Diario La Tercera 2015-03-29

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LATERCERA Domingo 29 de marzo de 2015
Correo
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Despido del padre
Costadoat
Señor director:
El debate que ha producido el
despido del padre Jorge Costadoat ha vuelto a poner sobre la
mesa un “problema” teológico
de gran importancia, al cual Benedicto XVI le dedicó cientos de
páginas, consciente del peligro
que significaba.
¿Existe un límite a la hora de
hablar de teología católica? ¿Pueden modificarse las verdades reveladas por Cristo? ¿De qué hablamos cuando hablamos de catolicismo?
El problema mediático tiene que
ver, sobre todo, con la aceptación del matrimonio homosexual
y del aborto; sin embargo, este
problema tiene consecuencias
más profundas, como la cuestión
de si Cristo es Hijo de Dios en el
sentido de que es Dios también,
o la existencia real del demonio,
etcétera. Frente a las miles de interpretaciones sobre la religión
católica, Benedicto XVI defiende
la libertad de conciencia de cada
uno para proclamar lo que cree
correcto, pero advierte que esa libertad no puede llevar a defender
todas las posturas como si todas
fueran parte de la teología católica: “Aquí hay una especie de
marca registrada protegida, una
identidad histórica, que el magisterio se sabe llamado a defender”
(Benedicto XVI, Naturaleza de la
misión de la teología).
De igual forma también lo ha
proclamado el Papa Francisco
(junto a Benedicto XVI) en su primera encíclica, explicando que la
interpretación teológica, fuera
del Magisterio, corre el riesgo de
no ser católica: “El Magisterio
asegura el contacto con la fuente originaria, y ofrece, por tanto,
la certeza de beber en la Palabra
de Dios en su integridad” (Lumen Fideo n° 36).
Cristóbal Aguilera Medina
¿Copia feliz del edén?
Señor director:
Por estos días en los que estamos
cercados por inmensos y devastadores incendios incontrolables, tormentas, ríos y aluviones indomables, un volcán amenazante y todo
tipo de escándalos de corrupción,
soborno y aprovechamiento indebido a nivel político y económico,
propongo ser cuidadoso con la referencia nacional que nos compara con el edén, porque, al menos de
un tiempo a esta parte, yo diría que
estamos más cercanos al territorio
del averno.
Juan Luis Hernández Viera
Ingeniero Civil
Accidente de
Germanwings
Señor director:
La información que responsabiliza
al copiloto del Airbus A320 de Germanwings de haber estrellado intencionalmente el avión en contra
de los Alpes franceses, matando a
149 personas, lleva a preguntarnos
por qué lo hizo.
A nivel mundial se están dando diversas explicaciones, en su mayoría atribuyendo el acto a diferentes
trastornos mentales, brotes psicóticos, síndrome confusional o depresión. Si bien es cierto que muchos de estos podrían explicar en
parte lo sucedido, no es verdad, por
ejemplo, que la depresión esté relacionada con el asesinato premeditado de cientos de personas. Por
ello, aunque dicho trastorno no hubiera sido bien valorado por la compañía aérea, su eventual presencia
no sería la causa.
Sólo un psicópata mata fría y premeditadamente a 149 personas. Los
síntomas de la psicopatía, a diferencia de lo que muestran las películas
sobre asesinos seriales, no son identificables desde la psiquiatría o la
psicología clínica, especialmente
porque la psicopatía no es una enfermedad mental, y por lo tanto, no
sirven los procedimientos clínicos
tradicionales. La maldad tiene oscilaciones periódicas, lo que permite a estos sujetos coexistir en la sociedad y pasar inadvertidos, incluso llegar a ser considerados como
buenas personas. No todos los psicópatas son criminales depredadores ni todos los delincuentes son
psicópatas; hay algunos que se
mantienen durante toda su vida
parasitando y abusando de los demás, sin llegar a cometer delitos.
La psicopatía no es algo que se
evalúe a nivel laboral, ya que incluso en el medio criminal es excepcional desde la perspectiva estadística.
