Ing Agr Eduardo M. Sierra Especialista en Agroclimatología

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Ing Agr Eduardo M. Sierra
Especialista en Agroclimatología
PERSPECTIVA AGROCLIMÁTICA PARA LA CAMPAÑA AGRÍCOLA 2010-2011
Ing. Agr. Eduardo M. Sierra
Especialista en Agroclimatología
2 de Agosto de 2010
“LA NIÑA” ALCANZARÁ UN DESARROLLO SUPERIOR AL PREVISTO INICIALMENTE
Durante la mayor parte del otoño y la primera parte del invierno, la temperatura de los Océanos que
rodean a Sudamérica descendió a una tasa considerable, determinando la aparición de una extensa zona
del Pacífico Ecuatorial con temperaturas inferiores a lo normal (Figura 1), que indica el desarrollo de un
episodio de “La Niña”.
“La Niña” constituye la fase fría del fenómeno de “El Niño Oscilación del Sur” (ENSO), encontrándose
asociada a un incremento de la intensidad de los vientos alisios ecuatoriales y a un enfriamiento del
Océano Pacífico Ecuatorial. Los episodios bien desarrollados producen lluvias por debajo de lo normal,
desde Noviembre hasta Marzo, en el sur del Brasil, el este del Paraguay, el Uruguay, el este de la Región
del Chaco, la Mesopotamia y la Región Pampeana. Por el contrario, el norte y el centro-oeste de
Sudamérica (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y el norte del Brasil), el NOA y gran parte de
Cuyo observan precipitaciones sobre lo normal.
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Al comienzo del proceso, las distintas fuentes científicas diferían considerablemente en cuando a la
posible intensidad del fenómeno.
Contribuyó a dichas divergencias el hecho de que los océanos continuaron mostrando amplias
extensiones con temperaturas superiores a lo normal, que provocaron una importante acción residual por
parte de “El Niño” 2009/2010 y un atraso en
la llegada de los efectos de “La Niña”
2010/2011.
Uno de los efectos de este atraso fueron las
temperaturas medias superiores a lo normal,
y la prolongada racha tardía de
precipitaciones, observadas en el margen
oriental del área agrícola nacional durante
Mayo, Junio y parte de Julio.
Este proceso generó un marcado contraste
hídrico entre el oeste y centro del área
agrícola nacional, que no recibieron lluvias
tardías, pasando rápidamente a mostrar
signos de sequía, y el margen oriental de la
misma, que continuó observando buenas
reservas de humedad (Figura 2).
Otros efectos importantes de este atraso en
la retirada de “El Niño” se observaron en
varias regiones agrícolas del Mundo:
 A pesar de estarse preparando un
episodio de “La Niña”, que traería
lluvias inferiores a lo normal, en
EE.UU., los cultivos de verano
continuaron completando su ciclo con buenas condiciones hídricas gracias a las lluvias aportadas
por la acción residual de “El Niño”.
 Por la misma causa, el verano europeo observó temperaturas y lluvias superiores a lo normal con
inundaciones en la cuenca del Danubio y otros ríos del este de ese continente, mientras que Rusia
y Kazakstán observaron una fuerte sequía.
 En la India, el comienzo de la estación lluviosa (monzón) observó cierto atraso.
No obstante, otras regiones muestran algunos efectos tempranos de la llegada de “La Niña”:
 China y el Sudeste Asiático observan precipitaciones superiores a lo normal.
 El área triguera de Australia recibió buenas lluvias en forma relativamente temprana.
 Las áreas agrícolas de Colombia y Venezuela observaron un comienzo temprano de su estación
lluviosa o “invierno”, que están ayudando a que se recuperen de la intensa sequía causada por “El
Niño” que afectó a la temporada anterior.
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 El Huracán Alex produjo un temprano inicio de la temporada con este tipo de eventos.
