CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA ELECTORAL CUBANO

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CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA ELECTORAL CUBANO
Principios básicos sobre los que se sustente el Sistema Electoral cubano:
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Existencia de un solo poder: el poder del pueblo. Poder que es ejercido directamente o por
medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas se
derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las Leyes.
El Poder Popular se estructura como un sistema,
En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del
Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y
demás órganos del Estado que de ellas se derivan, en la forma y según las normas fijadas por
la Constitución y las leyes.
Todos los órganos representativos del poder del Estado son electivos y renovables.
Las masas populares controlan la actividad de los órganos estatales, de los diputados, de los
delegados y de los funcionarios.
Las disposiciones de los órganos estatales superiores son de obligatorio cumplimiento para los
inferiores.
Los órganos estatales inferiores responden ante los superiores y le rinden cuenta de su gestión.
La libertad de discusión, el ejercicio de la crítica y la autocrítica y la subordinación de la minoría
a la mayoría rige en todos los órganos estatales colegiados.
El Sistema Político incorpora, como elemento principal, las formas de democracia directa y
participativa al carácter inevitablemente representativo que debe tener la institucionalización de
una democracia moderna.
Como medio de legitimación de los gobernantes, el desafío de cualquier Sistema Electoral es
mejorar la representación sin arruinar la gobernabilidad, por ello la relación elector-elegido debe
ser una constante no solo en el momento electoral, sino durante el transcurso de su gestión.
De acuerdo con sus objetivos, las características específicas de los sistemas electorales responden
a las siguientes interrogantes : ¿quiénes pueden votar?; ¿quiénes pueden ser votados?; ¿de
cuántos votos dispone cada elector?; ¿cómo pueden y deben desarrollarse las campañas de
propaganda?; ¿cuántos representantes se eligen en cada demarcación electoral?; ¿cómo se
determinan y delimitan las circunscripciones electorales?; ¿quiénes y cómo deben encargarse de
organizar los comicios?; ¿cómo deben emitirse y contarse los votos?; ¿cuántas vueltas electorales
pueden y/o deben realizarse para determinar al ganador?; y, por último, ¿cómo se resuelven los
conflictos que puedan presentarse?.
Intentando una caracterización del Sistema Electoral cubano, se deberá tener en cuenta
primeramente que el sistema es de tipo mayoritario, de mayoría absoluta, lo que contribuye
conforme a las particularidades del sistema político cubano, a la unidad de decisión y a la
estabilidad gubernativa.
De acuerdo a lo establecido en la Constitución de la República y la Ley Electoral, gozan de derecho
al sufragio activo y pasivo los ciudadanos que hayan cumplido 16 años de edad y reúnan los
requisitos establecidos por la ley y la Constitución, salvo para ser elegido como diputado, para lo
que se requiere tener 18 años. No pueden ejercer el derecho al sufragio activo los incapacitados
mentales, previa declaración judicial de su incapacidad; los sancionados a privación de libertad,
aun cuando se encuentren disfrutando de libertad condicional, licencia extrapenal o gozando de
pase; los que se encuentren cumpliendo una sanción subsidiaria de la privación de libertad; los que
hayan sido sancionados a privación de sus derechos políticos, durante el tiempo establecido por
los tribunales, como sanción accesoria, a partir del cumplimiento de su sanción principal.
Están inhabilitados para ejercer un cargo público electivo y, en consecuencia, no serán elegidos,
los ciudadanos que estén incapacitados para ejercer el derecho de sufragio activo.
2
El referido derecho se ejerce de forma libre, igual, directa y secreta, es un derecho constitucional y
un deber cívico que se realiza de manera voluntaria, a través de votos preferenciales o múltiples.
Las elecciones, como es conocido no son solamente el acto de emitir el voto. Son también un
proceso, un conjunto de actos relacionados que se suceden unos a otros. En Cuba la Ley Electoral
regula dos tipos de procesos: el general y el parcial; ellos imprimen características particulares al
sistema en su conjunto: quién nomina, así como, los tipos de candidaturas y de listas, difieren en
cuanto a modalidad, según se trate de uno u otro proceso.
