La Monarquía española desde Hispanoamérica a Monarquía Española, ha sido promotora e impulsora de las grandes empresas de rancia originalidad hispánica, que han sido aportes fundamentales a la historia universal. Entre estas empresas, destaca con luz propia por su enorme transcendencia y considerable dificultad, la empresa americana. La fundación de una sociedad nueva, a considerable dis-tancia-tiempo, apoyándose en unos medios técnicos de nivel gremial, con escasos medios económicos, debido al agotamiento de las arcas por el enorme esfuerzo liberado en la guerra de Granada, supuso un esfuerzo gigantesco sólo posible bajo una dirección monárquica y una base espiritual y humanística considerable e importante. La síntesis de lo que España hizo en el Nuevo Mundo, consiste en el rescate de aquellas inmensas regiones de la cultura oriental, para incluirla, con voz propia, en la cultura y mentalidad occidental. En la obra inmensa y plural llevada a cabo por España en América; la Monarquía tuvo un papel relevante y fundamental, insistiendo, de modo especial, en la apertura de canales que permitiesen el ejercicio de la opinión pública como medio para la afirmación de las necesidades espirituales y políticas. L ¿Qué se piensa, se siente y se expresa en esa realidad histórica que es Hispanoamérica sobre la Monarquía española? *Catedrático de Historia Contemporánea de América en la Universidad Complutense. Actualmente Catedrático Emérito de la misma. MARIO HERNÁNDEZ SÁNCHEZ-BARBA* «La Monarquía Española, ha sido promotora e impulsora de las grandes empresas de rancia originalidad hispánica, que han sido aportes fundamentales a la historia universal. Entre estas empresas, destaca con luz propia por su enorme transcendencia y considerable dificultad, la empresa americana.» Naturalmente habría que distinguir distintas etapas, pero quizá sea conveniente —con objeto de disponer de una perspectiva nítida y diferenciada— tener en cuenta dos: aquella en la que la soberanía monárquica permitió llevar a cabo el Descubrimiento, la Fundación de una Sociedad nueva, la civilización del continente y la apertura de los cauces culturales occidentales, estableciendo una integración dinámica del pluri-verso americano y de los diversos horizontes culturales; desde 1492 hasta 1824, la etapa queda marcada por la fundación de treinta y dos centros universitarios en territorio americano, permitió la creación de una literatura, una estética, una mentalidad y una filosofía peculiarmente hispanoamericanas, donde la impronta creadora española podía verse en todas las dimensiones del ser y la espiritualidad. El papel de la Monarquía en relación con los pueblos hispanoamericanos ha sido cuidadosamente estudiado en los diez volúmenes que constituyen la colección editada por la Asociación "López de Gomara", a partir del año 1989(1) y que hay que considerar única en su género y, desde luego, la única en que se estudia con la debida profundidad los cuatro siglos de la presencia activa de la Monarquía española en el Nuevo Mundo. En esta primera etapa, obviamente, dado el estrecho grado de unidad monárquica entre Corona y vasallos y dada la temprana definición de los indios como vasallos de la Corona (Leyes de Burgos, 1512), la adhesión a ésta fue extraordinaria entre los protagonistas —conquistadores, funcionarios, frailes— de la empresa fundacional. Hay excepciones que confirman la regla; se produjeron disidencias como las de Lope de Aguirre, que se autode-clara "traidor y peregrino". Y otras que se declaran más bien antagónicos con las autoridades gubernamentales, pero nunca contra la Corona. Ello a pesar de la distancia que producía una auténtica "libertad de lejanía", como definiría el profesor Bartolomé Escandell Bonet estas actitudes en su importante estudio sobre el tribunal del Santo Oficio de Lima. Con toda evidencia los subditos de la Corona que actuaron el América, que escribieron