La inhibitoria planteada por un tribunal arbitral: Debate sobre la

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Dra. Dioguardi Juana
“La inhibitoria planteada por un Tribunal Arbital”
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COMISIÓN N° 6: ARBITRAJE COMERCIAL - LA COMPETENCIA Y LA JURISDICCIÓN
LA INHIBITORIA PLANTEADA POR UN
TRIBUNAL ARBITRAL:
Debate sobre la pretensión autónoma de
Daños y Perjuicios
SUMARIO: I-INTRODUCCION. II-CUESTIONES DE FORMA: A) La jurisdicción y
competencia; B) Conflictos de competencia; C) El procedimiento de la inhibitoria. IIICUESTIONES DE FONDO: A) ¿La pretensión de daños y perjuicios es accesoria?; B)
Interpretación restringida del contenido de la cláusula compromisoria o compromiso
arbitral; C) Interpretación flexible del contenido de la cláusula compromisoria o compromiso
arbitral; D) La doctrina de la Corte a partir de Cartellone c. Hidronor, restringiendo la
facultad de los árbitros. IV CONCLUSIONES.
AUTORA: Juana Dioguardi[1]
PONENCIA: presentada en el
2º CONGRESO BONAERENSE DE DERECHO COMERCIAL
San Isidro, 11,12 y 13 de Mayo de 2006
Comisión 6 ARBITRAJE COMERCIAL: b) COMPETENCIA
1) Que la seguridad jurídica para el consumidor de un método de resolución de conflicto,
deberá tener el máximo resguardo, cuando se somete a una institución privada, la
resolución de conflictos; por tanto proponemos incluir en la cláusula compromisoria la
pretensión autónoma de daños y perjuicios.
2) En consecuencia a lo expresado, los reglamentos de los centros privados de arbitraje
deberán contemplar está circunstancia evitando cláusulas patológicas, que desvirtúen el
arbitraje.
3) Las cláusulas compromisorias que propician los reglamentos de los tribunales arbítrales
institucionales privados, la inclusión de la pretensión de daños y perjuicios, para evitar
conflictos de competencia, como ya lo expresáramos[2], en varias ponencias y escritos
doctrinarios.
Fundamentando la propuesta en la forma interpretativa aplicada por la jurisprudencia
judicial respecto de los alcances de la cláusula compromisoria. En ese sentido se ha dicho
reiteradamente que la jurisdicción arbitral es de excepción y que las cláusulas contractuales
que someten los conflictos a esa última deben interpretarse restrictivamente, toda vez que
implican una renuncia a la jurisdicción judicial. El compromiso arbitral delimita en forma
definitiva el objeto o thema decidendum del proceso arbitral.
I INTRODUCCION:
En este comentario se intentará describir los dos puntos principales que se pueden encontrar
en la sentencia en lo que al instituto del arbitraje se refiere: por un lado, el alcance amplio
con que cabe interpretar la cláusula arbitral; y por otro lado, la importancia del arbitraje
privado, al aplicarse las normas procesales de la inhibitoria conforme a la ley 5233, aplicable
a jueces de distinta circunscripción, reconociendo la función jurisdiccional, a los árbitros
privados. Para abordar los temas enmarcados nos referiremos a las cuestiones de forma y a
las cuestiones sobre el contenido del acuerdo arbitral o cuestiones de fondo para los
árbitros.
Un reciente fallo del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Séptima
Nominación de la Ciudad de Salta ha dado un fuerte respaldo al arbitraje como medio de
solución de conflictos comerciales.
La acertada resolución -de ser confirmada- constituirá un precedente de gran importancia,
por cuanto por su intermedio confirma la función jurisdiccional del arbitraje, destacando que
subsisten los efectos de la cláusula arbitral incluida en el contrato resuelto, que la nulidad o
inexistencia del contrato no implica la invalidez o inexistencia de la cláusula arbitral, que es
[1]
DIOGUARDI, Juana El presente trabajo académico se realiza en su gestión y dirección en el ámbito de la maestría en Sistema
de Resolución de Conflictos y la especialización en Medios Alternativos de Resolución de Conflictos de la Facultad de Derecho de
la UNLZ, acreditada ante la CONEAU por res. 066 y 065.
[2]
DIOGUARDI, Juana Teoría general de proceso LexisNexis Bs. As. 2004, pág 59
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facultad de los tribunales arbitrales decidir acerca de las objeciones referentes a la
existencia o validez de la cláusula compromisoria y requerir -por vía de inhibitoria- que los
jueces se abstengan de intervenir en aquellas cuestiones en las que el arbitraje fue elegido
como medio de resolución de conflictos.
Hoy en día, todo lo relacionado con el arbitraje reviste un gran interés. La actualidad del
tema viene dada por el notable crecimiento de esta vía de solución de controversias como
alternativa a la clásica judicial, tanto en cantidad de casos [3], como en la calidad de los
temas que se tratan[4].
En su pronunciamiento, la jueza interviniente aceptó un planteo de inhibitoria formulado por
un tribunal arbitral, constituido de acuerdo a las reglas de arbitraje del Centro Empresarial
de Mediación y Arbitraje, declarándose incompetente para intervenir en la causa y
disponiendo la remisión de la misma al tribunal arbitral exhortante.
Las partes del conflicto se encontraban vinculadas por medio de un contrato de
representación comercial, en el cual incluyeron una cláusula compromisoria de acuerdo al
modelo propuesto por el Centro Empresarial de Mediación y Arbitraje, a fin de resolver
cualquier desacuerdo, controversia o conflicto respecto de la existencia, validez,
interpretación, alcance, cumplimiento o resolución del contrato.
Ante la resolución del contrato, las partes del mismo iniciaron reclamos recíprocos, una de
ellas ante un tribunal arbitral designado en el ámbito del Centro Empresarial de Mediación y
Arbitraje; la otra, ante la Justicia ordinaria de Salta. Con lo cual se planteo el conflicto de
competencia positivo o simultaneo- art.12 ley 5233, porque dos ámbitos jurisdiccionales
están entendiendo en la causa.