En los procesos parciales donde se eligen a los delegados municipales, el sistema es de
circunscripción uninominal, de mayoría simple y a una sola vuelta, aunque puede darse una
segunda vuelta cuando ninguno de los candidatos ha alcanzado el 50% de los votos válidos
emitidos; mientras que para las elecciones de delegados provinciales y diputados a la Asamblea
Nacional del Poder Popular, parte esencial de las elecciones generales, el sistema es de distrito
plurinominal, de mayoría simple y a una sola vuelta.
La célula básica de toda la estructura de conformación del Poder Popular cubano es la
circunscripción, cuya concepción y funcionamiento convergen esencialmente en la figura del
delegado. La circunscripción no es un órgano del Poder Popular. No constituye una instancia
intermedia a los fines de la división político- administrativa. No dispone de estructuras
administrativas subordinadas.
Es una división electoral del Municipio a los efectos de la organización de las elecciones en su
territorio. En cada circunscripción se elige un Delegado para integrar la Asamblea Municipal del
Poder Popular.
En la circunscripción electoral la máxima autoridad no la tiene el delegado elegido, sino el conjunto
de los electores: son éstos los que le otorgan el mandato para que los representen, son los que
pueden revocarlo en cualquier momento, cuando su actuar se aleje de los intereses que
representa. Por ello, es el delegado el que rinde cuentas ante los electores.
El número de circunscripciones electorales del Municipio se determina para cada elección por la
Comisión Electoral Provincial, a propuesta de la Comisión Electoral Municipal respectiva.
Fases del proceso electoral:
El proceso electoral se inicia con la Convocatoria que libra el Consejo de Estado y con la
designación por éste de la Comisión Electoral Nacional, que está integrada por un Presidente, un
Vicepresidente, un secretario y 14 vocales. Esta Comisión Nacional designa a las provinciales y así
sucesivamente. La organización y supervisión del proceso electoral está a cargo de las Comisiones
electorales formadas en los diferentes niveles en que se estructura el territorio a los fines
electorales, es decir, nacional, provincial, municipal, distrital y de circunscripción.
Las Comisiones Electorales, tienen entre sus funciones validar los escrutinios, además,
desempeñan un significativo rol, al no existir tribunales electorales1 en el país, pues son ellas las
encargadas de resolver las reclamaciones que se interpongan por presuntas violaciones de
derechos electorales. Actúa también como instancia superior cuando las lesiones son producidas
por Comisiones Electorales inferiores, salvo en el caso de la Comisión Electoral Nacional, que
tramita y resuelve como única instancia las reclamaciones contra sus propias decisiones.
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La Ley Electoral 72/92 regula en el Título II la Jurisdicción electoral en la cual se establece que las Comisiones
electorales tramitan y resuelven las reclamaciones contra acuerdos. Ver art. 21j), 24 c) 26 k).
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En cada circunscripción se elige un delegado para integrar la Asamblea Municipal del Poder
Popular. El número de circunscripciones electorales del Municipio se determina para cada elección
por la Comisión Electoral Provincial, a propuesta de la Comisión Electoral Municipal respectiva.
La Ley Electoral prevé que, en casos necesarios, se pueden constituir circunscripciones electorales
especiales para los residentes permanentes en unidades militares y excepcionalmente en
internados escolares e, igualmente, para quienes por razón de la labor que realizan deban
permanecer por tiempo prolongado en lugares del territorio nacional distintos al de su domicilio.
En cada Circunscripción Electoral, de acuerdo con el número de electores, se crean tantos
Colegios Electorales como resulten necesarios, cuidando siempre que estén cerca del lugar de
residencia de los electores y que abarquen, como máximo a 350 electores.
En cada Colegio Electoral se constituye una Mesa Electoral el día de las elecciones, compuesta
por un Presidente, un Secretario, un vocal y dos suplentes, designados por la Comisión Electoral
de Circunscripción.
A la creación de las Comisiones electorales y determinación de las circunscripciones electorales, le
sucede como fase, la nominación de los candidatos. Cada dos años y medio en los procesos
parciales, se realiza la nominación de los candidatos a delegados por circunscripción o municipales
mientras que la nominación de los candidatos a delegados a la Asamblea Provincial y de
diputados2 a la Asamblea Nacional del Poder Popular se efectúa cada 5 años.
