“EL NIÑO PERDIDO EN EL TEMPLO” VALORES A

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DIA 3º: “EL NIÑO PERDIDO EN EL TEMPLO”
LEMA: “MARÍA, MADRE Y MUJER, CUMPLE CON SU DEBER”
VALORES
A
TRATAR:
CUMPLIMIENTO
DEL
DEBER
MARÍA=MADRE=MUJER
HUMANO,
INTRODUCCIÓN
A lo largo del día, trataremos de profundizar en el valor de la responsabilidad y el deber,
para ayudarles a descubrir su importancia en la convivencia y en su propio desarrollo
humano y cristiano, teniendo como principal referente a María en tres facetas: como
mujer, como madre y como cristiana.
RESPONSABILIDAD: Valor que se manifiesta dando respuesta a los deberes adquiridos
conscientemente. Implica el buen uso de la libertad y hacerse cargo de los propios actos.
Refleja respeto hacia los demás y hacia sí mismo.
Para explicar el significado de este valor a los niños, sin confundirlo con la obediencia
(ejecutar órdenes de otros sin pensar), debemos usar ejemplos sobre su propia
experiencia, haciéndoles entender las normas como un instrumento para lograr su propio
bien y felicidad.
Para ello, vamos a agrupar los deberes en tres facetas, que como niños, cristianos y
Mies, tenemos que llevar a cabo para poder ser más felices, crecer mejor y hacer de la
vida un regalo para nosotros y los demás:
-
Deberes Humanos (Deberes de los Niños)
Deberes Cristianos (Los 10 Mandamientos)
Deberes Mies (20 Puntos Mies-Carnet Mies infantil)
Partiendo de estos “deberes”, vamos a trabajarlos para que ellos los vean reflejados en
su propia vida (en el colegio, casa, en el centro y con sus amigos), no interpretándolos
como órdenes, sino viéndolos como instrumentos, como una herramienta que Jesús nos
regala para ser mejores, sin perder de vista que la Virgen es nuestro mejor modelo.
DEBERES HUMANOS
1. Respeto a los mayores
DEBERES CRISTIANOS
1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2. Cumplir con sus obligaciones escolares
2. No tomarás el nombre de Dios en vano. 2.
Se esfuerza mucho en todo.
3. Apoyar en las tareas del cuidado del hogar
3.
Santificarás las fiestas.
3.
Celebra la gran fiesta de Jesús: Eucaristía.
4. Respeto a los demás niños y niñas
4.
Honrarás a tu padre y a tu madre.
4.
Habla de Jesús a otros niños.
5. No discriminar a las personas
5.
No matarás.
5. Respeta y cuida, con mucho amor, la naturaleza.
6. No decir mentiras.
6.
No cometerás actos impuros.
6.
Siempre hace el bien.
7. No tomar objetos ajenos
7.
No robarás.
7.
Ayuda a los que más lo necesitan.
8.
No dirás falso testimonio ni mentirás.
8.
Defiende la verdad, la paz y la justicia.
9.
No tendrás pensamientos impuros.
9.
Obedece a sus padres y a los responsables.
10. No codiciarás bienes ajenos.
DEBERES MIES
1. Quiere mucho a Jesús y a María.
10. Está siempre alegre.
EQUIPO BÁSICO
1. Partimos de la vida.
Podemos comenzar el equipo cuestionándoles. Les vamos a situar en una problemática
familiar y cotidiana para ellos.
“Una tarde, después de llegar del cole, te has comprometido con tu madre a ordenar tu
cuarto, clasificar papeles, juguetes y recoger tu ropa mientras mamá ha salido a casa de
la vecina. De repente, recibes un mensaje para conectarte en el chat que tenéis formado
entre los compis del cole…”
-
¿qué deberías hacer?
¿qué harías?
Una vez habéis debatido, se les pueden dar ejemplos cotidianos sobre cómo viven ellos
cada día la responsabilidad y el deber, y los beneficios que obtenemos de ello:
-
Cuidar su mochila
Hacer su cama
Recoger la mesa
Usar bien nuestros talentos
Asumir errores…
Para ello, nos valdremos también del cuadro de los deberes (como niños, como cristianos
y como Mies) y se los explicaremos.
