los militares tras el fin del regimen de fujimori

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LOS MILITARES TRAS EL FIN DEL REGIMEN DE FUJIMORIMONTESINOS
Juan Rial
Noviembre 2001
I. El contexto.
A fines del 2000, luego de forzar su reelección, el presidente peruano Alberto
Fujimori se encontró en una situación política difícil. La dictadura personal que él
encabezaba, justo a su asociado, el "asesor" Vladimiro Montesinos enfrentó
acusaciones públicas de corrupción que no podía contestar. Videos filmados por
Montesinos mostraron como se compraba a un diputado opositor para servir al
régimen en el Congreso. Primero Fujimori intentó deshacerse de su "socio", el
"asesor", tratando de evitar su caída. Pero no tuvo éxito. Decidió fugarse,
abandonando el cargo.
Como en todo régimen altamente personalizado y sin institucionalización, reposando
casi exclusivamente en la manipulación, cooptación y miedo terror impuesta por sus
jefes, la caída de ambos, dejaba un vacío, que rápidamente llenó en lo político la
oposición que sobrevivió al régimen. Pero había un actor sustancial que fue parte del
proceso que sobrevivía. Las fuerzas militares y policiales. Aunque puede
argumentarse que las corporaciones armadas no actuaron institucionalmente sino sólo
por la adhesión de los mandos cooptados, es un hecho que el apoyo constante durante
casi diez años involucró a las tres Instituciones Armadas (IIAA). Uno de los videos
filmados por orden de Montesinos mostró a cerca de medio centenar de oficiales
superiores (prácticamente todos los generales, almirantes, coroneles y capitanes de
navío presentes en el Perú, firmando un documento de adhesión al régimen presidido
por Fujimori a fines de su régimen).
La dictadura personal de los "diarcas" Fujimori -Montesinos se sostuvo con el apoyo
pasivo y activo de esas fuerzas, tras cooptar y manipular sus mandos por la acción del
"socio" Montesinos, que usufructuaba de su conocimiento de la institución y de la
cultura política imperante en la misma. Era una fuerza militar con pocos reflejos para
sostener una institucionalidad democrática, tras haber manejado el poder durante largo
tiempo, especialmente durante el período iniciado en 1969 con el golpe que llevó al
poder al primer "chino", el Gral. Juan Velazco Alvarado1. La fuerza militar había
preparado el plan para un golpe de estado contra Alan García2 y ese borrador,
actualizado, sirvió para apoyar el golpe de abril de 1992 que impuso la dictadura.
Fujimori y Montesinos ahora son parte de la historia y de los ajustes de cuentas que
pasa todo derrotado. Pero para el actor militar llega la amarga hora de tener que
rectificar el rumbo.
En 1990 se realizó en Perú una elección general cuyo resultado resultó para muchos,
aún dentro del Perú una sorpresa. Gobernaba, entonces, Alan García Pérez, el jóven
heredero de Haya de la Torre, el fundador de la Alianza Popular Revolucionaria
Americana, un partido que apeló a una retórica indigenista, pero nunca fue un partido
de ese carácter, sino un vehículo de aspiraciones de sectores medios.
1
Gran parte de las banderas apristas fueron arrebatadas por el gobierno militar
inaugurado en 1968. El septenato de Juan Velazco Alvarado forzó una reforma agraria
y liquidó la vieja oligarquía del país. El viraje hacia la izquierda del gobierno no pudo
ser totalmente radical debido a los frenos impuestos por la propia fuerza armada que
impulsó ese proceso.
Abortado el proceso de radicalización y alejado Velazco Alvarado, sustituído por el
moderado Morales Bermudez, luego de ese interinato se retornó al marco democrático
liberal. El primer gobierno de Balaúnde puso al Perú en la ruta que llevaría luego al
consenso de Washington. El segundo gobierno de ese período democrático fue el de
Alan García, quién encabezó un gobierno populista que ya estaba "fuera del tiempo".
No había un contexto propicio, sino todo lo contrario, para llevar adelante la idea de
no pagar la deuda externa, nacionalizar bancos y profundizar el camino revolucionario
que había iniciado Velazco.
Sin embargo, García pudo terminar su mandato, pesar de la hiperinflación, la falta de
crédito del país en el extranjero y el fuerte deterioro económico manifestado
especialmente en un cambio fuerte del mercado laboral. En tiempos de García el
informalismo, el cuentapropismo, invadió Lima, especialmente su centro y gran parte
del comercio se expandió en forma explosiva adoptando formas "subterráneas",
eludiendo el marco formal de la economía. Era el "otro sendero" que describió en un
libro del mismo título, publicado en 1987 por Hernando de Soto.
Aunque iniciada antes, durante el gobierno de García se profundizó la violencia
política por la acción de guerrilleros guevaristas, pertenecientes al MRTA
(Movimiento Revolucionario Tupac Amaruc) y muy especialmente por Sendero
Luminoso3, un movimiento "poltpotiano"4 que dirigía Abimal Guzmán, el "camarada
Gonzalo", quién se presentaba como la cuarta espada del marxismo, tras Lenin, Stalin
y Mao.
En ese marco se produce la sorpresa. Se suponía que el sucesor de García sería el
conocido escritor Mario Vargas Llosa, quien estaba al frente de una coalición de
partidos opositores a García. Pero el ganador fue un "outsider" de la política, el Ing.
Alberto Fujimori5. Descendiente de japoneses6 Fujimori, llamado popularmente "el
Chino", había tenido una carrera universitaria, donde se destacó por su manejo
autoritario. Terminado su mandato con la presidencia del Consejo Nacional de
Rectores, debía retornar a su simple cargo de profesor. Decidió "huir hacia adelante".
Casi sin recursos intentaba ser electo senador. Busco ser parte de la coalición de
Vargas Llosa, pero Alvaro, hijo del escritor, y director de la campaña, no dejó que
siguiera adelante. Con la misma audacia que mostró posteriormente hizo una alianza
con un pequeño grupo evangélico y se lanzó a la presidencia, que obtuvo en la
segunda vuelta7, con el apoyo no explícito de Alan García.
El electo Fujimori, era un "nuevo caudillo" que sólo atraía por su condición de
marginal en una ciudadanía donde buena parte de los votantes también tenían esa
calidad, llegó al poder "desnudo", sin una elite capaz de manejar el estado
desfalleciente que dejaba García Pérez.
Antes de llegar al gobierno entró en escena un oscuro personaje, un ex capitán del
Ejército, dado de baja desobediencia, lo que le valió prisión: Vladimiro Lenin
2
Montesinos Torres8. Montesinos salió del Ejército por esa razón, pero en realidad
había vendido información a los EEUU sobre la compra de material de origen
soviético para los militares peruanos y quizás otras informaciones gracias a los cargos
de confianza que desempeñó en el régimen militar. Tras salir del ejército Montesinos
obtuvo el título de abogado y su clientela fueron personas acusadas de ejercer el
narcotráfico. Sus antiguas vinculaciones le abrieron una oportunidad fuerte al llegar
Fujimori al poder. Fujimori podría "limpiar" cuentas de impuestos impagos por el
electo presidente. Ya antes había reingresado en los círculos militares en su condición
de "asesor" de los servicios de inteligencia9.