No estamos rodeados de psicópatas,
pero esta experiencia debería imponer la necesidad de evaluarla, al
menos en ciertos trabajos de alta
responsabilidad.
Mauricio Valdivia Devia
Doctor en Psicología
Tragedia en el norte
Señor director:
Tanto la experiencia internacional
como la propia de los últimos años,
nos han entregado información valiosa respecto a la manera en que
abordamos la emergencia y la recuperación. A la luz de estudios académicos e informes de gobierno
respecto de la experiencia reciente,
nos vemos enfrentados nuevamente a la posibilidad de repetir patrones de comportamiento institucional o tomar caminos que den cuenta de estos aprendizajes. Pensando
en esta última posibilidad y en vista de ser coherentes con los compromisos establecidos en Sendai
para la reducción de riesgos, parece prudente plantear una serie de
puntos.
En primer término, fomentar el
rol de la Onemi como ente coordinador de la emergencia, asumiendo los impactos de ésta en las
fases de recuperación. Asimismo,
se debe potenciar el rol de los intendentes, evitando el nombramiento de delegados presidencia-
les. También cabe fortalecer la labor de los gobiernos locales, reforzando sus equipos, capacidades y
acceso a recursos públicos, como
asimismo desarrollar y contractualizar planes de reconstrucción
desde el Ministerio del Interior,
asegurando la intersectorialidad
de su ejecución.
Asimismo, es necesario involucrar a las autoridades y comunidades locales en la definición e implementación de los planes, y poner en
marcha una plataforma de seguimiento de planes de acceso público y actualizada, que muestre clara y transparentemente cuáles son
los compromisos y plazos.
También hay que delimitar la
participación de la sociedad civil y empresas privadas en las
fases de recuperación, no descuidando la responsabilidad del Estado y encauzando la potencia de
la solidaridad nacional. Se debe
mejorar drásticamente la calidad de las soluciones de emergencia y barrios de transición, y
proyectar tiempos de permanencia reales y asegurando la calidad
de vida de las familias afectadas.
Por último, tener un delicado,
honesto y pragmático manejo de
las expectativas. Los procesos de
recuperación son lentos y es muy
importante que se mantenga la
credibilidad de las instituciones
y la población pueda prepararse
adecuadamente para el dramático período de transición hacia
las soluciones definitivas.
Roberto Moris
Director Observatorio de Ciudades
UC e investigador del Centro Nacional de Investigación para la Gestión
Integrada de Desastres Naturales
Señor director:
Tras la trágica y devastadora experiencia que significó el terremoto y posterior tsunami del 27 de
febrero del 2010, quedaron de
manifiesto las debilidades y falencias que tenía la Oficina Nacional
de Emergencia (Onemi). Poco
más de un año después de ese
acontecimiento, el gobierno de
la época envió al Congreso un
proyecto de ley que establecía un
nuevo Sistema Nacional de Emergencia y Protección Civil y creaba la Agencia de Protección Civil.
Dicho proyecto constituía un tremendo avance para la prevención y respuesta de catástrofes,
generando una institucionalidad
que hasta el día hoy Chile no tiene. Finalmente, tras una serie de
urgencias legislativas otorgadas
por el Ejecutivo, el proyecto fue
aprobado en la Cámara, pasando
al Senado. No obstante, desde el
comienzo de la administración
Bachelet el proyecto ha tenido
nulo avance. La Onemi, originalmente una bodega de almacenamiento y distribución de materiales y alimentos para emergencias
(de ahí su nombre de “oficina”),
simplemente ya no da el ancho
para hacer frente a situaciones
de la naturaleza y envergadura
como las que actualmente azotan
al norte y sur de nuestro país. Es
de esperar que la Presidenta, en
uso de su facultad de fijar la agenda legislativa, le otorgue la urgencia necesaria a tan importante proyecto, avanzando de una
vez por todas hacia una mejor
institucionalidad.
