Informe completo: Los jóvenes y sus problemas

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LOS PROBLEMAS DE LA JUVENTUD
DEFINICIONES SOCIALES SOBRE
LOS JÓVENES. CÓRDOBA. 1973-1994-2014.
LOS PROBLEMAS DE LA JUVENTUD.
DEFINICIONES SOCIALES SOBRE
CÓRDOBA. 1973-1994-2014.
LOS
JÓVENES.
Equipo de Coordinación General
Leopoldo Schapira (Perspectivas Sociales)
Pamela Cáceres (Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales - UCC)
Laura Porrini (Instituto Federal de Gobierno - Facultad de Ciencia Política y Relaciones
Internacionales - UCC)
Coordinador Técnico
Gonzalo Assusa
Colaboradores
Lucas Ciprian
Agustín Musteikis
Mauricio Barilla
José Vargas
Schapira, Leopoldo; Cáceres, Pamela; Porrini, Laura; Assusa, Gonzalo
Los problemas de la juventud. Definiciones sociales sobre los jóvenes.
Córdoba. 1973-1994-2014: - 1a ed. - Córdoba: Perspectivas Sociales - IFGUCC, 2014.
E-Book.
Fecha de catalogación:
Edición, diseño y maquetación: Gonzalo Assusa
Imágenes: Freepicks
Copyright ©
Con la ilusión como fusil
entra el chango a la vida
buscando dónde echar raíz
de su joven semilla
tan sólo encuentra la oquedad
enfrentada a la prisa.
Pecado de juventud
no comprender el cansancio
y andar buscando la luz
al costado de lo rancio,
Con la esperanza de cambiar
el destino, camina.
Pecado de juventud
no imaginar las traiciones
y jugarse a cara o cruz
porque le sobran cojones.
Con la ilusión como fusil
entra el chango a la vida.
Trabajo que es la dignidad
del hombre va mermando
y así la solidaridad
de a poco van matando.
Sobran traidores, falta fe
y el pueblo aquí esperando.
Pecado de juventud
rechazar la hipocresía
y cuerpear el impudor
de tanta frase vacía.
Con esperanza de cambiar
el destino camina.
Pecado de juventud
del hambre mal aprendido
la impaciencia y el candor
promesas de nunca olvido.
Con la ilusión como fusil
entra el chango a la vida.
[Raúl Carnota - Pecado de juventud]
Índice
Introducción ........................................................................................................................................ 1
Historia del estudio ............................................................................................................................. 1
Muestra del estudio ............................................................................................................................ 1
Relevancia del estudio ........................................................................................................................ 2
La pregunta: “En su opinión, ¿Qué problemas enfrenta la juventud actualmente?”......................... 3
El método de análisis e interpretación ............................................................................................... 4
Definiciones teóricas básicas sobre juventud en este estudio ........................................................... 5
1.
Política y juventud: participación, corrupción, integración ........................................................ 9
2.
Jóvenes, salud y sexualidad: moral, información y consumo ................................................... 15
3.
Violencia e inseguridad: la peligrosidad en la juventud ............................................................ 21
4.
Cultura y Moral: sobre los valores de los jóvenes..................................................................... 27
5.
“La mala educación”: las faltas de los jóvenes.......................................................................... 33
6.
Trabajo y juventud: preocupaciones constantes ...................................................................... 37
7.
Comunicación y juventud: acceso, despersonalización e incomprensión ................................ 41
8.
Familia y juventud: las relaciones intergeneracionales ............................................................ 45
Reflexiones finales: las matrices discursivas para la producción de los problemas juveniles .......... 49
Bibliografía ........................................................................................................................................ 51
ANEXO: RESUMEN EJECUTIVO .......................................................................................................... 53
Introducción
El presente estudio aborda de manera exploratoria las definiciones sociales sobre problemas
de la juventud contemporánea. Para ello, realizó durante el año 2014 una encuesta entre
estudiantes avanzados de las carreras de Abogacía, Trabajo Social (de la Universidad Nacional
de Córdoba), Ciencia Política y Relaciones Internacionales (de la Universidad Católica de
Córdoba). Esta encuesta consiste en la tercera aplicación del instrumento que, con
características equivalentes, fue aplicado en 1973 y 1994.
La única pregunta de la que constaba la encuesta era “En su opinión, ¿Qué problemas
enfrenta la juventud actualmente?”. De esta manera, las respuestas, abiertas y diversas,
aportaron datos valiosos acerca de los distintos diagnósticos, definiciones, recursos e
imágenes puestos en juego en los discursos para definir los problemas de la juventud, y por
extensión, para definir a la juventud misma. Qué y cómo se piensa sobre los jóvenes
actualmente, constituyó el material base de nuestra indagación.
El objetivo de esta investigación exploratoria es aportar elementos, modelos y herramientas
teóricas para pensar de manera relacional esta definición social de problemas juveniles, y a
partir de éstos, proponer líneas de indagación, investigación, diagnóstico e intervención
futura sobre la realidad actual de la juventud local.
Historia del estudio
En 1973, la profesora Eva Chamorro, docente de la cátedra de Sociología de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la UNC, realizó de manera independiente la primera de las
encuestas que forman parte de este estudio.
Luego de dos décadas sin haberse publicado sus resultados, en el año 1994, Leopoldo
Schapira, de la consultora Perspectivas Sociales en asociación con el diario La Voz del Interior,
adquirió la primera encuesta y condujo una nueva aplicación del instrumento, con iguales
características metodológicas y muestrales que la de 1973. En dicho año se publicaron una
serie de notas de análisis en dicho diario, que sirvieron como base para el presente análisis.
En 2014, la Universidad Católica de Córdoba, a través del Instituto Federal de Gobierno, se
sumó al proyecto, llevando adelante, conjuntamente con Perspectivas Sociales, la tercera fase
de esta investigación.
Muestra del estudio
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La continuidad histórica de este estudio, a la vez, habilita una mirada de largo plazo y una
riqueza y variación contextual del material, y limita en cuanto a las definiciones
metodológicas en relación al sostenimiento de un mínimo necesario de comparabilidad entre
los distintos momentos de recolección de datos (1973, 1994 y 2014). En este sentido, el
diseño metodológico aquí propuesto replica las características (fundamentalmente
muestrales) de los estudios precedentes a tales fines.
El muestreo definido para la investigación es de tipo teórico, dado que pretende captar las
representaciones y estructuras de definición de problemáticas de un sector específico del
grupo etario denominado como juventud, sin pretensiones de representatividad estadística o
probabilística: los jóvenes universitarios, particularmente aquellos con un perfil profesional
definido por las facultades que concentran la mayor cantidad de casos en las anteriores
aplicaciones del instrumento.
De esta manera, la muestra consta de aproximadamente 150 casos para cada año de
aplicación del instrumento. La distribución de casos por facultades se respeta, emulando los
porcentajes de la aplicación inicial (1973). Aproximadamente el 40% de los casos provino de
estudiantes de los últimos años de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC, otro
40% provino de estudiantes de iguales características de la Facultad de Ciencias Políticas y
Relaciones Internacionales de la UCC. Esto último se eligió (para la aplicación del instrumento
del año 2014), utilizando el cupo de casos que en los anteriores estudios aparecen bajo la nodeclaración de carrera y orientando la actual indagación hacia una población de puntual
interés para la institución académica en la que esta investigación se radicó, sin perjuicio o
afectación de la distribución y las características muestrales de los estudios antecedentes. El
restante 20% se compuso de casos de diversas careras de la UNC.
Relevancia del estudio
Una indagación como la presente aporta elementos valiosos en una serie de áreas o ámbitos
de conocimiento con vacancia sobre la cuestión juvenil. Es excepcional la posibilidad de
construir interpretaciones y análisis basados en datos producidos con semejante variabilidad
cronológica (veinte años de diferencia entre la primera y la segunda aplicación, y otros veinte
años entre la segunda y la tercera), y generados por un instrumento común-homologado.
La variación histórica se refuerza con una fuerte disimilitud de contextos. Los años entre los
relevamientos representan no sólo distancias históricas, sino diferencias políticas abismales,
procesos de viraje económico radicales y transformaciones culturales estructurales. Estos
contextos se han vuelto referencia situacional obligatoria para volver comprensibles los
discursos de los encuestados, y para anclar y darle cuerpo a nuestros análisis en marcos que
enriquecen la problematización aquí propuesta.
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Por último, el estudio aporta un conjunto de elementos que permiten romper con una serie de
“lugares comunes” acerca de la juventud. En este sentido, los datos producidos disputan tanto
con aquellos discursos que le asignan características universales a esta condición (“la
juventud es…” “rebelde”, “intempestiva”, “pasional”, etc.), como con aquellos que asignan
características homogéneas a las “generaciones” de jóvenes en el país o el mundo (jóvenes
“comprometidos” en la década de 1970, jóvenes “desinteresados” en la década de 1990,
jóvenes “a la deriva” en la década de 2010).
El supuesto básico del proyecto estriba en que consideramos que comprender de manera más
acabada la definición de problemas sobre la realidad y la condición juvenil resulta un
momento necesario e ineludible para pensar nuestras propias formas de intervenir sobre las
trayectorias vitales de los jóvenes, de construir una memoria histórica de la juventud, y de
desarmar las lecturas románticas o miserabilistas, presentistas y esencializantes de estos
grupos. Las preocupaciones y los problemas, en esta perspectiva, se construyen como
indicadores acerca del modo en que pensamos, definimos y comprendemos de la
realidad, de los elementos y las herramientas “a mano” para hacerlo, y por lo tanto, de las
orientaciones que imprimimos a nuestras acciones en la intervención en esa misma realidad.
Así, consideramos que el material producido puede ser también apropiado por distintos
proyectos, programas y políticas públicas que se disponen a resolver y producir cambios
respectos de los “problemas de la juventud”, aunque sin antes haber [y haberse] cuestionado
la manera en la que dichos problemas fueron socialmente producidos (y definidos).
La pregunta: “En su opinión, ¿Qué problemas enfrenta la juventud
actualmente?”
El particular tipo de pregunta que hemos recuperado y puesto en funcionamiento en el
relevamiento actual, y que constituye nuestro instrumento de producción de datos, requiere,
para la correcta interpretación de sus respuestas, la explicitación de algunos resguardos
metodológicos.
En primer lugar, repetir lo ya dicho sobre el alcance del universo relevado por el estudio: el
diseño muestral que se utilizó en los tres momentos de relevamiento elude pretensiones de
generalización probabilísitica o representación universalizable. Como mencionamos, antes
bien, pretende explorar sentidos y representaciones sobre la juventud en un sector clave de la
sociedad, con capacidades de agencia y presencia pública particularmente importantes
(estudiantes universitarios de las mencionadas carreras).
En segundo lugar, la pregunta no indaga sobre creencias, valores o experiencias propias
de los jóvenes (en términos de adscripciones valorativas o trayectorias de vida). Antes
bien, dispara, como dispositivo, la problematización de un ámbito de la realidad social, o más
precisamente, una clase de edad específica: la juventud contemporánea. Esto, por su parte,
excluye de nuestro análisis lo referido a las apropiaciones, adhesiones o la orientación cultural
de las acciones de este grupo social como totalidad.
En resumen, evitaremos hablar de lo que los jóvenes “creen”, “sienten” o “piensan” sobre sí, y más
aún, de lo que los jóvenes “hacen” en términos globales, 1) porque nuestra muestra no toma a
“los jóvenes” con pretensión de representación estadística de ningún tipo, y 2) porque nuestra
pregunta no releva creencias, sino que invita a construir problemas.
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En este último sentido, lo que la indagación sí hace es proponer explícitamente la construcción
de la juventud como un problema. A raíz de esto, los encuestados tienden responder
ubicándose en tanto observadores y analistas de un objeto-otro (la juventud), al que
asignarán una serie de problemáticas, déficits y excesos. Nuestra indagación, a partir de esto,
aporta más bien en dirección a identificar los recursos sociocognitivos disponibles a partir de
los cuales “la juventud” –como objeto de preocupación social- es definida por este particular
sector: los estudiantes universitarios de las carreras de derecho, trabajo social, ciencias
políticas y relaciones internacionales.
