BAJAR DOCUMENTO:El AFIANZAMIENTO DE LA JUSTICIA Y SU

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El AFIANZAMIENTO DE LA JUSTICIA Y SU
RECEPCION COMO ASPECTOS DIALOGICOS
DE LA VERDAD EN EL PROCESO
DR. HUBERTO FRANCISCO SANTILLAN GARCIA
Profesión: Abogado desde el año 1980, egresado de la
Universidad Nacional de Mar del Plata. Licenciado en Letras
egresado de la Universidad Nacional de Mar del Plata desde el año
1995.Domicilio: Calle 57 Nº 2716 de la ciudad de Necochea, C.P.
B7630CUE, Provincia de Buenos Aires.Teléfono/Fax: (02262) 43-3422 - 43-6956.Teléfono Celular: (02262) 15568760.Correo electrónico:
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1
INTRODUCCIÓN:
La prueba judicial busca comprobar una verdad válida para el
proceso. La disputa judicial se desarrolla a través de la construcción
de dos o más armazones probatorios, que se van a sostener o
desarmar en un nuevo armazón jerárquico de la sentencia. Estos
armazones, más que a la verdad, aspiran a la coherencia interna de
la propia resolución, fundadas en razones auténticas o inauténticas,
aparentes o evidentes, pero siempre soterradas bajo la
interpretación de la ley.-
En último término, son la culminación de una disputa
"civilizada" que privilegia la apelación a una solución fundada en una
racionalización adecuada al tiempo social vigente, por sobre la
fuerza individual o el poder feudal o tribal.-
Desde que la historia se alejó de una cosmovisión tradicional
y cíclica de la vida, la concepción unívoca de la verdad actuando en
diferentes capas de profundidad, dejó paso a una visión empírica y
materialista de diversas significaciones equivocas, contradictorias y
anárquicas de la realidad , de la que no es ajena el proceso judicial y
su sustrato probatorio.-
¿Qué verdad busca la cultura en general y el proceso judicial
en particular? Una verdad absoluta objetiva reflejo o mímesis de la
realidad. O la verdad decodificada del lenguaje, ahora ni siquiera
fundada en la entelequia del sujeto. En todo caso, verdad relativa y
permeable a la interpretación multívoca y desjerarquizada de las
cosas los hechos, las conductas.-
Cuál es la naturaleza de los hechos y las cosas, qué
podemos captar de ellos, qué podemos reproducir y recrear. Entre
los hechos se escurren las motivaciones subjetivas, ideológicas y
sociales de los contendientes y también en no menor medida del
juzgador, con su personal sentido de lo "justo".-
La gran aspiración y fundamento del proceso y de la vida
social no puede ser otro que “afianzar la justicia” (siguiendo la
2
directiva del Preámbulo de la Constitución Nacional) y la verdad
(esencialmente receptada y creada diológicamente) en estos
tiempos de indigencia y de zozobra.-
3
DESARROLLO DEL TEMA
La paix vaut encore mieux que la vérité
 Prueba y teoría del juego:
¿Es un juego inocente la búsqueda de la verdad en el proceso
judicial?
En ciertos aspectos la prueba en el proceso judicial es
análoga a la teoría del juego, en el sentido de Huizinga,1 en tanto
acción libre de desempeñar, para llegar a un fin según determinadas
reglas, con un sentimiento de tensión, (más que de alegría) y con la
convicción de que no es la vida real lo que se va a repetir, sino un
simulacro o en su mayor grado (oralidad) una teatralización.-
El desarrollo de la prueba judicial en el ámbito del proceso, se
presenta como un juego sometido a una competencia entre dos o
más partes antagonistas que buscan una demostración de
superioridad, en un universo cerrado, por normas procesales, y
convencionales. Interesa destacar un aspecto de competencia y de
lucha (agon/polemos) y de imitación (mimesis) de la realidad a
través de los medios probatorios.- 2
1
(1938): El juego es una acción u ocupación libre, que se desarrolla dentro de
unos límites temporales y espaciales determinados, según reglas absolutamente
obligatorias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene fin en sí misma y va
acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de la conciencia de -ser de
otro modo- que en la vida corriente. Huizinga, Johan (2000). Homo Ludens.
