“Pobreza y Desigualdad en el Nuevo Orden Mundial”.

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C E N T R O DE E S T U D I O S P A R L A M E N T A R I O S CEP
CENTRO DE DOCUMENTACIÓN, INFORMACIÓN Y ANÁLISIS CEDIA
SERVICIO DE INVESTIGACIÓN Y ANALISIS SIA
CVI/38/08
UNIVERSIDAD
AUTONOMA
DE
NUEVO LEÓN
CENTRO DE ESTUDIOS
PARLAMENTARIOS CEP-UANL
CONGRESO VIRTUAL INTERINSTITUCIONAL
LOS GRANDES PROBLEMAS NACIONALES
Ponencia presentada por:
Efrén Corona Aguilar
Tema: Desigualdad
Título:
“Pobreza y Desigualdad en el Nuevo Orden Mundial”
Septiembre 2008
El contenido es responsabilidad exclusiva de su autor, quien ha autorizado su incorporación en este
medio, con el fin exclusivo de difundir el conocimiento sobre temas de interés.
CDDHCU: Tel. 0155 50360000, 018001226272, Ext. 67031, 67032, [email protected] , [email protected]
CEP- UANL: Tel 01 81 83294264, 01 81 83294264 ext. 6644, 6645 [email protected] , [email protected]
POBREZA Y DESIGUALDAD EN EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
Efrén Corona Aguilar
Resumen:
La "globalización" es un proceso histórico-económico, resultado de la innovación humana
y el progreso tecnológico-científico. Refiere la creciente integración de las economías de
todo el mundo, a través del comercio y los flujos financieros. Nos referimos a la extensión
fuera de las fronteras nacionales de las fuerzas del mercado que durante siglos han
operado en todo lo referente a la economía humana: en los mercados rurales, las
industrias urbanas o los centros financieros internacionales.
Es de pensar la responsabilidad e inconsistencias de la globalización, todos los atropellos
e injusticias generadas al aplicar la política neoliberal y no calcular los riesgos que
implica. Se evalúa la incapacidad de los gobiernos de actuar ante la presión de las
grandes multinacionales y mercados financieros, cediendo ante la presión y perdiendo
poder y control político-económico. Idea de que los mercados pueden actuar por sí solos,
hoy sabemos, que no es así.
2
POBREZA Y DESIGUALDAD EN EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
El sentido de este material es la reflexión sobre el tema de la globalización económica en
donde estamos inmersos ya, y en adelante. Es cierto y vale la pena entender que el
mundo está organizado en base a criterios “económicos, y no políticos” todo ello es
inquietante y alarmante.
Debe retornar y retomar el Estado la decisión política
irremplazable de controlar la globalización económica en sus distintas fases y aspectos
de impacto, y llevarla a un terreno socialmente más justo, en el que los enormes
beneficios derivados de ella recaigan en todos los ciudadanos, no en unos cuantos,
polarizándose y agudizándose así la desigualdad, pobreza, y la falta de oportunidades.
“Desde principios de los ochenta, la estabilización macroeconómica“, y el programa de
ajuste estructural impuesto por el FMI y el Banco Mundial a los países pobres en vías de
desarrollo (como condición para la renegociación de su deuda externa) han llevado al
empobrecimiento de cientos de millones de personas. Contrariamente al espíritu del
convenio de Bretton Woods, basado en la “reconstrucción económica” y la estabilidad de
las principales tasas de cambio, el programa de ajuste estructural ha contribuido
mayormente a desestabilizar las divisas y arruinar la economía de los países en vías de
desarrollo”.1
Después de la guerra fría, una gran parte de la población mundial ha sido empujada al
empobrecimiento y desigualdad. El desempleo va en aumento y las economías
nacionales decaen. La pobreza extrema y el hambre embargan a África, Asia del Sur y
en América-latina hay focos preocupantes. Lo que se dejo atrás, con la descolonización,
se restituye con esta globalización esclavizante, empieza con los países pobres, la crisis
económica de los ochentas y la obligación de las reformas económicas impuestas por el
Fondo Monetario Internacional repercuten en todo el mundo.
A partir de los años 90´s este nuevo orden mundial se ha extendido y ha dominado gran
parte del mundo incluido el bloque soviético y los países de Europa Oriental y Asia.
