PARTO RESPETADO. DEVOLVIENDO A LAS MADRES LO QUE ES SUYO.

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PARTO RESPETADO. DEVOLVIENDO A LAS MADRES LO QUE ES SUYO.
11 de Junio de 2010. ONG VÃ-nculos. El parto natural sale a conversación en la capital chilota a raÃ-z de un encuentro
convocado por una agrupación de mujeres, que pretende informar y concienciar a la gente de la importancia y los
beneficios que tiene efectuar el parto de una manera más natural y respetuosa tanto para la madre como para el recién
nacido y la determinación del transcurso de su vida juntos. En el encuentro participa el equipo de profesionales de la
maternidad del hospital de Ancud, varios terapeutas y madres y padres que exponen sus experiencias personales con el
parto natural, que con una serie de presentaciones y vÃ-deos, pretenden llevar el diálogo a un nivel mayor de conciencia
para sensibilizar acerca de este tema.
Lienzo del encuentro convocado por el CÃ-rculo Pincoyas.
 Con el tÃ-tulo de “Haciendo del Parto Respetado una Opción para Nacer―, y en el marco de la Semana Mundial del Pa
Respetado (del 16 al 23 de Mayo), es como hicieron el llamado el pasado 29 de Mayo la agrupación de mujeres
“CÃ-rculo MatrÃ-ztico Pincoyas― de la ciudad de Castro a un encuentro dirigido a mujeres gestantes o con proyecto de
tener hijos, familiares de éstas y a toda la comunidad en general que sienta interés por este tema. “Surge como una
iniciativa, fundamentalmente de una de las integrantes del grupo, que tuvo la experiencia de un parto respetado en el
hospital de Ancud. Ella, cuando tuvo ese parto, sintió que era importante compartir su experiencia pero también lo que
se está haciendo en Chiloé con respecto al tema.― Comenta una de las integrantes del CÃ-rculo. El objetivo fundamental
del encuentro era el de informar y asÃ- tratar de empoderar a las mujeres de sus derechos y hacerlos valer “son tantas
las presiones que hay alrededor, que si la mujer no tiene un entorno que le acompañe en la idea de tener un parto más
humanizado, más natural, la mujer termina cediendo. Por eso era más orientado hacia la comunidad, la familia, no sólo
hacia las mujeres.―
 Se entiende como parto natural, humanizado o respetado, no sólo a un proceso ausente de fármacos como la
anestesia, o de instrumentos o tecnologÃ-a, la acepción va más allá; se trata de proporcionar a la madre y al hijo la
seguridad y confianza de tener el protagonismo y control de su propio parto. En este sentido, la sala de parto tiene una
luz muy tenue y una temperatura alta, a fin de que la transición desde el útero hasta el exterior no sea tan traumática
para el recién nacido. En el momento de nacer, el bebé es entregado inmediatamente a los padres y ofrecen un largo
tiempo de apego. Al padre (o acompañante), se le permite permanecer junto a la madre durante todo el proceso e
incluso se le ofrece la posibilidad de cortar el cordón umbilical. La mujer puede optar también a la posición en que más
cómoda se encuentre, ya sea vertical, de rodillas, en cuclillas u horizontal o, si lo prefiere, en algunos casos, puede dar
a luz en el agua.
 Existen también una serie de estudios, de fundamento cientÃ-fico filosófico, que explican la importancia de un parto
natural, “no violento―, en la determinación de la personalidad de un recién nacido. Por ejemplo, el tiempo de apego con
madre inmediatamente después de nacer; en ese momento ambas personas liberan en sus cuerpos altas cantidades de
oxitocina, una hormona denominada la “hormona del amor―, ése es el primer momento de entrega y recepción de afect
que recibe el recién nacido. Muchos profesionales apuntan que si éste momento es demasiado corto o inexistente, como
a veces es el caso, existen más probabilidades de que aparezca en el futuro violencia intrafamiliar.
 Sin embargo, hoy en Chile existen muchas dificultades para que una mujer pueda dar a luz a su hijo de una forma
natural. En el paÃ-s existen pocos hospitales públicos que ofrecen esta posibilidad, en general son establecimientos
pequeños como pueden ser el hospital de Iquique, el de Villarrica o Santa Bárbara. En la región de Los Lagos
solamente el hospital de Ancud tiene perfectamente implementado el pabellón para este menester. El hospital de
Castro tiene en su haber todo el equipamiento necesario para implementarlo, pero no lo hace aún, y es que no existe
una normativa u obligación hacia los hospitales de realizar este tipo de partos, si bien es cierto que existen
orientaciones ministeriales a través del Sistema de Protección a la Infancia “Chile Crece Contigo―, que se haga o no,
depende en gran medida de la voluntad de los equipos de profesionales de la maternidad de cada hospital,
“lamentablemente hay tanta jerarquÃ-a que básicamente depende de la voluntad del gineco obstetra. Porque pueden
estar muy motivadas las matronas, pero si los médicos no están muy involucrados, el cambio se va haciendo más lento.―
Comenta una integrante del CÃ-rculo MatrÃ-ztico Pincoyas.
