Proyecto FPA CONAMA – Caleta Sur – Vínculos

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Proyecto FPA CONAMA – Caleta Sur – Vínculos
“Sensibilización y Educación Ambiental en el Uso Eficiente de Leña Seca”
Análisis de resultados encuesta a hogares de las localidades de Piedra Azul y
Lenca, de la Carretera Austral, región de Los Lagos.
Ejecuta:
Financia:
Colaboran:
PUERTO MONTT, 2008
Introducción
Durante el proyecto “Sensibilización y Educación Ambiental en el Uso Eficiente de Leña
Seca”, realizado por ONG Vínculos y financiado por el FPA 2008 de la CONAMA, en las
comunidades rurales de Piedra Azul y Lenca de la comuna de Puerto Montt, las que se
ubican en el tramo inicial de la Carretera Austral, donde se consideró la aplicación de una
encuesta de hogares a nivel de ambas localidades para determinar las características
sociodemográficas del grupo de análisis, a fin de precisar las condiciones en que viven,
las características de su grupo familiar y sus hábitos de consumo de leña.
Considerando que en ambos sectores residen aproximadamente cuatro mil personas (en
promedio 1.000 hogares), la encuesta aplicada a 88 hogares representa el 8,8% del
universo de análisis. Para la selección de la muestra se utilizó un método aleatorio,
aplicándose una encuesta de 24 preguntas semiestructuradas.
Cabe señalar que el sondeo señalado no tiene antecedentes previos similares, por lo que
no es factible comparar resultados y sólo es posible realizar un proceso de análisis sobre
el mismo estudio.
En consecuencia, se puede observar lo siguiente:
El promedio de edad de los encuestados es de 45 años, lo que muestra una población
relativamente adulta. El menor de los entrevistados tiene 15 años edad, mientras que el
mayor tiene 73 años.
Como promedio, se establecen 4 personas por familia, en casas de 4 a 5 habitaciones,
variando entre 2 - 3 adultos y 1 - 2 niños, dependiendo del caso. La superficie construida
es de aproximadamente 70 m2, lo que permite pensar en espacios amplios para
calefaccionar, por lo que un 66% de los encuestados mantiene encendido algún artefacto
a leña durante todo el día, principalmente la cocina.
Respecto del consumo de leña, sólo un 46% utiliza leña seca, mientras que el 19%
declara que la consume húmeda y un 35% asevera que la utiliza estando verde.
En cuanto a la cantidad, el consumo promedio mensual familiar es de 11,2 varas
mensuales, equivalente a un gasto de $30.007. Sólo un 19,3% declara que la leña es
generada desde sus propios predios, mientras que el 80,7% la compra a terceros.
Sus proveedores son, en un 58,6% de los casos, sus vecinos, seguido por el comercio
minorista de otros proveedores particulares, tales como leñerías. Al respecto cabe señalar
que un 54,5% indica conocer el origen del producto, mientras un 45,5% lo ignora. Sólo un
28,5% asegura que el producto proviene de un bosque con plan de manejo.
Sobre sus hábitos de acopio, el 75,9% acumula leña, contra un 24,1% que no lo hace.
Para ello la época preferida es el verano, ya que el 71,2% utiliza la temporada estival
para guardar leña y optimizar su uso en invierno. Un 13,6% acopia durante todo el año,
mientras que un 12,1% lo hace en invierno y un 3% en otoño.
Al consultar sobre el tipo de leña, un 66,4% indica que opta por la broza, el 16% por la
luma, el 10,4% por el ulmo y el 7,2% por el tepú. Esta elección, sin embargo, no está en
directa relación con la evaluación sobre la calidad del producto, ya que ante la pregunta
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¿cuál es la mejor leña?, la broza sólo obtiene un 9,1% de preferencias, mientras el 56,8%
afirma que es la luma, el 23,9% asevera que es el tepú y el 10,2% menciona al ulmo.
