AUTOS: "Barcio, Salvador R. c/ Hotel Las Rocas s/ incidente de apelación art. 250 del C.P.C." TRIBUNAL: CCiv. y Com. Mar del Plata, Sala II FECHA: 16/10/2008 TEMA: SOCIEDAD ANÓNIMA – ASAMBLEA – SUSPENSIÓN DE DECISIÓN ASAMBLEARIA ART. 252 LSC. – APROBACIÓN DE ESTADOS CONTABLES REQUISITOS – ACCIONISTA – DIVIDENDOS – CUESTIONES CONTABLES ESTADOS CONTABLES – RESULTADOS NO ASIGNADOS – RESERVAS ART. 70 LSC. SÍNTESIS: En 1ª instancia se decretó la suspensión provisoria de los efectos de la resolución asamblearia impugnada hasta tanto se resolviera definitivamente en cuanto a la validez de la misma y la prohibición de innovar sobre el estado de la cuenta "resultados no asignados". La Cámara revocó la sentencia solo en cuanto había suspendido la decisión de la asamblea de aprobar el estado de situación patrimonial, el estado de resultados correspondiente al ejercicio finalizado y el estado de evolución del patrimonio neto. En cambio, la confirmó respecto de la decisión de asignar una suma casi equivalente al 50% de las utilidades del ejercicio a la cuenta de resultados no asignados y con respecto a la suspensión del pago de honorarios a los directores. Consideró probable que la afectación en casi un 50% de la ganancia a una cuenta de resultados no asignados conformaría una detracción de las utilidades que, independientemente de la denominación dada por la sociedad, así como de su existencia previa, importaría una reserva facultativa, y como tal, debió expresar el motivo que la había inspirado en forma clara y detallada en la memoria, y debió ser razonable y responder a una prudente administración, cuestión que no había sido cumplida por la sociedad. Sostuvo que exigir que el interés del accionista impugnante debiera compadecerse con el interés social y que no pudiera resguardar un interés personal o individual, constituía un criterio que podía ser puesto en duda cuando se estuviese ante una sociedad anónima cerrada, por lo que consideró configurada la existencia de motivos graves que requería el art. 252 L.S.C. Respecto de los estados contables que habían servido de base para la determinación de la utilidad del ejercicio, la Cámara señaló que no se advertía ni la utilidad, ni la justificación de la decisión que aprobaba dicha documentación, no habiéndose alegado la existencia de serias irregularidades que justificaran su suspensión la aprobación de los mismos, más allá de toda posición respecto a la posibilidad de suspender la decisión asamblearia que aprueba estados contables. También fue revocada la suspensión del punto del orden del día que aprobó la determinación del número de directores y su elección por considerar que con lo ya resuelto se encontraba debidamente tutelado el derecho del accionante. Mar del Plata, 16 de octubre de 2008. AUTOS; VISTOS Y CONSIDERANDO: I.- Las presentes actuaciones caratuladas: "BARCIO SALVADOR R. C/ HOTEL LAS ROCAS S/ SOCIEDADES S/ incidente de apelación art. 250 del C.P.C." traídas a despacho para resolver el recurso de apelación deducido por la parte demandada a fs. 159 del presente expedientillo contra la resolución que en copia luce a fs. 102/106. II.- Que en la resolución cuestionada -en lo que interesa al recurso en tratamientoel Sr. juez a-quo resolvió, hacer lugar a las medidas cautelares peticionadas por el demandante en el punto XII de su libelo inicial y, en consecuencia, decretó: a) la suspensión provisoria de los efectos de la resolución asamblearia impugnada, de fecha 28 de septiembre de 2006, hasta tanto se resuelva definitivamente en cuanto a la validez de la misma y b) la prohibición de innovar sobre el estado de la cuenta "resultados no asignados". Para así decidir señaló que se encontraban prima facie acreditadas la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora -y el carácter de accionista del peticionariode conformidad con lo dispuesto por el art. 251 de la ley 19.550, en tanto en la asamblea impugnada se aprobó la asignación de una suma casi equivalente al 50% de las ganancias correspondientes al ejercicio 2005/2006 a la cuenta resultados no asignados, sin discriminar ni detallar con que finalidad se mantiene dicha cuenta, la cual, además de lo que surge de los balances aprobados, excede notoriamente la suma en concepto de capital de la sociedad, transgrediendo -en principio- lo dispuesto por el art. 70 de la ley citada. Sumado a ello destacó que se encontraba acreditado a estas alturas del proceso, mediante documentos indubidables, la aprobación de honorarios al directorio en una suma desproporcionada con relación a los dividendos distribuidos (art. 261 ley 19.550). III.