La incapacitación 1 LA INCAPACITACIÓN Jaime Sanz Diez de Ulzurrun Escoriaza La incapacitación 2 LA INCAPACITACIÓN LA CAPACIDAD La capacidad de obrar (Castro) es la cualidad jurídica de la persona que determina –conforme a su estado- la eficacia jurídica de sus actos. Por tanto, el que tiene capacidad de obrar puede realizar válidamente actos jurídicos. La capacidad de obrar se presume mientras no se destruya judicialmente por sentencia firme que prive al sujeto de tal capacidad. STS de 10 noviembre 2005: Como dice la sentencia de 28 de junio de 1990, “la capacidad mental se presume siempre mientras no se destruya por una prueba concluyente en contrario, requiriéndose en consecuencia una cumplida demostración mediante una adecuada prueba directa -sentencias de esta Sala de 10 de febrero de 1986, 10 de abril de 1987, 26 de septiembre de 1988, 20 de febrero de 1989 , entre otras-… STS 20 de marzo de 1991: afectando la presunción de capacidad a un fundamental derecho de la personalidad y su libre desarrollo, a la facultad de hacer cada cual lo que le place, a la situación de poder concreto atribuida a un miembro activo de la comunidad y protegido por los principios éticos latentes en la norma suprema (arts. 10 y cc. CE), es obvio que la materia objeto de debate afecta al orden público y su conculcación tiene que ser examinada de oficio, cual imponen los arts. 238 y 240 LOPJ, con el efecto obligado del acogimiento del recurso, pues hay que dudar de que se puedan obtener consecuencias cercanas a la lógica, sana crítica y buen criterio mediando la grave infracción de las garantías señaladas (Cfr. TS SS 20 Feb. y 12 Jun. 1989). INCAPACIDAD Es la carencia de capacidad de obrar o grado mínimo de la capacidad de obrar, lo que determina que es otra persona (el representante legal) quien ejercita en nombre del incapaz los derechos y obligaciones de los que es titular. La incapacitación es la privación de la capacidad de obrar a una persona física, en principio capaz, por sentencia y por las causas fijadas por la Ley (Art. 199 CC). Por tanto, la declaración de incapacidad queda reservada a un pronunciamiento judicial por sentencia tras un procedimiento en el que haya existido cumplida demostración de la deficiencia y su alcance (SS. 28 de junio de 1990 y 19 de mayo de 1998) mediante pruebas concluyentes y rotundas. STS 19 de mayo de 1998: La jurisprudencia, tanto la sentencia de 31 de diciembre de 1991 que se cita en el motivo segundo, como otras, como las de 20 de mayo de 1994, 31 de octubre de 1994 y 19 de febrero de 1996, desarrollan aquel precepto; esta última dice literalmente: La capacidad de las personas físicas, es atributo de la personalidad, no obstante cabe su restricción y control, por disposición expresa de la ley, en supuestos como el que se estudia, mediante las que han sido llamadas circunstancias modificativas de la capacidad, al presumirse La incapacitación 3 siempre la capacidad mental, mientras no quede demostrado lo contrario, pues los medios procesales legales arbitrados, observancia de las garantías constitucionales, y con base a pruebas concluyentes y rotundas en contrario, que conforman probanzas directas, dada la transcendencia de la resolución en cuanto priva a una persona de su libertad de disposición subjetiva y patrimonial. Esta privación puede ser total o parcial, alcanzando bien a todos los actos jurídicos o bien a algunos en concreto. STS 30 de junio de 2004: debe existir una adecuación de la restricción y control, en su extensión y límites, al grado de inidoneidad (pues no debe extenderse más de lo necesario: S. 26 de julio de 1999), en armonía con el principio básico que debe inspirar la materia de protección del presunto incapaz; y la aplicación de un criterio restringido (S. 16 de septiembre de 1999) en la determinación del ámbito de la restricción. RDGRN de 30 de junio de 2005 Ahora bien, la sentencia que declare la incapacitación ha de determinar la “extensión y límites de ésta” (cfr. art. 210 C.c.), lo que supone que la incapacitación no se configura legalmente como uniforme, sino que del mismo modo que se gradúa legalmente la capacidad de las personas (en función de la escala de edad), también se modula la incapacidad de las mismas en razón del concreto grado de discernimiento de la persona afectada que en el proceso seguido haya apreciado discrecionalmente el juez (así para la curatela vide art. 287 C.c.). La incapacitación no significa necesariamente carencia total de juicio en el incapacitado. También puede ser ausencia parcial de éste (menor discreción de juicio que la media), o ausencia del juicio preciso para ciertos actos considerados comúnmente de mayor trascendencia. CAUSAS DE INCAPACITACIÓN (Art. 200 CC) “Son causas de incapacitación las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico que impiden a la persona gobernarse por si misma” En su consecuencia, son tres las deficiencias que, en términos generales, originan la incapacitación: 1.- Alteraciones o deficiencias psíquicas o mentales 2.- Alteraciones o deficiencias físicas 3.- Alteraciones o deficiencias psico-físicas. STS 31 de diciembre de 1991: En términos generales hay que referir las deficiencias a aquellos estados en los que se da un impedimento físico, mental o psíquico, permanencial y a veces progresivo que merma la personalidad, la deteriora y amortigua, con efectos en la capacidad volitiva y de decisión, incidiendo en su conducta al manifestarse como inhabilitante para el ejercicio de los derechos civiles y demás consecuentes. Ahora bien, debe tenerse en cuenta que la enumeración legal no constituye un numerus clausus. Lo imprescindible es que concurran dos circunstancias determinantes: A.- La incapacidad de gobernarse por si mismo. La incapacitación 4 STS 28 de julio de 1998: Para que se incapacite a una persona, no es sólo suficiente que padezca una enfermedad persistente de carácter físico o psíquico .... porque, lo que verdaderamente sobresale, es la concurrencia del segundo requisito, o sea que el trastorno, tanto sea permanente como oscile en intensidad, impidan gobernarse a la afectada por sí misma,.. El autogobierno es la idoneidad de la persona para administrar sus intereses (materiales y morales) y, por ende, la guarda de la propia persona. Desde el punto de vista médico el autogobierno tiene tres dimensiones: la patrimonial (autonomía e independencia en la actividad socioeconómica), la adaptativa e interpersonal (entendiendo por tal la capacidad de afrontar los problemas de la vida diaria en la forma y manera que sería de esperar para su edad y contexto sociocultural) y la personal (en el sentido de desplazarse eficazmente dentro de su entorno, mantener una existencia independiente en relación con las necesidades físicas más inmediatas, incluyendo alimentación, higiene y autocuidado). Aplicando este criterio se ha declarado la incapacidad de quien teniendo inalteradas sus facultades volitivas, no podía comunicarse con el exterior sin ayudas especiales. STS de 14 de julio de 2004: Atendidas las circunstancias fácticas expuestas ha de concluirse que el recurrente, debido a la enfermedad o deficiencia física que padece acreditada sin ningún asomo de duda en cuanto a su entidad y carácter permanente e irreversible, no se halla en situación de gobernarse por sí mismo. No obstante conservar intactas sus facultades intelectivas, tanto cognitivas como volitivas, su afasia le impide comunicarse de forma libre y espontánea con el medio exterior; el precario medio de comunicación que utiliza puede resultar suficiente para su relación con las personas de su entorno encargadas de su cuidado, pero no es bastante para una comunicación normal con el medio exterior que le habilite para regir su persona y bienes. Esa forma de comunicación no es espontánea, no se produce a su instancia sino de terceras personas, por lo que carece el recurrente de libertad para llevar a la práctica las decisiones que haya tomado anteriormente, tanto respecto de su persona como respecto de la administración de sus bienes. B.