El "nuevo Rasputin" como lo llamó Enrique Zileri, el director del semanario Caretas
conformó un binomio con Fujimori (luego de desplazar totalmente, por 1996 a
Santiago Fujimori, hermano del presidente) en el cual los dos se necesitaron y se
usaron mutuamente durante un largo decenio.
Como en muchas de los países de América Latina el estado ha predominado
notoriamente sobre la llamada sociedad civil10. Perú como la mayoría de los países de
América Latina ha sido una creación del Estado. Aunque el mismo se hizo sobre una
base social heterogénea, por la acción de un estrato social superior, la llamada
"oligarquía", que creó un aparato para guiar a toda la sociedad.
Avanzado el siglo XX la construcción del estado - nación peruano no fue inclusiva,
motivando que la noción de ciudadanía fuese prácticamente limitada en razón de la no
pertenencia al complejo cultural y lingüístico de los sectores dominantes. En el siglo
XX el complejo proceso político del país, que pasó por fases de autoritarismo civil y
militar, a veces apuntando al mantenimiento de la situación social preexistente y en
otras buscando una fuerte transformación, siempre uso el aparato estatal como
principal palanca de transformación.
El proceso de cambio y apertura económica, llevó a que la ineficiente máquina
burocrática estatal entrase en una crisis fiscal importante, que obligó a el abandono de
muchas de sus viejas responsabilidades y a un rediseño en la forma de conducir a la
sociedad. En Perú el proceso coincidió con un período de fuerte agitación política
promovida por el MRTA y Sendero Luminoso así como por el tardío populismo que
intentó llevar adelante Alan García. Todos esos elementos muy peculiares del país,
llevaron a que su historia corriese por un andarivel diferente al de las otras repúblicas
sudamericanas. La Presidencia del Ing. Alberto Fujimori iniciada en 1990, tenía que
lidiar, a la vez, con la apertura económica, el ajuste fiscal y contra los movimientos
subversivos, sin tener un grado de estabilidad política adecuada, sin apoyos
parlamentarios y con una sociedad sacudida por el fuerte proceso de cambio del que
había dado cuenta su asesor Hernando de Soto en su libro El otro Sendero11. Una
buena parte de la sociedad peruana recreaba formas capitalistas y de ajustes a la nueva
realidad económica recorriendo el camino de la informalidad.
En ese marco Perú experimentó una aguda desinstitucionalización. La fuerza militar
dejó de ser una máquina burocrática al servicio del Estado para regular la vida en
sociedad para devenir en un instrumento al servicio de la diarquía y su entorno. Dada
la circunstancia de caos económico, desistegración social, la figura autoritaria de
Fujimori fue poco a poco aceptada y legitimada por gran parte de la ciudadanía
peruana, que consideró a su régimen un "mal necesario", algo así como una dictadura
3
romana.
Los partidos políticos prácticamente dejaron de existir, lo que fue estimulado por
Fujimori con las nuevas normas de 1995 que prácticamente dejaron fuera de escena a
la mayoría de las formaciones existentes. Sin embargo y con esfuerzo el Partido
Acción Popular, el APRA y otros pequeños partidos lograron sobrevivir, sea
autónomamente o como coaliciones como fue el caso de la izquierda tradicional. Pero
todos los partidos opositores no tenían fuerza, ni programa alternativo, ni capacidad de
acción conjunta capaz de convencer a la ciudadanía peruana y por lo tanto incapaces
de enfrentar con éxito los movimientos inorgánicos de los caudillos personalistas12.
Inicialmente Fujimori intentó un compromiso entre sectores de centro y de izquierda
para gobernar. Al mismo tiempo una serie de conspiraciones militares en marcha
indicaban que el régimen no duraría mucho sino se tenía éxito en corregir la economía
y en contener la acción subversiva, expresada en actos terroristas. Ante ello Fujimori
decidió nuevamente "huir hacia adelante" y Montesinos también estuvo en el juego,
dado que se había adueñado del SIN (Servicio Nacional de Informaciones) en su
calidad de "asesor" del Presidente.
El golpe de 1992 contó con apoyo popular (de lo que no estaban seguros Fujimori y
Montesinos), con el apoyo de la Fuerzas Armadas, dado que no les quedaba
alternativa , pues esa acción vaciaba la justificación para su golpe propio. Pero fue
resistido por la comunidad internacional, que no deseaba repetir la historia del apoyo a
los golpes de estado.
Con la ayuda de Hernando de Soto y un equipo de elite en el ámbito de la conducción
económica, pronto se logró recomponer una imagen de legalidad, aprobándose una
nueva Constitución y además se lograron éxitos en el campo macroeconómico y en el
combate contra los subversivos. Fujimori ganó fácilmente la elección de 1995 frente a
otro prestigioso personaje, Javier Pérez del Cuellar ex Secretario General de las
Naciones Unidas.
Era el resultado de una eficaz acción para bajar la inflación, siguiendo el llamado
"consenso de Washington", pero que, como resultado no deseable incrementó la
desarticulación del estado como protector de los sectores subalternos, y un costo
social inmenso, expresado en la fuertísima desigualdad entre los sectores altos y los
populares y en un cambio en la composición de los sectores medios que condenó a la
clase media creada a partir de los cincuenta a una vida precaria. La imposición de esas
severas de políticas de ajuste y del control de la violencia política, especialmente tras
la captura de Abimael Guzmán en 1992, marcaron la hora de gloria de la "diarquía",
entonces poco percibida a nivel popular. El protagonista era Fujimori. El pecado de
hubrys lo llevó a seguir el mismo camino, a no institucionalizar su movimiento
político y a continuar con el régimen de excepción.
Luego del golpe de 1992, la concentración de las decisiones en Fujimori y su entorno
fue enorme. Algo más dl 30% del presupuesto estatal se destinaba a pagar intereses y
amortizaciones de la deuda externa, revirtiendo totalmente las premisas del gobierno
García. Pero otro 30% se destinó al Ministerio de la Presidencia, un organismo
dirigido directamente por Fujimori, quién de este modo concentró para sí las políticas
sociales del país. Pero para instrumentarlas requería el continúo trabajo en las sombras
4
de Montesinos. El resto de los ministerios, organismos autónomos, poder judicial, etc.
debió conformarse con el restante 30%.
En ese marco la sociedad civil devino una presencia esporádica y, en general pasiva.
La desconfianza respecto a los otros integrantes de la sociedad era alta así como la
solidaridad intergrupal. Se manifestó en la desconfianza en la acción colectiva que
fuera más allá de la sobrevivencia, o en la obtención de alguna mejora local o llevar a
cabo alguna protesta focalizada. La retracción a los ámbitos privados o a la protección
corporativa propia de períodos dictatoriales acompañó a los peruanos durante el largo
decenato de Fujimori13.
