LOS DERECHOS LABORALES FUNDAMENTALES EN LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES HOLANDESAS CON PRESENCIA EN COLOMBIA ESTUDIO DE CASO: UNILEVER Preparado por: Jana Silverman, Investigadora, Escuela Nacional Sindical, Medellín, Colombia (Versión Marzo del 2006) LA HISTORIA DE UNILEVER EN COLOMBIA Unilever fue fundada en 1929 como resultado de la fusión de la empresa inglesa Lever Brothers con la empresa holandesa Margarine Unie. Ahora es un líder mundial en la producción, distribución, y marketing de productos alimenticios, de cuidado personal, y de limpieza, y dueño de casi 400 marcas distintas, entre otras Rexona, Lux, Dove, AXE, AdeS, y Rama. La empresa tiene presencia en 150 países y producción en casi 100 de ellos, con un total de 223.000 trabajadores contratados alrededor del mundo. En el año 2005, Unilever registró utilidades finales totales de 5.314 millones de euros, equivalente a $14.368 mil millones de pesos. Unilever Andina, la filial local de la transnacional, ha tenido presencia en Colombia desde el año 1950, cuando adquirió 50% de la empresa Compañía Colombiana de Grasas COGRA, fabricante de grasas y margarinas, ubicada en Bogotá. Posteriormente, en el año 1960, Unilever fundó una fábrica de jabones y cremas dentales en Cali, y en 1970, compró la totalidad de las acciones de la empresa COGRA. Entre 1990 y 1991, se adquirió Cheesebrough Pond´s y sus marcas de productos personales, además de las jabonerías La Llave y Elefante. En 1999, compró 60% de las acciones de la compañía Varela, ubicada en la ciuidad de Yumbo, y en 2004, la transnacional se absorbió Varela completamente, convirtiéndola en la unidad de Limpieza Domestica e Higiene Personal de Unilever. Ademas, en Octubre del año 2000, Unilever compró a nivel mundial la empresa Bestfoods, fabricante de productos alimenticios, y como resultado de esta fusión, Unilever Andina se adquirió Disa, la fabrica filial de Bestfoods en Colombia, situada en Cali. Ahora, Unilever ocupa el tercer puesto en el mercado colombiano de productos de aseo y belleza, y es la empresa de mayor crecimiento en el sector durante los años 2004 y 2005, con ventas registradas por el año 2004 calculadas en $605.900 millones de pesos y utilidades finales de $36.771 millones. LAS POLITICAS DE UNILEVER FRENTE AL EMPLEO, A LA LIBERTAD SINDICAL, Y A LA NEGOCIACION COLECTIVA En Colombia, Unilever emplea 922 trabajadores, tanto directos como temporales y tercerizados. En sus fabricas en Yumbo y Cali, Valle del Cauca, donde producen jabones y productos comestibles como salsas y aderezos, laboran apenas 9 empleados directos de la área administrativa, mientras hay aproximadamente 300 trabajadores contratados a través de cooperativas de trabajo asociado, que no gozan del derecho de asociación sindical debido a su vinculo indirecto con la empresa. Los nueve trabajadores directos en el Valle tampoco son sindicalizados. Es importante mencionar que antes de la compra de Unilever de la fabrica Disa en Cali, la mayoría de los trabajadores del área de producción eran afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos 1 SINALTRAINAL, con una convención colectiva de trabajo que aseguró sus garantías laborales y salariales. Después de la adquisición de Disa por parte de Unilever, casi todos los trabajadores sindicalizados salieron de la empresa a través de jubilaciones anticipadas y “arreglos voluntarios,” con unos pocos que siguieron trabajando bajo la figura de las cooperativas, así eliminando completamente la estructura sindical y la convención colectiva que existía en esta planta. En Bogota, Unilever emplea 108 trabajadores directos con contrato a termino indefinido en sus líneas de producción de productos personales, además de 430 empleados que hacen labores administrativos, y aproximadamente 75 trabajadores temporales que realizan labores durante temporadas altas de producción o mientras los trabajadores directos están incapacitados, en vacaciones, o en permiso sindical. 99 de los trabajadores directos que laboran en el área de producción en Bogota son sindicalizados, y algunos pertenecen a más de una organización sindical. 