El tribunal arbitral declaró su competencia para resolver los planteos realizados, a la vez el
demandado plantea incompetencia del tribunal arbitral, ante la justicia ordinaria en Salta,
reclamando la competencia a la jueza a cargo del mismo por vía de inhibitoria, ante el cual
se presentó la otra parte “el demandado”. Si bien esta sentencia recoge y aplica doctrinas ya
volcadas por el alto tribunal en fallos anteriores, podría decirse que constituye igual un hito
relevante en la doctrina judicial sobre los alcances y posibilidades del arbitraje privado.
La Jueza de primera instancia resolvió el planteo aceptando la inhibitoria formulado por el
tribunal arbitral, declarando competente al mismo y ordenó la remisión de la causa iniciada
en base a los siguientes fundamentos y consideraciones:
La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha reconocido en numerosos
precedentes la función auténticamente jurisdiccional de la que están investidos los tribunales
arbítrales. En virtud de ello, nada obsta a que sea un tribunal privado el que requiera la
inhibición por considerarse competente.
El tribunal arbitral se encuentra facultado para determinar la existencia o validez del
contrato del que forme parte una cláusula compromisoria, la cual debe ser interpretada
como un acuerdo independiente de las demás estipulaciones del contrato.
El contenido de la cláusula es suficientemente amplio como para abarcar con claridad la
cuestión suscitada en el juicio, pues hace expresa referencia a los conflictos relacionados con
la “resolución” del contrato y el objeto del pleito es la reparación de los daños y perjuicios
derivados del incumplimiento y la ruptura contractual invocada.
La cláusula compromisoria es ley entre las partes y el reclamo de los daños emergentes del
incumplimiento se relaciona directamente con el contrato, según las reglas del alcance de la
cláusula arbitral generalmente aceptadas.
El principio de autonomía de la cláusula compromisoria, constituye al decir de la doctrina
especializada, “una piedra basal” del sistema del arbitraje, que en los hechos significa que la
nulidad o inexistencia del contrato no implica la invalidez o inexistencia de la cláusula
arbitral fundado en que cuando las partes incluyen una cláusula de esta naturaleza están
pretendiendo que todas las cuestiones -incluso la validez o nulidad del contrato- queden
abarcadas por ella.
II CUESTIONES DE FORMA
A) La jurisdicción y competencia:
[3]
Por nombrar sólo un ejemplo, el número de casos sometidos al arbitraje del Tribunal de la Bolsa de Comercio, creció en los dos
últimos años de 12 a 60 (conf. la entrevista al Dr. Augusto Vanasco, en el diario La Nación, edición del 10 de julio de 2004).
[4]
En los últimos tiempos se viene sosteniendo que en el marco de un arbitraje privado los árbitros pueden declarar la
inconstitucionalidad de leyes aun si tales normas se proclaman de orden público, aun si no existe control judicial amplio posterior.
(véanse las causas del Tribunal Arbitral de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, CIE R P S.A. c. Grinbank, Daniel Ernesto, de
fecha 19 de marzo de 2002, firmado por los árbitros Carlos A. Vanasco, Jesús Vázquez Ger y Lino E. Palacio, secretario, Dr. Jorge
A. Rojas, publicado en ED, 198-464; e IGT Argentina S.A. c. Trilenium S.A. y otros del 5 de noviembre de 2002 [ED, 201-306]).
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Previo a tratar el tema de la interpretación amplia de la cláusula compromisoria, pasaremos
a aclarar conceptos básicos que se han tratado en el caso comentado.
La jurisdicción es la función jurisdiccional, que se realiza en forma unipersonal o colegiada
(Jueces o tribunales) al resolver el conflicto, por medio de una sentencia (o laudo), que es el
resultado de un razonamiento lógico y coherente o congruente con los hechos alegados y la
prueba producida, relacionado cada hecho con la prueba y la conclusión que adopta.[5]
En tal sentido, sería una jurisdicción acotada, porque carecen los árbitros de poder de
ejecución y coerción - el imperum- para ejecutar lo dicho en un laudo, por tanto podríamos
concluir que los jueces tiene una jurisdicción amplia, al gozar del poder de conocer,
convocar, decidir la cuestión planteada. El poder de coerción sobre las cosas o sobre las
personas y ejecutar lo decido, implica la jurisdicción o función jurisdiccional, propiamente
dicha. Lo cual no implica que los árbitros no gocen de jurisdicción, en este caso otorgada por
las partes y por imperio de la ley de fondo art. 1197 Cód. Civil y por la ley de forma art. 1
CPCCN, el limite está dado por el objeto del sometimiento art. 765 ley 5233, o la pretensión
objeto del proceso arbitral.
De la misma forma ya hemos dicho,…. Los jueces son quienes ejercen la función
jurisdiccional (en algunos casos los árbitros); pero sólo algunos son competentes para
entender en determinadas causas. La competencia aparece – como dice Martirolo- en “la
medida en que la jurisdicción se divide entre las diversas autoridades judiciales”,
consideramos conveniente agregar: o eventualmente, arbítrales, porque, por ejemplo, si las
partes en un contrato sometieron la resolución del conflicto que surgiere de él al proceso
arbitral, en ese caso el juez debe declarase incompetente.[6] La jurisdicción suele
confundirse con competencia, la jurisdicción no es divisible si en cambio la competencia.