- Que en el memorial obrante a fs. 263/283 expresa sus agravios el recurrente. Luego de realizar una "aclaración preliminar" que entiende "fundamentales para enmarcar el pedido cautelar del Sr. Barcio", explícita las cuestiones que constituyen la base de su crítica (punto IV del memorial, fs. 269 vta). En esa tarea en el punto IV a), refiere: a) que no se dan las condiciones previstas en el art. 252 de la L.S., concretamente porque no hay perjuicio para la sociedad, b) que la resolución es nula en tanto no identifica cuáles son las resoluciones suspendidas, c) que la suspensión de la aprobación de los estados significa impedir el giro normal de la sociedad, paralizando la vida social lo que importa un exceso inadmisible e improponible para lo que se considera la ortodoxia societaria; d) que no es posible suspender la aprobación de una gestión; e) que el mantenimiento de las medidas significa que jamás se podría modificar la situación contable ya consolidada, ni siquiera a través de la norma del art. 253 de la ley de sociedades que permite revocar cualquier asamblea anterior, f) que las medidas en tanto impiden el desenvolvimiento futuro de la sociedad resulta inconstitucional porque conculca el derecho de propiedad. En el punto IV b señala que los tribunales especializados se oponen al dictado de medidas como las decretadas, alega acerca del perjuicio irreparable que causa a la sociedad la resolución apelada y realiza consideraciones con pie en la jurisprudencia cuya parte pertinente transcribe. Con respecto a la prohibición de innovar decretada sobre la cuenta "estados de resultados" formula algunas precisiones acerca de la composición de su cuantía, destaca que la ley de sociedades no prohíbe la utilización de dicha cuenta, que ello es de uso histórico, que resulta una práctica universal, etc. Aduce que el demandante trata de sacar provecho a un cambio de criterio de la I.G.J. en una resolución técnica que no rige en la provincia de Buenos Aires al decir que las ganancias se debieron capitalizar o constituir reservas o distribuir pero no enviarse a una cuenta de resultados no asignados. Cuestiona tal aserto, sosteniendo que en el caso había una justificación para no distribuir las ganancias que es la realización de una obra que podrá incrementar en casi un 50% la rentabilidad del hotel, que el accionante conoce. En cuanto a la desproporción entre la cuenta de resultados no asignados con respecto al capital y las reservas legales, refiere que el argumento del actor es falaz y no se compadece con la realidad de ninguna sociedad contemporánea, a cuyo fin explica las razones por las que el capital no refleja el valor de la sociedad, lo que a su entender determina que no sea significante la proporcionalidad entre los rubros. Finalmente cierra su crítica (punto C-3) haciendo algunas consideraciones relativas a la distribución de las ganancias. La fundamentación obtuvo su réplica a fs. 366/379, a cuyos términos nos remitimos en honor a la brevedad. IV.- Ingresando al tratamiento del recurso, señalamos como primera medida que los jueces no están obligados a tratar todas las argumentaciones propuestas por las partes, sino que basta que hagan mérito de aquéllas que consideren más adecuadas para sustentar sus conclusiones (CSN noviembre 8-1981. "Dos Arroyos SCA c/ Ferrari de Noailles", en Actualización de Jurisprudencia", N.1440. La Ley, 1981-D, pág. 781). Con esa aclaración recordamos que el a quo resolvió el dictado de la medida cautelar teniendo por acreditada "prima facie" la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora -y el carácter de accionista del peticionario- de conformidad con lo dispuesto por el art. 251 de la ley 19.550, valorando que en la asamblea impugnada se aprobó la asignación de una suma casi equivalente al 50% de las ganancias correspondientes al ejercicio 2005/2006 a la cuenta resultados no asignados, sin discriminar ni detallar con que finalidad se mantiene dicha cuenta, la cual -además- excede notoriamente la suma en concepto de capital de la sociedad, transgrediendo -en principio- lo dispuesto por el art. 70 de la ley citada. A su vez, concluyó que se encontraba acreditado a estas alturas del