91 trabajadores, o 84,3% de la planta de personal de el área de producción en Bogotá, son afiliados al sindicato de base Sintraunilever Andina, que es filial tanto de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) como de la Unión Internacional de los Trabajadores de la alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA). 21 trabajadores, o 15,7% de los trabajadores de producción en Bogotá, pertenecen a la seccional Bogota del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Productos Grasos y Alimenticios (Sintraimagra), una organización sindical que también es filial de la CUT, mientras 33 trabajadores, o 32,4%, son afiliados a la seccional Bogota del Sintrapetrofarmaquin, un sindicato nacional por rama de industria que representa trabajadores del sector petrolero y químico. 9 trabajadores, o 8,3% de la planta de personal de la línea de producción en Bogota, no pertenece a ningún sindicato. Actualmente, las organizaciones sindicales con presencia en Unilever se encuentran en un proceso de negociación colectiva con la empresa que ya ha durado casi cinco años. La última convención colectiva firmada entre la empresa y los sindicatos Sintraunilever Andina y Sintraimagra expiró el 14 de Junio del 2001, sin embargo, de acuerdo con la normatividad laboral colombiana, este acuerdo se prorroga cada seis meses hasta que se llegue a la firma de una nueva convención colectiva o otra resolución del conflicto laboral. Aunque los sindicatos le presentaron un pliego de peticiones a la gerencia de la empresa el 11 de Junio del 2001, las negociaciones todavía no han culminado en la firma de una nueva convención. Los dirigentes sindicales señalan que la empresa ha mostrado una falta de voluntad de negociar en buena fe. Sin embargo, otra razón principal que las negociaciones aun no han terminado es la preocupación de los sindicatos de perder los puestos de trabajo que en este momento están ocupados por trabajadores sindicalizados con contratos de término indefinido, por la falta de definición por parte de Unilever sobre la continuidad de la planta en Bogota. Mientras los sindicatos se encuentran en negociaciones, sus afiliados gozan de un fuero circunstancial, y por eso, no pueden ser despedidos. Aunque en la última convención colectiva, Unilever se comprometió a garantizar la estabilidad laboral de sus trabajadores, desde el año 2000, se han perdido casi 300 empleos directos en Bogotá, debido a los procesos de reestructuración que Unilever está realizando en todo el mundo. En Colombia, estas políticas de la empresa han traducido en el cierre en el año 2000 de la planta de jabones en Bogotá y la transferencia de la producción de esta línea de productos a la fabrica Varela, donde los trabajadores son tercerizados y ganan 2 salarios que equivalen a menos de 50% de lo que ganan los sindicalizados. Además, Varela opera dentro de una zona franca, y por eso la empresa goza de ciertos beneficios tributarios. El cierre de la fábrica en Bogotá significó la perdida de entre 30 y 50 empleos en el área administrativa y entre 90 y 100 empleos en el área de producción. En el año 2002, Unilever repitió esta táctica y trasladó su producción de margarina de Bogotá al Valle del Cauca, causando la perdida de 150 empleos en el área de producción. Igual a la maniobra que Unilever realizó después de su compra de la fábrica Disa en Cali, la empresa les ofreció a los trabajadores afectados planes de arreglos voluntarios, con atractivos incentivos económicos para los empleados que estaban dispuestos a renunciar sus puestos. Muchos trabajadores se dejaron tentar por estos planes, entonces Unilever nunca tenía que recurrir a la figura de despidos sin justa causa para reducir su planta de personal. Unilever vendió esta planta de margarina y comestibles ubicada en Bogotá a un comprador local que se llama Sigra. Dicha empresa entró en operación un mes después del cierre de la planta por Unilever, e inmediatamente se convirtió en un proveedor de la multinacional. Acudiendo a la figura de las Cooperativas de Trabajo Asociado, Sigra empezó a contratar a los trabajadores que había arreglado “voluntariamente” con Unilever, así convirtiendo los trabajos dignos y estables que antes tuvieran estos trabajadores, con empleos precarios y flexibilizados. Otra táctica que la empresa está utilizando para bajar sus costos laborales es reemplazar los