Historia de España 2º DE BACHILLERATO

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Tema 13. El régimen de la Restauración (1875- 1902)
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El sistema canovista. La Constitución de 1876 y el turno de partidos
La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo
La Guerra colonial: Cuba
La crisis de 1898 y sus repercusiones
1. El sistema canovista
La Restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II, se
produce mediante el pronunciamiento militar en Sagunto, dic1874, que pone fin a la 1ª República. El
ideólogo de la Restauración es Cánovas del Castillo, jefe de la minoría liberal conservadora, que prepara la
llegada a España de Alfonso XII. La Restauración incluye el reinado de Alfonso XII (1875-85) y la
Regencia de Mª Cristina de Habsburgo Lorena (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.
Alfonso XII firmó el Manifiesto de Sandhurst redactado por Cánovas: se compromete a una
monarquía constitucional y democrática; llega a España en enero de 1875. Objetivos de Cánovas: adaptar
de nuevo la monarquía borbónica a España, eliminar medidas radicales del Sexenio Democrático, elaborar
una nueva Constitución, crear partidos que se alternen en el gobierno, conseguir la paz de la 3ª guerra
carlista (1876, eliminación de fueros e instituciones vascas) y de Cuba (Paz de Zanjón, 1878); estos logros
serán grandes éxitos de su gobierno.
La Constitución de 1876
Se celebran elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio
universal, con elevada abstención (45%); las elecciones fueron manipuladas. La Const 1876 es una síntesis
de la de 1845 y 1869, y es fiel reflejo del proyecto político de Cánovas, quien pretende que sea conciliadora
para que tengan cabida en ella los conservadores y los liberales, con la condición de que acepten la
monarquía y la alternancia de partidos. Tiene una extensión de 13 títulos y 89 artículos.
Características: Monarquía como forma de Estado; soberanía compartida entre las Cortes y el rey:
tiene poder de veto, iniciativa legislativa, puede disolver las Cortes, elige al gobierno, que necesita de la
doble confianza del rey y de las Cortes (formadas por 2 cámaras), y es mando supremo del ejército; por
tanto el rey es el árbitro del sistema. Se reducen los derechos de imprenta, expresión, asociación y reunión;
hay tolerancia de cultos aunque el Estado es católico. Esta Constitución favoreció la estabilidad política en
los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, pues estuvo en vigor hasta 1931.
Bipartidismo, turnismo, caciquismo
Son los fundamentos del sistema de la Restauración ideado por Cánovas.
Bipartidismo: Cánovas, que admira el modelo británico, funda el Partido Conservador,
derecha moderada. El otro es el Partido Liberal de Sagasta, la izquierda liberal. Ambos aceptan el
bipartidismo y el turno pacífico en el gobierno, comparten el sentimiento nacionalista, el liberalismo, el
deseo de orden social y libertad política, y la necesidad de sacar a España del atraso. Se diferencian en el
sufragio, universal o censitario, libertad de cultos o catolicismo, librecambio o proteccionismo, libertad de
prensa o censura, todos los derechos o restricción de algunos. Se excluye a las masas de la vida política,
pues las elecciones están decididas de antemano.
Turnismo: alternancia de los dos partidos en el gobierno (funciona más de 40 años). Es
pacífico, y se respetan las leyes anteriores. Cuando un partido tiene problemas o pierde la confianza de las
Cortes, cede el poder al otro. Entonces el rey disuelve las Cortes, se convocan nuevas elecciones y se
nombra nuevo presidente de gobierno. Conservadores y Liberales, Cánovas y Sagasta, se turnaron varias
veces durante el reinado de Alfonso XII y la regencia de Mª Cristina, con la que se firmó el Pacto de El
Pardo: acuerdo de los dos partidos para apoyar la Regencia (embarazada del futuro Alfonso XIII),
garantizar la continuidad de la monarquía y continuar con el turnismo de partidos.
Caciquismo: Consiste en manipular las elecciones para que los resultados sean los deseados
por los dos partidos. El cacique es el personaje que controla la vida política en los pueblos, a costa de pagar
votos o contar votos no emitidos (pucherazo). De hecho, los electores sólo votaban realmente en las
grandes ciudades. En los núcleos rurales los votos eran descaradamente manipulados; además había una
fuerte abstención. La mayoría de los votos eran para el nuevo partido, pero siempre se reservaban unos
cuantos votos para el partido opositor (encasillado: reparto de cargos políticos entre los dos partidos).
Entre las principales medidas aprobadas por estos gobiernos, destacan: libertad de prensa, de
imprenta, de cátedra, de asociación; se aprueba un Código Civil, sufragio universal masculino, reformas
sociales que favorecen a los trabajadores y proteccionismo en economía.
2. La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo
La Restauración se benefició de la debilidad de la oposición. Por un lado están los carlistas;
son la derecha del sistema, defienden el absolutismo y el catolicismo, se oponen al liberalismo y se dividen
entre los que no colaboraron con el régimen y los que formaron partido político. Los republicanos, a la
izquierda, divididos por su concepción de la República: unitaria (Salmerón) y federal (Pi y Margall);
colaboraron algo con el partido liberal; tenían gran influencia entre las clases medias y los trabajadores
urbanos. El movimiento obrero está dividido entre anarquismo y socialismo. Los anarquistas, opuestos a
la participación política, optan por la violencia y los atentados (Liceo de Barcelona, Corpus Christi, asesinato
de Cánovas, dos atentados contra el rey). Los socialistas fundan el PSOE (1889, Pablo Iglesias) y el sindicato
UGT, pero no tendrán relevancia hasta final de siglo en Madrid, Cataluña y País Vasco.