Fujimori gobernó sin apoyo de un real partido político. Cambio 90 fue un simple
movimiento poco orgánico, que le sirvió para llegar a la presidencia. No
institucionalizó esa organización. Al igual que en el Estado la política de Fujimori
respecto a los partidos era personalista no institucional. En 1995 fue otro vehículo
transitorio el que lo apoyó: Cambio 95. Sin embargo algunos de los miembros de ese
movimiento pasaron a ser parte de una camarilla permanente, que en el 2000, bajo la
sigla Perú 2000 buscaban perpetuarse en los sillones del Congreso.
El régimen presidido por Fujimori reforzó la posición antipolítica que predominaba en
el Perú a fines de los ochenta. El descrédito de los políticos, de la instituciones
formales y de los partidos políticos se mantuvo durante los noventa. Sin embargo, el
régimen tuvo la habilidad de mantener las formas. Luego de golpe se votó de acuerdo
con la prescripción constitucional. Se instauró una democracia "iliberal"14. Sin
embargo, Fujimori forzó la interpretación constitucional para hacerse reelegir en el
2000. Además promovió a tal efecto una campaña de recolección de firmas que
resultó fraudulenta. Luego de ser reelecto, no contando con mayoría en el parlamento,
comenzó a reclutar opositores "comprándolos", literalmente. Uno de esos episodios de
corrupción desencadenó el proceso de caída del binomio Fujimori - Montesinos.
La visión elitista de la actividad política se acentuó durante el decenio fujimorista.
Para la masa de los peruanos el político relevante es una persona que debe poder
resolver problemas. La visión tiende al mesianismo. Se esperaba (y se espera) que el
Jefe de Estado encare los grandes problemas, tales como el empleo y las demandas
sociales por mejor salud, educación, vivienda y las resuelva. El estado sigue siendo el
primer referente de los peruanos. El estado debe ser el alfa y omega de la acción
colectiva y todo debe proceder de él. Se habla marginalmente de la empresa privada
como motor de la sociedad y la acción societal.
La movilización de la sociedad civil a través de organizaciones voluntarias es una
cuestión de los sectores medios, para los sectores populares es el estado el que debe
seguir proveyendo la red de protección a todos los peruanos y sienten que lo que
provee ese estado es sumamente ineficiente. Si bien se puede constatar que tras diez
años de régimen dictatorial se siente una sensación de "alivio", hay, en los adultos
nostalgia del populismo, que no hay posibilidad de revivir.
Incertidumbre es la palabra clave para explicar el resultado de años de frustraciones.
Para los que tiene más de cincuenta años, aquellos que llegaron a tener 18 años en el
primer año de la administración de Juan Velazco Alvarado, ese sentimiento se traduce
en resignación, en retirada de la escena pública. Ya no se milita en partidos. Ya no hay
5
sindicatos en los que participar y se extraña la voz del sindicato en la defensa de
derechos de los asalariados. Para los adultos de menos edad, en desconcierto, en
dificultades para ubicarse y actuar en un mercado laboral difícil. Para los jóvenes, los
recién llegados de 18 y los de veinti y tantos, en cambio, significa desde búsqueda a
rebeldía. Fueron ellos los que mayoritariamente participaron en la reprimida marcha
de los "cuatro suyos" para protestar por la tercera re - reelección de Fujimori.
La herencia de desinstitucionalización fue la elección de otro outsider de la política,
de otro "nuevo caudillo", de Alejandro Toledo, el "cholo". Participó en las elecciones
de 1995 donde apenas cosechó un 4% de los votos. En el 2000 desplazó a Alberto
Andrade de su condición de principal opositor y disputó la primera vuelta de las
elecciones. Desistió de hacerlo en la segunda vuelta por considerar que el marco era
fraudulento. No le faltó razón. Su movimiento Perú Posible es tan amorfo como las
formaciones que apoyaron a Fujimori. Se espera que, durante su administración, se
produzca un proceso de reconstrucción de la institucionalidad estatal y la de los
partidos políticos.
Como todo poder absoluto, el régimen de Fujimori llevó a una corrupción absoluta. La
misma se dio en el tiempo de la "videopolítica". Una característica de "Rasputin"
Montesinos fue la de chantajear constantemente a todos aquellos a los que necesitaba,
para obtener sus fines de acumulación y mantenimiento del poder. Para ello filmó una
buena parte de sus entrevistas de "negocios". A su caída parece que tenía una
videoteca de más de 1500 casettes15. No todos han aparecido. Fujimori parece haberse
preocupado de sacar los que lo incriminaban personalmente antes de huir al Japón.
Tampoco han aparecido los de contenido personal, especialmente acerca de la vida
sexual de quienes Montesinos vigilaba utilizando los recursos de los servicios de
inteligencia. Pero, los divulgados fueron suficientes para incriminar a políticos, jueces,
militares, periodistas, dueños de medios de comunicación, empresarios, entre ellos las
más importantes cabezas de grupos económicos en actos de corrupción, algunos
punibles penalmente, otros meramente repudiables.
El daño provocado ha sido enorme. Los grados de desconfianza de la sociedad
peruana crecieron, así como también la idea de la necesidad de salvación.
Fujimori y Montesinos se necesitaron, se usaron y se manipularon mutuamente, y
ambos manejaron el Perú con bandas de acólitos que servían a ambos, o a uno de ellos
preferentemente. Este régimen personalizado, con un jefe de estado instituido de
legalidad, y durante un tiempo de legitimidad, en sociedad con un personaje
tenebroso, un "Rasputin", que sólo al fin de su gestión comenzó a ser fotografiado y
cuyo único cargo era el de "asesor", no hubiese podido sostenerse sin el apoyo de la
fuerza armada del país.
La situación de violencia al tiempo de asumir Fujimori hizo que el ejército conspirase
constantemente. Pero el golpe de 1992 y el "triunfo" frente a los guerrilleros dejaron a
los militares sin opción. Intentos de deponer a Fujimori encabezados por personas con
prestigio entre los militares fueron abortados por la eficacia de los informantes de
Montesinos.
Este, antiguo miembro de la fuerza pudo manipular y colocar a mandos de confianza
entre los militares, comenzando por la fuerzas que le resistían menos, la Fuerza Aérea
6
y la Marina. Luego lograr la victoria frente al Gral. Hermoza, el tercer miembro de la
cúpula del poder entre 1992 y 1998, Montesinos logró también el control del Ejército.
Al final de su carrera había impuesto mandos de confianza en las tres organizaciones
militares. De este modo el régimen de la dupla contó con la fuerza necesaria para
mantener el régimen, cuando la excepcionalidad se había terminado y se imponía la
hora de la re -institucionalización.