trabajadores con contratos de término indefinido cuando jubilen con trabajadores con contratos temporales, así disminuyendo tanto la estabilidad laboral como la fuerza de las organizaciones sindicales. Según los directivos de Sintraunilever Andina y Sintraimagra, en los últimos siete años, Unilever no ha empleado ni un trabajador nuevo en el área de producción con un contrato de término indefinido, y por eso, temen que la perdida del fuero circunstancial que ahora disfruten debido al proceso de negociación colectiva, señalaría el fin al empleo estable en la empresa. Igualmente, es importante resaltar que el cambio en modalidades de contratación que la empresa está utilizando para ahorrar costos también afecta al personal administrativo. En los últimos cinco años, ha habido un movimiento de mas de 60% del personal de aquel área, significando que la mayoría de los empleados administrativos ya no laboran bajo contratos de termino indefinido. La actitud de la empresa ha sido caracterizada principalmente por su dilatación frente al proceso de negociación colectiva con los sindicatos. Sin embargo, en el final del año 2005 la empresa cambió la mayoría de su Junta Directiva, además de su Presidente, Vicepresidente de Recursos Humanos, y Gerente de Relaciones Industriales, debido a resultados económicos por debajo de las expectativas de la casa matriz, y a su frustración con la relación improductiva entre los gerentes anteriores y las organizaciones sindicales. Con este cambio, los sindicatos tienen la expectativa que una nueva ronda de negociaciones se iniciará en el primer semestre del 2006. Para facilitar el proceso de negociación colectiva, cláusula 3B de la última convención colectiva garantiza cinco permisos permanentes y remunerados para los dirigentes sindicales que actúan como negociadores principales. Otros espacios de concertación consagrados por la convención colectiva que existen entre la empresa y las organizaciones sindicales son el Comité de Reclamos, que existe para discutir problemas particulares de los trabajadores, y el Comité de Relaciones Laborales, que tiene un mandato de vigilar el cumplimiento de la convención y mejorar las condiciones laborales y la producción. Según los sindicatos, los gerentes de la empresa habían dejado de convocar reuniones de este ultimo comité cada 15 días, como estipula la 3 convención, pero este año, con la llegada de los nuevos gerentes a la empresa, ya se ha mostrado una nueva voluntad de estimular el dialogo paritario a través de la citación de reuniones en una manera habitual. Los dirigentes de Sintraunilever Andina y Sintraimagra señalan que existe una cultura antisindical dentro de la empresa, pese a las declaraciones de la alta gerencia de Unilever, proclamando su respeto para la libertad sindical. Aunque, según el Banco de Datos de Derechos Humanos de la Escuela Nacional Sindical, no ha habido ninguna violación al derecho a la vida, a la integridad física, o a la libertad de los trabajadores sindicalizados de Unilever desde el año 2000 hasta hoy, sí ha habido violaciones a los derechos sindicales. Por ejemplo, en Enero de 2005, un delegado sindical fue suspendido por participar en una protesta para exigir un aumento salarial, y ese mismo mes, otro dirigente sindical fue suspendido por supuestamente tomar un descanso indebidamente largo. Durante los últimos cinco años, la empresa ha bloqueado el acceso a la planta a varios dirigentes sindicales y a los negociadores sindicales que se encuentran en permiso permanente como resultado del proceso de negociación colectiva. Sin embargo, otros dirigentes sindicales que no están en permiso permanente han tenido problemas en solicitar permisos puntuales de la empresa para atender a su trabajo sindical o asistir eventos educativos. Además, ha habido violaciones al derecho a la información. Cláusula 3F de la convención colectiva estipula que Unilever esta obligado a otorgarles a las organizaciones sindicales en intervalos regulares información sobre cambios en la planta de personal, vacaciones del personal, el costo anual de los auxilios que reciben al personal, los estados financieros de la empresa, las cesantías del personal sindicalizado, y los trabajadores temporales, pero la empresa no les ha