proceso, mediante documentos indubidables, la aprobación de honorarios al directorio en una suma desproporcionada con relación a los dividendos distribuidos (art. 261 ley 19.550). Con sustento en ello dispuso, en lo que a los límites del recurso interesa, la suspensión provisoria de los efectos de la resolución asamblearia impugnada, de fecha 28 de septiembre de 2006, hasta tanto se resuelva definitivamente en cuanto a la validez de la misma y b) la prohibición de innovar sobre el estado de la cuenta "resultados no asignados". Alterando el orden expuesto en la extensa memoria que funda el recurso en tratamiento señalamos como primera medida, y por razones de lógica procesal, que la resolución atacada no es nula como pregona el apelante. De sus términos, en lo que hace a la suspensión provisoria de los efectos de la resolución de la asamblea impugnada, se interpreta sin mayor esfuerzo y más allá de todo acierto o desacierto, que aprehende a la totalidad de los puntos tratados y resueltos. Por lo demás, desde la teoría general de los actos procesales no se alegó vicio alguno en su construcción que habilite a este tribunal a descalificar en su validez a ese dispositivo de carácter cautelar (arg. arts. 169, 253 y cc. del CPC.). Descartada la nulidad de la resolución venida en apelación, entendemos, adelantando opinión, que el sentenciante de la anterior instancia ha valorado adecuadamente, en la especie, la configuración de los presupuestos necesarios para el dictado de la medida cautelar (arg. arts. 252 ley 19.550; arts. 195 y cc. del CPC.), sin perjuicio de lo que con posterioridad se diga respecto del alcance de la medida. El conflicto expuesto en este proceso no resulta sencillo, tampoco lo es en su consecuencia el tratamiento de la medida cautelar que ahora viene a revisión de este tribunal. Se avizora en las posturas de ambos litigantes denodados esfuerzos argumentales que dejan entrever la complejidad de la materia que hoy toca resolver en un tema que demuestra la tensión existente entre la relación de las mayorías y minorías en el ámbito societario. El primer argumento utilizado por el a quo se refiere a la distribución de casi el 50% del resultado del ejercicio 2005/2006 a la cuenta resultados no asignados, sin discriminar ni detallar con que finalidad se mantiene dicha cuenta y que -ademásexcede notoriamente la suma en concepto de capital de la sociedad, transgrediendo -en principio- lo dispuesto por el art. 70 de la ley citada. En este punto el esfuerzo argumental del apelante se direccionó -en definitiva- a justificar la necesidad de esa cuenta de resultados para la realización de obras en el hotel "Las Rocas" que le permitiría en el corto plazo incrementar -según su posturaen un 50% los ingresos de la sociedad. A su vez, refiere que esa era una práctica habitual en la historia de la sociedad. Destaca en este punto el interés de la sociedad y menciona la inexistencia de uno de los presupuestos necesarios para el dictado de la medida cautelar en tratamiento: la falta de motivos graves para la sociedad. La pieza procesal que funda el recurso en tratamiento, en lo que hace a la justificación de esa distribución así como la del mantenimiento y entidad de esa cuenta, en algunos de sus pasajes se asemeja mas a una contestación de demanda que al memorial que, como carga procesal, impone sobre la parte apelante el art. 260 del ordenamiento procesal, en él se destinan recursos argumentales a desvirtuar la fundabilidad de la pretensión y es en gran número de sus pasajes, una réplica de la contestación de la demanda. Si bien a este tribunal no escapa que por ese conducto se puede llegar a desvirtuar uno de los presupuestos de la medida cautelar, no debe olvidarse que la fundamentación de un recurso debe contener, en esencia, la crítica concreta y razonada de los argumentos expuestos por el juez en la resolución cuyo ataque se intenta, apuntando a erosionar los fundamentos que el a quo utilizó para sostener el acto procesal cuestionado, de manera tal que se logre poner en evidencia la existencia de un error. Esta actividad, en cuanto es revisora, limita su ámbito al análisis de los elementos que el juez valoró al momento de dictar la cautela y bajo el prisma de la crítica que se ensaye. Es en este punto que el tribunal advierte que el demandado, al fundamentar su recurso, dejó librada la acreditación de ciertos extremos a una actividad