JURISPRUDENCIA Contrato de trabajo. Transferencia del establecimiento. Solidaridad. Prueba. Identidad del producto. Clientes. Procedencia. Luisi Pascual Guillermo y Otro c/Compañía Argentina de Aguas Cristalinas S.R.L. y Otro s/despido, C.N.A.T., Sala VI, 6/7/07. El Dr. Juan Carlos Fernández Madrid dijo: La codemandada Acqua Fiore S.R.L. apela la sentencia dictada en autos. Además, el perito contador y los representantes letrados de la parte actora se quejan por considerar reducidos los honorarios que se les regularon. En el caso, se hizo lugar a la demanda entablada por los coactores Pascual Guillermo Luisi y Mónica Viviana Caballero c/Cía. Argentina de Aguas Cristalinas S.R.L. y Acqua Fiore S.R.L. que fueron condenadas en forma solidaria porque el juez "a quo" consideró probado que medió una transferencia de establecimiento en los términos previstos por el art. 225 LCT. La codemandada Cía. Argentina de Aguas Cristalinas S.R.L. fue declarada rebelde en la prueba confesional y, por ello, se consideró veraz lo afirmado en relación con esa empresa, respecto de la cual se cumplió el primer tramo de la relación laboral denunciada por cada uno de los actores, que Luisi denunció extendido desde el 1/2/96 hasta junio de 2004 y la coactora Caballero desde el 20/6/97 hasta junio de 2004, fecha en la que ambos denunciaron haber pasado a prestar servicios para la codemandada Acqua Fiore S.R.L. que, ante los reclamos concretados en el mes de agosto de ese año (2004) los despidió, calificando de grave injuria los términos de sendas piezas postales. Los agravios de la codemandada apelante (Acqua Fiore S.R.L.) están dirigidos, fundamentalmente, a cuestionar la sentencia en cuanto en ella se estimó probada la transferencia del establecimiento y, en consecuencia, se la condenó solidariamente al pago de una suma calculada sobre la base de la antigüedad que los coactores habían adquirido con la codemandada rebelde en la prueba confesional (Cía. Argentina de Aguas Cristalinas S.R.L.), que en un caso alcanza 8 años (Luisi) y en el otro 7 años (Caballero), en contraste con un mes de antigüedad que, según afirma la apelante, es la antigüedad que debería considerarse porque a su juicio no se encuentra probada la transferencia que motivó el recurso en análisis. La conveniencia de esta situación explica la razón por la que la recurrente no apeló que el despido fuera considerado sin causa, limitándose a cuestionar la referida transferencia. Sin embargo, los agravios expresados al respecto no son idóneos para modificar lo decidido puesto que constituyen meras afirmaciones dogmáticas insuficientes para desvirtuar la conclusión referida a la identidad del producto vendido por ambas empresas (bidones de agua "Water Master") y la referida al hecho de que la prueba informativa emanada de la Inspección General de Justicia da cuenta de que la empresa recurrente fue constituida en la misma época en la que los actores pasaron a laborar bajo sus órdenes. Los agravios expresados en relación con las remuneraciones consideradas para el cálculo del monto de condena también deben ser desestimados por resultar insuficientes a los efectos pretendidos, toda vez que no reviste la calidad de crítica concreta y razonada la invocada comisión de un error en el que incurrió el representante legal de la recurrente al absolver posiciones. Las razones expresadas me llevan a proponer que se confirme la sentencia de primera instancia en todo cuanto ha sido motivo de apelación, incluso en materia de honorarios, pues juzgo que los regulados por el juez "a quo" retribuyen equitativamente la tarea profesional cumplida en autos. Atento la solución que propongo, las costas de alzada deben estar a cargo de la demandada vencida y, a tales efectos, los honorarios de las representaciones letradas de cada una de las partes deben ser fijados en el veinticinco por ciento (25%) de lo que deban percibir por su actuación en la anterior etapa. La Dra. Beatriz I. Fontana dijo: Afirma el apelante que los actores, a fin de demostrar que las empresas demandadas comercializaban el mismo producto, debió haber requerido informes al registro de marcas y pericial contable. Por otro lado, aduce que la declaración de Silva (f. 307) tampoco acredita este hecho, toda vez que su testimonio resulta confuso y