Pero mientras que la cabeza de esa dictadura era personal, centrada en Fujimori para
la vida pública, bicéfala, encarnada en Fujimori y Montesinos, en su operativa
corriente, el apoyo dado por los militares no fue de tipo personal. La troika de poder
se conformó por dos personas y un organización corporativa, las Fuerzas Armadas.
Las mismas no actuaron unificadamente, sino a través de las tres Instituciones
Armadas (IIAA), el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea la mayoría de cuyos mandos
buscaron medrar en la circunstancia.
Hoy se sabe que el esquema de corrupción montado alcanzó a buena parte de los jefes
militares que inflaron las planillas de personal, para cobrar salarios de soldados y
marinos inexistentes16, que fueron parte de las compras de armamentos y equipos,
algunos de los cuales nunca existieron, u otros de carácter defectuoso, cobrados a
precios de material nuevo de primera calidad.
La manipulación de los ascensos de los cuadros de oficiales de modo de favorecer a
una red de mediocres y amigos permitió acentuar ese dominio. No fue casualidad que
un Ejército con casi 105 generales sólo tuviese a uno como responsable del área de
combate con el Ecuador en el último conflicto entre los dos países y que fuera ésta la
primera vez en la que fuerza militar peruana perdiese en el campo. El Ejército había
devenido más una máquina político-burocrática al servicio de oficiales complacientes
con la diarquía, que una fuerza militar profesional.
Al implosionar el régimen de Fujimori - Montesinos, las IIAA se encontraron con una
fuerte crisis de legitimidad. El prestigio frente a la población cayó notoriamente, lo
que no ocurría antes el Perú. Hay que recordar que para la masa popular la fuerza
militar que encabezó Velazco Alvarado tenía prestigio y que hasta entonces, la
apelación al patriotismo había funcionado bien.
Habían caído dos hombres y su círculo de acólitos, pero como no habían construido
ninguna institucionalidad ellos no arrastraron a ninguna fuerza política con ellos. Los
restos del movimiento fujimorista apenas sobreviven en el Congreso y están
enquistados en la burocracia, pero no tienen plan de futuro, sólo buscan sobrevivir.
La fuerza militar no sufrió una derrota total en combate, sino una de carácter político y
ético. Se buscó rápidamente individualizar los responsables de la conducción militar
que llevaron adelante actos de corrupción y se busco rectificar el rumbo y tratar de
buscar nuevamente la legitimidad popular perdida.
II. Las Fuerzas Armadas a la búsqueda de una nueva legitimidad.
La pregunta que se hicieron los nuevos mandos de las IIAA al instalarse el régimen
provisional del presidente Valentín Paniagua fue ¿cómo lograr que las Fuerzas
7
Armadas rompan con ese pasado, lo superen, se acomoden al nuevo régimen y logren
recobrar prestigio entre la población? El primero indica que el futuro de la Fuerzas
Armadas comienza por su pasado.
El cierre del pasado es una tarea sustancial de todo gobierno que sucede a un régimen
autoritario. Es raro un régimen de este tipo que no haya cometido abusos sobre los
derechos humanos y el peruano de Fujimori no fue una excepción. Los abusos se
dieron tanto sobre civiles como sobre militares, tanto en los casos de represión de los
movimientos subversivos, como para atender fines subalternos conectados con la
acción para mantener en el poder a Fujimori y su esquema de dominación17.
Respecto a este tema, en los días finales de la presidencia del Dr. Paniagua se nombró
una Comisión de la Verdad, que preside el Dr. Salomón Lerner. Pero, también,
necesariamente deberán enfrentar el pasado reciente por el tema más visible: la
corrupción que afectó a las IIAA.
Importará mucho explicar a la ciudadanía y a los propios integrantes de las IIAA
porqué se llegó a esa situación de admisión del poder absoluto de un ex miembro de la
fuerza18, porqué luego de anteriores experiencias autoritarias se embarcaron
nuevamente en el apoyo a un régimen caudillista que desinstitucionalizó al país.
Esta revisión implicará una discusión con la participación de diversos actores políticos
del país, pues no es sólo un problema de las IIAA, sino de la sociedad peruana.
Se están procesando juicios por corrupción contra algunos mandos de las fuerzas
militares por su gestión pasada19 y hay una percepción genérica de desprestigio de los
militares entre la población, resultado del apoyo dado al régimen "iliberal" y
semiautoritario que rigió en el Perú en la última década.
Como ejemplo de los niveles de corrupción indicaremos que la llamada Comisión
Morales del Congreso que cesó en julio del 2001, estableció que entre 1995 y el año
2000 se gastaron U$S 1.025.910 000 provenientes del dinero de las privatizaciones en
armamentos, constituyendo el 53% de las compras de equipo realizadas en ese período
que llegaron a mil novecientos veintidós millones de dólares.
De los mil veinticinco millones, correspondieron 801 millones a la Fuerza Aérea, 115
millones la Marina de Guerra y 108 millones al Ejército. El mayor rubro fue la compra
de aviones por 561 millones20. Posteriormente también se supo que algunas de esas
mismas firmas vendieron material para el ministerio del Interior21. En todos los casos
las firmas actuaban en acuerdo con Montesinos o personeros designados por él y de
acuerdo a decretos que firmaba Fujimori.
Las Fuerzas militares presumiblemente recibirán un presupuesto recortado. Esto
supone que las variables de ajuste más probables a tener en cuenta son el número de
personal y sus remuneraciones, así como el presupuesto operacional. Sin embargo, en
lo que refiere al personal, hay que tener en cuenta que la mayoría del presupuesto se
dedica al pago de salarios (cerca de un 80% en el Ejercito, 69% en la FAP y un 75%
en la MGP), siendo otra posibilidad implementar cambios en la organización y
despliegue y la tercera la referida a una racionalización del equipo e infraestructura.
8
De acuerdo a la tabla de organización que se establece en el último decreto emitido
por el Ministerio de Defensa durante el período del presidente Valentín Paniagua,
siendo Ministro el Gral. en retiro Walter Ledesma, las FFAA peruanas tendrían un
efectivo previsto de 147 228 hombres. Un decreto previo, de enero del 2001, los
establecía en 171 143 y el Decreto del 30 de diciembre de 1999 cuando era Ministro
de Defensa el denunciado por actos por de corrupción Gral. Carlos Bergamino sería de
245 294 hombres. La diferencia hace presumir otros casos de corrupción, pues no hay
evidencia de una reducción de efectivos de cerca de más de 90 000 personas, más de
un tercio del total. Esto indicaría que habría unidades con personal "fantasma",
inexistente, cuyos salarios y parte del dinero destinado a su manutención,
entrenamiento, etc., fue desviado a otros fines. En otro contexto, en tiempos cercanos,
se habló de los "batallones cobra", jugando con el símbolo del oficio que usan algunas
unidades militares y el sentido del humor que indica que serían unidades que sólo
existían en el papel, a los efectos de hacer efectivo la partida presupuestal destinada a
ellas.