probatoria posterior, lo que nos lleva a descartar esos argumentos en el tratamiento de este recurso. Efectuada esa aclaración, entendemos que, pese al destacable esfuerzo del laboreo profesional del apoderado de la sociedad demandada, aquél modo de razonar expuesto por el a quo se mantiene incólume en el decisorio sometido a revisión. Veamos por qué. El dividendo es propuesto por el directorio, sobre la base del resultado del ejercicio (balance) y de las perspectivas de la empresa, previsibles, según los términos de la memoria (Conf. Halperin, Sociedades Anónimas, Depalma, Bs. As. 1974, p. 362). En nuestro derecho, determinada la utilidad resultante del balance aprobado hay que definir hasta dónde puede restringirse el derecho abstracto del socio a que tal utilidad sea distribuida. La ley de sociedades procura amparar el derecho individual de los socios imponiendo pautas de condicionamiento a la voluntad social en el sentido de que toda formación de reservas (esto es, toda indisponibilidad de la utilidad) debe estar fundamentada en la "razonabilidad" y el criterio de la "prudente administración" que compete al juez determinar en caso de conflicto entre socios (Conf. Rovira, Alfredo, "El derecho al reparto anual de utilidades y su protección", ED. 89-1980, p. 474). El artículo 70 autoriza la formación de "otras reservas que las legales, siempre que sean razonables y respondan a una prudente administración", lo que exige su manifestación para el debido control asambleario y su eventual impugnación (Conf. Halperin, Sociedades Anónimas, Depalma, Bs. As. 1974, p. 493). Esa manifestación se obtiene en la memoria donde el directorio debe expresar las "razones por las cuales se propone la constitución de reservas explicadas clara y circunstanciadamente" (art. 66 ap. 3° ley 19.550; ver considerandos Res. N° 6/2006 I.G.J.). Con meridiana claridad Otaegui y Halperin señalan que "con estos recaudos, la ley persigue impedir la acumulación de reservas en desmedro de los accionistas ajenos al grupo controlante, grupo que obtiene remuneración de su inversión por otras vías (retribución por desempeño de cargos sociales, v.g. -art. 261-), lo que cobra mayor gravedad en las sociedades cerradas, cuyas acciones carecen de un mercado, y así imponen al accionista la enajenación de precio inferior al valor real, para recuperar -aunque sea con pérdida- un capital no fructífero (Conf. Otaegui, Julio - Halperin, Isaac, "Sociedades Anónimas", LexisNexis Nº5701/003461; ver también Olivera García, Ricardo "Responsabilidad de las mayorías por retención de dividendos", RDCO, 1986, Año 19, Depalma, Buenos Aires, p. 842 y ss.). Si puede considerarse reservas a toda sustracción del resultado de la explotación para afrontar pérdidas eventuales previsibles (Conf. Halperin, Sociedades Anónimas, Depalma, Bs. As. 1974, p. 494), las mismas, con independencia de las clasificaciones contables que puedan hacerse teniendo en cuenta la expresión con que se las individualice en los balances, deben obedecer a las pautas de razonabilidad y prudente administración (arg. Art. 70 ley 19.550). Es que, como apunta Nissen, la "única manera de diferir la distribución de ganancias entre los socios, conforme a los claros parámetros de la ley 19.550, lo constituye la constitución de reservas libres o facultativas, cuyos requisitos de constitución vienen impuestos de manera imperativa por los arts. 66 inc. 3º y 70 de la ley 19.550, de lo que se sigue que no puede haber retención de ganancias sin afectación específica, porque ello es contrario a la causa del contrato de sociedad y torna ilusorio el derecho esencial de los socios a participar en las ganancias sociales" (Nissen, Ricardo Augusto "La contabilidad creativa. Algunas reflexiones sobre la cuenta de resultados no asignados del patrimonio neto y otras partidas de los estados contables", diario LL, 8/06/2002). En el caso de autos, un examen provisorio de los elementos hasta ahora arrimados, permite advertir como probable que la afectación de la suma de $268.551,76 sobre una ganancia que arrojó el ejercicio de $569.418-, a una cuenta de resultados no asignados conformaría una detracción de las utilidades que, independientemente de la denominación dada por la sociedad apelante así como de su existencia previa, importaría una reserva facultativa. Al razonar provisoriamente así, con igual precariedad se puede considerar como probable