suministrado estos datos en una manera puntual, debilitando la capacidad de los sindicatos a funcionar y a negociar. LAS POLITICAS SALARIALES DE UNILEVER Para los trabajadores sindicalizados de Unilever, la última convención colectiva fija el salario mínimo en $645.309 pesos mensuales, aunque ha habido tres aumentos salariales que han afectado esta cifra en una manera positiva. El aumento salarial que estaba vigente a partir de 15 de Junio del 2000 hasta 14 de Junio del 2001 y que fuera pactado en la convención colectiva, equivale al Índice de Precios de Consumidor (IPC) + 1%, o 9,75%. Después, hubo un aumento retroactivo en el mes de Junio del 2003, que incrementó de manera unilateral los salarios de los trabajadores sindicalizados a un 6,99% para el periodo de Junio del 2001-2002, y a un 7% para el periodo de Junio de 2002-2003. El tercero aumento salarial fue otorgado por la empresa unilateralmente en Diciembre del 2005, como reacción a las denuncias hechas por las organizaciones sindicales frente a la falta de voluntad por parte de la empresa a negociar con ellas y el respaldo de los trabajadores por sus organizaciones sindicales, y equivale a un aumento del 6,5% para el periodo de Junio del 2003-2004, y 5,5% para el periodo de Junio de 2004-2005. Por eso, hoy en día el salario mínimo convencional es $919.957 pesos mensuales. El salario promedio para los trabajadores sindicalizados equivale a $1.227.000 pesos mensuales, o tres salarios mínimos legales ($408.000 pesos mensuales). Se puede atribuir parcialmente el hecho que los salarios de los trabajadores sindicalizados de Unilever son por encima del promedio de otros trabajadores asalariados en el sector manufacturero colombiano a su antigüedad, dado que más de 70% de ellos tiene 15 años o más de servicio con la empresa. No se conocen los niveles salarios exactos de los trabajadores temporales y tercerizados, pero sí se puede 4 confirmar que son muy por debajo de lo que recibe a los sindicalistas. Además de los salarios, los trabajadores que benefician de la convención colectiva de trabajo disfrutan de varias primas legales y extralegales que aumentan su ingreso básico, como las primas de Junio, Aguinaldo, Antigüedad, y Auxilio de Transporte. Las horas extras, por encima de las ocho horas de la jornada laboral normal, son remuneradas con un recargo del 30% si son diarias y con un recargo del 102,5% si son nocturnas. El trabajo nocturno ordinario es remunerado con un recargo del 40% del trabajo diurno. LAS POLITICAS DE SALUD OCUPACIONAL DE UNILEVER Según los dirigentes sindicales, existe una relativamente alta frecuencia de trabajadores que padecen enfermedades o accidentes ocupacionales. 31 empleados actuales de la línea de producción en Bogotá, o 28,7% del personal de aquel área, han registrado complicaciones de salud relacionadas a su trabajo, con contusiones a los brazos, hombros, y a la columna siendo las lesiones mas comunes. Además, hay casos de trabajadores con el síndrome de túnel carpial, empleados con enfermedades mentales debido a la presión que los acosa en su ambiente de trabajo, y incluso dos trabajadores preparadores que sufren de cáncer del estomago, una enfermedad que los sindicatos creen que fue ocasionada por sus funciones en la empresa. En Unilever, existe un Comité Paritario de Salud Ocupacional (Copaso), pero los gerentes de la empresa no han permitido la participación activa de los sindicatos en ello. El Copaso tiene un mandato de estudiar los riesgos existentes en el trabajo e implementar programas preventivos y correctivos, sin embargo, los dirigentes sindicales señalan que el comité no está funcionando adecuadamente, algo que se refleja en el alto número de empleados enfermos. Por ejemplo, el Copaso realizó un estudio ergonómico en el 2005, pero todavía no ha tomado medidas suficientes para corregir los problemas encontrados. Igualmente, los dirigentes sindicales acusan a la empresa de encubrir el problema de la salud de sus trabajadores, a través de manipular datos sobre las enfermedades ocupacionales, y maniobras de la velocidad de las líneas de producción en Bogota, bajándola cuando haya una inspección por parte del Ministerio de la Protección Social o otra entidad, y aumentándola nuevamente cuando los