RECURSO DE AMPARO. ASOCIACION JUSTICIA PARA LA NATURALEZA contra SECRETARIA TECNICA NACIONAL

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RECURSO DE AMPARO.
ASOCIACION JUSTICIA PARA LA NATURALEZA
contra SECRETARIA TECNICA NACIONAL
AMBIENTAL (SETENA)
Señores Magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.La que suscribe, RUTH SOLANO VAZQUEZ, mayor, casada una vez, Abogada,
vecina de San José, cédula de identidad número 1-446-869, en mi carácter de Apoderada
Especial Judicial de la ASOCIACION JUSTICIA PARA LA NATURALEZA, cédula
jurídica número 3-002-110034-32, me apersono ante esta Sala a interponer el presente
recurso de amparo contra el señor HUMBERTO CERDAS BRENES, en su carácter de
Secretario General de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental, en virtud de considerar
que con sus actuaciones dicha Secretaría ha violentado nuestro derecho de petición
consagrado en el artículo 27 de la Constitución Política, que a la letra dice:”
“Artículo 27.- Se garantiza la libertad de petición, en forma individual o colectiva,
ante cualquier funcionario público o entidad oficial, y el derecho a obtener pronta
resolución.”
Asimismo, que se ha producido una violación al artículo 50 de la Constitución
Política, que en lo que interesa establece:
“Artículo 50.- …
“Toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
Por ello, está legitimada para denunciar los actos que infrinjan ese derecho y para
reclamar la reparación del daño causado.
El Estado garantizará, defenderá y preservará ese derecho.”
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Por otra parte, consideramos que con su actuación la SETENA ha incurrido en
violación a lo que esta Sala en reiteradas veces ha denominado como “EL BLOQUE DE
CONSTITUCIONALIDAD”, integrado por las normas de la Constitución Política, la Ley
de la Jurisdicción Constitucional, los Convenios y Tratados Internacionales en los cuales
nuestro país ha asumido el compromiso de su estricta observancia, y el Reglamento de la
Asamblea Legislativa.
I. HECHOS QUE DAN ORIGEN AL PRESENTE RECURSO DE AMPARO.
1) Con fecha 31 de mayo del 2002, mi representada presentó ante el señor Humberto
Cerdas Brenes, en su carácter de Secretario General de la SETENA, un escrito
solicitando, con fundamento en el artículo 158 del Código Procesal Civil, así como en los
artículos 9 y 13 de la Ley General de la Administración Pública, que procediera a aclarar
y/o revocar la resolución No. 866-2000 de las 11:20 horas del 3 de octubre del 2000,
mediante la cual esa Secretaría resolvió a favor de la empresa MALLON OIL
COMPANY, la aprobación de un supuesto Estudio de Impacto Ambiental, cuando en
realidad lo presentado por esa empresa no constituía tal estudio, sino más bien una
información básica
PREVIA
a la elaboración de un verdadero Estudio de Impacto
Ambiental, al tenor de lo dispuesto por el Manual de Instrumentos Técnicos del Proceso
de Evaluación Ambiental, publicado en La Gaceta No. 215 del 7 de noviembre de 1997,
que define qué es un Estudio de Impacto Ambiental.
2) Que consideramos de suma urgencia que la SETENA aclare a la empresa MALLON
OIL CO., que lo presentado por ellos no es un Estudio de Impacto Ambiental, el cual a
esta fecha no ha sido aún presentado por dicha empresa, sino que lo presentado se refiere
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a un documento denominado “PROYECTO DE RECOPILACION Y ANALISIS DE
INFORMACIÓN PARA LA FASE I DE PROSPECCION PETROLERA EN LA
REGION HUETAR NORTE Y HUETAR ATLANTICO DE COSTA RICA”.
