre de 1999 (núms. 880/1999 y 881/1999 ) reconocen que cualquier autor puede hacer valer directamente sus derechos salvo en determinados supuestos previstos en la ley, en concreto, respecto de los derechos de necesaria gestión colectiva, ajenos a esta resolución como por ejemplo ocurre en los supuestos de compensación equitativa por copia privada del artículo 25-8 LPI . No puede por tanto hablarse que la defensa de los derechos de propiedad intelectual los asume con exclusividad la Sociedad General de Autores de España, no sólo porque cabe gestión individual, sino además porque están autorizadas ya otras entidades de gestión que defienden intereses distintos de los singulares y específicos de los autores, configurándose como entidades de gestión colectiva que garantizan sus propios intereses con independencia y compatibilidad como la Asociación de Gestión de Derechos Intelectuales (AGEDI) y de artistas Intérpretes o Ejecutantes, Sociedad de Gestión de España ( AIE). En conclusión, ni obligatoriedad ni monopolio. En conclusión, ni por la inaplicación del precepto al caso que nos ocupa, ni por su carencia de razones de trascendencia constitucional, procede considerar la formulación de la cuestión propuesta por el apelante. TERCERA.- La segunda de las cuestiones que se plantean, y que sin duda está más cerca del litigio constituido, es la relativa a la prueba de los hechos o de la vulneración de los derechos de autor gestionados por SGAE. Los argumentos del apelante para sustentar la infracción del principio de carga de la prueba del artículo 217 Ley de Enjuiciamiento Civil es que la prueba practicada a instancia de la actora resulta insuficiente, que la inversión de la carga de la prueba prevista en el artículo 150 LPI, como excepción al 217 LEC, debe ser interpretado en sentido restrictivo, siendo así que en el caso la presunción está contrarrestada por la prueba presentada por la demandada, y que ese principio no debe ser aplicado respecto de tres concretos hechos, el uso de música de carácter necesario y la superficie del local y el tipo de música que utiliza el local dado que en la actualidad proliferan las licencias Copyletf y Creative Comons. El motivo ha de ser desestimado. Para el adecuado seguimiento del razonamiento que nos lleva a tal conclusión, indicaremos que el esquema que seguiremos será el siguiente: definir las afirmaciones que en demanda y contestación, respecto de los hechos, hace cada una de las partes; recordaremos las reglas generales que en esta materia viene estableciendo la jurisprudencia en relación a los principios que en materia de carga probatoria resulta de la interpretación de los preceptos de la Ley de Enjuiciamiento Civil, para concluir con el análisis del resultado de la prueba practicada a instancia de cada una de las partes que valoraremos en relación a las reglas preestablecidas a partir de la interpretación de la Ley de Enjuiciamiento Civil en relación a la Ley de Propiedad Intelectual. Pues bien, y comenzando por la concreción de los hechos que constituyen el sustrato fáctico de cada una de las partes, es de recordar que la actora afirma que en el local que gestiona la mercantil demandada, se comunican públicamente obras cuyos derechos gestiona SGAE, tanto de naturaleza auditiva -obras musicalescomo audiovisuales -videoclips musicales-, formando parte del paisaje propio de la actividad del local, en el que no sólo se desarrollan actividades recreativas, sino también de hostelería como bar de copas y restauración, sirviendo igualmente de local para celebraciones varias, establecimiento que tiene aproximadamente 500 m2 y 20 aparatos de televisión y 24 pistas de bolos. La demandada, niega sin embargo que se comuniquen públicamente obras propias del repertorio de SGAE, afirmando por el contrario que la música que comunica pertenece sólo de autores integrados en la corriente de Copyleft y Creative Commons. Además, niega el dato ofrecido por la actora sobre la superficie del local y el número de televisiones instalados. Hasta aquí las alegaciones de cada parte. En relación con la doctrina jurisprudencial sobre la carga de la prueba, la jurisprudencia viene declarando que al actor le corresponde la carga de probar la realidad de los hechos de los que ordinariamente se desprenda el efecto jurídico correspondiente a las pretensiones de la demanda mientras que al demandado le incumbe la carga de probar los hechos que impidan, extingan o enerven la eficacia jurídica de los hechos constitutivos. Esta declaración, que sería la normal deducción del artículo 217 Ley de Enjuiciamiento Civil , encuentra su matización en el caso de la propiedad intelectual, cuando de las entidades de gestión se trata, dado que a ellas se les encomienda la reclamación de la efectividad de los derechos cuya gestión se les ha transmitido, con relación a dos extremos que se viene considerando dimanan del principio de inexigibilidad de prueba imposible o diabólica, a saber, la titularidad del repertorio de la entidad y la comunicación del mismo cuando está acreditada la posesión por el supuesto infractor del instrumental útil para ello. Así se afirma que cuando se acredita la existencia en un establecimiento donde es o puede ser habitual el uso de música como complemento o elemento necesario al servicio que lucrativamente se presta u ofrece al público, del aparataje apropiado a la reproducción y comunicación pública de obras audio visuales y musicales, surge la presunción de que se está produciendo la comunicación pública ya que sólo cabe racionalmente deducir que tales aparatos serán utilizados de forma habitual y frecuente en el establecimiento, dado que sólo en tal uso tienen su justificación, tanto en lo que hace a su ubicación como a su inversión económica que necesariamente ha de estar ordenada a su uso cuando, por el tipo de establecimiento de que se trata, según norma que aporta la experiencia, que se utilizan para este tipo de comunicaciones. Particularmente conocida es la abundante jurisprudencia sobre la posesión en establecimientos abiertos al público de televisiones y radios que, afirma la doctrina jurisprudencial, genera una presunción iuris tamtum de utilización de los mismos de forma habitual con la consiguiente efectiva posibilidad de ejecución de actos de comunicación pública de obras gestionadas por la SGAE y objeto de propiedad intelectual (en este sentido sentencias de la Audiencia Provincial de Madrid Sección 20ª de 5 de mayo de 1993, de la Sección 21ª de 25 de junio de 2002 y de la Sección 13ª de 29 de octubre de 2004; de la Audiencia Provincial de Orense Sección 2ª de 23 de diciembre de 2003 y de la Audiencia Provincial de Pontevedra Sección 3ª de 14 de mayo de 2003 ). Es cierto que también se trata de presunciones iuris tamtum que por tanto admiten prueba en contrario y que en todo caso, estas deducciones han de venir matizadas por los hechos tal cual queden acreditados, teniendo en cuenta en su formación, los criterios de normalidad, flexibilidad y facilidad probatoria. CUARTA.- En el caso, y por lo que hace a la prueba practicada, por la demandada, el propio representante de la mercantil demandada -el letrado defensor- reconoce en el acto del juicio 1) que el local está amenizado musicalmente; 2) que en el establecimiento hay instalados veinte televisores; 3) que dicho local está aperturado en esas condiciones desde el día 9 de octubre de 2002; 4) que la música que se comunica y los vídeos que se proyectan están fuera del circuito comercial ordinario, perteneciendo a las licencias Copyleft y Creative Commons no obstante lo cual; 5) y a pesar de las concretas instrucciones de la directiva de la mercantil, es factible que en alguna ocasión puede haberse comunicado música y su correspondiente obra visual perteneciente al ámbito comercial ordinario. Dos testigos aporta la actora. De un lado al apoderado de SGAE en la zona de Alicante que afirma que conoce el local, que lo frecuenta, que está amenizado, que identifica la música y los videoclips como comerciales (describe que se trata de música de baile, reggeton y música actual), y que es él quien requiere al establecimiento, a través de dos empleadas del mismo, para que regularicen la comunicación de tales obras sin éxito en su gestión. De otro lado, comparece el detective cuyo informe obra en autos, persona que acude al establecimiento, que afirma que el local está amenizado con música que describe como actual y variada, que la música que oye le resulta conocida y de la que llega a identificar en su visita al local un tema conocido como Gasolina que está probado documentalmente en autos, pertenece al catálogo de SGAE. La mercantil actora afirma sin embargo que estos testigos, por su relación con la entidad gestora, son cuestionables, obviando sin embargo que en los hechos esenciales coinciden con lo reconocido por el propio representante de la demandada. En cualquier caso, ninguna prueba aporta la demandada sobre el hecho esencial de su defensa, es decir, sobre tipo de música que comunica. Se limita a formular una afirmación carente de todo tipo de prueba, de manera que, más allá de que resulte cuestionable una transmutación del principio de prueba, incluso huyendo del mismo, de lo que no cabe ninguna duda es que quien tenía la facilidad probatoria en relación al tipo de música comunicada era la propia comunicante, sólo fuera por su proximidad a la fuente de la prueba. Afirmó el representante de la demandada en el Juicio oral que la mercantil había dado instrucciones precisas sobre el tipo de música a comunicar. No se aportan. Se afirma que la totalidad, salvo error, de la música comunicada durante dos años, es ajena al repertorio de SGAE. Nada prueba, porque medio alguno se propone a este fin, que tenga en su poder soportes, que serían sin duda numerosos, con ese tipo de música. Ningún testigo -que necesariamente debía ser empleado actual o pasadopropone para demostrar que esas obras y no otras eran las comunicadas, y que aquellas y no otras, eran las instrucciones que tenían. Esta carencia probatoria se denuncia sin que ello implique imponer a la demandada la carga de la prueba que se rechaza respecto de la entidad gestora. Se trata de una exigencia que parte de configurar un sistema de prueba que permita a cada litigante, con los instrumentos a su alcance, formar el convencimiento judicial sobre los hechos en un conflicto en el que las presunciones, por razones de experiencia ya aludidas, representan una parte relevante en la definición fáctica del presupuesto legal. Así en el caso tenemos que está probada la amenización musical en un establecimiento que no sólo es de recreativos sino también de copas y restauración en el que, por tanto, la música constituye un elemento de atracción al público y, a partir de determinadas horas y en determinadas actividades, imprescindible a la oferta que realiza. Está fuera de toda duda que la música además, no se comunica aislada sino acompañada del correspondiente videoclip, lo que supone una elaboración compleja en el acto de la realización y, desde luego de la comunicación, mucho más próxima al mercado ordinario que al alternativo. Y tenemos probada la comunicación de música que está en el repertorio de SGAE. No podemos concluir por tanto, que el uso del repertorio de SGAE sea un hecho puntual, excepcional y erróneo en la normal actividad comunicativa del establecimiento cuando, frente a aquellas probanzas, ninguna prueba se aporta sobre que el repertorio básico, esencial y predominante del establecimiento es el alternativo a las licencias ordinarias del mercado. Esta falta de prueba, y no una sólo consideración presuntiva, es la que hace válida la presunción de la generalización de la difusión de las obras de los autores cuyos derechos gestiona SGAE pues si está con plenitud acreditada la existencia y utilización en el local de aparatos reproductores de música y monitores de televisión, estamos en el caso de afirmar con razonabilidad, ante la falta de prueba en contrario, que se está produciendo la comunicación de obras de aquellos autores cuyos derechos masivamente son gestionados en España por SGAE, lo que hace normal utilización de sus obras cuando son estas las que predominan en el mercado más popular de la música. Debe, en definitiva, concluirse que queda suficientemente justificada la comunicación pública, a través de tales aparatos, en el local de la demandada, de obras de autores cuyos derechos gestiona la Sociedad actora. QUINTA.- Siendo aquella conclusión acorde a la doctrina jurisprudencial, la calificación de arbitrarias de las tarifas que sirven para fijar la indemnización reclamada, aduciéndose nulidad de la obligación contractual, constituye un último argumento que tampoco puede tener favorable acogida, sólo fuera recordando el reconocimiento expreso del Tribunal Supremo al percibo de los derechos correspondientes conforme a las tarifas generales de la SGAE en diversas resoluciones (así SSTS de fechas, ambas, 19 de julio de 1993). Más concretamente, la Sentencia de 18 de diciembre de 2001 , con referencia a una de las señaladas, afirma que "La sentencia de 19 de julio de 1993 declara que los derechos reclamados, en cuanto vencidos y no satisfechos a la actora, significan los daños y perjuicios que se reclaman en la demanda y tratándose de derechos tarifarios cabe determinar su cuantía en ejecución de sentencia, según las tarifas generales de la demandante, que resulten aplicables a los supuestos de las específicas infracciones en que haya incurrido el demandado.". Siendo así, resulta evidente que la impugnación de las tarifas resulta infundada ya que en efecto, está fijadas unilateralmente si bien ello lo es en uso de una de las facultades legales atribuidas por el artículo 157-1-b) LPI , tarifas que además son comunicadas al órgano administrativo competente -art 159 LPI -. En el mismo motivo se impugna la calificación de la modalidad de amenización, que se califica de necesaria por SGAE para fijar el montante indemnizatorio, afirmando que en realidad es secundario. La prueba practicada demuestra sin embargo que el local en básicamente un establecimiento de naturaleza musical en que el que combina como elemento de atracción al público un multi-servicio de recreativos, juegos, bar, copas y restauración en un ambiente dominado por la música de género actual. Tampoco tiene base alguna la referencia la nulidad contractual ya que en el caso, lo que se litiga es por la falta de licencia, es decir, de relación contractual en virtud de la cual el establecimiento de la demandada pudiera hacer uso del repertorio musical que gestiona. Por lo demás, se trata de una contratación (la necesaria para la autorización del uso del repertorio) en la que no hay una situación de igualdad entre las partes, ya que de lo que se trata es de configurar un sistema de cobro por el uso de derechos de ajena titularidad, el de los autores sobre sus obras, que constituye en objeto predeterminado para esta modalidad contractual, que no permite ni en cuanto a ese objeto ni en cuanto a las tarifas, que como se señaló, están legalmente atribuidas en su fijación a la entidad gestoras de los derechos de propiedad intelectual, negociación para su adaptación a la conformación de la libre voluntad de las partes. Finalmente, y aun cuando el argumento se esgrime por el apelante en otra de sus alegaciones, pero que resulta relevante en la conformación de las tarifas aplicadas, cabe señalar que, en cuanto al número de televisiones, está expresamente reconocido por el representante de la mercantil demandada y, en cuanto a la cabida o superficie del local, que es dato cuya prueba, por razón del principio de facilidad probatoria -art 217-6 LEC - le correspondía al demandado que pudo aportar el dato de manera fehaciente como elemento desvirtuador del hecho afirmado por el actor. No se hizo y esa falta de prueba le perjudica, confirmando ante las circunstancias acreditadas sobre servicios y en particular, el número de pistas de bolos de que dispone -24- en lo que sólo constituye uno de los servicios que presta, el dato aportado por el actor. SEXTO.