Posición FAA ley de Semillas

Federación Agraria Argentina
“Fundada el 15 de Agosto de 1912, con motivo del
“Grito de Alcorta”
Equipo de elaboración: Cr. Fabián Tenaglia-Dr. Jorge Solmi-Dr. Ricardo Dagotto.
Consulta del artículo sobre el tema en el Diario Mi Tierra de D. Castellanos.
LEY DE SEMILLAS Y CREACIONES FITOGENÉTICAS
INFORME DE FAA
Anteproyecto de ley de semillas impulsado por el Poder Ejecutivo
ALIANZA GOBIERNO NACIONAL - MONSANTO <
Por iniciativa oficial surgida en el Ministerio de Agricultura, y con participación
de las Entidades privadas, se ha redactado un anteproyecto de ley destinado a reformar la ley de semillas 20.247, de 1973. La misma está siendo impulsada por el Ministro
de Agricultura, Ganadería y Pesca, Norberto Yahuar; el Secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, el presidente de INASE, Carlos Ripoll y los criaderos extranjeros.
Lo que pretenden desde el Poder Ejecutivo de la Nación, es llegar a un consenso entre las entidades privadas sobre un anteproyecto de ley que beneficia principalmente a empresas multinacionales obtentoras de variedades y eventos tecnológicos,
en perjuicio de los productores, a los efectos de no tener que pagar el costo político de
sancionar una ley que privatice la alimentación, vital para el desarrollo de la humanidad, y dejar el monopolio en manos de empresas extranjeras, principalmente de Monsanto.
El eje de la reforma radica en limitar el "uso propio", derecho que tienen los
agricultores por haber realizado procesos de selección y mejoramiento de variedades
desde 10.000 años antes de Cristo, cuando las poblaciones se organizaban en forma
sedentaria.
La limitación del uso propio pretendida por el proyecto del Poder Ejecutivo, establece un concepto dentro del anteproyecto denominado "excepción del agricultor",
donde aquellos productores inscriptos en el Registro Nacional de Agricultura Familiar,
pueden hacer uso propio gratuito de la semilla. Por lo tanto los productores deben
solicitar la inclusión en un registro para poder estar excluidos.
El proyecto también prevé un sistema de cobro al productor de ”regalías extendidas", destinado a convalidar el cobro sólo por la semilla de uso propio sembrada.
Al finalizar la cosecha el productor debería informar los kilos obtenidos y el lugar donde se encuentran. A la siembra el productor deberá informar los kilos sembrados y la
factura que contenga la regalía pagada.
El sistema de cobros de regalías al productor, es lo único que les interesa a los
criaderos a la hora de sancionar esta legislación.
Asimismo el proyecto no contempla el orden público, esto significa que al no figurar expresamente en la ley este concepto, las multinacionales podrán realizar contratos entre el criadero y el productor, burlándose de la propia ley de semillas y pasar
a regirse jurídicamente por el código civil, maniobra que Monsanto está realizando en
la actualidad.
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El proyecto sólo contempla la regulación al germoplasma de la semilla, omitiendo intencionalmente, la regulación de los eventos biotecnológicos, para luego poder
patentar dichos desarrollos tecnológicos a través de la ley de patentes.
Si dichas empresas biotecnológicas lograran la patente que pretenden, tendrán
derechos sobre la planta entera o sus partes, sobre las sucesivas generaciones de semillas y plantas, y convertirán a los productores en “patente dependientes”, alcanzando
incluso al producto obtenido de dicha planta (la cosecha).
El objetivo de las empresas biotecnológicas representa un serio peligro para los
agricultores de nuestro país, que pueden transformarse en “arrendatarios de semillas”
y sufrir la privatización de los recursos genéticos vía el patentamiento de vegetales.
Está claro que las empresas biotecnológicas pretenden capturar una parte de la renta
que el productor obtenga con lo producido y ejercer una posición dominante sobre
cultivos alimentarios de consumo mundial.
A partir de un breve tiempo, si prosperara la alianza mencionada, a dicha semilla se le incorporarán nuevos genes los que podrán ser detectados o identificados por
una máquina “chipeadora” (traducción: sería como una máquina lectora de los chips o
genes que el grano contiene).
Al identificar los genes, dichas empresas podrán tener un control y seguimiento de
la producción, de manera tal que puedan saber al momento de que la producción ingrese en los acopios o puertos para ser comercializados, que biotecnología presentan
dichos granos, exigiendo una compensación por la aplicación de la nueva tecnología.