Nótese por parte de los Honorables señores Magistrados que este documento no
constituye un verdadero estudio de impacto ambiental, sino que como su nombre lo dice
se trata de un “proyecto de recopilación y análisis de información”, pero nunca de un
Estudio de Impacto Ambiental. En razón de ello, y de acuerdo al artículo 4 del Decreto
Ejecutivo No. 26750-MINAE, no existe la alegada aprobación del Estudio de Impacto
Ambiental, como lo quiere ahora hacer creer la empresa MALLON OIL CO., basados en
la resolución No. 866-2000, y por ende no se cumple con el citado artículo 4 del Decreto
citado, ya que lo presentado por la empresa dicha no constituye un estudio de impacto
ambiental, y de conformidad con el artículo 4 citado la empresa no ha cumplido con ese
requisito indispensable y suficiente para tener en firme el acto de adjudicación de la
concesión petrolera. Que en lo que interesa dice el referido artículo 4:
“Artículo 4.- La aprobación de la Fase 1 del estudio de impacto ambiental será el
requisito indispensable y suficiente para que el acto adjudicatario de una concesión
petrolera sea declarado en firme…”
Que lo anterior se ve ratificado por lo establecido en el artículo 43 del Decreto
Ejecutivo 25785-MINAE, que es claro y contundente al establecer:
“Artículo 43.- Adjudicación en firme.
La adjudicación será válida pero no
eficaz,
hasta tanto no se dé una
aprobación del Estudio de Impacto Ambiental, por parte del Ministerio del
Ambiente y Energía.”
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Repito, en el caso que nos ocupa tal requisito no se ha dado, porque no existe el
referido estudio de impacto ambiental, sino un proyecto de recopilación y análisis de
información, que en forma errónea ha sido interpretado por la SETENA como un Estudio
de Impacto Ambiental, y hábilmente es ahora utilizado por la empresa MALLON para
tratar de obligar al Estado costarricense a la firma de un contrato, sin haberse cumplido
este requisito sine qua non de la adjudicación.
3) Que derivada de la situación anterior, mi representada presentó el pasado 31 de mayo
del 2002 una solicitud para que SETENA procediera a revocar la resolución 866-2000, y
a la fecha ya han transcurrido casi dos meses desde la presentación de dicho documento,
sin que esa Secretaría se haya pronunciado en relación a nuestra petición, ni haya
procedido a hacer la comunicación respectiva a la empresa MALLON OIL CO.
I. DERECHOS CONSTITUCIONALES QUE CONSIDERAMOS VIOLADOS.
1. VIOLACION AL ARTICULO 27 DE LA CONSTITUCION POLITICA.
Considera la suscrita que en el caso que nos ocupa se ha dado una violación a nuestro
derecho de petición, consagrado en el artículo 27 de la Constitución Política, pues pese a
haber formulado en debida forma nuestra solicitud, casi dos meses después no hemos
recibido respuesta alguna, lo que provoca que se sigan manteniendo falsas expectativas
en relación a los derechos que le asisten a dicha empresa, y con ello la posibilidad de que
el Estado costarricense incurra en cuantiosos daños y perjuicios. Todo debido a la
omisión que hasta ahora ha manifestado la Secretaría Técnica Nacional Ambiental y el
funcionario a su cargo, violentando con ello el artículo 27 constitucional.
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2. VIOLACION AL ARTICULO 50 DE LA CONSTITUCION POLITICA.