inspectores salgan. Para cuidar la salud de los trabajadores sindicalizados, la convención colectiva garantiza la presencia en las instalaciones de la fabrica en Bogota de un medico para seis horas diarias y la presencia continua de una enfermera, además de un servicio de ambulancia y una contribución por parte de la empresa de 65% del costo de las drogas formuladas por el medico que los atiende a estos empleados. Sin embargo, según las organizaciones sindicales, la empresa no permite el acceso de los trabajadores que se encuentran en permiso debido a sus responsabilidades sindicales al puesto de salud dentro de la fábrica en Bogota, así violando el derecho fundamental a la salud de estos empleados. LAS POLITICAS DE NO-DISCRIMINACION EN UNILEVER De los 108 trabajadores del área de producción en Bogota, 62% son hombres y apenas 32% son mujeres, aunque un mayor porcentaje de mujeres laboran en el área administrativa. Según los dirigentes sindicales, todos los empleados nuevos contratados para el área de producción en los últimos diez años, tanto en Bogota como en el Valle del Cauca, han sido hombres, mostrando una clara práctica discriminatoria por parte de la empresa. Frente a la participación sindical por parte de las mujeres, de los 20 trabajadores que son miembros de las juntas directiva o son delegados de los tres sindicatos con presencia en la empresa, solo tres, o 15%, son mujeres, mostrando como, por diversas razones, las mujeres trabajadoras 5 de Unilever están impedidas a participar plenamente en sus organizaciones sindicales. Unilever respeta las normas relacionadas al embarazo y la maternidad, así que garantiza un permiso y auxilio de maternidad para sus trabajadoras, y no existe ningún caso de una mujer despedida por estar embarazada. El acoso sexual es explícitamente prohibido por la empresa, a través de su código de conducta, y el castigo por cometer este crimen es el despido, aunque ningún trabajador en Bogota ha sido despedido por esta causa. Aunque ningún afro-colombiano o indígena se encuentra vinculado laboralmente a la empresa en su planta en Bogotá, sí hay trabajadores que pertenecen a estos grupos étnicos que laboran en las fabricas de Yumbo y Cali, mostrando que la empresa no tiene una política discriminatoria en razón de raza o etnia. LAS POLITICAS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL DE UNILEVER Unilever tiene un código de conducta que se aplica en todos los países donde tiene operaciones, conocido como su “código de principios empresariales.” En cuanto a los derechos laborales, el código garantice un ambiente de trabajo libre de discriminación y de peligros a la salud y seguridad de sus trabajadores, donde hay pleno respeto para sus derechos humanos. Además, el código prohíbe el uso del trabajo infantil y forzoso, garantice el respeto para el derecho de asociación de sus empleados, y se compromete la empresa a proporcionarles a los trabajadores programas de capacitación laboral e información pertinente sobre sus políticas corporativas. La empresa tiene una línea abierta, que existe para que los empleados u otros actores interesados puedan denunciar violaciones del código. Cada año, Unilever contrata una empresa auditora externa para verificar todos los aspectos de su código, cuyos resultados están publicados en un balance social. Los directivos sindicales dicen que tienen conocimiento del código, pero la empresa nunca les ha brindado a los trabajadores ninguna instrucción o capacitación particular sobre el código y su implementación, y por eso los sindicalistas no han utilizado la línea abierta para denunciar violaciones. Además del código de principios empresariales que rige para las operaciones de las varias dependencias de la empresa, Unilever formuló otro código de conducta, conocido como el “código para los socios empresariales” que aplica para todos sus 19,000 proveedores mundialmente. Este código consagra el respeto para los derechos humanos de los trabajadores de las empresas proveedoras; garantiza su derecho de asociación y condiciones laborales mínimas en cuanto a la jornada laboral y la remuneración; no permite prácticas laborales discriminatorias o el uso de trabajo infantil y forzoso; y asegura que el ambiente laboral sea saludable