La competencia es la capacidad que la ley le otorga a un juez o tribunal (jueces colegiados)
para ejercer la función jurisdiccional (jurisdicción) respecto de una determinada categoría de
conflictos,) Por razón de la materia), en una determinada instancia del proceso (por razón
del grado) y en algunos casos (por razón de la cuantía) se trata de la pena o el monto (
juez correccional o juzgado de paz) y en determinado lugar o circunscripción territorio. O
departamento o territorio. Las partes deberán determinar la competencia, para que el juez o
eventualmente el árbitro pueda ejercer su jurisdicción, es decir resolver el conflicto [7]
La jurisdicción de los árbitros es factible, por excepción a las reglas de competencia, en este
caso la prorroga de competencia. Si bien la competencia es improrrogable. El CPCCN, art. 1
y 2 permite por excepción realizar la prorroga de competencia en árbitros por ejemplo, en
cuestiones patrimoniales… La normativa procesal de la nación, admite la prórroga de
competencia favor de jueces extranjeros o árbitros, que actúen fuera de la República, es
evidente que si la norma permite lo más… se entiende implícitamente……a un árbitro
nacional[8] Los árbitros podrán también resolver sobre su propia competencia y además
disponer medidas cautelares[9].Coincidimos con Palacio y Anaya, quiénes parte de la
naturaleza jurisdiccional del arbitraje[10]
La naturaleza y función del arbitraje se destaca por los siguientes aspectos: a)Que importa
una renuncia a la competencia ordinaria de los tribunales judiciales; b) solo es factible en
materia disponible, c) la función del acto procesal de resolver el conflicto “ el laudo”, es
esencialmente declarativa, como la sentencia dictada por un juez d) no tiene carácter
limitativo o restrictivo, siendo suficiente la libre voluntad de las partes en materia disponible,
e ) que los árbitros son los únicos sujetos legitimados para resolver sobre su propia
competencia, f) el control del Estado sobre el laudo, por intermedio del poder judicial es
restringido, por imperio de la ley procesal [11]
B) Conflictos de competencia:
Las cuestiones de competencia o también denominados conflictos de competencia positivo o
simultaneo - cuando dos jueces entienden en una causa-, o negativo - cuando dos jueces se
declaran incompetentes para entender en la causa-. Las partes pueden optar por dos vías
para solicitar la incompetencia: declinatoria o inhibitoria. La declinatoria a cargo del
demandado es conocida con la simple excepción de incompetencia ya tratada en el
[5]
DIOGUARDI, Juana Teoría General del Proceso, LexisNexis Buenos Aires, 2004, Capitulo IV Competencia pág 176 y sig.
Dioguardi, J ob. Cit. Pág 176
[7]
DIOGUARDI, J Ob. Cit pág 179
[8]
DIOGUARDI Juana, ob. Cit pág. 195
[9]
DIOGUARDI, Juana ob. Cit pág 61
[10]
PALACIOS, Lino “Arbitraje Control de Constitucionalidad y recurso extraordinario” LA LEY, 2003-E 1184 ANAYA, Jaime “ Control
Judicial del arbitraje”, LA LEY 2004-B,312 DIOGUARDI, Juana “el arbitraje ingresa solapadamente al poder judicial” LA LEY 2004-F
“Volver a los principios que sustentan el arbitraje”….. LA LEY Buenos Aires 2005 pág 782 “Responsabilidad de los árbitros y
revisión de la Cosa Juzgada”. LA LEY T 2005-A
[11]
DIOGUARDI, Juana “La excepción de incompetencia en el proceso arbitral en el caso Peyras”.(MJD2486).
[6]
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comentado caso Peyras (MJD 2486). En cuestiones de competencia basada en la regla de
competencia territorial solo es factible la declinatoria.
La importancia que reviste el caso comentado, es que el árbitro es considerado un juez de
otra circunscripción, permitiendo la inhibitoria, Art. 13 ley 5233, que trata el conflicto de
competencia negativo o simultaneo, permitiendo la aplicación del procedimiento de la
inhibitoria a un tribunal arbitral privado.
Planteado así el caso, consolida el sistema arbitral, porque ante la vigencia de la cláusula
compromisoria pactada por las partes en el contrato sub examine, no le corresponde a la
autoridad judicial declarar si el tribunal arbitral es o no competente para resolver la
controversia sometida ante dicha autoridad, ya que una decisión sobre el punto importaría
invadir la competencia arbitral que, en su plenitud, comprende la facultad de conocer por sí
misma su propia competencia.
Asimismo cabe aclarar que el juez o en su caso el árbitro podrían declarase de oficio
incompetente si la controversia, no fuera de la materia del juez o disponible para las partes
en el caso del árbitro con la excepción art. 4 CPCCN. En el caso comentado, la inhibitoria
surge por razones del contenido de la cláusula compromisoria, que ocasiona el conflicto o la
discusión sobre la competencia, referida a los daños y perjuicios.
En el caso comentado, el demandado opto por la inhibitoria, por consiguiente “el actor” inicia
la demanda ante el tribunal arbitral del Centro Empresarial de Mediación y Arbitraje; la otra
“la demandada”, ante la Justicia ordinaria de Salta. El Tribunal arbitral plantea la inhibitoria
facultado por el art. 12 de la ley 5233.
El tribunal arbitral declaró su competencia para resolver los planteos realizados en el juicio
iniciado en Salta, reclamando la competencia a la jueza a cargo del mismo por vía de
inhibitoria. Atinadamente la jueza con los siguientes fundamentos: 1) la cláusula es lo
suficientemente amplia para abarcar la cuestión suscitada en el juicio, al referirse a la
“resolución del contrato”, concluyendo que la reparación de daños y perjuicios deriva del
incumplimiento y la ruptura contractual invocada; 2) la misma es ley para las partes y el
reclamo de los daños y perjuicios se relaciona directamente con el contrato y 3) fundamento
se baso en la autonomía de la cláusula compromisoria, considerando como lo hace la
doctrina especializada “ una piedra basal” del sistema arbitral, considerando que la nulidad ,
inexistencia, invalidez, del contrato no invalida la misma y que el tribunal –arbitral es
competente para entender sobre la cuestión planteada.
Es de mencionar que la prórroga de competencia opera en forma automática por el solo
hecho de no oponer el demandado la declinatoria conforme art. 2 de ley 5233 “la prorroga
operará si surgiere de convenio escrito mediante el cual los interesados manifiestan
explicítame te su decisión de someterse a la competencia del juez a quien acuden.
