Guía3_Historia_Lccp_3º Medio Electivo Humanista

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LICEO CARMELA CARVAJAL DE PRAT
PROVIDENCIA
DPTO. Historia, Geografía y Ciencias Sociales
Guía3_Historia_Lccp_3º Medio Electivo Humanista
SECTOR: Historia, Geografía y Ciencias Sociales
Nivel/curso . Tercer Año de Enseñanza Media. Plan Electivo
PROFESOR-A: M. I. Andrade,
Plazo: 30 de noviembre 2011
UNIDAD TEMÁTICA:
Democracia
CONTENIDO: Evolución de la Democracia en Chile.
APRENDIZAJE ESPERADO:
1.- Entienden que el concepto de democracia ha variado en el tiempo, conociendo las
transformaciones históricas en la realización de la democracia.
2.- Distinguen la existencia de distintas tradiciones de filosofía política involucradas en la
definición de la democracia.
3.- Reconocen el proceso de democratización de la sociedad experimentado en los siglos
XIX y XX.
[email protected].
Evolución histórica de la Democracia.
El término democracia tiene su origen en el antiguo griego y
se forma a partir de los vocablos demos (“pueblo”)
y kratós (“poder”, “gobierno”). El concepto comenzó a
utilizarse en el siglo V A.C. en Atenas.
En términos generales, se entiende por democracia el
régimen político en el que la soberanía reside en el pueblo y
es ejercida por éste de modo directo o indirecto. Lo cierto es
que las democracias actuales son bastante diferentes al
sistema de gobierno ateniense del que heredan su nombre.
En este sentido, el significado del término ha evolucionado
mucho, sobre todo desde finales del siglo XVIII, con la
sucesiva incorporación al sistema democrático por parte de
muchas naciones y el reconocimiento del sufragio universal y
del voto femenino en el siglo XX.
La democracia ateniense: La democracia experimentada por Platón y Aristóteles en la antigua
Atenas era radicalmente distinta de las democracias actuales. En primer lugar, sólo los
ciudadanos de sexo masculino tenían garantizados sus derechos políticos, es decir, los
hombres libres de ascendencia ateniense, lo que excluía a los esclavos, a los metecos o
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extranjeros, incluso a los individuos cuyos dos progenitores no eran atenienses y, por
supuesto, a las mujeres. En segundo lugar, los miembros del consejo eran designados por
sorteo, pues se pensaba que las elecciones discriminaban antidemocráticamente a los menos
populares. Finalmente, todos los hombres que eran ciudadanos tenían derecho a participar en
el debate público y en la toma de decisiones de la Asamblea, cuya soberanía era absoluta. Las
polis o ciudades tenían pequeñas dimensiones y una escasa población, por lo que resultaba
factible el ejercicio de una democracia directa.
En la República romana, el poder legislativo correspondía al Senado y el poder ejecutivo a las
magistraturas, cuestores, pretores y cónsules, entre otros. En un principio, estos cargos eran
elegidos por los patricios, por los ciudadanos con derechos. Posteriormente, la plebe también
pudo participar en las elecciones. Múltiples cargos públicos se renovaban por elección directa
tras verdaderas campañas electorales. Sin embargo, con el tiempo, el sistema fue
degenerando.
La Edad Media es el período, por excelencia, de la monarquía de derecho divino y,
consiguientemente, de la caída de los ideales democráticos. Si bien durante esta etapa
histórica se utilizó el término “democracias urbanas”, sobre todo en Italia y Flandes, referido a
las ciudades comerciales, lo cierto es que bajo ellas realmente se amparaba un régimen
aristocrático.
El resurgimiento de la democracia moderna: Entre los siglos XVI y XVIII la evolución del
pensamiento político fue paulatinamente sumando argumentos en favor de la idea de
democracia. La revolución del pensamiento renacentista y la Reforma luterana, así como el
progresivo ascenso social de la burguesía, se sitúan en el origen de esta evolución.
Desde mediados del siglo XVII y sobre todo durante el siglo XVIII, se sucedieron nuevas
formulaciones filosóficas, directamente incidentes en el sistema político. Pensadores como
Hobbes, Locke y Rousseau, así como las instituciones inglesas, influyeron en el continente
europeo a través de escritores que, al igual que Montesquieu, encontraban en dichas
instituciones la realización perfecta de la libertad ciudadana, que quedaría definitivamente
incorporada a la democracia occidental con la “Declaración de los derechos del hombre y del
ciudadano”.