- En cuanto a las costas procesales de esta alzada, y habiéndose desestimado el recurso de apelación, no cabe sino imponerlas expresamente a la parte apelante conforme a lo prevenido en los artículos 394 y 398 Ley de Enjuiciamiento Civil Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el Pueblo Español. Fallamos Que desestimando el recurso de apelación entablado por la parte demandada, la mercantil Bowling Sur S.A., representada por el Procurador D. José Luis Córdoba Almela contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de los de Alicante el día 10 de julio de 2006, debemos confirmar y confirmamos dicha resolución; y con expresa imposición de las costas procesales de esta alzada a la parte apelante. Notifíquese esta Sentencia en forma legal y, en su momento, devuélvanse los autos originales al Juzgado de procedencia, de los que se servirá acusar recibo, acompañados de certificación literal de la presente resolución a los oportunos efectos de ejecución de lo acordado, uniéndose otra al Rollo de apelación. Así, por esta nuestra Sentencia definitiva que, fallando en grado de apelación, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.- En el mismo día ha sido leída y publicada la anterior resolución por el Ilmo. Sr. Ponente que la suscribe, hallándose la Sala celebrando Audiencia Pública. Doy fe.- Establecimiento desconocido Sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo AUD.PROVINCIAL SECCION N. 1 OVIEDO SENTENCIA: 00232/2007 SENTENCIA NÚMERO 232/07 ROLLO: RECURSO DE APELACION (LECN) 0000472/2006 Ilmos. Sres. PRESIDENTE Don José Ignacio Álvarez Sánchez MAGISTRADOS Don Guillermo Sacristán Represa Doña María Elena Rodríguez Vigil Rubio En Oviedo, a cuatro de Junio de dos mil siete. VISTOS en grado de apelación por esta Sección Primera de la Audiencia Provincial de OVIEDO, los presentes autos de JUICIO VERBAL 567/2005, procedentes del JDO. DE LO MERCANTIL N. 1 de OVIEDO, Rollo 472/2006, entre partes, como Apelantes SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES SGAE y Don xx representados por los Procuradores de los Tribunales Dª. xx y D. yy, respectivamente y bajo la dirección letrada de D. xx y Dª yy, respectivamente. Antecedentes de Hecho PRIMERO.- Se aceptan los antecedentes de hecho de la Sentencia apelada. SEGUNDO.- El Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de Oviedo dictó Sentencia en los autos referidos con fecha 24 de Mayo de 2006 cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: "Que estimando parcialmente la demanda formulada por la representación procesal de la parte actora Sociedad General de Autores y Editores, debo condenar y condeno al demandado Don xx a abonar a la primera la suma de 587,84 euros, sin hacer expresa imposición de las costas causadas". TERCERO.- Notificada la anterior Sentencia a las partes, se interpuso recurso de apelación por la parte demandante y demandada, que fue admitido en ambos efectos, previos los traslados ordenados, remitiéndose los autos a esta Audiencia Provincial con las alegaciones escritas de las partes, no habiendo estimado necesario la celebración de vista. CUARTO.- Se señaló para deliberación, votación y fallo el día 30 de Mayo de 2007, quedando los autos para sentencia. QUINTO.-En la tramitación del presente Recurso se han observado las prescripciones legales. VISTOS, siendo Ponente el Ilmo. Sr. Don José Ignacio Álvarez Sánchez. Fundamentos de Derecho PRIMERO.- La sentencia que puso término al procedimiento en la primera instancia estimó parcialmente la demanda y condenó al demandado a abonar a la actora la cantidad de 587,84 euros, sin imposición de costas. Dicha resolución no satisfizo a ninguna de las partes, que formularon sendos recursos de apelación frente a ella, lo que sitúa a esta Sala en la misma posición que el Juzgador de Primera Instancia, ya que no hay ningún pronunciamiento consentido. SEGUNDO.- La primera cuestión que debe analizarse es si el contrato es nulo por falta de consentimiento tal y como postula el demandado. No cabe duda de que ese consentimiento existió ya que el demandado firmó el contrato y el tenor del mismo es muy claro respecto de su contenido. De hecho en el recurso en lo que se insiste es en que ese consentimiento es nulo al tener reconocida una minusvalía del 65%, hecho que, sin embargo no es por si mismo indicativo de que no pudiera contratar y, de hecho, está al frente del negocio. Tampoco puede apreciarse error en el consentimiento ya que aunque el demandado afirma que creía que el contrato era para dar su grupo a conocer y no para abonar los derechos de propiedad intelectual de los autores cuyo repertorio gestiona la actora, esa afirmación está ayuna de toda prueba y ha de estarse, por tanto, al tenor del contrato. TERCERO.- Siguiendo el orden del recurso del demandado se afirma por el contrato se rescindió en el mes de Febrero de 2005 ya que en esa fecha su madre comunicó a la actora que no deseaba su continuación. Este motivo se basa en una confusión conceptual ya que la rescisión de los contratos opera en los casos establecidos en el art. 1291 del Código Civil y en ninguno de los supuestos allí expresados se fundamente lo que solicita el demandado. De los argumentos expuestos por éste se colige que su madre se dirigió a la actora para expresarle su deseo de poner fin al contrato y que esta declaración la considera bastante para extinguir la relación contractual. Se refiere, por tanto, no a la rescisión sino a la revocación ad natum, la cual puede operar en el presente contrato porque así se establece en la estipulación novena, apartado tres, pero que exige demostrar no sólo que se comunicó a la S.G.A.E. por escrito, pues así se indica expresamente, sino también que se ha cesado en la utilización del repertorio gestionado por ella y se ha retirado el aparato utilizado para las amenizaciones, lo que no se ha acreditado en modo alguno. CUARTO.- Careciendo de toda relevancia si el padre del demandado estaba o no cuando se firmó el contrato, lo que afirmó la testigo Doña xx, el último de los motivos de este recurso se refiere a que no se difunde la música gestionada por la actora sino la de unos grupos que se encuentran en una página de internet, denominada Creative Commons, alegación que no sólo está carente de toda prueba por por su parte sino que viene desmentida por los testigos que comparecieron a instancia de la actora Dª yy y D. zz que afirmaron que se difundía música comercial de actualidad; y aunque su testimonio pueda examinarse con prevención al trabajar para la actora lo cierto es que no está desvirtuado de contrario pues ninguna testifical se propuso al respecto y, además, la firma del contrato no tendría sentido si esa afirmación fuera cierta. QUINTO.-El recurso de la actora debe resultar acogido ya que se ha señalado anteriormente que las partes podían poner fin al contrato comunicándolo por escrito a la otra con un preaviso de un mes, pero ello requería, además de manifestarlo por escrito, que no se continuara utilizando el repertorio de la S.G.A.E. y este presupuesto no se ha observado en el caso de autos ya que la testifical propuesta por la actora, no contradicha por otra relevante, acredita que siguió emitiéndose música de actualidad en el local litigioso. En consecuencia debe estimarse íntegramente la demanda. SEXTO.- Las dudas de hecho y de derecho que presenta el caso enjuiciado, que se ponen de manifiesto por la discrepancia entre las sentencias de 1ª y 2ª instancia aconsejan a esta Sala no hacer especial pronunciamiento sobre las costas de ambas instancias (art. 394.1 y 398.1 de la L.E.C.) que en ningún caso procederían respecto del recurso que se acoge. Por todo lo expuesto, la Sala dicta el siguiente: Fallo Estimar el recurso de apelación interpuesto por la Sociedad General de Autores y Editores y desestimar el formulado por D. xx, ambos frente a la sentencia que con fecha 24 de Mayo de 2006 dictó el Ilmo. Sr. Magistrado-Juez del Juzgado de Primera Instancia núm. 1 de lo Mercantil de Oviedo y revocar dicha resolución. Se estima la demanda rectora del procedimiento y se condena al demandado a abonar a la actora la cantidad de 685,82 euros, la cual devengará el interés legal del dinero desde la fecha de interposición de la demanda hasta la de esta resolución, a partir de la cual operará al tipo prevenido en el art. 576 de la L.E.C. No se hace especial pronunciamiento sobre las costas causadas en ambas instancias. Así por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. Complejo Alcántara AUDIENCIA PROVINCIAL DE BADAJOZ SECCIÓN TERCERA MÉRIDA S E N T E N C I A Num. 251/07. Iltmos/as. Sres/as. PRESIDENTE: D.ª MARINA DE LA CRUZ MUÑOZ ACEDO (PONENTE). MAGISTRADOS: D. JOSE MARIA MORENO MONTERO. D. JESUS SOUTO HERRERO. Recurso Civil núm. 478/06. Autos núm. 150/06. Juzgado Primera Instancia e Instrucción nº 6 de Badajoz En Mérida, a siete de Septiembre de dos mil siete. Vistos en trámite de apelación ante esta Sección Tercera de la Audiencia Provincial, los Autos num. 150/06, procedentes del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción num. 6 de Badajoz, sobre Juicio Ordinario, en los que aparece como apelante Descanso y Deportes, S.A, asistido del Letrado Juan Maria Calero González y representado por el Procurador Riesco Martínez y como parte apelada Sociedad General de Autores, asistido del Letrado Mercedes Lena Marín y representado por el Procurador Mera Velasco. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Se aceptan en cuanto son relación de trámites y antecedentes los de la sentencia apelada que con fecha 8/06/2006 dictó la Señora Juez del Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Badajoz. SEGUNDO.- La referida sentencia apelada contiene fallo del tenor literal siguiente: "Estimando parcialmente la demanda formulada por el Procurador Sr. Rivera Pinna en representación de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) debo condenar a la actora la cantidad de Cinco Mil Cuatrocientos Setenta y Dos Euros Y noventa Y Cinco Céntimos (5.472,95.- €). Dicha cantidad será incrementada con los intereses del artículo 576 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Cada parte abonará las costas causadas a su instancia y las comunes por mitad." TERCERO.- Contra expresada sentencia se interpuso en tiempo y forma recurso de apelación por la representación procesal de la parte demandante, que le fue admitido en ambos efectos, dándose traslado a la contraparte, para su adhesión o impugnación al mismo, y una vez verificado se remitieron los autos a este Tribunal, donde se formó el rollo de Sala, que fue seguido por sus trámites. CUARTO.- En la tramitación del presente recurso se han observado en lo esencial las prescripciones legales, habiéndose demorado el dictado de la presente por haberse encontrado de baja por enfermedad la Ponente. VISTO siendo Ponente Illma. Señora Presidenta Dª MARINA DE LA CRUZ MUÑOZ ACEDO. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- La actora, hoy la Sociedad General de Autores y Editores, ejercita en la presente litis una acción de reclamación de daños y perjuicios contra la entidad demandada, solicitando sea condenada la misma al abono de 9971,49 euros e intereses legales, al amparo del art. 138 del Texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, de 12 de Abril de 1996 , por la comunicación pública que ésta ha llevado a cabo durante el año 2005, sin su previa y preceptiva autorización, y a través de la reproducción de obras musícales cuyos derechos de autor tiene encomendada su gestión, y que dice constituir una actividad que resulta imprescindible para la explotación del negocio de hostelería, denominado "Complejo Alcántara", del que es titular dicha demandada, y , más concretamente, para los banquetes de bodas y demás eventos sociales que se celebran en sus salones; y frente a cuya pretensión ésta se opone alegando la excepción de falta de legitimación pasiva, como argumento principal, por inexistencia de la comunicación publica en que se basa la demanda, ya que, según manifiesta en su escrito de contestación, ni se han difundido en su establecimiento obras del repertorio administrado por la SGAE, ni es cierto que la música sea un elemento imprescindible de su negocio de servicio de comidas, si bien reconoce que se celebran en sus salones bodas y demás actos sociales donde de forma muy puntual, según dice puede emitirse música que, argumenta, se lleva a cabo bien a través del hilo musical del restaurante por el que paga el correspondiente canon de los derechos de autor a la actora, que pretende, pues, duplicidad de cobros, o bien a través de la que el propio cliente contrata por su cuenta, limitándose la misma sólo a encargarse de mediar entre éste y la persona (de su empleado) que se dedica a prestar dicho servicio mediante su propio ordenador y equipo de música, y que lleva a cabo a través de un programa de Internet denominado " Creative Commons " de libre uso y acceso gratuito, amén de impugnar también, subsidiariamente, dicha demandada la cuantía solicitada por considerarla arbitrariamente fijada por la actora y , en definitiva, improcedente. Habiéndose dictado por el Juzgador de instancia sentencia estimatoria en parte, al haber rechazado la excepción de fondo referenciada y moderado, no obstante, la cuantificación de la indemnización solicitada; y contra cuya resolución se alza ahora la demandada, al reputar que ha habido una errónea valoración de la prueba y argumentando en suma las mismas alegaciones ya aducidas, excepto en lo relativo, podríamos matizar, a la difusión efectuada por el hilo musical por haber admitido su representante legal, en el interrogatorio judicial, que en los salones donde se celebran los banquetes no existe y que por tanto no se utiliza nada más que en la cafetería y restaurante, e insistiendo fundamentalmente en que la probanza obrante en autos, en contra del criterio sustentado por el Juez "a quo", no logra acreditar que la actora gestione los derechos de autor correspondientes al repertorio de las obras musicales que difunde durante los susodichos eventos y poniendo, además, especial énfasis en que dicha prueba tampoco ha demostrado la cuantía que ha sido condenada a abonar, suplicando, en consecuencia, su absolución o, subsidiariamente, sea condenada fijándose la cuantía adeudada en función de los banquetes que hayan sido realmente acreditados, mientras que, por el contrario, la sociedad actora interesa la confirmación integra de la sentencia impugnada por considerarla en todo ajustada a derecho. SEGUNDO.