Efectivos del Ministerio de Defensa Peruano. 2001.
Categoría
MIN
DEF*
CC
EP
FFAA*
MGP
FAP
Total
0ficiales
6 231
2 107
1 909
10 337
Cadetes
1 090
620
325
2 108
13
586
16
863
7 559
38 008
1 000
1 553
296
2 549
54
321
4 855
7 880
67 356
Subalternos
Alumnos
esc. Subof.
Tropa de
SMV
Civiles
160
43
11
480
5 079
8 708
26 570
Total
160
43
88
408
31
677
25 940
147 228
* Los militares en actividad que están destinados al Ministerio de Defensa o al
Comando Conjunto revistan en las IIAA de origen
Fuente: Decreto DS No. 69 DE/SG del 2001.
Asimismo, aunque su incidencia presupuestal es baja, está claro que se necesita una
recomposición del cuerpo de oficiales, dado que el mismo muestra un número muy
elevado de oficiales superiores. La historia de la última mitad del siglo explica este
proceso, dada la participación constante de la Fuerzas Armadas en la conducción del
gobierno, sea directa o indirectamente.
La fuerza militar muestra una estructura burocrático funcional muy "pesada". Por
ejemplo el Ejército tiene seis regiones militares, con un número elevado de divisiones
9
(el nombre no califica a reales divisiones de acuerdo a los estándares internacionales,
sino de unidades del tipo brigada incompleta).
Asimismo el ejercicio de funciones de gobierno hizo que, además de los órganos de
ejecución militares cada IIAA tiene complejos sistemas de control, de planificación,
apoyo y asesoramiento que hizo crecer notoriamente la burocracia y la necesidad de
disponer de oficiales superiores que ocupen esos cargos.
Cuerpo de Oficiales de las FFAA del Perú. 2001
Ejército Peruano
MGP Marina de Guerra
Perú
General
División*
12 Vice
Almirante*
General de
Brigada
93 Contralmirante
FAP Fuerza Aérea.
Perú
7 Teniente
General *
8
49 Mayor
General
62
56 OOGG
70
256 Coronel
306
OOGG
105 OOAA
Coronel
629 Capitán de
Navío
Teniente
Coronel
1138 Capitán de
Fragata
398 Comandante
230
Mayor
1274 Capitán de
Corbeta
350 Mayor
345
Capitán
1263 Teniente 1ro.
466 Capitán
268
Teniente
1919 Teniente 2do.
291 Teniente
264
796 Alférez
276 Alférez
231
6320 TOTAL
2107 TOTAL
1909
Subteniente
o Alférez
TOTAL
*Los Comandantes de cada IIAA tienen cuatro estrellas, los Jefes del Estado Mayor
General y el Inspector General de cada IIAA, segundo y tercero en el escalafón tienen
tres estrellas.
Fuente. Decreto 081/DE/SG
El presupuesto para el sector defensa no parece muy alto en términos de su relación con
el PBI, teniendo en cuenta, además que la mayoría de las partidas se asigna a
remuneraciones personales. Sin embargo, las cifras pueden ser controvertidas. Al
presente sólo la MGP sigue las pautas emitidas por el Ministerio de Economía y
Finanzas (SIPA) para presentar sus cuentas. Pero, lo más relevante, es que buena parte
de los gastos militares, como los citados respecto a la compras de equipo, se han
realizado fuera del marco presupuestal previsto, recurriendo a partidas ad hoc, que han
incrementado notoriamente el gasto en el sector.
10
Presupuesto del área de Defensa en millones de dólares.
1999
2000
(estimado)
2001
(previsto)
Porcentaje del
gasto del
2001 sobre el
PBI ***
Presupuesto del
Ministerio de
Defensa *
1 005
999
974
1,77
Presupuesto del
Ministerio de
Defensa **
1 416
1 175
-----
-----
984
1 104
984
1,81
Sector Defensa *
*Cifras que aparecen en el portal del gobierno: www.perugobierno.gob.pe. La primera
refiere al ministerio, la segunda a la función. Aparecen en Nuevos Soles. Se
convirtieron a dólares a 3.38 NS por dólar en 1999, a 3.49 en el 2000 y a 3.58 para el
2001.
** Cifras iniciales del portal, luego corregidas. Se estimaba que en 1997 el total era
1291 millones y en 1998 era 1388 millones de dólares.
*** Se estima en 55 000 millones el PBI del año 2001.
El Ministerio de Economía del gobierno provisional estimó el presupuesto para el
período 2001- 2005 para el sector en 4.476 millones de dólares, o sea 826 millones por
año, cifra que supondría un poco más del 8% de reducción en el sector. Del total de los
cuatro mil quinientos millones, se destinarían a la tarea de perfeccionar la
administración y el desarrollo institucional de los componentes del sector defensa
3.111.4 millones, unos 385 millones para mantener la participación de las fuerzas
militares en tareas de desarrollo y de apoyo a defensa civil y se destinan casi 162
millones a pacificación, rubro bajo el cual se incluye el manejo institucional de las
rondas campesinas y el apoyo al proceso de repoblamiento en zonas serranas. Quedan
para la función clásica de las FFAA, el mantenimiento de una fuerza "convencional disuasiva" 818 millones de dólares (163 anualmente). Estas son las previsiones que
hereda el nuevo equipo económico que asumió en julio del 2001.
Al tomar el mando el presidente Dr. Toledo indicó que las FFAA deberán colaborar en
la lucha contra la pobreza y el desarrollo y pidió que se limite la compra de armamentos
en la región. El anuncio tenía un destinatario preciso, el presidente de Chile Ricardo
Lagos22.
Toledo con ese anuncio referido a los límites de compras no sólo buscaba posicionarse
adecuadamente para una negociación con Chile, sino que advertía acerca de las
presiones que eventualmente surgirían de parte de sus fuerzas armadas para solicitar
compras de equipo. Afortunadamente, pese a este anuncio de Chile, ni Argentina ni
Brasil se han embarcado en una carrera similar23. Es más la búsqueda del déficit cero en
Argentina ha llevado a que la fuerza militar del país haya pasado a una situación de
emergencia en la cual gran parte de sus efectivos están en largos períodos de licencia a
los efectos de reducir gastos. Brasil ha optado por la compra de materiales aéreo de
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segunda mano y ha negociado con Francia la transferencia del portaviones Foch por un
costo negociado "políticamente".
El nuevo régimen deberá encarar reformas en las disposiciones legales, especialmente
en lo referido a la Justicia Militar, tanto en lo atinente a su organización y alcance
(eliminar entre los sujetos de la misma a civiles y policías), así como la definición
sustantiva de los delitos militares y el proceso penal militar. El gobierno transitorio del
Dr. Paniagua ya había comenzado la tarea, pero el proyecto dista de ser un corpus
armónico. Fundamentalmente tiene agregados y sustituciones que lo vuelven confuso.