Alianza Editorial.
2
Según Roger Caillois fueron los griegos los que definieron cuatro tipos de
juegos de los cuales salieron diversas variables a lo largo de la historia: * AGON:
son los juegos de competencia donde los antagonistas se encuentran en
condiciones de relativa igualdad y cada cual busca demostrar su superioridad
(deportes, juegos de salón, etc.). * ALEA: juegos basados en una decisión que no
4
El juego que la prueba y el proceso implican, aparecería en
sus últimas consecuencias como un medio de decantar una
contienda inmediata y real por el efecto apaciguador del tiempo, con
el fin de evitar una confrontación violenta. A la vez que asegurar la
paz con el sesgo axiológico de la justicia como finalidad mediata.-
Propiamente se trata de evitar la guerra con su juego de
tácticas y estrategias y venganzas, reemplazándolas por el juego de
los conceptos y del lenguaje vehiculizados en los medios de prueba.
Se trata de un juego dialógico y dialéctico que se consume en sí
mismo. 3
depende del jugador. No se trata de vencer al adversario sino de imponerse al
destino. La voluntad renuncia y se abandona al destino. (juegos de azar).
* MIMICRY: Todo juego supone la aceptación temporal, sino de una ilusión
cuando menos de un universo cerrado, convencional y, en ciertos aspectos,
ficticio. Aquí no predominan las reglas sino la simulación de una segunda realidad.
El jugador escapa del mundo haciéndose otro. Estos juegos se complementan con
la mímica y el disfraz. * ILINX: juegos que se basan en buscar el vértigo, y
consisten en un intento de destruir por un instante la estabilidad de la percepción y
de infligir a la conciencia lúcida una especie de pánico voluptuoso. En cualquier
caso, se trata de alcanzar una especie de espasmo, de trance o de aturdimiento
que provoca la aniquilación de la realidad con una brusquedad soberana. El
movimiento rápido de rotación o caída provoca un estado orgánico de confusión y
de desconcierto. Caillois, Roger (1957). Les jeux et les hommes. Gallimard.
3
Pienso que no hay que referirse al gran modelo de la lengua y de los signos, sino
al de la guerra y la batalla. La historicidad que nos arrastra y nos determina es
belicosa; no es habladora. Relación de poder, no relación de sentido. La historia
no tiene “sentido”, lo que no quiere decir que sea absurda e incoherente. Al
contrario es inteligible y debe poder ser analizada hasta su más mínimo detalle:
pero a partir de la inteligibilidad de las luchas, de las estrategias y de las tácticas,
ni la dialéctica (como lógica de la contradicción), ni la semiótica (como estructura
de la comunicación) sabrían dar cuenta de la inteligibilidad intrínseca de los
enfrentamientos. Respecto a esta inteligibilidad la “dialéctica” aparece como una
manera de esquivas la realidad cada vez más azarosa y abierta, reduciéndola al
esqueleto hegeliano; y la “semiología” como una manera de esquivar el carácter
violento, sangrante, mortal, reduciéndolo a la forma apacible y platónica del
lenguaje y del diálogo. (MICHEL FOUCAULT - GENEALOGÍA DEL PODER –
MICROFISICA DEL PODER – EDICIÓN Y TRADUCCIÓN DE JULIA VARELA Y
FERNANDO ALVAREZ-URIA – SEGUNDA EDICIÓN – LAS EDICIONES DE LA
PIQUETA – 1980.)