que el motivo que la inspiró debió expresarse en forma clara y detallada en la memoria, condicionada a resultar -a la par- razonable y responder a una prudente administración (arg. art. 66 ap, 3º y 70 de la ley 19.550). Para analizar provisoriamente tal extremo en la especie debe acudirse a la memoria (arg, arts, 66 ap. 3° ley 19.550), y es en este punto que lo expuesto por el apelante pierde todo apoyo en lograr el demérito de la cautelar, sin perjuicio de su valoración final luego de producida toda la prueba. Es que la lacónica memoria cuya copia obra a fs. 51 permite dudar de la efectiva posibilidad de contralor de los socios y -al menos prima facie- no se advierte el cumplimiento de los recaudos del artículo 66 inc. 3° de la ley 19.550. Tampoco permite a este Tribunal, en este pasaje cautelar del proceso, evaluar prescindiendo de su denominación- si la asignación de $268.551,76 de un ejercicio de $569.418 a una cuenta de estados de resultados, resulta razonable y responde a una prudente administración de manera que legitime la limitación en el reparto de utilidades. De lo hasta aquí expuesto concluimos que quedan desplazadas en este estadio cautelar las alegaciones del apelante efectuadas en su responde de demanda y en su fundamentación del recurso, sobre el destino de esos fondos y las obras que se preanuncian, como también el efectivo conocimiento de esas circunstancias por parte del actor, desplazamiento que, en su caso, quedará eventualmente imbricado en la actividad probatoria posterior y su consecuente juzgamiento, pero que de momento no dejan de ser afirmaciones sin respaldo idóneo alguno que permitan echar luz sobre la austera parquedad que el directorio le imprimió a su obligación impuesta por el art. 66 inc. 3° de la ley 19.550 y que, como lógica consecuencia, no hacen mella en el razonamiento de la providencia cautelar de la colega de la anterior instancia. Repárese que no se aprecia desde la exclusiva y provisoria perspectiva cautelar solo simples razones de legalidad en orden al cumplimiento de la obligación impuesta en el artículo 66, sino que esto lleva de la mano inescindiblemente a uno de los pocos supuestos en que la ley autoriza la revisión judicial de decisiones asamblearias por razones de mérito o conveniencia societaria (Conf. Otaegui, Julio, citado por Alegría, Héctor en "El abuso de la mayoría y de minoría en las sociedades anónimas", Revista de Derecho Privada y Comunitario, Nº 16 - Abuso del Derecho, Ed. Rubinzal-Culzoni Editores, p. 334/333). Por lo demás, que ese modo de proceder haya sido una conducta mantenida en forma constante en el pasado de la sociedad, mas aún, que haya sido consentida por el actor, no deja de ser una afirmación que, al menos en esta etapa, y a los fines de la cautelar, no se puede apreciar -en este momento- en su real extensión, de allí la imposibilidad que ese argumento pueda gravitar negativamente en la intensidad de la verosimilitud en el derecho que el a quo ha advertido como presente, máxime cuando por regla, la sola pasividad o silencio frente a ilegalidades del pasado no veda la oposición a nuevas violaciones de la ley, incluso cuando éstas sean idénticas a aquéllas (Conf. C.N.Com., Sala A, mayo 3 de 2007, "Multicanal SA c/ Supercanal Holding SA s/ sumario", www.societario.com, REDS nº 31, ref. nº 9331). Ello claro está sin perjuicio de lo que se pruebe y lo que se valore en las etapas correspondientes. Igual apreciación le cabe a la referida costumbre universal de mantener la referida cuenta, desde que ello no diluye -en definitiva- los argumentos expuestos y que dan adecuado sustento a la cautelar obtenida (ver, además, sobre este punto Llantada, Gastón Fernando - Nissen, Ricardo A. "Claves para entender la reticencia de algunos jueces para la concesión de medidas cautelares societarias", LL., 1998B, 1282). En torno a la alegada inexistencia de los motivos graves que, como requisito propio impone el art. 252 de la ley 19.550, señalamos que no le asiste tampoco razón al apelante. Los motivos graves a que se hace referencia en la normativa específica importan un requisito que otorga mayor exigibilidad al genérico de la verosimilitud en el derecho y significa una valoración de las posibles consecuencias en no adoptar la suspensión solicitada de manera de que si no se otorga el daño al interés protegido "puede" ser, con grado de probabilidad, importante (Conf. Reggiardo, Roberto Sergio "La suspensión cautelar de la decisión de asamblea y los intereses involucrados", LL, Litoral, 2007 - 1035 2007 - 1035 .). Sobre la inexistencia de afectación del interés social explica Nissen, que la jurisprudencia capitalina ha dictado una serie de fallos que, equivocadamente, han restringido la procedencia de la medida cautelar prevista por el artículo 252 de la ley 19.550 a la lesión del interés social por parte del acuerdo asambleario atacado de nulidad, descartando del ámbito de dicha norma a las decisiones sociales que afecten intereses particulares de los peticionarios de la medida, indicando como precursora de esta corriente a la sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de la Capital Federal en los autos "Grosman, Hugo c/ Los Arrayanes SA" del 23 de septiembre de 1986, www.societario.com, REDS nº 32, ref. nº 9855 (Conf. autor citado, "Impugnación judicial de actos y decisiones asamblearias", Ad Hoc, Buenos Aires, 2ª edición actualizada, 2006, p. 242 y ss.). En una postura crítica de esa jurisprudencia, el mencionado autor señala que se incurre en el error de no comprender, dentro del concepto de interés social, al legítimo ejercicio de los derechos sociales por parte de todos quienes integran el ente social, pues -sostiene- es tan nociva para el "interés objetivo" de la sociedad la decisión asamblearia que afecta el patrimonio del ente, como aquélla que suprime o menoscaba el ejercicio de cualquiera de los derechos inderogables de los socios (autor y ob. cit. p. 243). Sostiene el prestigioso jurista que la jurisprudencia aludida cae en una inadmisible confusión, pues en la defensa de los ejercicios de los derechos de información, de deliberación o de voto no está sólo comprometido el "interés particular" de los socios o accionistas, sino el interés de la propia sociedad, pues cabría preguntarse de qué manera puede ser ajena al interés social la actitud obstruccionista del grupo de control que evita o menoscaba el ejercicio de tales derechos por parte de algún integrante de la sociedad , y que optando por proteger los derechos de las personas físicas que la componen, se protege también a la sociedad, y por lo tanto, cuando se tutela el respeto de los procedimientos, se defiende la estabilidad de las decisiones de los órganos societarios, la seguridad de las relaciones jurídicas y de tal modo se preserva los derechos de la sociedad en su integridad (Conf. autor cit. p. 243 y jurisprudencia allí citada; Llantada, Gastón Fernando - Nissen, Ricardo A. "Claves para entender la reticencia de algunos jueces para la concesión de medidas cautelares societarias", LL., 1998-B, 1282), concluyendo que esta es la postura que mejor concilia todos los intereses en juego. En sentido concordante, y al abordar el interés social Halperin señalaba que "la distribución de ganancias es interés común y no individual del socio" (Halperin, Isaac, "Sociedades Anónimas". Desalma. Buenos Aires, 1974. P. 187). Por lo demás, exigir que el interés del accionista impugnante debe compadecerse con el interés social y que no pueda resguardar un interés personal o individual, constituye un criterio que puede ser puesto en duda cuando estamos ante una sociedad anónima cerrada (Conf. "C.N.Com., Sala E, mayo 12 de 2006 "Kahl, Amalia Lucía c/ Degas Sociedad Anónima s/ sumario", www.societario.com, ref. nº 11093) ya que en las sociedades cerradas se hace aun más necesario el amparo de las minorías ante la inexistencia del mercado para la colocación de sus acciones, quedando así a merced de la mayoría (Conf. Forestier, Juan Carlos " Nulidad de la resolución asamblearia que decide el aumento de capital con fundamento en el abuso de derecho de la mayoría", LL, 1985-D, 972). Es por ello que juzgamos configurado el requisito establecido en el art. 252 de la ley 19.550 en la especie. En lo que hace a la valoración que el anterior sentenciante efectuara respecto de la desproporción existente entre los honorarios fijados en la asamblea y los dividendos repartidos, cabe adelantar que el recurso ha quedado desierto por falta de crítica concreta y razonada (art. 260 del CPC.). Si fundar un recurso significa consignar razonadamente los errores de hecho y de derecho incurridos por el juez de la anterior instancia, hacer un análisis razonado y serio del fallo y aportar la demostración de qué es erróneo, injusto o contrario a derecho (arts. 