El regionalismo surgió como una reacción contra el atraso y marginación de algunas
regiones, y también como rechazo al centralismo del Estado español, que había suprimido fueros e
instituciones de distintos reinos. Va acompañado por un movimiento cultural que defiende las lenguas
vernáculas, la historia propia, el folclore, el respeto a las tradiciones. Así aparece un regionalismo gallego,
valenciano, catalán, vasco, castellano... que pretende una autonomía administrativa y crear instituciones
propias.
Los nacionalismos políticos surgieron en Cataluña y País Vasco; pretenden lograr la
independencia de sus territorios a los que consideran auténticas naciones. En Cataluña surgió durante la
República federal, que defendía una Cataluña integrada en un conjunto de estados españoles federados;
otros grupos defendían un nacionalismo más tradicionalista. Ambos se unieron en las Bases de Manresa
1892, documento que recoge el programa del catalanismo e incluye un proyecto de Estatuto de Autonomía
conservador y tradicionalista. El vasco surge a partir de la ideología radical y racista de Sabino Arana, cuyo
lema era "Dios y ley vieja": defiende la raza vasca, que es antiespañola y antimaketa, defensa del euskera,
catolicismo, defensa de los fueros perdidos, independencia.
3. La Guerra colonial: Cuba
En los años 70 se inicia un movimiento independentista en Cuba, gobernada por un Capitán
General, que conduce a varios conflictos con la península. El comercio con Cuba era muy beneficioso para
España, pero la burguesía criolla estaba descontenta. Cuba también exportaba azúcar y tabaco a EEUU
(90%), interesado en defender el independentismo cubano. La larga guerra 1868-78, liderada por Céspedes,
iniciada con el “Grito de Yara”, termina con la paz de El Zanjón, pero no se cumplen las promesas de
independencia y el fin de la esclavitud. En 1879 se produce la guerra chiquita, que fue reprimida por el
ejército, mientras aumenta el sentimiento nacionalista cubano.
La Guerra de Cuba se inicia en 1895 con el Grito de Baire; es dirigida por Martí y Maceo.
Cánovas envía al general Martínez Campos y más de 200 mil soldados; después a Weyler, que concentra a
los campesinos en poblados aislados, sin cosechas ni ganado, para que no entren en contacto con la
guerrilla, que, junto con las enfermedades tropicales, causa estragos entre los soldados españoles.
Aumentan las críticas internacionales. Cánovas destituye a Weyler y concede autonomía a la
isla, pero ya es tarde. En 1896 también estalla una insurrección independentista en Filipinas. En 1897
EEUU empieza a ayudar a Cuba; Cánovas es asesinado y sube al poder Sagasta que concede una amnistía y
la autonomía política a Cuba. En 1898 un acorazado americano, Maine, sufre una explosión en La Habana;
mueren 250 marinos. EEUU culpa a España, sin investigación. Propone comprar Cuba, y ante la negativa
declara la guerra a España, abril 98. Mientras, en Filipinas la flota estadounidense vence a la española en
Cavite. En Cuba la flota del almirante Cervera también es hundida frente a Santiago de Cuba. Por el
Tratado de París dic 98 España cede Filipinas, Puerto Rico y Guam a EEUU y concede la independencia a
Cuba. En 1899 España vende a Alemania las islas Marianas, Carolinas y Palaos, lo que supone el fin del
imperio colonial español, conocido como Desastre del 98.
4. La crisis de 1898 y sus repercusiones
Crisis ideológica: desmoralización, el pueblo español vivió la derrota como un trauma
nacional, se pone en evidencia el atraso y aislamiento de España. Pérdidas humanas, muchas producidas
por las enfermedades tropicales y la falta de alimentos, muchos mutilados. Pérdidas materiales. Crisis
política dentro de los partidos. Crisis económica: devaluación de la peseta, inflación, aumento del déficit y
de los impuestos; se acaba el comercio con Cuba. Se tiende hacia el proteccionismo económico y defensa
del mercado interior.
También se proyecta un resentimiento de los militares hacia los políticos, que han contribuido
a la pérdida de la guerra cuando los militares aconsejaban otras tácticas militares; piden la modernización
de las armas y recuperar su prestigio. Por parte del pueblo aparece un sentimiento antimilitarista, los
militares se han desprestigiado, en parte por la "redención a metálico", que consistía en que los que tenían
dinero pagaban por no incorporarse a filas, mientras que los pobres eran los que iban a la guerra. El
movimiento obrero también se puso en contra de los militares y de la guerra. Los nacionalismos catalán y
vasco adquieren mucha fuerza a final de siglo.
Por otro lado, aparece una corriente intelectual y crítica, el Regeneracionismo, que rechaza
el sistema político y social de la Restauración, y cree que es la causa de la decadencia espiritual y moral de
España. El representante más destacado es Joaquín Costa. Tiene una vertiente literaria, que se plasma en la
Generación del 98, con representantes como Unamuno, Machado, Azorín, Baroja, Valle Inclán, y Ganivet,
que dieron un nuevo impulso a la vida intelectual y política de principios del siglo XX.
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