- Persistencia de las causas que determinan tal imposibilidad. Los trastornos cíclicos se consideran persistentes a estos efectos. STS 10 febrero de 1986: la incapacidad, a efectos civiles, no emana de lo que merezca tal consideración en el aspecto estrictamente médico de índole psiquiátrica, sino simplemente de las circunstancias, que el mencionado precepto establece, de que exista en una persona, cual sucede con la ahora recurrente, una enfermedad o deficiencia persistente de carácter físico o psíquico en este caso la indicada reconocida psicosis fásica, maniaco-depresiva, de evolución crónicaque impide a la persona gobernarse por sí misma -cuando, como también viene reconocido, dicha enfermedad tiene manifestación en fase cíclica, o sea cuando se producen crisis maniacas; y sin que para la apreciación de la causa de incapacitación que previene el aludido artículo 200 del Código Civil, en su vigente redacción, sea obstáculo en que la situación de incapacidad no sea constante o permanente, sino esporádicamente cuando las referidas fases cíclicas o críticas se produzca STS 26 de julio de 1999: En suma, lo que de ningún modo es viable es no incapacitar al enfermo sino sólo en cada una de las fases críticas. Si la enfermedad es persistente con posibilidad de repetición, han de adoptarse las medidas necesarias en defensa de su persona y bienes de modo continuo y estable, para lo cual parece institución más adecuada la tutela, pues ésta obliga al tutor a promover la recuperación de la salud del tutelado (art. 269.3º C.c.). PROCESO DE INCAPACITACIÓN: La incapacitación 5 Principios de esta materia Toda actuación jurídica en este ámbito debe estar presidida por el principio de protección de la persona discapacitada Como en toda la materia del ámbito de derecho de familia, rige un interés público, pues la cuestión afecta al estado civil, a consecuencia de lo cual: No rige totalmente el principio dispositivo. Pueden acordarse de oficio pruebas y el órgano judicial no está vinculado por las peticiones de común acuerdo o los acuerdos alcanzados por las partes, ni tampoco deben considerarse los silencios o respuestas evasivas como admisión de los mismos. No se aplican las reglas relativas a la fuerza probatoria tasada de los medios de prueba (art.752 LEC): el tribunal no estará vinculado en estos procesos, a las disposiciones generales de la misma LEC en materia de fuerza probatoria del interrogatorio de las partes, de los documentos públicos y de los documentos privados reconocidos. Indisponibilidad del objeto del proceso (Art. 751 LEC), no cabe renuncia, allanamiento ni transacción y el desistimiento requiere conformidad del Ministerio Fiscal. Intervención preceptiva del Ministerio Fiscal, en defensa de la legalidad o el interés público (promoviendo la incapacitación) o actuando en defensa y representación del presunto incapaz cuando éste no actúa con una defensa y representación propia. Competencia: Internacional (Art. 22.3 LOPJ): en esta materia son competentes los Juzgados españoles cuando las personas a que afecte la declaración de incapacidad tuvieren residencia habitual en España. Objetiva (Art. 756 LEC) son competentes los Juzgados de Primera Instancia. Cuando en el orden penal se declare a una persona exenta de responsabilidad criminal por tal motivo, debe el Ministerio Fiscal instar la declaración de incapacidad ante la jurisdicción civil. En algunas capitales (Madrid, Barcelona, Granada) se ha llevado a la práctica la posibilidad que ofrece el Art. 98 LOPJ de creación de Juzgados especializados en esta materia. Territorial (Art. 756 LEC) corresponde al Jugado de Primera Instancia del lugar en que resida la persona a la que se refiera la declaración que se solicite. Debe hacerse notar que la LEC utiliza el concepto “residencia” y no el de domicilio. La incapacitación 6 TSJ Burgos 29 de diciembre de 2000: Fuero este, el del lugar de la residencia que, por tanto, facilita el examen directo del demandado por el Juez, que éste ha de realizar "por sí mismo"; prueba indispensable, que se mantiene igual en el precepto anteriormente citado (art. 759), al ordenar, en su apartado 1, al Juez la actuación de llevar a cabo el examen "por sí mismo" del presunto incapaz, se trata, como considera la doctrina, de la diligencia más relevante, orientada a proporcionar al juzgador la percepción personal e inmediata del efectivo estado del presunto incapaz. La norma de competencia territorial del Art. 756 LEC tiene carácter imperativo, por lo que se excluye la sumisión expresa o tácita. Al ser una competencia fijada por norma de ius cogens, el Juzgado debe examinar de oficio su propia competencia inmediatamente después de la presentación de la demanda.. Legitimación: A.- Activa (Art. 757.1 LEC). Hay un numerus clausus de personas a quienes la Ley reconoce legitimación activa para promover la incapacidad. La falta de esta legitimación activa puede ser apreciada de oficio (STS de 29 de abril y 7 de Julio de 2004); pues la acción se configura como personalísima (y en su consecuencia, intransmisible). Están legitimados: a.- El presunto incapaz: novedad incluida en el Art. 757.1 LEC por la Ley 41/2003 de 18 de noviembre de protección patrimonial de las personas con discapacidad. b.- Cónyuge y parientes: se encuentra activamente legitimados el cónyuge (aunque esté separado de hecho) o quien se encuentre en situación de hecho similar (convivencia more uxorio), los descendientes, ascendientes o hermanos del presunto incapaz. c.- Ministerio Fiscal: También esta legitimado el Ministerio Fiscal cuando no haya parientes legitimados o aún existiendo éstos no lo solicitan (757.2 LEC). El Ministerio Fiscal está obligado a promover la declaración de incapacidad si cualquiera de las personas mencionadas no existen o no lo hubieran solicitado (Art. 757.2 LEC) Menores de edad: Debe tenerse en cuenta la norma especial para la incapacitación de menores de edad (757.4 LEC y 201 CC), que solo podrá ser promovida por quienes ejerzan la patria potestad o la tutela. Obligación de comunicación (Art. 757.3 2º LEC): las autoridades o funcionarios públicos que por razón de su cargo conocieran de la posible existencia de causa de incapacidad deberán ponerlo en conocimiento del Ministerio Fiscal. Facultad de denuncia: De otro lado, el Art. 757.3 LEC dispone que cualquier persona esta facultada para poner en conocimiento del Ministerio Fiscal los hechos determinantes de una incapacitación. No es un deber u obligación, sino una simple facultad. La incapacitación B.