Actos Judiciales No Contenciosos

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ACTOS JUDICIALES NO CONTENCIOSOS
LIBRO IV, ARTS. 817 Y SIGUIENTES
Los tribunales no sólo están llamados a conocer de los asuntos en que promueva una
contienda jurídica actual entre partes; también les corresponde intervenir en determinador actos en
los cuales la ley requiere su intervención, aún cuando no se produce contienda alguna entre partes.
En estos casos estamos ante los llamados actos judiciales no contenciosos.
Son dos los requisitos que deben cumplirse para que nos encontremos ante este tipo de
actos:
1) Que no se promueva contienda entre partes.
2) Que exista norma legal expresa que exija la intervención del tribunal.
Estos actos judiciales no contenciosos se encuentran regulados tanto en el Código de
Procedimiento Civil como en otras leyes.
El Código de Procedimiento se refiere a ellos en el Libro IV que lleva por epígrafe “De los
actos judiciales no contenciosos”, artículos 817 y siguientes.
Este libro IV se divide en varios títulos, el primero de los cuales contiene disposiciones
generales, aplicables a todos los actos judiciales no contenciosos.
A continuación, en los títulos siguientes se reglamentan algunos actos no contenciosos en
particular; sin embargo, no se tratan aquí todos los actos judiciales no contenciosos, existen otros en
diversos cuerpos legales.
Por ejemplo, el Código Civil reglamenta el pago por consignación, la muerte presunta, la
notificación de la cesión de créditos.
La ley de Registro Civil regula la rectificación de partidas y el cambio de nombre.
La ley de letras de cambio y pagarés regula el procedimiento de extravío de documentos de
crédito.
El hecho de si el acto no contencioso se encuentra reglamentado en el Código de
Enjuiciamiento o en otro cuerpo legal es importante para determinar las normas de procedimiento
aplicables.
I.- Concepto
En conformidad en el art. 817 del Código de Enjuiciamiento: “son actos judiciales no
contenciosos aquellos que según la ley requieren la intervención del juez y en que no se promueve
contienda alguna entre partes”.
Como no existe contienda, no hay partes sino interesados, solicitantes o peticionarios.
II.- Tribunal competente
En primera instancia:
Es competente para conocer de estos asuntos no contenciosos, el juez letrado
correspondiente, cualquiera sea la cuantía (artículo 45 N° 2 letra c del Código Orgánico de
Tribunales).
Estos asuntos se consideran de cuantía indeterminada no obstante que de ellos pueda
desprenderse un valor pecuniario.
Además, por disposición del art. 817 del CPC, en los asuntos no contenciosos no se tomará
en consideración el fuero personal de los interesados para establecer la competencia del tribunal.
La misma norma contiene el inciso 2 del art. 133 del COT.
Existen algunos casos de excepción en que la competencia no corresponderá al juez de
letras sino al juez de menores en conformidad a la Ley N° 16.618.
En cuanto a la competencia relativa, es competente para conocer de los actos judiciales no
contenciosos el juez del domicilio del interesado, sin perjuicio de las excepciones legales.
Si en la comuna existen varios jueces de letras, será competente aquél que esté de turno, sea
o no la comuna asiento de Corte de Apelaciones (art. 179 inciso 1º del COT).
Aquí no existe la prórroga de competencia, según se desprende del art. 182 del COT.
En segunda instancia:
La competencia corresponde a la Corte de Apelaciones respectiva, esto es, al superior
jerárquico del juez que conoció el asunto en primera instancia (art. 63 N° 1 del COT).
III.- Tramitación
Para la tramitación de los asuntos judiciales no contenciosos se aplican las disposiciones
especiales de los títulos respectivos del Libro IV del CPC donde esté reglamentado el acto de que se
trate, o bien, las disposiciones contenidas en el cuerpo legal que regule la gestión.
Estas disposiciones deben complementarse con las disposiciones generales del Título 1º del
Libro IV del CPC a más de las disposiciones del Libro I del CPC comunes a todo procedimiento.
En lo que no esté regulado se aplican supletoriamente las reglas del juicio ordinario.
III-a.- Inicio de los Actos no Contenciosos
Ahora bien, el procedimiento se iniciará por la presentación de la solicitud escrita que
corresponda por parte de él o los interesados. Esta solicitud debe cumplir:
1) Con los requisitos comunes a todo escrito.
2) Con los requisitos especiales del caso.
3) Con los requisitos de la Ley 18.120 sobre comparecencia en juicio.
La solicitud se presenta directamente al juez civil de turno, salvo en aquellas comunas de
Corte de Apelaciones en que la presentación de demandas y solicitudes se encuentra regulado por
autoacordado, en cuyo caso se presenta en la Secretaría de la Corte de Apelaciones respectiva.
Para ver la tramitación que debe seguirse, debe analizarse si existen normas especiales que
regulen la tramitación:
1) Si existen, se aplican en primer término.
2) Si no existen normas especiales de procedimiento y la ley no exige que el juez proceda con
conocimiento de causa, resolverá de plano, con el sólo mérito de la solicitud.