Las razones para esta preferencia la manifiestan al justificar su elección, pues quienes
optan por la luma argumentan que “calienta mejor y da más calor”, tiene mayor duración,
produce más brasas, arde más rápido y es más barata. El tepú y el ulmo tienen razones
similares (el primero se considera de mayor poder calorífico, mientras que el segundo es
evaluado con un buen productor de brasas) y sólo la broza se elige por razones
mayoritariamente económicas.
En cuanto al uso, el 66% afirma que la consume durante todo el día, mientras el 13,2%
asevera que la usa sólo para cocinar y un 20,8% sólo para calefacción.
Al ahondar sobre su conocimiento de la leña seca, el 88,9% indica que ésta es la mejor
para la combustión, mientras sólo un 11,1% indica que es preferible la húmeda o verde.
Por ello un 77% afirmó que compraría leña seca de existir en el comercio local y un 61,4%
aseveró que optaría por leña certificada. Cabe destacar que entre quienes optan por la
leña húmeda, la motivación principal es el ahorro (afirman que la leña seca es más cara) y
la mayor duración de la leña verde durante la combustión. Por su parte, los que prefieren
la leña certificada lo hacen porque la consideran de mejor calidad, menos contaminante,
con precios regulados y con mayor control para evitar la tala indiscriminada de bosques.
Finalmente, en cuanto a su imagen de la leña como negocio, el 66,7% la considera una
buena alternativa económica, donde el comercializador es considerado (en un 62,9% de
los casos) como el principal beneficiario de esta actividad lucrativa.
Análisis de resultados
La población de la Carretera Austral depende principalmente de la leña como medio de
sustento. Ello, porque su explotación genera ingresos para sus familias, al tiempo que es
el combustible mas utilizado para cocinar y para calefaccionar los hogares.
Sin embargo, y reflejo del presente sondeo, es posible vislumbrar que el porcentaje de la
población que adquiere leña va aumentando continuamente, superando por mucho a los
que la producen en sus propios predios. Esto demuestra que los terrenos de los
encuestados en esta zona rural no cuentan con bosque suficiente para proveer el
consumo familiar, situación que permite confirmar la destrucción masiva de bosque nativo
en el sector y la necesidad de que las entidades relacionadas con el control de la
explotación forestal intervengan en el proceso para reducir el impacto ambiental. Sin
embargo, en esta situación se requiere de programas que generen fuentes de trabajo
para sus habitantes ya que éstos, constituyen un número importante de propietarios
originales que se enfrentan a los procesos de enajenación de sus terrenos y a la
emigración hacia Puerto Montt.
A ello se debe sumar el impacto sobre el presupuesto familiar, que debe destinar una
cantidad importante de dinero para comprar un combustible que antiguamente se
consideraba ilimitado y que cada año tiene un precio mayor. Considerando la costumbre
de utilizar la leña sin mayor control como fuente de calor y para la preparación de
alimentos, lo anterior resulta preocupante, más aun porque el 70% de los encuestados
declara que el origen de la leña que consumen es desconocido o abiertamente irregular.
Del mismo modo, es relevante destacar que las condiciones socio económicas de los
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habitantes de ambos localidades se encuentran en condiciones de pobreza, donde el
consumo de leña constituye un importante destino de los ingresos familiares.
A pesar de la anterior, resulta alentador que más del 60% de los encuestados esté
dispuesto a adquirir leña certificada, ya que con ello se valida una alternativa de control a
la explotación del bosque nativo. Esta opción permitiría justificar, por ejemplo, la
promoción de soluciones que protejan el bosque siempreverde con la forestación en
suelos sin uso, generalmente cercanos a las viviendas, sea con especies nativa de
relativo crecimiento rápido o en último caso con especies exóticas como acacias o
eucaliptos. Además, la exigencia de certificar la leña ayudaría a evitar la explotación
irregular que actualmente afecta a la zona.
En síntesis, de los resultados que reflejó el sondeo se desprende la posibilidad de mejorar
las condiciones de explotación del bosque nativo y la calidad de vida de la población rural
por la vía de la información, la educación y la modificación de hábitos familiares.
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