No obstante, durante Junio y Julio, el desarrollo de “La Niña” se fue haciendo cada vez más evidente,
sobre todo en lo referente al inicio de una serie de irrupciones de aire polar, cada vez más fuertes, que
provocaron intensas heladas y fuertes tormentas cordilleranas, con nevadas en toda el área cordillerana,
desde Ushuaia hasta Salta, incluyendo el norte de La Patagonia y el sur y el oeste de la Región
Pampeana.
Debido a este crecimiento del fenómeno, las estimaciones fueron haciéndose cada vez más convergentes,
al mismo tiempo que se fue haciendo evidente que el episodio en marcha está destinado a alcanzar un
desarrollo superior al previsto inicialmente.
Al momento de escribirse estas líneas, el Servicio Meteorológico Australiano (Australian Bureau of
Meteorology), la Administración Nacional de la Atmósfera y el Océano de los EE.UU. (NOAA) y el Centro
Europeo de Pronóstico a Mediano Plazo (ECMRWF) coinciden en anunciar el desarrollo de un episodio de
“La Niña” de vigor elevado (Figura 3), cuya duración podría extenderse hasta el comienzo del otoño de
2011.
De concretarse este pronóstico, podría volver a registrarse un episodio doble de “La Niña”, que afectaría a
las campañas agrícolas 2010/2011 y 2011/2012, observando un desarrollo similar al que afectó
consecutivamente a las campañas agrícolas 2007/2008 y 2008/2009.
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PERSPECTIVA TÉRMICA PARA LA CAMPAÑA 2010/2011
Debido a que el área ecuatorial sudamericana se encuentra afectada por un proceso de calentamiento, lo
vientos del norte provocarán lapsos prolongados con temperaturas superiores a lo normal, generando una
elevada evapotranspiración que, de no tomarse medidas efectivas, consumirá rápidamente las reservas de
humedad de los suelos.
Los lapsos con temperaturas superiores a lo normal serán interrumpidos periódicamente por irrupciones de
aire frío, procedentes del sudoeste, que provocarán fuertes nevadas sobre el área cordillerana, siendo
probable que los episodios más vigorosos logren hacer sentir sus efectos hasta el área agrícola nacional,
causando algunas nevadas y heladas invernales intensas.
Este proceso provocará cierto atraso en el final de las heladas primaverales (Figura 4), que podría poner
en riesgo a la etapa final de los cultivos de invierno y a la etapa inicial de los de verano. Es posible que la
acción residual de “El Niño” que afectó a la campaña precedente, compense en alguna medida la presión
de “La Niña”, haciendo que este atraso se ubique en valores moderados: 20 días, en el oeste del área
agrícola, y 10 días, en el este.
Por su parte, el otoño 2011 podría registrar un adelanto en el inicio de la temporada de heladas, que
podría perjudicar la etapa final de los cultivos de verano de ciclo tardío. Debido a que, en este momento,
“La Niña” 2010/2011 estará completando su ciclo sin que medien otros efectos compensadores, es
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probable que el adelanto del comienzo de las heladas sea considerable, ubicándose entre 30 días, en el
oeste, y 20 días, en el este (Figura 4).
Estos riesgos serán mayores en el oeste del área agrícola nacional debido a las frecuentes entradas de
aire polar asociadas a las tormentas cordilleranas, cuya frecuencia se ha incrementado considerablemente
durante los últimos años.
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PERSPECTIVA HÍDRICA PARA LA CAMPAÑA 2010/2011
Condiciones de partida:
El episodio de “El Niño 2009/2010) tuvo un desarrollo muy particular, que dejó un panorama hídrico muy
contrastante (Figura 5).
A pesar de tratarse un fenómeno que suele traer precipitaciones superiores a lo normal, la Región del
Chaco y el oeste y sudoeste de la Región Pampeana, registraron valores erráticos y algo escasos, que
dejaron un saldo de faltantes de humedad, que constituye un obstáculo considerable para el inicio de la
campaña 20010/2011.
Por su parte, el NOA y la Región de Cuyo, que en los episodios de “El Niño” observan precipitaciones
inferiores a lo normal, sufrieron una moderada sequía que dejó un balance hídrico negativo en los suelos.