De esta manera, nuestra investigación aporta datos cualitativos, históricamente mediados,
para pensar cómo se define la juventud en cada uno de estos contextos; por qué se la piensa
vinculada a determinado tipo de problemáticas; qué diagnósticos sociales tienen implicadas
estas problematizaciones; y quiénes se representan e identifican como los responsables de
resolver los “problemas de la juventud”.
El método de análisis e interpretación
El proyecto de investigación sobre la definición de problemáticas juveniles actuales
contempló una serie de etapas.
•
•
•
•
La digitalización textual de las encuestas de los años 1973, 1994 y 2014, gran parte de
ellas hasta el momento disponibles exclusivamente en papel.
A partir de una lectura global de las respuestas, y de las mediaciones teóricas
correspondientes, construimos una serie de categorías analíticas organizadas por
áreas temáticas que permitieron agrupar y procesar ordenadamente las
problematizaciones sobre la juventud contemporánea en cada uno de los contextos.
Habiendo construido dicho conjunto de categorías, se emprendió el procesamiento y
codificación de la totalidad de las encuestas (correspondientes a 1973, 1994 y 2014),
con la asistencia de un software de análisis cualitativo (Atlas Ti), bajo los
requerimientos necesarios para el manejo de una cantidad semejante de material
empírico. Para ello, se emprendió una capacitación específica la operación de este
software por parte de los estudiantes asistentes, como así también, en la perspectiva y
la lógica de construcción de conocimiento de la investigación cualitativa en su formato
exploratorio.
Con nuestro material procesado, construimos distintos tipos de modelizaciones, en tanto
resultados relativamente teorizados, necesarios para ordenar el material disponible (es decir,
no a modo de leyes universalizables o de probabilidad, sino de mediaciones o acumulaciones
teóricas que den cuenta de las interpretaciones propuestas para la singularidad de nuestros
casos y nuestro material de análisis) y para orientar futuras indagaciones o intervenciones
sobre la temática.
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La incorporación y capacitación de cuatro estudiantes avanzados de las licenciaturas
de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencia Política y
Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba para tareas de
asistencia, digitalización, procesamiento e interpretación de datos.
Estas modelizaciones, al estilo de construcción de tipos ideales (Weber, 1996, 2006),
intentaron reflejar dos dimensiones diferenciales -aunque complementarias- de procesos:
•
•
La primera, referida a construcciones temáticas comunes y recurrentes a lo largo de
las tres aplicaciones del instrumento. En este sentido, pudimos identificar una serie de
áreas o ámbitos problemáticos que, con distintos acentos, recurrencias y diagnósticos,
aparecen en los discursos de 1973, 1994 y 2014. Estos modelos de problematizaciones
serán expuestos y organizados en torno a rupturas y continuidades en la lógica de los
diagnósticos.
La segunda, referida a matrices comunes de razonamiento, diagnóstico
(interpretaciones y explicaciones de los problemas por parte de los encuestados) y
agentividad (identificación de responsables tanto de las problemáticas como de sus
soluciones). Estas matrices discursivas, recurrentes -en cuanto a su formato- en varios
ámbitos o áreas temáticas, serán presentadas y organizadas por año de aplicación del
instrumento. Esto, bajo ningún punto de vista implica homogeneizar las definiciones
de todos los encuestados de cada aplicación bajo una misma forma de razonamiento
(“los encuestados de 1973 piensan que…”, “los encuestados de 1994 sostienen que”,
etc.), y mucho menos homogeneizar los discursos de la época (“en la década de 1970
los jóvenes entendían que…”). En cambio, los modelos implicarán una propuesta para
interpretar la serie de recursos comunes de definición a la mano, herramientas
cognitivas, imágenes, estereotipos y figuras que se aplican a la juventud, y la producen.
Definiciones teóricas básicas sobre juventud en este estudio
A pesar de que el carácter exploratorio del estudio reside en un análisis pormenorizado del
material empírico relevado por la aplicación del instrumento, plantearemos algunos
lineamientos básicos para comprender la previa argumentación acerca de la importancia del
estudio, y la manera en la que estamos pensando en el fenómeno que aquí denominamos
“juventud”.
Existe una larga tradición en las ciencias sociales, a nivel mundial (Bourdieu, 1990a, 1990b;
Lenoir, 1993; Cajías, 1999; Martín Criado, 1998, 1999) y también a nivel nacional (Chaves,
2005, 2010), de estudios que criticaron teórica y empíricamente la idea de la existencia
misma de un grupo homogéneo y con características comunes que pueda ser denominado
como “jóvenes” con cierta precisión conceptual ¿Cuánto tienen en común los jóvenes
universitarios con los jóvenes desempleados de familias de bajos ingresos? ¿Qué une a un
joven potosino con uno neoyorkino? ¿En qué se parecen las vidas de un joven a finales del
siglo XIX y uno a principios del XXI? ¿Por qué podemos decir que en la actualidad la juventud
se “extendió” hasta los 30 o 35 años? ¿Cómo y cuándo se extiende un término que nomina a un
grupo determinado de personas?
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Por radical que suene la afirmación, el conjunto de investigaciones y desarrollos teóricos que
referenciamos nos periten sostener que la juventud no existe. Obviamente, semejante tesis
viene acompañada de una serie de aclaraciones: no existe como tal, como algo dado, como
algo estático, como dato puro de la realidad, como conjunto de personas claramente
determinables e identificables.
No existe La Juventud con mayúscula, juventud única e inamovible. Pero, fundamentalmente,
no existe, en el sentido de que no es algo que brote del “árbol de la sociedad”, sin esfuerzo
alguno. Todo lo contrario: la juventud –como tema- apareció con todo su esplendor para la
mirada de la agenda pública y de la agenda científica, cuando fue percibida como problema
social, cuando fue mirada con preocupación. Apareció, por ejemplo, cuando un grupo
militante de estudiantes universitarios participó activa y protagónicamente de movilizaciones
populares a finales de la década de 1960, y cuando sus críticos y portavoces visibilizaron esta
participación en términos de “juventud”. Sin embargo ¿entre los estudiantes universitarios,
cuántos estaban políticamente movilizados? ¿Y cuántos entre la franja etaria de los “jóvenes”
asistían a la universidad?
Esta visibilización y una preocupación socialmente fundada y producida, generó, a su vez,
retroalimentaciones: este “problema” comenzaba a ser atendido por gobiernos y organismos
internacionales, habilitando fondos para programas de intervención y para investigaciones,
convocando a especialistas y dando estatus de publicidad a la cuestión.
En este sentido, la “juventud”, en tanto forma de clasificación de las personas en base a su
edad, así como la “niñez” o la “vejez”, antes que como realidad o como grupo, se nos aparece
como resultado de luchas políticas (entre sabios, especialistas, comunicadores,
emprendedores morales, generaciones, etc.) por la definición del concepto, que como vimos,
tiene fuertes efectos políticos, y en este sentido, poder para producir (definiendo) realidades.
A raíz de estos desarrollos, que recuperamos para el presente estudio, es que pensamos a la
juventud como problema: la juventud como categoría, como definición histórica y socialmente
variable. Pensarla es definirla, y definirla es producirla. Preguntarnos por las voces que la
piensan, la definen y la producen es, de alguna manera, participar de la producción de ese
problema (la juventud), aportando herramientas críticas.
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A continuación, presentaremos el análisis de los datos producidos, organizándolo a partir de
ocho categorías temáticas, y proponiendo síntesis y líneas de indagación futura sobre la
temática.
1.Política y juventud:
participación, corrupción, integración
1994
Preocupación por la corrupción.
Desconfianza hacia
la clase política.
Preocupación por el desinterés
de la juventud en política.
1973
Cambio de sistema.
2014
Mecanismos de exclusión
de los jóvenes pobres.
Toma de conciencia.
Reclamo de un lugar
en la política para la juventud.
Reclamo de políticas para
integrar a la juventud.
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1. Política y juventud: participación, corrupción, integración
Uno de los primeros ámbitos recurrentes de preocupación entre los encuestados, en relación
a la juventud, es el de la política. Esta categoría engloba diversas acepciones entre los distintos
años y grupos de encuestados, que van desde participación, corrupción, “política como
problema”, hasta discernimiento y cooptación.
Hacia 1973 la Argentina vivía un clima eleccionario, luego de la dictadura militar que durara
de 1966 hasta el mencionado año. Época de gran convulsión y conflictividad social, de
crecimiento de las organizaciones políticas de la denominada “nueva izquierda”, del
sindicalismo clasista y una novedosa asociación entre sectores intelectuales y la fracción más
radicalizada del peronismo. Momento de importantes estallidos sociales como el Cordobazo,
el Rosariazo, entre otras manifestaciones populares, en cuya gestión y realización la juventud
aparecía como uno de sus principales protagonistas.
Ante la consulta sobre cuál era la problemática que afrontaba la juventud, se puede observar
una clara tendencia al entendimiento de que los jóvenes debían asumir un rol fundamental en
el cambio de sistema (para un sector de estos encuestados, tan necesario como evidente). En
estos discursos, se debía romper con las viejas estructuras y asumir el compromiso con la
transformación. Esta necesidad, declaran, se vuelve evidente para quienes han
El problema que aflige hoy a los jóvenes es el de la necesidad de un cambio
social, aunque no se puede determinar exactamente qué cambio desean.
Este impulso de cambio llega hoy a extremos de violencia no basadas en la
idea de poder por el poder mismo, sino en un idealismo, un límite, una idea
de justicia social.
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En la medida en que vivimos en una sociedad injusta en su esencia, plena
de contradicciones y conflictos entre las clases que la componen, se hace
necesario para los privilegiados (…. y por ende, interesado en mantener el
status quo) implementar toda una gama de recursos para embellecer la
situación, y allí aparece un arma fundamental en las manos de este sector:
el poder ideológico, el control de los medios de difusión masiva (radio,
diarios, cines, tv, etc.) de la educación, etc. Y es allí donde aparece lo que
podríamos llamar el conflicto unificador, el común denominador para los
jóvenes de cualquier sector social de muestra sociedad
… crecido viendo la paulatina destrucción de nuestra patria, el
enfrentamiento verbal y armado de sus habitantes, en fin, un pueblo
dividido […] que tiene cabal conciencia de su responsabilidad histórica y
que asume el compromiso que esa responsabilidad implica […] la
juventud es la que lucha hoy, no con la fuerza de las manos, sino con
la fuerza de sus convicciones; es la juventud que, comprometida en el
progreso de reconstrucción y liberación nacional en el cual están
empeñados la gran mayoría de los argentinos, encuentra su camino en
la vida, abraza una causa que justifica su existencia y le da conciencia de
su trascendencia histórica[…]
Con vistas a la transformación, muchos encuestados consideran que los jóvenes deben tomar
conciencia de las contradicciones propias de su sistema de vida. Este proceso de
concientización encuentra diversos obstáculos, como la falta de conocimientos básicos por
parte de los jóvenes (asociado a un problema de educación), la falta de comprensión que
tienen sobre las verdaderas bases de funcionamiento de la sociedad, sobre las ideologías que
profesan. Tal como expresan algunos de los encuestados: “no entienden el porqué de la
cosas”. Esto genera que en algunos contextos definan a los jóvenes como meros “medios”, que
son utilizados, cooptados y manipulados –junto con las masas- por parte la clase política, a
raíz de su incomprensión y de la carencia de conocimientos básicos. Este desconocimiento
aparece en las encuestas como manifiestamente orquestado, para privar a los jóvenes de
fuentes de conocimiento alternativas, como el acceso a libros.