5
 Prueba y simulacro:
El evento, el hecho (que solo después se va a recortar como
probatorio) siempre es univoco casi instantáneo, pero su
reproducción se refleja siempre equívocamente y desde múltiples
facetas y mediatizado en referencias o discursos que se plasman
con la documentación de la prueba.-
Los medios de prueba están atravesados por la búsqueda de
la verificación de hechos puntuales, pero multívocos en sus
sentidos.-4
Con la suprema aspiración a recomponer una historia
verosímilmente real (reformada al fin), la prueba busca ampararse
en la tesis general de la norma, que por su misma generalidad no
puede ser sino un modelo simulado o simulacro de la realidad, en
relación con la empírea cotidiana del vivir existencial. En este
modelo, el concepto de “verdad” se dificulta en su verificación e
interpretación.- 5
4
El proceso de verificación desde el punto de vista de la ciencia y de la técnica,
consiste en comprobar que el modelo simulado cumple con los requisitos de
diseño para los que se elaboró. Se trata de evaluar que el modelo se comporta de
acuerdo a su diseño del modelo. El o los modelos simulados lo brindan las partes
con su desarrollo de los "hechos" y la prueba o verificación pautada en un modelo
cerrado y autónomo. En el proceso de prueba el modelo simulado, (a diferencia de
la ciencia), actúa a posteriori del evento real.-
5
En su ensayo sobre la precesión de los simulacros, Jean Baudrillard (Cultura y
Simulacro (1978). Editorial Kairos, Barcelona, 2007), trae a colación un cuento
de Borges sobre un mapa (es decir, una representación: la aspiración de todo
sistema de prueba en el proceso) tan detallada que es una correspondencia
biunívoca con el territorio. En la era postmoderna el territorio (la realidad), ha
dejado de existir y sólo ha quedado el mapa. Es imposible distinguir los conceptos
mismos de mapa y territorio, dado que se ha borrado la diferencia entre uno y otro.
Los simulacros son, entonces, aquellos elementos que, según la metáfora de
Borges, hacen emerger un mapa (modelo virtual) por encima del territorio real. Ese
mapa (o modelo virtual), construido por la sucesión de simulacros, llega a
suplantar a la realidad, dando lugar a una hiperrealidad, que es propiamente una
6
Habría que preguntarse, siguiendo este esquema de
simulacro de la realidad, del que el proceso judicial no resulta ajeno,
de qué manera, la prueba puede erigirse en fundamento de una
decisión que pone fin a una confrontación, solo por la verificación de
los meros datos de un mapa o simulacro de la realidad, realizado expost-facto.-
 Prueba y verdad en la ley procesal:
La ley procesal determina los límites de la prueba,
correspondientemente los medios por los cuales debe efectuarse si
o si los procesos de verificación de los hechos y cómo esta
verificación debe ser tenida e interpretada como acreditación de la
existencia de los mismos. La determinación de medios de prueba
legalmente reconocidos produce un nuevo corte en el proceso de
verificación de los hechos y en la búsqueda de la verdad.-
Propiamente se podría buscar la verdad en el proceso con
otros procedimientos, como por ejemplo una representación de tipo
teatral, más asimilable al procedimiento oral y el resultado puede ser
distinto, aun con los mismos hechos históricos. La ley procesal en
cuanto a los medios probatorios que propicia, en desmedro de otros,
resulta entonces sinónimo de reconstrucción o destrucción del
pasado histórico. Enmascaramiento de la memoria de los
documentos o del lenguaje. O, ampulosamente, pretensión de
edificación y construcción de una verdad mediatizada por una
prueba particularmente clasificada y jerarquizada.-
ficción. Según esto, y dado que la realidad se extingue bajo las brumas del modelo
virtual, ya sólo quedan los simulacros: de aquí en adelante, los simulacros
precederán a cualquier acontecimiento, o, más exactamente, a cualquier suceso
que ocurra en la hiperrealidad. Existe una interferencia constante del mecanismo
de “verdad” como la característica clave de las sociedades avanzadas. La
acelerada circulación de informaciones y el choque constante de las infinitas
interpretaciones (también las manipulaciones conscientes) tienden a igualarlas en
forma de “simulacros”. Se desvanece la distinción entre verídico y falso; como en
la caverna platónica: solo hay imágenes entre imágenes, opiniones frente a otras
opiniones, informaciones diversas, pero no “La Verdad” como absoluto.