 Hasta ahora, y como explica el gineco obstetra del Hospital de Ancud, el doctor Gabriel Hermosilla, “Clásicamente los
hospitales chilenos y latinoamericanos, manejan el parto con mucha instrumentalización, con mucha tecnologÃ-a, y
pareciera ser que no es tan necesario.― La idea de este tipo de encuentros es precisamente poder cambiar mentalidades
e ideas, para que se terminen por naturalizar este tipo de partos. “Hay que cambiar mentalidades tanto de los usuarios
como de los profesionales, hay que entregar información, hay muchos médicos que les cuesta mucho entender esto, y
hay muchos pacientes que también les cuesta entender que un parto sea sin anestesia, sin sueros, sin medicamentos.―
como comenta el dr. Hermosilla, y añade que “Poco a poco, nos hemos dado cuenta de que mientras menos cosas
utilicemos en el cuerpo, menos riesgos hay, porque cada medicamento que se utiliza tiene efectos adversos, la
anestesia también es de riesgo y hoy dÃ-a los niños pueden nacer, y asÃ- lo estamos viendo nosotros, sin anestesia. Y
pareciera ser que al no haber medicamentos circulando en la madre, como son los anestésicos, los recién nacidos, al
momento de nacer, están sin ninguna presencia de drogas en su cuerpo y pueden reaccionar mejor.― El dr. Hermosilla
comenta cómo, a raÃ-z de que una mujer le solicitó dar a luz de pie, él empezó a interesarse por el tema y a
implementar el pabellón adecuado a este tipo de partos. Además se influyó por el trabajo del también gineco obstetra
francés Michel Odent, quien lleva trabajando con el parto natural desde la década de los 60 en Inglaterra. “Nosotros
estamos viviendo en Chile lo que también en Europa se está haciendo (…) hay partos en domicilio, incluso en el agua,
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donde va la matrona o el médico a apoyar los partos a la casa, y están muy bien conectados con los hospitales en caso
de que fuera necesaria una intervención médica quirúrgica como una cesárea.―
 Efectivamente la normalización del parto natural pasa por un cambio de mentalidades, pero también por una cesión
de poderes. Para la mayorÃ-a de los médicos es ciertamente inquietante el hecho de perder el control en “su sala de
partos―, ya que en un parto menos intervenido, la figura del médico se hace menos necesaria de no ser por la posibilidad
de que se presenten complicaciones. La manera “tradicional― clÃ-nica de dar a luz es estando la mujer en posición
horizontal. La postura le resulta más cómoda al médico, mientras que la mujer sufre contraindicaciones por doquier.
Primeramente tienen que ver con la pura gravedad, y en cuanto a fisonomÃ-a, el cóccix, por ejemplo, tiende a
desplazarse hacia atrás cuando el bebé desciende por el cuello del útero, estando acostada la mujer, el cóccix se
presiona constantemente hacia delante, comprimiendo el propio cuello del útero, haciendo más difÃ-cil la expulsión, y
aumentando el Ã-ndice de desgarros. Muchas personas concluÃ-an en que resultarÃ-a, cuanto menos, curioso,
imaginarse al médico agachado, en una postura más bien incómoda, para recibir a un bebé cuya madre está de pie o
en cuclillas. Además la presencia de acompañantes tampoco es del gusto de muchos gineco obstetras, quienes
consideran que perturban el ambiente o incluso lo contaminan. No obstante, en las salas de parto “tradicionales―, existe
una iluminación exagerada, para que el médico pueda ver bien qué es lo que está haciendo, pero estudios revelan que
esta cantidad de luz ciega los sensibles y recién estrenados ojos de un bebé, entre otras cosas.
 Como comenta una integrante del CÃ-rculo MatrÃ-ztico Pincoyas “sentimos que es un tema que tiene que manejarse
también desde las mismas mujeres y desde la comunidad, hacia arriba, más que venga siempre desde los equipos de
salud.― Esto porque, sensibilizando a la gente y haciéndoles conocedores de sus derechos y posibilidades, tienen que
exigir que su parto sea como ellas quieren “cuando uno no maneja bien la información, entonces te pueden dar un
argumento que rebata tu petición, y si no sabes que puede haber otra alternativa, generalmente te conformas, entonces
finalmente es el médico quien decide cómo va a ser tu parto y no tú.―
 Desde este punto de vista se hace necesario informar a las personas de que existen otras maneras diferentes de hacer
las cosas, nada distantes de cómo las hacÃ-an tradicionalmente y que, en cierto modo, ponen en compromiso las
“técnicas modernas― que antaño las desacreditaron y que, de nuevo, dejan paso a la sabidurÃ-a ancestral y natural de
hacer las cosas. No olvidemos que estar embarazada no es una enfermedad, es un estado natural y que, durante miles
de años, la mujer tuvo sus hijos sin más ayuda que la de una partera que, generalmente, era de la familia o de la
comunidad. A esta idea le da sentido un vÃ-deo titulado “Abuelas Sanadoras de Chiloé―, que se reprodujo en este
encuentro y que muestra diferentes parteras y sanadoras del archipiélago de Chiloé contando sus experiencias pasadas
y explicando, entre otras cosas, cómo dejaron de asistir partos al sentirse perseguidas, amenazadas y acosadas por el
nuevo sistema de medicina occidental “biomédica― que arrasó por medio de sus modelos y programas soterrando cient
de años de sabidurÃ-a y cultura.
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