Aunque esto suene raro para muchas personas, es lo que seguramente ocurrirá de
prosperar esta estrategia.
Los límites de la ley actual Nº 20.247.
La ley vigente de semillas 20.247 trata de la protección del derecho del obtentor, es decir aquel que obtiene una nueva variedad, quien al inscribirla en el Instituto
Nacional de Semillas (INASE) obtiene plenos derechos sobre ella.
Pero como todo derecho alcanza hasta donde comienza el de los demás; este
derecho también tiene sus límites.
Uno de ellos es el Derecho que tienen los Agricultores a reservarse parte de su
producción para su propio uso como semilla. Eso se denomina Uso Propio y es legalmente una excepción o límite al derecho del obtentor.
Otro de los límites al derecho del Obtentor, son los derechos que tienen los Fitomejoradores, es decir aquellos que trabajan sobre el mejoramiento de las variedades, de utilizar una variedad existente para obtener una nueva, sin necesidad de autorización del obtentor de la primera. Ello, del modo en que está reglamentado hoy, garantiza un banco de germoplasma creciente y dinámico.
Al requerirse autorizaciones, como pretende Monsanto se abre la puerta a la
posibilidad de negarlas y ello lleva implícito una restricción a la circulación de germoPiedras 383 Piso 2 - Capital Federal
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plasma que tiende a concentrar la producción de semillas. Este es otro límite o excepción al derecho del obtentor.
A éstos dos limites o excepciones la comunicación que realizan los obtentores,
trata de exponerlos de forma inversa, es decir que en lugar de mostrarlos como derechos que limitan al del obtentor, se plantean como excepciones que favorecen al agricultor y al fitomejorador, una especie de “regalo” y no una garantía.
Necesidad de actualización o nuevo negocio?:
Como la ley actual data de los años ´70, y en esa época no había eventos transgénicos, desde los obtentores se “planta” la idea que la ley requiere una actualización
para incorporar la biotecnología.
Pero en realidad el proyecto de ley no menciona en ningún párrafo a la palabra biotecnología.
La ley actual, Nº 20.247, protege la propiedad del germoplasma a tal punto que
cada mes se inscriben numerosas variedades en el INASE.
Los laboratorios que producen eventos transgénicos tratan de garantizar sus
derechos mediante la inscripción de complicadas formulas en el Registro de Patentes.
Como ello es funcional a sus intereses se niegan a incorporar la protección de
sus derechos en la ley de semillas, dando un efecto de doble protección dividiendo la
semilla en dos partes: germoplasma y evento transgénicos.
Esta estrategia generaría dos derechos: uno al obtentor del germoplasma y otro
al laboratorio que genera el evento transgénico.
La contraparte son dos obligaciones para el agricultor en lugar de una como
hasta ahora.
En la práctica, el laboratorio de transgénicos que era un proveedor del semillero, pasa a ser un nuevo proveedor del agricultor.
El nuevo paradigma de la “captura de valor”:
Para hacer mejor entendible esto, es práctico comparar lo que sucede con los
tratamientos médicos, especialmente los más complejos. Estos han ido transformándose y en la actualidad el costo mayor de ellos los captura el laboratorio, quien en estos casos ha desplazado al médico y se han consolidado en los que “capturan el valor”
del tratamiento.
Desde la aparición de los eventos transgénicos en la agricultura los laboratorios
vienen avanzando en su injerencia y tratan de llevar a este terreno también este concepto de “captura de valor”. Ello se evidencia en las imposiciones que pretenden
hacerle a los agricultores al condicionar la venta de sus productos y que consiste en
inspeccionar las chacras sin autorización previa, disponer en que acopios el agricultor
debe entregar su producción, o varias imposiciones mas.
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POSICIÓN DE FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA SOBRE SEMILLAS
Federación Agraria Argentina viene trabajando hace mucho tiempo con la
postura histórica de defensa de los intereses de los productores en relación a este aspecto, como es el uso de semilla en las actividades agrícolas de cosecha.
La Comisión de Semillas de FAA ha realizado un trabajo intenso y continuado
con acciones concretas como ser jornadas, reuniones, gestiones ante las autoridades
Nacionales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, mesas de
trabajo con los principales actores nacionales y multinacionales sobre la temática de
uso de la Semilla, defendiendo la posición de los productores y de los semilleros nacionales, sobre todo cooperativos. Asimismo la posición está escrita en el libro publicado
por FAA denominado “SEMILLAS, UN PAÍS QUE RESIGNA SOBERANÍA”.