Siglos XIX y XX: De la democracia liberal a la democracia popular: El siglo XIX se caracterizó por
la paulatina extensión de la democracia, tanto geográfica como socialmente. La participación
ciudadana se fue incrementando paulatinamente, pero tuvo que ir superando varias
limitaciones y obstáculos, para así avanzar desde los sistemas censitarios al sufragio universal
y, finalmente, alcanzar el derecho al voto las mujeres. La necesidad de ofrecer una adecuada
respuesta política a ciertas demandas y necesidades sociales, propició que la originaria
democracia liberal, de inspiración burguesa, evolucionase hacia una democracia social que
abrió paso a la conocida como democracia popular.
En la actualidad, la mayoría de la población de los países democráticos asume que el
desarrollo histórico de la democracia culmina con la democracia representativa, en la que el
pueblo o ciudadanía cede su soberanía a los representantes escogidos mediante elecciones
libres. De hecho, este sistema es el más ampliamente implantado entre los países
democráticos. Frente a la democracia directa, las necesidades de la democracia representativa
implican la incorporación, entre otros, de los siguientes mecanismos: representación,
verticalidad, principio de la mayoría, división entre titularidad y ejercicio del poder, y
constitucionalismo. En relación con este último mecanismo, el constitucionalismo, es la
práctica por la que los Estados se procuran sus respectivas constituciones escritas. Las
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constituciones limitan justificadamente el poder democrático: los individuos tienen derechos,
y ni siquiera un voto democrático puede justificar la violación de los mismos. Por tanto, una
constitución no es tanto una limitación de la democracia, como una parte intrínseca de su
funcionamiento. La aparición de las primeras constituciones, a partir de la Revolución Francesa
y la Independencia estadounidense, tienen una singular trascendencia, ya que se instituye el
principio de separación de poderes, se organizan los mismos y se reconocen y garantizan los
derechos humanos. Surge, de este modo, el Estado de derecho. El Estado de derecho es el
Estado característico de las sociedades democráticas. En un Estado de derecho no se
interviene directamente en el modo de vida de la sociedad civil y se respetan las libertades y
derechos de sus ciudadanos.
En síntesis, la democracia es una forma de gobierno que deriva del consentimiento libremente
otorgado por el pueblo. Éste puede ejercer el poder directamente o a través de sus
representantes, que son elegidos en procesos electorales. La democracia es el modelo de
convivencia ético y político más idóneo para los ciudadanos, por ser el más representativo y el
más respetuoso con los derechos de la sociedad civil. No obstante, es un modelo que
continuamente necesita perfeccionarse en consonancia con los nuevos tiempos y sus
necesidades. En este sentido, la democracia hoy en día se encuentra ante nuevos retos como
son la trascendental influencia de los medios de comunicación (no sólo sobre la sociedad en su
conjunto, sino también como instrumento político de los partidos); el llamado “fin de las
ideologías”, que evidenciaría una diferenciación mínima de las diferentes propuestas políticas;
la crisis del Estado nacional y, consecuentemente, del concepto de “soberanía nacional”, que
se debate entre la creciente regionalización por un lado y la transnacionalización por otro; o el
contexto de globalización en el que nos hallamos y en el que, junto con la “aldea global”,
cobran cada vez más pujanza conceptos como el de “ciudadanía global”.
Evolución de la Democracia en Chile.
La maduración de las instituciones democráticas tuvo que lidiar durante todo el siglo XIX con la
abierta intervención electoral del poder ejecutivo, y con una sociedad altamente jerarquizada
que concentraba el poder político en una pequeña elite de terratenientes y comerciantes.
Durante el siglo XX, el sistema político se fue abriendo paulatinamente a la participación de
nuevos sectores sociales, en un proceso que fue interrumpido con el golpe de Estado de 1973,
y que sólo se retomó en 1989, con el retorno a la democracia.
Las primeras elecciones que se realizaron en el país fueron en diciembre
de 1810, en las que se eligió el Primer Congreso Nacional. Sin embargo,
la guerra de Independencia y las luchas entre distintas facciones internas
que la sucedieron, impidieron una consolidación de las instituciones
políticas y el desarrollo de un sistema de elecciones regulares. Tras la
victoria conservadora de 1829, se impuso un sistema político de corte
autoritario y fuertemente presidencialista, que se expresó en la
Constitución de 1833. Aunque desde 1835 en adelante se sucedieron
regularmente elecciones presidenciales y parlamentarias, éstas estaban
marcadas por la intervención del poder ejecutivo. Las elecciones, en las
que casi siempre ganaba el oficialismo, eran en la práctica verdaderos
rituales políticos, en los que lo más importante no era obtener el apoyo
de los electores, sino el del gobierno de turno, con el fin de aparecer en la lista oficial de
candidatos.