- 7 Pasiva (758 LEC): corresponde al presunto incapaz si comparece en el proceso (si no comparece, es representado por el Ministerio Fiscal) y al Ministerio Fiscal cuando no ha intervenido como promotor de la acción. Si la acción es iniciada por el Ministerio Fiscal y no comparece el presunto incapaz, deberá designarse un Defensor Judicial. En tanto no se declare su incapacidad, el demandado tiene el pleno ejercicio de sus derechos civiles y puede intervenir en el proceso y designar abogado y procurador. Ahora bien, el tribunal puede apreciar de oficio la eventual falta de capacidad del demandado (Art. 9 LEC), por lo que sin prejuzgar el fondo del asunto puede designarle un defensor judicial. Intervención del Ministerio Fiscal: En este tipo de procesos el Ministerio Fiscal interviene de cualquiera de las siguientes tres formas: Como promotor de la declaración de incapacidad (cuando los parientes no existan o no hayan interpuesto demanda). En este caso el Juez habrá de designar un defensor judicial del presunto incapaz (207 CC y 758 LEC). Como representante y defensor de presunto incapaz, cuando este no comparezca con su propia defensa y representación. (758 LEC). En defensa de la legalidad y del interés público, en los demás casos. Postulación: Es preceptiva la intervención mediante Abogado y Procurador (750 LEC). Procedimiento (753 LEC): Se remite la LEC a los trámites del juicio verbal (Art. 437 a 447 LEC) con ciertas peculiaridades: Contestación a la demanda en plazo de 20 días. Práctica de determinada pruebas preceptivas (759.1 LEC): o Oír a los parientes más próximos del presunto incapaz. No existe una predeterminación del grado de proximidad de los parientes (quizá debería entenderse que se trata de los de grado más cercano entre los existentes en cada caso). No es una prueba testifical. Se trata de un interrogatorio del propio juez, sin sujetarse a ningún formalismo específico. Cabe preguntarse si entre estos parientes a oír deben La incapacitación 8 entenderse comprendidos los que hayan formulado la demanda de incapacidad. o Examinar al presunto incapaz por sí mismo. Es un reconocimiento judicial de la persona del presunto incapaz. Se trata de que el juez haga una valoración personal del estado del demandado. STS 15 de octubre de 2001: Como resume la sentencia de 9 de junio de 1997 el examen personal del presunto incapaz constituye un ineludible deber de alcance constitucional que se aplica no solo al Juez, sino, aún cuando literalmente no lo diga el artículo 208 del Código Civil al Tribunal que declara el estado civil de incapacitación, el cual puede formar una opinión distinta a la del Juez, pero no sin haber examinado al demandado si considera que debe declarar su incapacidad o, como en el presente supuesto sucede, si entiende que ha de incrementar la gradación de la misma, convirtiendo en total la que el Juzgador de primera instancia había considerado únicamente parcial. o Acordar dictamen pericial médico. No basta con el que haya podido aportar la parte instante. El Juzgado debe acordar de oficio un informe que, en muchos casos, practica el médico forense. La inobservancia de estas diligencias determina la nulidad de actuaciones, según reiterada jurisprudencia, pues son preceptos con alcance constitucional al referirse a litigios que afectan al derecho fundamental al desarrollo de la personalidad, proclamado por el artículo 10 de la Constitución española. STS 4 de marzo de 2000: como quiera que es uniforme y consolidada doctrina de esta Sala la de que la inobservancia de los trámites esenciales y previos a toda declaración de incapacidad (audiencia de los parientes más próximos del presunto incapaz y examen de éste por el propio Juez), en cuanto cuestión de orden público e incluso de trascendencia constitucional, puede ser apreciada "ex officio" por esta Sala de casación (Sentencias de 20 de Febrero y 12 de Junio de 1989, 20 de Marzo y 24 de Mayo de 1991 , 30 de Diciembre de 1995) STS 15 de octubre de 2001: Por todo ello, puede afirmarse que la norma de que se trata recae sobre materia de orden público, cuya conculcación tendría que ser examinada incluso de oficio, como imponen los artículos 238 y 240 de la Ley Orgánica del Poder Judicial . El examen personal del presunto incapaz se impone no solo al Juez de Primera Instancia sino también al Tribunal de apelación si ése formulase tal recurso. La inaplicación del precepto conllevará la nulidad de actuaciones. STS Sala 1ª de 15 julio 2005: El art. 759.3 de la Ley de Enjuiciamiento Civil ha supuesto una trascendental modificación respecto el derogado art. 208 del Código Civil, al imponer, expresamente y para todo caso, la práctica de las pruebas a que se contrae su apartado 1, extendiendo así el principio de inmediación, de especial relevancia en estos procesos, al Tribunal de apelación. Cualquiera que sea la critica que doctrinalmente pueda merecer el precepto, la obligación que impone al Tribunal de apelación es de estricta observancia por constituir una norma esencial en esta clase de procesos, cuya omisión constituye causa de nulidad de acuerdo con el art. 238.3º de la Ley Orgánica del Poder Judicial Sentencia: Pueden acordarse de oficio todo tipo de pruebas (Art. 752.1.2º LEC). La incapacitación 9 Se trata de una sentencia constitutiva con efectos ex nunc, de tal forma que la situación de incapacidad tan solo se inicia a la fecha de la firmeza de la sentencia, sin ningún efecto retroactivo, conforme a reiterada doctrina jurisprudencial. STS 27 de enero de 1998: La sentencia de incapacitación, dictada en proceso declarativo de menor cuantía (tal como estableció la disposición adicional de la Ley 13/1.983, de 24 de Octubre, de reforma del Código Civil en materia de tutela, que recoge actualmente el número 2º del artículo 484 de la Ley de Enjuiciamiento Civil), es sentencia constitutiva que, cuando en el demandado concurre una de las causas que prevé el artículo 200 del Código Civil, le constituye en el estado civil de incapacitado SAP Palma de Mallorca 12 de noviembre de. 1992: Dentro de cierta clasificación de las sentencias que las divide en sentencias de condena, puramente declarativas y constitutivas, es obvio y evidente que la que declara la incapacidad de una persona para regir sus bienes corresponde a estas últimas, es decir a aquellas en que la jurisdicción no se limita a declarar un efecto jurídico como ya producido (con trascendencia ejecutiva o no), sino que produce el cambio que sin ella no podría verificarse; sin embargo ello no significa imperativamente que la eficacia de la resolución constitutiva firme sea siempre y necesariamente ex nunc, o desde la sentencia misma, sino que en ocasiones puede ser ex tunc y -por tanto- retrotraída, bien al momento de la demanda