contradictorio. Agrega que los dichos de la testigo Ladela y de Haidukowsky fueron objeto de oportuno alegato sobre su idoneidad, remitiéndose a lo que en aquella oportunidad expusiera. Estimo que no le asiste razón. Ello pues la testigo Silva ha sido precisa en cuanto dice conocer a ambas codemandadas porque son las empresas que le proveen agua hace varios años con el nombre de Water Master. Expresamente señala que "conoce a Aqua Fiore S.A. en una época las facturas Water Master figuraban abajo, como Compañía de Aguas Argentinas y ahora figura Water Master y Aqua Fiore S.A. abajo"; también ubica el momento del cambio en la facturación durante el año 2004 de manera coincidente con lo indicado en la demanda. A su vez la declaración de Alcaide (f. 12 del expediente reconstruido) confirma que la coactora Caballero se desempeñó sucesivamente para una y otra empresa, las que se presentaban ante la empresa en la que la testigo era socia con el mismo nombre de fantasía (Water Master). Por otro lado, en lo que respecta a la valoración de las declaraciones de los testigos Ladela y Haidukowsky el recurso no es autosuficiente y se limita a remitirse a presentaciones anteriores. Como puede advertirse el hecho de que las demandadas comercializaban el mismo producto y tuvieran los mismos clientes ha resultado acreditado por medio de las coincidentes declaraciones testimoniales, de modo tal que resultaba irrelevante acreditarlo también por otros medios de prueba. Si bien es cierto que de los informes de la Inspección General de Justicia (fs. 236/295) no surge la identidad entre los socios o gerentes de las sociedades demandadas, no es menos cierto que en la realidad, descripta adecuadamente por la testigo Ladeda, las mismas personas que actuaban como dueños en la Compañía de Aguas Cristalinas S.R.L. actuaban en Aqua Fiore S.A. con el mismo carácter. A mi modo de ver el hecho de que los trabajadores se hayan desempañado para ambas demandadas, que estas empresas, más allá de tener personalidad jurídica distinta, comercializaban el mismo producto y a los mismos clientes revela la existencia de transferencia del establecimiento en los términos de los arts. 225/228 de la LCT. En lo que respecta al coactor Luisi, la demandada apoya sus agravios en la falta de prueba acerca de los supuestos vicios de la voluntad que llevaron al actor a renunciar a Compañía de Aguas Cristalinas S.R.L. Considero que en este punto tampoco le asiste razón porque la rebeldía de Compañía de Aguas Cristalinas S.R.L. lleva a tener por ciertas las circunstancias fácticas denunciadas por el actor en el inicio, entre otras, que le exigieron la renuncia para seguir desempeñándose para la continuadora, bajo la amenaza de no pagarle las remuneraciones. Esta misma conclusión debe proyectarse sobre el agravio relativo a la remuneración de los coactores, porque en este sentido, la rebeldía de la codemandada en las posiciones y el hecho de que no hubiera exhibido al perito contador los registros laborales, lleva a tenerla por cierta. Por lo expuesto adhiero al voto que antecede, en tanto propone confirmar la sentencia de primera instancia en lo que ha sido materia de agravios, incluso respecto de los honorarios regulados. En atención al resultado del presente acuerdo, de conformidad con lo dispuesto en el art. 125, 2do. Párrafo, Ley 18.345, EL TRIBUNAL RESUELVE: I. Confirmar la sentencia de primera instancia. II. Imponer las costas de alzada a la demandada. III. Regular los honorarios de las representaciones letradas de cada una de las partes, por su actuación en esta instancia, en el veinticinco por ciento (25%) de lo que deban percibir por sus trabajos en la instancia de grado. IV. Se hace saber al obligado al pago de los honorarios de abogados y procuradores –excluido el trabajador– que, en caso de corresponder, deberá adicionar al monto de la regulación el de la contribución prevista en el inc. 2 del art. 62 de la Ley 1.181 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (art. 79, Ley 1.181 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y pto. V de la Acordada 6/05 de la C.S.J.N.), todo bajo apercibimiento de comunicar la situación a C.A.S.S.A.B.A. (art. 80, Ley 1.181 de la Ciudad de Buenos Aires y pto. II de la Acordada 6/05 C.S.J.N.). Regístrese, notifíquese y vuelvan.