7
Propiamente un recorte, es decir una negatividad parcial, no
solo de la realidad, sino también de las posibles representaciones de
la realidad. El Preámbulo y la directiva de afianzar la justicia como
criterio constitucional de las decisiones judiciales:
Se pueden invocar desde la práctica judicial algunas ideas
arquetípicas y absolutas para ser utilizadas pragmáticamente, con el
fin de que no nos devore el juego inhumano de los simulacros en la
interpretación y decisión de las controversias. El efecto inmediato es
asegurar la paz social.-
Siempre podemos apelar a la Constitución de la Nación
Argentina, en aquellas partes en que se evidencia una respuesta
con enraizamiento en lo histórico. Como un marco valorativo para
sobrellevar las antinomias del país, que han permanecido vigentes
desde los pactos preexistentes. En un proceso judicial siempre hay
antinomias: las que manifiestan las partes, así como las antinomias
de las partes, con respecto al marco de valoración de la prueba y la
verdad y de la solución de los litigios. El Preámbulo, en su
declaración de los fines de la Constitución de la Nación Argentina
establece líneas directivas para el planteamiento del proceso judicial,
la prueba y la solución pacífica de las controversias.-
El derecho judicial, ha otorgado al Preámbulo el
reconocimiento del valor interpretativo de sus cláusulas y en especial
de sus objetivos como expresión del Estado de Derecho.-
En especial, el criterio orientador para todas las instituciones
del país, debe propender a afianzar la justicia en sus objetivos y en
sus actuaciones.- 6
6
Diligite iustitiam qui iudicatis Terram (Sabiduría I 1, Dante, Paradiso, XVIII
91.93).-
8
El carácter operativo del Preámbulo y la identidad entre el
objetivo de afianzar la justicia y el valor justicia, fue declarado
expresamente en una causa en la que los padres de una menor de
dieciocho años, hermana del paciente enfermo, solicitaban
autorización judicial para que la primera donara un órgano al
segundo. La ley entonces vigente sólo autorizaba los trasplantes de
donantes vivos mayores de dieciocho años. Al hacer lugar al pedido,
la Corte Suprema invocó los principios del derecho natural para
reinterpretar las normas aplicables conforme a los efectos de la
sentencia de los que no cabía desentenderse al Tribunal. (“Saguir y
Dib, Claudia G. s/ autorización”, Fallos 302:1284 (1980), La Ley,
1981-A, 397).- 7
Debemos destacar dos aspectos en la interpretación que
realiza la Corte Suprema de la Nación del Preámbulo en dicho fallo:
el valor universal de justicia, implica de por si un valor absoluto,
otorgado por encima de la mera remisión a la ley y al caso. La
finalidad primordial, es obtener una solución adecuada a un
parámetro axiológico de justicia, como valoración supralegal. Esta
concepción implica asignar a la justicia y a la interpretación de la
7
En sus principales considerandos, la Corte Nacional estableció: “El quid del
problema reside entonces en optar por una interpretación meramente teórica,
literal y rígida de la ley que se desinterese del aspecto axiológico de sus
resultados prácticos concretos o por una interpretación que contemple las
particularidades del caso, el orden jurídico en su armónica totalidad, los fines que
la ley persigue, los principios fundamentales del derecho, las garantías y derechos
constitucionales y el logro de resultados concretos jurídicamente valiosos. (…) 7º)
Que las excepcionales particularidades de esta causa, precedentemente
expuestas, comprometen al Tribunal, en su específica misión de velar por la
vigencia real y efectiva de los principios constitucionales, a ponderar
cuidadosamente aquellas circunstancias a fin de evitar que la aplicación mecánica
e indiscriminada de la norma conduzca a vulnerar derechos fundamentales de la
persona y a prescindir de la preocupación por arribar a una decisión
objetivamente justa en el caso concreto lo cual iría en desmedro del
propósito de “afianzar la justicia” enunciado en el Preámbulo de la
Constitución Nacional, propósito liminar y de por sí operativo, que no sólo
se refiere al Poder Judicial sino a la salvaguarda del valor justicia en los
conflictos jurídicos concretos que se plantean en el seno de la comunidad. (…) Es,
pues, el derecho a la vida lo que está aquí fundamentalmente en juego, primer
derecho natural de la persona preexistente a toda legislación positiva que,
obviamente, resulta reconocido y garantizado por la Constitución Nacional y
las leyes (adviértase que en la nota al art. 16 del Código Civil, que remite a
los principios generales del derecho, el Codificador expresa: “Conforme al
art.7º del Cód. de Austria”, y éste se refiere a “los principios del Derecho
Natural”; vide igualmente el art. 515 y su nota).”
