La naturaleza ha constituido desde siempre un problema para el ser humano. Un problema en el sentido que se suele utilizar a la hora de hablar en historia de la ciencia, es decir, en el sentido de que la explicación empírico-racional u bien meramente especulativa de los fenómenos que acontecen en la naturaleza a lo largo de nuestra existencia. A día de hoy, el ser humano puede enfrentarse al entendimiento de los fenómenos que ocurren en la naturaleza gracias a un vasto océano de conocimiento científico capaz de explicar y demostrar leyes que rigen a algunos fenómenos naturales. Éste vasto “océano” se ha venido inundando a una celeridad de vértigo especialmente desde el siglo XIX hasta hoy día. A la hora de poder afrontar éste problema científicamente (en el sentido que le damos hoy día a ésta palabra), cabe mencionar la importancia de la relación de varios factores interconectados. A lo largo de éste trabajo voy a tratar en la medida en que me sea posible, los factores que han posibilitado la solución (aunque nunca definitiva, pero al menos no meramente especulativa) ha muchos de éstos fenómenos y al “dominio” de los mismos. Voy a centrarme básicamente en la biología, la ciencia de lo viviente, y para ello, me he servido de varias obras y artículos: La lógica de lo viviente. François Jacob. Editorial Salvat. Historia de la ciencia. Javier Ordoñez, Victor Navarro, y Jose Manuel Sánchez Ron. Editorial Austral. El orígen de las especies. Ebook (libro dígital). Un ensayo sobre el principio de población. Malthus. Experimento sobre la hibridación de las plantas. Wikipedia: Yahoo answers: Mis apuntes de clase. Voy a tratar varias ideas relacionadas en los textos anteriormente mencionados, sobre todo la teoría de la evolución de las especies, y diversas teorías que guardan cierta relación tanto en el objeto de estudio como en la consolidación y depuración de ésta teoría. Asímismo, al tiempo que desarrollo éstas teorías, y, alternando el orden, trataré de desarrollar, los que yo considero factores fundamentales a la hora de explicar el orígen y desarrollo de la biología, y con ello parte de la historia natural que conocemos hoy día. La teoría de la evolución, es una teoría formulada por Charles Darwin cuyo fin es ofrecer una explicación de la historia natural de la vida que ha habido en la Tierra desde el orígen de la vida. Charles Darwin era un naturalista que disponía de medios económicos para llegar a cabo investigaciones en diversos lugares del mundo (como las Islas Galápago, Perú, etc...). Estuvo viajando durante cinco años a bordo del Beagle. A lo largo de sus viajes, llevó a cabo una gran labor de obsevación de fenómenos naturales y de recogida de materiales referentes al mundo vivo (animales, fósiles, etc...). La teoría de Darwin, resumida, viene a decir lo siguiente: 1- No hay tendencia intrínseca que obligue a las especies a avanzar según una jerarquía predeterminada de complejidad, ni hay una escala evolutiva que por la que “deban” ascender todas las especies. (nota: Lamarck, h.d.c. Pág 379). Sino más bien, la evolución de las especies es un proceso abierto, sin final único. (Historia de la Ciencia. Edit. Austral. Javier Ordoñez. Página 378). 2- Las especies pueden variar (relacionar con transformismo, en contraposición con fijismo y el creacionismo). Las especies mutan (surgen nuevas especies a partir de otras preexistentes). 3- Se da una evolución gracias a varios factores: 3.1- La selección natural. Es una ley por la cual se conservan las variaciones no perjudiciales para la especie, y por el contrario, se desechan las variaciones perjudiciales para la especie. 3.2- La selección sexual. Se trata de un proceso de selección según el cual las variaciones más aptas en la lucha por la existencia serán las que sean seleccionadas con el objeto de reproducirse. Si una especie posee una variación favorable con respecto a sus competidores en la luchas por la existencia, entonces ésta se reproducirá más, y sobrevivirá mejor que otros individuos de la misma especie o de otras especies con las que esté en competencia y tenga superioridad. 