3) Si no existen normas especiales de procedimiento y la ley exige que se proceda con
conocimiento de causa, es preciso subdistinguir:
Si los antecedentes que acompañan a la solicitud administra este conocimiento.
Si no se acompañan antecedentes a la solicitud o los acompañados no proporcionan
conocimiento de causa.
En este último caso la ley ordena que previamente se procesa a rendir información sumaria
sobre los hechos en que se funda la petición (art. 824 inciso 2º).
Se entiende por información sumaria la prueba de cualquiera especie, rendida sin
notificación ni intervención de contradictor y sin previo señalamiento de un término probatorio
(art. 818 inciso final).
Lo anterior es sin perjuicio de las facultades del tribunal para disponer de oficio todas las
diligencias informativas que estime convenientes.
La prueba que se rinda en estas condiciones será apreciada prudencialmente por el tribunal.
Ahora en el primer caso, que los antecedentes acompañados proporcionan el conocimiento
de causa exigido por la ley.
El tribunal podrá resolver de inmediato el asunto, debiendo previamente oír al defensor
público en aquellos casos exigidos por la ley.
IV.- La sentencia definitiva
La resolución que resuelve un acto judicial no contencioso es una sentencia definitiva.
Esto atendiendo lo que dispone el art. 826 que establece los requisitos de las sentencias
definitivas.
Ahora bien, tratándose las sentencias definitivas dictadas en las gestiones no contenciosas
la ley es menos exigente; en este caso los requisitos son más simples.
Aquí no se aplica el art. 170, sino que el art. 826 del CPC.
De acuerdo con esta disposición, las sentencias definitivas en los negocios no contenciosos
expresarán:
1)
2)
3)
4)
El nombre, profesión u oficio y domicilio de los solicitantes.
Las peticiones deducidas.
Las resoluciones del tribunal.
Cuando éste deba proceder con conocimiento de causa, se establecerán además las razones
que motiven la resolución.
Estas sentencias, como las que expiden en las causas entre partes, se copiarán en el libro
respectivo que llevará el secretario del tribunal.
V.- Recursos contra la Sentencia Definitiva
Se aplica la regla del art. 882, conforme el cual “contra las resoluciones dictadas podrán
entablarse los recursos de apelación y de casación, según las reglas generales. Los trámites de
apelación serán los establecidos para los incidentes”.
Pero además procede un recurso “especial”, típico de los actos judiciales no contenciosos.
Se trata de un medio de impugnación destinado a obtener que el mismo tribunal, que
pronunció la resolución la revoque o la modifique (art. 821 del CPC).
De manera que este es un recurso por vía de retractación, es decir se hace valer ante y para
el mismo tribunal que la pronunció.
Este recurso debe fundarse en haber variado las circunstancias que motivaron la resolución
pronunciada; es la única causal que habilita para interponer este recurso.
Para determinar la procedencia de este recurso la ley distinguir si la resolución cuya
modificación se pretende es afirmativa o negativa.
Afirmativa, será aquella que accede a lo solicitado por el interesado. Negativa, será aquella
que no da lugar o que no accede a la petición del interesado.
1) Resoluciones negativas: tratándose de las resoluciones negativas el recurso es procedente
siempre, variando las circunstancias, y sin plazo para deducirlo.
2) Resoluciones afirmativas: el recurso será procedente también variando las circunstancias,
pero solamente en caso que el cumplimiento de la resolución esté pendiente y tampoco hay
plazo para deducirlo.
Que esté pendiente, significa que no obstante que el tribunal ha accedido a la petición, en
todo o en parte, aún no se ha obtenido la finalidad perseguida.
Por ejemplo: se pide autorización para enajenar y el juez la concede, pero el contrato
definitivo no se celebra.
En cuanto al titular del recurso, el única titular es el o los interesados en la gestión, es decir,
aquél que provocó el acto judicial no contencioso que se trata.
Los terceros no pueden deducir este recurso, aún cuando la resolución pueda perjudicarlos;
estos terceros deberán deducir oposición.
En resumen este recurso:
1) Sólo se puede hacer valer si se han modificado las circunstancias iniciales, que motivaron
su dictación, lo cual supone que el recurso debe ser fundado.
2) Procede contra las resoluciones negativas y contra las afirmativas incumplidas.
3) No está sujeto a plazo.
4) No está sujeto a formalidades especiales.
5) Sólo puede interponerlo el propio interesado en la gestión.
VI.- La Cosa Juzgada
Es evidente que tratándose de las resoluciones negativas, éstas no producen excepción de
cosa juzgada, porque pueden en cualquier momento pueden modificarse, variando las
circunstancias.
Estas resoluciones negativas o sentencias que se dicten en estos negocios no van a tener el
carácter de firme o ejecutoriadas.
Lo mismo tratándose de la afirmativa, mientras estén incumplidas.
Estas últimas estando cumplidas adquieren el carácter de ejecutoriadas y producen cosa
juzgada.
VII.- Los Terceros
La sentencia que se dicte en el acto judicial no contencioso, puede eventualmente afectar
derechos de terceros.