9
verdad, un valor de manifestación superior al mero juego normativo
o procedimental de lo existente. En un segundo lugar se destaca
nuevamente la preeminencia por sobre la legislación vigente de los
principios del derecho natural, aceptada su recepción (legal) por la
vía de una nota del codificador a la legislación común. Criterio que
también hacen hincapié en el valor universal del derecho a la vida,
del que no puede desatenderse la justicia y la verdad, como valores
absolutos.-
También debemos tener en cuenta como otro polo directriz
del preámbulo, el objetivo de: consolidar la paz interior. En nuestro
tratamiento del valor de justicia y de verdad, pacificar las
controversias individuales (eco de las controversias sociales) no
resulta una aspiración menor.
 Sobre el concepto de verdad y el objeto de la prueba:
Los hechos en sí mismos, jamás han podido garantizar la
verdad de ninguna teoría, porque son susceptibles de aplicaciones e
interpretaciones diversas por parte de quien maneja el lenguaje o el
código, ya sea lógico o científico. O sea, por los criterios de
validación (léase prueba) de esos hechos. Los resultados de esa
validación (prueba), más que inspiradas por la constatación de estos
hechos, son sostenidas, consciente o inconscientemente por
hipótesis o tendencias predominantes (desde el ámbito cultural y
social político). Construcciones discursivas en código de lenguaje
jurídico predominante. Ya sean estos fundados en principios
dispositivos,
inquisitivos,
garantistas,
liberales,
estatistas,
sociologistas o revolucionarios. En este sentido al discurso jurídico
es plenamente aplicable la teoría de los cambios de paradigma o
revolución científica de Kuhn. No hay propiamente un desarrollo
acumulativo en el camino a la verdad, mucho menos "evolución" y
progreso. No existe la neutralidad de los enunciados perceptivos que
realizan no solo las partes sino también el Juez.-
Nuevamente: toda teoría de la prueba no puede significar otra
cosa que un enunciado de apertura hacia el pasado de los hechos
(objeto de la prueba) y hacia el futuro de la solución de autoridad
(Sentencia).-
10
La convicción o sistema de prueba siempre dependerá con
mayor o menor libertad que la autoridad otorgue al juez (delegado de
esa autoridad) y a las partes en el manejo del instrumento de
validación científica, que en el ámbito del proceso son las pruebas.
Este instrumento siempre pasara por el tamiz de observación
perceptual y de interpretación o traducción del delegado de la
autoridad.-
El concepto de verdad no parte de ninguna posible
"existencia" o relación de adecuación de un objeto o cosa con una
construcción del lenguaje. Entonces mucho menos de una
adecuación de una "prueba" que refleje mágicamente el “pasado”,
proyectado hacia una nueva recreación, a través del decurso del
proceso. Todos los puentes entre la "verdad" de los hechos y el
enunciado de la prueba están cortados. La realidad se opone a la
simple apariencia exterior: las apariencias engañan.-
En el problema de la verdad siempre existe un basamento de
recepción acerca de la verdad, (cada individuo y aun una sociedad
particular recepta su concepción de verdad de acuerdo a sus
posibilidades) y por lo tanto de creencia. Así para el noble del
medioevo su verdad estaba fundada en la aceptación del juicio de
Dios (ordalía). Para el hombre moderno en el juicio de la “diosa
razón”. Para el contemporáneo en un sistema de relaciones de
poder, de intereses prevalentes en la sociedad que determina las
reglas de pruebas más o menos tasadas o reglamentadas en un
código.-
Propiamente no hemos avanzado mucho desde las ordalías.-
Siempre tenemos que interpretar el juicio de Dios o de la
diosa razón. 8
8
La ordalía o prueba judicial se realizaba en la iglesia. A un lado estaba el agua
hirviendo, en una caldera puesta al fuego, y al otro una gran cuba donde se
echaba agua fría. Las iglesias donde se ejecutaba la prueba caldaria recibían
este privilegio del señor dominante del territorio. Los acusados pagaban al fisco de
la iglesia el derecho exigido por la prueba, y el agua fría estaba reservada para los
villanos o pecheros.