El afianzamiento de un sistema de partidos políticos y la creciente oposición liberal a las
prerrogativas presidenciales, llevó a la aprobación de una serie de reformas entre 1871 y 1891
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que despojaron gradualmente al poder ejecutivo de su capacidad para intervenir en el proceso
electoral. A la prohibición de la reelección presidencial en 1871, siguieron la reforma electoral
de 1874, que amplió el derecho de sufragio; las reformas de 1888 y 1890, que otorgaron
mayor transparencia al proceso electoral y reforzaron el secreto del voto; y la Ley de Comuna
Autónoma aprobada tras la Revolución de 1891, en la que se consagró la independencia de los
municipios con respecto al poder central. Aunque todas estas reformas acabaron con el
intervencionismo electoral del gobierno, las elecciones siguieron estando marcadas por todo
tipo de irregularidades y el poder político siguió concentrado en una reducida elite.
Las elecciones de 1920 marcaron un profundo cambio en la dinámica electoral. En ellas
irrumpieron por primera vez los movimientos sociales, lo que marcó la pauta para el posterior
desarrollo político durante el siglo XX. Los niveles de participación electoral aumentaron
gradualmente, y la conformación de partidos políticos de izquierda como el comunista (1922) y
el socialista (1933), transformó el escenario político. Tras la caída del gobierno autoritario de
Carlos Ibáñez en 1931, las instituciones se readecuaron al nuevo equilibrio político en un
contexto de fuerte competencia electoral, que llevó al poder en 1938 al Frente Popular, la
primera victoria electoral de una coalición de izquierda en la historia de Chile.
El aumento de los niveles de participación electoral tuvo
un impulso considerable con la incorporación de la mujer
en la vida política. En 1935 se permitió el voto femenino en
las elecciones municipales, y en 1949 en las elecciones
presidenciales y parlamentarias. El aumento del electorado
tuvo desde entonces un rápido crecimiento, incentivado
por la introducción de la cédula única electoral en 1958,
que puso fin al cohecho, la aprobación del voto de ciegos
en 1969 y de los analfabetos en 1972. El porcentaje de votantes con respecto a la población
pasó de un 7,6% en 1932 a un 36,1% en las elecciones de 1973, uno de los niveles más altos en
la historia de Chile. La movilización masiva de la población a fines de la década de 1960 e inicio
de los ’70, en un contexto de alta polarización política, se interrumpió abruptamente con el
golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, que puso fin al gobierno de Salvador Allende.
La dictadura militar, que se inició en 1973, llegó a su fin con el plebiscito del 5 de octubre de
1988, en el que la ciudadanía expresó mayoritariamente su deseo de retornar al sistema
democrático. La población se inscribió masivamente en los registros electorales, llegando a un
nivel histórico de participación en las elecciones generales de 1989.
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Instrucciones:
- El siguiente ejercicio puede ser desarrollado de manera individual o en grupos de hasta seis
personas.
- Trabajos similares entre grupos (copia) serán devueltos sin calificación.
- Plazo máximo de entrega al correo de su profesora 25 de noviembre
- Puede utilizar todo tipo de material bibliográfico, pero éste debe ser informado en su entrega.
Puntaje Ideal: 70 puntos.
Fecha de envío 25 de noviembre 2011.
Trabajo global coeficiente dos.
Vocabulario: Defina los siguientes conceptos (5 puntos)
a) Abstinencia política
b) Sufragio censitario.
c) Ciudadanía
d) Constitución.
e) Partido político.
f) Autoritarismo
g) Totalitarismo.
h) Presidencialismo.
i) Parlamentarismo.
j) Sistema binominal.
II.- Investigue: (12 puntos)
El concepto de democracia en los siguientes autores: (máximo media plana para cada uno)
a) Platón
b) Aristóteles
c) Rousseau
d) Marx
III.- Complete el siguiente cuadro (15 puntos)
Democracia
Ideología imperante
Formas de acceso al poder
Presencia de partidos
políticos.
Participación ciudadana
Rol de los medios
comunicación
Absolutismo
Totalitarismo
de
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IV. Profundice: Respecto de las coaliciones y partidos políticos imperantes en Chile actual:
(38 puntos)
Coalición por el cambio/Alianza por Chile
Año y circunstancia de su creación
Partidos que la integran
Concertación de Partidos por la Democracia
Año y circunstancias de su creación
Partidos que la integran
Juntos Podemos Más
Año y circunstancias de su creación
Partidos que la integran
Propuesta o ideología
Personajes emblemáticos
Renovación Nacional
Unión Demócrata
Independiente
Chile Primero
Movimiento Humanista
Cristiano
Izquierda Cristiana
Partido Comunista
Partido Progresista
Partido Humanista
Partido Ecologista o Ecologista
del sur
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Partido Regionalista de los
Independientes
Movimiento Amplio Social
Fuerza País
Partido Demócrata Cristiano
Partido por la Democracia
Partido Radical Social Demócrata
Partido Socialista
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