Contrariamente, el este de la Región del Chaco, la Mesopotamia y el centro y el este de la Región
Pampeana fueron beneficiado por lluvias, que si bien comenzaron en forma algo tardía, posteriormente se
hicieron parejas y abundantes, dejando buenas reservas de humedad, que favorecen el arranque de la
campaña 2010/2011.
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Evolución probable durante el invierno del Hemisferio Sur 2010:
A medida que se instale “La Niña”, las precipitaciones irán disminuyendo gradualmente en la mayor parte
de la Región del Chaco, la Mesopotamia y la Región Pampeana.
Aunque, durante los episodios de “La Niña”, el NOA y la Región de Cuyo observan precipitaciones sobre lo
normal, el invierno es su estación seca, por lo que tampoco recibirán aportes hídricos.
Por estas causas, hacia el final del invierno del Hemisferio Sur de 2010, el estado de humedad de los
suelos observará una disminución del área con buenas condiciones hídricas, al mismo tiempo que se
incrementará el área con distintos niveles de falta de humedad (Figura 6).
Sólo la Cordillera Sur y Central aumentará sus reservas de humedad edáfica gracias a las fuertes
tormentas invernales que se esperan.
Evolución probable durante la primavera del Hemisferio Sur 2010:
Cuando se produzca el comienzo de la primavera, “La Niña” se encontrará bien desarrollada y en pleno
control del sistema climático, provocando un atraso y una moderada disminución de las precipitaciones
sobre la mayor parte de la Región Pampeana, la Mesopotamia y la Región del Chaco.
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Este proceso, unido a la elevada evapotranspiración que será causada por las temperaturas medias algo
superiores a lo normal que se esperan, provocarán la disminución de las reservas de humedad de los
suelos en la mayor parte de la Región del Chaco, la Región Pampeana y la Mesopotamia, causando el
aumento de los déficits hídricos en el oeste del área, y disminuyendo la extensión de las tierras con
buenas condiciones, en el este (Figura 7).
Una de las pocas excepciones a esta regla será la zona del entorne de Río IV (Córdoba) donde el relieve
elevará las masas de aire, provocando precipitaciones locales (Figura 7). Otro caso será el de la zona de
Charata (Chaco).
El NOA y Cuyo comenzarán a observar precipitaciones algo superiores a lo normal, que empezarán a
reponer las reservas de humedad de los suelos (Figura 7), aunque el proceso será acompañado por
tormentas localizadas severas, con granizo y vientos. La zona de Cuyo registrará el riesgo de desbordes
de los ríos debido al derretimiento de los extensos campos de nieve que se formarán durante el invierno
precedente.
Al comienzo de la primavera, la Cordillera Sur y Central observará las últimas tormentas de la temporada
pero, hacia fines de la primavera, sus reservas hídricas se habrán reducido considerablemente.
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Evolución probable durante el verano del Hemisferio Sur 2011:
Debido a que “La Niña” alcanzará su máxima intensidad en forma tardía, el régimen hídrico estival será
considerablemente perturbado.
Hacia mediados del verano, los fuertes calores provocarán una elevada evapotranspiración que, unida a
una moderada disminución de las precipitaciones, provocarán la disminución de las reservas de humedad
en la mayor parte de la Región Pampeana, la Mesopotamia y la Región del Chaco, provocando la etapa
crítica de la temporada (Figura 8).
La zona del entorne de Río IV (Córdoba) conservará sus reservas de humedad un poco mejor que el resto,
gracias a que relieve elevará las masas de aire, provocando precipitaciones locales (Figura 8), sucediendo
algo similar con la zona de Charata (Chaco)..
Mientras tanto, el NOA y Cuyo observarán precipitaciones superiores a lo normal, con tormentas
localizadas severas con riesgo de granizo y vientos, que provocarán numerosas situaciones de exceso,
con riesgo de desbordes de los ríos y anegamientos de los terrenos bajos.