11
Hoy se encuentra en cuestión la posibilidad del conocimiento de la
verdad, que solo es posible en tanto y en cuanto que el hombre es
“posibilidad hacia el futuro”. La prueba de la verdad luce más que
nada como una adecuación ficticia a la realidad, que constantemente
se va anudando y desanudando hasta una solución que siempre se
determina por el poder judicial, autoridad delegada del Estado. “Esa
posibilidad hacia el futuro” de lo que está hecho el hombre y su
propia libertad, -según Martin Heidegger-, es la esencia de la verdad.
Este mismo autor, cuando habla de la esencia de la verdad se
pregunta sino nos extraviamos en el vacío de lo general, que nos
deja sin aliento para pensar, por prescindir de lo real o de la
experiencia práctica de la vida con sus particularidades. “El
ocultarse, el ocultamiento [Verborgenheit], la Léthe, pertenecen a la
Alétheia (verdad), no como un mero añadido, como las sombras a la
luz, sino como corazón de la Alétheia”.-9
La posición de Tarufo indicando que: "La función de la prueba
es esencialmente la de servir para el conocimiento de los hechos" es
tautológica, porque precisamente lo que se encuentra en debate es
si los hechos nudos pueden ser representados a posteriori por los
medios probatorios legalmente establecidos y en definitiva
tamizados por la interpretación de un juez o tribunal. El tema es que
nunca los hechos van a poderse determinar en forma unívoca o
acertadamente y el objetivo de llegar a la "verdad" aparece más una
declaración vacía de contenido sino se aclara suficientemente la
9
El sentido común del hombre tiene su propia necesidad; afirma su legitimidad con
la única arma que está a su alcance, esto es, la invocación a lo “obvio” de sus
aspiraciones y reflexiones. Ahora bien, la filosofía no puede rebatir nunca al
sentido común porque éste es sordo a su lenguaje. Ni siquiera deba albergar
semejante deseo, porque el sentido común es ciego a lo que ella propone como
asunto esencial.-
Además, nosotros mismos nos quedamos detenidos en lo obvio del sentido común
cuando nos creemos seguros en esas multiformes “verdades” de la experiencia de
la vida, del actuar, investigar, crear y creer. Nosotros mismos defendemos los
“obvio” contra cualquier pretensión de ponerlo en tela de juicio y cuestionarlo.Por eso, si de veras debemos preguntar por la verdad, la primera exigencia será
responder en qué punto estamos hoy nosotros. Se quiera saber qué ocurre con
nosotros actualmente. Se reclama la meta que se le debe plantear al hombre en
su historia y para ella. Se quiere la “verdad” real y efectiva. ¡Es decir, la verdad al
fin y al cabo! (Heidegger Martin, De la Esencia de la Verdad, HERDER, 2007).-
12
noción de verdad y como llega ésta a formarse o recepcionarse en
los propios operadores del derecho.-
M. Tarufo reconoce que la verdad que se obtiene en el juicio
no es la verdad absoluta y que ésta es imposible de lograrla en
ningún dominio del conocimiento humano, pudiendo solo aspirarse
a verdades relativas. Pero admitida esta imposibilidad establece un
nuevo absoluto en la “diosa razón empírica”, cuando asigna como
función de la prueba: ofrecer al juzgador, conocimientos fundados
empírica y racionalmente acerca de los hechos litigiosos.-10
Se impone salir de este círculo vicioso conceptual, asociado al
positivismo, por una visión más histórica y cultural.-
Resulta interesante destacar el aporte que realiza desde la
epistemología y la teoría de la investigación científica, Juan Samaja,
que cree -como Leibniz-, que los procedimientos científicos son
análogos a la investigación de la verdad en los procesos jurídicos.-
Destaca la existencia de dos fases: el modo de investigación y
el modo de exposición (o de validación o verificación de la prueba
obtenida) que resulta como método, analógico al científico y pueden
usarse para averiguar cómo es realmente el objeto, como para
probar que el objeto es tal como lo expresa el conocimiento. Es decir
el criterio de verdad que se debe implementar para validar los
hechos.-11
10
TARUFFO, Michele, "La prueba de los hechos", trad. de Jordi FERRER
BELTRÁN, 2ª ed., Trotta, Madrid, 2005, pp. 24-25.