260, 270, 272 y CC. del CPC.; L.L., 22-958; Jofré, "Manual..", IV, 225), un simple cotejo de las afirmaciones vertidas en ese punto con el análisis que el juez de la anterior instancia realizó en el dispositivo cuestionado revela que esa parcela ha quedado firme por falta de impugnación idónea (art. 260 del CPC.). En efecto al analizar el escrito de fundamentación del recurso -en lo que a los honorarios determinados por la asamblea se refiere- se advierte que no contiene una sola línea que rebata adecuadamente el argumento expuesto por el a quo, esto es que se encontraba acreditada la aprobación de honorarios al directorio en una suma desproporcionada con relación a los dividendos distribuidos (art. 261 ley 19.550). La única referencia en este punto, que se ensaya mas a modo de justificación que de crítica que demuestre un error, es el presunto beneficio impositivo que obtuvo la sociedad por descontar el "máximo que permite deducir la ley del impuesto a las ganancias" y que "por tanto la sociedad se benefició en un 35% del honorario votado en exceso del 5%" (ver fs. 269), la que no se dirige a cuestionar puntualmente la valorada desproporción de los honorarios del directorio con relación a los dividendos distribuidos conforme la normativa del art. 261 de la ley 19.550 que efectuara el anterior sentenciante (art. 260 del CPC.). Entendemos que lo expuesto hasta aquí tiene una entidad tal que permite mantener la cautelar dispuesta por el juez de la anterior instancia, aunque con un alcance distinto en orden a lo que seguidamente se expondrá. Es que, aún cuando la jurisprudencia que cita el apelante en orden a la posibilidad de suspender cautelarmente la decisión de la asamblea que aprueba los balances no se inclina tan pronunciadamente por la negativa como parece inferirse de la apelación; y que la doctrina en su mayoría admite esa posibilidad, entendemos que en la especie, no puede suspenderse la totalidad de lo resuelto en la asamblea. En efecto, el orden del día presenta varios puntos a tratar por la asamblea, va de suyo que la suspensión decretada por el juez no puede entenderse extensiva al primero de ellos, referida a la elección de dos accionista para firmar el acta. El segundo orden del día se refiere a la "consideración de los documentos del art. 234 inc. 1 de la ley 19.550 por el ejercicio cerrado el 30 de junio de 2006", que obtuviera aprobación en la cuestionada asamblea. Los documentos que se refiere el artículo 234 inc. 1 de la ley 19.550 son el balance general, el estado de resultados y la memoria. De la memoria ya nos ocupamos anteriormente, por lo que queda al margen de las apreciaciones efectuadas en este punto. En la documentación adjuntada en el presente expedientillo, se observa: el estado de situación patrimonial al 30 de junio de 2006; el estado de resultados correspondiente al ejercicio finalizado el 30 de junio de 2006, el estado de evolución del patrimonio neto, y los respectivos anexos (ver fs. 52/62). Así no se advierte ni la utilidad ni la justificación, desde la mirada cautelar, de la suspensión de la decisión de la asamblea que aprobara esa documentación. No existe en la demanda una alegación sólida que señale la existencia de serias irregularidades en los referidos documentos. Tan solo una genérica referencia en los puntos b-1, b-2, b-3 de fs. 72 vta. y 73, que no logran, al menos en este etapa, una entidad tal que justifique la suspensión de la decisión de la asamblea de tener por aprobados los mismos. Por el contrario, la discusión, tal como quedara reflejada en las anteriores consideraciones, se advierte en la especie respecto de la forma de distribuir la utilidades del período 2005/2006 que, al decir del propio actor son de $569.418, cifra que no perece ocioso señalar surge de esa documentación cuya aprobación paradójicamente suspende la cautelar en crisis, y que no ha merecido una sola objeción en cuanto a su conformación. Es que, más allá de toda posición respecto de la posibilidad de suspender la decisión de la asamblea en orden a la aprobación de los balances, no se advierte configurados los presupuesto necesarios para que ello ocurra, máxime cuando se ha obtenido la suspensión preventiva de los actos que, requiriendo la previa aprobación de estados contables para su realización, puedan lesionar el interés social e indirectamente los derechos individuales de los socios tales como la distribución