La Sala Constitucional en reiterada jurisprudencia ha venido hablando del
denominado “BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD”, el cual engloba a la Ley de la
Jurisdicción Constitucional, los Tratados y Convenios Internacionales y el Reglamento de
la Asamblea Legislativa. Derivado de este bloque de constitucionalidad nos encontramos
con que la Ley de la Jurisdicción Constitucional establece la obligatoriedad de la
jurisprudencia emanada de la Sala Constitucional. En este sentido consideramos que en
lo que respecta al presente asunto se está produciendo no sólo violación a este artículo, y
por ende a los artículos 10 y 11 de la Constiución Política, en cuanto al principio de
legalidad se refiere, sino también una violación abierta y flagrante al artículo 50 de la
Constitución Política, en cuanto establece el derecho que tenemos todos los ciudadanos a
disfrutar de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
También el apego a este bloque implica el respeto a los Tratados y Convenios
Internacionales ratificados por nuestro país, y que de conformidad con el artículo 7 de la
Constitución, tienen un status superior al de la propia Constitución. Es así como dentro
de estos Tratados, y
referido a los estudios de impacto ambiental como medida
preventiva y precautoria para evitar daños de imposible y difícil reparación a los recursos
naturales y al medio ambiente, nos encontramos con el Convenio de Río sobre Medio
Ambiente y Desarrollo, debidamente ratificado por nuestro país, el cual desarrolla la
importancia y trascendencia de los estudios de impacto ambiental, como la forma más
precisa y científica para evitar daños irreparables al ambiente.
De lo anterior podemos derivar que nuestro país está obligado, por haber
ratificado dicho Convenio, a velar porque los estudios de impacto ambiental cumplan con
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todas las normas técnicas necesarias para llevar adelante proyectos que por su naturaleza
podrían afectar el ambiente.
Que corresponde a SETENA, como órgano técnico del
Ministerio del Ambiente y Energía, y por ende del Estado, verificar que estos estudios
cumplan con todos y cada uno de los requisitos que ya han sido previamente establecidos.
Que cuando dichos requisitos no son cumplidos en su totalidad, no procede la aprobación
del estudio de impacto ambiental, y por consiguiente cualquier pronunciamiento en este
sentido, faltando un requisito, hace ineficaz la adjudicación.
Por otro lado, en el presente asunto nos encontramos con que SETENA no está
acatando las disposiciones jurisprudenciales de la Sala Constitucional (lo cual según ya
citamos, es obligación de Ley, al tenor de lo dispuesto por la Ley de la Jurisdicción
Constitucional). En este sentido vale citar el voto de la Sala de las 12:05 horas del 21 de
diciembre del 2001, emanado dentro del expediente No. 00-7141-007-CO, de RUTH
SOLANO VAZQUEZ contra el Ministerio del Ambiente y Energía, y que se refiere a la
concesión otorgada a favor de la empresa MALLON OIL COMPANY, y que en lo que es
objeto del presente amparo vino a establecer lo siguiente:
“En el caso específico de la explotación de hidrocarburos el celo ambiental debe ser
más riguroso por dos razones: la actividad es en sí misma riesgosa ambientalmente y la
explotación por parte de una persona privada debe interpretarse restrictivamente, pues la
regla general es que solo por vía de excepción y por un tiempo definido puede salir del
Estado. Existen suficientes motivos que conducen a esta Sala a poner en duda que el
Estado haya actuado de esa manera. El informe de la Ministra no deja dudas de que al
tramitar la licitación, únicamente se tuvo en mente la Ley de Hidrocarburos, sin ni
siquiera cuestionarse si los términos de la adjudicación se ajustaban o no a todas las
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disposiciones jurídicas de mayor rango que la misma ley, como son los convenios
internacionales aprobados por el país. Así como no se indicó si hay o no comunidades
indígenas en las áreas adjudicadas, tampoco se desprende del informe, por ejemplo, que
se haya tenido en cuenta si hay parques nacionales o áreas protegidas en esos bloques, ni
mucho menos la incidencia que en el futuro pueda tener la eventual explotación
comercial de hidrocarburos. Si bien en este momento solamente se explorará si hay o no
hidrocarburos y los efectos ambientales de tal actividad bien pueden ser mínimos, es
obvio que el fin último es la explotación comercial, cuyos efectos ambientales la
Administración no ha sopesado. La preocupación ambiental del Ministerio de Ambiente
y Energía se reduce prácticamente a los estudios de impacto ambiental, cuya
aprobación está en manos de SETENA. Es decir, en SETENA recae todo el deber del
Estado de garantizar un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, como indica el
artículo 50 constitucional. Ante tan importante responsabilidad, sería razonable esperar
la fortaleza técnica y administrativa del órgano encargado. No obstante, hay razones para
dudar. La Contraloría General de la República, en las conclusiones del Informe
No.04-PFA “Fiscalización sobre Evaluación de Impacto Ambiental” rendido en el año
2000, dice:
“Los resultados obtenidos en la presente fiscalización muestran que la
Secretaría Técnica Nacional Ambiental ha tenido una serie de debilidades en
su gestión, que pueden estar incidiendo en el cumplimiento de su función
primordial, cual es, lograr un equilibrio entre los procesos productivos y el
medio ambiente….