11
Si el producto de la investigación científica es ese movimiento de ir y venir entre
la teoría y la empiria (entre el esquema lógico-matemático y el modelo real),
pareciera entonces inevitable este desdoblamiento de los cursos de acción en dos
direcciones: la que va de la teoría a la empiria (modo de validación) y la que va de
la empiria a la teoría (modo de descubrimiento). Estas dos direcciones han sido
adoptadas en las disputas metodológicas, dando lugar a dos corrientes más
destacadas de la modernidad: el apriorismo racionalista y el empirismo. El
veredictum del jurado (vere dictum = dicho verdadero), como el del
13
Este paralelismo de los métodos de investigación y validación
o verificación de los hechos para asignarles consecuencias legales o
científicas conlleva determinadas consecuencias. Cada enunciado
validado o interpretación de la verdad está sometido a la refutación
de antiguos errores, a la formulación de nuevas verdades, a la
alteración de las formas teóricas o cambios de paradigma o de
sistemas en su evolución histórica y realidad social imperante.-12
experimentador, es una respuesta a una cuestión de hecho (quid facti”), que ha de
proponerse al jurado en la forma más tajante y definida posible. Pero tanto la
cuestión que se pregunta cómo la forma en que se presenta dependerán, en gran
medida, de la situación legal, esta es, del sistema vigente de leyes penales (que
corresponden al sistema de teorías). Al tomar una decisión, el jurado acepta, por
acuerdo, un enunciado acerca de un acontecimiento fáctico (como si fuere un
enunciado básico); la importancia de tal decisión radica en el hecho de que, a
partir de ella –justamente con los enunciados universales del sistema (de leyes
penales)- es posible deducir ciertas consecuencias; dicho de otro modo: la
decisión forma la base para la aplicación del sistema: el veredicto desempeña el
papel de un “enunciado de hechos verdaderos”. Pero es patente que no hay
necesidad de que sea verdadero meramente por haberlo aceptado el jurado, lo
cual queda reconocido por la regla que permite revocar o revisar un veredicto.
Popper (1962, 104 y 105). (EPISTEMOLOGIA Y METODOLOGIA – ELEMENTOS
PARA UNA TEORIA DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA – JUAN SAMAJA –
EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES – 3º EDICION – 1995,
Eudeba, pag. 37/38, 339).
12
Lo importante, creo, es que la verdad no está fuera del poder, no sin poder (no
es, a pesar de un mito, del que sería preciso reconstruir la historia y las funciones,
la recompensa de los espíritus libres, el hijo de largas soledades, el privilegio de
aquellos que han sabido emanciparse). La verdad es de este mundo: está
producida aquí gracias a múltiples imposiciones. Tiene aquí efectos
reglamentarios de poder. Cada sociedad tiene su régimen de verdad, su “política
general de la verdad”: es decir, los tipos de discursos que ella acoge y hace
funcionar como verdaderos: los mecanismos y las instancias que permiten
distinguir los enunciados verdaderos o falsos, la manera de sancionar unos y
otros; las técnicas y los procedimientos que son valorizados para la obtención de
la verdad; el estatuto de aquellos encargados de decir qué es lo que funciona
como verdadero. En sociedades como las nuestras la “economía política” de la
verdad está caracterizada por cinco rasgos históricamente importantes: la “verdad”
está centrada en la forma del discurso científico y en las instituciones que lo
producen; está sometida a una constante incitación económica y política
(necesidad de verdad tanto para la producción económica como para el poder
político); es objeto bajo formas diversas de una inmensa difusión y consumo
(circula en aparatos de educación o de información cuya extensión es
relativamente amplia en el cuerpo social pese a ciertas limitaciones estrictas); es
producida y transmitida bajo el control no exclusivo pero si dominante de algunos
grandes aparatos políticos o económicos (universidad, ejercito, escritura, medios
de comunicación); en fin, es el núcleo de la cuestión en todo un debate político y
de todo un enfrentamiento social (luchas “ideológicas”).- (MICHEL FOUCAULT GENEALOGÍA DEL PODER – MICROFISICA DEL PODER – EDICIÓN Y
14
 Los hechos y la verdad procesal como acto de recepción
por las partes y el Juez:
El debate sobre la verdad jurídica o factual también es un