1
(Chossudovsky, Michel, “Globalización de la pobreza”, México, 2003, p. 25)
3
“En la ex Unión Soviética, y por recomendaciones del FMI a partir de 1992, el
deterioro económico rebasa la caída de la producción ocurrida en el apogeo de la
segunda guerra mundial, tras la ocupación alemana de Bielorrusia y parte de Ucrania, en
1941, y el bombardeo intenso de la infraestructura industrial soviética. De una situación
de pleno empleo y relativa estabilidad de los precios durante los setenta y los ochenta, la
inflación se ha disparado, las ganancias reales y el empleo se han desplomado y los
programas de salud se han esfumado. En cambio, el cólera y la tuberculosis se han
extendido a velocidad alarmante a lo largo de una amplia zona de la ex Unión Soviética”.2
“Todo ello se repite en Europa oriental y los Balcanes, donde las economías nacionales
han caído una tras otra. En los países bálticos (Lituania, Letonia y Estonia) y repúblicas
caucásicas de Armenia y Azerbaiyán el producto industrial bajó en un 65%. En Bulgaria,
en 1997, las jubilaciones se redujeron a dos dólares al mes”.3
“El Banco Mundial admitió que el 90% de los búlgaros viven por debajo de la línea de
pobreza definida por él mismo: cuatro dólares al día”.4
En muchas partes de Europa la desigualdad y la marginación ha hecho presa a mucha
gente, al no poder pagar ni siquiera los servicios públicos más elementales siendo
excluidos.
En Asia, el retroceso financiero de 1997, favorecido por especuladores supranacionales
en contra las divisas nacionales, contribuyó a la decadencia de los conocidos “Tigres
asiáticos” (Corea del Sur, Indonesia y Tailandia), mermando fuertemente los niveles de
vida y perjudicando a la clase media y trabajadora estos países.
“En Corea del Sur, luego de la “mediación” del FMI, a la que se llegó después de
consultas de alto nivel con los grandes bancos internacionales, se cerraron diariamente,
2
(Associated Press, 14 de agosto de 1993)”.
(“El viento en los Balcanes”, The Economist, Londres, 8 de febrero de 1997, p. 12).
4
(Jonathan C. Randal, “Reform coalition wins Bulgarian Parliament”, The Washington Post, 20 de abril de
1997, p. A21).
3
4
en promedio, más de doscientas compañías, cuatro mil trabajadores por día perdieron
empleo y fueron lanzados a la calle”.5
Los salarios en Indonesia de mano de obra barata para exportación cayeron de 40 a 20
dólares al mes; y el FMI insistió en la desindexación. (La indexación implica la operación
de reajuste de una moneda en función de determinados índices o indicadores moneda
extranjera, oro, plata, es un proceso para compensar la inflación. de los salarios como
medio de mitigar las presiones inflacionarias).
“En China, debido a la privatización y quiebra forzada de miles de empresas estatales,
hay 35 millones de trabajadores que son candidatos a quedarse sin empleo”.6 “A finales
de los noventa, se calculaba que había un exceso de cerca de 130 millones de
trabajadores en las zonas rurales de ese país. El Banco Mundial predijo que con la
adopción de las reformas del “mercado libre” la pobreza en China descendería a 2.7% en
el año 2000”.7 Cosa que no fue así.
Ya desde los años noventa, la supuesta solución económica que vienen adoptando los
países desarrollados se basa en los programas de ajuste estructural impuestos por el FMI
y el Banco Mundial para el tercer mundo y Europa oriental. En las reformas políticas que
se aplican en Europa y Norteamérica no es aplicable la intermediación de el FMI. En los
países occidentales, la acumulación de una enorme deuda pública ha dado a las élites
financieras tanto el apoyo político como el poder para mandar a los gobiernos directrices
económicas y sociales. El neoliberalismo, promueve el recorte del gasto público, se
desbaratan los programas de bienestar, el mercado de mano de obra, se dan empleos de
medio tiempo, jubilaciones anticipadas y la imposición de los llamados cortes salariales
voluntarios.
5
(Federación Coreana de Sindicatos, “Unbridled freedom to sack workers is no solution at all”, comunicado,
Seúl, 13 de enero de 1998).
6
(Erick Ekholm, “O the road capitalism, China Hist. A nasty curve: Joblessness”, The new York Times, 20
de enero de 1998).
7
(Banco Mundial, 1990 worl development report, Washington, 1990).
5
“A su vez, la práctica del desgaste, que traslada la carga social del desempleo a los
grupos más jóvenes, ha contribuido a dejar a toda una generación fuera del mercado
laboral”.8
“Las normas para tratar al personal en Estados Unidos son: “revienten a los sindicatos”,
inciten a los trabajadores más viejos a pelear contra los más jóvenes, llamen a los
esquiroles, recorten los salarios y eliminen los seguros pagados por la compañía”.9
Desde los ochenta, en Estados Unidos se hicieron a un lado los empleos sindicalizados
bien pagados, para ocupar empleos de salarios mínimos, acrecentando la pobreza, en
donde ya en muchos aspectos, es comparable a la del tercer mundo. Mientras que la tasa
registrada de desempleo se redujo en el país durante el decenio de los noventa, el
número de personas que ocupan empleos de medio tiempo, y mal pagados, se ha
disparado.