3.3- La lucha por la existencia. La existencia supone una “prueba vital” para los vivientes. Puesto que nacen más individuos de los que pueden sobrevivir, y la naturaleza tiene unos “recursos limitados”, entoces se deriva una lucha por la existencia entre los individuos, ya que no todos pueden sobrevivir, y, puesto que el planeta se colmaría de seres, no cabría ni un alfiler. (relacionar con Malthus). Ésta, era sólo una síntesis de la teoría postulada por Darwin sobre el orígen de las epecies contenida en la obra “Sobre el Origen de las especies” de Charles Darwin, publicada en 1859. Si bien ésta teoría hoy en día es comprensible hasta para mí, no debemos caer en el error de presuponer su evidencia, y culpar a nuestros antecesores de “palurdos”. Es gracias a que ha “evolucionado” el significado de diversos conceptos, y a la aparición de nuevos conceptos, lo que ha permitido evolucionar al sistema de conocimientos implícito en la teoría que acabo de sintetizar. Ciertos conceptos como vida, historia, tiempo, reproducción, y herencia, han sido profundamente modificados en momentos puntuales de la historia de la ciencia, y ésta modificación a resultado ser una condición necesaria para evolucionar en lo que respecta a la explicación del mundo vivo, del origen de las especies, de la constitución de los organismos, etc... Así pues, sin ciertos “cambios” en la forma de intuir éstos conceptos, Charles Darwin no habría podido elaborar ésta teoría. Éstos cambios a veces suponen revoluciones científicas, en el sentido de que se llega a un punto de no retorno, a partir del cual se parte para la producción científica. Determinados cambios acontecidos en la semántica de los conceptos que he mencionado, suponen todos revoluciones científicas. El concepto de tiempo ha estado presente en la humanidad (al menos en lo que conocemos) desde tiempos remotos. Claro es que éste concepto no ha tenido el mismo significado a lo largo de la historia. Bueno más bien lo que ha cambiado ha sido la consideración de la edad de la Tierra, y con ello ha cambiado la historia natural, se puede decir que es un cambio que se da a la vez. Se puede dividir generalizando mucho las diferentes consideraciones en tres periodos; el primer período iría desde el año 325 N.E. (Nuestra Era) hasta el siglo XVII; el segundo iría desde el siglo XVII hasta el XIX; y el tercero desde el siglo XIX hasta hoy en día. Durante el primer período, la edad de la Tierra se calculaba consultando en la biblia. En el año 325 durante el concilio de Nicea, Eusebio, obispo que presidió el concilio de Nicea en el año 325 estableció que habían pasado 3184 años entre Adán y Abraham; San Agustín calculó la fecha de la creación alrededor del año 5500 a.C.; Kepler la fechó en el 3993 a. C, etc... La autoridad ha sido durante demasiados siglos la biblia. Además, las principales tésis del cristianismo, como el fijismo y el creacionismo, eran más consistentes suponiendo una Tierra joven, que una Tierra vieja. Por supuesto, ni la biología ni la geología podían existir (en el sentido de “éxito”) con una consideración tal de la edad de la Tierra. El segundo período que he considerado comenzaría en el siglo XVII. Con los estudios de los estratos, y de la formación de placas y sedimentos, varios naturalistas, postularon varias edades, que aunque no son las que hoy en día conocemos, se alejaban bastante del pensamiento tradicional. Un naturalista ruso, Mikhail Lomonosov especuló que la Tierra había sido creada independientemente del universo unos cientos de miles de años antes. En 1779, el naturalista francés Buffón (1707–1788), postuló que la Tierra tendría unos 75.000 años, cifra que luego alargó a 3 millones de años. Ésta cifra la obtuvo mediante un experimento, aunque no por ello sea necesariamente correcta. Éste experimento se basaba en crear un globo a escala de la Tierra, y luego medir el enfriamiento del globo. Supuso que la Tierra comenzó caliente, lo cuál es una teoría interesante, pues posteriormente la geología del siguiente siglo se escindiría entre vulcanistas y neptunistas. Los vulcanistas sostenían que los cambios geológicos eran fruto de la acción del fuego interno de la Tierra (y en orígen del externo). Los neptunistas sostenían por el contrario que el agua era el principal agente de los cambios. Poco a poco fue emancipandose la ciencia del Génesis para elaborar una cosmogonia y una cosmología más verídica. Benoit de Mallet (1656-1738) supuso un mundo eterno, sin origen ni fin, y recalcó error que cometían al de proyectar la intuición de tiempo humano en la del tiempo cosmológico, lo que niega de entrada al génesis al introducir esta tésis aristotélica. A mediados del siglo XVII, hay una serie de descubrimientos que hacen que se tome en consideración la idea sobre que la Tierra en su origen era una especie de bola de fuego que se enfrió hasta adquirir la forma actual. Al mismo tiempo, hubo una evolución esceptica, puesto que diversos filósofos naturales adoptaron una posición incrédula ante las especulaciones de diversos autores sobre la edad de la Tierra, entre ellos Buffón. Éstos nuevos geologos solían estar asociados con las escuelas de minas. Kant sin embargo consideró que la edad de la