Los encuestados de 1973 vislumbran, en general, una época de mayor politización entre los
jóvenes, de mayor concientización política, de mayor participación, de interiorización en su
situación contemporánea y de preocupación por la inestabilidad política. Sin embargo, al
mismo tiempo, desde estos discursos se denuncia la falta de espacios de participación, el
aislamiento de los centros de efectiva toma de decisión política, reclamando un lugar para
la juventud en la política.
Esta falta de espacios de participación y la denuncia (como una marca clara de su contexto
histórico) de una falta de libertad para expresarse y para actuar, produce la aparición de
nuevas formas de participación política en los discursos de los encuestados, que chocan con
las “viejas formas” de hacer política. Aquí aparece la violencia como recurso político (en las
menciones a la guerrilla), y la universidad como arena política (un proceso que significó, al
menos con las características y dimensiones que presentó, una novedad para la época). Las
estructuras estatales, y por extensión, los adultos que las controlan, operarían anulando,
excluyendo y reprimiendo las iniciativas de participación de los jóvenes.
La sociedad excluyente, el Estado y el claustro docente conservador aparecen, en estos
discursos, unidos en equivalencia a los adultos, representantes de la vieja y conservadora
forma de hacer política que debía superarse a partir del joven y nuevo movimiento de
participación política para la transformación.
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Hacia 1994 el signo del neoliberalismo define por antonomasia el contexto político del país. El
retiro del Estado es ya una evidencia: menos funciones, actividades y derechos.
Desprendimiento de propiedades y empresas públicas. Descentralización, repliegue de la
política de la vida pública cotidiana y una época de profundas transformaciones en los
consumos y las producciones culturales.
En la definición de problemáticas juveniles, las encuestas sugieren que el sentimiento de
desconfianza hacia los sectores dirigentes asume un lugar central. Consideran que uno de los
grandes tópicos de esta época es el problema de la corrupción de los gobernantes, de los
políticos en general. Esta desconfianza se traduce en la sensación de una falta de candidatos
“honestos” para votar y en la ausencia de liderazgos (referentes, horizontes, pautas).
Estos discursos consideran a la clase política como un estamento privatista, interesado, lo que
ocasiona la falta de políticas adecuadas que solucionen sus problemas contemporáneos: en
otras palabras, la falta absoluta de políticas de juventud que brinden perspectivas de
futuro.
Otro de los aspectos que se destacan (como una línea de continuidad respecto de la encuesta
de 1973) es la referencia a la falta de espacios de participación y de toma de decisiones
para la juventud como uno de sus principales problemas. A raíz de esto, se desalienta y
desmotiva a los jóvenes a la hora de participar, de incidir en la opinión pública y de hacerse
escuchar.
El poco compromiso que se observa de parte de los jóvenes, o la poca
participación en distintos ámbitos que los involucran directamente, como
la cuestión del lugar de la clase política y dirigencial de nuestro país…
Los jóvenes son marionetas de los grandes, quienes para lograr sus
propios intereses, los engañan con promesas falsas.
Al joven de hoy no le interesa participar en política, no se compromete con
la sociedad, porque tampoco ésta le retribuye nada… menos aún el Estado
argentino, que colabora con este desinterés…
Si bien la problematización continúa con las preocupaciones de los encuestados en 1973, el
razonamiento se modifica. En la primera de las épocas, la falta ponía en evidencia una
necesidad, la de transformación y concientización. En el nuevo contexto de la década de 1990,
antes bien, sirve para explicar el desinterés: si los jóvenes dejaron de interesarse por la
política, es a raíz de que no existen espacios de participación (política, pero también social)
que los contengan.
Como antes explicitamos, la asociación de estos discursos con un sentimiento de desconfianza
y de pérdida de centralidad de la política en la vida de los jóvenes, contribuye a la
comprensión de la clase política como principal responsable de sus problemas y de la
exclusión de la juventud de la política (como espacio, pero también como intervención a partir
de políticas públicas).
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La encuesta de 2014 se ubica en un contexto absolutamente diferente: habiendo transitado y
consolidado la democracia a 30 años de su regreso, la fuerte conflictividad sociopolítica de la
época se disputa en el ámbito de la sanción de nuevos derechos (de tercera y cuarta
generación), reforzada por una renovada presencia estatal, tan resistida como festejada por
los distintos sectores políticos.
Aún en este contexto, las encuestas continuaron denunciando las mismas faltas: de espacios
de participación, de canales de integración en partidos políticos y de expresión para los
jóvenes. Los mecanismos de exclusión (no meramente estatales) se señalan en las encuestas
como algunos de los principales problemas para la juventud. Esta falta de espacios se
relaciona, en el discurso de los encuestados, con una carencia de instituciones que promuevan
la comunicación y el vínculo entre el sector estatal y los jóvenes.
Las instituciones hacen de los jóvenes víctimas de modelos sociales,
económicos y culturales, que los mantienen inmóviles y ciegos sobre sus
derechos, privándolos de reclamar y exigir mayores oportunidades de una
sociedad más justa y equitativa. La sociedad adulta margina y olvida los
jóvenes más desamparados y menos capacitados, quienes no pueden
ingresar al mercado de trabajo ni formarse.
También creo que los jóvenes de la sociedad son víctimas de un sistema, el
cual necesita que haya una juventud pobre para poder sostenerse.
En un contexto de renovada presencia del sector público, uno de los principales interpelados
en las encuestas como agente y responsable de los problemas juveniles es el Estado. Esto se
suma a una crítica por el desinterés, la falta de identidad, capacidad crítica y compromiso por
parte de los jóvenes hacia las cuestiones de política. Según algunos encuestados, esto genera
altos niveles de tolerancia hacia los problemas políticos, como la falta de planificación a
largo plazo en el ámbito público.
En términos de responsabilidad estatal, creo que varias generaciones
entran en un terreno de desamparo, de falta de derechos. Claramente falta
el acompañamiento de los gobiernos a los jóvenes, como así también falta
la creación de vínculos de inserción en todos los ámbitos, tanto en el
laboral como en escuelas, clubes, etc.
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En este contexto, algo novedoso es el sentido que se les da a los problemas de los jóvenes: los
mecanismos de exclusión estatal que los encuestados denuncian están fundamentlamente
centrados en las consecuencias padecidas por jóvenes pobres. Así, en un giro claramente
epocal, los “problemas de la juventud” dejan de ser globales y generales, para estar anclados
en la estructura de clases y su desigualdad. Los problemas de participación serían,
fundamentalmente, problemas de integración, no sólo política, sino también social. Que los
jóvenes (pobres, excluidos, marginados) puedan participar de los beneficios, de los recursos,
de los accesos, de los derechos.
2. Jóvenes, salud y sexualidad
moral, información y consumo
1994
Preocupación por el SIDA.
Problemas resultado de elección
bajo responsabilidad individual.
Expectativas de consumo
generan frustración.
1973
Sociedad contradictoria.
Desinhibición sexual
en los medios de comunicación
masiva.
Continuidad de moral represiva
de los padres.
2014
Drogadicción como principal
problemática.
El origen del problema
se encuentra en la falta de
información y educación.
Consumos “peligrosos”.
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2. Jóvenes, salud y sexualidad: moral, información y consumo
Una segunda categoría que aglutina sentidos para la definición de las problemáticas juveniles
en la encuesta es la de salud. De acuerdo a estos discursos, los problemas de salud abarcan
diversos ámbitos, y van desde las prácticas de sexualidad hasta los consumos de sustancias
psicotrópicas.
En la encuesta de 1973 la sexualidad cobra mayor importancia como problemática juvenil.
Parece causar cierta inquietud entre los entrevistados la desestructuración moral de las
relaciones sexuales en general, desde los encuentros propiamente sexuales hasta los criterios
para la elección de parejas. Buena parte de las encuestas señala como problemático el
desarreglo y la desarticulación causada por la desinhibición sexual -fundamentalmente de
las mujeres- promovida por los medios de comunicación masiva, por un lado, y las
dinámicas más lentas y conservadoras de la sociedad y la familia respecto de la moral de los
jóvenes, por otro.
Los jóvenes tienen un sistema educativo tradicional que no les permite
canalizar sus inquietudes sin crisis de valores. En este contexto, su
despertar sexual aumenta su ansiedad y los medios de comunicación de
masas reflejan una sociedad contradictoria en cuanto al problema del
sexo (que tanto angustia a nuestros jóvenes): desde las propagandas hasta
las películas están explotando este efecto y se ve una paulatina
desinhibición respecto del mismo, pero al mismo tiempo, la sociedad
impone sus sanciones, los padres no hablan de estos temas con sus hijos y
veladamente condenan sus actitudes.
Como vimos en la categoría anterior, la dimensión de las relaciones intrafamiliares en clave de
conflictos generacionales reaparece como un elemento conservador en la lectura de los
encuestados acerca de los problemas de los jóvenes: los adultos, en su condición de padres,
son quienes no logran trascender su moral tradicional y agiornar los valores transmitidos a
sus hijos a los tiempos de cambios que corren.
Tomando a la juventud genéricamente (m/f) creo que la misma no se
encuentra adaptada al avance tecnológico, científico, artístico, cultural,
etc., que se vive en este momento. De allí los desajustes que advierten a
diario con lo que el medio espera de ellos.
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En lo que se refiere al sexo femenino, vive una lucha constante entre su
avanzada liberación -sobre todo del grupo familiar- y la presión que el
mismo grupo ejerce sobre ellas. Esto lo advierten más íntimamente las
estudiantes universitarias, problema que casi siempre las lleva adoptar
posturas flexibles respecto de sus reivindicaciones.
En cuanto al sexo masculino, su problema de mayor envergadura lo
encuentra en la falta de claridad de las exigencias que en tanto varón le
propone el medio, sobre todo en la edad que consideramos bajo este punto
de vista critica, que es desde los 17 a 22 años.
Por otra parte, aunque como un tema menor y aislado, la droga aparece como una tentación al
acecho para “la juventud”, cuyos problemas “existenciales” se resuelven erróneamente, por la
pérdida de parámetros y referentes morales, a través de la adicción.
Creo que los hombres en general -o mejor, su mayoría en la juventud
actual- más que problemas cotidianos (como económicos, como familiares,
contractuales, laborales, etc.) tienen problemas existenciales, aunque no
tanto en su relación con los demás, sino con su propio yo. Esto se
manifiesta por medio de una permanente -casi interminable- ansiedad. Me
siento joven y madura a la vez, y soy feliz, sin cuestionarme una serie de
cosas que acepto sin más. Esta aceptación no es resignación ni pasividad
frente al mundo. El problema está dentro de cada uno, y si la juventud (en
todo el mundo) está ansiosa, es porque está perdiendo los valores que son
o deberían ser inmanentes al ser humano. Esos valores los buscan fuera de
sí, creyendo que lo material o la droga pondrán fin a esa ansiedad.
Si bien analizaremos la crisis de valores como una formulación del problema de la juventud en
otro apartado, podemos observar que la definición de problemas juveniles están fuertemente
asociada a la liberación de las prácticas sexuales y a su desarreglo o desarticulación de la
moral inculcada en el ámbito familiar. Nuevamente, los problemas de los jóvenes en el ámbito
de la salud son leídos en términos de problemas de incomprensión generacional.
En la encuesta de 1994, la cuestión de la sexualidad sigue ocupando un lugar central en la
definición de problemas de la juventud, aunque ya no tanto como problemática moral, sino
más bien asociada al peligro del SIDA y las enfermedades de transmisión sexual. Tal como la
definen estos discursos, esta enfermedad como problema fundamentalmente juvenil aparece
en tanto un peligro que depende de la libre elección individual, aunque mediada por las
enseñanzas de los padres (quienes no estarían preparados para las necesidades informativas
del nuevo contexto). Los embarazos no deseados y las consecuencias de la no-planificación
reproductiva aparecen también como problemas juveniles de impacto público.