o a otro anterior. La sentencia constituye al sujeto pasivo en estado civil de incapacitado. La sentencia debe realizar determinadas declaraciones: Determinar los límites y extensión de la incapacidad. STS 31 de octubre de 1994: La extensión de la incapacidad ha de ser proporcional al grado de discernimiento por imperativo legal. Determinar la necesidad o no de internamiento. Puede acordarlo ex novo o bien pronunciarse sobre la continuidad del que con anterioridad se hubiere decretado. También debe determinar el régimen de tutela o guarda a que haya de quedar sometido el incapacitado. En el caso de menor de edad la patria potestad se prorrogará al llegar a la mayoría de edad, por ministerio de la Ley. En el caso de mayor de edad que convive con sus padres, se rehabilita la patria potestad sobre el incapacitado. Tutela, cuando la incapacidad es de grado máximo (pues el tutor representa al incapaz en todos los actos y negocios jurídicos) y curatela cuando es de grado mínimo (en cuyo caso el incapacitado tan solo necesitará la asistencia del curador –no su representación- en los actos y negocios concretos que de modo expreso señale la sentencia.) Nombramiento de tutores, curadores o personas que asumen la guarda. Si se hubiera solicitado, la sentencia puede autorizar la esterilización del incapacitado por grave deficiencia psíquica, cumpliendo siempre todos los requisitos del art. 156 CP (que excluye la punibilidad de tal actuación si se cumplen sus previsiones). En la práctica, rara vez existe un pronunciamiento sobre la incapacidad para el ejercicio del sufragio, que requiere una declaración especial (LO 5/1985, de 19 de junio, art. 3.1.b.) La incapacitación 10 Artículo 3.- 1. Carecen de derecho de sufragio: …b) Los declarados incapaces en virtud de sentencia judicial firme, siempre que la misma declare expresamente la incapacidad para el ejercicio del derecho de sufragio. En caso de silencio, el incapacitado continuara gozando de tal derecho, tanto activo como pasivo. Inscripción: a.- De oficio: la sentencia se inscribe en el Registro Civil mediante comunicación de oficio, al margen de la inscripción de nacimiento. La inscripción debe expresar la extensión y limites de la incapacitación. Entretanto no es oponible a terceros. También son objeto de inscripción los cargos tutelares o la curatela, sus modificaciones y las medidas judiciales sobre guarda o administración. b.- A petición de parte: cabe la inscripción de la incapacitación en el Registro de la Propiedad y en el Registro Mercantil (si el incapaz es comerciante). c.- Previamente, la demanda habrá podido ser objeto de anotación en el Registro Civil y de anotación preventiva en el Registro de la Propiedad. Medidas cautelares (Art. 762 LEC): Se pueden adoptar las medidas cautelares necesarias para la adecuada protección de la persona o el patrimonio del presunto incapaz, en cualquier estado del procedimiento. Por tanto, pueden adoptarse: a.- Medidas personales: por ejemplo, acordar el internamiento, tratamiento médico, cuidados especiales, nombramiento provisional de representantes, etc. b.- Medidas patrimoniales: en lo que respecta al patrimonio del incapaz se pueden tomar las medidas dirigidas a garantizar la conservación y administración del patrimonio, tales como: anotar la demanda, acordar el depósito de joyas y bienes muebles o valores, indisponibilidad de cuentas corrientes. Las medidas se pueden solicitar antes de la incoación del procedimiento, junto con la demanda o después. Finalizan en el momento en que el proceso termine por sentencia firme. Pueden ser adoptadas de oficio o a instancia de parte (762 LEC). Una vez presentada la solicitud, se convoca a una vista con audiencia de las personas afectadas que se celebrará con alegaciones sobre la conveniencia o no de las medidas solicitadas, practicándose en el mismo acto la prueba que se proponga y sea admitida. Se resuelve por auto, contra el que cabe recurso de apelación, que no tiene efecto suspensivo. La incapacitación 11 Estas medidas pueden ser revocadas, modificadas o sustituidas por otras a lo largo del proceso, con un amplio margen de arbitrio judicial. VALIDEZ DE LOS ACTOS DEL INCAPACITADO: A.- Actos anteriores a la demanda de incapacitación: Como regla general, los actos del incapacitado anteriores a la demanda son válidos, salvo que se acredite la falta de capacidad natural al tiempo de realizarlos. Si se acredita la falta de aptitud mental del incapacitado los actos serán nulos de pleno derecho por inexistencia de consentimiento válidamente prestado. Si la falta de conciencia y voluntad no es tan absoluta, el negocio jurídico será entonces anulable, por defecto de capacidad (1.300 y ss CC). En todo caso, no se trata de una proyección retroactiva de la incapacidad, sino de la aplicación de las normas generales sobre la validez del consentimiento. B.- Entre la demanda y la sentencia de incapacitación: Salvo que se hayan tomado medidas cautelares, el régimen jurídico de los actos es idéntico al anteriormente expuesto, aunque la demanda se encuentre en trámite. C.- Tras la sentencia de incapacitación: En la incapacitación total el acto o negocio jurídico será anulable por defecto de capacidad. Ahora bien, si el incapacitado carece totalmente de conciencia y voluntad se trata en tal caso de una inexistencia del negocio jurídico. Si la incapacitación es parcial en el sentido de que se extiende a ciertos actos no se produce inexistencia del negocio, sino anulabilidad. Si la incapacitación es parcial en el sentido de exigir del incapacitado un complemento de capacidad prestado por su curador, el acto realizado sin tal complemento provoca también la anulabilidad. Actos personalísimos del incapacitado: Tales actos quedan fuera del ámbito de la representación del incapacitado. Puede realizarlos válidamente si su estado mental se lo permite. Son tres los supuestos típicos: Matrimonio: El Art. 56 CC exige dictamen médico sobre la aptitud para contraer matrimonio, pues la falta de tal aptitud puede dar lugar a la nulidad (Art. 73.1 CC). La incapacitación 12 Testamento: el Art. 663 CC exige también aptitud mental para otorgarlo y en caso de incapacitación, el Art. 665 CC prevé dictamen médico para garantizar que concurren la conciencia y voluntad mínima para otorgarlo. Reconocimiento de hijo extramatrimonial: el Art. 121 del CC exige aprobación judicial. RDGRN de 30 de junio de 2005: hay que advertir que la sentencia de incapacitación no podrá incluir en el ámbito o extensión de la incapacitación a que se refiere el art. 210 del Código civil aquellos actos jurídicos que tienen carácter personalísimo en nuestro Derecho, y que como tales no admiten ni su realización sustitutiva por medio de representantes legales, ni el complemento de capacidad a través de la asistencia o aprobación de un curador, de forma tal que su posible ineficacia no derivaría de la incapacitación formal judicialmente declarada, sino de la incapacidad natural del afectado, como sucede en los casos del reconocimiento de hijos no matrimoniales o, en particular y por lo que ahora interesa, en el del matrimonio, por