Tierra era de unos 100 millones de años (Cosmogonía; Kant). Pero no será hasta el siglo XIX, en el tercer periodo, cuando finalmente se logre una aproximación más cercana a nuestro concepto actual de la edad de la Tierra . El físico británico William Thomson calculó la edad de la Tierra estaba entre los 24 millones de años y 400 millones de años basándose en unas nociones similares a las de Buffón, sólo que en su origen la Tierra era una roca fundida (lo que no me queda claro con Buffón). Tanto los geólogos como los biólogos negaban éstas afirmaciones, incluso 400 millones de años era considerado insuficiente por ellos. George H. Darwin, hijo de Charles Darwin, contra su propio padre, basandose en cálculos usando modelos de fricción tidal calculó cuanto tiempo le tomó a la Tierra desarrollar el día de 24 horas de duración. En 1899 y 1900, John Joly calculó el ritmo al cual los océanos habrían acumulado sal mediante procesos de erosión, y determinó que los océanos tendrían una edad de unos 80 a 100 millones de años. En 1895, John Perry estimó que la edad de la Tierra estaba entre 2 mil a 3 mil millones de años utilizando un modelo de un manto convectivo y una corteza delgada. La radioactividad descubierta en 1896 por A. Henri Becquerel, introducirá otro factor adicional en el cálculo. Rápidamente, los geólogos se dieron cuenta que el descubrimiento de la radioactividad echaba por tierra las suposiciones en que se basaban la mayoría de los cálculos de la edad de la Tierra (GOL A NEPTUNISTAS). En dichos cálculos se suponía que la Tierra y el Sol habían sido creados en algún punto en el pasado y que se habían ido enfriando en forma continua desde entonces. Pero la radioactividad aportaba un fenómeno por el que se generaba calor. La radioactividad, que había anulado la validez de los cálculos precedentes, sin embargo brindó nuevas herramientas para calcular la edad de la Tierra utilizando el fechado radiométrico. Mientras que algunos materiales radioactivos poseen vidas medias cortas, otros poseen vidas medias muy largas. Este hallazgo hace pensar de que podría ser posible medir la edad de la Tierra si se midieran las proporciones relativas entre los materiales radioactivos de muestras geológicas. Boltwood usaría una técnica basada en lo anterior para medir la edad de muestras dediferentes piedras, y llega la errónea conclusión de que el conjunto tenía entre 250 y 1300 millones de años. Será Althus Holmes el que desarrolle la técnica del fechado radiamétrico. Hoy se acepta para la Tierra una edad de 4555 millones de años, este valor fue calculado por Patterson, cuyo valor se obtuvo aplicando la técnica del fechado radiométrico desarrollado por Holmes a un resto de un metorito, que es consistente con la edad de las muestras más antiguas de material de la Tierra y de la Luna. Observamos varios periodos, en el primero no hay disidencia con respecto al Génesis; en el segundo hay duda (en éste y en otros conceptos), y en el tercer perído contemplamos una mayor separación. Pues será a partir del tercer período cuando por fin biólogos y geólogos podrán investigar con un margen de libertad mucho mayor, pues aunque muchas fechaciones no son correctas, se alejan bastante del concepto de tiempo que se había adquirido de la tradición. Antes era normal considerar la ausencia total de historia natural, puesto que sólo al establecer la edad de la Tierra relativamente vieja, podemos entender un concepto de historia natural de la Tierra, y de historia del mundo viviente. Voy a introducir otros conceptos en la exposición de las ideas manteniendo la división de los períodos anterior. Aunque ahora voy a explicar un poco en que criterio me he basado para dividir así la historia de la ciencia. Me he basado en el criterio de discernir en que momento se abordaba la cuestión consultando a las Escrituras, y en que momento a la naturaleza. Lo que distingue al primer período, es, que para fechar la edad de la Tierra se consultaba de una manera “abstracta” la Escritura “Sagrada”. Cuando digo de una manera abstracta, quiero decir, que consultaban a las Escrituras sin consultar a la naturaleza, es decir, que a partir de la interpretación de la biblia se explica todo lo que pasa, lo que ha pasado, y lo que va a pasar. Pues éste será el enfoque que adoptarán parte de los filósofos naturales más destacados del segundo período. La idea de que el mundo está encriptado en la palabra de Dios se hizo mucho más fuerte durante el segundo periodo; la Reforma condujo a dar una visión más literal de las escrituras. En el segundo, se seguía interpretando la biblia, pero de un modo más literal, es decir, tratando de buscar