FIDUCIA, CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN FIDEICOMITIDOS Concepto Nº 1997045453-4. Agosto 14 de 1998. DE LOS BIENES SÍNTESIS: Sociedad fiduciaria. Marco legal y contractual. Deberes indelegables del fiduciario. Alcance. Disposición de los recursos del fideicomiso. (…) [§ 0125] EXTRACTOS.-«(…) Dado que los miembros del comité asesor no han dado autorización a la fiduciaria para efectuar el giro de recursos para atender pagos de seguros, seguridad y vigilancia para proteger los activos del fideicomitente los cuales son prenda general de los acreedores del fideicomiso y de los mismos trabajadores, ¿puede (…), con base en lo estipulado en la cláusula primera del contrato de fiducia sobre la naturaleza y finalidad del contrato y con base en los deberes y responsabilidad que le asignan los artículos 1243 y 1234 del Código de Comercio en especial los numerales 1° y 4°, atendiendo el deber de diligencia que se predica del fiduciario, proceder sin autorización del comité asesor a ordenar los giros por cuenta del patrimonio autónomo para atender los pagos antes mencionados? (…)". l. Presupuestos para la solicitud de instrucciones por parte del fiduciario a la Superintendencia Bancaria Al respecto es suficiente reiterar algunos criterios expuestos ya por este despacho en el oficio número 96010745-1 del I5 de julio de 1996, a saber: “(…) En relación con este tipo de solicitudes, es oportuno recordar los presupuestos normativos para su viabilidad, según el numeral 5° del artículo 1234 del Código de Comercio. Éstos son a saber: a) Que el fiduciario tenga fundadas dudas acerca de la naturaleza y alcance de sus obligaciones, y b) Que deba apartarse de las autorizaciones contenidas en el acto constitutivo, cuando así lo exijan las circunstancias. En el evento de que la petición de instrucciones sea procedente -por configurarse las causales de ley a partir de las cuales el Superintendente Bancario puede impartir instrucciones al fiduciariodicho funcionario deberá citar previamente al fiduciante y al beneficiario. Sin embargo, cabe puntualizar que el deber del fiduciario de pedir instrucciones a este organismo no puede entenderse como un procedimiento extrajudicial para la declaración de derechos subjetivos, ni como mecanismo alterno para dirimir controversias de carácter contractual, ni mucho menos para suplir los vacíos de la autonomía de la voluntad privada, ni para corregir conflictos y situaciones anómalas derivadas de la falta de diligencia del fiduciario o del incumplimiento de sus obligaciones. De ahí que el legislador haya previsto los hechos que deben motivar tal requerimiento y las circunstancias especiales que habrán de presentarse en relación con los mismos. Supone, pues, el ejercicio de ese deber indelegable, que la fiduciaria haya asumido una posición consecuente con sus responsabilidades, antes y durante el desarrollo del respectivo negocio fiduciario (…)”. 2. Marco legal y contractual que debe observar la sociedad fiduciaria En punto a resolver si se configuran o no los supuestos del precepto legal comentado en el numeral anterior, conviene describir a continuación la normatividad más relevante a considerar: Según el acto constitutivo (cláusula primera), la finalidad del fideicomiso es "(…) la conservación, administración e inversión de los recursos de que trata la c1áu~ula tercera, por parte de la fiduciaria, para que con el patrimonio autónomo constituido y el desarrollo de las obligaciones de la fiduciaria, se suministre capital de trabajo para el normal funcionamiento y desarrollo del objeto social de (…) S.A., permitiendo su recuperación económica y conservándola como fuente de producción y empleo. Igualmente el patrimonio autónomo deberá como prioridad garantizar una fuente de pago a las entidades financieras que otorguen crédito al patrimonio autónomo (…) y en segundo lugar, a los acreedores concordatarios de (…) S.A., permitiendo de esta manera la recuperación financiera de esta entidad". Acorde con dicha finalidad, los numerales 5° y 6° de la cláusula sexta establecen: “Obligaciones de la fiduciaria: (…) 5. Controlar la debida disposición de los recurso~ que conforman el patrimonio autónomo y así garantizar una fuente de pago de las obligaciones a favor de los beneficiarios. 6. En calidad de titular fiduciario, ejercer los derechos y las acciones o excepciones derivadas de ese mismo derecho, respecto de los bienes y recursos que se le transfieren o los que se le adicionen al mismo”. Por su parte, los numerales 1" y 4° del artículo 1234 del Código de Comercio consagran: "Son deberes indelegables del fiduciario, además de los previstos en el acto constitutivo, los siguientes: 1. Realizar diligentemente todos los actos necesarios para la consecución de la finalidad de la fiducia. (…) 4. Llevar la personería para la protección y defensa de los bienes fideicomitidos contra actos de terceros, del beneficiario y aun del mismo constituyente. (…)". De otra parte, es del caso poner de presente que el fideicomiso referido en su consulta surge como resultado de un acuerdo concordatario y que, en consecuencia son aplicables en nuestro parecer las disposiciones pertinentes de la Ley 222 de 1995 sobre la materia. Veamos: El artículo 147 de la Ley 222 de 1995 consagra: “Obligaciones postconcordatarias. Los gastos de administración, los de conservación de bienes del deudor, las demás obligaciones causadas durante el trámite del concordato y la ejecución del acuerdo concordatario y las calificadas como postconcordatarias, serán pagados de preferencia y no estarán sujetos al sistema que en el concordato se establezca para el pago de las demás acreencias, pudiendo los acreedores respectivos acudir a la justicia ordinaria para el cobro de los mismos”. 