y seguro. Los proveedores de Unilever en Colombia están comprometidos a cumplir con el código, pero no se sabe si los trabajadores de estas empresas tienen conocimiento de la norma. Unilever ha intentado proyectarse como una empresa socialmente responsable, no solo a través de la difusión de su código de conducta y su balance social, sino también con su vinculación a varias iniciativas multilaterales. Por ejemplo, Unilever es una de las empresas fundadoras del Pacto Mundial de la ONU, uniéndose a la iniciativa en Julio del 2000, aunque su filial Unilever Andina todavía no se ha vinculado a la norma. También forma parte de la asociación empresarial Empresas por la Responsabilidad Social (Business for Social Responsibility), una organización que promueve este concepto dentro del mundo empresarial, ofrece ayuda técnica a empresas que quieren implementar políticas de responsabilidad social empresarial (RSE), y aboga por normas transparentes que guían estas políticas. La empresa quedó primera en el ranking de todas las empresas del sector 6 alimentario que están incluidas en el Dow Jones Sustainability Index, un índice mundial de compañías socialmente responsables. Además, Unilever está incluida en otro índice importante de empresas socialmente y ambientalmente sostenibles, el FTSE4Good, y ha ganado premios por su desempeño en el marco de la RSE en países como Brasil, Estados Unidos, y Kenya. En Colombia, la gestión ambiental de Unilever Andina fue premiada en el año 2005 por el Departamento Técnico Administrativo del Medio Ambiente del Alcaldía de Bogota a través del Programa de Excelencia Ambiental Distrital (PREAD), y la empresa también ha sido reconocido por el Ministerio de la Protección Social por su política de seguridad industrial. A pesar de estos reconocimientos, es importante destacar que las políticas de Unilever ha sido denunciado en varios países por violaciones de los Directrices de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), una norma multilateral que delinea principios de responsabilidad social, laboral, y ambiental que las empresas multinacionales que tienen sus casas matrices en los 38 países que son miembros de la OCDE deberían respetar. Precisamente, en 2005, organizaciones sindicales chilenas presentaron una queja contra la empresa ante la OCDE, acusándola de practicas antisindicales relacionadas con el despido de afiliados del Sindicato No. 1 de Unilever como resultado de su participación en protestas para defender los puestos de trabajo en sus fabricas. Además, en 2003, la Central Única de los Trabajadores (CUT), el Sindicato de Químicos Unificados, y la Confederación Nacional de los Químicos (CNQ) de Brasil denunciaron la empresa en una queja oficial ante el Punto de Contacto para los Directrices de la OCDE en Brasil, alegando que la empresa no consultó con las organizaciones sindicales o con el gobierno local antes de tomar una decisión de trasladar su producción a otra región del país, causando despidos masivos y un debilitamiento de las organizaciones sindicales. Estos ejemplos, agregados a la situación actual de Unilever en Colombia, donde la falta de dialogo social y respeto para el empleo estable ha debilitado las organizaciones sindicales y ha empeorado las condiciones laborales, muestran que Unilever no es una empresa tan socialmente responsable como se anuncia. 7 BIBLIOGRAFIA Dinero (2006): “Unilever al ataque”, Dinero, No. 248, Bogotá, Colombia. Instituto Observatorio Social (2003): “Unilever es denunciada al Punto de Contacto por violar Directrices de la OCDE”, Rede Sindical, disponible en la pagina web http://www.observatoriosocial.org.br/boletim/boletimesp22.htm#pagina3. Instituto Observatorio Social (2005): Mapa de empresa – Unilever América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia), Sâo Paulo, Brasil. La Nota Económica (2005): “Aseo y belleza”, en Vademécum de mercados 2006, Bogotá, Colombia. Observatorio Laboral de la CUT Chile (2006): Unilever, una empresa global ejemplar, disponible en la pagina web http://www.cioslorit.org/detalle.php?item=3648&leng=es. Unilever (2005): Social Report 2004: Listening, Learning, Making Progress, Rotterdam, Holanda y Londres, Reino Unido. 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