Una vez aclarados, pueden agrupar los que son semejantes, por ejemplo:
Respeto a los mayores=Honrarás a tu padre y a tu madre=obedece a sus padres y
responsables. Con ello, les haremos ver que el mensaje de Jesús sigue siendo actual y
es un referente para la Humanidad.
Posteriormente, llevarlos a su realidad, a la práctica, poniendo ejemplos de cada uno de
ellos y reflexionando sobre cuáles les parecen que son más difíciles de llevar a cabo, los
que menos, cuáles les ayudan a crecer más, los que necesitan descubrir,…
2. Tu palabra nos da vida.
Jesús es el primero, que desde muy pequeño, supo cuáles eran sus deberes y
obligaciones como Hijo de Dios y no le importó, incluso preocupar a sus padres, porque
sabía que estaba haciendo el bien. Lc 2, 41-50.
El niño Jesús en el templo
41
Los padres de Jesús subían todos los años a Jerusalén para la fiesta de la
Pascua. 42 Cuando cumplió doce años, fueron allá según era la costumbre. 43 Terminada
la fiesta, emprendieron el viaje de regreso, pero el niño Jesús se había quedado en
Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta.44 Ellos, pensando que él estaba entre el
grupo de viajeros, hicieron un día de camino mientras lo buscaban entre los parientes y
conocidos. 45 Al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en busca de él. 46 Al cabo de tres
días lo encontraron en el *templo, sentado entre los maestros, escuchándolos y
haciéndoles preguntas. 47 Todos los que le oían se asombraban de su inteligencia y de
sus respuestas. 48 Cuando lo vieron sus padres, se quedaron admirados.
—Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? —le dijo su madre—. ¡Mira que tu
padre y yo te hemos estado buscando angustiados!
49 —¿Por
50 Pero
qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?
ellos no entendieron lo que les decía.
Tras el texto, les preguntaremos sobre si Jesús fue responsable o irresponsable. Le
explicaremos que ante los ojos de sus padres, fue un irresponsable, porque los hizo sufrir
hasta que lo encontraron, sin embargo, Él sabía, que su obligación era la de proclamar
el Evangelio, es decir, lo tenía muy claro desde que era pequeño, más incluso que sus
padres y fue consecuente con ello.
Ponerles también en el lugar de María. Ella dijo que sí al Señor y fue obediente en todo,
soportó la tarea continua de formar a Jesús, sufriendo como cualquier madre muchas
veces, por ejemplo en esta lectura, pero siempre sin rencor, con una fe sin reservas y
siempre dando gracias. Y todo lo conseguía por su aprecio a la oración.
3. La vida en oración.
Tras esta reflexión, podemos hacer la oración pidiendo por aquellos deberes que tengo
que mejorar, ofreciendo el deber que más me cuesta llevar a cabo, pidiendo perdón por
aquellos en los que suelo fallar, o bien, dando gracias por los que sé hacer mejor o
también por los que hacen otros y a mí me hacen feliz.
4. Entrega tu vida.
Como conclusión, tenemos que llevar a cabo todo lo que hemos descubierto y comprobar
así, que “cumplir con nuestro deber”, es un reto alcanzable y lo mejor, nos hará más
felices y haremos más felices al otro.
Para ello, vamos a cuidar de algo durante todo un día, como una madre cuida de su hijo,
como María lo hizo con Jesús y lo sigue haciendo con nosotros. Así nos daremos cuenta
de que a pesar de lo difícil que pueda ser, a la vez puede ser muy satisfactorio.
El objeto a cuidar va a ser un HUEVO; el huevo será nuestra responsabilidad, lo
mimaremos, lo trataremos con la delicadeza que María usa con nosotros para que al final
del día siga intacto. Lo pueden “poner guapo”, buscarle cama y algún modo de
transportarlo sin que se dañe. La imaginación también se puede valorar cuando al final
del día se revise cómo han vivido la experiencia.
VARIANTE: si no queremos tomar un huevo, otra opción es coger una hormiga y soltarla
al final del día. Si esta opción tampoco es buena, cada uno, tomará prestado algo valioso
de otra persona de la cabaña, para devolverla al final del día tal y como se le prestó.
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