Asimismo para el actor, por el hecho de entablar la demanda; y respecto del demandado,
cuando la contestaré o dejare de hacerlo u opusiere excepción previa sin articular la
declinatoria[12]”. La normativa procesal de Salta ley 5233 es idéntica a la normativa de la
Nación.
En el caso comentado el demandado interpone la inhibitoria, porque como ya expresáramos,
en algunos casos en el tema de daños y perjuicios, si la cláusula compromisoria no es
precisa podría considerase una cláusula patológica.
Para evitar patologías de las cláusulas compromisorias: 1) Cláusulas claras, …….2) La
importancia de la amplitud: Las cláusulas amplias, impiden conflictos de competencia y
logran que no se discuta al respecto sobre dicha materia, un ejemplo claro es el tema de la
indemnización por daños y perjuicios, es una pretensión autónoma que debe ser incluida en
la cláusula compromisoria con el fin de evitar dudas sobre la facultad de poder decidir el
conflicto…. Los árbitros no interpretan las leyes, ni los contratos…..por el principio de la
autonomía de la voluntad[13] (ver Las cláusulas arbítrales)
Al tratarse de una pretensión autónoma, se reclama una suma de dinero para poner en la
misma situación al damnificado que se encontraba antes del contrato, portal motivo, es
indispensable agregar en las cláusulas compromisorias de instituciones privadas y sus
reglamentos la pretensión de daños y perjuicios, evitando, como en el caso comentado una
conflicto de competencia, en busca de la interpretación de la cláusula compromisoria.
Sin perjuicio de los expuesto, la jueza con buen criterio, ha interpretado que los daños y
perjuicios solo derivan del contrato firmado d entre las partes, y aunque se solicito su
resolución, la inexistencia, no nulifica, ni invalidad es más no provoca la inexistencia de la
DIOGUARDI, Juana “El reconocimiento del laudo extranjero y la anulación contra el laudo arbitral”. (MJD2477)
DIOGUARDI, Juana Teoría General del Proceso, LexisNexis, Argentina 2004, pág 59, EISMAN de Cláusula Hiperpatológica
ibid, p. 157
[12]
[13]
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cláusula compromisoria por tal motivo, se convierte en un precedente judicial, que
conllevaría un avancen en el arbitraje privado.
El caso comentado tiene otras connotaciones, si la inhibitoria es aceptada como en el caso
comentado, es apelable, en cuyo caso tendría que resolver el tribunal superior que el caso
es el máximo tribunal de Salta.
El conflicto de competencia no quedo planteado, atento a que la jueza con atinado criterio
no se declaro competente, por tanto, no existe dos órganos competentes -conflicto de
competencia positivo o conflicto de competencia simultaneo conforme art. 10 ley 5233.
El procedimiento siguiente debería remitir por vía exhorto la causa al tribunal arbitral, del
Centro Empresarial de Mediación y Arbitraje, al declarase la justicia ordinaria incompetente
para intervenir en la causa, cuyo efecto es disponer la remisión de la misma al tribunal
arbitral exhortante.
C) El procedimiento de la inhibitoria
Las cuestiones de competencia sólo podrán promoverse por vía de declinatoria, con
excepción de las que se susciten entre jueces de distintas circunscripciones judiciales, en las
que también procederá la inhibitoria. En uno y otro caso, la cuestión sólo podrá promoverse
antes de haberse consentido la competencia que se reclama. Elegida una vía no podrá en lo
sucesivo usarse de otra.
La declinatoria se sustanciará como las demás excepciones previas y, declarada procedente,
se remitirá la causa al juez tenido por competente.
La inhibitoria podrá plantearse hasta el momento de oponer excepciones o de contestar la
demanda si su trámite no se hallare establecido como previo en el proceso de que se trata.
Si entablada la inhibitoria el Tribunal arbitral del Centro Empresarial de Mediación y
Arbitraje, al declarase competente, librará oficio o exhorto acompañando testimonio del
escrito en que se hubiera planteado la cuestión, de la resolución recaída y demás recaudos
que estime necesarios para fundar su competencia. Solicitará, asimismo, la remisión del
expediente o, en su defecto, su elevación al tribunal competente para dirimir la contienda.
La resolución sólo será apelable si se declarare incompetente. El juez de la jurisdicción
ordinaria y recibido el oficio o exhorto, la jueza, requerida se pronunciará aceptando la
inhibición. En tal caso su resolución será apelable. Una vez consentida o ejecutoriada,
remitirá la causa al tribunal requirente, emplazando a las partes para que comparezcan ante
él a usar de su derecho. Si mantuviere su competencia, enviará sin otra sustancian las
actuaciones al tribunal competente para dirimir la contienda y lo comunicará sin demora al
tribunal requirente para que remita las suyas.
Dentro de los cinco días de recibidas las actuaciones de ambos jueces- tribunal arbitral y la
jueza del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Séptima Nominación de la
Ciudad de Salta-, el tribunal superior resolverá la contienda sin más sustanciación y las
devolverá al que declare competente, informado al otro por oficio o exhorto. Si el juez que
requirió la inhibitoria no remitiere las actuaciones dentro de un plazo prudencial a juicio del
tribunal superior, éste le requerirá las actuaciones para que lo haga en un plazo de diez a
quince días según la distancia. La parte interesada deberá proveer dentro del tercer día de la
notificación, los medios adecuados para la elevación del expediente, bajo apercibimiento de
tenerla por desistida de su pretensión.
Durante la contienda ambos jueces suspenderán los procedimientos sobre lo principal, salvo
las medidas precautorias o cualquier diligencia de cuya omisión pudiere resultar perjuicio
irreparable.
III
CUESTIONES DE FONDO:
A) ¿La pretensión de daños y perjuicios es accesoria?
En el caso comentado el demandado interpone la inhibitoria, porque como ya expresáramos,
en algunos casos en el tema de daños y perjuicios, si la cláusula compromisoria no es
precisa podría considerase una cláusula patológica.