modelos naturales que no contradijeran al “modelo sagrado”. En el segundo período se intentaban aunar “ciencia” y religión, mediante la integración de los datos de la naturaleza a las “verdades sagradas”. El tercer período se caracteriza por una ruptura total con todo conocimiento que no provenga de los sentidos. Por lo tanto ya no se trata de interpretar a las Escrituras, ni a las ideas de la razón, sino que se trata de confrontar la naturaleza. Ésta es sabia sí, pero ahora la humanidad también es sabia. Para concebir algo como la teoría de la evolución, era necesario que ciertos conceptos se ensamblaran modificando su significado, o bien infiriendo nuevos conceptos a partir del nuevo sistema de conocimientos empírico. El hecho de que hoy en día podamos concebirla tal cual, se en gran parte a los descubrimientos de la geología que posibilitaron la transformación y aparición de varios conceptos fundamentes para poder ensamblar la teoría de la evolución. Como iba diciendo, la transformación del concepto de tiempo gracias a diversos descubrimientos de la geología en el siglo XIX, llega implícito consigo un cambio en el concepto de historia natural. Con una edad de la Tierra fechada en unos miles de años, no podía existir un concepto como el de historia natural, es decir, la historia de la Tierra. Ha habido profundos cambios que han conducido casi sistemáticamente a un rechazo de las Escrituras. Ha sido al establecer el concepto de Tierra Vieja cuando se ha dado paso a dicho concepto. El concepto de fósiles, está relacionado con éstos, y además con el concepto de especie, de transformación, de evolución, etc... Con el descubrimiento de fósiles, varios personajes comenzaron el camino a lo que supondría una serie de grandes cambios a éste respecto. Ciertos filósofos naturales comienzan a desarrollar la geología de una manera un tanto empírica. Nicolás Steno (Copenhague, 10 de enero de 1638 - Schwerin, 25 de noviembre de 1686), un obispo luterano, fue el primero en relacionar los restos de fósiles con los estratos. Además, estableció dos principios estratográficos muy importantes: el de la superposición de los estratos, y el principio de horizontalidad original. John Ray encontró fósiles y argumentó la posibilidad de que se extingan algunas especies y aparezcan otras nuevas. Hook, deduce a partir del análisis de los fósiles que la Tierra se ha transformado. Éste trasnformismo rompe con la idea tradicional fijismo y la idea de que la Tierra fuera estática. Aunque Hook (S. XVII), durante el Bárroco, dedujo que la Tierra había sufrido transformaciones, él interpreto literalmente, es decir, adaptándose a las Escrituras. En síntesis, se asume que ha habido cambios con el descubrimiento de fósiles que hoy en día no están vivos, es decir están extinguidos, y de ahí que sean fósiles, pero ahora éstos cambios deben integrarse con los textos sagrados. Éste método de integrar las escrituras con la naturaleza fue defendido por Durnet en su “Teoría sagrada de la Tierra”, y seguida por personajes como Stenton, Descartes, Hook, etc.. Seguirá con vigencia hasta el siglo XIX, cuando por fin éste método será rechazado, y tanto biología como geología podrán desarrollarse. Thomas Right sostenía que todo el universo podría haber sido formado por la acción de la gravedad. Ésta postura se deriva de la teoría sobre la ley de gravitación universal newtoniana, pos la cuál se conceden propiedades activas a la materia. El sistema newtoniano hacia peligrar a autoridad religiosa, puesto que da una explicación completa de los fenómenos de la naturaleza basándose en una serie de leyes de la naturaleza. Éstas leyes entran dentro del concepto de continuidad temporal, puesto que se presuponen como existente en la naturaleza desde siempre. Por lo que no es la acción caprichosa de Dios la maneja los seres de la naturaleza, sino que los seres de la naturaleza están sometidos a una serie de leyes. En 1755 Rigt sostuvo que aún nos encontrábamos en el proceso de creación de la Tierra, pero claro, tuvo que retractarse ante la autoridad religiosa, pues la rompía con la concepción de un mundo estático. Es decir, estamos hablando de que los filósofos naturales y el conocimiento de la naturaleza estaban en constante tensión con respecto a las Escrituras. En su origen, la geología estaba relacionada casi totalmente con las “escuelas de minas”. En su orígen, la geología no tenía fácil acceso hacia la aplicación de las matemáticas. La mayoría de los datos que se obtenían en la Geología, eran contrarios a las Escrituras. En el siglo XIX, Bernet descubrió tres tipos de rocas, y las clasificó desde las más jóvenes hasta las más antiguas. Bernet