- Delimitados de este modo los términos del debate litigioso planteado ante esta segunda instancia, hemos de partir, para su adecuada resolución, teniendo en cuenta que el art 17 de LPI y actualmente el R.D - leg 1/1996, de 2 de abril , por el que se aprueba el Texto Refundido de aquella, dispone que corresponde al autor el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación de su obra en cualquier forma y, en especial, los derechos de reproducción, distribución, comunicación publica y transformación, que no podrán ser realizados sin su autorización, salvo en los casos previstos en la Ley, quedando prohibida, conforme a los art 1 y 20 de la misma, la comunicación publica de tales obras intelectuales sin abonar a sus autores los derechos correspondientes, pero la gestión, explotación y percepción de tales derechos de autor raramente, la llevan a acabo estos directamente, sino que lo usual es que lo encomienden a las entidades de gestión a las que alude el art. 135 de la referenciada Ley , que, contrariamente a lo que sostiene la actora, de ser la única en este ámbito, permite la existencia de diferentes entidades de gestión poniendo con ello fin a la anterior situación de monopolio exclusivo y privilegio que tenía la Sociedad General de Autores de España, pues establece que tales entidades, una vez autorizadas, están legitimadas en los términos que resulten de sus propios estatutos para ejercer los derechos confiados a su gestión y hacerlos valer en toda clase de procedimientos judiciales; ahora bien, no puede desconocerse, sin embargo, la amplia difusión que la sociedad actora tenía en este campo de gestión, hasta el punto que la mayoría de la doctrina de las Audiencias Provinciales se ha inclinado por estimar que existe la presunción "iuris tantum" de que los derechos de propiedad intelectual de cualquier actor son gestionadas por la misma, salvo prueba en contrario, quedando así dicha sociedad relevada de acreditar en cada caso la cesión concreta de cada autor en particular mediante la aportación de los convenios de gestión correspondientes, sino que ha de ser quien lo niegue el que debe acreditar lo contrario, es decir que el autor tiene encomendada la gestión de sus derechos a otra entidad diferente, bien probando haber satisfecho el importe reclamado a otra entidad de gestión legitima, o bien acreditando que los derechos reclamados no son, por las circunstancias que fuere, de los administrados por la sociedad actora, ya que ,ciertamente, exigir que la actora tenga que expresar y demostrar una por una todas las obras musicales que, por ejemplo, han sido reproducidas en los salones que regenta la demandada recurrente, y que las mismas pertenecen a autores que la tienen encomendada la gestión de sus derechos, conllevaría sin duda la imposición de una prueba diabólica, siendo , pues por ello, por lo que se consagra, como anteriormente hemos explicitado, por la Jurisprudencia menor, el principio de inversión de la carga probatoria en esta materia. TERCERO.- Ello sentado y centrándonos ya en el supuesto contemplado, y, más concretamente en el objeto del recurso suscitado ante este segunda instancia, habida cuenta que la demandada - que en un primer momento, en la declaración practicada en las diligencias preliminares instadas por la actora, negó que se diera el servicio de música en las bodas y banquetes de análoga naturaleza, salvo en alguna ocasión que los novios lo contrataran por su cuenta y no enlatada sino música en directo, en dichas ocasiones, y que después, en el escrito de contención a la demanda, ya admitió dicho servicio de reproducción de música pero afirmando incluso que la actora pretendía una duplicidad de cobros, al prestarle a través del hilo musical por el que pagaba los derechos correspondientes a aquella - ahora se limita, sin embargo, a insistir en que dicho servicio de música, que admite ofrecer para las bodas y banquetes, es prestado por un empleado suyo, el Sr. Salvador , actuando ella tan solo como intermediaria sin ninguna intervención en la contratación entre el cliente y el mencionado empleado, contraviniendo así, de alguna manera, sus propios actos o manifestaciones que, sin duda, resultaban desde un principio insostenibles por cuanto la realidad social demuestra, como hecho notorio, que hoy día en la mayoría de las bodas y demás banquetes de semejante índole se emiten obras musicales, existiendo, pues, un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano entró el hecho demostrado (la celebración de tales eventos) y el hecho presunto (difusión de obras protegidas) que determinaba la aplicación de la prueba de presunción a favor de la actora, obviamente no desvirtuada por la demandada; pues bien, como venimos diciendo, la valoración de la prueba obrante en autos, cuya revisión debe llevarse a cabo en este alzada, y que ha sido calificada de erróneamente apreciada por el Juzgador de primer grado, según la recurrente, ha de llevarnos a la conclusión de afirmar la plena legitimación de la actora para deducir la pretensión actuada en la demanda, y cual correctamente ha sido expuesto por aquel en la fundamentación jurídica de la sentencia recurrida, ya que, ciertamente, ninguna prueba practicada por la demandada ha logrado demostrar la intermediación que invoca, pues, antes al contrario, resulta nada creíble dicha versión ante las manifestaciones del testigo encargado, según se dice, de prestar dicho servicio, y que, además de ser interesadas por ser empleado de la casa, resulta totalmente contradictorias con la tesis de la demandada, toda vez que afirma haber hecho tan sólo este trabajo, en el año 2005, en dos o tres ocasiones, emitiendo música que le pasaba un compañero que era el que poseía la licencia para el acceso al programa Creative Commos mencionado, pero sin identificar al mismo, resultando, cuanto menos curioso, que si ello era así, es decir si dicho empleado cobraba directamente a las novios, o éstos, en ocasiones, como también se dice, contrataban su propia orquesta, la demandada no se haya preocupado de traer siquiera los testimonios de algunos de estos novios para corroborar dichos alegatos, dada la menor dificultad o facilidad probatoria que reviste para ello la práctica de tal prueba, lo que unido a la actividad probatoria desarrollada por la actora (documental, testifical del detective privado complementada con la grabación aportada en autos, y demás testimonios practicadas) nos lleva a la ineludible convicción de que la difusión de obras protegidas en los salones de la demandada, constituía una practica habitual durante la celebración de los banquetes referenciados, y sin lugar a dudas en el cotillón de fin de año, cual resulta de la propia actuación de la demandada, que retiró las entradas de la oficina de la SGAE, que había llevado para su contraseñado, por no estar de acuerdo con el importe de las tarifas que, a su decir, le resultaba desproporcionado, pero sin que en ningún momento dicha demandada haya puesto en tela de juicio la difusión de las mentadas obras en dicha fiesta, por lo que habrá, pues, de presumirse que también se emitieron las obras que se encuentran protegidas por el derecho del autor y, por consiguiente, el deber de la demandada de abonar las tarifas establecidas al respecto y que reclama la actora en la presente demanda. CUARTO.- Por cuanto antecede, acreditada por tanto la difusión sin la autorización precisa de la actora, es claro que la demandada vendrá obligada a indemnizar los daños y perjuicios ocasionados y que aquella opta por concretar en la remuneración que hubiere percibido de haber autorizado la explotación, y si bien, ciertamente, dicho daño no está perfectamente especificado y es de difícil cuantificación, los criterios adoptados por la actora en base a los elementos probatorios aportados y que documentalmente se constatan resultan lógicos y justificados, sin que la demandada haya logrado desvirtuarlos con sus alegatos en el presente recurso, a todas luces ambiguos e inconsistentes y que no se ha preocupado de demostrar con el intento siquiera de la más mínima prueba al respecto, cuya facilidad probatoria sin duda poseía, no pudiendo pretender ahora desconocer el alcance probatorio de la agenda de reservas que ella misma presentó en las diligencias preliminares, por no poseer facturas, según manifiestó, ni documentación contable alguna, bajo la excusa de que se trata de simples anotaciones previsibles, que no tienen por qué desembocar en la efectiva celebración de tales eventos, ni que coincida el número de personas que se anotó al respecto, pues, como decíamos, a ella competía la carga de la probanza contraria que, no obstante, el Juzgador, pese a su total ausencia, ha tenido en cierto modo en consideración, en base precisamente a dicha falta de precisión exacta, aplicando un criterio de moderación y equidad, hasta deducir más de un 40% la suma reclamada, que esta sala considera ponderado y que, en consecuencia, ha de respetar al no existir motivación alguna para rechazarlo, lo que conlleva, sin necesidad de mayores consideraciones, la desestimación del recurso entablado, al considerarse procedente la cuantía otorgada en la sentencia apelada. QUINTO.- Por último, en cuanto a las costas procesales causadas en esta alzada, dada la confirmación de la sentencia resulta procedente su imposición a la parte demandada, por imperativo legal. VISTOS los artículos citados y los demás de general y pertinente aplicación, en nombre de S.M. El REY y en virtud de la autoridad que nos es conferida por la Constitución aprobada por el pueblo español, FALLAMOS Que, DESESTIMANDO el recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de la entidad Descanso y Deporte S.A., contra la sentencia dictada por el Ilmo. Sr Magistrado Juez del Juzgado de Primera Instancia núm. 6 de Badajoz, en el procedimiento del Juicio Ordinario tramitado bajo el núm. 150/06, de que dimana el presente Rollo, DEBEMOS CONFIRMAR Y CONFIRMAMOS íntegramente dicha resolución, dando aquí por reproducida su parte dispositiva y con expresa imposición de las costas procesales causadas a la parte demandada. Notifíquese esta resolución a las partes, haciéndoles saber que contra la misma no cabe recurso alguno, sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 466 y ss. de la L.EC. y 267 de la LOPJ. Devuélvanse los autos originales al Juzgado de procedencia, con testimonio de lo resuelto, a fin de que se proceda a su ejecución y cumplimiento, archivándose el original en el Libro Registro de sentencias civiles de esta Sección. Así por esta nuestra Sentencia, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACION. Leída y publicada ha sido la anterior sentencia por el Ilmo. Sr. Magistrado Ponente, estando el Tribunal celebrando audiencia pública en el día de la fecha, de todo lo que certifico. Sala La Iguana AUD.PROVINCIAL SECCION N. 1 PONTEVEDRA SENTENCIA: 00124/2008 Rollo: RECURSO DE APELACION (LECN) 872/07 Asunto: ORDINARIO 26/06 Procedencia: MERCANTIL-1 DE PONTEVEDRA LA SECCION PRIMERA DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE PONTEVEDRA, COMPUESTA POR LOS ILMOS MAGISTRADOS D. MANUEL ALMENAR BELENGUER D. FRANCISCO JAVIER VALDÉS GARRIDO Dª MARÍA BEGOÑA RODRÍGUEZ GONZÁLEZ HA DICTADO EN NOMBRE DEL REY LA SIGUIENTE SENTENCIA NUM.124 En Pontevedra a veinticinco de febrero de dos mil ocho Visto en grado de apelación ante esta Sección 001 de la Audiencia Provincial de PONTEVEDRA, los autos de ordinario Nº 26/06, procedentes del Juzgado de Mercantil 1 de Pontevedra, a los que ha correspondido el Rollo núm. 872/07, en los que aparece como parte apelante-demandado: TRILITA DE VIGO SL, no personada en esta alzada y como parte apelado- demandante: AGEDI Y AIE, representado por la Procuradora Dª. Carmen Torres Alvarez, y asistido por la Letrada Dª. Lucia Silvoso Fuentes, sobre propiedad intelectual y reclamación de cantidad, y siendo Magistrado Ponente el Ilmo. Sr. D. FRANCISCO JAVIER VALDÉS GARRIDO, quien expresa el parecer de la Sala. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Por el Juzgado de Primera Instancia núm 1 de Pontevedra, se dictó sentencia cuyo fallo textualmente dice: "Que estimo la demanda formulada por la Procuradora Sra. Torres en nombre y representación de AGEDI y AIE contra TRILITA DE VIGO S.L., y en consecuencia declaro que la demandada ha venido realizando comunicación pública de fonogramas sin la autorización de AGEDI y condeno a la demandada a que cese la comunicación pública de fonogramas del repertorio de las demandantes y a que pague a la parte actora la suma de 3.812,26 euros, más los intereses legales devengados desde la presentación de la demanda y hasta la fecha de la presente resolución, a partir de la cual será de aplicación lo dispuesto en el artículo 576 de la LEC , con imposición de las costas procesales a la parte demandada." SEGUNDO.