En la gestión del Secretario de Agricultura de la Nación, Miguel Campos, FAA
denunció una maniobra de Monsanto que pretendía cobrar regalías sobre harina de
soja que arribó a la Unión Europea, porque argumentaba que la harina tenía trazas de
gen de Monsanto. Y como esta corporación tenía patentada la soja en la UE, pretendía
hacerlo extensivo a soja producida en otros países. Esto es el claro ejemplo de lo que
persigue este proyecto, patentar las variedades y luego cobrar regalía extendida sobre
los derivados de la soja. El fallo por el juicio gracias a las gestiones de FAA, fue contrario a los intereses de Monsanto.
El despacho del 100 Congreso de Federación Agraria Argentina ratifica la posición histórica sobre el tema de semillas, que detallamos seguidamente:
PUNTOS SOBRESALIENTES DE LA POSICIÓN DE FAA
1. USO PROPIO: Las semillas agrícolas son el fruto de miles de años de búsqueda,
descubrimiento, investigación, selección, crianza y paciente desarrollo mediante cruzas naturales llevado adelante por comunidades campesinas, pueblos originarios y pequeños productores. Asimismo el tratado Internacional sobre los
Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, adoptado en la
conferencia de la FAO de noviembre de 2001 por medio de la Resolución
3/2001, considera al derecho del agricultor de guardar semillas de su cosecha
para la siembra en su explotación, como un factor de equilibrio entre los países
ricos en biodiversidad y recursos genéticos básicos y países ricos en tecnología, resaltando el continuo papel que juegan los agricultores y las comunidades
rurales en la conservación y uso de los recursos fitogenéticos que constituyen la
base de la producción alimentaria y agrícola. Los Estados se comprometen a
proteger estos derechos otorgando protección a los conocimientos tradicionales, a la participación equitativa en la distribución de los beneficios de la utilización de los recursos fitogenéticos, sin limitar el derecho (art... 9.3 del Tratado) a
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conservar, utilizar, intercambiar y vender material de siembra y propagación
conservado en las fincas. El agricultor podrá reservar y usar libremente en su
propia explotación, y sin límite de volumen, cualquier variedad vegetal inscripta, solo cuando dicha reserva y uso provenga de la multiplicación de semilla legalmente adquirida (bolsa certificada) y esta (la semilla) destinada por el agricultor a ser sembrada exclusivamente en su propia explotación y para su propio
uso.
Es por ello que la FAA se opone a la posibilidad de restringir el DERECHO al acceso a la semilla legalmente adquirida para no transformarlo en un PRIVILEGIO de
unos pocos (siempre en la idea de usarla para su propia explotación).
2. ORDEN PÚBLICO: La ley debería contemplar el orden público, la
irrenunciabilidad de sus beneficios y la sanción de nulidad, tornando insanablemente nulos y carentes de todo valor cualesquiera cláusulas o pactos en
contrario o actos realizados en fraude a la misma. Dicho orden público y sus
efectos tiende a evitar las acciones y/o actos que vienen realizando sectores de
las multinacionales semilleras, intentando violentar la ley mediante la celebración de contratos privados de venta, regalías, acopio, etc.3. BIOTECNOLOGÍA Y GERMOPLASMA: El germoplasma no puede ser
separado del evento biotecnológico. Son y deben ser legislados en forma conjunta a fin de evitar que esta sea modificada, alterada u omitida mediante el
pretendido patentamiento del evento biotecnológico como si fuera un descubrimiento industrial. Estos intentos de patentamiento de la diversidad natural
han sido rechazados por la inmensa mayoría de los países del mundo y nos retrotrae a la neoliberal discusión de la ley de patentes en los años 90 del siglo
pasado. Legislar el mejoramiento fitogenético conjuntamente con el evento
biotecnológico, conjuga la investigación y el desarrollo de especies que realizan
los productores y los demás actores que contempla la ley.
4. PAGO DE TECNOLOGÍA: Los productores al adquirir las semillas fiscalizadas deberán pagar la tecnología en la bolsa, por todo concepto, ya sea por el
fitomejoramiento del germoplasma y por los eventos tecnológicos que incluya.
Con esto se termina con la famosa Bolsa Blanca.
