El pasado 16 de diciembre fue negada una tutela al propietario de un establecimiento comercial que fué demandado por una empleada supuestamente porque el empleador la despidió unilateralmente y además estaba en estado de embarazo. El empleador nunca conoció de la demanda porque, a pesar que el abogado de la demandante suministró la dirección de notificación judicial que aparece en el certificado de existencia y representación legal del establecimiento comercial del demandado, las notificaciones llegaron a una dirección diferente porque les faltaba un número y aparecen devueltas, otra cosa curiosa es que las notificaciones no fueron hechas por el juzgado sino por el abogado de la parte demandante quién las envió no por correo certificado como lo ordena la ley sino por un servicio de mensajería, que en un proceso judicial no sirve de prueba pues solo lo es el correo certificado por esa misma razón en el proceso no aparecen copias cotejadas es decir se ignora si el documento que salió del juzgado de manos del abogado fué el mismo que supuestamente enviaron a la parte demandada y no una invitación a comer, por ejemplo. En vista que aparecieron devueltas todas las supuestas comunicaciones a excepción de una que tiene presumiblemente la letra de un menor de edad con el nombre del demandado y que no corresponde ni a la firma ni a la caligrafía de este, y que con el agravante además fué recibida en la dirección que no corresponde a la del demandado. El juez no hace el saneamiento del proceso,en ese punto y así que opta por publicar un edicto supestamente porque se desconoce la dirección del demandado, hecho falso, como se aclaro antes, además lo publican en el Diario El Siglo, que en ese momento no circulaba en el Municipio de residencia del demandado. Nombran un curador Ad litem para que asista en representación de la parte demandada quién contesta la demanda extemporáneamente, después el juzgado ni se molesta en citarlo en las siguientes fases del proceso. La demandante aporta dos testigos falsos que afirman que existió una relación de dos años y medio, de tiempo completo, cuando lo real fue un año primero de medio tiempo que le fué liquidado en su momento, luego pasaron nueve meses en los cuales el empleador vinculó a una empleada diferente dos veces a la semana, y tiempo en el cual también la demandante estuvo trabajando en otros lugares, después el empleador le pidio a la demandada que le colaborara nuevamente y por medio tiempo, como anteriormente, no le pidió prueba de embarazo, al terminar el primer mes de este segundo período laboral el 10 de enero de 2005 tuvieron discrepancias por el aumento de sueldo que correspondía por cambio de año, por lo cual al iniciar el segundo mes de trabajo la demandante no volvió más, ni se molestó en comunicar las razones de su abandono, tampoco quizo recibir lo correspondiente a su liquidación y fué grosera, el empleador se vió en la necesidad de vincular a otra persona, quedó pendiente de arreglar lo correspondiente a esos casi dos meses laborados. Hasta aquí con testimonios falsos validaron una continuidad laboral que no existió y así mismo una jornada laboral de "tiempo completo que tampoco existió" y que el demandado no pudo desvirtuar con las correspondientes pruebas, porque no tuvo acceso a las supuestas notificaciones y demás actuaciones en ese sentido del juzgado, con el resultado de una sentencia que en ese momento era de una indemnización de 9´000.000 que fué lo que pidió la parte demandante, pero el juez no tiene inconveniente en condenar dos veces a la parte demandada una con la indemnización y otra con el reintegro, fallo propio de reestablecimiento de derechos que se dan cuando se acude a una tutela, que no es el caso pues un juicio ordinario estipula como es la indemnización en estos casos, como si fuera poco el juez faculta a la parte demandante para complementar la liquidación e incurren en un error matemático al aplicar la tarifa para embarazo todo el tiempo es decir como si la señora a la fecha continuara embarazada, el embarazo más largo de la historia!, resultando en 33´000.000 la suma a pagar, y en virtud del error inflada la liquidación en 20´000.000 y lo más grave avalada por el señor juez, además ordena medidas cautelares fuera de la norma porque es potestad del juez asegurar el pago del 30% hasta el 50% de la deuda,y en este caso el embargo de todos los bienes del demandante que comercialmente supera los 400´000.000, medida exagerada y que no corresponde