de dividendos o la remuneración de los directores (Conf. Moro, Emilio, LL, 2008-C, 544). Repárese que no se observa, tampoco se alega, la violación de los principios de formalidad (art. 53, Cód. de Comercio, arts. 61, 63, 64 y 65, ley 19.550), veracidad (Exposición de Motivos, ley 19.550, Sección 9, párrafo 1), completitividad o significatividad (arts. 62 y 65, ley 19.550) y regularidad (art. 65 inc. E, ley 19.550), en los referidos estados contables por lo que no se justifica, al menos hasta ahora, la suspensión de la decisión de la asamblea que los aprueba (Conf. Bello Knoll, Susy Inés "Impugnación de decisiones asamblearias que aprueban estados contables", LA LEY 2001-E, 1071). Igual entendimiento debe adoptarse en lo que hace al punto 6 del orden del día, esto es la determinación del número de directores titulares y suplentes y elección de los mismos por el término de tres ejercicios, desde que con las medidas que quedan vigentes se advierte adecuadamente tutelado el derecho del accionante. En suma, la cautelar dictada, debe ser revocada solamente en lo que hace a la suspensión del estado de situación patrimonial al 30 de junio de 2006; del estado de resultados correspondiente al ejercicio finalizado el 30 de junio de 2006, del estado de evolución del patrimonio neto y lo establecido en el punto 6 del orden del día (arg, doctr. art. 252 ley 19.550, y arg. y doctr. Arts. 195, 198, 204, 230, 232 del CPC.) ello sin perjuicio del déficit que presenta la memoria y sobre la cual nos ocupáramos anteriormente, manteniéndose la suspensión en todo lo que aquí no se menciona. Por lo que tan solo en este tramo del recurso le asiste razón al apelante y en con ese limitado alcance prospera la apelación debiendo revocarse en lo pertinente la resolución que en copia obra a fs. 102/105, manteniéndose en lo que hace a la prohibición de innovar allí decretada y en la suspensión establecida respecto de los restantes puntos tratados en la referida asamblea. Es por los fundamentos expuestos, lo dispuesto por los arts. 1º, 66, 70, 251, 252 de la ley 19.550; arts. 195, 198, 230, 242, 246, 260 y cc. del CPC., citas doctrinarias y jurisprudenciales efectuadas que: RESOLVEMOS: 1) Hacer lugar parcialmente al recurso de apelación deducido por el apoderado de la sociedad demandada, revocando la resolución apelada solo en cuanto suspende la decisión de la asamblea de aprobar el estado de situación patrimonial al 30 de junio de 2006, el estado de resultados correspondiente al ejercicio finalizado el 30 de junio de 2006, el estado de evolución del patrimonio neto y lo establecido en el punto 6 del orden del día, y 2) rechazándolo en los restantes agravios, confirmando la resolución de fs. 102/105, en lo que ha sido materia de la presente apelación, respecto a la prohibición de innovar allí decretada y a la suspensión establecida de las restantes cuestiones tratadas en la referida asamblea. 3) En atención a la suerte del presente recurso, habiendo vencimientos parciales y mutuos y teniendo en cuenta la entidad de los agravios, las costas por el presente recurso se imponen en un veinte por ciento (20%) a la actora y en un ochenta por ciento (80%) a la demandada apelante (arg. arts. 68 y 71 del CPC.). 4) REGISTRESE.Transcurrido el plazo previsto por el art. 267 del CPC., devuélvase. RICARDO D. MONTERISI - ROBERTO J. LOUSTAUNAU - NÉLIDA I. ZAMPINI. Maximiliano Colángelo. Secretario. 1. Indique los hechos relevantes y determine el conflicto. 2. ¿Cuáles fueron las deficiencias que, en opinión del Tribunal, cometió la asamblea impugnada, en punto al destino de las ganancias? 3. ¿Con qué parámetros debió analizarse y estimarse la contabilización de utilidades como “resultados no asignados”? 4. ¿En qué instrumento dispuesto por la LSC debería haberse justificado la retención de utilidades y la razonabilidad de los “resultados no asignados”? 5. ¿Cuál sería el perjuicio para los accionistas minoritarios en punto a la retención injustificada de utilidades? 6. ¿Cuáles serían los argumentos para considerar que no puede haber retención de ganancias sin afectación específica? 7. ¿Qué en ejercicios pasados se haya enviado utilidades a “resultados no asignados” sin mayores justificativos, constituye una regla consuetudinaria que se debe mantener? 8. ¿El fallo menciona en algún lugar el “problema de salida? ¿Puede explicar brevemente en qué consiste? ¿Quiénes lo padecen?