tema de fe (en la religión en la ciencia o en el lenguaje) a partir del
momento que aceptamos una postura con respecto a lo que
creemos por “verdad”, ya sea relativa o absoluta, respecto a nuestra
concepción particular de la verdad.13
Los hechos que son materia de la prueba y del criterio de
verdad, nunca se expresan por si mismos en el proceso, siempre
hablan a través de determinados medios probatorios aceptados,
pero remiten en definitiva al lenguaje oral o escrito o a medios de
reproducción que mediatizan una vez más la realidad de ese pasado
brumoso.Estos medios remiten a un sujeto legal (partes juez) que los
recepciona, los reinterpreta, les da coherencia y les asigna un
criterio de verdad.-14
TRADUCCIÓN DE JULIA VARELA Y FERNANDO ALVAREZ-URIA – SEGUNDA
EDICIÓN – LAS EDICIONES DE LA PIQUETA – 1980, pag. 178).-
13
El Papa Francisco en una carta publicada en el diario La República en la que
llamó a un diálogo abierto basado en la fe, manifestó :
"Cada uno recibe la verdad y la expresa a partir de sí mismo, de su historia, de su
cultura y de la situación en dónde vive".Por lo que la verdad siempre es: lo que se recibe para interpretar el mundo. Ya
sea desde una concepción trascendente o inmanente a éste. También es aquella
respuesta que el que la recibe, expresa o recircula de esa verdad, con lo cual
queda acentuado el aspecto dialógico de la verdad.14
La fenomenología de Edmund Husserl (1859-1938) establece que, como
individuos no podemos asegurar la existencia independiente de los objetos fuera
de nuestro conocimiento, pero la manera en que se nos presentan sí es certera.
De esta forma, los objetos que encontramos guardan una relación directa con la
forma en que los encontramos; nuestra conciencia, que es la que los percibe,
define nuestra percepción de ellos. Así, podemos evitar preguntas sobre la
realidad última o la posibilidad de conocer el mundo, y simplemente describirlo tal
como se le presenta a la conciencia, considerando los objetos como fenómenos
aislados.
15
Enfocada a la teoría jurídica, la forma en que las partes y el
juez perciben y constituye su visión particular de los hechos y de la
verdad se perciben y se reciben de manera concreta y personal a
través de un medio probatorio en particular o de un texto, donde se
establecen criterios de interpretación en un proceso dinámico de
asignación de significados en el que cada parte y el juez
reinterpretar, asignan coherencia y fundan criterios de verdad del
material mediatizado de la prueba.-
La hermenéutica del filósofo alemán Hans-Georg Gadamer
(1900-2002) también es importante en este aspecto a través del
concepto de ‘fusión de horizontes’, que como la concepción del Papa
Francisco hace notorio el bagaje histórico cultural que cada individuo
aporta al momento de obtener conocimiento nuevo; Gadamer insiste
en que cada individuo está condicionado por su conciencia histórico,
y así interpreta el conocimiento o la verdad de maneras diferentes.-
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CONCLUSIONES – COMENTARIOS - PROPUESTAS
El criterio orientador del proceso, debe propender a afianzar
la justicia en sus objetivos y en sus actuaciones, como medio para
pacificar las controversias individuales.-
La verdad debe estar asociada a la recepción que las partes
establecen de acuerdo con su situación personal. Para ello se
impone una adecuación de las normas procesales de la prueba a las
circunstancias vivenciales de su reproducción. La oralidad de los
procedimientos y la inmediatez de las partes y del juzgador, resulta
un ideal para tener en cuenta e intensificar. Los medios de
reproducción directos, como las filmaciones, permiten conservar más
adecuadamente la oralidad expresada ante el Juez, a los efectos de
los trámites recursivos.-
La coherencia en las decisiones, deberá tener en cuenta las
situaciones particulares de las partes, que no podrán ser dejadas de
lado por la adecuación o interpretación de la ley de fondo o de
forma.-
Este criterio dará contenido a la noción de verdad, que
resultará de una adecuación con el bagaje histórico-cultural de cada
individuo en su reinterpretación de una decisión judicial que
recepcionará como justa y verdadera, permitiendo realizar una
respuesta dialógica con su horizonte cultural.-
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