- Notificada dicha resolución a las partes, por el demandado TRILITA DE VIGO SL se interpuso recurso de apelación, que fue admitido en ambos efectos, por lo que se elevaron las actuaciones a esta Sala y se señaló el día 14 DE FEBRERO DE 2.008 para la deliberación de este recurso. TERCERO.- En la tramitación de esta instancia se han cumplido todas las prescripciones y términos legales. FUNDAMENTOS JURIDICOS PRIMERO.- Recurre en apelación la entidad demandada, titular del establecimiento "Sala la Iguana", sito en Vigo, destinado a discoteca, la sentencia de instancia que le condena al pago a las demandantes Asociación de Gestión de Derechos Intelectuales (AGEDI) y de Artistas Intérpretes y Ejecutantes, Sociedad de Gestión de España (AIE) de la cantidad de 3.812,26 euros, por actos de comunicación pública de fonogramas de piezas musicales, en perjuicio de los derechos de propiedad intelectual atribuidos a los productores y a los artistas intérpretes de las obras musicales, aduciendo en síntesis, como único motivo impugnatorio, la falta de acreditación de que en su establecimiento se hayan llevado a cabo actos de comunicación pública de obras correspondientes al repertorio gestionado por las actoras, dada la sola reproducción en el mismo de música libre de pago de canon. SEGUNDO.- Llevándose a cabo en el establecimiento de la demandada la reproducción y difusión de obras de contenido musical, además como un servicio esencial de prestación a sus clientes, dada la amplitud de la relación de productores fonográficos de cuya gestión de derechos de propiedad intelectual se encarga la demandante Agedi, de partida es dable el establecimiento de una presunción "iuris tantum" de realización de actos de comunicación pública de la obra protegida en el local de la parte demandada, incumbiendo a ésta la prueba de la no utilización de las obras musicales del repertorio de los demandantes, respecto de las que carece de autorización para su uso. Recientemente, y propiciado por los avances tecnológicos, está alcanzando auge un movimiento denominado "música libre", muy relacionado con la expansión de internet, ámbito en el que los propios creadores de piezas musicales, sin intermediación de la industria discográfica, pueden poner a disposición de los usuarios de internet, copias digitales de sus obras, con amparo en licencias conocidas como " Creative Commons ", que consisten en diversas clases de autorizaciones que da el titular de su obra para un uso más o menos libre y gratuito de la misma. Tal novedosa circunstancia ha venido a deparar el surgimiento de una corriente jurisprudencial que entiende posible la desvirtuación de aquella inicial presunción (antaño de muy difícil logro), mediante la acreditación por el demandado de disponer de capacidad personal y técnica para acceder a dicho tipo de música libre e independiente, de contar con medios personales y materiales para utilizarla y reproducirla en su establecimiento, así como de probar que efectivamente así lo viene realizando; de forma que, al destruirse así la presunción, pasa a recaer sobre la parte actora la carga de demostrar que las obras musicales reproducidas en el local de la demandada, en todo o en parte se corresponden con las pertenecientes a su repertorio. Pues bien, aún cuando de las declaraciones de los tres testigos propuestos por la demandada (un empleado pinchadiscos y dos clientes habituales del establecimiento), quepa tener por acreditada la concurrencia de los extremos necesarios para la destrucción de la inicial presunción favorable a las entidades de gestión actoras, como consecuencia de la reproducción en el local de música libre o independiente, bajo licencia "Creative Commons", previamente descargada de internet y reproducida a través de un ordenador portátil, en último término por la parte demandante se ha venido a probar que la utilización en el local de obras musicales no se limita al listado de autores ejecutantes o intérpretes de música libre descargada desde internet bajo la licencia " Creative Commons " que fue aportada por la demandada con el escrito de contestación a la demanda, sino que se extiende a otros autores y productores de música comercial, de cuya gestión de derechos de propiedad intelectual se encargan los demandantes, cuál resulta fundamentalmente del testimonio del testigo Sr. Luis Alberto , detective privado contratado por la parte actora, quién como se recoge en la resolución impugnada, indicó que acudió al local de la demandada durante quince minutos en los cuales comprobó que sonaba música del repertorio de las actoras, en concreto la canción "Summer in the city", seguida de dos más del mismo intérprete, el cual, junto con el productor, pertenecen al repertorio de las actoras. En consecuencia, y dado que el pedimento de la demanda inatendido lo fue por su carácter superfluo, produciéndose, por lo tanto, una estimación sustancial de las pretensiones de la parte actora, se impone la desestimación del recurso de apelación y consiguiente confirmación de la sentencia de instancia impugnada. TERCERO.- Dada la desestimación del recurso de apelación, se imponen a la demandada-recurrente las costas procesales de la presente alzada (art. 398-1 LEC ). En virtud de la Potestad Jurisdiccional que nos viene conferida por la Soberanía Popular y en nombre de S.M. el Rey. FALLAMOS Se desestima el recurso de apelación y se confirma la sentencia de instancia impugnada; todo ello con expresa imposición a la demandada recurrente de las costas procesales de la presente alzada. Así, por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. 3 No consta ni alegado: 3.1 Sentencias de Audiencias Provinciales Gimnasio Calle P. de Madrid Audiencia Provincial de Madrid, sección 28 Rollo: RECURSO DE APELACION 166/2007 Proc. Origen: JUICIO VERBAL 70/2006 Organo Procedencia: JDO. DE LO MERCANTIL N. 6 de MADRID De: SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Contra: xxx SENTENCIA: 00055/2008 En Madrid, a 21 de febrero de 2008. La Sección Vigésima Octava de la Audiencia Provincial de Madrid, especializada en materia mercantil, integrada por los ilustrísimos señores magistrados D. Enrique García García, D. Alberto Arribas Hernández y D. Pedro Mª Gómez Sánchez, ha visto en grado de apelación, bajo el nº de rollo 166/2007, los autos del procedimiento nº 70/2006, provenientes del Juzgado de lo Mercantil nº 6 de Madrid, el cual fue promovido por la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES contra D. Demandado, siendo objeto del mismo acciones en materia de propiedad intelectual. Han actuado en representación y defensa de las partes, el Procurador D. Jesús Iglesias Pérez y el Letrado D. Antonio Megia Grande por D., no compareciendo en esta Sección la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES. Antecedentes de Hecho PRIMERO.- Las actuaciones procesales se iniciaron mediante demanda presentada con fecha 23 de febrero de 2006 por la representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) contra D. Demandado, en la que, tras exponer los hechos que estimaba de interés y alegar los fundamentos jurídicos que consideraba que apoyaban su pretensión, suplicaba lo siguiente: "Se declare que la parte demandada debe satisfacer a mi mandante en concepto de indemnización conforme a lo establecido en el art. 140 del LRLPI , por la comunicación pública de obras lleva a cabo sin autorización en el establecimiento denominado «ANTONIO TORRES» y por el período comprendido entre marzo de 2004 a mayo de 2005, la suma de 524,44 euros a que se contrae la presente reclamación, condenándole al pago de la expresada suma así como al pago de los intereses legales desde la interposición de la demanda y las costas del procedimiento". SEGUNDO.- Tras seguirse el juicio por sus trámites correspondientes el Juzgado de lo Mercantil nº 6 de Madrid se dictó sentencia, con fecha 20 de abril de 2006, cuyo fallo era el siguiente: "Que estimando esencialmente la demanda formulada por el Procurador D. xx en nombre y representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES contra D. Demandado debo: Primero: Condenar y condeno a D. Demandado a que abone al actor la cantidad de QUINIENTOS VEINTICUATRO EUROS CON CUARENTA Y CUATRO CÉNTIMOS (524,44), más el previsto en el art. 576 LEC. Segundo: Las costas se imponen a la parte demandada." TERCERO.- Publicada y notificada dicha resolución a las partes litigantes, por la representación de D. Demandado se interpuso recurso de apelación que, admitido por el mencionado juzgado y tramitado en legal forma, ha dado lugar a la formación del presente rollo ante esta sección de la Audiencia Provincial de Madrid, que se ha seguido con arreglo a los trámites de los de su clase. La deliberación y votación para el fallo del asunto se realizó con fecha 21 de febrero de 2008. Ha actuado como ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. Enrique García García, que expresa el parecer del tribunal. CUARTO.- En la tramitación del presente recurso se han observado las prescripciones legales. Fundamentos de Derecho PRIMERO.- El recurrente discrepa de la sentencia que en primera instancia le condenó por la comunicación pública, entre marzo de 2004 y mayo de 2005, de obras musicales en su local, dedicado a gimnasio, sito en la calle P. nº 00 de Madrid, aduciendo que no ha sido acreditado que existan en éste equipos reproductores de música. Asevera el apelante que no los necesita para impartir clases de karate, que es la actividad a la que se dedica, y sostiene además que él ha aportado pruebas que evidencian precisamente que no dispone de ellos. Con relación al primero de tales argumentos debe señalarse que lo que aquí interesa comprobar es si se está produciendo una comunicación pública de obras musicales protegidas por la propiedad intelectual ante una pluralidad de personas, en los términos del artículo 20 del TR de la Ley de Propiedad Intelectual , porque ello exige autorización del titular de los derechos de autor (artículos 2 y 17 del TR de la Ley de Propiedad Intelectual en relación con el artículo 428 del C Civil y los artículos 11 y 11 bis del Convenio de Berna y el artículo IV de la Convención Universal del Derecho de Autor), al que le corresponde el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación de su obra en cualquier forma y, en concreto, los de índole patrimonial (que incluyen los de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación). Se entiende por comunicación pública todo acto por el cual una pluralidad de personas pueda tener acceso a la obra. Para ello basta la mera posibilidad de acceso, resultando indiferente además que sea simultáneo o sucesivo. Entre los supuestos de comunicación pública se incluye cualquier tipo de emisión o transmisión de la obra en lugar accesible al público y mediante cualquier instrumento idóneo. El responsable de la comunicación pública no sólo es el autor directo de la actividad ilícita, sino también cualquiera que facilite el acceso al público a esa comunicación, como son los dueños de los locales donde ésta se efectúa, ya que obtienen un beneficio por dicho servicio. Pues bien, la entidad demandante ha aportado las siguientes pruebas de que en el local del demandado se realizaba tal actividad de comunicación pública de obras musicales: 1º) El testimonio de Dª. yy, representante de zona de la SGAE, cuyo trabajo consiste precisamente en comprobar hechos de este tipo, que aseguró en el acto del juicio que visitó en varias ocasiones el local y que constató que estaban usando música disco para clases de aerobic; de una de ellas dejó constancia además en un acta de visita fechada el 30 de marzo de 2004 (folio nº 55 de autos); 2º) Una hoja publicitaria del gimnasio (folio nº 56 de autos), donde consta el logo y teléfono de éste (reconocida por el demandado en la prueba de interrogatorio practicado en el acto del juicio), en la que se inserta un cuadrante con los horarios y precios de las clases de aerobic, actividad ésta que, como es notorio, requiere del empleo de música; 3º) La SGAE dirigió requerimientos al demandado en abril y mayo de 2004 (folios nº 52 y 53), al menos uno de ellos por correo certificado con acuse de recibo (folio nº 54 de las actuaciones), para que cesase en la infracción y regularizase la situación y, sin embargo, no consta que éste replicase ante dichas misivas que no estuviese realizando tal actividad, limitándose a no contestar, lo que no parece razonable si se le estaba imputando una conducta incorrecta y no era responsable de ella; y 4º) Como admitió el demandado en el acto del juicio, no es la primera vez que resulta demandado por la SGAE, habiendo sufrido ya una condena precedente por comunicación pública de obras musicales. El alegato del demandado que aduce que carece de equipo reproductor de música en el local, a la vista de los precedentes hechos, no resulta determinante para plantearse su posible absolución, puesto que: 1º) La actividad infractora puede realizarse mediante cualquier instrumento idóneo, ya sea por equipos instalados de modo estable, ya sea mediante aparatos portátiles u otro medio, por lo que la presencia de instalaciones musicales permanentes en el local (lo que, desde luego, hubiera sido un indicio muy revelador al respecto) no sería lo determinante de la condena sino el hecho mismo de realizarse de cualquier modo los actos de comunicación pública (el mercado ofrece al respecto una amplia gama de dispositivos, tanto analógicos como digitales, de escasas dimensiones, pero fiables y de calidad en sus prestaciones); 2º) El acta notarial aportada por el demandado no ofrece una visión completa de su local, sino cinco imágenes de otras tantas dependencias del mismo (salas con espalderas, sala de musculación y vestuarios), en las que sólo se aprecian perspectivas parciales de las mismas, quedando ocultas al observador muchas zonas del inmueble; por otro lado, llama la atención que no se pidiese al notario que diese fe de la ausencia de instalaciones musicales en el local y solo conste en el acta notarial la coincidencia de las fotos con lo reflejado en ellas (folios nº 83 a 85 de autos); y 3º) En último caso, lo que hubiese podido tener algún interés hubiese sido acreditar que no se disponía de tales aparatos en el período al que se refiere la demanda, entre marzo de 2004 y mayo de 2005, y no un año después, ya que la acción ejercitada no era la de cesación sino la indemnizatoria por actos referidos a dicha época. El resto de los documentos aportados por el demandado apuntan a la utilización del gimnasio para clases de karate y a los brillantes resultados obtenidos en competiciones de dicho arte marcial por los alumnos del demandado. No cuestiona este tribunal ni lo uno ni lo otro, pero aquí no es lo relevante. Que el gimnasio tenga como actividad principal el karate no excluye que, con carácter habitual, se realicen además otras en las que se emplee música, como el aerobic, a razón de tres horas diarias, de lunes a viernes, según la hoja de horarios que obra al folio nº 56 de autos. No se defiende en esta resolución una inversión de la carga de la prueba en contra del demandado, como parece entender éste. Al contrario, la prueba de los hechos determinantes de la comisión de la infracción incumbe a la SGAE, a tenor de lo establecido en el nº 2 del artículo 217 de la LEC. Lo que ocurre es que consideramos que los medios probatorios aportados por ésta demuestran, de modo razonable, que se ha venido realizando la actividad infractora denunciada en la demanda y, sin embargo, la contraprueba del demandado no permite desvirtuar tal conclusión. SEGUNDO.