En el primero de los casos la nominación se desarrolla a partir de la proposición directa de los
electores, reunidos en las áreas de nominación3 en las que a tales efectos se dividen las
circunscripciones electorales. Para dar cumplimiento a esta fase del proceso, las circunscripciones
se dividen en áreas para nominar candidatos, las que no pueden exceder de 8, ni ser menos que
2, para que se posibilite la formación de una candidatura abierta de no menos de dos propuestas y
hasta de 8 candidatos. De esta forma se propicia la selección de un delegado por cada
circunscripción a la Asamblea Municipal entre todos los candidatos propuestos en la misma. La
elección del representante municipal se fundamenta en un principio de carácter territorial. El
mandato que reciben es de carácter imperativo.
La nominación de los delegados provinciales y diputados nacionales, se desarrolla una vez
constituidas las Asambleas Municipales y la realizan las propias Asambleas Municipales del Poder
Popular, a partir de las propuestas elaboradas por las Comisiones de Candidaturas.
Las Comisiones de Candidaturas están integradas por un representante de la Central de
trabajadores de Cuba, quien las preside, y representantes de los Comité de Defensa de la
Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas, de la Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños, de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media y de la Enseñanza Superior,
los que son designados por las direcciones nacionales, provinciales y municipales respectivas.
El sistema político cubano es monopartidista y se distingue porque el Partido no es sujeto activo del
proceso electoral; no postula los candidatos, no tiene representación en la comisión que tiene por
objeto la nominación de candidatos a delegados provinciales y diputados. Las organizaciones que
integran la Comisión de Candidaturas tampoco son sujetos electorales; al conformarla, se posibilita
2
Ver: Ley Electoral 72/92 art. 13 párrafo 2, 3, y 4 establece que el número de delegados provinciales debe ser 75 como
mínimo y la proporción es de 1 por cada 10 000 habitantes. El art. 4 párrafo 1 y 2 establece para los diputados una
proporción de 1 por cada 20 000 o fracción mayor de 10 mil habitantes.
3
Ver Ley Electoral 72/92, art. 68. Estas áreas de nominación se distribuyen territorialmente. La ley establece la
existencia de las áreas y circunscripciones y son las Comisiones Electorales Nacional y Provincial las que las determinan
y delimitan territorialmente.
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la participación activa de todos los sectores populares, aunando la pluralidad de intereses y
fortaleciendo el papel de la sociedad civil, en la reproducción del consenso.
Las proposiciones para delegados provinciales y diputados se preparan por las Comisiones antes
mencionadas a nivel provincial y nacional, teniendo en cuenta las propuestas que a su vez han
elaborado las comisiones de candidaturas municipales, así como las propias.
En la formación de las candidaturas a estos niveles, los precandidatos se seleccionan entre
delegados municipales propuestos por las Comisiones de Candidaturas municipales, en una
cantidad no mayor del 50% del total de los propuestos; a partir de ciudadanos propuestos por las
Comisiones de Candidaturas municipales y provinciales, así como de los propuestos por la
Comisión de Candidatura Nacional, cuando se trate de precandidatos a diputados.
Para lograr la consolidación de los objetivos de los diferentes sectores sociales, es necesario que
exista una amplia y diversificada representación en las Asambleas, para lo cual la composición del
órgano debe ser el resultado de un concienzudo trabajo previo que realizan las Comisiones de
Candidaturas a todos los niveles.
Para conformar las candidaturas, las respectivas comisiones consultan el parecer de instituciones,
organizaciones de masas, centros de trabajo y conocen de los criterios de los delegados de las
Asambleas Municipales. En ocasiones las propuestas coinciden con los dirigentes de las
instituciones y organizaciones de masas que proponen, lo que provoca que la composición de las
Asambleas tienda a la representación de estructuras y de lugar a una interpretación equivocada en
relación con el carácter corporativo que parece tener. Los integrantes de las asambleas no
representan los sectores o estructuras de donde provienen, sino a todo el electorado.
Los candidatos a delegados provinciales o diputados, pueden ser propuestos y nominados por
municipios diferentes a los que residen y laboran, bajo el concepto de la representación de la
provincia o de la Nación y no del sector que los propuso o grupo poblacional que los eligió; el
mandato que reciben es de carácter representativo.
El criterio de selección es eminentemente proporcional, aunque no es absoluto, porque la ley fija
una cifra mínima de delegados provinciales o de diputados a elegir en el caso de que el número de
habitantes sea menor a la proporción establecida.