sostenía que el agente principal del cambio era el agua, la cual realizaba la mayoría de procesos transformadores (sedimentación, erosión, etc...). Además, éstos consideraban que el Diluvio había originado el principal cambio geológica, y que la Tierra estuvo cubierta de agua. En 1815, William Smith realiza el primer mapa de los estratos geológicos de Inglaterra y Gales. Con el origen de la Estratrografía, junto con el descubrimiento de los fósiles, se tendrán suficientes datos como para sostener consistentemente la idea de que la Tierra ha sufrido cambios. La forma de concebir éstos cambios también ha estado ligada con las Escrituras, pues o bien los cambios habían sido catastróficos, en el sentido de que acontecieron a una vez en todo el planeta, lo cuál aunque rompería con el concepto estático de la Tierra, se basaba en alguno relatos bíblicos, como el Diluvio, y apoyaría la idea de la Tierra Joven, aunque no lo implica necesariamente. La otra manera de concebir los cambios, era bajo el concepto de estabilidad de las leyes de la naturaleza y de edad de la Tierra Vieja. Los cambios que hoy podemos observar, han seguido las mismas leyes que hoy día, por tanto, los cambios que han conducido hasta la situación actual de la Tierra, han ido sucediendo gradualmente desde hace millones de años. Cuvier era un defensor de la catástrofe para justificar los cambios geológicos. Considera que hay periodos de crisis, y periodos de paz. En los primeros se producen cambios, mientras que lo que vemos en los segundos son los restos de periodos anteriores. Hay distintas etapas, y el hombre sólo ha vivido dos de ellas. En contra de Cuvier, Lyell, un historiador natural que influyó mucho las ideas que utilizó Darwin para elaborar su teoría (según las propias palabras de Darwin), sostuvo la segunda manera de concebir los cambios, es decir, que las discontinuidades o cambios son locales y constantes. La historia de la Tierra se define por los cambios reales que han ocurrido en ella, es decir, en las montañas, en los valles, en los ríos, etc... Tras los intentos de aunar Naturaleza y Religión Cristiana, éste método se rechaza, lo cuál será promovido por el propio Lyell en 1830. Fue Lyell, amigo de Darwin, quien le animó a publicar el origen de las especies. Toca el turno de recorrer el andamiaje de como se ha configurado el concepto de de vida. En siglo XVI, dada la omnipotencia de Dios creador, éste creó el mundo a su voluntad, y aún podía cambiar lo que quisiere a su voluntad. De ahí se sigue que en el siglo XVI, la mayor parte de los seres eran posibles. Sin embargo, manteniendo el mismo criterio que antes expuse, se piensa que es la naturaleza la que engendra a los seres. No existe el concepto de reproducción, sino que se piensa que la naturaleza contiene las esencias formales de los seres (tanto animados como inanimados), y que es a partir de éstas esencias que la naturaleza engendra a los seres. Siguen sin existir las leyes de la naturaleza, es decir, se sostiene la estaticidad de la Tierra. No se hace diferencia entre la contingencia de los hechos y la necesidad de los fenómenos. En éste contexto, surgió una preocupación por hacer una clasificación de todos los seres, pero claro, no tenían nada en que basarse, salvo que sostenían que los seres estaban ordenados gradualmente en una escala de perfección, donde Dios sería la perfección máxima. Diferenciaron a los seres basándose en rasgos peculiares de éstos. Por ejemplo, el hombre se diferencia del animal porque es racional, y ésto hace a la humanidad una especie única, pues somos los únicos seres vivos racionales. En el Bárroco, Descartes introduce el mecanicismo. Descartes ofreció una cosmología y una cosmogonía basándose en los principios de la mecánica. Consideraba el mundo como una máquina que había sido creada y puesta en marcha por Dios. El movimiento se produciría por el choque de unos cuerpos por otros. La ventaja con la que contaba Descartes, era que ofrecía una teoría que aparentemente unía naturaleza y religión. En ésta teoría la materia carecería de ninguna propiedad activa. Es en éste siglo lleno de espíritu mecanicista cuando se descubre la circulación de la sangre gracias a los avances en fisiología y anatomía. Asimismo se explica la digestión químicamente y la circulación de la sangre es explicada a través de un mecanismo hidráulico. En el siglo XVIII, sólo se analizaba la estructura visible para estudiar y clasificar a los seres. Lynneo, naturalista francés por excelencia, analizaba en el siglo XVII aa los seres en virtud de sus partes (número, figura, proporción y situación), es decir en virtud de las partes de la forma