No se ha pensado como un todo. Entre otros puntos controvertidos todavía mantiene la
sujeción de los policías a dicho código. Asimismo importará ajustar los reglamentos
disciplinarios internos, que en muchos casos todavía constituyen versiones
"aggiornadas" de las disposiciones borbónicas del siglo XVIII. En el tramo final de la
anterior administración el Congreso aprobó una nueva ley de "estado militar".
Durante el mandato del Ing. Fujimori se aprobó la ley del servicio militar voluntario
(Ley 21.178). Se cumple bajo la modalidad de acuartelado, no acuertelado y
autodefensa (las antiguas rondas campesinas). El nuevo régimen tendrá que discutir el
funcionamiento del sistema. En algunos servicios habría sobredemanda para cumplirlo,
por ejemplo la Marina, a lo que no sería ajeno el serio problema de empleo que hay en
el país. Sin embargo, en el pasado reciente todavía había acusaciones,
fundamentalmente contra el Ejército, por imponer la leva para completar efectivos. El
tema puede pasar por la rendición de cuentas sobre el pasado. Asimismo, podría
plantearse que se implante un Servicio Nacional para la Juventud que puede cumplirse
tanto en el ámbito civil (y no exclusivamente en el Estado) como el militar, permitiendo
el mismo estrechar la solidaridad y la confianza entre jóvenes, muchos de ellos,
desatendidos tanto en el ámbito familiar como en el estatal, quienes miran con recelo a
sus congéneres de los estratos sociales altos, a los que ven como indebidamente
privilegiados.
Se tendrá que plantear la situación de los Consejos de Autodefensa (las rondas
campesinas), vista la disminución del poder de control de las IIAA sobre los mismos.
Esas organizaciones, si no son atendidas adecuadamente, pueden devenir un problema
en el ámbito rural, convirtiéndose en fuerzas de bandidos, en mano de obra para
organizaciones subversivas y/o de narcotraficantes.
Asimismo y en forma muy general se continuara revisando el proceso de educación
militar. El servicio militar voluntario provee la formación vocacional para aquellos que
lo cumplan y la posibilidad de ingresar en academias de formación militares o
policiales. Las escuelas de formación tienen acuerdos que permiten que los estudios
realizadas en ellas cuenten para la realización de una carrera universitaria. En las
discusiones realizadas en los IIAA, en el período del gobierno provisional, se ha llegado
a plantear la posibilidad de crear una escuela militar única, para los diversos IIAA
pasando luego a escuelas técnicas ad hoc (de aviación, de náutica, de combate terrestre,
etc.).
Un punto importante es la situación del CAEN (Centro de Altos Estudios Nacionales),
heredero del CAEM organización creada en 1950 y que fue la base del pensamiento no
sólo militar, sino de gobierno del Perú, especialmente en los años sesenta. Asimismo de
allí surgió la concepción local de seguridad nacional. La transformación de la
12
institución militar en una carácter nacional, sin embargo no implicó un cambio
sustancial en el pensamiento y filosofía institucional. Si bien por la institución han
desfilado como profesores o conferencistas una buena parte de la intelectualidad
peruana, su "centro" sigue estando en la difusión del viejo pensamiento. Especialmente,
respecto a las IIAA, esto constituye una traba para incorporar nuevas corrientes de
pensamiento. Un ejemplo de ello lo muestra las dificultades para confeccionar un Libro
Blanco de la Defensa.
En la fase final del gobierno de Fujimori éste ordenó el desmantelamiento del SIN
(Servicio Nacional de Inteligencia), el feudo apropiado por Montesinos, organización
que le permitía realizar las manipulaciones para acumular poder. Obviamente no podía
pensarse en su desaparición, a pesar que esa orden y el casi inmediato escape a Japón de
Fujimori de tuvo como efecto la virtual "huida" de aquellos que no podían negar ser
parte del esquema normal de "trabajo" del Dr. Montesinos.
Bajo el Dr. Paniagua se llegó a una solución intermedia, tratando de recomponerse el
Servicio, pero sin que se hayan puestos bases legales adecuadas para su funcionamiento.
Importa tener en cuenta que en Perú, en el Ejército, se ha creado como arma lo que
antes era una especialidad: Inteligencia, y en la Escuela Militar de Chorrillos desde
1991 se cursa específicamente esta especialidad como Arma, que supone un choque
fuerte con el ethos militar tradicional. En la mayoría de los países es una especialidad
que se agrega a la que tiene de base el oficial de modo de evitar el sesgo fuerte propio
del tipo de actividades que supone la Inteligencia Militar y el desempeño exclusivo de
esta actividad.
No hay un Ley de Inteligencia que indique que potestades pueda tener el servicio, que
límites tiene para conseguir información y la necesaria separación entre quienes
obtienen información y quienes operan a partir de ella. Este tema tendrá que abordarlo
la nueva administración del Dr. Toledo.
También habrá que terminar de ajustar la separación de las fuerzas policiales de las
militares. Todavía, como hemos indicado, el código de Justicia hace depender a los
policías de normas militares. Asimismo importará cambiar la denominación de las
jerarquías policiales, que tienen un paralelismo total con las del Ejército, así como la
eliminación del ethos militar, inapropiado para una organización que debe proteger y
servir a la sociedad.
Por su parte las IIAA han realizado por su cuenta un proceso de ajuste a la nueva
situación.
El Ejército bajo la iniciativa del entonces Jefe del Estado Mayor y luego Comandante
General, el Gral. José Cacho, con el apoyo del entonces Comandante el Gral. Carlos
Tafur ha puesto en marcha un proyecto de reflexión, que debería desembocar en una
reflexión acerca de la visión de la fuerza en el año 2015. Para ello ha creado un panel
integrado en forma heterodoxa, de modo que no está integrado exclusivamente en forma
jerárquica, sino que forman parte del mismo los oficiales más brillantes de las últimas
ocho promociones. Asimismo esta fuerza ha realizado estudios para adecuar su
organización. Sin embargo, sus mandos están preocupados por la falta de recursos para
enfrentar las eventualidades que puedan devenir de la aplicación del Plan Colombia
sobre su frontera norte. El actual comandante Gral. Víctor Bustamente, que al igual que
13
el Gral. Tafur fue obligado a dejar la fuerza por Montesinos, continúa con los esfuerzos
de sus predecesores. En lo simbólico se han eliminado los retratos de los generales
encarcelados, confesos corruptos, adelantándose a las disposiciones judiciales que
culminarán con su expulsión de la fuerza.
La Marina ha optado por ajustes utilizando la capacidad técnica de su personal. Es la
primera institución que pudo poner su sistema contable siguiendo las orientaciones del
Ministerio de Economía y Finanzas y también ha realizado estudios para adecuarse a
una situación de menor disponibilidad de recursos. A poco de comenzar el gobierno del
Dr. Toledo, en noviembre, un acto de desobediencia de su comandante frente al
Ministro de Defensa, determinó su relevo.