- También argumenta el recurrente que no se ha acreditado que se haya comunicado alguna obra de las administradas por la demandante, aludiendo además a que existen en España otras entidades de gestión de derechos de propiedad intelectual. Se trata, en realidad, de una cuestión que afecta a la legitimación "ad causam" de la actora para accionar contra el demandado en la defensa de los derechos que se invocan en la demanda, por lo que no debería extrañar al recurrente que la resolución recurrida haya hecho alusión a ello. La SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) es una entidad de gestión colectiva de derechos de carácter patrimonial integrantes de la propiedad intelectual y está legitimada para hacerlos valer en toda clase de procedimientos administrativos o judiciales (art. 150 del TR de la Ley de Propiedad Intelectual ). La jurisprudencia (sent TS 18 de octubre de 2001, 18 de diciembre de 2001, 15 de octubre de 2002, 24 de diciembre de 2002, 31 de enero de 2003 y 10 de mayo de 2003) ha respaldado la legitimación de las entidades de gestión colectiva para representar en juicio a todos los titulares pertenecientes a la clase de derechos cuya administración asumió la entidad en sus estatutos, sin que sea preciso que se acredite que cada uno de ellos les hayan confiado la gestión individualizada de sus derechos. Asimismo, las sentencias de 11 de mayo y 14 de diciembre de 2006 de esta sección 28ª de la Audiencia Provincial de Madrid han señalado que se trata de una legitimación propia, que va referida a la defensa de intereses generales y no a la de concretos asociados, y que toma como base los derechos a los que se refieren sus estatutos. Se trata de una legitimación "ex lege" para ejercer los derechos que les han sido confiados y para hacerlos valer en toda clase de procedimientos. Lo que SGAE está defendiendo en este juicio son los derechos de los autores de obras musicales, lo que acota el campo de los beneficiarios respecto a los intereses que representan otras entidades de gestión colectiva de derechos. Actúa así en defensa de intereses comunes del colectivo cuya gestión tiene encomendada, por lo que en el desempeño de esa labor es legítimo que reaccione contra la actividad de comunicación pública de obras musicales que, sin autorización para ello, se está llevando a cabo en el establecimiento de la parte demandada. Lo que persigue es la obtención de una indemnización por la infracción de tales derechos de propiedad intelectual, la cual deberá luego distribuir, junto con sus demás recursos, entre el colectivo de los autores de obras musicales cuyos derechos gestiona. Por otro lado, dado la enorme cantidad de obras musicales, españolas e incluso extranjeras, cuyos derechos de autor son gestionados en España por la SGAE, no encontramos razones, dadas las circunstancias de este caso (especialmente la relativa al tipo de música que se emplea para este tipo de actividades) y a falta de indicios de lo contrario, para poner en entredicho que las comunicadas en el local del demandado correspondieran al repertorio de ésta. Además, el demandado ni tan siquiera ha insinuado, ni mucho menos ha aportado al respecto un principio de prueba, de que las obras pudieran corresponderse con la denominada música libre (los modelos de dominio público y de licencias generales -General Public License-, como son, por ejemplo, las licencias "creative commons", algunas de las cuales incluyen la cláusula "copyleft") a la que puede accederse merced a la expansión de internet, lo que hubiese podido permitir poner en cuestión el razonamiento precedente. TERCERO.- El testimonio de la enviada de SGAE, que exclusivamente por su relación con ésta es criticado por el recurrente, constituye una prueba tan apta como las demás para acreditar la comisión de los actos de infracción de los derechos de autor. El hecho de que medie relación mercantil o laboral entre la testigo y dicha entidad no impide que aquélla pueda testificar, debiendo ser valorada su declaración con arreglo a la sana crítica, como la de cualquier testigo (artículo 376 de la LEC). Aunque la existencia de vinculaciones entre testigos y las partes sea una circunstancia a tener en cuenta por el juzgador, a fin de valorar su imparcialidad (apartado 2 del artículo 367 y artículo 377 de la LEC), ello no significa que haya que negarle, de entrada, fuerza probatoria a un testimonio solamente por ese motivo, si las circunstancias del caso no permiten ponerlo en entredicho. Sobre todo cuando el tenor de sus manifestaciones venga ser respaldado por otros medios de prueba que permitan entrever la veracidad de lo testificado. No se ha revelado, en este caso, razón de peso para cuestionar la declaración realizada por la testigo Dª. yy en el acto del juicio. No incurrió en contradicción relevante al prestarla y tenía perfecta conciencia de lo que exponía por tratarse de hechos relativos a su actividad profesional. Además, su relato resulta respaldado por la existencia de otras pruebas, como el impreso publicitario del gimnasio, reconocido por el propio demandado, donde se reseña el horario correspondiente a la actividad de aerobic. Y a raíz de las visitas de la testigo, de una de las cuales dejó reseña escrita en un acta privada fechada a 30 de marzo de 2004, se enviaron en abril y mayo siguientes por la SGAE las correspondientes cartas de reclamación al demandado, no contestadas por éste, cuando la diligencia normal de cualquier empresario debería haberle llevado a protestar en su defensa si hubiesen carecido de justificación. Todo lo cual constituye un soporte suficiente para otorgar credibilidad a la mencionada testigo. CUARTO.- El recurrente cuestiona la valoración probatoria que se efectúa en la resolución apelada respecto el impreso publicitario del gimnasio, aduciendo que se trataba de un simple antiguo proyecto de actividades que no se llevó a cabo. La crítica del recurrente carece de justificación, pues tiene sentido que el juez dé el valor que merece a dicha prueba puesto que es un documento que tiene su origen en el propio demandado, que es quién lo facilita al público en su local. Que así lo haga resulta contradictorio con sus manifestaciones, pues no se comprende que si se tratase de un mero proyecto abandonado facilitase al público dicho impreso informativo de horarios y precios referidos precisamente a la actividad de aerobic, presentándolo con un significativo abanico horario diario de clases. Además, puesto que la SGAE ha aportado tal prueba claramente indicativa de la realización de la actividad en el gimnasio, a quién correspondería desvirtuarla con otras pruebas sería al propio demandado. Sin embargo, que él lo niegue en la prueba de interrogatorio (con el valor que a la misma asigna el artículo 316 de la LEC) o que aporte documentación relativa a la práctica de karate no son elementos probatorios idóneos a tal fin, ya que no permiten descartar que, en contra de la lógica, se esté dejando de hacer lo que se está publicitando. QUINTO.- En cuanto a la procedencia de indemnización y su cuantía, que pudiera entenderse contestada por el recurrente cuando efectúa un alegato referente a las tarifas de SGAE, de las que dice que no son aprobadas por el Ministerio de Cultura, debe explicarse lo siguiente. El titular de los derechos de propiedad intelectual que hayan resultado infringidos puede exigir que se le indemnicen los daños causados (artículo 138 del TRLPI ). Para el cálculo de la indemnización el perjudicado puede optar, como indemnización, al amparo del artículo 140 del TRLPI , por aplicar el criterio de la remuneración que hubiera percibido de haber autorizado la explotación. Lo cual justifica la condena a la parte demandada al pago de la suma reclamada, siguiendo así el criterio legal mencionado, pues se llega a ella tomando como referencia las tarifas de SGAE (artículo 157.1.b del TRLPI ) aplicadas al período de tiempo durante el cual ha mediado la infracción, que es la remuneración que hubiera debido percibir la demandante si hubiese autorizado la comunicación pública de las obras que integran su repertorio. El sistema de tarifas generales está así diseñado en la Ley de Propiedad Intelectual (artículo 157) como el medio más adecuado de establecer el precio que ha de pagarse por la utilización del repertorio de una entidad de gestión. La ley atribuye a está la facultad de aprobar de modo unilateral sus tarifas, quedando sometida a la obligación de comunicarlas a la Administración Pública. La finalidad legalmente perseguida es que así se agilice la obtención de las licencias, que la entidad está legalmente obligada a conceder a quién se la solicite (artículo 157.1 .a), y se garantice la igualdad de trato de los usuarios (a salvo lo previsto en la propia ley a favor de entidades culturales que carezcan de finalidad lucrativa - artículo 157.1 .b- o lo estipulado en contratos generales con asociaciones de usuarios de su repertorio artículo 157.1 .c), sin perjuicio del eventual control del comportamiento de las entidades de gestión por los órganos de defensa de la competencia. SEXTO.- El recurrente cuestiona el número de metros cuadrados que se atribuyen a las dos dependencias de su local para el cálculo de la indemnización, dimensión ésta que, junto con otras circunstancias, se toma en cuenta para aplicar la tarifa de SGAE. Pues bien, resulta patente que el que podía proporcionar esa información con exactitud es el propio demandado, y no la SGAE, porque es evidente que sin autorización de aquél no le resultaría posible a ésta ponerse a tomar medidas en las instalaciones del gimnasio. No obstante, cada escalón de la tarifa comprende una horquilla significativa de metros cuadrados dentro de cada categoría, por lo que siendo el demandado el que tenía la disponibilidad de tal dato a él incumbía aportarlo (al amparo del nº 6 del artículo 217 de la LEC), sin que exista constancia de que haya mediado un error grave en las dimensiones tomadas como referencia por la SGAE para el encuadramiento del inmueble en el tramo correspondiente. Por lo que el recurso también merece ser desestimado por este motivo. SÉPTIMO.- Los alegatos que efectúa el recurrente en su escrito respecto a la imposición del pago de intereses y costas parten del presupuesto de que no se apreciase actividad infractora ni se justificase su condena. Habiéndose concluido en esta resolución lo contrario, a falta de otro argumento del apelante, procede confirmar en esta resolución la aplicación efectuada en primera instancia de los artículos 576 y 394 de la LEC. OCTAVO.- La desestimación del recurso conlleva la imposición a la parte apelante de las costas ocasionadas con su apelación, tal como se prevé en el nº 1 del artículo 398 de la LEC. Vistos los preceptos citados y demás concordantes de general y pertinente aplicación al caso, este tribunal emite el siguiente. Fallo Desestimamos el recurso de apelación interpuesto por la representación de D. Demandado contra la sentencia dictada el 20 de abril de 2006 por el Juzgado de lo Mercantil nº 6 de Madrid en el juicio nº 70/2006 del que este rollo dimana. E imponemos al mencionado recurrente las costas correspondientes a dicha apelación. Así, por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos los ilustrísimos señores magistrados integrantes de este tribunal. Restaurante El Caserón de Araceli AUD.PROVINCIAL SECCION N. 28 MADRID SENTENCIA: 00110/2008 AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID SECCIÓN 28 C/ General Martínez Campos nº 27. Teléfono: 91 4931988/89 Fax: 91 4931996 ROLLO DE APELACIÓN Nº 283/07. Procedimiento de origen: Juicio Ordinario nº 300/04. Órgano de Procedencia: Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Alcobendas. Parte recurrente: SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE). Procurador: Don José María Murúa Fernández. Parte recurrida: "EL CASERÓN DE ARACELI, S.A." Procurador: Doña María José Bueno Ramírez ILMOS. SRES. MAGISTRADOS: 1. RAFAEL SARAZÁ JIMENA 2. ALBERTO ARRIBAS HERNÁNDEZ 3. PEDRO MARÍA GÓMEZ SÁNCHEZ SENTENCIA Nº 110 En Madrid, a ocho de mayo de dos mil ocho. En nombre de S.M. el Rey, la Sección Vigésima Octava de la Audiencia Provincial de Madrid, especializada en materia mercantil, integrada por los ilustrísimos señores magistrados antes relacionados, ha visto en grado de apelación, bajo el nº de rollo 283/07, los autos de juicio ordinario seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Alcobendas con el número 300/2004, el cual fue promovido por la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE), apelante en esta alzada, representada por el Procurador don José María Murúa Fernández y defendida por el letrado don Eduardo Ezpondaburu Marco contra la mercantil "EL CASERÓN DE ARACELI, S.L.", ahora apelada, representada por la Procuradora doña María José Bueno Ramírez y defendida por el letrado don Tomás Villatoro González, sobre derechos de propiedad intelectual. Es magistrado ponente don ALBERTO ARRIBAS HERNÁNDEZ, que expresa el parecer de la Sala. Antecedentes de Hecho PRIMERO.- Las actuaciones procesales se iniciaron mediante demanda presentada con fecha 8 de junio de 2004 por la representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) contra la mercantil "EL CASERÓN DE ARACELI, S.L.", en la que, tras exponer los hechos que estimaba de interés y alegar los fundamentos jurídicos que consideraba que apoyaban su pretensión, suplicaba lo siguiente: "A Se declare: Que la parte demandada viene comunicando públicamente obras musicales en el local que explota denominado RESTAURANTE EL CASERÓN DE ARACELI, sin haber obtenido para ello la previa autorización de la SGAE, infringiéndose así los derechos gestionados por dicha entidad. B Y se condene a la parte demandada: 4. A estar y pasar por la anterior declaración. 