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En estos discursos la drogradicción emerge como una disfunción cada vez más relevante,
aunque ya en tanto resolución errónea a problemas existenciales, sino como consecuencia de
las altas expectativas de consumo (modas y pautas culturales) difundidas desde los medios
de comunicación masiva, y la frustración que generarían los reales niveles de consumo
alcanzados por los jóvenes.
Con relación a la dimensión de la pareja, nos encontramos un tanto mal
parados frente al SIDA: se invade con publicidad, pero no se educó a los
padres que son los primeros formadores. Además, existe una invasión de la
publicidad, que nos muestra al sexo como lo lindo, o a lo que hay que
entregarse, pero se encargó bien de ocultar las consecuencias (madres
solteras, niños abandonados, abortos, matrimonios de apuro, etc., etc…)…
si no, el negocio no vendería.
Por otro lado, un problema profundo y en mi opinión sumamente difícil de
revertir, es el consumismo. El joven todo consume: ropa, salidas, alcohol,
drogas, formas de vida, hasta idiosincrasia. No se educa para crear y
producir, sino para comprar, repetir, para importar, para aceptar sin
criticar. En definitiva, para mantener el sistema que es el que lo excluye de
los lugares hegemónicos, pero lo utiliza para mantener a quienes se
benefician con él.
En la encuesta aplicada en 2014, el consumo de drogas asume el centro de la escena de
preocupación, explicado como producto de la falta de educación e información, pero
también por la falta de contención institucional y estatal. Leyendo en contexto esta crítica de
carencia educativa, podemos advertir que no se trata necesariamente de educación
“curricular”, sino, en un sentido más amplio, de educación “moral” y “en valores”. Aparecen
también algunos discursos que manifiestan preocupación por la amplia disponibilidad de
sustancias alucinógenas (un acceso global, sin importar el nivel socioeconómico), aunque
comienzan a tener presencia las menciones a drogas vinculadas a problemas de desigualdad y
pobreza, como el Paco o Pasta base.
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En la actualidad, los problemas que enfrenta la juventud están
relacionados con los vicios (droga, alcohol, etc.) los cuales cada día se
encuentran más al alcance de la mano. En referencia a la droga, en mi
opinión personal, cada vez más aumenta la cantidad de adolescentes que
consumen este tipo de sustancias en sus distintas “variedades” y sin
importar la clase social. En todos los ámbitos se pueden encontrar jóvenes
que en alguna oportunidad han consumido. Pero creo que este aumento de
consumidores se debe a una falta de información por parte de los
organismos estatales, por la existencia de “apología” por parte de los
medios de comunicación y también por ese desconocimiento acentuado de
los propios jóvenes en relación a los perjuicios y problemas que derivan del
consumo de la droga.
3. Violencia e inseguridad:
la peligrosidad en la juventud
1994
Desaparición de la temática
como objeto de preocupación
asociado a la condición juvenil.
1973
Violencia política.
Resultado de contexto opresivo,
represor e injusto.
Voces que critican y voces que
justifican el uso de la fuerza.
2014
Delincuencia juvenil e
inseguridad.
Violencia policial y
estigmatización.
Falta de proyectos.
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3. Violencia e inseguridad: la peligrosidad en la juventud
Otra categoría central para la definición del los problemas juveniles en los discursos de los
encuestados es la de violencia / inseguridad. En este caso las grandes diferencias entre los
contextos de aplicación del instrumento generó fuertes alteraciones en los sentidos asociados
a esta categoría de problemáticas.
En el caso de la encuesta de 1973, el país acababa de salir de un contexto dictatorial, y la
violencia se había instalado como un fuerte mediador en las relaciones políticas. Los diversos
estallidos sociales que tuvieron lugar entre finales de la década de 1960 y principios de la de
1970 atestiguaron dicha tesitura, escenificando enfrentamientos masivos que llegaron a
disputar el control mismo de las grandes ciudades del país.
Esta juventud vive atemorizada, porque la época que nos toca vivir es de
mucha violencia, donde hoy un estudiante universitario, por el solo hecho
de ser estudiante, es considerado en muchos casos como un guerrillero y es
obligado a soportar toda clase de privaciones. Por otra parte, digo que
está atemorizado, porque no sabe si cada día que le toca vivir va a
regresar a su casa, debido al elemento subversivo al que se enfrenta
nuestro país.
La juventud, lo que anhela, es la paz. No estoy de acuerdo con aquellos
jóvenes que empuñan armas para corregir la paz anhelada por todos,
porque así no se puede conseguir nada. Estamos viviendo una época de
crisis, pero eso no quiere decir que tengamos que salir a la calle y matar a
todos los que no estén de acuerdo con nuestras ideas. La paz muchas veces
no existe ni siquiera en los hogares… cómo podemos pretender que afuera
sea todo color de rosa.
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El problema mayor es el empleo de la fuerza, aunque puede tener un
justificativo. Desde el punto de vista que por las simples ideas no van a
lograr mucho y de que la guerrilla es el aplicar las ideas por la fuerza.
Pero existe también la violencia de parte de los custodios del orden y sus
gigantescos aparatos para combatir, los medios de proveerse para
justificar sus abusos.
Ante una evidente crisis de valores, tanto morales, como espirituales, hoy
la juventud argentina reacciona de distinta forma: sino violentamente,
buscando destrucción de un régimen agobiante sin tener muchas veces en
claro los objetivos a alcanzar, pero si con una conciencia bien definida de
lo que no se quiere ser. Así vemos aflorar las organizaciones armadas, los
grupos universitarios de ultra izquierda, etc. Otros, en una actitud de
aparente indiferencia expectantes antes los actuales acontecimientos;
distraídos quizás por el estudio o el trabajo, se marginan de la
problemática social, se encierran en sí mismos, y reaccionan
excepcionalmente por efecto de algún problema trascendente pero
siempre su acción es una solución de continuidad
Esto ha llevado a considerar la juventud como “alocada”, liberal, sin los
prejuicios que arrastró la juventud de otras épocas, y entonces la
atacamos. Por ello, porque desgraciadamente el que tiene las armas, tiene
el poder, y el que tiene el dinero, tiene las armas, y por tanto tiene el poder.
Y no podemos hallar una juventud en el poder, y entonces la atacan y la
persiguen. Y entonces la juventud (cierta juventud) roba las armas y se
defiende, y ahí está el error. Los medios pacíficos son las mejores armas
para las ideas, esto hay que comprenderlo perfectamente.
A nivel económico y político y en cuanto a qué función debe cumplir cada
uno, hay una incompatibilidad con el medio en que vive. Ante la violencia
ejercida por lo que se impone y pretende enseñarnos a vivir, la juventud
reacciona violentamente, pese a que no es ese su deseo. En consecuencia, el
medio está condicionando a los jóvenes para aceptar cosas que no
comparten, de las cuales surgen angustias, rebeldías e insatisfacciones.
Quizás a esto se conteste que se puede participar, pero [que] no lo hace
adecuadamente porque solo emplea la violencia. Pero esa violencia no
será el punto final, o la última etapa de un proceso, en la que él como
joven y ciudadano no ha logrado que se le escuche y actué e incluso
intervenga en el gobierno; porque considera que es más importante regir
un país con ideales claros y evoluciónales, aunque sea equivocada.
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A nivel económico y político y en cuanto a qué función debe cumplir cada
uno, hay una incompatibilidad con el medio en que [se] vive. Ante la
violencia ejercida por los que, se impone, deben enseñarnos a vivir; se
reaccionaría también violentamente, pese a que no es ese el deseo. En
consecuencia el medio los está condicionando para aceptar cosas que no
comparten, de las cuales surgen las angustias, rebeldías e insatisfacciones.
Hoy en día muchos jóvenes tenemos grandes deseos de cambiar todo lo
que no parece que está mal, deseamos luchar ya. Llevar a casa esas
modificaciones, pero nos encontramos con el gran problema que solo o en
pequeños grupos tal lucha no se puede dar y en relación en partidos ya
organizados con trayectoria política que si bien muchos ellos poseen
ideología parecida a la nuestra, en la práctica, carecen de coherencia con
la que una vez o varias proclamaron; aparte de que lo medios emplean
para llegar a los fines propuestos son demasiados violentos; despreciar la
vida de los demás sin importarles nada más que conseguir sus fines. Son
demasiados contradictorios. Por eso muchos jóvenes hoy en día están en
una posición que al decir de los militantes políticos es muy cómoda, pero el
problema radica que todavía muchos no encontraron un partido o
agrupación o lo que sea con la suficiente honestidad, coherencia, criterio
amplio hacia los demás partidos o agrupaciones.
Retomaremos este tema en el apartado sobre cultura y moral. Sin embargo, es relevante
establecer que, contrario a lo que supone cierto discurso homogeneizador, la violencia no era
plenamente aceptada como recurso legítimo en el marco del juego político en la opinión de los
encuestados. Sin embargo, aparece como un elemento común de definiciones problemáticas
de la juventud, suscitando tanto condenas como justificaciones (y casi nunca, apropiaciones y
declaraciones positivizantes). La violencia se presenta como condición y consecuencia lógica
de un régimen gerontocrático represivo y autoritario, y por lo tanto como una herramienta “a
mano” de la juventud (aunque casi siempre calificada como herramienta “errónea” en el
marco de la encuesta).
En la aplicación del instrumento en 1994 la asociación de problemas juveniles con el
fenómeno de la violencia desaparece prácticamente, volviéndose irrelevante ante otras
significaciones, de índole más “social”, “económica” o “cultural” (trabajo, educación, salud,
etc.). El cuestionamiento o la explicación del uso de la violencia como recurso, o de la
legitimidad del uso público de la fuerza pierden relevancia como temas para discutir en el
discurso de estos estudiantes universitarios.
En la encuesta de 2014, la violencia como tópico de la problemática de los jóvenes reaparece
con vigor, aunque ahora asociada ya no a la cuestión política, sino a los fenómenos de la
inseguridad y la delincuencia juvenil:
Y de esto se desprende que, al no tener un horizonte al que ir, se pierden en
la delincuencia porque no les importa qué daño hacen al otro. Se drogan
porque quieren olvidarse y abstraerse del mundo, de la falta de
compromiso con otras personas. Dejan que todo fluya, y este es uno de los
mayores problemas que enfrenta actualmente la juventud.
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Nuevamente, los “problemas que enfrentan los jóvenes” quedan asociados ya no a la juventud
en un sentido “genérico”, sino a los “jóvenes con problemas” o a la “juventud problemática”:
los jóvenes pobres, marginales, excluidos, fundamentalmente del trabajo y la educación. En
este sentido, por un lado, la violencia aparece hermanada con estos otros consumos
problemáticos de los que hablábamos antes (droga, alcohol, etc.). Por el otro, existen también
menciones a la violencia policial, injustamente ejercida, también sobre estos sectores (la
problemática de las prácticas encuadradas en el Código de Faltas de la provincia de Córdoba).
En ese sentido quiero referirme a la juventud de esta ciudad de Cordoba
pobre, marginalizada, de barrios populares. El problema que esa juventud
enfrenta es la estigmatización, la discriminación, la exclusión, la ser
acusada del supuestamente “mayor mal social” que aqueja a la sociedad:
la inseguridad, entendida como ataque a la propiedad privada y la
integridad física que se produce en los delitos callejeros.
Otra referencia, aunque menor, es la que hace hincapié en la variedad de “violencias”, que, a
raíz de un encadenamiento con el resto de las prácticas problemáticas que venimos
describiendo, ubica a la “juventud” (la problemática) en contextos de socialización y
sociabilidad (familia, escuela, amigos) cada vez más violentos.
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Actualmente la juventud se enfrenta a un déficit en la educación
secundaria que genera grandes incertidumbres en pos del futuro. La
deserción escolar y universitaria es terrible. La confusión sobre qué hacer
en el futuro. La iniciación cada vez más temprana en el consumo de
alcohol y drogas. También la violencia física y verbal está cada vez más
presente en las aulas. La falta de valores y la pérdida de lazos tanto con
amigos como con los padres, y la poca oferta laboral.
