Sentencia del Tribunal Supremo (Sala 4ª de lo Social) de 20 de abril de 2015, recaída en el proceso de revisión de sentencia firme número 12/2014 ……………… Para que la absolución en un proceso penal permita rescindir una sentencia firme laboral, no basta con que no exista prueba bastante acerca de la infracción criminal. …………………… Con carácter excepcional, las leyes españolas permiten atacar una sentencia firme a través de un proceso (que no “recurso”, pues los recursos solo caben contra resoluciones que no han cobrado firmeza y con ellos se trata precisamente de cambiar el signo de tal resolución) llamado “de revisión”, que se entabla ante el Tribunal Supremo –sea cual fuere la jerarquía del órgano jurisdiccional que hubiera dictado la sentencia que cobró firmeza- mediante una demanda (no recurso) de revisión. En este sentido, y por lo que se refiere a las sentencias dictadas por órganos del orden jurisdiccional social, establece el primer párrafo del número 1 del artículo 236 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (LRJS): <<Contra cualquier sentencia firme dictada por los órganos del orden jurisdiccional social y contra los laudos arbitrales firmes sobre materias objeto de conocimiento del orden social, procederá la revisión prevista en la Ley 1/2000 de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, por los motivos de su artículo 510 y por el regulado en el apartado 3 del artículo 86, de la presente Ley. La revisión se solicitará ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo>>. Refiriéndonos ahora en concreto a dicho artículo 86.3 de la LRJS, este precepto (tras haber regulado en el número 2 de este artículo 86 lo relativo a la suspensión del juicio laboral en los casos en los que se haya alegado la existencia de un documento falso con notoria influencia en el pleito), establece lo siguiente: <<3. Si cualquier otra cuestión prejudicial penal diera lugar a sentencia absolutoria por inexistencia del hecho o por no haber participado el sujeto en el mismo, quedará abierta contra la sentencia dictada por el juez o Sala de lo Social la vía de la revisión regulada en la Ley de Enjuiciamiento Civil>>. Este ha sido precisamente el precepto aplicado en esta ocasión por la sentencia objeto de comentario, acogiendo la doctrina tantas veces sentada en supuestos similares, para esclarecer que –en contra de lo que pudiera parecer a través de una lectura poco atenta del transcrito art. 86.3 de la LRJS- no basta para dejar sin efecto una sentencia firme laboral con que la absolución en un proceso penal se haya basado simplemente en la falta de prueba (aplicando la presunción constitucional de inocencia o el principio [email protected] TFNO. 902040369 LEON-MADRID “in dubio pro reo”) acerca de que el sujeto del que se trate hubiera cometido la infracción punible de la que se le había acusado. SITUACIÓN DE HECHO ENJUICIADA -Don Florentino fue despedido por daños causados intencionadamente a una máquina de la empresa de la que era encargado el día 19 de febrero de 2012, despido que fue declarado procedente por la sentencia del Juzgado de lo Social nº 1 de Valladolid que más tarde confirmó el T.S.J. de esa localidad por sentencia de 9 de enero de 2013 que quedó firme. -Por los mismos hechos se siguió procedimiento penal por delito de daños que terminó por sentencia de 2 de diciembre de 2013 del Juzgado de lo Penal nº 4 de Valladolid en la que se absolvió al trabajador del delito de daños por el que se le acusaba, pronunciamiento absolutorio que fue confirmado por la sentencia de 5 de febrero de 2014 de la Audiencia Provincial de Valladolid. La absolución se fundó en que nadie vió al trabajador causar los daños, porque la grabación de las cámaras que se había aportado era cuestionable al no constar la hora, ni desprenderse de la misma, sin género alguno de duda, que fuese el trabajador hoy demandante y no otra persona quien causase los daños, sin que fuese suficiente el juicio de probabilidad que hacía la sentencia del Juzgado de lo Social, pues, no existía completa certeza sobre la autoría, situación por la que, ante la duda sobre el autor y la intencionalidad del hecho era de aplicación el principio "in dubio pro reo", lo que obligaba a la absolución y, efectivamente, don Florentino fue absuelto en el proceso penal. -Con base en esta sentencia absolutoria firme recaída en el aludido proceso penal, don Florentino formuló demanda de revisión de la sentencia firme que había sido dictada en el juicio de despido, con el fin de que esta sentencia quedara sin efecto y pudiera plantearse un nuevo proceso por