lo que la cuestión hace tránsito a la valoración de las circunstancias del caso concreto y su afectación sobre la capacidad natural de la contrayente, a través del mecanismo previsto en el párrafo segundo del art. 56 del Código civil, que se ha de aplicar con independencia de que haya mediado o no una previa incapacitación judicial de la persona, o dicho en otros términos, incluso aunque esta incapacitación se haya declarado formalmente. MODIFICACIÓN Y EXTINCIÓN DE LA INCAPACITACIÓN (761 LEC): La sentencia no tiene ilimitada eficacia de cosa juzgada pues es revisable (212 CC) atendiendo a nuevas circunstancias sobrevenidas, de tal forma que judicialmente puede dejarse sin efecto o modificar el alcance de la incapacitación, ampliando o reduciendo los limites y extensión de la incapacitación. No se trata de una revisión de la sentencia, sino de un nuevo proceso al que han de traerse nuevas circunstancias sobrevenidas con posterioridad a la sentencia que se pretende modificar. El procedimiento de modificación –a falta de previsión expresa legal- habrá de ser el mismo que el seguido para la declaración y deberán practicarse las mismas diligencias preceptivas del Art. 759 LEC En estos casos, la legitimación es mucho mas amplia que para instar la incapacitación, pues además de las personas legitimadas para ello, también están ahora legitimados quien ostente el cargo tutelar, el guardador de hecho y el propio incapacitado (213 CC y 761.2 LEC). Si quien formula la pretensión es el propio incapacitado, deberá dirigir la demanda contra el Ministerio Fiscal. La incapacitación 13 LA PRODIGALIDAD Concepto: El CC no ofrece un concepto de pródigo, que ha sido elaborado por la jurisprudencia, concretando sus elementos en: a.- Una conducta desordenada y ligera en la gestión del patrimonio. b.- Que tal conducta sea habitual. c.- Que ponga injustificadamente en peligro la conservación del patrimonio. STS 11 de marzo de 1976: la conducta de la demandada no encaja en el enmarcamiento jurisprudencial de la condición de pródigo" pues "falta en los autos toda prueba de que la disposición que ha quedado referida, de la que no se han mostrado otras circunstancias, fuera desordenada, irreflexiva o caprichosa, ni que tuviera carácter habitual, ni finalidad disipadora del patrimonio de la disponente" SAP Guipúzcoa 28 de marzo de 2001: Ha sido la jurisprudencia la que, a partir del sentido usual y gramatical del vocablo, ha ido decantando el concepto de prodigalidad y de postura pródiga; con base en ella aunque se refiere a la normativa derogada, puede fijarse el siguiente concepto: "conducto socialmente condenable de la persona que de modo habitual pone en riesgo injustificado su patrimonio, en perjuicio de su familia más íntima (cónyuges, descendientes y ascendientes). Las notas principales y características de la prodigalidad, que, a su vez, son debidamente matizadas por la jurisprudencia son: a) Se requiere una conducta habitual " toda vez que los actos más o menos irregulares o los gastos excesivos, pero aislados o puramente circunstanciales, no pueden ser calificados como constitutivos de la condición jurídica de prodigalidad" (sentencia de 25 de marzo de 1942 ). b) Que dicha conducta sea esencialmente condenable. Lo que sucede cuando según la opinión común, la persona es considerada como " manirroto" "dilapidadora de sus bienes", "que consume su hacienda en cosas vanas, inútiles o superfluas", en desproporción con sus posibilidades", sin ninguna finalidad ventajosa para él y su familia" (sentencias de 30 de septiembre 1930 , 25 de marzo de 1942 y 18 de mayo de 1962 ). c) La conducta ha de crear un riesgo injustificado pero al patrimonio. Riesgo o peligro que se refiere al corrector de la conducta, y que precisamente lo hace socialmente condenable. d) En perjuicio de su familia más íntima (cónyuge, descendientes o ascendientes) que perciban alimentos del presunto pródigo o se encuentren en situación de reclamárselo), lo que quiere decir que la declaración de prodigalidad no se da en beneficio de la sociedad, sino para proteger un interés privado familiar. La prodigalidad es un verdadero estado civil y constituye en esencia una institución de protección a la familia, como lo demuestra que solo cuando el pródigo tiene familiares con derecho a alimentos puede ser incapacitado. Alcance: La prodigalidad es un estado civil de incapacitado parcial cualitativo que le sitúa en el grado de capacidad restringida, pues no le priva de la capacidad de obrar, sino que La incapacitación 14 la limita, necesitando el prodigo el complemento de la capacidad que le dará el curador para la validez de los actos que hayan sido determinados en la sentencia. Procedimiento: Legitimación (Art. 757.5 LEC): Solo puede instar la declaración de prodigalidad el cónyuge, descendientes o ascendientes que perciban alimentos del presunto pródigo o se encuentren en situación de reclamárselos. Legitimado pasivamente está el presunto pródigo que si no comparece como demandado, es representado por el Ministerio Fiscal (salvo que el demandante sea el Ministerio Fiscal, en cuyo caso se le nombra un defensor judicial). Sentencia (Art. 760 LEC): Debe determinar los actos que el pródigo no puede realizar sin el consentimiento de la persona que deba asistirle. Debe tenerse en cuenta que la declaración de prodigalidad solo restringe la capacidad del pródigo en la esfera patrimonial Inter. Vivos, quedando incólume la capacidad en la esfera personal, en la familiar y en la patrimonial mortis causa. La declaración de prodigalidad provoca la constitución de la curatela, que da complemente de capacidad al prodigo en aquellos actos que la sentencia haya determinado que no puede realizar por si solo. La incapacitación 15 PATRIA POTESTAD PRORROGADA O REHABILITADA Las instituciones de guarda previstas en nuestro ordenamiento para las personas declaradas incapacitadas son la patria potestad prorrogada o rehabilitada, la tutela y la curatela. Concepto y requisitos. A.- Patria potestad prorrogada: Se produce cuando el menor de edad tiene una enfermedad que hace prever que no podrá gobernarse por sí mismo después de la mayoría de edad. Se procede entonces a su incapacitación (Arts. 200 y 201 CC), de manera que alcanzada la mayoría de edad, la patria potestad quedará automáticamente prorrogada, por ministerio de la ley, aunque con la extensión y alcance que determine la resolución incapacitadora. Requisitos: B.– 1. Menor de edad no emancipado y no sujeto a tutela. 2. Padecimiento de alguna deficiencia o anomalía de las señaladas en el art. 200 CC, que impida al sujeto gobernarse por sí mismo. 3. Vigencia de la patria potestad en el momento en el que el hijo llegue a la mayoría de edad. Patria potestad rehabilitada: Presupone una extinción y posterior restauración de la patria potestad, en tanto que en este caso el sujeto incapacitado no es ya un menor de edad, sino mayor. Requisitos: 1. Mayoría de edad del hijo que se va a incapacitar. También deben entenderse incluidos los menores emancipados. 