Sebastián Sotelo Gómez
Investigador Asociado
Fundación Jaime Guzmán
Despenalización del
aborto
Señor director:
Antes de votar el proyecto de ley
del aborto, los parlamentarios
debieran viajar a un país vecino y
ser testigos presenciales de un
procedimiento de aborto, y luego
hablar con mujeres con síndrome post aborto.
Es la única manera de que puedan saber qué es lo que quieren
ofrecer a las mujeres.
Constanza Delgeon
Representante del Lector
HACIA UNA
REGIÓN BILINGÜE
Ricardo
Hepp
L
AS ENCUESTAS son valiosas fotografías de lo
que ocurre en un momento preciso, y por ello
se convierten en fuentes informativas para los medios. Pero la
publicación de los resultados
demanda, entre otras condiciones, comprensión del tema y un
análisis riguroso. El Consejo de
Etica de los Medios de Comunicación emitió años atrás una resolución sobre la materia y recomendó la observación de varios puntos, como tomar en
cuenta el método utilizado para
seleccionar a los encuestados y
aplicar el cuestionario; evaluar
los márgenes científicos de seguridad; conocer las variables
demográficas, económicas y sociales, e indicar la fecha en la
que se realizó la encuesta. Hay
más, pero para que los resultados sean asequibles para el público (los lectores) también es
conveniente mencionar las preguntas realizadas para las respuestas sobre las cuales se informa. En fin, para conocer el
“estado de opinión” es indis-
pensable haber analizado bien
el instrumento, antes de fijar
sus alcances.
El lector Mariano Carinao señala que La Tercera publicó una
amplia información el 23 de
marzo, y una nota editorial al día
siguiente, sobre una encuesta
que realizó la “Fundación Aitue”
en La Araucanía. “Lamentablemente, ambos textos incurren en
un error de base al señalar que la
encuesta se aplicó a “habitantes
mapuche” de la región de La
Araucanía. Dice que es imperioso aclarar que el 70% de las personas consultadas no pertenece
ni se identifica con el pueblo mapuche, lo que demuestra que las
premisas de ambos artículos están erradas”. En su carta, el lector hace algunos alcances políticos sobre el tratamiento de la encuesta, pero finalmente asegura
que su aclaración no pretende
El Representante del Lector acoge críticas y objeciones a los contenidos del diario. Escriba a [email protected]
crear polémica, sino “solicitar
que el diario ponga en su justa
dimensión los resultados de la
encuesta y no los presente como
verdad absoluta”.
Los resultados de las encuestas
nunca son “verdades absolutas”:
sólo reflejan el instante. Pero, las
observaciones del lector son correctas: hay un claro error de interpretación de la encuesta. La
“Fundación Aitue” es una organización de la región de La Araucanía que diseña y evalúa políticas públicas indígenas para contribuir al desarrollo sostenible de
Chile valorando su interculturalidad. El trabajo de campo de
esta encuesta estuvo a cargo de
la empresa “Feedback”, que lo
practicó de manera presencial cara a cara- en La Araucanía en
enero de 2015, tanto a hombres
como a mujeres mayores de 18
años. De la totalidad de entrevis-
tados (100%), el 25% señaló pertenecer al pueblo mapuche y
sentirse plenamente identificado
con éste; un 5% dijo pertenecer
al pueblo mapuche, pero no sentirse identificado con él; un 17%
expresó no pertenecer a dicho
pueblo, pero si considerarse parte; y un 53% señaló no pertenecer ni sentirse identificado con el
pueblo mapuche. Queda claro,
entonces, que no se trató de una
encuesta al pueblo mapuche,
sino a La Araucanía.
Entre otros resultados de interés periodístico cabe destacar
que el 81% de los encuestados
estuvo de acuerdo con que “el
castellano (español) y el “mapuzüngun” (mapudungún) sean
lenguas oficiales de la región de
La Araucanía; y el 76 % se manifestó a favor del reconocimiento
constitucional de los pueblos
indígenas.
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