“Lo indicado no garantiza que esa entidad esté contribuyendo
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adecuadamente a la conservación del medio ambiente, además que esté
previniendo y mitigando los impactos ambientales generados por las
actividades de desarrollo, …”
(folio 25 del informe, visible al folio 568 del expediente No.00-007280-0007-CO).
De igual manera, finalizada una investigación sobre el caso particular de las
exploraciones petroleras, la Defensoría de los Habitantes concluye en el oficio
No.00827-2001-DHR, del 29 de enero del 2001:
“La
SETENA
actualmente
carece
de
recursos
profesionales,
administrativos y financieros que garanticen un análisis profundo y técnico
de los estudios de impacto ambiental presentados ante sus oficinas, así como
también carece de personal suficiente y capacitado para realizar una labor
de control constante y efectiva, que garantice que no habrá afectación al
recurso natural existente.”
(folio 418 del expediente No.00-007280-0007-CO) (Aportamos copia certificada
del voto de esa Sala).
Debe tener presente la Administración que, como ya se dijo, el artículo 50 de la
Constitución Política y los convenios internacionales citados, que están por encima de la
leyes comunes, ordenan al Estado garantizar un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado. Si resulta que el órgano técnico en el que confió el Estado esa tarea no
tiene la capacidad para hacerlo (de lo cual dan cuenta instituciones que el mismo
Estado creo para su fiscalización), entonces se lesiona el artículo 50 citado. En
conclusión, llevando razón la recurrente, se debe declarar con lugar el recurso también en
este punto. El Estado debe subsanar los errores apuntados para seguir adelante con el
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proceso iniciado; de otra manera no podrá suscribir el contrato con la compañía
adjudicataria ni podrá ejecutar el acto impugnado.
POR TANTO:
Se declara con lugar el recurso por violación al artículo 50 de la Constitución en
materia ambiental y por falta de consulta a las comunidades indígenas. En consecuencia,
deberá el Estado, de previo a firmar el contrato, dar audiencia a las comunidades
indígenas y garantizar la viabilidad ambiental de la concesión otorgada.”
De lo anterior se desprende claramente la importancia que reviste la revocación por
parte de la SETENA de la resolución No. 866-2000, que en virtud de la redacción que se
le dio, está creando derechos a favor de la empresa MALLON OIL CO.; derechos que
obviamente no ha adquirido porque no ha presentado en debida forma y dentro de los
términos establecidos, el Estudio de Impacto Ambiental a que está obligada según la Ley
de Hidrocarburos y el Cartel de Licitación.