Para evitar patologías de las cláusulas compromisorias: 1) Cláusulas claras, …….2) La
importancia de la amplitud: Las cláusulas amplias, impiden conflictos de competencia y
logran que no se discuta al respecto sobre dicha materia, un ejemplo claro es el tema de la
indemnización por daños y perjuicios, es una pretensión autónoma que debe ser incluida en
la cláusula compromisoria con el fin de evitar dudas sobre la facultad de poder decidir el
Dra. Dioguardi Juana
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conflicto…. Los árbitros no interpretan las leyes, ni los contratos…..por el principio de la
autonomía de la voluntad[14] (ver Las cláusulas arbítrales)
Al tratarse de una pretensión autónoma, se reclama una suma de dinero para poner en la
misma situación al damnificado que se encontraba antes del contrato, portal motivo, es
indispensable agregar en las cláusulas compromisorias de instituciones privadas y sus
reglamentos la pretensión de daños y perjuicios, evitando, como en el caso comentado una
conflicto de competencia, en busca de la interpretación de la cláusula compromisoria[15].
Sin perjuicio de los expuesto, la jueza con buen criterio, ha interpretado que los daños y
perjuicios solo derivan del contrato firmado entre las partes, y aunque se solicito su
resolución, la inexistencia, no nulifica, ni invalidad es más no provoca la inexistencia de la
cláusula compromisoria por tal motivo, se convierte en un precedente judicial, que
conllevaría un avancen en el arbitraje privado.
El caso comentado tiene otras connotaciones, si la inhibitoria es aceptada como en el caso
comentado, es apelable, en cuyo caso tendría que resolver el tribunal superior de Salta.
El conflicto de competencia no quedo planteado, atento a que la jueza con atinado criterio
no se declaro competente, por tanto, no existe dos órganos competentes -conflicto de
competencia positivo o conflicto de competencia simultaneo conforme art. 10 ley 5233.
B) Interpretación restringida del contenido de la cláusula compromisoria o
compromiso arbitral
El sometimiento de una controversia nacida de una relación contractual a arbitraje suele
reflejarse aunque no es necesario que así sea en dos actos distintos [16]: con la cláusula
compromisoria en el contrato que vincula a las partes y/o luego con el compromiso arbitral.
Consideramos que acuerdo arbitral, compromiso arbitral, clasuela arbitral o cláusula
compromisoria, es un acuerdo de voluntades de someter una o varias controversias surgidas
o no de un contrato a la resolución de árbitros. En el caso comentado se trata de un tribunal
arbitral institucional, por tanto la cláusula compromisoria incluye el reglamento de la
institución. Pero en el caso de arbitraje ad hoc, es indispensable delimitar, en el compromiso
arbitral una vez surgida la controversia cuales serán las cuestiones a resolver por los
árbitros., si las mismas no han sido aclaradas en la cláusula compromisoria, por ser
demasiado amplia, o patológica. Es la actividad jurisdiccional de control de la
autocomposición del conflicto, por ejemplo el art. 832 del Código Civil [17]
Desde un comienzo de una relación jurídica se puede prever, en el mismo contrato que
vincula a las partes, que las controversias vinculadas con tal relación serán solucionadas a
través de arbitraje; ello se suele formular en la denominada cláusula compromisoria [18].
En una segunda instancia, una vez suscitada la controversia, se suele acordar el denominado
compromiso arbitral, que es uno de los primeros pasos del proceso arbitral en sí. En este
documento se delimita cuál es la materia que se somete a consideración de los árbitros[19],
cuál el procedimiento que se seguirá en el arbitraje, entre otras cosas [20]. En el caso
comentado, no ha sido necesario el compromiso arbitral, la interpretación que ha realizado
la jueza, se refiere a la cláusula compromisoria.
Pero para comprender las líneas interpretativas nos referiremos al compromiso arbitral.
Se declaró nulo un laudo que se apartó de las condiciones o formas fijadas por las partes por
cuanto implicaba fallar fuera del compromiso y sin jurisdicción, es decir, realizar un acto
jurídicamente inexistente[21].
[14]
DIOGUARDI, Juana Teoría General del Proceso, LexisNexis, Argentina 2004, pág 59, EISMAN de Cláusula Hiperpatológica
ibid, p. 157
[15]
DIOGUARDI, Juana ob. Cit. Pág 59
[16]
LÓPEZ CABANA, Roberto, Contratos especiales en el siglo XXI, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1999, FERNÁNDEZ ARROYO,
Diego “El acta de misión del árbitro: ¿ventaja u obstáculo del procedimiento arbitral?”, en JA, 1994-III-973 y sigs.
[17]
ARAZI, Roland, Derecho Procesal Civil y Comercial T I Rubinzal- Culzoni Santa Fe, 1999 pág 33
[18]
LÓPEZ CABANA, Roberto Contratos especiales en el siglo XXI, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1999
[19]
ROJAS, JORGE A., El acceso al arbitraje, en ED, 205-163.
[20]
En Cartellone c. Hidronor ambas etapas habían tenido lugar. Por un lado se acordó que todas las controversias relacionadas con
el contrato se resolverían por la vía de arbitraje si no lograban solucionarse en el marco de un reclamo administrativo (conf. consid.
1°). Y además, una vez fracasado dicho reclamo, se celebró el compromiso arbitral (conf. consid. 2°).
[21]
Fallos, 137:33 (1922) Otto Francke. La Corte dijo en este caso que independientemente de que el hecho de laudar con violación
de las condiciones o formas impuestas por las partes importa fallar fuera del compromiso y ejecutar un acto viciado de nulidad
(Código de Procedimientos de la Nación, art. 761 y 790 Código de Procedimiento de Salta), importa también pronunciar una
sentencia sin jurisdicción, es decir, realizar un acto jurídico inexistente (sentencia Cartellone c. Hidronor, consid. 6°).
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El compromiso delimita el ámbito de actuación dentro del cual deben desarrollar su tarea
jurisdiccional los árbitros. La ley procesal indica que los árbitros pronunciarán su fallo sobre
todas las pretensiones sometidas a su decisión entendiéndose que han quedado también
comprometidas las cuestiones meramente accesorias y aquellas cuya sustanciación ante los
árbitros hubiese quedado consentida[22].