Pero en los actos judiciales no contenciosos, se produce lo que unos autores llaman, una
relación simple de entre el interesado y el juez, no hay partes. Luego los terceros quedan a salvo de
lo que se resuelva.
Estos terceros tienen dos alternativas para hacer valer sus derechos:
1) Intervenir, en la gestión no contenciosa cuando aún esté pendiente, formulando oposición.
2) Promover un juicio en que declare que el tercero también tiene derechos.
Esto último va a ser posible siempre que el tercero haya intervenido en el acto judicial no
contencioso.
VII-a.- Oposición del tercero en la gestión no contenciosa
La oposición, para estos efectos, es el medio con que cuenta el tercero, que tenga la calidad
de legítimo contradictor, a través del cual comparece al acto judicial no contencioso y solicita su
rechazo o bien, que no se proceda al cumplimiento de la sentencia si se ha dictado.
Y como la ley no dice que es un legitimo contradictor, la doctrina ha entendido que legítimo
contradictor será aquella persona que por tener una determinada calidad, condición o título,
excluye, en todo o en parte, los derechos invocados por el interesado.
Aquí lo importante es destacar que el tercero que pretende oponerse tiene siempre que
esgrimir un título, condición o calidad que lo habilite.
Si la oposición se hace por quien no tiene derecho, el tribunal, desestimándola de plano,
dictará resolución sobre el negocio principal (art. 823 inciso 2º).
VII-b.- Oportunidad para formular la oposición
La ley no lo dice, y al respecto existen dos posiciones doctrinarias:
1) Algunos sostienen que esta oposición sólo se puede presentar hasta antes que el tribunal
dicte sentencia. Se basan en el tenor literal del artículo 823, inciso 2º porque dice que si la
oposición se formula por quien no es legítimo contradictor el tribunal la desestimará y
dictará resolución sobre el negocio principal, lo cual está indicando que al momento de la
oposición la sentencia está pendiente.
2) En cambio, otros sostienen que se podría presentar oposición en cualquier momento de la
tramitación, incluso una vez dictada la sentencia mientras esté incumplida.
Ello por cuanto la finalidad que se persigue, con la oposición, es evitar perjuicio y este se
causaría en la práctica cuando la resolución efectivamente se cumpla.
Esta es la tesis acogida en forma unánime por la jurisprudencia.
Esta interpretación, concuerda además, con la norma del artículo 882 que establece que
debe publicarse la resolución que conceda la posesión efectiva de la herencia, precisamente para
que los terceros puedan hacer valer sus derechos.
VII-c.- Tramitación de la Oposición
La ley nada dice al respecto.
La jurisprudencia ha entendido que esta oposición constituye un incidente, pues se trata de
una cuestión accesoria a la gestión principal y que requiere de un pronunciamiento especial del
tribunal.
Esto quiere decir que frente a la solicitud de oposición, el tribunal debe conferir traslado al
interesado o solicitante de la gestión.
El interesado tiene un plazo de tres días para contestar la oposición.
Dependiendo de lo que el interesado exponga, el tribunal recibirá a prueba la incidencia o
la fallará.
Este incidente es de previo y especial pronunciamiento, es decir se tramita en el mismo
expediente principal, y naturalmente suspende la tramitación del asunto no contencioso.
En esta oposición lo único que se va a discutir, es sí el tercero, tiene o no la calidad de
legítimo contradictor, y por supuesto que le corresponderá al tercero acreditar su condición.
El tribunal al resolver una proposición podrá rechazarlas o acogerla:
1) Si rechaza la oposición:
Una vez ejecutoriada la resolución respectiva, continúa la tramitación del acto judicial no
contenciosos, sigue adelante, en el estado en que se encontraba al suspenderse el procedimiento.
Esto quiere decir que el tribunal tendrá que continuar la tramitación-de la gestión hasta
dictar sentencia definitiva. Si ya se había dictado sentencia, se procederá al cumplimiento de la
sentencia.
2) Si se acepta la oposición:
Si se acepta la oposición, esto es, se estima que fue presentada por legítimo contradictor,
una vez firme la resolución que así lo declara, se hará contencioso el negocio y se sujetará a los
trámites del juicio que corresponda.
¿Qué significa que el negocio se hace contencioso y se sujeta a los trámites del juicio que
corresponda?
Existen varias teorías al respecto:
a) Debe tenerse como demanda la misma solicitud del interesado en la cual pidió la gestión no
contenciosa y como contestación, la oposición del tercero, tramitándose el juicio de acuerdo
al procedimiento que corresponda según la naturaleza de la acción deducida.
b) Debe tenerse como demanda el escrito de oposición del tercero y de ahí se continúa según
las reglas que correspondan.
c) En estos casos el juez sólo se limita a acoger la posición del tercero con lo cual se produce el
efecto de hacerse contencioso el negocio y posteriormente las partes deberán litigar ante el
tribunal que corresponda.
El nuevo juicio se inicia con una nueva demanda y ninguno de los escritos de la gestión se
considera demanda.
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