4. Cultura y Moral:
sobre los valores de los jóvenes
1994
Sociedad consumista e
individualista.
Falta de ejemplos a seguir.
Indiferencia social y dificultades
para construir identidades
personales.
1973
Preocupación por la pérdida
de valores en una sociedad
materialista, egoísta y alienada.
Juventud tiene la necesidad de
“rebelarse” a partir de una lectura
de la realidad en clave ideológica.
Fuerte sentido de religiosidad
como posibilidad de
salida a la crisis.
2014
Falta generalizada de valores,
compromiso y responsabilidad.
Cultura de la inmediatez,
desinterés y liviandad.
Falta de proyección personal.
Discriminación.
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4. Cultura y Moral: sobre los valores de los jóvenes
Una cuarta área temática para nuestro análisis es la de cultura y moral. En las encuestas se
manifestó la constante de definir los problemas de los jóvenes como problemas de crisis, falta
o pérdida de valores, tal como lo venimos anunciando.
En la encuesta de 1973, estas definiciones problemáticas estuvieron fuertemente vinculadas a
la cuestión del “cambio revolucionario” que estructuraba las disputas políticas de la época. En
buena parte de estos discursos se definía a la juventud como necesaria protagonista de estos
cambios. Varios son los encuestados que hablan de sus pares como “rebeldes”,
problematizando el ímpetu revolucionario propio de la juventud, ya sea apoyando o
cuestionando dicha rebeldía.
Pienso que la juventud actual vive con grandes ideales, grandes ideales
que han surgido como una necesidad de rebelarse, de alzarse contra todo
aquello que nos van dejando nuestros mayores y que se considera erróneo.
Estas respuestas apoyan la relevancia de la categoría de choque generacional para
caracterizar la construcción problemática de la juventud en la encuesta de 1973. Las viejas
generaciones aparecen recurrentemente como la raíz de los problemas.
A partir de algunas encuestas se puede afirmar que el concepto de ideología es útil para
analizar algunos diagnósticos hechos por los encuestados, que expresan o señalan la
“injusticia social” y la “desigualdad” generada dentro de la sociedad “capitalista” como móviles
de la rebeldía juvenil en tanto respuesta a sus problemas.
El grave problema se presenta cuando, ya sea por la lectura, el cine o las
charlas con profesores y amigos, nos damos cuenta que la sociedad de la
que formamos parte, no es hermosa, justa y humana como nos la
presentan, sino que dicha sociedad subsiste simplemente porque se
reproduce en su seno las condiciones de explotación del hombre por el
hombre, tomamos conciencia de que los poderosos pertenecen a una clase
social, que se beneficia por algunas pautas del sistema. Pero también
comprendemos que al mismo tiempo existe otra clase, que debe trabajar
duramente para no morir de hambre, para tener lo indispensable para
vivir
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Por otro lado, en una buena parte de las encuestas aparece un discurso sobre la juventud con
un fuerte sentido de la religiosidad, que prácticamente no encontraremos en las encuestas de
años posteriores. Se expresan las dificultades y complejidades en la relación entre los jóvenes
y religión.
Otro gran problema es la tremenda falta de fe que oscurece todo el
panorama social, político, económico, etc… La falta de respeto a todo lo
que es religión… es necesario que nosotros los jóvenes tengamos también
conciencia y creamos que las cosas no se arreglan con revoluciones, sino
que hay alguien más que nosotros… que Dios, al fin y al cabo, es el que nos
dio la vida y es nuestro dueño. De nosotros depende que cambie toda esta
vida que está tan llena de injusticias y odio.
Otro problema relacionado y recurrente, identificado por los encuestados en relación a la
juventud es el de la desorientación moral e ideológica que aqueja a los jóvenes: sus
dificultades para distinguir “lo bueno” de “lo malo”, exacerbadas por el contexto de fuertes
transformaciones en múltiples dimensiones de la vida social.
Considero que esta es una época de transición entre esquemas clásicos de
la moral y una tendencia a dejar todo ese sistema de normas éticas y
morales que nos dejan 1 o 2 generaciones precedentes. Se le plantea así a
la juventud una gran duda con respecto a lo que está bien o mal
En muchas de estas definiciones de la juventud, la sociedad aparece interpelada como ente
originario de buena parte de estos problemas: la sociedad en la encuesta de 1973 es descripta
como materialista, egoísta y desvirtuada por la incorporación de elementos
extranjerizantes que producen alienación cultural. Estas últimas dimensiones presentarán
varias continuidades con el período de 1994.
Ahora considero que el problema que tiene la juventud argentina es el
ideológico, ya que ha sido “bombardeada” por una serie de ideologías que
no comprendieron ni comprenden, pero que siguen por moda. En estos
momentos todos o casi todos son (yo no me incluyo) “izquierdistas,
maoístas, comunistas, etc.”, pues así creen estar al último grito de la
“moda”. Ahora bien, si uno les dice que vayan a Rusia, Cuba o China a vivir,
pues poseen la misma ideología, ahí se les acaba todo y ya son argentinos.
Esto es consecuencia, a mi entender, de una falla de los mayores que nunca
han resaltado lo nacional, sino lo importado, siempre lo de afuera
Las encuestas del año 1994 están muy marcadas por el cuestionamiento a la sociedad como
agente responsable de varias problemáticas que enfrenta la juventud. El cuerpo social es
caracterizado como fuertemente consumista e individualista, y carente de ejemplos de
comportamiento o de vida que los jóvenes puedan emular.
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La sociedad actual (…) fomenta una actitud consumista, de
individualismo. Vivimos, sin duda, bajo el lema del “sálvense quien pueda”.
Cada uno atiende a sus problemas en el camino de su propia realización
La falta de ejemplos a seguir como problema se repite una gran cantidad
de veces, lo que es llamativo y permite calificar a este problema como uno
de los principales identificados por los jóvenes. La falta de ejemplos
aparece asociada a la corrupción. Falta de ejemplos de vida a seguir,
modelos con los cuales identificarse, ya que la corrupción, que se
manifiesta en todos los ámbitos de expresión, no permite visualizar un
futuro honesto
Considero que los responsables de que los jóvenes tengamos problemas no
somos los jóvenes, sino la gran soledad que sufrimos por la falta de
comunicación, por el egoísmo consumista, por la falta de una idea clara de
los que está bien y lo que está mal, es decir, por la falta de un referente
creíble en palabras y hechos. Estamos cansados de la mentira y ese es un
grave problema
Esta problematización está estrechamente vinculada, en los discursos de los encuestados, a
otros fenómenos de desorientación general en la vida de los jóvenes, la indiferencia social y
las dificultades para construir una identidad personal.
Uno de los principales problemas es la falta de identidad, que creo que se
debe en gran parte a la falta de modelos en quien creer para poder
identificarse
Como dijimos anteriormente, en continuidad con la encuesta de 1973, se denuncia la
alienación cultural, aunque con mucho mayor ahínco y énfasis.
Hay que volver a valorar lo que es nuestro, saber darle su lugar, del cual es
dueño nuestra Argentina, y no dejarse influenciar por factores de
procedencia extranjera, que lo único que hacen es degradar el sentimiento
de nacionalismo que todos teníamos y que poco a poco se está perdiendo
Mientras que en la primera de las encuestas, la cuestión de la “patria” era uno de los
elementos que estructuraba la lectura sobre el escenario político en un contexto de resistencia
a los avances del “imperialismo”, en la encuesta de 1994 las referencias problemáticas hacia
“lo extranjerizante” aparecen más orientadas hacia una lectura cultural, en un marco de fuerte
globalización y penetración “blanda” de las potencias centrales.
En la encuesta del año 2014 las definiciones de la problemática juvenil en el ámbito moral
destacan la falta de proyección personal de los jóvenes, vinculada a una carencia de “sentido
hondo” en la vida, a una falta generalizada de valores, compromiso y responsabilidad y a
la cultura de la inmediatez (también denominado presentismo).
La falta de propósito, el no pensar en el futuro, la cultura de solo vivir el
momento. La falta de confianza en sí mismo, de no creer que se tiene algo
para dar, algo para lograr. La cultura de no confiar en el propio potencial
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Tal como vimos que en el periodo anterior, las definiciones de la juventud ejercen una fuerte
crítica a la sociedad consumista, al egoísmo que fomenta, a la máxima de “vivir el ahora”, y la
liviandad con la que los jóvenes (los otros jóvenes, aquellos faltos de valores, planificación y
proyección a futuro) se tomarían las “cosas de la vida” y la ligereza de su pensamiento.
En general considero que existe una falta de compromiso en lo que
respecta a las obligaciones que deben asumir en el transcurso de su vida
diaria, falta de seriedad al abordar las situaciones ya que a veces son
considerados con desinterés y liviandad
Falta de un pensamiento crítico a la hora de afrontar la realidad, que
desestabilice las estructuras que gran parte de las personas asumen como
naturalmente dadas
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Un dato relevante en este período es que aparece la cuestión de la discriminación como un
problema acuciante de la juventud, especialmente para aquellos pertenecientes a los sectores
más carenciados de nuestro contexto. Nuevamente, el agente identificado como responsable
de estos problemas es la sociedad como una totalidad.
5. “La mala educación”
las faltas de los jóvenes
1994
Problema vocacional. Escuela
secundaria que no prepara para
la universidad.
Conocimientos desactualizados
y carencias en la capacitación
docente.
1973
Falta de educación de los jóvenes,
cuyos responsables son tanto
padres como docentes y
autoridades de las instituciones
educativas, que sostienen un
sistema tradicionalista, obsoleto
e inadaptado a las expectativas
de los jóvenes
2014
Falta de educación,
fundamentalmente leída como
falta de calidad educativa, de
todos los niveles (primario,
medio y superior).
Continuidad de la definición
en términos de problemática
vocacional.
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5. “La mala educación”: las faltas de los jóvenes
Otra de las áreas que definimos, a la vez, como recurrente y central en la definición de la
problemática de la juventud en las tres encuestas fue la educación. En este ámbito
encontramos marcadas continuidades a lo largo de todos los periodos analizados.
Varios de los encuestados de 1973 insisten en una falta de educación, ya sea por una
deficiente enseñanza en el seno familiar o en el contexto escolar. Estas lecturas refuerzan
nuestra hipótesis de un choque generacional que estructura buena parte de las
problematizaciones definidas en la encuesta de 1973: en este caso, quienes aparecen como
responsables de estas problemáticas son los “padres” (adultos) y los docentes y autoridades
(nuevamente adultos) de las escuelas y universidades, sostenedores de una educación
tradicionalista, obsoleta e inadaptada a las expectativas de los jóvenes (en este caso, de
quienes se pronuncian, los encuestados).
El principal problema parece radicar en la educación impartida sobretodo en la universidad:
en las definiciones de los encuestados emerge como una institución desactualizada y sin
dinamismo, es decir, sin capacidad de adaptación a los cambios que acontecían en la sociedad
argentina y en el mundo. Así, el sistema educativo es calificado de “tradicional” y
“enciclopedista”, e incluso algunas veces como “autoritario” y sesgado por la “subjetividad” de
los docentes
En el sistema educativo no se dan las condiciones necesarias para la total
formación intelectual de los jóvenes, ya que seguimos con una educación
caduca, que le falta actualidad y dinamismo, lo cual les hace perder
interés a los jóvenes por determinadas carreras
Entre los encuestados del año 1994 la definición de la problemática juvenil, en cambio,
orienta el eje de su significación en el ámbito educativo a la cuestión de la desorientación
vocacional. Esta es diagnosticada en los discursos de los encuestados, en primer lugar, por
una deficiente educación secundaria que no prepararía a los jóvenes para la universidad,
sumada a la situación del mercado laboral del país (percibida como crítica). El diagnostico que
se construye en 1994 apunta –a diferencia de los sucedido en 1973- a la escuela secundaria.