allí, que pensaron y sintieron allí, mantienen una lealtad sin fisuras a la Monarquía española. Por poner un ejemplo basta referirse al caso del gran escritor mestizo peruano Gómez Suárez de Figueroa, cuyo registro his-tórico-literario es Inca Garcilaso de la Vega y cuya obra cumbre Los Comentarios Reales constituye un ideal de identificación de profundo sentido político, tanto desde el punto de vista de la unidad religiosa como del perfeccionamiento social representado por la nación española y su cabeza racional y de sentimiento representado por la continuidad monárquica y el Rey reinante. Tal dimensión fue una constante hasta que culminó el movimiento de independencia y se produjo un largo hictus de casi un siglo, casi hasta los inicios del siglo XX. «Desde 1492 hasta 1824, la etapa queda marcada por la fundación de treinta y dos centros universitarios en territorio americano, permitió la creación de una literatura, una estética, una mentalidad y una filosofía peculiarmente hispanoamericanas, donde la impronta creadora española podía verse en todas las dimensiones del ser y la espiritualidad.» La segunda etapa a la que más arriba hice indicación, corresponde al siglo XX y me refiero, en concreto, a los veinte años del reinado de Don Juan Carlos en España. De modo especial a la nueva mentalidad hispanoameri-canista que, desde el principio, puede apreciarse en Su pensamiento originando una poderosa corriente de aproximación empática y de integración con España en la configuración de una Comunidad histórica, constituida mediante la camaradería en el tiempo y la comunidad en la vida hasta cobrar altura y plenitud en las Cumbres Hispanoamericanas. En efecto, las bases fundamentales son históricas y culturales y constituyen el producto de una mimesis (reto-respuesta), que ahora se ha reconocido por parte de los poderes políticos hispanoamericanos. La Monarquía española ha creado, con esa comunidad, un destino histórico común que queda perfectamente expresado en el título elegido por Felipe II en la creación de la primera comunidad atlántica que registra la Historia: "Hispaniarum et Indiarum Rex", como una expresión muy clara de integración, que es precisamente lo que los países iberoamericanos tratan de conseguir, desde el momento en que se rompió la unidad histórica, produciéndose la separación. Hoy en día es una realidad viva la Comunidad Hispánica de Naciones, sobre la cual ha escrito un luminoso libro Julián Marías(2). En el análisis de los discursos hispanoamericanos del Rey(3) se aprecia una importante retraducción de la historia común y una importante estructura de racionalización, en la que el peso de la historia no impide el predominio de la razón, con lo cual se ha equilibrado el sentimiento de adhesión a la Monarquía — muy visible en los recibimientos que se han hecho a los Reyes en los países hispanoamericanos visitados— con la racionalización de las metas y objetivos políticos de los diferentes Estados nacionales, actualmente firmemente decididos a conseguir esa integración —que sin duda ven en la Corona española— como paso imprescindible para alcanzar el logro maduro de la Comunidad de Naciones hispánicas. Muchas e ilustres voces hispanoamericanas, de la política, la sociología, la literatura, el periodismo y la cátedra, han elevado sus ideas, haciendo hincapié en la profunda representación del Rey Don Juan Carlos en su ideario sobre el futuro hispanoamericano en conjunción fraternal con España. De todas ellas, escojo la de una universitaria argentina —Victoria Galvani— que, con la agudeza de ingenio y perspicacia crítica que caracteriza a sus compatriotas, ha sabido establecer cuáles son los principios de la filosofía del Rey que han hecho perder las reticencias hispanoamericanas de un pasado supuestamente dominador, cuando en realidad ha sido de formación y constitución de una opinión pública de peso universal, como puede apreciarse en