Asimismo se sostuvo que el laudo arbitral es susceptible de descalificación como acto
judicial, tanto al dar por existentes pruebas que no lo son, cuanto al afirmar su competencia
en asertos dogmáticos y extenderla a reclamos que implicaban la transformación de
pretensiones de una de las partes introduciéndolos como integrantes de la litis y variando así
los términos del compromiso, aparte de modificar el derecho aplicable y prescindir de
normas objetivas[23].
Tanto durante la vigencia de esta prescripción como con anterioridad a su sanción existió
una línea de interpretación jurisprudencial que entendía que los árbitros debían ceñirse
estrictamente a resolver las cuestiones que las partes les habían sometido a consideración.
Desde comienzos del siglo pasado pueden encontrarse decisiones en las que se dijo que el
laudo arbitral es nulo si en lugar de enmarcarse dentro de los límites máximos y mínimos del
desacuerdo que las partes determinaron, fija una cantidad fuera de dichos umbrales[24].
En esa misma línea puede recordarse un caso reciente en que las partes habían celebrado
en un convenio de compraventa de cereales someter las eventuales controversias al
arbitraje de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales y ante la invocación de una de las
partes en cuanto que el contrato era simulado[25], la Corte resolvió a favor de la justicia
estatal el conflicto de competencia planteado al adherir a la opinión del Procurador en cuanto
que si la primera cuestión a dilucidar consiste, precisamente, en establecer si esa es o no la
naturaleza de la relación creada entre las partes... la materia litigiosa excede la competencia
del tribunal arbitral y por consiguiente, incumbe al Poder Judicial [26].
De este modo, la necesidad de que los árbitros respeten al resolver controversias, los límites
objetivos que les fijaron las partes en el compromiso arbitral, constituye doctrina
consolidada de nuestra Corte, así como de algunos otros tribunales inferiores [27].
C) Interpretación flexibles del contenido de la cláusula compromisoria o
compromiso arbitral
En los últimos tiempos, la tendencia parecía inclinarse por un criterio más amplio en cuanto
a las facultades de los árbitros[28].
En línea con ello, la jurisprudencia admitió recientemente la validez de un laudo arbitral que
fue dictado sin participación de la parte condenada quien se resistió a asistir por considerar
incompetente al tribunal arbitral, y por ende, sin compromiso arbitral firmado, con base en
hechos acaecidos antes de la firma de la cláusula compromisoria, y en desconocimiento de
inhibitoria dictada por la justicia argentina que no fue acatada por el tribunal arbitral con
[22]
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, art. 754 Código Procesal Civil y Comercial de Salta art. 783
Fallos, 290:458 (1974) YPF c. Sargo, consid. 24. En el mismo sentido cita la Corte sus sentencias in re Empresa Nacional de
Telecomunicaciones s/recurso de nulidad del 1º de abril de 1974 y Tomasow Mrio c. González Parente del 27 de agosto de 1974
[ED, 57-316].
[23]
[24]
Fallos, 110:185 (1908) Basavilbaso.
La jueza de primera instancia, Dra. Elisa M. Díaz de Vivar había manifestado que se encuentra excluida la intervención de
árbitros, cuando las cuestiones planteadas sean de tal naturaleza que no puedan ser encuadradas en las cláusulas del contrato
para el supuesto en que se susciten divergencias entre las partes sobre la interpretación del contrato. Respecto de estas
cuestiones, que exceden la previsión contractual, no existe otra facultad jurisdiccional que la de los jueces del Estado. El tribunal
arbitral mencionado consideró que la única restricción en cuanto a la jurisdicción arbitral es la prevista en el art. 737 del cód.
procesal civil y comercial de la Nación por lo que tratándose de cuestiones susceptibles de transacción y no estando comprometido
el orden público no cabe duda de que la competencia de esta Cámara Arbitral comprende toda la diferencia surgida en ocasión del
contrato (conf. LL, 1990-A-419).
[25]
[26]
Fallos, 311:2300 (1988) Nidera c. Rodríguez Álvarez. La sentencia puede verse publicada también en LL, 1990-A-419 y sigs.,
con nota de ROQUE J. CAIVANO.
[27]
Sánchez, María c. Madera Broker, sala B, 29-5-86; Amorío S.R.L. c. Amorío, sala C, 18-8-89(conf. dictamen de la Fiscal de la
Cámara Nacional en lo Comercial de la Nación, Dra. Alejandra Gils Carbó, en autos Atuel Fideicomisos c. Fondos Solidario para
Empleados Asociación Civil, publicado en ED, 201-213).
[28]
A favor de una interpretación restrictiva de la competencia arbitral se registran también precedentes, por ejemplo, en la Cámara
Nacional en lo Comercial, sala C, 25 de octubre de 1996, Cooperativa Agropecuaria c. Nidera, misma sala, 18 de octubre de 1990,
Guineyada c. Transportes y Servicios del Oeste así como también en otros tribunales como la Cámara de Apelaciones Civil y
Comercial de Minas Paz y Tributario Nº 4, sentencia nro. 94.194.626 del 13 de abril de 1994.
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sede en Estados Unidos por considerar que tal inhibitoria carecía de efectos
extraterritoriales[29].
Se entendió que a través de la misma podrían introducirse en el laudo arbitral aspectos
conexos, implícitos o incidentales de los juicios comprometidos, así como los matices,
aspectos extintivos o convalidatorios que fueran apareciendo durante la sustanciación del
arbitraje[30]. También se ha dicho que el laudo debe recaer sobre puntos incidentales
conexos o implícitamente comprendidos entre los propuestos así como sobre aquellos que,
no habiendo sido incluidos en el compromiso, hubiesen sido materia de debate o prueba
durante el juicio[31].