Los candidatos a delegados provinciales y a diputados,- tantos como le corresponde al municipio
elegir para cada nivel-, son nominados por las Asambleas Municipales a través de la aprobación de
los propuestos. La Asamblea está facultada para rechazar a uno o a todos los propuestos por la
Comisión de Candidatura, por votación a mano alzada, sin que pueda introducir o nombrar a otro
precandidato. La propuesta de precandidato es atribución exclusiva de la Comisión de
Candidaturas, la que no debe ser menor al doble de la cifra de delgados provinciales y de
diputados que debe elegir cada municipio para que puedan sustituirse a falta de aprobación.
De lo anterior resulta una candidatura única o cerrada y plural, en proporción a la cantidad de
habitantes del municipio.
Una vez nominados los candidatos a delegados provinciales y diputados por las Asambleas
Municipales, se inicia la propaganda electoral, que no contiene exposición de programas de
gobierno, ni de posiciones políticas contradictorias, consiste en la divulgación de las condiciones
personales, el prestigio y la capacidad para servir al pueblo que tienen los candidatos. Los
candidatos puedan intercambiar opiniones con los trabajadores y pueblo en general en
conferencias y visitas a centros de estudio y/o trabajo. Ha sido práctica de las últimas elecciones
que los candidatos más conocidos por razón de su cargo, su quehacer artístico, etc, presenten al
resto de los candidatos en actos públicos, para que todos estén en igualdad de condiciones.
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Es importante significar que el hecho de que en el proceso electoral cubano no se admita la
divulgación de programas de gobierno, se debe a que los elegidos por sí solos no constituyen
poder, no pueden individualmente adoptar medidas o actos de poder, este deviene del órgano en
su conjunto. Además, la ausencia de partidos electorales, así como la idea central de la defensa de
lo conquistado por la Revolución, propician la existencia de un programa común.
En cuanto a las boletas electorales, también difiere el sistema cubano de la práctica universal. Las
boletas no tienen recuadros por partidos, se confeccionan teniendo en cuenta las instancias a
elegir, es decir, existen boletas para elegir delegados a las Asambleas Municipales por cada
circunscripción, para delegados provinciales por cada municipio y de igual forma para diputados.
Es exigencia general en la confección de las boletas, la ubicación del candidato por el orden
alfabético del primer apellido, lo que propicia paridad entre ellos e impide la manipulación de la
voluntad, al no influirse en la psiquis del elector, ni imponerse una preferencia determinada.
En el caso de la elección de los delegados provinciales y diputados, las boletas son de lista
cerrada. Aparecen en las mismas, como ya hemos expuesto, tantos candidatos como corresponda
a cada municipio elegir, conforme al criterio proporcional previsto legalmente; pero no bloqueadas,
pues el elector puede votar por todos o por alguno de ellos; lo que las diferencia de las boletas
previstas para la elección de delegados municipales, que pueden considerarse abiertas, teniendo
en cuenta el carácter preferencial o selectivo del voto, aun cuando no es posible la introducción de
nombres nuevos. Resultarán electos en ambos casos, los que obtengan más del 50% de los votos
válidos emitidos.
La votación, uno de los actos que propicia el ejercicio directo de la democracia, es una de las fases
más importantes de cualquier proceso electoral. Se fundamenta en Cuba, a partir de los principios
universalmente reconocidos del voto, es decir, se caracteriza por ser libre, igual, secreto y directo.
Es libre en tanto es un derecho subjetivo, no entraña obligatoriedad jurídica, aunque sí moral, por
cuanto el sistema está estructurado de manera tal que el ciudadano cívicamente se involucra. Las
organizaciones de masas convocan a sus miembros a participar, como una vía lógica de
imbricación del sistema político con la sociedad civil, ya que el voto es consagrado constitucional y
legislativamente con carácter voluntario.
El voto es igual, teniendo en cuenta que todo ciudadano tiene derecho a un solo voto y con igual
valor, sin tener en cuenta raza, creencia religiosa, color de la piel, posición política; que se
garantiza por el hecho de ser la emisión de la voluntad, un acto secreto. Este último es un requisito
sine qua non para la existencia democrática, que posibilita la emisión de la voluntad sin presiones
externas.
Para elegir los delegados por circunscripción, el voto es de tipo preferencial, por la selección que
conlleva la elección de un candidato de los que presenta la boleta, y nominal por el ejercicio del
voto hacia un candidato individual. Para la elección de los delegados provinciales y diputados, por
su parte, se presentan dos opciones: el voto nominal, si se vota sólo por algunas de las propuestas,
o el voto unido, si se vota por la lista de los propuestos en conjunto. En este tipo de proceso, el
voto no tiene carácter preferencial en ningún de los dos casos apuntados.