2. A que cese de inmediato la referida comunicación pública, en tanto no proceda a obtener la preceptiva autorización de la SGAE, acordándose el precinto de los aparatos utilizados en la misma. 3. A que satisfaga a mi mandante en concepto de indemnización, conforme a lo establecido en el artículo 140 del TRLPI , por la comunicación pública de obras llevadas a cabo sin autorización en el establecimiento de su titularidad, cuya cuantía deberá ser concretada en fase probatoria o subsidiariamente en ejecución de sentencia, y al menos por el periodo comprendido entre marzo de 2003 a mayo de 2004. 4. Y pago de los intereses legales devengados y las costas que se generen en el presente procedimiento". SEGUNDO.- Tras seguirse el juicio por sus trámites correspondientes el Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Alcobendas dictó sentencia, con fecha 4 de mayo de 2006, cuyo fallo era el siguiente: "Que desestimo la demanda interpuesta por la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE). contra EL CASERÓN DE ARACELI, S.L.., apreciando las excepciones de falta de legitimación activa y pasiva, absolviendo a la parte demandada de los pedimentos deducidos en su contra, sin entrar a conocer del fondo. Con expresa imposición de las costas causadas a la parte demandante." TERCERO.- Publicada y notificada dicha resolución a las partes litigantes, por la representación de la parte demandante se interpuso recurso de apelación al que se opuso la parte demandada. Admitido el recurso por el mencionado juzgado y tramitado en forma legal, ha dado lugar a la formación del presente rollo ante esta sección de la Audiencia Provincial de Madrid, que se ha seguido con arreglo a los de su clase, señalándose para su deliberación y votación el día 8 de mayo de 2008. CUARTO.- En la tramitación del presente recurso se han observado las prescripciones legales. Fundamentos de Derecho PRIMERO.- La sentencia apelada desestima la demanda deducida por la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) contra la mercantil "EL CASERÓN DE ARACELI, S.L." por la que interesaba se declarase la infracción por parte de la demandada de los derechos de propiedad intelectual gestionados por la demandante como consecuencia de la comunicación pública de obras musicales en el local que explota bajo la denominación EL CASERÓN DE ARACELI con motivo de las celebraciones de banquetes de boda, bautizos, bailes y eventos de análoga naturaleza, sin la previa autorización de la SGAE, así como la condena a la demandada a cesar en la referida comunicación pública en tanto en cuanto no procediera a obtener la previa autorización de la demandante; y a abonar la correspondiente indemnización conforme a las tarifas generales durante el período de la infracción, concretado en la Audiencia Previa entre marzo de 2003 y mayo de 2004 , y cuya cuantía se fijó durante el proceso en la cantidad de 16.230,25 euros, IVA incluido. La demanda fue desestimada al apreciar la sentencia falta de legitimación activa por no haber aportado la demandante con la demanda los estatutos adaptados a la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación ni certificación acreditativa de su autorización administrativa otorgada por el Ministerio de Cultura y publicada en el Boletín Oficial del Estado, tras la entrada en vigor de la citada Ley Orgánica. También se rechaza la legitimación de la demandada al entender que aquélla no efectúa comunicación pública de obras musicales al prestarse el servicio de discoteca en los eventos que así lo requieren los clientes a través de la sociedad "VIP FIESTA, S.L.", contratada al efecto por la demandada. Contra la sentencia de instancia se alza la parte actora afirmando tanto su legitimación como la de la demandada, a lo que se opone ésta, manteniendo los demás motivos que, a su juicio, justifican la desestimación de la demanda para el caso de que se admitiese tanto la legitimación activa como la pasiva de las partes que, en su caso, serán analizados a lo largo de esta resolución. Por último, conviene indicar que en la contestación a la demanda se opuso la excepción de demanda defectuosa por no delimitar con la debida claridad y precisión la parte actora en su demanda el período supuestamente infractor, sin que tampoco se concretara el importe de la indemnización solicitada ni se ofrecieran las bases de modo que la liquidación resultase de un pura operación aritmética. Dicha excepción fue desestimada en trámite de audiencia previa, razonada por escrito en auto de fecha 6 de abril de 2005 y desestimado el recurso de reposición interpuesto por la demandada, en lo relativo a esta excepción por auto de 3 de mayo de 2006 (aunque realmente no se había impugnado en dicho recurso el pronunciamiento desestimatorio de la excepción de demanda defectuosa, sin perjuicio de las cuestiones de fondo planteadas en torno a las tarifas -folios 180 a 188 de los autos-). Como es lógico, dicha excepción no se ha reproducido en esta instancia por lo que la misma queda fuera del examen de este tribunal (artículos de la Ley de Enjuiciamiento Civil). SEGUNDO.- La cuestión de la legitimación de las entidades de gestión conferida por el artículo 150 Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual y antes por el artículo 135 de la Ley de Propiedad Intelectual de 11 de noviembre de 1987 , ha sido analizada en numerosas sentencias del Tribunal Supremo con relación a la legitimación de dichas entidades en supuestos de defensa de los derechos de comunicación que requieren una autorización global (sentencias del Tribunal Supremo de 29 de octubre de 1999, recursos 262/1998 y 969/1997; 24 de septiembre de 2002, 15 de octubre de 2002 y 10 de mayo de 2003, entre otras). Concretamente la sentencia de 10 de mayo de 2002, señala con precisión que "Del articulado de la Ley resulta que los autores pueden hacer valer directamente sus derechos ya que la actuación necesaria a través de una entidad de gestión solo es exigida en los supuestos de los artículos 3.2 y 25.7 de la Ley 43/1994, de 30 de diciembre , sobre derechos de alquiler y préstamo y otros derechos afines a los derechos de autor en el ámbito de la Propiedad intelectual (artículos 25.7 y 90.7 del texto Refundido de 1996 ), derechos entre los que no se incluyen aquellos a que se refiere esta litis; no obstante esa libertad de gestión, la experiencia demuestra que los titulares de estos derechos no gestionan directamente los derivados de la comunicación pública de fonogramas por medios mecánicos y de transmisión publica mediante aparatos de televisión en establecimientos abiertos al público, sin duda por la imposibilidad de llevar a cabo en adecuado control de la ejecución de esos actos de comunicación, habida cuenta de los numerosos establecimientos en que los mismos se llevan a cabo". A continuación dicha sentencia, siguiendo las de 29 de octubre de 1999 , señala que "Cuando el artículo 135 de la Ley de Propiedad Intelectual, redacción de 1987 , establece que "las entidades de gestión una vez autorizadas, estarán legitimadas, en los términos que resulten de sus propios estatutos, para ejercer los derechos confiados a su gestión y hacerlos valer en toda clase de procedimientos administrativos o judiciales", debe entenderse partiendo de lo antes dicho, que la expresión "derechos confiados a su gestión" puesta en relación con la de "en los términos que resulten de sus estatutos", se refiere a aquellos derechos cuya gestión "in genere" constituye, de acuerdo con los estatutos, el objeto de actuación de la entidad de gestión, no a los concretos derechos individuales que, mediante contratos con los titulares de los mismos o acuerdos con otras organizaciones de idéntica finalidad, les hayan sido encomendados para su gestión; se atribuye así a la SGAE legitimación para la defensa en juicio de los derechos a que se extiende su actividad; entender, como hace la sentencia recurrida, que es necesaria la acreditación documental, al amparo del artículo 503.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , de la relación contractual establecida entre la SGAE con cada uno de los titulares del derecho de comunicación pública o de los acuerdos con otras entidades de idéntica función gestora, hace ineficaz, respecto de esta modalidad de derechos de autor, el sistema de protección establecido en la Ley, al no alcanzar la así dispensada los caracteres de real, concreta y efectiva que el texto legal propugna, resultando defraudados los intereses generales en la protección de la propiedad intelectual que justifica la concesión de autorización administrativa a las entidades de gestión (artículo 133.1 c) de la Ley de 1987"). Finalmente, la resolución analizada concluye que el artículo 135 de la ley de 1987, actualmente 150 , atribuye una legitimación que denomina presunta, a las entidades de gestión de los derechos de autor ".para cuando se trata de la defensa de los derechos de comunicación que requieren una autorización global". En definitiva, la legitimación extraordinaria, propia y de carácter legal del artículo 150 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual , atribuye legitimación a las entidades de gestión respecto de los derechos de ejercicio necesariamente colectivo o para aquellos que requieren una autorización global. No cabe duda, pues, que la legitimación de la actora al amparo del artículo 150 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual , sólo requiere la aportación de sus estatutos y la preceptiva certificación acreditativa de la autorización administrativa otorgada por el Ministerio de Cultura, cuestión que como tal no es discutida en este pleito, en el que sí se cuestiona la legitimación de la demandante al no haber acreditado al tiempo de la presentación de la demanda la necesaria adaptación de sus estatutos a la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo , reguladora del Derecho de Asociación, cuya exigencia deduce del artículo 151 Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual que somete el contenido de los estatutos a lo previsto en dicho precepto, "Sin perjuicio de lo que dispongan otras normas que les sean de aplicación.", en este caso la Ley Orgánica 1/2002 , reguladora del Derechos de Asociación, dada la naturaleza de las entidades de gestión como personas jurídicas de base asociativa. Es incuestionable que la demandante no acreditó al tiempo de la interposición de la demanda (8 de junio de 2004) la adaptación de sus estatutos a la vigente Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo , reguladora del Derecho de Asociación y que había transcurrido el plazo de adaptación de dos años desde la entrada en vigor de la Ley, lo que tuvo lugar a los dos meses de su publicación en el BOE (26 de marzo de 2002), esto es, el día 26 de mayo de 2002, previsto en el apartado 1 de la Disposición Transitoria Primera . Sin embargo, el recurrente parte de una premisa errónea cual es que la preceptiva autorización que las entidades de gestión han de obtener del Ministerio de Cultura conforme al artículo 150 Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual para que aquélla ostente la correspondiente legitimación (y, en realidad, para que puedan dedicarse, en nombre propio o ajeno, a la gestión de derechos de explotación u otros de carácter patrimonial, por cuenta y en interés de varios autores u otros titulares de derechos de propiedad intelectual), pasa de forma ineludible (artículos 148 y 151 Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual ) porque los estatutos se encuentren adaptados a la vigente Ley Orgánica reguladora del Derecho de Asociación, de modo que al no haber acreditado al tiempo de la presentación de la demanda dicha adaptación a esta última norma, la actora queda privada de legitimación activa. Dicha conclusión no tiene fundamento legal. Efectivamente, como ya hemos apuntado el plazo de adaptación de los estatutos a la Ley Orgánica 1/2002 expiró el día 26 de mayo de 2004 (Disposición Transitoria Primera ) y, en consecuencia, con anterioridad a la presentación de la demanda, pero la falta de adaptación no priva a la entidad de gestión de legitimación o, dicho de otro modo, no implica la revocación "ipso iure" de la autorización administrativa, lo que carece de previsión legal. Es más, el propio apartado 1 de la Disposición Transitoria Primera establece que "Las asociaciones inscritas en el correspondiente Registro con anterioridad a la entrada en vigor de la presente Ley Orgánica estarán sujetas a la misma y conservarán su personalidad jurídica y la plenitud de su capacidad.", sin anudar a la falta de adaptación la pérdida de la autorización administrativa. En similar sentido se pronuncia la sentencia de la sección 5ª de la Audiencia Provincial de Zaragoza de fecha 7 de diciembre de 2005 que alude, en supuesto análogo al aquí enjuiciado, a que la falta de adaptación no produce de forma automática la extinción de la asociación incumplidora o la suspensión de sus derechos en sus relaciones jurídicas, rechazando, en suma, que la falta de adaptación prive de legitimación a la entidad de gestión. Por otro lado, la única consecuencia que se prevé para la falta de adaptación se contempla en el Real Decreto 1497/2003, de 28 de noviembre , por el que se aprueba el Reglamento del Registro Nacional de Asociaciones y de sus relaciones con los restantes registros de asociaciones, en cuya Disposición Transitoria Única, relativa, precisamente, a la adaptación de estatutos a la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo. Así , el apartado 2) de la citada Disposición establece que "Transcurrido el plazo de dos años (para la adaptación de los estatutos), no se inscribirá en el correspondiente registro documento alguno de las asociaciones no adaptadas, hasta que se haya efectuado ante el registro la acreditación en forma de los extremos a que se refiere el apartado 1 anterior". Ésta es la única consecuencia que, de modo automático, cabe atribuir a la falta de adaptación, porque la más severa prevista en el apartado 3) del mismo precepto ha sido declarada nula, por ilegal, por la reciente sentencia de la Sala 3ª del Tribunal Supremo de 20 de abril de 2006 . El mencionado