despido. -Tramitado el aludido proceso de revisión de la sentencia firme laboral, el Tribunal Supremo desestimó la demanda de revisión, aplicando la doctrina ya sentada muy reiteradamente en la materia. DOCTRINA DEL TRIBUNAL SUPREMO En esta ocasión, el Tribunal Supremo se ha conducido en su razonamiento con más laconismo del acostumbrado, sin duda debido a que la jurisprudencia en la materia es muy abundante, por lo que no ha precisado más que citar gran número de sus sentencias que se han ocupado del tema, resumiendo su doctrina. [email protected] TFNO. 902040369 LEON-MADRID Este es también el motivo de que, dado que transcribe sentencias anteriores, siga figurando, como cita del precepto procesal en el que el proceso de revisión se apoya, el art. 86.3 de la “LPL” (Ley de Procedimiento Laboral), que era la ley procesal vigente en el momento de dictarse las sentencias que ahora cita. En cualquier caso, la errata carece de trascendencia práctica, pues la cuestión sigue contemplada en la actualidad en la vigente Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (LRJS), y lo está, precisamente, también en el mismo numeral de artículo (86.3), cuya redacción, además, es idéntica a la del art. 86.3 de la antigua LPL. Ofrecemos a continuación la parte esencial del razonamiento de esta sentencia, que la Sala llevó a cabo en los siguientes términos: <<No puede accederse a la revisión interesada con base en el art. 86-3 de la L.R.J.S ., por cuanto no se da el presupuesto previsto en ese precepto para su aplicación, ya que, no ha recaído "sentencia absolutoria por inexistencia del hecho o por no haber participado el sujeto en el mismo", sino que la absolución del demandante se ha fundado en la falta de prueba de su autoría, en la presunción constitucional de inocencia, pero sin que se haya descartado su participación en los hechos, ni la existencia de los mismos>>. (Cita a continuación numerosas sentencias, y sigue diciendo): <<Pues bien, como ya hemos señalado en numerosas resoluciones (recientemente en el auto de 2/1/2012 -revisión nº 16/11-) "El art. 86-3 de la LPL da pie a la revisión cuando recaen sentencias absolutorias por inexistencia del hecho o por no haber participado el sujeto en el mismo, pero estos pronunciamientos no se contienen en el auto de sobreseimiento provisional. Por ello, este documento no es útil, ni decisivo, para fundar la revisión, como tiene declarado esta Sala, incluso en supuestos de sentencias penales absolutorias por falta de prueba, por aplicarse la presunción de inocencia. En este sentido, en nuestra sentencia de 25 de febrero de 2004 (Rec. 25/2002) sentamos la doctrina que aquí se reitera: "la mencionada sentencia no es hábil para abrir el cauce de la revisión, de acuerdo con la jurisprudencia de esta Sala (Ss. de 13-2-98 (rec. 3231/96), 25-1-99 (rec. 1138/98) y 10-12-02 (rec. 1108/01) entre las más recientes) por las razones que pasamos a exponer: "Los presupuestos para que la sentencia dictada en el proceso penal resolviendo la cuestión prejudicial de tal naturaleza, actúe como motivo de revisión de la sentencia laboral, son, según prevé el art. 86.3 LPL, que la sentencia absolutoria penal sea debida a "inexistencia de hecho o por no haber participado el sujeto en el mismo", lo que no acontece en el presente caso, en que ésta no vino determinada por dichas causas, sino por inexistencia de prueba suficiente sobre los hechos imputados; en definitiva, que la absolución penal se debió a la aplicación del principio de presunción de inocencia". "Por ello, como se razona en la citada sentencia de 13-2-1998, la valoración que de la prueba practicada realiza el Juez Penal en un proceso en el que rige el derecho fundamental a la presunción de inocencia para llegar [email protected] TFNO. 902040369 LEON-MADRID a la conclusión de que no resulta probado, más allá de toda duda razonable, que el acusado cometiera el delito que se le imputa, no impide que el Juez del Orden Social de la Jurisdicción considere suficientemente acreditado -en uso y ejercicio de la potestad que le confiere el art. 97.2 LPL en orden a la valoración de la prueba- el incumplimiento contractual grave que justifica la procedencia del despido"; y que "este sentido de independencia de uno y otro orden jurisdiccional, en relación con la valoración de la prueba - con los límites antes dichos de inexistencia del hecho o falta de participación del trabajador en el ilícito penal, en cuyas circunstancias prevalece o se impone la sentencia penal sobre la civil- ha sido proclamando en doctrina constante de este Tribunal Supremo (sentencias de 15 de junio de 1992 (rec. 442/91), y de 20 de junio de 1994 (rec. 1619/1993) entre otras); y ello, por cuanto, como señala el Tribunal Constitucional en sus sentencias 24/1983 de 23 de febrero, 36/1985 de 8 de marzo y 62/1984 de 2 de mayo "la jurisdicción penal y laboral operan sobre culpas distintas y no manejan de idéntica forma el material probatorio para enjuiciar en ocasiones una misma conducta". "Tampoco por ello se viola el principio de presunción de inocencia, dado que, como ha reiterado el Tribunal Constitucional -entre otras, SSTC 30/1992 de 18 de marzo- "el despido no es más que una resolución contractual, y por tanto no conlleva la aplicación del derecho penal", de modo que la consideración por los Tribunales Laborales de que una conducta implica incumplimiento contractual, "no incluye un juicio sobre la culpabilidad o inocencia del recurrente". Por todo ello, como la sentencia absolutoria no declara la inexistencia del hecho, ni la no participación del recurrente en el mismo, cual requiere el art. 86-3 de la LPL, sino que se funda en la falta de prueba concluyente sobre la autoría de los hechos, es claro que no puede fundar la revisión interesada, máxime cuando en el ámbito del contrato de trabajo la calificación de un hecho como constitutivo de un incumplimiento contractual se regula por normas distintas de las que contemplan la calificación de los delitos, siendo de aplicar también diferentes conceptos de culpa>>. De esta forma, desestima la demanda (insistimos en no se trata de un “recurso”) de revisión, de tal suerte que continúa incólume la firmeza de la sentencia que a través de dicha demanda se atacaba. La doctrina, ya tan manida, que el Tribunal Supremo recuerda en esta sentencia, tiene una gran trascendencia práctica, ya que con mucha frecuencia se viene llevando a cabo una interpretación errónea del art. 86.3 (antes de la LPL y hoy de la LRJS), pese a que su redacción es clara y no deja lugar a dudas, por lo que no resulta preciso acudir a ningún medio interpretativo distinto del literal o gramatical. Tal como el precepto viene redactado, se colige fácilmente que la única posibilidad que el legislador ha concebido para que una sentencia absolutoria penal pueda incidir sobre una sentencia firme de un órgano jurisdiccional social radica en que la sentencia penal absolutoria tenga como apoyo (y así lo declare con claridad) una de estas dos situaciones: a) que el hecho que dio origen al proceso penal no haya tenido lugar en la realidad, ó b) que, en caso de haberse producido el hecho, el acusado no participara en él. [email protected] TFNO. 902040369 LEON-MADRID No basta, por consiguiente, con que la absolución en el proceso penal se haya debido a que no exista prueba suficiente para atribuir al acusado la comisión del hecho punible, esto es, que la absolución se haya apoyado en la aplicación del principio “in dubio pro reo” o de la presunción de inocencia que consagra el art. 24.2 de la Constitución. En otras palabras: no es lo mismo que la sentencia penal absuelva al acusado porque no está probado que haya cometido el hecho punible, que absolverlo por haberse expresamente acreditado que no lo cometió (o porque el hecho en sí no hubiera tenido lugar). Solo en este segundo supuesto la sentencia penal absolutoria puede tener virtualidad para que prospere la demanda de revisión de una sentencia firme recaída en un proceso laboral. Aprovechamos la ocasión para recordar que el proceso de revisión de sentencias firmes se regula en los arts. 509 al 516 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, a la que se remite la LRJS, como antes vimos en su artículo 236.1. Y el ataque a la sentencia firme se produce –lo reiteramos una vez más- no a través de un “recurso” propiamente dicho (por más que sea frecuente darle esa denominación) sino de una demanda que da lugar a la tramitación de un proceso por parte de la Sala correspondiente del Tribunal Supremo. Si esa demanda prospera, ello da lugar a la “rescisión” de la sentencia firme atacada. Esto quiere decir que esa sentencia no se casa ni se revoca sustituyendo su pronunciamiento por otro (por eso no se trata de un recurso), sino que el Tribunal Supremo rescinde la sentencia de que se trate, cuya sentencia (así como el proceso a cuyo través recayó) quedan anulados y sin efecto. Y lo único que sucede es que las partes intervinientes en el proceso rescindido pueden acudir a un nuevo proceso sobre la materia, pues el que ha sido objeto de rescisión se tiene por no iniciado. ……………………………….. [email protected] TFNO. 902040369 LEON-MADRID