El voto es individual y tiene como única condición, el cumplimiento de los requisitos que establece
la Ley. Los referidos requisitos se encuentran regulados en la Constitución de la República y en
la Ley Electoral 72 de 1992, que amplía los requisitos constitucionales a la residencia permanente
en el país, por un período determinado, en dependencia sea el sufragio activo o pasivo.
Para elegir las presidencias de las Asambleas, a todos los niveles, se efectúa la elección de forma
indirecta por los miembros de las respectivas Asambleas luego de constituidas. No se elige de
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forma directa el Consejo de Estado, ni a su presidente, tomándose en consideración que es un
órgano de la Asamblea Nacional y a ella le corresponde su elección.
Fase esencial del proceso electoral es el escrutinio; acto mediante el cual se realiza el conteo de
los votos emitidos. Es la fase que permite conocer los resultados de la votación. Se efectúa
inmediatamente después de la votación, debe ser pública y reclamable ante las Comisiones
Electorales correspondientes, como ya se apuntó.
El escrutinio comienza por el conteo de las boletas depositadas en las urnas electorales. Se realiza
el cotejo con el número de boletas que fueron entregadas a los electores y con el número de
electores del padrón oficial, luego se separan las boletas en blanco de las votadas y no se tienen
en cuenta las primeras en el escrutinio, por considerarse que no existe en ellas manifestación de
voluntad, respecto a los candidatos nominados.
Hecha esta distinción inicial, se da lectura a las boletas, determinándose por la mayoría de votos
de los integrantes de la mesa del Colegio Electoral cuáles son las boletas nulas. La ley califica
como tales, aquellas en las cuales no pueda determinarse la voluntad del elector. En la práctica se
asume como nulas las boletas que tengan tachaduras, enmiendas, nombres añadidos. Estas
últimas tampoco se contabilizan a los efectos de la cantidad de votos que obtiene cada candidato.
La nulidad de cada una de las boletas, debe certificarse por el Presidente de la mesa electoral,
relacionándose las causas que motivan tal nulidad.
Se publica el dato en los informes estadísticos como parte de los resultados electorales, ya que la
nulidad de una boleta puede significar no sólo error, sino también inconformidad con la candidatura
propuesta, siendo además útil al realizarse los análisis socio políticos de las elecciones.
De todo lo anteriormente descrito se evidencia que el sistema electoral cubano, aunque en
cualquier caso es mayoritario, no tiene características uniformes para los distintos tipos de
procesos que la Ley establece (Parciales y Generales). Para el primero como ya apuntamos el
sistema es de circunscripción uninominal, de mayoría simple y a una sola vuelta, aunque puede
darse una segunda vuelta, mientras que las elecciones de delegados provinciales y diputados, el
sistema son de distrito plurinominal, de mayoría simple y a una sola vuelta.
Algunos elementos esenciales que caracterizan la democracia del sistema electoral cubano:
1. En los procesos parciales los electores postulan a sus candidatos. El derecho de proponer a
los candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular se ejerce en
asambleas generales de electores en áreas de una circunscripción electoral, de la que
aquellos sean electores.
2. El Registro de Electores se organiza en cada municipio, en él se inscriben de forma
automática (sin necesidad de hacer trámites personales) todo los ciudadanos con capacidad
legal para votar. Es un derecho que tienen los ciudadanos, que garantiza que todos los
electores puedan ejercer su derecho al voto.
3. Los candidatos no pueden realizar ninguna actividad a favor de su candidatura, pues esta
función es exclusiva de las Comisiones Electorales. Las Comisiones Electorales de
Circunscripción se encargan de divulgar las fotografías y las biografías de todos los
candidatos, para ello las sitúan en lugares públicos, donde exista afluencia de la población.
4. Las Comisiones de Candidaturas Nacional, Provinciales y Municipales se integran por
representantes de las organizaciones que articulan la sociedad civil cubana.
5. Los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y demás miembros de los institutos
armados gozan del derecho a elegir y ser electos.
6. El Partido no propone, no nomina, ni promueve candidatos.
7. Los gastos de las elecciones son asumidos por el Presupuesto del Estado.
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