apartado 3) establecía que "Las asociaciones no adaptadas, ni disueltas, que actúen, en su caso, sin haber regularizado su situación registral se asimilarán a las asociaciones no inscritas a los efectos previstos en el art. 10 de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo", estableciendo en apartado 4 del artículo 10 de la Ley que "Sin perjuicio de la responsabilidad de la propia asociación, los promotores de asociaciones no inscritas responderán, personal y solidariamente, de las obligaciones contraídas con terceros. En tal caso, los asociados responderán solidariamente por las obligaciones contraídas por cualquiera de ellos frente a terceros, siempre que hubieran manifestado actuar en nombre de la asociación". Esto es, extendía por vía reglamentaria el régimen de responsabilidad solidaria de promotores y asociados previsto para las asociaciones no inscritas en el artículo 10.4 de la Ley Orgánica 1/2002 , a las asociaciones inscritas con anterioridad en el Registro correspondiente, cuyos estatutos, sin embargo, no se hubieran adaptado en plazo legal a la nueva Ley y también a aquéllas que habiendo efectuado la oportuna adaptación de éstos, la misma no hubiese tenido acceso al Registro. La referida sentencia del Tribunal Supremo declara la nulidad del apartado tercero de la Disposición Transitoria Única del Reglamento del Registro Nacional de Asociaciones y de sus relaciones con los restantes registros de asociaciones, aprobado por Real Decreto 1497/2003, de 28 de noviembre , por carecer el Reglamento de la necesaria habilitación legal, señalando que "La Disposición Transitoria primera de la Ley Orgánica , reguladora del derecho de asociación, impone a las asociaciones, inscritas en el correspondiente Registro con anterioridad a la entrada en vigor de la propia Ley Orgánica, el deber de adaptar sus estatutos a la nueva Ley en el plazo de dos años, sin señalar las posibles consecuencias en el caso de incumplimiento de ese deber, precisando meramente que tales asociaciones inscritas con anterioridad quedan sujetas a la nueva Ley y conservarán su personalidad jurídica y la plenitud de su capacidad". Resulta patente que anulada por falta de habilitación legal la extensión del régimen de responsabilidad de las asociaciones no inscritas, a las inscritas con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley, como lo es la SGAE, pero que no hubieran adaptado sus estatutos en plazo legal, lo que estaba previsto en un Real Decreto, con mayor razón debe negarse la pérdida o revocación automática de la autorización administrativa de la entidad de gestión, "sanción" o consecuencia no prevista en norma alguna. En todo caso, el propio Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual prevé en su artículo 149 que "La autorización podrá ser revocada por el Ministerio de Cultura si sobreviniera o se pusiera de manifiesto algún hecho que pudiera haber originado la denegación de la autorización, o si la entidad de gestión incumpliera gravemente las obligaciones establecidas en este título. En los tres supuestos deberá mediar un previo apercibimiento del Ministerio de Cultura, que fijará un plazo no inferior a 3 meses para la subsanación o corrección de los hechos señalados. La revocación producirá sus efectos a los tres meses de su publicación en el Boletín Oficial del Estado". Si la falta de adaptación de los estatutos a la Ley Orgánica 1/2002 es causa que justifique la revocación de la autorización otorgada a una entidad de gestión es una cuestión ajena a esta resolución pero sí interesa destacar que no consta en modo alguno, porque no se ha producido nunca, la revocación de la autorización concedida a la SGAE por el Ministerio de Cultura. Dicho lo anterior, la actora acompañó a la demanda copia de sus estatutos, contemplando el artículo 5 como el fin principal de la entidad la protección del autor y demás derechohabientes en el ejercicio y mediante la gestión eficaz, entre otros, de los derechos de comunicación pública de obras musicales (documento nº 2 de la demanda). Además, se aportó la oportuna certificación acreditativa de que la SGAE fue autorizada para actuar como entidad de gestión de derechos de propiedad intelectual en virtud de Orden del Ministerio de Cultura de 1 de junio de 1988, publicada en el BOE el siguiente día 4 (documento nº 3 de la demanda), por lo que la demandante dio cumplimiento a los requisitos exigidos por el artículo 150 Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual , sin que la autorización, al tiempo de la interposición de la demanda, hubiera sido revocada por falta de adaptación de los estatutos a la Ley Orgánica 1/2002 , ni por ninguna otra circunstancia, lo que determina el reconocimiento de la legitimación de la parte actora, siendo irrelevante a estos efectos si, efectivamente, la actora había o no adaptado sus estatutos cuando presentó la demanda. En todo caso, aunque no es relevante para apreciar la legitimación de la demandante, de la certificación expedida por el Ministerio del Interior unida al folio 220 resulta que la demandante, tras la presentación de la demanda, ha dado cumplimiento a la necesaria adaptación de sus estatutos con fecha 8 de marzo de 2005, los cuales figuran debidamente inscritos en el Registro Nacional de Asociaciones, sin que en momento alguno se haya revocado la autorización del Ministerio de Cultura para actuar como entidad de gestión, cuya autorización es certificada por el Subdirector General de Propiedad Intelectual con fecha 21 de abril de 2005 (folios 222 y ss), figurando en la propia certificación que el fin principal de la sociedad conforme a sus estatutos es, en lo que aquí interesa, la protección del autor y demás derechohabientes en el ejercicio y mediante la gestión eficaz, entre otros, de los derechos de comunicación pública de obras musicales. TERCERO.- Admitida la legitimación de la demandante, debe analizarse la falta de legitimación pasiva, también acogida como excepción en la sentencia, en los términos en que fue planteada en la demandada, esto es, circunscrita a la prestación de servicio de discoteca por un tercero, sin perjuicio de la utilización o no del repertorio musical gestionado por la SGAE, alegado como cuestión de fondo en la contestación y que indebidamente en el escrito de oposición del recurso se hace valer a propósito de la falta de legitimación pasiva, además de mantenerse como oposición de fondo. Precisado lo anterior, tampoco se comparte el razonamiento de la sentencia de instancia en este punto que niega la legitimación de la demandada porque "tiene subcontratada con la mercantil VIP FIESTA S.L. el servicio de megafonía y sonorización de eventos, así como el servicio de discoteca móvil". Aunque es cierto que la amenización musical de las celebraciones de bodas las efectúa la demandada a través de la mercantil "VIP FIESTA, S.L.", en virtud de contrato suscrito al efecto entre ambas (documentos n 1 y 2 de la contestación a la demanda), dicha circunstancia no priva de legitimación a la demandada. Es la demandada la que ofrece como un servicio más a sus clientes la posibilidad de amenizar el evento a través de lo que en su oferta denomina discoteca móvil a un precio de 596 euros más IVA (documento nº 2 de la demanda y concretamente el folio 42 de los autos), siendo irrelevante si tal servicio lo presta directamente la demandada utilizando sus propios aparatos de música, a través de una orquesta o grupo que pudiera contratar al efecto o mediante una empresa que ameniza la celebración "pinchando" música. Ofreciendo la demandada como un servicio más de las celebraciones que pueden efectuarse en sus instalaciones la amenización musical, es ella quien, en su caso, también efectúa la comunicación pública de obras musicales con independencia de que se valga de un tercero para prestar materialmente ese servicio ofrecido por la demandada y del que obtiene un triple beneficio económico: en primer lugar, el vinculado al propio precio que se cobra por tal servicio; en segundo lugar, el asociado a la contratación de la denominada barra libre, que carecería de sentido en este tipo de celebraciones sin música, hasta el punto de que la duración del servicio de discoteca móvil se vincula al de la barra libre; y en tercer lugar, evita la pérdida derivada de la disminución de la contratación de eventos que podría suponer no ofrecer dicho servicio, en aquéllos casos en que el cliente considerase imprescindible la amenización musical de la celebración. En similar sentido se pronuncian las sentencias de la Audiencia Provincial de La Coruña, sección 6ª, de 19 abril de 2004; de la sección 6ª de la Audiencia Provincial de Pontevedra de 21 de abril de 2003 y de la sección 8ª de la Audiencia Provincial de Alicante de 21 de febrero de 2005 , incluso referida alguna de ella a un supuesto más extremo como la contratación de orquestas directamente por los clientes para amenizar el acto, señalando esta última que: "Ha de considerarse que, conforme a reiterada jurisprudencia, la ejecución de obras musicales en actos sociales celebrados en establecimientos públicos constituye un acto de comunicación pública sujeto a autorización. El titular del establecimiento no es tan ajeno a la actuación musical como se pretende desde el momento en que, primero, la ejecución de la obra musical exige la adecuación del local, adoptando las medidas de insonorización, distribución, sonido, iluminación..., necesarias para posibilitar aquella actuación; segundo, el grupo musical u orquesta de que se trate necesitan la asistencia de los medios técnicos y materiales (energía eléctrica, instalación de sonido...) con los que cuenta el establecimiento y de los que se valen para el desarrollo de su actuación; tercero, el hecho de que haya música genera un beneficio para el titular del local ya que suele generar la contratación de servicios accesorios como barra libre..., al proporcionar a los asistentes la oportunidad de prolongar su presencia en el local más allá del ágape. Es indiscutible, por tanto, que contratando, o permitiendo contratar orquestas, se obtiene un provecho económico, al beneficiarse la empresa de los derechos de propiedad intelectual de los autores de las composiciones musicales que se escuchan, con su anuencia expresa, en su establecimiento. Es el dato de que en el establecimiento haya banquetes con música lo que obliga a pagar los derechos de autor, resultando indiferente que la orquesta que los ameniza sea contratada por el propio establecimiento público o por los particulares que hacen la celebración, porque lo cierto es, como se ha dicho, que quien se beneficia económicamente de ello es el establecimiento, pues ese ambiente musical hace más atractiva la celebración. De ahí la obligación de pagar los derechos de autor por parte del establecimiento público". Por último, este tribunal también ha señalado en su sentencia de 14 de diciembre de 2006 que si en las instalaciones del establecimiento "se producen ilícitos contra los derechos de propiedad intelectual y la demandada no sólo los consiente sino que los integra en su negocio, pues así los oferta, debe hacérsele responsable de ello. Y si es que pudiera existir un tercero que tuviera esa licencia para efectuar la comunicación pública de obras audiovisuales le incumbía a la parte demandada haberlo demostrado (artículo 217 de la LEC) y no lo ha hecho", doctrina plenamente aplicable al supuesto enjuiciado. CUARTO.- Rechazadas las razones que condujeron a la sentencia de instancia a desestimar la demanda, deben ahora examinarse el resto de la cuestiones que fueron objeto del litigio y, concretamente, de las alegadas en la contestación a la demanda que impedirían el éxito de las acciones ejercitadas por la actora al estar acreditado que la demandada ofrece y presta el servicio de discoteca en los banquetes de boda que se celebran en sus instalaciones sin contar con la autorización de la SGAE. La parte demandada rechaza que la comunicación de obras musicales en sus instalaciones, aunque estuvieran protegidas y gestionadas por la SAGE, implique un acto de comunicación pública del artículo 20 TRLPI, al considerar que las bodas o banquetes que se celebran están sujetos a acceso restringido, dado que sólo asisten los invitados por los organizadores del acto, por lo que se desarrollan en un ámbito estrictamente doméstico y sin que los aparatos utilizados estén integrados en una red de difusión. No se comparte la tesis de la demanda que en apoyo de su interpretación cita diversas resoluciones relativas a la difusión de obras musicales mediante radio o televisión realizadas en las habitaciones de un hotel, declarando que no constituyen actos de comunicación pública y, entre otras, la sentencia del Tribunal Supremo de 10 de mayo de 2003. Al margen de que los supuestos de hecho no guardan relación alguna pues nada tiene que ver la comunicación de obras musicales en la habitación de un hotel a través de aparato de radio o televisión con la amenización musical en banquetes o celebraciones de boda en establecimientos públicos, lo cierto es que la polémica sobre si era comunicación pública el acceso a obras protegidas en las habitaciones de los hoteles ha sido zanjada por la sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas de 7 de diciembre de 2006 que declara que la distribución de una señal por un establecimiento hotelero a los clientes alojados en sus habitaciones, efectuada por medio de televisores, constituye un acto de comunicación al público en el sentido del artículo 3, apartado 1, de la Directiva 2001/29/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 22 de mayo de 2001, relativa a la armonización de determinados aspectos de los derechos de autor y derechos afines a los derechos de autor en la sociedad de la información, sea cual fuere la técnica empleada para la transmisión de la señal y que el carácter privado de los dormitorios de un establecimiento hotelero no impide que se considere que la comunicación de una obra en tales habitaciones, efectuada por medio de televisores, constituye un acto de comunicación al público en el sentido del artículo 3, apartado 1, de la Directiva 2001/29. Centrándonos en el supuesto objeto de autos, la comunicación de obras musicales en celebraciones de boda o banquetes en establecimiento público, este tribunal ya ha manifestado con anterioridad en su sentencia de que 14 de diciembre de 2006 que "La ejecución musical en directo ante un público destinatario, que puede serlo el que concurre a un banquete de bodas, bautizos, banquetes y eventos sociales similares, supone un acto de comunicación pública de la obra musical susceptible de inclusión en el artículo 20 de la LPI . También supone una modalidad de comunicación pública de obras musicales la que se realiza mediante la instalación al efecto de equipos de reproducción musical (permanentes o móviles) en dichos eventos". Efectivamente, el artículo 20.1 Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual entiende por comunicación pública todo acto por el cual una pluralidad de personas pueda tener acceso a la obra sin previa distribución de ejemplares a cada una de ellas. Sólo se excluye del concepto de comunicación pública cuando la comunicación se celebre dentro de un ámbito estrictamente doméstico que no esté integrado o conectado a una red de difusión de cualquier tipo. No cabe confundir el ámbito doméstico (de domus, casa: relativo a la casa u hogar) con el familiar que es más amplio (relativo a la familia), sin que la celebración de una boda, con carácter general, pueda identificarse con un acto estrictamente familiar, menos doméstico, en tanto que ha adquirido un dimensión social, incluyéndose entre los invitados un círculo más o menos amplio de amistades de los contrayentes y de sus progenitores. La ya citada sentencia de este tribunal de 14 de diciembre de 2006 indica que los banquetes de boda, con independencia de su significado intrínseco, "se han convertido más en actos sociales que en estrictamente familiares. Por lo que puede afirmarse que cuando allí se está poniendo música existe en realidad una comunicación pública de obras protegidas por la propiedad intelectual ante una pluralidad de personas, en los términos del artículo 20 del TR de la Ley de Propiedad Intelectual". QUINTO.