exterior. Se estudia únicamente lo visible: las superficies. Asímismo, no queda clara la idea de individuo ni se lleva cabo una separación entre los seres vivos y lo que no lo son, es decir, no existe el concepto de vida. Será Bichat el que sostendrá que los seres vivos son los que mueren. Y será ésta misma idea de muerte, la que le llevará de una manera indirecta a descubrir la organización interna de los seres vivos, puesto que es mediante la observación de seres muertos diseccionados cuando observamos una serie de órganos. Además, sostiene que no nos sirve de nada desentrañar una organización oculta y descubrir las diferentes partes si no sabemos nada de la función de cada órgano. El entendimiento se da en la relación entre la organización y partes y su entorno (individuos y componentes del entorno). Así pues, para entender la organización oculta de los órganos del organismo, debemos saber la función de cada órgano, además de saber como los órganos se relacionan entre sí y como lo hacen con el entorno. Lo que cuentan ahora no son las intuiciones; sino la veracidad empírica y el trabajo de campo. Lo que interesa ahora es llevar a cabo un trabajo lo más científicamente que sea posible. Según Buffón, el hecho de que haya individuos diferentes implica una variabilidad que responde a una oposición con el medio, es decir, que la variabilidad tiene una serie de límites que están confrontados con el medio. Los monstruos y los fósiles tienen una variabilidad, que con la oposición del medio, no sobrevive, debido a que sus conexiones con el entorno son deficientes. El descubrimiento de las especies supuso una evidencia empírica de éste transformismo; de ésta variabilidad. Aunque aún ésta teoría estaría plagada de matices relacionados con la generación espontánea. Maupertois, también defendió la idea de que todos los organismos se fundan sobre los mismos principios, lo que ocurre es que unos serán viables y otros no. Se atribuye la ley de la variabidad como una cualidad intrínseca de los organismos, que deben variar para adaptarse al entorno. Se considera que los fósiles pueden venir de seres no viables. Éste concepto de adaptación al medio, será usado por Darwin en el sentido de lucha por la existencia. Ésta idea de lucha por la existencia fue producto del principio de población expuesto por Malthus. Además Malhus también influyó en el pensamiento de Wallace, un personaje que llegó a las mismas conclusiones que Darwin en lo que respecta a las especies, e incluso la puso en circulación (restringida) antes que Darwin. (Relacionar con Malthus y desarrollar un poco el concepto de lucha por la existencia). Lamarck, anterior a Darwin, ya preparó parte del camino hacia una teoría evolutiva de las especies. Sostenía que existía una relación entre el individuo con su entorno. Además, hay una relación entre una cadena de individuos con características muy similares en relación a un entorno. Lo importante no son los cambios, sino la variabilidad. Lamarck fue uno de los primeros en utilizar éste sentido de variabilidad. Sostuvo que la variabilidad no seguía ninguna tendencia hacia la perfección a la que se vieran sometidos todos los seres vivos, sino que sería una idea muy similar a la que posteriormente utilizaría Darwin. Darwin, en su teoría, defendía que las condiciones de nuestra existencia son las que van a heredar nuestros descendientes, lo que estaba relacionado con la idea de cambio lento y gradual, y con la Tierra Vieja. Una lucha por la existencia, es decir, la oposición con el las condiciones del entorno, será la que provoca una selección natural dentro de un determinado entorno, coservando las variaciones favorables, y eliminando las perjudiciales. Ésta adaptación, al igual que opina Lamarck, es ciega. Además, tambien conforme al parecer de Lamarck, Darwin habla de una adaptación organística. Salvo que Darwin considera que éstas pequeñas modificaciones que se dan en los órganos del organismo, supondrán grandes consecuencias en poblaciones enteras. El éxito (en el sentido de existencia) dependerá pues del tamaño de las poblaciones y de la frecuencia de la variabilidad. Además, Darwin señala (y actúa conforme a ello) que las buenas clasificaciones son genealógicas, es decir, atendiendo en la medida de lo posible el mayor número de generaciones que se dan en las especies por medio de la reproducción. En ésto se diferencia de Lamarck, en que éste no necesita un margen tan amplio como Darwin. Además, Darwin lleva a cabo un arduo y largo trabajo de observación y recopilación de seres y materiales. Así pues, sostengo que no es fácil insertar una teoría en un universo discursivo determinado.