La Fuerza Aérea ha tenido que enfrentar constantes investigaciones y acusaciones, dada
la visibilidad de ciertas operaciones de compra de aviones durante la presidencia de
Fujimori. Al inicio de la administración del Dr. Toledo a los efectos de desplazar al
anterior comandante Grl. Miguel Medina, se procedió al cambio de toda la cúpula
militar.
Durante el período del gobierno provisional del Dr. Paniagua, el Ministerio de Defensa
con la participación entusiasta de los IIAA llevó a cabo un programa para mejorar el
relacionamiento de esas instituciones24. El resultado del trabajo realizado por un equipo
conformado por personal de las tres IIAA y personas designadas por el Ministerio de
Defensa ha sido presentado al fin del gobierno provisional. Se espera que las fuerzas
obtengan la autorización del Ministerio de Defensa para llevar adelante lo programado,
que incluye un diálogo constante con miembros destacados de la sociedad civil. Se trata
de una muestra exitosa de operación de conjunto de las IIAA bajo la dirección del
Ministerio de Defensa.
El Ministerio de Defensa es de creación reciente, durante el gobierno de Alan García, el
penúltimo creado en América Latina, pero nunca cumplió con las funciones propias de
un Ministerio. En los hechos ha sido una organización menor, burocrática, de
coordinación administrativa de las Fuerzas Armadas ante los requerimientos de la
formalidad jurídico-política. En tiempos de Fujimori el poder real residió en los
Comandantes de los IIAA y en forma perversa, dado el funcionamiento del régimen del
Presidente Fujimori en las manipulaciones del asesor Vladimiro Montesinos.
Durante los ocho meses de vigencia del gobierno provisional del Dr. Paniagua se
intentó poner las bases para un incidencia efectiva del Ministerio de Defensa en la línea
de mando de las IIAA.
La Constitución de 1993 no facilita esta acción, dado que creó la llamada Secretaría de
Defensa Nacional, SEDENA, un organismo de planificación y coordinación de
organismos estatales y societales, que, en los hechos, carece de poder y está integrado,
fundamentalmente, por militares en actividad, presidido por oficiales generales o
almirantes con poco poder. Su existencia, sin embargo, enturbia la acción del
Ministerio, pues supuestamente este deja de hacer lo que la SEDENA no hace.
El Ministerio a su vez debe negociar con cada Fuerza. Si bien hay un Comando
Conjunto su capacidad efectiva de mando es nula. Como en buena parte de América
Latina la capacidad de mando, planeación y ejecución conjunta todavía está por
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desarrollarse.
En conclusión, dependerá del desempeño del Ministro de Defensa25, y la atención que
preste al tema el Presidente Toledo, para que se construya una institucionalidad en torno
del Ministerio de Defensa, como conductor de esa área estatal.
Para las IIAA se trata no sólo de adoptar una posición defensiva, sino de construir una
nueva legitimidad, basada en la obediencia a la Constitución y las Leyes, y en la
construcción de una cultura que supere la idea que son una institución "tutelar" situada
por sobre el Estado, sino parte de él y que están al servicio de la sociedad.
El consenso en torno a las políticas de estado para la Defensa Nacional no ha podido
tratarse antes de la asunción del presidente Toledo. En un marco político donde la
institucionalidad fue arrasada, es difícil lograr un contexto adecuado para esa discusión.
Este consenso deberá construirse sobre la marcha.
1. Ver Cynthia McClintock y Abraham Lowenthal (eds.), The Peruvian Experiment
Reconsidered (Princeton: Princeton University Press, 1983).
2. De acuerdo con Rospigliosi el plan confidencial constaba de tres tomos y se esperaba
llevarlo a cabo en principio durante el gobierno García. Fue suspendido ante presiones y
a la expectativa del triunfo de Vargas Llosa. Como finalmente el ganador fue Fujimori
se produjo una disputa interna entre quienes querían seguir adelante con el golpe
estipulado para un día antes de la asunción de Fujimori y un sector que, apoyándose en
el emergente Montesinos, decidieron cooptar al debil triunfador y establecer un
resquema de "democracia dirigida". Sin embargo, finalmente, el resultado fue el
opuesto, se produjo la cooptación de los militares por parte de la diarquía conformada
por Montesinos y Fujimori. Ver Rospigliosi, "La amenaza de la "fujimorización".
Gobernabilidad y democracia en condiciones adversas" in Carina Perelli et al., Partidos
y Clase Política en América Latina en los 90 (San José: IIDH/CAPEL, 1992, pp. 328 y
ss.). Ver tambien Enrique Obando, "Las relaciones civiles militares en el Peru en la
década del 90: lecciones para el futuro" (Lima: paper presentado en la Conferencia "Al
fin de la Batalla". Noviembre del 2001).
3. Ver Gustavo Gorriti, Sendero. Historia de la guerra milenaria en el Perú 1 (Lima:
Editorial Apoyo, 1990); Carlos Tapia, Las Fuerzas Armadas y Sendero Luminoso. Dos
estrategias y un final (Lima. IEP. 1996); Carlos Iván Degregori, Las Rondas
Campesinas y la derrota de Sendero Luminoso (Lima: IEP-UNSCH, 1996).
4. La referencia es a Polt Pot, el líder del Kmer Rouge de Cambodia en los años setenta.
5. Sobre el tema se recomienda leer Julio Cotler & Romeo Grompone, El Fujimorismo.
Ascenso y caída de un régimen autoritario (Lima: IEP, 2000); Carlos Iván Degregori,
La década de la antipolítica. Auge y huída de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos
(Lima: IEP, 2000) y Fernando Rospigliosi, Montesinos y las Fuerzas Armadas (Lima:
IEP, 2000).
6. Se ha discutido si Fujimori no era nacido en Japón. La fecha de su nacimiento es
sospechosa. El 28 de julio es también el día en que se festeja independencia del Perú y
muchos japoneses solían inscribir a sus hijos indicando tal fecha comola de nacimiento
en homenaje a la tierra que los recibía. Los documento de inscripción del nacimiento de
Fujimori muestra enmiendas. El gobierno japonés niega que Fujimori haya nacido en
Japón. Fujimori tiene ciudadanía japonesa concedida tras abandonar el Perú a fines del
15
2000.
7. Ver Fernando Rospigliosi, "Las elecciones peruanas de 1990" in R. Cerdas et al. Eds.,
Elecciones y democracia en América Latina (San José: IIDH/CAPEL, 1992).
8. Ver Augusto Zimmermann, EL espía de Fujimori (Lima. 1997).
9. Ver el trabajo citdo de Enrique Obando.
10. Sobre los diversos conceptos de sociedad civil ver Andrew Arato, Civil Society
(New York: NSR/Telos, 1992).
11. El libro tiene varias ediciones a partir de 1986. (Lima: Ed. Barranco) La realizada en
Buenos Aires en 1987 por editorial Sudamericana tuvo mayor difusión.