Algunas de estas tormentas podrían extender su acción hacia el oeste de la Región del Chaco,
provocando anegamientos localizados.
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Por su parte, la Cordillera Sur y Central pasará por su temporada seca, debido a la ausencia de lluvias que
caracteriza al verano de esa región.
A partir de mediados del verano, las precipitaciones tenderán a asumir valores más cercanos a lo normal,
al mismo tiempo que las temperaturas se moderarán.
Gracias a este proceso, las reservas de humedad la mayor parte de la Región Pampeana, la Mesopotamia
y la Región del Chaco se recuperarán parcialmente, aunque sin lograr retornar a sus niveles normales
(Figura 9).
Por su parte el NOA, el oeste de la Región del Chaco y Cuyo verán disminuir el riesgo de tormentas
intensas, por lo que también evolucionarán hacia un estado más cercano a lo normal (Figura 9).
Paralelamente, la Cordillera Sur y Central pasará por su momento más seco, al completarse el
derretimiento de los campos de nieve.
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PERSPECTIVA DE RIESGOS AGROCLIMÁTICOS PARA LA CAMPAÑA 2010/2011
En lo que hace al panorama de riesgos puede esperarse lo siguiente (Figura 10):
 Baja incidencia de tormentas severas, con granizo vientos, en la Región Pampeana, la Región del
Chaco y la Mesopotamia, pero elevado riesgo de esta adversidad en el NOA y Cuyo y el norte de
la Mesopotamia, donde la presencia de esta adversidad podría ser elevada.
 Moderada incidencia de heladas tardías (primavera de 2010) y moderada a alta incidencia de
heladas tempranas (otoño de 2011).
 Excesos hídricos en el NOA y norte de la Mesopotamia.
 Moderada a alta incidencia de sequía en el margen occidental de la Región Pampeana.
 Incendios de campos en el oeste de la Región Pampeana y el este de Cuyo.
Por último, debe remarcarse que la presente perspectiva es provisoria y que será necesario irla ajustando
a medida que se cuente con indicadores más certeros.
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CONCLUSIÓN
En el centro y el este de la Región Pampeana, la Mesopotamia y el este de la Región del Chaco, el
proceso agroclimático que tuvo lugar durante la campaña agrícola 2009/2010 dejó reservas hídricas que
darán condiciones favorables para la implantación de la cosecha fina 2010 y, si se las administra con
cuidado, facilitarán la siembra de la cosecha gruesa 2010/2011.
En cambio, el panorama para el oeste de la Región Pampeana y el oeste de la Región del Chaco es de
cuidado, ya que están empezando la campaña con reservas hídricas escasas, siendo difícil que las
precipitaciones que se esperan durante los próximos meses sean suficientes para reponerlas.
Por su parte, el NOA y la Región de Cuyo atravesarán una temporada con precipitaciones superiores a lo
normal, pero que serán acompañadas por un elevado riesgo de tormentas severas, con granizo vientos,
con peligro de desbordes de los ríos, inundaciones y deslizamientos de tierras.
Además, se presentará el riesgo de que las actividades productivas de la campaña agrícola 2010/2011
consuman el agua disponible en gran parte del área agrícola, dejando una situación final en la que
predominarán los déficits hídricos, complicando el inicio de la campaña 2011/2012.
Por lo tanto, será aconsejable diseñar un planteo productivo acorde con la situación de partida y la
evolución prevista, a fin de lograr los mejores resultados posibles durante la campaña agrícola 2010/2011
y arribar al inicio de la . campaña 2011/2010 con reservas suficientes como para poder llevar a cabo la
implantación de los cultivos de invierno de esa temporada.
En caso de que la evolución de los próximos meses confirme la posibilidad de que la campaña agrícola
2011/2012 observe los efectos de un segundo episodio consecutivo de “La Niña” será conveniente prever
las medidas necesarias para mitigar los efectos de esta contingencia.
Buenos Aires, 2 de Agosto de 2010
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