Hoy en día uno termina el ciclo básico y no tiene la más paupérrima
noción de lo que va a estudiar o a lo que va a dedicarse
La juventud actualmente enfrenta serios problemas con respecto a la
indefinición de sus objetivos, y de las metas a la que pretende llegar,
debido principalmente al bajo nivel de enseñanza originario en las
instituciones medias
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La educación en todos los niveles es considerada como deficitaria. La falta de innovación, los
conocimientos desactualizados y la carencia de mecanismos eficientes de capacitación
de los docentes. También se destaca la falta de un sistema universitario verdaderamente
federal, ya que los jóvenes del interior del país enfrentan grandes dificultades para proseguir
con sus estudios una vez terminado el nivel medio, teniendo que abandonar el hogar de origen
y solventar grandes costos personales 1.
El problema juvenil en el ámbito educativo en la encuesta de 1994 es considerado en general
como una consecuencia de la situación socioeconómica de los jóvenes. De acuerdo a estos
discursos, muchos se verían obligados a tener que “trabajar para poder vivir”, por lo que surge
la dificultad de conciliar el trabajo con los estudios.
En el discurso de estos encuestados el diagnóstico del problema vira en clave individualista
(la cuestión vocacional) aunque reconoce agentes y responsabilidades colectivas:
fundamentalmente el Estado, como ya mencionamos, en un contexto de retirada del sector
público.
En el 2014 el problema juvenil en el ámbito educativo se define fundamentalmente asociado a
una falta de educación, relacionada principalmente con una baja calidad educativa en los
niveles primario, secundario, terciario y universitario.
En lo que hace a la educación, la baja calidad de la enseñanza en los
niveles primarios y secundarios proporcionan una mala base para el
estudio de carreras universitarias. A su vez hay una caída en la
experiencia y calidad educativa de las universidades, lo que genera
profesionales poco formados.
En el discurso de los encuestados de 2014 encontramos ciertas continuidades con los de
1994, ya que la deficiencia en los colegios secundarios se encuentra también presente como
causa de las dificultades de los jóvenes para afrontar la vida universitaria e insertarse en el
ámbito profesional. Aquí, el agente que se construye como responsable de estos problemas es
también el sistema educativo, aunque se menciona y se infiere al Gobierno como principal
responsable. Por otra parte, desaparecen las fuertes menciones a los problemas de acceso
(regional y social) a la educación, y los diagnósticos se centran en la “calidad” o el “nivel”,
aunque se mantienen las menciones a las dificultades vocacionales.
La posterior desaparición de la mención a esta problemática puede leerse como producto de
transformaciones contextuales en nuestro país. A finales de la década de 1990 y en las dos primeras
décadas del siglo XXI el sistema universitario nacional experimentó un crecimiento sumamente
relevante, multiplicando varias veces su número de casas de estudio a lo largo de todo el país, y
fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires.
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6. Trabajo y juventud:
preocupaciones constantes
1994
Falta de salida laboral.
Mecanismos de exclusión por
falta de experiencia laboral.
Problema laboral ligado a un
problema educativo/vocacional.
Problemas de inserción laboral.
Elevado costo de vida.
1973
2014
Malas condiciones laborales
para los jóvenes que consiguen
trabajo.
Problemas para la inserción
laboral, fundamentalmente
por la situación económica.
Problemas de inserción laboral.
Mercado laboral más
competitivo que en épocas
anteriores.
Elevado costo de vida.
Elevado costo de vida.
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6. Trabajo y juventud: preocupaciones constantes
Otra de las áreas temáticas que con mayor claridad presentó una recurrencia en todos los
años de aplicación de la encuesta fue la del trabajo.
En la encuesta de 1973 se identifica como problema principal la las malas condiciones
laborales de los jóvenes, que son explicadas fundamentalmente por la situación
socioeconómica del país, ya que según los encuestados son muchos los jóvenes que no pueden
costear sus estudios y por ende deben abandonarlos 2.
Los escasos puesto de trabajo hacen muy difícil conseguir e incluso
mantenerlo. Los jóvenes que consiguen trabajo por lo general están mal
remunerados, salvo pocas excepciones
La mayoría -sobre todo aquellos que trabajan en fábricas y comercios- se
les hace muy difícil poder continuar sus estudios secundarios o
universitarios
La necesidad de trabajar para terminar los estudios, en mi caso y para
mucha gente que no estudia por su situación económica, que ni siquiera
les permitió iniciar una carrera para seguir subsistiendo, para lograr
comer
Además, estos diagnósticos sostienen que los jóvenes que desean estudiar y tienen las
aptitudes para hacerlo, enfrentan diversas trabas como son la exclusión de puestos de trabajo
por falta experiencia y el problema del servicio militar obligatorio para los varones. Otros
problemas mencionados recurrentemente son el elevado costo de vida y los altos precios en el
mercado habitacional, especialmente para aquellos que se encuentran en pareja y buscan
emanciparse de sus familias. Esto se combina con un contexto de trabajos indebidamente
remunerados.
Es muy difícil conseguir para alquilar un departamento o una pieza, y si se
lo obtiene, se debe pagar prácticamente con la totalidad de un sueldo.
Además, todos los artículos de primera necesidad también están muy
caros
En 1994 la definición del problema juvenil en el ámbito del trabajo gira en torno a la falta de
salida laboral (en un contexto con un mercado de trabajo en fuerte proceso de regresión),
especialmente para los trabajadores no calificados. Persiste la tensión entre estudio y trabajo
en los discursos de los encuestados, las menciones a la exclusión por falta de experiencia, y
los prejuicios que pesan sobre los jóvenes.
2
Página
37
La idea de “costear los estudios” aporta a la hipótesis de que entre los encuestados de 1973 la idea de
juventud estaba mucho más asociada a los problemas de los estudiantes universitarios, mientras que en
2014, los problemas de la juventud se referenciaban mucho más en la población de “jóvenes
problemáticos”.
El problema laboral aparece en este contexto fuertemente vinculado al problema educativo.
El sistema educativo, en los discursos de los encuestados, no prepararía a los jóvenes para el
trabajo, no desarrollaría sus capacidades técnicas para las tareas laborales y no ayudaría en la
definición de la vocación personal.
Dentro de los problemas que enfrentamos, se encuentra el laboral. La
oferta de empleo no es suficiente para nadie, y para el joven lo es aún
menos, ya que en la mayoría de los empleos se solicita experiencia y así
muchísima gente se pasa meses en caza del primer empleo (a no ser que se
cuente con alguna referencia). Este problema se agudiza aún más si
tenemos en cuenta la escasa preparación de nuestro sistema educativo. La
instrucción es deficitaria (se leen libros que tienen en algunos casos más
de 20 años, los programas son viejos, no existe dinamismo en las clases,
que aburren muchas veces no sólo a alumnos sino también a docentes, las
bibliotecas en sus contenidos parecen ancladas en el tiempo, etc.). La
formación es mala, y salvo raras excepciones, no se enseñan valores ni se
despierta el espíritu analítico o crítico.
En cuanto a los estudios universitarios, la clase baja y media baja
forzosamente se ve obligada a trabajar para costear los estudios, con lo
cual se hace más difícil la carrera. Aparte, si no tenés una carrera terciaria
no conseguís un trabajo con una remuneración apropiada
Los encuestados de 1994 construyen al Estado como principal responsable de la falta de
mecanismos e iniciativas para construir mejores condiciones de inserción para los jóvenes y
de mejorar el sistema educativo en vistas a la preparación de los jóvenes para su vida laboral
futura.
Entre las encuestas de 2014 continúan las percepciones de la dificultad de los jóvenes para la
consecución de su primer empleo y de la construcción de su propia independencia financiera,
explicada en estos discursos por la situación socioeconómica del país o por la existencia de
un mercado laboral mucho más competitivo que el de generaciones anteriores. Así, los
relatos declaran que sería más difícil para los jóvenes conseguir su primer trabajo y empezar
a construir su independencia financiera. Las menciones en estos discursos al elevado costo
de vida parece ser otra de las continuidades en los tres contextos de análisis (1973, 1994 y
2014). Lo problemático de la exigencia de experiencia para las empresas y la falta de estudios
aparecen también como obstáculos recurrentes para la inserción laboral de los jóvenes.
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38
Uno de los problemas que visualizo hoy en día es lo complicado que resulta
(por lo menos en esta carrera) conseguir un trabajo acorde a la misma, y
en el caso de encontrarlo, que el mismo sea bien rentado. Por lo tanto, la
dificultad que implica mantenerse por sus propios medios.
En relación a lo laboral es difícil conseguir un empleo, y más aún uno bien
remunerado. Estas posibilidades bajan aún más si se abandonaron los
estudios.
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En este caso, la situación económica aparece como una entidad que origina causalmente este
conjunto de problemas. Resulta llamativa en esta categoría la fuerte continuidad de
significaciones en la definición de problemáticas juveniles, en contextos de aplicación de la
encuesta con dinámicas radicalmente diferentes en cuanto al mercado de trabajo (períodos
tanto de fuerte contracción como de fuerte expansión del empleo).
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7. Comunicación y juventud:
acceso, despersonalización e incomprensión
1994
Penetración e influencia de los
medios masivos de comunicación
producen una sociedad
consumista e individualista.
1973
Los medios de comunicación
masiva son una fuente de poder
fundamental de la sociedad.
Éstos intervienen en los procesos
de socialización familiares.
2014
Sobre-información,
des-información,
hiper-conexión y
des-personalización.
Espacio renovado de las redes
sociales en lugar de las
referencias a los medios
masivos de comunicación.
7. Comunicación y juventud: acceso, despersonalización e
incomprensión
Otro de los elementos recurrentes en las definiciones problemáticas de la juventud es la
cuestión de la comunicación. Ésta, con significaciones diversas y situada en contextos
diferenciales, atraviesa los discursos de los distintos contextos de aplicación de la encuesta.
En la definición de problemas juveniles de la encuesta de 1973 observamos que el tema de la
comunicación es tratado principalmente asociado a la cuestión del poder y el papel que
juegan los medios de comunicación masiva. Por otra parte, también aparece vinculado al rol
de la familia como fuente de socialización y enseñanza de valores en la sociedad. Antes que
como ámbitos totalmente separados, aparecen como escenas en tensión, resignificando una a
la otra. Los problemas de los medios de comunicación se inmiscuyen en la realidad familiar, y
las relaciones inter-generacionales hacia el interior de la familia se leen en términos de
comunicación (incomprensión, diálogo, etc.).
Los medios de comunicación de masas se encargan de imponer valores
sociales inalcanzables para que la mayoría de las personas aspire a
realizarlos.
Pienso que uno de los mayores problemas, y tal vez el que origina todos los
demás, es el problema de la incomunicación, las pocas oportunidades de
dialogo en la familia particularmente. Creo que se ha ido perdiendo algo
fundamental, que es la reunión del grupo familiar.
Así, en estos diagnósticos la incomunicación y la desinformación se conjugan con la
inculcación de valores de tipo “capitalistas/consumistas” (“el papel anestesiante de la cultura
frente a los interrogantes humanos”) y la pérdida o la afección de los ideales.
En el marco de las encuestas de 1994, se observa una marcada profundización de las lecturas
y diagnósticos de tipo individualistas, la sanción del consumismo (ahora desanclado de la
crítica del sistema capitalista), asociado a la penetración y la influencia de los medios de
comunicación masiva.
La publicidad (bombardeo publicitario constante), tendiente al
consumismo por el consumismo mismo. La juventud se está convirtiendo
en apática a todo lo que la rodea.
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41
Los problemas de comunicación se desanclan del ámbito familiar (y también del político) para
reubicarse casi de manera exclusiva en el contexto de la cultura y de los medios de
comunicación. En estos ámbitos radica la responsabilidad de informar sobre otras
problemáticas como la sexualidad y el SIDA,
Con relación a la dimensión de la pareja, nos encontramos un tanto mal
parados frente al SIDA: se invade con publicidad, pero no se educó a los
padres que son los primeros formadores. Además, existe una invasión de la
publicidad, que nos muestra al sexo como lo lindo, o a lo que hay que
entregarse, pero se encargó bien de ocultar las consecuencias (madres
solteras, niños abandonados, abortos, matrimonios de apuro, etc., etc…)…
si no, el negocio no vendería.