3. Alcance de los deberes indelegables del fiduciario en cuanto a la conservación y protección de los bienes fideicomitidos Es oportuno aclarar que los deberes del fiduciario señalados por el artículo 1234 del Código de Comercio son de carácter indelegable y, por consiguiente, su cumplimiento no puede ser encomendado bajo ninguna circunstancia al beneficiario, ni al fiduciante y mucho menos a terceros, pues se trata de actuaciones que por su naturaleza y fines están asignados únicamente al gestor fiduciario, son de su esencia y tocan con su responsabilidad. Dicho en otras palabras, son competencias del fiduciario indispensables para conseguir además de la efectividad del contrato, los postulados de una sana administración fiduciaria, como lealtad, diligencia, transparencia, autonomía de la fiduciaria, independencia de intereses, protección de los derechos del beneficiario y del fiduciante, y por supuesto el respeto al orden público económico. Bajo dicho entendido, es claro que las partes contratantes no pueden estipular en el acto constitutivo nada que implique una delegación de los deberes indelegables del fiduciario, so pena de viciar de nulidad absoluta el contrato en la medida en que se contravendría una norma imperativa, verbigracia cuando se confiriere al comité asesor funciones implícitas a las responsabilidades legales y contractuales de la sociedad fiduciaria, que como tales sólo pueden ser ejecutadas por ella. En nuestro criterio tampoco sería lícito que bajo el expediente de la autonomía de la voluntad se crearan mecanismos que tienen como efecto restringir el cabal cumplimiento de uno cualquiera de los deberes indelegables de la fiduciaria, o que le impida desarrollar los actos necesarios para la adecuada protección y defensa de los bienes fideicomitidos, o que su desempeño en aspectos inherentes a su responsabilidad se sujete a condicionamientos que de alguna manera restringen su autonomía. En este orden de ideas, pensamos que una correcta interpretación del contrato en cuanto toca con las autorizaciones del comité asesor no pueden conducir al entendimiento de que la sociedad fiduciaria (…) S.A., se encuentra imposibilitada desde el punto de vista funcional para efectuar los gastos de administración que demande el desarrollo del negocio fiduciario, entre los que se encuentran los de vigilancia, defensa y conservación de los bienes fideicomitidos, o los que al amparo de un manejo diligente, prudente y profesional persigan el objetivo del contrato. De no ser así tendríamos que suponer que esa institución financiera se habría despojado de atribuciones que son propias a su condición de fiduciario y que como consecuencia le está prohibido delegar. En efecto, a nuestro modo de ver los gastos de conservación, custodia y protección de los bienes fideicomitidos pueden ser estimados como gastos de administración, si se tiene en cuenta que ese tipo de egresos son ineludibles para garantizar la subsistencia de los activos y para prevenir cualquier contingencia de pérdida probable, eventual o remota de los mismos; todo lo cual en procura de mantener los bienes objeto de fiducia en condiciones óptimas de producción y comercialización en [unción del desarrollo normal del contrato. Tales razones igualmente nos permiten afirmar que los gastos por esos conceptos deben ser atendidos de manera especial y preferente respecto de los demás pasivos con cargo al patrimonio autónomo, ya que de no ser así se pondría en evidente riesgo los bienes fideicomitidos y como consecuencia podría malograrse el adecuado cumplimiento del negocio jurídico, lo cual se traduciría en una clara inobservancia del deber de diligencia consagrado en el ordinal 1 °del artículo 1234 del Código de Comercio. Adicionalmente, no debe perderse de vista que el fiduciario tiene el deber de proteger y defender los bienes fideicomitidos contra actos de terceros, del beneficiario y aun del mismo constituyente, según lo prevé el ordinal 4° ibídem. Así las cosas, en la hipótesis de que el comité asesor se oponga a que la sociedad fiduciaria realice las medidas pertinentes de conservación, seguridad y custodia de los bienes fideicomitidos, es indiscutible que la pondría en el imperativo de acatar sin dilaciones la obligación que le señala esta última disposición. 4. Decisión En consideración a todo lo anteriormente expuesto, no encuentra este despacho de dónde puedan surgir dudas fundamentadas acerca de la naturaleza y sobre el alcance de las obligaciones a cargo de la sociedad fiduciaria, o que deba apartarse de las autorizaciones impartidas por el fideicomitente, supuestos normativos que por no presentarse respecto del fideicomiso estudiado hacen innecesario que debamos impartir instrucciones en los términos del artículo 1234 numeral 5° del Código de Comercio». (…). VÉASE ADEMÁS: Sobre actividad fiduciaria. Concepto 96041669-5 del 6 de febrero de 1997. Publicado en Doctrina y Conceptos Financieros (1994-1998), Superbancaria-Legis 1999 § 0124.