En ese mismo sentido, es habitual encontrarse con afirmaciones tales como que los árbitros
pueden fijar el compromiso arbitral en caso de que las partes no se pongan de acuerdo [32],
que no procede la excepción de incompetencia por la mera circunstancia de estar en juego la
declaración de inconstitucionalidad de una norma [33] ya que están los árbitros en condiciones
de declarar la inconstitucionalidad de leyes, aun si tales normas se declararon de orden
público[34], que los árbitros son los jueces de su propia competencia ya que tienen facultades
similares a las de los jueces estatales excepto en lo que se refiere a la posibilidad de
ejecutar sus decisiones[35], que no pueden los jueces detener arbitrajes mediante órdenes
cautelares[36].
En algún caso podría parecer que la Corte Suprema adhirió a alguno de estos conceptos tan
amplios. A simple título de ejemplo, pueden recordarse las palabras del voto de los ex
ministro Julio S. Nazareno y Antonio Boggiano en el caso Meller, cuando se afirma que la
mayor o menor amplitud del control judicial del arbitraje depende de la misma voluntad que
le dio origen: de máxima extensión, si las partes cuentan con el recurso de apelación por no
haber renunciado a él en oportunidad de pactar el arbitraje, en cuyo caso el tribunal
interviniente tendrá jurisdicción para volver sobre el fondo de la cuestión; o limitada a
ciertos aspectos eminentemente formales, en el supuesto que, con el objeto de optimizar la
rapidez y eficacia en la solución de sus conflictos, los contratantes hayan renunciado aquella
apelación y sólo dispongan del recurso de nulidad del laudo arbitral, el cual suele
circunscribirse a errores de procedimiento. En ese marco, al juez le corresponde respetar
esas renuncias a la jurisdicción natural, en general, y a la posterior revisión por los jueces
del Estado, en particular sin atender a las posteriores retractaciones que solapadamente
puedan intentar las partes como consecuencia de una resolución adversa, so pena de
desnaturalizar el instituto del arbitraje privándolo de sus más preciosos beneficios.
D) La doctrina de la Corte a partir de Cartellone c. Hidronor, restringiendo la
facultad de los árbitros:
En el caso Cartellone c. Hidronor la Corte se inscribe en una línea de interpretación menos
extensa de las facultades de los árbitros, al asignar un criterio de interpretación también
estricto al compromiso arbitral. Esto puede advertirse por ejemplo, cuando la Corte afirma
que es requisito básico del laudo arbitral su estricta adecuación a las cuestiones incluidas en
el compromiso (art. 754 párr. 1º, cód. cit.). En consecuencia es nulo el laudo que
transforma las pretensiones de una de las partes introduciéndolas como integrantes de la
litis y variando así el compromiso.
Esta línea de interpretación llama la atención tanto por las palabras seleccionadas para
aplicar una doctrina anterior, como por el hecho de ser dictada en un tiempo en que la
tendencia parecía ser de la interpretación más amplia de las facultades de los árbitros.
[29]
Reglamento Arbitral de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, art. 45, inc. a), y 50, inc. a). El Código Procesal Civil y Comercial
adopta una decisión distinta por cuanto exige la existencia del compromiso con ciertas formalidades bajo sanción de nulidad (art.
740) y establece que si las partes no se ponen de acuerdo el compromiso será fijado por el juez, no por el árbitro (art. 742 in fine).
El Código Civil y Comercial de la prov. Salta (art. 760 in fine)
[30]
FENOCHIETTO, CARLOS E., Código Procesal..., cit., t. 3, págs. 738 y 739.
[31]
PALACIO, Lino Enrique, Derecho procesal Civil, Buenos Aires, Abeledo Perrot, t. IX, pág. 138.
[32]
Reglamento Arbitral de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, art. 45, inc. a), y 50, inc. a). El Código Procesal Civil y Comercial
adopta una decisión distinta por cuanto exige la existencia del compromiso con ciertas formalidades bajo sanción de nulidad (art.
740) y establece que si las partes no se ponen de acuerdo el compromiso será fijado por el juez, no por el árbitro (art. 742 in fine).
[33]
Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, 5 de noviembre de 2002, IGT Argentina c. Trillenium, en
ED, 201-326 y sigs
[34]
Laudos del Tribunal Arbitral de la Bolsa de Comercio IGT Argentina S.A. c. Trilenium S.A. y otros, CIE R P S.A. c. Grinbank,
Daniel Ernesto. Véase también ANAYA, JAIME L., Control judicial del Arbitraje, en La Ley del 16 de febrero de 2004, pág. 1 y sigs.;
BIANCHI, ROBERTO A., Competencia arbitral para decidir sobre constitucionalidad, Revista LexisNexis, 9 de noviembre de 2003,
pág. 21 y sigs., especialmente pág. 22; MORELLO, AUGUSTO M., ¿Pueden los árbitros declarar la inconstitucionalidad de las
leyes?, ED, 198-467.
[35]
Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Merlo c. La Razón, publicado en LL, 1987-E-170 y
siguientes. En este laudo firmado por los Dres. José A. Martín, Jaime N. Anaya y Guido C. M. Farrell, el tribunal arbitral se negó a
obedecer la instrucción de un juzgado comercial de no innovar en ese arbitraje.
[36]
ROJAS, JORGE A., Amparo al arbitraje, ED, 205-163.
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En el primer caso, las palabras de la Corte, tales como la estricta adecuación al compromiso
arbitral, la mención al párr. 1° con exclusión del segundo del art. 754 del cód. procesal civil
y comercial de la Nación, 783 Código Procesal Civil y Comercial de Salta, el acento en que
no pueden modificarse en la demanda los contenidos del compromiso arbitral y en que
tampoco pueden los árbitros convalidar esa modificación, si bien no altera en sustancia la
doctrina de la Corte, podría ser interpretado como un énfasis especial en el control del
arbitraje. Un tema de debate que podrían reabrir estas expresiones de la Corte, es el de
determinar en cuáles circunstancias pueden los árbitros fijar los puntos del compromiso
arbitral en supuestos en que las partes no se pongan de acuerdo en ellos [37].