2. Soltero: No obstante, puede hacerse extensivo al divorciado, o a aquellos cuyo matrimonio sea declarado nulo (Circular de la DGRN 16 noviembre 1984), pero no alcanza a los separados, pues no implica disolución del vínculo conyugal. 3. Convivencia con los titulares de la patria potestad: Cabe interpretación amplia, por lo que se extendería a casos de dependencia, aunque no resida en el mismo domicilio. 4. Que durante la menor edad hubiese estado sujeto a patria potestad. (caso de padres privados, excluidos o suspendidos en el ejercicio de la patria potestad). La incapacitación 16 Efectos. En primer término, serán los que establezca la sentencia (Art. 171 CC), así como los límites legales ordinarios de la patria potestad. Si la resolución no dispone nada al respecto, serán de aplicación las normas de la patria potestad ordinaria. Extinción. Se extingue la patria potestad prorrogada o rehabilitada por: 1. Muerte o declaración de fallecimiento tanto de padres (o, en su caso, del titular único) como del hijo. 2. Adopción.. 3. Cese de la incapacidad. 4. Matrimonio del incapacitado, en los casos en que tenga capacidad para prestar consentimiento matrimonial. Será sustituida por la tutela o curatela del cónyuge (234.1º y 291 CC). 5. Pérdida, privación o suspensión en el ejercicio de ambos o del único titular de la patria potestad. La incapacitación 17 LA TUTELA CONCEPTO La tutela es una institución que tiene por objeto la guarda, protección, representación y administración del patrimonio de los menores no emancipados y de los incapacitados no sujetos a patria potestad. STS 19 de mayo de 1998: “pero la incapacitación es un estado civil indisponible, regulado por normas de ‘ius cogens’, que se refieren a la persona y al patrimonio (no sólo a éste) y que da lugar al sistema de guarda que en este caso es la tutela y, ésta, tras la Ley 13/1983, de 24 de octubre de reforma del Código civil, es una tutela de autoridad, que se constituye y controla judicialmente. Así, los temores de la incapacitada pueden y deben disiparse con la intervención de la autoridad judicial en dicha constitución y control de la tutela”. PERSONAS SOMETIDAS A TUTELA (Art. 222 CC): Por tanto, están sujetas a tutela las siguientes personas: Menores no emancipados, no sujetos a patria potestad. Incapacitados, cuando así lo determine la sentencia judicial. Sujetos a patria potestad prorrogada, al cesar ésta, salvo que proceda la curatela. TITULARES DE LA TUTELA: Tutor único (Art. 236 CC): es la regla general. Cotutores (Art. 236 a 238 CC): se nombran cotutores cuando por circunstancias especiales convenga separar como cargos distintos el de tutor de la persona y el de los bienes, cada uno con su ámbito de competencias. Persona jurídica (Art. 242 CC): tanto públicas como privadas, siempre que no tenga finalidad lucrativa y entre cuyos fines figure la protección de menores o incapacitados. RDGRN de 22 de junio de 1996: Ciertamente, la situación que se produce cuando una entidad pública asume las funciones de tutela respecto de un menor viene impuesta o predeterminada por una circunstancia de puro hecho, a la que la Administración tiene que hacer frente por virtud de las obligaciones que le impone la Constitución en cuanto a asegurar la protección social y económica de los menores (cfr. artículo 39 de la Constitución). Tal situación de hecho, que exige por parte de los poderes públicos la previa La incapacitación 18 apreciación de que tal desamparo ha tenido lugar, no puede ser asimilada a la tutela propiamente dicha y que como tal debe inscribirse en el Registro Civil, La autotutela La reforma del art. 223 CC por la Ley 41/2003 ha supuesto el reconocimiento de un nuevo negocio jurídico unilateral del Derecho de Familia: la autotulela. La autotutela, es una delación voluntaria de la tutela, por la que el interesado puede designar en un documento público a un tutor (persona física o jurídica sin ánimo de lucro) para el caso de que en el futuro fuera declarado incapaz. En la misma escritura también se puede excluir expresamente a alguien para ejercer funciones tutelares, así como nombrar sustitutos y órganos de control o supervisión de la tutela. Además, se puede dejar reflejadas instrucciones en cuanto al modo en que se desea el ejercicio de la tutela, tanto en lo que se refiere al cuidado de su persona como a la administración de sus bienes. Fuera de este ámbito de la autonomía de la voluntad del art. 223 CC –designación del integrante del órgano tutelar y previsiones de orden personal y patrimonial– seguirán siendo aplicables las normas imperativas del régimen jurídico de la tutela/curatela. Naturalmente, cuando se otorgue la escritura de autotutela la persona debe conservar sus facultades intelectuales y por tanto decidir libremente lo que quiere hacer, capacidad de obrar que debe controlar el Notario autorizante. Delación y nombramiento: A.- Orden en caso de nombramiento de tutor por el Juez (Art. 234 y ss CC): La ley establece un orden de preferencia en el nombramiento de tutor, que puede ser alterado por el Juez, excepcionalmente y mediante resolución motivada. Este orden es el siguiente: 1.La persona designada por el propio tutelado (autotutela) 2.Cónyuge que conviva con el menor. 3.Padres. 4.Personas designadas por los padres en disposiciones de última voluntad. 5.Descendientes, ascendientes o hermanos, designados por el juez. En defecto de dichas personas, el Juez designará a quien por sus relaciones con el tutelado y en beneficio de éste, considere más idóneo. STS 22 de julio de 1993: Conocida es la ampliación que, en relación con la facultad del Órgano Jurisdiccional en la institución tutelar, ha supuesto la última reforma operada en el título correspondiente del Código Civil, orientándose la nueva regulación en un aumento de la intervención judicial en beneficio del declarado incapaz; y siguiendo esta línea de control están redactados, tanto el último inciso del art. 234, como el espíritu del 235, ambos del Código Civil, cuando se refieren al nombramiento o designación de la persona del tutor, siendo el concepto de «beneficio del incapacitado» el que debe presidir tal designación, posponiéndose otras preferencias de tipo familiar. En el caso de autos no existe ninguna de las personas relacionadas en el art. 234, por lo que resultan de obligada aplicación las disposiciones del art. 235, pero atribuyendo al Juez la facultad de valorar la «mayor idoneidad» de los propuestos. La incapacitación 19 Si hubiese que designar tutor para varios hermanos, el Juez procurará que el nombramiento recaiga en una misma persona. En el caso de menores desamparados, si no existe persona que pueda asumir la tutela con beneficio para el menor, su tutela corresponderá a la Entidad pública a que se refiere el Art. 172 CC. B.- Designación por los padres (223 a 226 CC): los padres podrán nombrar tutor en testamento o en documento público notarial y establecer órganos de fiscalización, designando las personas que hayan de integrarlos. Si existen disposiciones del padre y de la madre, se aplicarán conjuntamente en cuanto sean compatibles. De no serlo, decidirá el juez. El juez estará vinculado por estas disposiciones, salvo que el interés del menor o incapacitado requiera otra cosa. C.