Entre los encuestados de 2014, las definiciones presentan una marcada tendencia a difuminar
las entidades responsables (medios masivos, familia, Estado, etc.) de los problemas juveniles
en el ámbito de la comunicación. El renovado y central lugar ocupado por las “redes sociales”
probablemente reconfigure toda la problemática y le asigne toda una nueva complejidad a la
cuestión: de la des-información a la hiper-conectividad y la sobre-inoformación. En esta
novedosa definición de la problemática, en la relación jóvenes y comunicación aparecen
problematizados los vínculos interpersonales y la pérdida de sus peso en el marco de una
sociedad definida como “conformista”.
Otro de los problemas que puedo observar es la falta de comunicación que
se genera constantemente entre los jóvenes, en una sociedad en la que, a
pesar de avanzar en tecnología, cada vez nos desconmunicamos más con
los que están a nuestro lado.
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42
Si bien [la comunicación] tiene muchos beneficios, también trae muchos
perjuicios -como la rapidez de los ritmos, querer las cosas más fáciles, más
rápidas, lo que lleva a trabajar menos y estudiar menos-. Esto nos
“arrobotiza” y nos hace actuar cada vez más por impulso y sin pensar las
cosas. Hace perder valores como los que se tenían antes, como la
confianza, la responsabilidad, la desmotivación para los proyectos.
8. Familia y juventud:
las relaciones intergeneracionales
1994
Incomunicación familiar
Falta lugar para los jóvenes y sus
opiniones. Falta lugar para
quienes serán el futuro del país.
1973
2014
Reclamo de comprensión por
parte de los adultos (padres,
viciados de valores materialistas)
hacia los jóvenes (hijos).
Falta de contención paterna
como causante de caída en
adicciones, consumos
peligrosos, etc.
Otros sostienen que el problema
es que, justamente, los hijos
dejaron de escuchar a los padres.
Aparecen compitiendo los
grupos de socialización
paralelos al familiar, como el
grupo de pares.
Página
44
8. Familia y juventud: las relaciones intergeneracionales
La última de las categorías que construimos para nuestro análisis de las definiciones de los
problemas juveniles fue la de familia. En fuerte relación con la categoría antes trabajada
(comunicación), en algunas de las encuestas el ámbito familiar aparece como escenario de las
problemáticas que los jóvenes viven, presentan algunas constancias y fuertes continuidades
en los tres contextos de análisis.
Entre los encuestados de 1973, la definición de los problemas juveniles se orienta
fuertemente hacia el papel de los padres y la familia, sentando un reclamo centrado en la
“comprensión” de los adultos (cuyas concepciones son, en algunos casos, criticadas como
“materialistas”) hacia sus hijos (y por extensión, de las verdaderas dinámicas que rigen, en un
contexto de cambio, la realidad social)
Muchos padres dan de todo a sus hijos, lo mejor, la más que ellos pueden
darnos, pero hay veces que no necesitamos ni dinero, ni demasiada
vestimenta, sino COMPRENSIÓN, y ellos no lo entienden y realmente lo que
en este tiempo y en esta época de vida, a los 18 años, es lo que más
necesitamos.
Si bien muchos de los encuestados argumentan y definen una incomprensión por parte de los
padres de familia hacia los jóvenes, muchos otros sostienen que el problema es el inverso:
muchos jóvenes no escucharían a sus padres, y esto estaría fuertemente relacionado a sus
divergentes lugares de origen (ciudad o pueblo). En línea con este argumento, algunos
encuestados hablan de la juventud como “confundida” entre “libertad y libertinaje”, producto
de la sobreprotección y de la falta de respeto de los jóvenes por las instituciones familiares y
educativas.
Frecuentemente he oído que dicen “no me comprenden”… me pregunto yo,
realmente será que no los comprenden o que ellos no comprenden a los
demás, sus padres o bien personas mayores vinculados a ellos
Esto no invalida nuestra hipótesis de que la clave de lectura de los problemas juveniles en
1973 es el choque generacional, sea que se sancione la incomprensión de los adultos, o la no
escucha de los jóvenes:
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45
Pienso que actualmente la juventud enfrenta muchísimos problemas, pero
que dependen también de las diferentes situaciones que se presentes. Por
ejemplo: Es muy distinto como encara los problemas un joven que está
viviendo en la casa con sus padres a otro que por razones de estudio o
trabajo se independiza de ellos. Igualmente sucede con respecto a una
persona que ha vivido en el campo con otra que siempre estuvo en las
ciudades.
En la encuesta de 1994, tal como mencionamos previamente, existen fuertes continuidades,
aunque la definición se modifica: el problema familiar pasa de la “incomprensión” a la
“incomunicación”, nuevamente, en la relación padres-hijos: según estos discursos, los
jóvenes nos son considerados como la “base del futuro” y su opinión no es tenida en cuenta.
Esta incomunicación aparece en los diagnósticos de 1994 como causal de buena parte de las
problemáticas asociadas al ámbito de la salud: la sexualidad, el SIDA, las drogas
El SIDA, la droga, los problemas que trae la diferencia generacional entre
nuestros abuelos y nuestros padres en el sentido de enseñanza y forma de
vida que los transmitieron a los segundos, lo que en un momento de
superación de la mujer, trajo muchos problemas de convivencia en las
parejas y a continuación con respecto a nuestra generación, la falta de
certidumbre de cómo educar a los hijos
Por último, los encuestados de 2014 definen en menor medida los problemas juveniles
asociados al ámbito familiar, aunque en cierta continuidad con la encuesta de 1994, los
problemas de falta de contención paterna aparecen como origen de la caída en adicciones y
consumos “peligrosos”. Sin embargo, el ámbito familiar en estos diagnósticos comienza a
competir con otros grupos de socialización, como el de pares. También se vincula la
problemática relación familiar con los problemas vocacionales y laborales.
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46
Particularmente, la juventud enfrenta numerosos problemas, muchos de
ellos producto del accionar de los adultos. Considero que el joven no es
escuchado y su opinión no se la tiene en cuenta. El joven debe enfrentarse
con un mundo consumista, que impone un estereotipo de belleza, moda,
patrón de felicidad y éxito
Reflexiones finales:
las matrices discursivas
para la producción de los problemas juveniles
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48
Reflexiones finales: las matrices discursivas para la producción de
los problemas juveniles
De acuerdo a lo expuesto, construimos tres modelos de problemática juvenil, no en términos
de homogeneidad discursiva y de pensamiento de los encuestados, sino más bien como
construcción analítica de repertorios de imágenes, figuras y sentidos sobre la juventud,
surgidos de la mediación teórica a partir de la cual interpretamos las respuestas de las
encuestas, ancladas en los contextos históricos de su realización.
La matriz discursiva que reconstruimos en la encuesta de 1973 estructura los problemas de la
juventud en torno a un conflicto generacional. En este marco, se establece cierta relación
equivalencial entre quienes se identifican como responsables y agentes de estas
problemáticas: docentes, políticos, padres, es decir, el mundo adulto como relativa alteridad
y antagonista. Por otra parte, este marco genera condiciones para que la forma en la que los
problemas son formulados adquiera un matiz relacional (inter-generacional): problemas de
diálogo, de comprensión, etc.
Finalmente, esta matriz discursiva (y fundamentalmente las imágenes y sentidos emergentes
de su contexto histórico inmediato) favorece los diagnósticos en clave política: las encuestas
referencias y definen su propia época en términos de transformaciones estructurales, y por
extensión, definen a la juventud como protagonista central del necesario cambio contra un
régimen tradicionalista y gerontocrático.
La matriz discursiva emergente en 1994 estructura la producción de sentidos sobre las
problemáticas juveniles en torno a una clave de lectura individual. Los discursos sobre la
época se caracterizan en la encuesta por relaciones de desconfianza y soledad, problemas
vocacionales y de proyección personal, todos ellos situados en la esfera de las
responsabilidades individuales y las elecciones particulares.
Si bien buena parte de los déficits identificados en estos discursos en relación a la juventud
(accesos, políticas, Estado, trabajo) se dirigen hacia el sector público, y que marcan, por lo
tanto, necesidades a nivel político, esta matriz parece priorizar diagnósticos de tipo
“culturalistas”, como las críticas a la sociedad consumista, materialista, etc., en términos más
bien morales.
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49
En un contexto de fuerte retirada del Estado, éste es interpelado como principal instancia con
responsabilidad y capacidad de agencia respecto de los problemas de la juventud, aunque
cierto discurso negativo y desencantado respecto del mundo de la política, anclado en la
lectura desde la idea de “corrupción”, tiende a reorientar la mirada a la Clase Política como
principal responsable de estas problemáticas.
Probablemente la matriz discursiva construida para la encuesta de 2014 sea la más compleja
de producir, dada la imposibilidad de poner igual distancia respecto de su contexto que en los
casos precedentes. Como formulación provisoria, podemos plantear que esta matriz toma
como eje los mecanismos de exclusión para las definiciones sociales de los problemas
juveniles. La denuncia de falta de participación en este contexto se articula con otras
carencias: falta de educación (tanto curricular como “en valores”), de compromiso, de
planificación y proyección, de contención (familiar). Existe por un lado, una continuidad de la
clave individual de lectura, y una emergencia fuerte de explicaciones y comprensiones más
centradas en términos estructurales (exclusión, políticas públicas, represión, anomia, etc.).
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50
Como antes mencionamos, y en un contexto de recuperación de espacios por parte del sector
público, el Estado aparece como fundamental interpelado respecto de los problemas de la
juventud. Tal como planteamos, se trata de problemas juveniles de la juventud problemática:
problemas asociados a la pobreza, la marginalidad y la exclusión, de las carencias, las faltas,
los no-accesos. Sin embargo, surge como novedoso el lugar desestructurante que en algunos
ámbitos introduce la emergencia de las redes sociales: reconocidas como originadoras de
problemas de “exceso” (sobre-información, hiper-conectividad, des-personalización, etc.),
reconfiguran el planteamiento de problemas comunicacionales de tal manera que se vuelve
cada vez más esquiva la identificación de agentes determinados y responsables con
responsabilidad en estas problemáticas (como antes lo eran los medios de comunicación, los
padres, los docentes, etc.).
Bibliografía
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Grijalbo, México DF.
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Iniciación a la práctica sociológica, Siglo XXI, Madrid.
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Chaves, Mariana (2010), Jóvenes, territorios y complicidades. Una antropología de la juventud
urbana, Espacio Editorial, Buenos Aires.Cajías, 1999)
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políticas de empleo, 7imig, Valencia.
Página
51
Martín Criado, Enrique (2005), “La construcción de los problemas juveniles”, en Nómadas,
Nro. 23. Octubre. Universidad Central, Bogotá.
Página
52
ANEXO: RESUMEN EJECUTIVO
ANEXO: RESUMEN EJECUTIVO
1- ¿Cómo surge este estudio? Presentación
El presente estudio aborda de manera exploratoria las definiciones sociales sobre problemas
de la juventud contemporánea. El mismo consta de una encuesta realizada en los años 1973,
1994 y 2014 entre estudiantes universitarios de las carreras de abogacía, trabajo social,
ciencia política, relaciones internacionales y algunos pocos casos de carreras variadas de la
UNC.
La investigación fue llevada adelante por la Universidad Católica de Córdoba, el Instituto
Federal de Gobierno y la consultora Perspectivas Sociales, bajo la coordinación de Pamela
Cáceres, Leopoldo Shapira y Laura Porrini.
2- ¿Cuál es su importancia y potencialidad?