a la norma. Hasta este momento ya se ha terminado el juicio ordinario y continua el ejecutivo, el señor juez ni siquiera volvió a citar al Curador At litem ni por pura formalidad, pues el juicio se convirtió solo un asunto de la contraparte que es paisana del juez y del abogado que fué alumno del juez, que en otra situación sería algo circunstancial pero que aquí parece haber tenido peso, la sentencia aparece fechada en febrero de 2008. El 1 de mayo de 2008 se presenta al establecimiento comercial la empleada a pedir reintegro y es sólo en ese momento, tres años después de que la demandante interpuso la demanda, que el empleador se entera de la demanda en su contra, finalmente tiene accedso a todo el proceso, se entrevista con los supuestos testigos que dieron fe falsa para favorecer a la empleada, uno de ellos accede a hacer una declaración extrajuicio y pone en evidencia la manipulación de la demandante para afirmar en su versión lo que ella necesitaba, con esa declaración extrajuicio el demandado se dirije al despacho del juez para mostrarle la liquidación original que recibió del primer período laborado la empleada, y la declaración extrajuicio de la testigo cuyo testimonio fué definitivo, pues el otro testigo se limitó a afirmar todo indirectamente a que el esposo de la demandante le contaba esto o lo otro, pero que cuando el empleador le hizo el reclamo de porque había hecho eso, para colmo le puso una causión al empleador, en todo caso el juez lo recibió y el le comentó que nunca había sabido de la demanda que solo hasta después de que la empleada se presentó a pedir reintegro, fué que se enteró, ese mismo día que visitó al juez, le dió poder a un abogado laboralista quién pidió al juez que decretara la nulidad de oficio sobre todo lo actuado, por las faltas graves al debido proceso y al derecho a la defensa, y sobre todo por el error inconcebible en el cálculo de la liquidación que es la razón de ser cotidiana de un juzgado laboral. El juez increíblemente ni siquiera pidió pruebas y negó la nulidad, el abogado del demandado apelo al tribunal y este desvcaradamente tampoco dió la nulidad y mucho menos la corrección del error matemático, es decir que el demandado en este momento debe estar agradecido porque el juez se equivocó en 20´000.000 y no en 50´000.000 ó en $100.000? esa es la justricia en Boyacá? Completamente indignado el abogado del demandante renunció al poder y el demandado le dió el poder a un abogado penalista, quién además instauró una acción de Tutela por Vía de Hecho, la cual fué negada en estos días, es muy curioso porque primero la admiten, piden el certificado de existencia y representación legal donde se demuestra que la dirección del demandado es diferente a la de las notificaciones, y después cuando contestan la demanda ni siquiera hace alusión a dos de los veinte items en que se exponen las irregularidades en que incurrieron por omisión y extralimitación tanto el Juzgado Laboral como el Tribunal. Ignoran por completo la perla más grande del proceso, que es una declaración del juez cuando remite la apelación que el demandante eleva al tribunal, haciendo referencia inexacta y descontextualizada del episodio de la visita que el demandante le hizo, atreviéndose a afirmar que el demandado conocía de la demanda, lo que era cierto pero a partir del episodió del reintegro y no como el lo sugirió socarronamenmte, es decir el juez no se contentó con su papél de juez y se convirtió en testigo favorecedor de la contraparte. Tiene eso presentación alguna en el sistema judicial de cualquier país? Es posible que ni siquiera la Corte Suprema de Justicia de una respuesta digna que castigue a estos funcionarios inescrupulosos, lavándose las manos afirmando que la tutela contra sentencias judiciales no es procedente, cuando la misma ley afirma que sí lo es en el caso de funcionarios cuyas omisiones y extralimitaciones causen grave perjuicio a una de las partes? Así que cuidado porque a cualquiera le pueden inventar un juicio de la noche a la mañana, y no es ficción. Acaso es justo perder el patrimonio de una familia que ha trabajado honestamente para cumplir las expectativas de ambición desconsiderada de empleados y funcionarios? En todo el transcurso del proceso el empleador se enteró de las por lo menos 4 demandas que la demandante instauró con empleadores anteriores a quienes también por supuesto "robó" con la venia de la ley. Ojo a pedir recomendaciones, la buena fe, parece, paso de moda.