- Facultades de quienes hayan favorecido al menor o incapacitado (Art. 227 CC): El que disponga de bienes a título gratuito a favor de un menor o incapacitado podrá establecer las reglas de administración de los mismos y designar la persona o personas que hayan de ejercitarla. Las funciones no conferidas al administrador corresponden al tutor. Capacidad y condiciones de aptitud: A.- Regla general (Art. 241 y 242 CC): Podrán ser tutores todas las personas que se encuentren en el pleno ejercicio de sus derechos civiles y en quienes no concurra causa de inhabilidad. También las personas jurídicas, publicas o privadas, que no tengan finalidad lucrativa y entre cuyos fines figure la protección de menores e incapacitados. B.- Incapacidad (Arts. 243 a 246 CC): son incapaces para ser tutores: Los que estuvieren privados o suspendidos en el ejercicio de la patria potestad o total o parcialmente de los derechos de guarda y educación, por resolución judicial. Los que hubieren sido legalmente removidos de una tutela anterior. Los condenados a cualquier pena privativa de libertad, mientras estén cumpliendo la condena. Los condenados por cualquier delito que haga suponer fundadamente que no desempeñar bien la tutela. Personas en quienes concurra imposibilidad absoluta de hecho. Los que tuvieren enemistad manifiesta con el menor o incapacitado. Personas de mala conducta o que no tuvieren manera de vivir conocida. Los que tuvieren conflicto de intereses con el menor o incapacitados, tengan con él pleito o actuaciones sobre el estado civil o sobre la titularidad de bienes o los que le adeudaren sumas de consideración. Quebrados y concursados no rehabilitados (salvo en tutela solo para la persona). Los excluidos expresamente por el padre o por la madre en sus disposiciones, salvo disposición motivada del juez. La incapacitación C.- 20 Excusas: Causas: solo se admitirá la excusa en los supuestos legalmente previstos: cuando resulte excesivamente gravoso el ejercicio del cargo por razones de edad, enfermedad, ocupaciones personales o provisionales, falta de vínculos de cualquier clase entre tutor y tutelado o por cualquier otra causas; o bien las personas jurídicas cuando carezcan de medios suficientes (excepto las personas jurídicas públicas). Procedimiento: la excusa originaria debe alegarse en el plazo de quince días desde el conocimiento del nombramiento y la sobrevenida en cualquier momento, siempre que haya persona de parecidas condiciones para sustituirles. Durante el procedimiento el tutor estará obligado a ejercer su función. Admitida la excusa se procederá al nombramiento de nuevo tutor. D.- Remoción (Art. 247 a 250 CC): Causas: son causas de remoción el incurrir en causa legal de inhabilidad, conducirse mal en el desempeño de la tutela, por incumplimiento de los deberes propios de cargo o por notoria ineptitud en su ejercicio o bien si surgen problemas graves y continuados de convivencia. SAP Asturias de 6 de noviembre de 1992: Es cierto que, como afirma la recurrente, no existe prueba objetiva suficiente como para imputar a la tutora la razón de ese incumplimiento de los deberes inherentes al ejercicio de la tutela. Pero también lo es que la Ley no exige expresamente que ese incumplimiento sea culpable, sino que habrá de bastar con que, por una u otra causa, sea materialmente imposible su observancia o notoriamente perjudicial para el tutelado, para que haya lugar a la remoción, pues no se olvide que el principio rector en esta materia, plasmado en el art. 216 y repetidamente aplicado en toda la normativa que regula este instituto, es el del beneficio o conveniencia del tutelado Procedimiento: El Juez, previa audiencia del tutor y del tutelado (si tuviere suficiente juicio) actuando de oficio o bien a solicitud del Ministerio Fiscal, del tutelado o de otra persona interesada. Durante el procedimiento podrá suspenderse en sus funciones al tutor y nombrarse un defensor judicial. Efectos: Declarada judicialmente la remoción, se procederá al nombramiento de nuevo tutor. EJERCICIO DE LA TUTELA A.- Derechos del tutor: Derecho a ser respetado y obedecido (Art. 268 CC): podrá recabar el auxilio de la autoridad y corregir a los menores razonable y moderadamente. Derecho a ser retribuido (Art. 274 y 275 CC): el Juez fija el importe y modo de percibir la remuneración, siempre que el patrimonio del tutelado lo La incapacitación B.- 21 permita, procurando en lo posible que no sea inferior al 4% ni superior al 20% del rendimiento líquido de los bienes. Derecho a indemnización (Art. 220 CC) por los daños sufridos, sin culpa por su parte, a cargo de los bienes del tutelado, de no poder obtener de otro modo el resarcimiento. Deberes y funciones: Antes del ejercicio del cargo: debe efectuar inventario y depósito de ciertos bienes (Art. 262 a 266 CC) en el plazo de sesenta días desde que hubiere tomado posesión del cargo, inventario que se realiza judicialmente con intervención del Ministerio fiscal y con citación de las personas que el Juez estime conveniente. Además debe afianzar (Art. 260 y 261 CC) para asegurar el cumplimiento de sus obligaciones (salvo caso de entidad pública en cumplimiento de sus funciones), a determinar por el Juez la modalidad y cuantía. Durante el ejercicio del cargo, tiene los siguientes deberes y funciones: A.- Representación del tutelado. B.- Guarda de su persona, especialmente: procurarle alimentos, educar al menor y procurarle formación integral, promover la adquisición o recuperación de la capacidad y su mejor inserción en la sociedad e informar anualmente al Juez sobre su situación con rendición de cuenta de su administración. SAP Cuenca 15 de septiembre de 1995: El precepto que establece el art. 269, en relación con el art. 280 del Código Civil, es claro y terminante: el tutor «está obligado», dice el Texto Legal, a «rendirle cuenta anual -al Juez- de su administración»; no estamos, pues, ante una facultad, sino ante un deber ineludible, que, en el caso presente no se ha cumplido, lo que conlleva la posibilidad de su remoción como tutor. C.- C.- Guarda de bienes (art. 270 CC) el tutor es el administrador legal de los bienes. Necesidad de autorización judicial (271 a 273 CC): Para realizar ciertos actos, el tutor precisa de previa autorización judicial, una vez oído el Ministerio Fiscal y el tutelado mayor de doce años. Estos actos son los siguientes (Art. 271 CC): 1º. Para internar al tutelado en un establecimiento de salud mental o de educación o formación especial. 2º. Para enajenar o gravar bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o industriales, objetos preciosos y valores mobiliarios de los menores o incapacitados, o celebrar contratos o realizar actos que tengan carácter dispositivo y sean susceptibles de inscripción. Se exceptúa la venta del derecho de suscripción preferente de acciones. 3º. Para renunciar derechos, así como transigir o someter a arbitraje cuestiones en que el tutelado estuviese interesado. 