El estudio aborda con más de 450 encuestas abiertas, una problemática a partir de un rico y
vasto material cualitativo, con características que lo posicionan en un área de fuerte vacancia
de conocimiento:
•
•
•
Variabilidad histórica
Disimilitud de contextos
Homologación metodológica del instrumento de recolección de datos
Este material, su procesamiento y análisis resulta valioso, tanto para organizaciones y agentes
de diseño y planificación de políticas públicas y programas de intervención, como así también
para investigadores y público en general interesados en exploraciones que sirvan para
construir líneas de indagación futura sobre la temática de la problemática juvenil.
El supuesto que sostenemos en la investigación estriba en entender que los modos de definir
los problemas de la juventud constituyen indicadores acerca del modo en que pensamos,
definimos y comprendemos de la realidad, de los elementos y las herramientas “a mano”
para hacerlo, y por lo tanto, de las orientaciones que imprimimos a nuestras acciones en la
intervención en esa misma realidad.
3- ¿Cómo se hizo?:
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53
El instrumento aplicado constó de una única pregunta abierta: “En su opinión, ¿Qué
problemas enfrenta la juventud actualmente?”. A raíz de lo dicho sobre el muestreo
teórico aplicado para el estudio (estudiantes universitarios de un número limitado de
carreras), es necesario aclarar los alances de los datos por la investigación producidos:
•
•
•
•
•
•
El procesamiento y análisis de los datos se realizaron bajo la perspectiva de una
investigación cualitativa, con la asistencia de un software de análisis cualitativo, bajo
los requerimientos de manejo de semejante cantidad de material.
El estudio pretende explorar sentidos y representaciones sobre la juventud para un
sector clave de la sociedad, con capacidades de agencia y presencia pública
particularmente importantes (estudiantes universitarios de las mencionadas
carreras).
El muestreo NO permite, bajo ningún punto de vista, extrapolar los datos producidos
a la población juvenil como totalidad, ni al estudiantado universitario como
totalidad.
La pregunta NO indaga sobre creencias, valores o experiencias propias de los
jóvenes (en términos de adscripciones valorativas o trayectorias de vida).
La pregunta SÍ sirve como disparador de problematizaciones de un ámbito de la
realidad social, o más precisamente, de una clase de edad específica: la juventud
contemporánea.
El análisis versa sobre las imágenes, discursos y diagnósticos socialmente
disponibles en cada contexto para definir a la juventud como un problema.
4- Presentación de algunos de sus resultados
A continuación presentamos una tabla de doble entrada con una síntesis de los resultados
obtenidos en el estudio organizados por año de realización de la encuesta y categoría
temática.
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54
Esta tabla SÓLO puede servir como una herramienta de lectura de los datos, por lo que
desalentamos enérgicamente su lectura aislada de la totalidad del informe.
1. POLÍTICA
1973
1994
2014
Definición
de
problemáticas
orientada por la
noción de cambio
de sistema y de
toma
de
conciencia.
Preocupaciones
fundamentalmente
orientadas a la
corrupción y a la
desconfianza hacia
la clase política.
Problemática de los
mecanismos
de
exclusión de los
jóvenes del mundo
de la política.
Página
55
Problemática de la
Reclamo de lugar falta de interés de
en la política para los jóvenes en la
la juventud.
política, originada
en la falta de
espacios
de
participación.
Reclamo
de
políticas
públicas
para
integrar
(socialmente)
la
juventud.
2. SALUD
1973
1994
2014
Sociedad
con
mandatos
contradictorios:
se identifica por
un
lado
la
desinhibición en
los medios de
comunicación
masivos, y la
continuidad
de
una
moral
represiva
encarnada en la
figura de los
“padres”,
por
otro.
Aparición de la
preocupación por el
SIDA. El diagnóstico
de la problemática
explica la cuestión
como resultado de
elecciones
bajo
responsabilidades
individuales.
Emerge
la
drogadicción como
principal
problemática
asociada
a
la
juventud.
Página
56
Eje
en
sexualidad.
Por otra parte se
señala
la
responsabilidad de
los
medios
de
comunicación, que
generan frustración
subiendo
la excesivamente las
expectativas
de
consumo,
y
abriendo de esta
manera la puerta
para el consumo de
sustancias
como
paliativos.
El
origen
del
problema
se
encuentra en la falta
de educación (no
solamente
académica,
sino
también moral) y de
información.
El
diagnóstico
define la cuestión
fundamentalmente
en
término
de
consumos
“peligrosos”,
asociados
a
la
violencia, el delito y
la pobreza.
3. VIOLENCIA E
INESGURIDAD
1973
1994
2014
El problema de la
violencia
asociado a la
condición juvenil
aparece como un
emergente
del
contexto político.
La temática de la
violencia
prácticamente
desaparece como
objeto
de
preocupación
vinculado
a
la
condición juvenil.
Violencia
de
la
condición
juvenil
asociada
fundamentalmente
al fenómeno de la
inseguridad y la
delincuencia juvenil.
Si
bien
se
reconocen voces
que justifican o
critican el uso de
la fuerza como
recurso político,
los encuestados
claramente
lo
reconocen como
un
elemento
distintivo de la
época, y una
problemática de
relevancia para
los jóvenes.
Página
57
Las voces más
“justificatorias”
del uso de la
violencia
como
forma de hacer
política,
la
explican
como
resultado de un
régimen
represivo
e
injusto.
También aparecen
denuncias
a
la
violencia
policial,
ejercida
fundamentalmente
contra los jóvenes
marginados
o
excluidos
del
sistema.
En el marco de la
definición
del
problema se señala
la
falta
de
proyección personal
y
de
políticas
públicas
para
resolverlo.
4. CULTURA Y MORAL
1973
1994
2014
Definiciones en
términos
de
“pérdida
de
valores”, en el
marco de una
sociedad
materialista,
egoísta
y
alienada.
La
problemática
adquiere
un
sentido de crítica a
la
sociedad
consumista
e
individualista. Se
denuncia la falta de
valores y ejemplos
a seguir.
Se identifica una
falta generalizada
de
valores,
compromiso
y
responsabilidades.
Es así que los
discursos
sostienen,
a
partir de una
clave de lectura
“ideológica”, que
la juventud tiene
la necesidad de
rebelarse.
Página
58
Emerge
en
algunos discursos
un fuerte sentido
religioso
como
posibilidad
de
salida de la crisis.
Esto
produciría
serias dificultades
para
la
construcción
de
identidades
personales a raíz de
una dinámica de
indiferencia social.
Nuevamente, esto se
explica
como
resultado de la falta
de
proyección
personal,
como
resultado de la
cultura
de
la
inmediatez,
el
desinterés
y
la
liviandad de los
jóvenes para con la
vida y el mundo.
Aparece la temática
de
la
“discriminación”
hacia los jóvenes.
5. EDUCACIÓN
1973
1994
La problemática
se define en
términos
de
“falta
de
educación”.
Problemática
definida
términos de
cuestión
“vocacional”.
Los responsables
que se identifican
como agentes en
este
problema
son tanto padres
como docentes y
autoridades de
las instituciones
educativas.
Página
59
Se denuncia un
sistema
tradicionalista,
obsoleto
e
inadaptado tanto
a las expectativas
de los jóvenes
como
a
las
necesidades de la
época:
un
contexto
de
“inminente
cambio
de
sistema”.
2014
Problema de “falta
en de
educación”,
una aunque en este caso
definida desde la
óptica de la “calidad
educativa”.
Problema ubicado
fundamentalmente
La problemática se
en
la
escuela asocia a todos los
secundaria, que no niveles.
prepara ni para el
Pierde
peso
la
trabajo ni para la
preocupación por el
universidad.
“acceso”,
aunque
En
ésta
se continúa la óptica
impartirían
desde
la
conocimientos
perspectiva de la
desactualizados,
“vocación”.
explicados en parte
por las carencias en
la
capacitación
docente.
1973
6. TRABAJO
Preocupación
por las malas
condiciones de
los jóvenes que
logran insertarse
laboralmente.
Página
60
Elevado costo de
vida y problemas
para la primera
inserción laboral
de los jóvenes.
1994
Preocupación por la
falta
de
salida
laboral,
fundamentalmente
de
los
menos
calificados.
2014
Se
denuncian
problemas para la
inserción
laboral
originados
fundamentalmente
en la “situación
económica”
Denuncia de los
percibida
como
mecanismos
de
crítica.
exclusión para con
los jóvenes basados Por otra parte, en la
en la “falta de definición
del
experiencia laboral”. problema se incluye
el hecho de que el
El problema laboral
mercado de trabajo
es
definido
en
sería mucho más
relación al problema
competitivo que en
educativo
antes
épocas anteriores,
descripto: falta de
con lo cual la
formación y de
inserción de los
competencias para
jóvenes se vuelve
el mercado laboral.
más dificultosa.
Elevado costo de
Elevado costo de
vida y problemas
vida y problemas
para la primera
para la primera
inserción laboral de
inserción laboral de
los jóvenes.
los jóvenes.
1973
7. COMUNICACIÓN
En la definición
de
la
problemática
comunicacional,
los medios de
comunicación
masiva aparecen
identificados
como una de las
principales
fuentes de poder
en la sociedad
contemporánea.
1994
El diagnóstico se
reorienta de una
lectura
política
hacia una lectura
“culturalista”.
Página
61
Se
manifiesta
preocupación por la
penetración
e
influencia de los
medios
de
comunicación, que
genera
una
dinámica
de
Se
manifiesta sociedad
una
consumista
e
preocupación
individualista.
por
la
intervención de
los mismos en
los procesos de
socialización
familiar.
2014
El eje se desplaza de
los
medios
de
comunicación hacia
las redes sociales.
Se identifica una
suerte de cadena
causal o argumental
en términos de
sobre-información,
des-información,
hiper-conectividad
y
despersonalización.
1973
Página
62
8. FAMILIA
La problemática
juvenil se define
en relación a un
reclamo
de
comprensión por
parte de los
adultos (padres
insertos en una
cultura
valorativa
signada por el
materialismo y el
consumismo)
hacia los jóvenes
(sus
hijos,
agentes
del
cambio).
1994
La
problemática
vira
desde
la
incomprensión a la
incomunicación
familiar.
2014
La problemática se
centra en la falta de
“contención” paterna
como causa de la
caída de los jóvenes
en
“vicios”,
Reclamo del lugar
adicciones
y
correspondiente
“consumos
para los jóvenes en
peligrosos”.
tanto
representantes del Emergen en estos
futuro
de
la diagnósticos nuevos
sociedad.
grupos
de
socialización
y
sociabilidad
compitiendo con el
de
la
familia:
fundamentalmente,
Otras
veces
aparece el grupo de
diagnostican con
“pares”.
un
vector
contrario:
el
problema sería
que los hijos
habrían dejado
de oír a sus
padres.
1973
MATRICES DISCURSIVAS
Conflicto
generacional: el
mundo
adulto
(padres,
docentes,
políticos) como
antagonista,
alteridad
y
responsable de
los
problemas
juveniles
(gerontocracia,
sistema
y
regímenes
morales
tradicionalistas).
Página
63
Primacía de las
lecturas en clave
política:
época
percibida
en
términos
de
profundas
transformaciones
estructurales,
cambio
de
sistema, etc.
1994
2014
Lectura en clave Eje
en
los
individual:
mecanismos
de
problema
de exclusión social de
vocaciones,
los jóvenes.
proyecciones
e
Falta
de
identidades
participación
personales.
entendida
como
Identificación
del déficit
de
Estado y la clase integración social de
política
corrupta los jóvenes pobres,
como responsables excluidos,
-por
déficit
u marginalizados
y
omisión- de los violentados.
problemas de la
Explicación
del
juventud.
origen social de la
Diagnósticos
“peligrosidad”
fundamentalmente
juvenil.
culturalistas:
Demanda
de
consumismo,
políticas
públicas
individualismo,
para la inclusión.
materialismo, etc.
Difuminación de la
responsabilidad y la
agencia a partir de la
emergencia de las
“redes” sociales.
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