el brillo de figuras que han obtenido galardones de tanta entidad como el Nobel, el Cervantes o el Príncipe de Asturias: el principio de interdependencia, el principio de credibilidad, el «Con toda evidencia los subditos de la Corona que actuaron el América, que escribieron allí, que pensaron y sintieron allí, mantienen una lealtad sin fisuras a la Monarquía española. Por poner un ejemplo basta referirse al caso del gran escritor mestizo peruano Gómez Suárez de Figueroa, cuyo registro histéricoliterario es Inca Garcilaso de la Vega y cuya obra cumbre Los Comentarios Reales constituye un ideal de identificación de profundo sentido político.» principio de continuidad, el principio de indiscriminación y, en definitiva, el principio de comunidad(4). Desde Hispanoamérica se ve al Rey como una esperanza tras una larga espera: lo dijo con precisión el presidente de Costa Rica Oduber, cuando Don Juan Carlos llegó a aquella Nación: "Majestad os estamos esperando desde hace cuatrocientos años". En el origen, radica la conciencia de pertenencia a una comunidad de lengua, cultura e historia, compartidas durante cuatro siglos. Pero es que, además, hay un proyecto, entendido como la aspiración y la voluntad espontánea de los pueblos hispanoamericanos por construir juntos una malla de entendimiento y cooperación que no se limite a "tener", sino que aspire a "ser". Esta es la labor que se vienen efectuando anualmente en las Cumbres Hispanoamericanas para que Jefes de Estado y de gobierno — con inclusión desde luego de España y Portugal, desde cuyas naciones se han creado las bases de la cultura occidental ibérica— debatan, acuerden y decidan las mejores soluciones para alcanzar los mejores modos de desarrollo cultural, económico, social y educativo. En las cinco Cumbres efectuadas hasta hoy, ha intervenido muy activamente el Rey de España, rodeado del respeto, afecto y fraternal hermandad de los líderes hispanoamericanos. Lo acaba de decir en el Palacio Real de Madrid, el presidente norteamericano Clinton: "Su Majestad es el símbolo de lo que debemos ser". Esto no es retórica, es lo que se piensa, se siente y se expresa. NOTAS (1) Los diez volúmenes de esta colección han sido escritos por: ÁNGEL LADERO QUESADA, MANUEL PÉREZ - PRENDES , BAUDOT , JESÚS GARCÍA MARIO HERNÁNDEZ CLAUDIO AÑOVEROS , ESTEVA ANTONIO SÁNCHEZ-BARBA, FABREGAT , JOSÉ GEORGES DOMÍNGUEZ GONZALO ANES, JOSÉ MARÍA JOVER Y JULIÁN MARÍAS, MIGUEL ORTIZ , que se han referi do, respectivamente, a los Reyes Católicos y la unidad de España, la Corona-y el Descubrimiento, la Monarquía indiana y el Estado de derecho, la fundación de los Reinos americanos, La Corona y el indio americano, la Corona y la sociedad barroca, la Corona y la América de las Luces, Ultramar en la Monarquía española del siglo XIX y la Corona y la Comunidad Hispánica de Naciones. (2) JULIÁN MARÍAS: La Corona y la Comunidad Hispánica de Naciones, tomo 10 de la Colección "La Corona y los Pueblos Americanos" Madrid, Asociación López de Gomara, 1992. «La nueva mentalidad hispanoamericanista que, desde el principio, puede apreciarse en el pensamiento de Don Juan Carlos, ha originado una poderosa corriente de aproximación empática y de integración con España en la configuración de una Comunidad histórica, constituida mediante la camaradería en el tiempo y la comunidad en la vida hasta cobrar altura y plenitud en las Cumbres Hispanoamericanas.» (3) MARIO HERNÁNDEZ SÁNCHEZ-BARBA: El concepto de comunidad hispanoameri cana en los discursos del Rey Don Juan Carlos I de España: Análisis valorativo y de síntesis, Madrid, 1981. (4) VICTORIA GALVANI: 1987. El Rey y la Comunidad Iberoamericana, Madrid, CIPIE, «Desde Hispanoamérica se ve al Rey como una esperanza tras una larga espera: lo dijo con precisión el presidente de Costa Rica Oduber, cuando Don Juan Carlos llegó a aquella Nación: "Majestad os estamos esperando desde hace cuatrocientos años".»