- También niega la demandada que en las celebraciones que tienen lugar en sus locales se comuniquen obras protegidas cuyos derechos de autor sean gestionados por al SGAE. Como ya ha mantenido este tribunal en su sentencia de 21 de febrero de 2008, en atención a "la enorme cantidad de obras musicales, españolas e incluso extranjeras, cuyos derechos de autor son gestionados en España por la SGAE, no encontramos razones, dadas las circunstancias de este caso (especialmente la relativa al tipo de música que se emplea para este tipo de actividades) y a falta de indicios de lo contrario, para poner en entredicho que las comunicadas en el local del demandado correspondieran al repertorio de ésta. Además, el demandado ni tan siquiera ha insinuado, ni mucho menos ha aportado al respecto un principio de prueba, de que las obras pudieran corresponderse con la denominada música libre (los modelos de dominio público y de licencias generales -General Public License-, como son, por ejemplo, las licencias "creative commons", algunas de las cuales incluyen la cláusula "copyleft") a la que puede accederse merced a la expansión de internet, lo que hubiese podido permitir poner en cuestión el razonamiento precedente". En el supuesto de autos con fundamento en la testifical del representante de la empresa que contrata la demandada para la amenización musical, "VIP FIESTA, S.L.", se mantiene que se programa durante la primera hora música de notable antigüedad, consistente en valses, tangos, pasodobles y bailes similares; y durante el resto del evento bien se utilizan orquestas que interpretan sus propias composiciones, bien se emplea discjockeys que reproducen sus propias composiciones o improvisaciones musicales. En cuanto a la primera parte, dada la duración de los derechos de de explotación de la obra que se prolongan durante toda la vida del autor y 70 años más a contar desde su muerte o declaración de fallecimiento (artículo 26 Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual), el hecho de que se programe música de los géneros descritos por el demandado no implica que hayan expirado los derechos de autor, al margen de que alguna concreta pieza pudiera haber pasado a dominio público. En definitiva, lo que el demandado tenía que haber acreditado (artículo 217.6 de la Ley de Enjuiciamiento Civil) es que las obras que comunica pertenecen al dominico público por haber expirado los derecho de explotación. En todo caso, tras la audición de la grabación del acto del juicio debe precisarse que el representante de la entidad "VIP FIESTA, S.L." que compareció como testigo (9h 53mm y 27 ss de la grabación) en modo alguno alude a la antigüedad de la música y menos que estén en el dominio público, limitándose a afirmar que abre con algún vals para pasar a la música interpretada por una orquesta latina y cuando se alarga la celebración se usan los CD mezclados por el propio discjockey. Respecto a la ejecución por las orquestas de sus propias obras musicales o composiciones y la de composiciones o improvisaciones creadas por el discjockey con sintetizadores, ordenadores o mezcladores, sencillamente, no resulta en absoluto verosímil, dado el tipo de eventos en que se efectúa la comunicación pública de obras musicales, bodas o banquetes, coincidente además con tiempo de barra libre. Es más, como antes se ha apuntado, el representante legal de la empresa "VIP FIESTA, S.L." en ningún momento sostiene que las orquestas latinas interpretan sus propias obras o composiciones musicales, por lo que en ningún caso cabe estimar acreditado que las obras que ejecutan sean ajenas al repertorio de la SGAE. Por otro lado, se admite por el testigo que en ocasiones se reproduce la música facilitada por lo propios asistentes que traen los CD de los vehículos, con lo que no parece que se trate de obras de autores que pudieran no tener cedidos sus derechos a la entidad de gestión. Además, en los propios contratos suscritos por la demandada con la empresa "VIP FIESTA, S.L.", se exige a ésta que disponga de colecciones de música especializadas y actualizadas dos veces al mes, lo que no tiene sentido si no es para programar, precisamente, la música de más actualidad en cada momento. Todo lo anterior queda corroborado por la declaración testifical de don César Malagón Linares que aun cuando es el representante de zona de la SGAE, celebró el banquete de boda en el restaurante de la entidad demandada, el cual afirma (9h 46¿ y 56¿¿ y ss de la grabación) que el repertorio utilizado durante la celebración consistió en música "pachanga", nacional y que incluso él facilitó un CD de música moderna, sin que el letrado de la parte demandada considerase necesario formular pregunta alguna al testigo sobre este particular, por lo que no existe motivo alguno para dudar de la veracidad de su testimonio. SEXTO.- La comunicación pública de obras musicales en las condiciones analizadas exige autorización del titular de los derechos de autor (artículos 2 y 17 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual ) en relación con el artículo 428 del Código Civil y los artículos 11 y 11 bis del Convenio de Berna y el artículo IV de la Convención Universal del Derecho de Autor. Prescindir de ella supone una infracción de la normativa vigente en materia de propiedad intelectual. Por ello, debe revocarse la sentencia y acogerse la acción declarativa de la infracción de los derechos de propiedad intelectual (artículo 138 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual) y la de cesación de dicha actividad infractora (artículos 138 y 139 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual), sin que proceda ordenar el precinto de los aparatos por pertenecer a tercero no demandado. SÉPTIMO.- Acreditada la infracción, el artículo 138 Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual permite al actor exigir la correspondiente indemnización de daños y perjuicios, habiendo optado el demandante por el criterio de la remuneración que hubiera percibido de haber autorizado la explotación, tal y como lo contemplaba el artículo 140 del mismo texto legal en la redacción vigente aplicable al supuesto enjuiciado por razones temporales. Acotada la infracción al período que media entre marzo de 2003 y mayo de 2004, la actora cuantifica la indemnización en aplicación de sus tarifas generales en 16.230,25 euros conforme a la liquidación aportada con el escrito presentado el día 22 de septiembre de 2005 tras la prueba de exhibición de libros. Al margen de la duplicidad de algunas facturas y de la aplicación del IVA a lo que constituye una indemnización, la demandada discute, entre otros extremos, la cuantificación de la indemnización por no cumplir la tarifas los presupuestos formales previstos en la Ley de Propiedad Intelectual y en los estatutos de la actora, remitiéndose a la contestación de la demanda, lo que obliga a analizar antes de examinar la concreta cuantificación efectuada tras el acto del juicio, las cuestiones relativas a las tarifas alegadas por la demandada. La desidia probatoria de la demandante impide conocer al tribunal cuáles son las tarifas generales, vigentes durante el período reclamado, cuya aplicación se pretende para la cuantificación de la indemnización, lo que conducirá al rechazo de la pretensión indemnizatoria. En la demanda, la actora para acreditar las tarifas generales vigentes durante el ejercicio 2003, para la utilización del repertorio de pequeño derecho, en bailes celebrados con motivo de bodas, banquetes, bautizos, comuniones y actos sociales de análoga naturaleza, aportó una certificación del Secretario General a la que se adjuntaba fotocopia de la tarifa, fijada en 99,70 euros hasta 75 comensales y 0,40 euros por cada comensal que excediera de los 75 (documento nº 10 de la demanda, folios 70 y 71). Para el ejercicio 2004 aportó idéntica certificación (folio 72) pero sin acompañar fotocopia de la tarifa, lo que fue subsanado en la audiencia previa, resultando una tarifa general para dicho ejercicio de 102,30 euros hasta 75 comensales y 0,41 euros por cada uno de los que exceda de esa cifra (folios154 y 155). Impugnadas por la demanda las tarifas que se pretendían aplicar al no constar que fueran las realmente aprobadas por la SGAE conforme a sus propios estatutos, esto es, mediante acuerdo de la Junta Directiva a propuesta del Consejo de Dirección (artículo 62.1.c y 65 .d), la demandante no sólo no propuso prueba alguna con la finalidad de acreditar la debida aprobación de las tarifas que pretende aplicar sino que requerida a instancias de la demandada para que aportase a las actuaciones el acta de la sesión de la Junta Directiva de la SGAE por la que se aprobaron las tarifas generales aportadas como documento nº 10 de la demanda, presentó, en lo que aquí interesa, copia del acta de la Junta Directiva celebrada el día 16 de septiembre de 2003 , en la que se aprueban unas tarifas generales "para establecimientos hoteleros" en virtud del acuerdo alcanzando con las Federaciones Españolas de Hoteles ZONTUR y FEH, condición hotelera que no consta concurra en la demandada, dedicada exclusivamente a la restauración como resulta de propio informe de detectives privados unido como documento nº 5 de la demanda, cuya vigencia comenzó el 1 de julio de 2003 y se prolongará hasta 31 de diciembre de 2008, fijando una tarifa para ese período de 99,70 euros hasta 75 comensales y 0,40 euros por cada comensal que excediera de los 75, aplicable sólo a partir del 1 de julio de 2003. Dicha tarifa es la aplicable durante el período del convenio a los bailes celebrados con motivos de bodas y demás eventos en las zonas comunes de los hoteles, entendiendo por tales, entre otras dependencias, los restaurantes siempre que estén integrados en la explotación hotelera y no sean objeto de una explotación económica independiente, diferenciada y ajena al establecimiento hotelero (folio 210 vuelto), por lo que dichas tarifas no son las generales para esos mismos eventos en meros restaurantes que, al parecer, tienen un vigencia anual coincidente con el año natural y cuya cuantía se modifica cada anualidad o, al menos, es lo que resulta de las certificaciones de las tarifas que se pretenden aplicar, cuya aprobación en forma por la demandante no ha sido acreditada. Es más, en la prueba de interrogatorio de parte, el representante legal de la demandante, en este caso el propio letrado que asistía a la SGAE en el juicio, admitió (9h 39¿ y 38¿¿ ss de la grabación) que dicha tarifa no es de aplicación a los restaurantes sin que pudiera ofrecer explicación razonable de la razón por la que no se habían aportado los acuerdos de la Junta Directiva por los que se aprobaron las tarifas generales correspondientes a los ejercicios 2003 y 2004, cuya falta de acreditación determina el rechazo de la indemnización pretendida. OCTAVO.- En materia de costas, la estimación parcial de la demanda determina en aplicación del artículo 394 de la LEC que no se efectúe especial pronunciamiento respecto de las costas procesales ocasionadas en primera instancia. Por otra parte, al estimarse parcialmente el recurso interpuesto por el actor, no procede condenar al pago de las costas originadas con el mismo a ninguno de los litigantes, todo ello en aplicación del artículo 398 de la LEC. Vistos los preceptos legales citados y demás de pertinente y general aplicación, Fallo En atención a lo expuesto, la Sala acuerda: 1.- Estimar parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) contra la sentencia dictada el 4 de mayo de 2006 por el Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Alcobendas, en el juicio ordinario nº 300/2004 del que este rollo dimana y, en consecuencia, debemos revocar y revocamos dicha resolución. 2.- Estimar parcialmente la demanda formulada por SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) contra la mercantil "EL CASERÓN DE ARACELI, S.L.", con los siguientes pronunciamientos: 1 Declarar que la parte demandada viene comunicando públicamente obras musicales en el local que explota denominado RESTAURANTE EL CASERÓN DE ARACELI, sin haber obtenido para ello la previa autorización de la SGAE, infringiéndose así los derechos gestionados por dicha entidad, condenando a la demandada a estar y pasar por dicha declaración. 2 Condenar a la demandada a que cese de inmediato la referida comunicación pública, en tanto no proceda a obtener la preceptiva autorización de la SGAE. 3 Se desestima en lo demás la demanda. 3.- No se efectúa especial pronunciamiento respecto de las costas procesales causadas tanto con la demanda como con el recurso de apelación. Así, por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos los ilustrísimos señores magistrados integrantes de este tribunal.