4º. Para aceptar sin beneficio de inventario cualquier herencia, o para repudiar ésta o las liberalidades (se incluyen tanto la donación como la condonación y la cesión gratuita). 5º. Para hacer gastos extraordinarios en los bienes. 6º. Para entablar demanda en nombre de los sujetos a tutela, salvo en los asuntos urgentes o de escasa cuantía. Art.7 LEC “ las personas físicas que La incapacitación 7º. 8º. 9º. 10º. 22 no se hallen en el caso del párrafo anterior, habrán de comparecer mediante la representación o con la asistencia, la autorización, la habilitación o el defensor exigidos por la ley” Para ceder bienes en arrendamiento por tiempo superior a seis años. Para dar y tomar dinero a préstamo. Obsérvese que no se incluye el aval o la fianza Para disponer a título gratuito de bienes o derechos del tutelado. Para ceder a terceros los créditos que el tutelado tenga contra él, o adquirir a título oneroso los créditos de terceros contra el tutelado. No necesitarán autorización judicial la partición de herencia ni la división de cosa común realizadas por el tutor, pero una vez practicadas requerirán aprobación judicial. STS de 27 de febrero de 1999: SEGUNDO.- El artículo 267 del Código Civil confiere al tutor, con carácter general, la representación del menor o incapacitado, salvo para aquellos actos que pueda realizar por sí solo, ya sea por disposición expresa de la Ley o de la sentencia de incapacitación; no obstante la generalidad de esa atribución, existen determinados actos que no pueden realizarse por el tutor al estar expresamente prohibidos, bien porque en ellos no se admita la representación, caso del matrimonio, o por estar prohibidos al incapaz por razón de su incapacidad, caso de la testamentifacción (art. 663-2º del Código Civil); de otra parte, esa declaración general del Código Civil ha de matizarse teniendo en cuenta la naturaleza de la representación que exige que la declaración de voluntad, a partir de la cual se forma el negocio jurídico concreto de que se trate, sea una declaración de voluntad propia del representante aunque sus efectos hayan de recaer sobre el representado, por lo que, la generalidad de la doctrina excluye el ámbito de la representación los negocios jurídicos de Derecho de familia, dado su carácter personalísimo que requiere que esa declaración de voluntad emane de la persona a quien el acto va a afectar; especialmente, se considera inadmisible la representación en relación con aquellos actos que implican un cambio en el estado civil de las personas que sólo pueden ser decididos por aquellos cuyo estado civil va a resultar modificado. Tal es el caso, de las acciones civiles de separación matrimonial o divorcio en que, por su estimación, surge un estado civil nuevo de los cónyuges o ex-conyuges sometidos a un régimen jurídico distinto de aquél por el que se venían rigiendo; por ello, el ejercicio de tales acciones sólo puede ser consecuencia de un acto de la voluntad del propio cónyuge a quien la Ley reconoce legitimación para ello. Este requisito ha sido matizado por la RDGRN de 14 de septiembre de 2004 que sostiene que tal autorización no es precisa en los supuestos en los que no exista conflicto de intereses entre el tutor y el incapaz (caso, por ejemplo, de que el tutor no tenga participación en la herencia, o bien cuando la partición se efectúa con arreglo a las estrictas cuotas hereditarias y con adjudicación de bienes en pro indiviso). D.- Actos prohibidos (Art. 221 CC): Se prohíbe a quien desempeñe algún cargo tutelar: 1º Recibir liberalidades del tutelado o de sus causahabientes, mientras que no se haya aprobado definitivamente su gestión. 2º Representar al tutelado cuando en el mismo acto intervenga en nombre propio o de un tercero y existiera conflicto de intereses. La incapacitación 3º 23 Adquirir por título oneroso bienes del tutelado o transmitirle por su parle bienes por igual título EXTINCIÓN Causas: Mayoría de edad del tutelado (salvo que con anterioridad hubiera sido judicialmente incapacitado). Por la adopción del tutelado menor de edad. Por fallecimiento del tutelado. Por la concesión al menor del beneficio de la mayor edad. Por recuperación de la patria potestad. Sentencia que ponga fin a la incapacitación, o que sustituya la tutela por la curatela. Rendición de cuentas (Art. 279 CC): Al cesar en sus funciones el tutor deberá rendir la cuenta general justificada de su administración ante la autoridad judicial en el plazo de tres meses, prorrogable por el tiempo que fuere necesario si concurre justa causa. En la rendición el Juez oirá al nuevo tutor o, en su caso, al curador o al defensor judicial, y a la persona que hubiere estado sometida a tutela o sus herederos. La acción para exigir la rendición de esta cuenta prescribe a los cinco años, contados desde la terminación del plazo establecido para efectuarlo. La incapacitación 24 LA CURATELA Cargo tuitivo de segundo orden cuyo objeto es asistir y completar la capacidad de obrar de quien carece de ella para ciertos actos. STS 31 de diciembre de 1991: El curador no suple la voluntad del afectado, sino que la refuerza, controla y encauza, complementando su deficiente capacidad, por lo que su función no viene a ser de representación, sino más bien de asistencia y protección en el concurso que presta su apoyo e intervención para aquellos actos que haya de realizar el incapaz y estén especificados en la Sentencia, los que no tienen que ser precisamente de naturaleza exclusivamente patrimonial, o, en otro caso, ha de entenderse que se extiende a los mismos actos en que los tutores precisen previa autorización judicial, conforme dispone el art. 290, en relación al 271 y 272 todos ellos del Código Civil. STS de 30 de junio de 2004: se aprecia en el sujeto -aparte de una importante carencia de instrucción que exige un remedio de culturización adecuado- un retraso mental discreto que precisa se complemente, integre y asista en el aspecto patrimonial mediante la institución intermedia de la curatela (art. 287 CC, SS. 24 de mayo y 31 de diciembre de 1991 ). Nos hallamos ante un caso de incapacidad atenuada, en que habida cuenta que el grado de discernimiento del sujeto excluye la apreciación de inhabilidad para gobernarse totalmente por si mismo, ni afecta en medida importante, se hace innecesario establecer la tutela, bastando la protección de apoyo en el ámbito en que incide realmente la deficiencia, que es el relativo a los bienes Pueden distinguirse dos tipos: A.- Curatela propia (Art. 286 CC): correspondiente a supuestos de hecho que determinan solo el nacimiento de la curatela: Emancipados cuyos padres fallecieren o quedaran impedidos para el ejercicio de la asistencia prevenida por la Ley. Los que obtuvieren el beneficio de la mayor edad. Los pródigos. En estos casos el curador se limita a prestar su asistencia mediante la intervención en los actos que no pueden realizar por si solos, pero en ningún caso sustituye la voluntad de la persona sometida a curatela. B.- Curatela impropia (Art. 287 CC): Determinada por la sentencia de incapacitación, establecida por el Juez en atención al grado de discernimiento. Se trata de una curatela que surge de la valoración judicial.