5. CONASE (Comisión Nacional de Semillas): Se debe otorga a este
cuerpo un carácter colegiado y asesor dándole mayor representatividad, incluyendo nuevos actores a fin de que el mismo sea más democrático.
6. INASE (Instituto Nacional de Semillas): Se debe ratificar el rol del
INASE, con mayores funciones, misiones y estructuras normadas, incluyendo
en forma expresa funciones de promoción, desarrollo y fiscalización.
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El equipo federado que trabaja en profundidad y con seriedad el tema Semilla
destaca que Argentina está adherido a UPOV 1978 (UNION INTERNACIONAL PARA LA
PROTECCIÓN DE OBTENCIONES VEGETALES) donde está garantizado el USO PROPIO
GRATUITO porque:
No lesiona el derecho de propiedad quien reserva y siembra para uso propio, o
usa y vende como materia prima y alimento el producto obtenido del cultivo”.
No se consideran invenciones a los efectos de la ley de patentes, los descubrimientos y toda clase de materia viva preexistentes en la naturaleza.
Las plantas y los animales no son susceptibles de patentamiento. Tampoco los
procedimientos esencialmente biológicos para su reproducción.
Solamente es posible patentar “procedimientos” biotecnológicos que conduzcan a la creación de plantas transgénicas.
No pueden protegerse vía patentes las variedades vegetales. No se requerirá la
autorización del obtentor de una variedad, cuando un agricultor reserve y use para su
simiente en su explotación.
El sistema de patentes tiene por objeto “invenciones” y la patentabilidad requiere novedad, altura inventiva y aplicación industrial.
En cambio, el proyecto impulsado por el Poder Ejecutivo, incorpora algunos artículos de UPOV 1991, que deja el camino libre a las empresas multinacionales para el
patentamiento y cobro de derechos permanentes sobre el organismo con evento incorporado.
Bajo el argumento de estimular las inversiones en desarrollos biotecnológico, los
criaderos extranjeros quieren introducir el sistema de patentes en vegetales.
El cambio de filosofía que fundamenta los sistemas de protección a la propiedad
intelectual, pretenden que ya no esté inspirado en la idea de premiar al inventor, sino
avanzar en la protección del inversor, lo que hace que se subviertan todos sus presupuestos en miras a asegurar a las grandes compañías, en particular en el área biotecnológica, sustanciosos dividendos y retornos, generando además un sistema de dependencia sistemática del productor con los proveedores de dicha tecnología.
CONCLUSIONES:
• Propiciamos el avance genético y los nuevos eventos tecnológicos.
• Queremos reconocer y recompensar el esfuerzo de investigación y desarrollo
pagando ese costo en el momento de la compra de semillas, en el marco del
sistema del derecho del obtentor.
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• La revolución tecnológica en semillas debe beneficiar al sujeto agrario y al
bienestar general, por sobre el particular.
• No queremos acuerdos privados, que burlen la ley de semillas y que vulneren
el derecho milenario al uso propio de la semilla por parte de los agricultores,
(que por otra parte fue el primer fitomejorador en la historia).
• Debemos encontrar con equidad y equilibrio, un inteligente ensamble entre
todos los actores, de lo contrario vamos hacia caminos donde lo que se pretende es el apoderamiento y el control de las cadenas agroalimentarias, en el
marco de un mundo que pide alimentos y producción.
• Si como nos dicen, lo importante es la nueva tecnología en la semilla ¿por qué
quieren dominar la planta, el grano producido y la cadena comercial donde
vendemos nuestros granos? ¿Cuál es el verdadero objetivo entonces? ¿Se
pretende reconocimiento por la semilla, o la semilla es la excusa para condicionar todo?
• No queremos acuerdos ni patentamientos de variedades que nos conviertan
en esclavos de decisiones que otros tomen en nuestro nombre y se privatice
los recursos genéticos de nuestros países.
Queremos advertir sobre las consecuencias que estas acciones tienen, ya que
para defender nuestra soberanía alimentaria es imprescindible no otorgar el manejo
de las cadenas productivas a empresas que ejerzan el poder dominante y nos haga
más vulnerables.
Toda tecnología es liberadora siempre que sirva para brindar mayor autonomía e independencia. Hacer lo contrario es hacer tecnología que conduce al sometimiento.
La FAA reafirma su lucha en defensa del Derecho del Agricultor al uso gratuito
del producto de su cosecha, como así también la producción nacional y la soberanía
alimentaria.
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