“Con la continua disminución de los empleos de salario mínimo, grandes sectores de la
población trabajadora quedan expulsados definitivamente del mercado laboral: “el
aspecto verdaderamente brutal de la recesión afecta básicamente a las comunidades y a
los nuevos inmigrantes de Los Ángeles, donde la tasa de desempleo se ha triplicado y
donde no existe una red de protección social . La caída es libre; la vida de las personas,
literalmente se desmorona cuando pierden su empleo de salario mínimo”.10
Esta re-estructuración económica ha provocado, profundas divisiones y revanchismos
entre clases sociales y grupos étnicos. El ambiente en las grandes ciudades está
marcado por el “apartheid social”: el paisaje urbano se ha compartimentalizado siguiendo
líneas sociales y étnicas. Y el estado se ha vuelto cada vez más violento en el manejo del
disentimiento social y en la represión de los movimientos sociales.
8
(Serge Halimi, “Mais qui donc finance la création de millions d’emplois aux États-Unis”, Le monde
Diplomatique, marzo de 1989).
9
(earl Silber y Steven Sabih, “UAW and the ‘cat’ defeat”, Against the Current, julio-agosto de 1992).
10
(Mike Davis, "Realidades de la rebelión", contra la corriente, julio-agosto de 1991, p.17).
6
Con la ola de fusiones corporativas, reducciones y cierre de plantas industriales, todas las
categorías de fuerza laboral se han visto afectadas. La recesión golpea principalmente a
los hogares de clase media. Al frenar los presupuestos en la investigación, estos
profesionistas son despedidos y a los empleados públicos y funcionarios medios se les
ordena que se jubilen.
Los logros alcanzados en los primeros años de la posguerra se han ido revirtiendo con la
derogación de los planes de seguro de desempleo y la privatización de los fondos de
pensión. Se cierran hospitales y escuelas y con ello se crean las condiciones para la
continua privatización y mantenernos presos de la globalización.
Conclusión
Para reducir la desigualdad y la pobreza y crear una franca unión o cohesión social, se
requiere de una gran voluntad política que deje atrás caprichos y discursos inadecuados
e inútiles; necesitamos de innovadoras fórmulas basadas en propuestas incluyentes y
productivas. Una verdadera y real reforma social del Estado, con ese cambio estructural
que permita que la globalización trabaje en favor del crecimiento económico y para
nosotros la sociedad, que se fortalezca el mercado interno, el empleo y del crecimiento
económico. El Estado debe concretar y fortalecer su vínculo y comprometerse con la
sociedad para mantener la equidad. Al fortalecer la democracia y las instituciones
políticas nos repercutirá en una mejor calidad en las políticas sociales. La pobreza y la
desigualdad deben ser los aspectos de mayor importancia para una buena
gobernabilidad, que se presume democrática, por el bien y sobre-vivencia de los estados
nacionales. Se debe vencer la parálisis ese estancamiento de la desigualdad,
acompañarlo de verdaderos y profundos cambios políticos, donde adoptemos nuevas
visiones que determinen, productivamente, el contenido y el destino de nuestro desarrollo
nacional. Forzar a incluir a la democracia, equidad, y crecimiento, no solo en las políticas
públicas, sino que sean parte de la política de Estado que se requiere.
7
Fuentes:
* Chossudovsky, Michel, “Globalización de la pobreza”, México, 2003, p. 25
* Associated Press, 14 de agosto de 1993.
* "El viento en los Balcanes", The Economist, Londres, 8 de febrero de 1997, p. 12.
* Jonathan Randal C., "La coalición gana Parlamento búlgaro", The Washington Post,
20 de abril de 1997, p. A21.
* Federación Coreana de Sindicatos, “Unbridled freedom to sack workers is no solution at
all”, comunicado, Seúl, 13 de enero de 1998.
* Erick Ekholm, “O the road capitalism, China Hist. A nasty curve: Joblessness”, The new
York Times, 20 de enero de 1998.
* Ibid.
* Banco Mundial, 1990 worl development report, Washington, 1990.
* Halimi, Serge “Mais qui donc finance la création de millions d’emplois aux États-Unis”,
Le monde Diplomatique, marzo de 1989.
* Earl Silber y Steven Sabih, "UAW y el" gato "derrota", contra la corriente, julio-agosto de
1992.
* Mike Davis, "Realidades de la rebelión", contra la corriente, julio-agosto de 1991, p.17
* Banco Mundial, La pobreza en México, una evaluación de las condiciones, las
tendencias y la estrategia del gobierno, Washington, 2004.
* Patten Christopher, “Europa y América Latina: democracia, integración y cohesión
social”, en Carlo Binetti y Fernando Carrillo (editores),
* Martin, Hans-Peter y Schumann Harald, “La trampa de la globalización; El ataque contra
la democracia y el bienestar” Taurus, México, 2005
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