En cuanto a la oportunidad en que esta sentencia se dicta, puede concluirse que en la época
actual parecía estarse frente a una tendencia hacia una interpretación más flexible a la hora
de delimitar el campo de acción de los árbitros, ingresando solapadamente al proceso
judicial el proceso arbitral [38].
Ante la expansión del arbitraje, la Corte resuelva este caso Cartellone c. Hidronor en forma
contraria a la que surge del fallo. El compromiso arbitral contenía ciertas frases que
permitirían inferir cierta flexibilidad en cuanto a los límites que enmarcaban la tarea de los
árbitros. Por un lado habría una referencia a que los aspectos dependientes y accesorios de
las cuestiones sometidas a arbitraje podían ser alterados[39]. Por otro lado, dicho
compromiso preveía que los reclamos serían materia de una expresión circunstanciada en el
escrito de demanda[40].
La Corte prefirió adoptar una línea de interpretación más estricta. Los árbitros, a criterio de
la Corte, no pueden introducir modificaciones en las cuestiones sometidas a su
conocimiento. Si en el compromiso arbitral quedó claro que la actualización de la deuda sería
realizada a febrero de 1985, luego no podía pretenderse aprobar una liquidación que
actualice la deuda a enero de ese mismo año. Ello no constituye una determinación o
cuantificación del reclamo sino una modificación inadmisible del compromiso arbitral [41].
Es así que la Corte se inclina por una interpretación restrictiva del ámbito de competencia de
los árbitros, centrando la mayor atención sobre el compromiso arbitral como fuente de tal
competencia[42].
Se denota en el caso Cartellone c. Hidronor el énfasis puesto por la Corte en controlar con
mayor estrictez la adecuación de los árbitros a lo que se ha pactado en el compromiso
arbitral.
Actualmente, compromiso arbitral, es denominado “acuerdo arbitral” [43], en el caso
comentado, se trata de una cláusula compromisoria en la cual se considera incluido el
reglamento del Centro Empresarial de Mediación y Arbitraje.
IV CONCLUSION:
La importancia de la resolución adoptada, es el ingreso del árbitro al sistema de
resolución de conflicto, siendo considerado el árbitro, al magistrado, al imprimir el
procedimiento establecido en la normativa procesal ley 5233, para cuestión de
competencia positiva o simultánea para jueces de distinta circunscripción.
La interpretación realizada por la jueza, evita la posibilidad de la nulidad del
laudo, atento a que si se dictara un laudo sobre daños y perjuicios siguiendo lo
[37]
Ver (inc. a) de los arts. 45 y 50 del Reglamento de Arbitraje de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires) y en cuáles otros casos
se deberá solicitar al juez estatal que lo haga (como parece surgir del art. 742, in fine, del cód. procesal civil y comercial de la
Nación y art. 761, del cód. procesal civil y comercial de la Prov. de Salta ).
DIOGUARDI, Juana Comentario al caso Cartellone “El proceso judicial Vs. el proceso arbitral”. (MJD2525)
Cartellone c. Hidronor En el consid. 6° de la sentencia en comentario, se rescata el argumento de la sala III de la Cámara
Nacional en lo Civil y Comercial Federal donde se examinó el punto 3 del acta compromisoria, en la que se había estipulado que los
aspectos dependientes y accesorios de las cuestiones sometidas a arbitraje podían ser alterados , [...] la actora estaba por ello
habilitada para plantear el modo de ajuste tal como lo hizo en su demanda y el árbitro para hacer lugar a la pretensión con ese
alcance sin que ello importara laudar más allá de lo comprometido.
[38]
[39]
[40]
Sentencia en comentario, consid. 11
La sentencia en comentario no admite que en la demanda se modifique el compromiso arbitral alegando que las sumas
consignadas en él eran sólo estimativas y estaban expresadas a título puramente indicativo por lo que su determinación y
cuantificación definitivas constituían la tarea encomendada al tribunal arbitral (consid. 11, párr. 2°).
[41]
[42]
El compromiso arbitral delimita en forma definitiva el objeto o thema decidendum del proceso arbitral (art. 740, inc. 3º, cód.
procesal civil y comercial de la Nación) ...es por ello requisito básico del laudo arbitral su estricta adecuación a las cuestiones
incluidas en el compromiso (art. 754, párr. 1º, cód. cit.). En consecuencia es nulo el laudo que transforma las pretensiones de una
de las partes introduciéndolas como integrantes de la litis y variando así el compromiso (conf. sentencia en comentario, consid. 12).
[43]
Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional, art. 7 es un acuerdo por el que las partes deciden someter a
arbitraje todas las controversias o ciertas controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada
relación jurídica, contractual o no contractual. El acuerdo arbitral podrá adoptar la forma de una cláusula compromisoria, incluida
en un contrato o la forma de un acuerdo independiente.
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lineamientos de la Corte, los árbitros estaría extralimitando su función, al
considerase los daños y perjuicios como una pretensión autónoma.
La resolución adoptada por la jueza impide nulidades posteriores del laudo, ya que
los árbitros están ceñidos al estricto contenido de la cláusula compromisoria. La
función judicial, cumple con los presupuestos procesales, del control judicial
conforme a la normativa procesal.
Sin perjuicio de la recomendación, la ley de forma aplicada de la provincia de
Salta, se refiere a jueces, en ningún momento hace referencia a árbitros,
Quizás sea el comienzo de un largo camino atravesado por el arbitraje donde un
Centro empresarial que conformo su centro de arbitraje y mediación, figure en la
doctrina y jurisprudencia. Sin perjuicio que el Código de procedimiento de Salta no
es de los más actualizados, la jueza ha realizado una interpretación armónica, con
criterio y fundamento en el derecho de fondo y de forma, logrando una conclusión
valiosa para el arbitraje, y evitando posibles nulidades.
Además es importante mencionar, como ya lo he expresado en varios trabajos, que
está cuestión no se hubiese suscitado, si la cláusula compromisoria incluyera
claramente que también los árbitros tendrán competencia en la pretensión
autónoma de daños y perjuicios.
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