Pero hay un argumento más que debemos rescatar con base en lo resuelto por la Sala, que
es de acatamiento obligatorio para la SETENA. La Sala, basada en los informes de la
Defensoría de los Habitantes, así como de la Contraloría General de la República, los
acoge para emitir su voto, y claramente establece que SETENA no cuenta con los
recursos profesionales, administrativos y financieros para dar un seguimiento técnico a
los estudios de impacto ambiental. Y es tan evidente esta afirmación en este caso, pues
nótese cómo SETENA incurre en un craso error al aprobar como un Estudio de Impacto
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Ambiental a favor de MALLON OIL COMPANY, lo que es simplemente un
“PROYECTO DE RECOPILACION Y ANALISIS DE INFORMACIÓN PARA LA
FASE I DE PROSPECCION PETROLERA EN LA REGION HUETAR NORTE Y
HUETAR ATLANTICO DE COSTA RICA”, y de esta forma coloca al Estado
costarricense en una difícil situación al crear falsas expectativas de derecho a favor de
dicha empresa, la cual aprovechándose de este error pretende ahora firmar el contrato
respectivo con el Estado costarricense, amenazando, de no firmarse el contrato, con llevar
el asunto a instancias internacionales, que afectarían la imagen y el prestigio de nuestro
país.
Sabia es la resolución de la Sala cuando dice que el Estado debe subsanar los
problemas técnicos que tiene,
refiriéndose a la incapacidad ya manifestada de la
SETENA, si desea continuar con el proyecto.
Pero lejos de esa solución, SETENA
sigue manifestándose como un órgano ineficiente, incapaz de satisfacer las necesidades
técnicas para las que fue creada, e incurre con la resolución 866-2000, en un error de
apreciación que puede traer consecuencias muy serias al Estado costarricense.
De ahí la necesidad de que SETENA dé pronta respuesta a nuestra inquietud, y que
llame a las cosas por su nombre, y le haga ver a la empresa MALLON OIL CO., que lo
aprobado mediante resolución 866-2000 no se trata del Estudio de Impacto Ambiental
que exige la Ley y el Cartel de Licitación, y que el plazo que tenía para su presentación
ha caducado.
Que esa Sala determine la violación al artículo 50 constitucional en que está
incurriendo la SETENA, al mantener la resolución 866-2000, de las 11:20 horas del 3 de
octubre del 2000, pues amparada en esta resolución se están creando derechos
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inexistentes a favor de la empresa MALLON OIL CO., en detrimento del Estado
costarricense, y porque ya esa Sala había manifestado mediante resolución de las 12:05
horas del 21 de diciembre del 2001, que el Estado no podía suscribir ningún contrato con
dicha empresa, en virtud de existir violación al artículo 50 constitucional.
MEDIDA CAUTELAR:
En virtud de lo expuesto, y de la documentación adjunta que demuestra la presión que
está ejerciendo la empresa MALLON OIL CO. para que el Estado a través del Ministerio
del Ambiente y Energía proceda a la firma del contrato de concesión,y con fundamento
en el artículo 41 y concordantes de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, solicitamos a
esa Sala que se ordene al Estado costarricense, en cabeza del Ministerio del Ambiente y
Energía, que debe abstenerse de firmar cualquier contrato de concesión con la empresa
MALLON OIL COMPANY SUCURSAL COSTA RICA, hasta tanto no se resuelva el
presente recurso de amparo, ya que existe una resolución previa de esa misma Sala que
condicionó la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental, requisito indispensable para
la firma del contrato, a que la SETENA subsanara sus debilidades, cosa que a esta fecha
no se ha hecho efectiva, y por ende mientras ese requisito no sea cumplido no podrá el
Estado firmar dicho contrato. Además, debe considerarse por parte de esa Sala, que de
conformidad con la Ley de Hidrocarburos y el Cartel de Licitación, el plazo para la
presentación del Estudio de Impacto Ambiental, de acuerdo con los términos del Manual
de Instrumentos Técnicos del Proceso de Evaluación Ambiental, está sobradamente
vencido.
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Por lo expuesto, solicito a los Honorables señores Magistrados de esta Sala, declarar
con lugar en todos sus extremos el presente recurso de amparo, y condenar a la SETENA
al pago de los daños y perjuicios respectivos, así como al pago de ambas costas del
presente recurso.
Oiré notificaciones en el fax 236
60 42.
San José, 15 de julio del 2002
F. Lic. Ruth Solano Vázquez
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