12. Ver Martín Tanaka, Los espejismos de la democracia. El colapso de un sistema de
partidos en el Perú (Lima: IEP, 1998).
13. Ver J. Rial, "Participación política en el Perú. Un estudio cualitativo" in Marlene
Castillo (comp.), Sociedad Civil, juventud y participación política (Lima: Agenda Perú:
Apoyo, 1999, pp. 27 - 74).
14. Ver Fareed Zakaria, "the Rise of Illiberal Democracy" in Foreing Affairs Nov.Dec.
1997 pp. 22-'43.
15. Hay quienes sostienen que el número total puede llegar al doble.
16. Dado que no se proveyó de partidas presupuestales específicas para ciertas
actividades militares, especialmente para enfrentar el conflicto con Ecuador, los jefes
militares "inflaron su personal" y utilizaron las partidas de los soldados y marinos
inexistentes para completar las necesidades operativas, pero ello abrió la puerta a un
incremento notorio en la corrupción.
17. Las publicaciones del Instituto de Defensa Legal dan cuenta de los casos
producidos. El Registro Unico de Detenidos del Estado indica que entre 1992 y el año
2000 fueron detenidas 21 795 personas, siendo liberadas 6 192 y pasadas a juicio 15
680 de los cuales un 50%, aproximadamente, fueron absueltos por "jueces sin rostro" o
por la Sala antiterrorista. En el año 2000 permanecían en prisión 516 personas. El 39%
de los absueltos en juicios eran campesinos y el 38% analfabetos. El número de
arrepentidos alcanzó a cerca de 8000 y el de muertos y desaparecidos lo contabilizan en
5000.
18. Ver el libro citado de Rospigliosi y también Enrique Obando, "Las relaciones
civiles- militares en el Perú. 1980 - 1996; sobre como controlar, cooptar y utilizar a los
militares (y las consecuencias de hacerlo" in Steve Stern (ed.), Los senderos insólitos
del Perú (Lima. IEP. UNHuamanga, 1999).
19. Se encuentran detenidos catorce generales del Ejército, un almirante, otros dos
generales del ejército están bajo arresto domiciliario y están prófugos otros tres
generales. A medida que se procesa el juicio a Montesinos aparecen nuevos implicados.
20. Tres firmas fueron los principales protagonistas de compras que implicaron el pago
de "coimas" fuertes de acuerdo a lo que se ha investigado. La firma cuyos titulares eran
Zvi Ttudit, James Stone Cohen y Ilan Weil Levy vendió tres MIG 29 SE de origen ruso
más otros materiales por 247 millones. De acuerdo a lo investigado se pagaron unos 48
millones de dólares en "coimas" Firmas estatales chinas que representó el ex
Congresista Joy Way vendieron materiales diversos por cerca de 120 millones dólares.
La firma W21 Intertechnique que conformaban Moshe Rothschild Chassin, Claus
Corpancho Klencke y Enrique Benavides Morales, especialista en la venta de material
del ex Pacto de Varsovia, en buena parte proveniente del mercado negro, y que tenía
como cara visible a Víctor Alberto Venero, hombre muy ligado al Dr. Montesinos,
vendió entre otros materiales 18 MIG 29 de origen en Bielorrusia. Cuando otra
comisión del Congreso investigaba la calidad del material aéreo comprado, en marzo
del 2001 la Fuerza Aérea intentó demostrar que era apto, pero en un vuelo de prueba
16
uno de estos MIG se estrelló. Estos aviones MIG de Bielorrusia junto a 18 aeronaves
Sukhoi 25, 3 helicópteros MI 26, más un equipo de Radar NEBO, repuestos y misiles
IGLA llevaron la operación a cerca de 476 millones dólares.
21. El Ministerio del Interior realizó compras por valor de mas de 77 millones a tres
grupos económicos. Trece millones al que encabezaba Claus Corpancho, al grupo Stone
ya citado más de 27 millones (la mayor parte destinados a vehículos M 462 y M240),
unos 7 millones al grupo Benavidez y al grupo Moshe Rothschild unos 30 millones. A
éstos últimos se les compró cuatro aviones Antonov AN326 y 9 helicóteros.
22. Se ha anunciado que Chile comprará materiales por valor de 2500 millones de
dólares, entre los cuales 16 aviones de combate F16 de los EEUU, ha encargado cuatro
fragatas clase Meko por valor de 300 millones de dólares y dos submarinos Scorpene
que cuestan 60 millones de dólares. Asimismo, en el Ejército está produciéndose el
reemplazo de blindados. Ya están incorporándose 200 tanques Leopard 1V-S que
pertenecían a Holanda y podrían incorporarse más proveniente de Alemania.
23. Hay que señalar que los gobiernos de Argentina y Chile han encargado a la CEPAL
(Comisión Económica para América Latina de la ONU) un estudio metodológico para
compatibilizar la información de los gastos de defensa y militares de dichos países, a los
efectos de encarar futuras negociaciones para mantener el equilibrio estratégico entre
los dos países. El borrador preliminar se terminó en agosto del 2001. El estudio de
CEPAL, financiado por ambos Gobiernos, detalla que los gastos de defensa totales
ascienden en Argentina a 1,11% del Producto Interno Bruto del país; mientras que en
Chile llegan a 2,66%. El informe precisa que mientras Argentina gasta anualmente US$
3 191,4 millones de dólares en el sector de la defensa, su vecino invierte en ese
segmento US$ 1 921, 5 millones de dólares". Pero estas cifras son una mera ilustración.
El estudio establece las bases para una metodología comparada que deberá ser discutida
por los gobiernos involucrados en el correr del año 2002. El ministerio de Relaciones
Exteriores peruano ya hizo la gestión para incluir en el estudio al Perú.
24. El programa incluyó dos días de discusión con conocidos miembros de la sociedad
civil peruana. Se presentó por parte de los IIAA un diagnóstico de situación y
propuestas de trabajo. Un punto importante de la discusión interna de los IIAA estuvo
en reconocer que la vieja concepción de "instituciones tuteleras" de la nación todavía es
parte del pensamiento corrientes en las mismas. De ahí se deriva el hecho que los
militares no voten, pues en tanto custodios estarían por arriba de la ciudadanía. Se
espera que una próxima reforma constitucional se elimine esa prohibición de modo de
"incorporar" a los militares como ciudadanos. También se discutió la importancia de
hacer cambios simbólicos relevantes. Así se espera que en próximas ceremonias de
graduación de oficiales, reciban no sólo la espada que indica su condición de oficial,
sino también un ejemplar de la Constitución y que juren sobre ella obediencia a la
misma.
25. El Ministro David Waisman, nombrado por Toledo en julio del 2001 no es un
experto en el tema y sus condiciones de salud, deterioradas, lo obliga a un gran esfuerzo
para poder atender la cartera.
17
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