etapa - Grupo Espeleologico G40

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(Primeros Encuentros de Historia Local. La Subbética. Córdoba 1990)
PANORAMA ACTUAL DE LA PREHISTORIA
EN LA SUBBETICA CORDOBESA
M!! Dolores ASQUERINO FERNANDEZ
Universidad de Córdoba
Introducción
Afrontar el estudio de la Subbética cordobesa, desde cualquier ángulo o
perspectiva disciplinar, es encontrarse ante una zona privilegiada en todos los
sentidos. Y en el caso de los estudios prehistóricos, no lo es menos. Zona natural
de paso entre Andalucía Oriental y Occidental, que comunica Jaén, Granada,
Málaga y Sevilla, ha recibido la impronta de muchas y muy variadas formas
culturales desde el más remoto pasado. Abundantes recursos naturales, vegetales,
animales y minerales, y unas condiciones climáticas, algo extremas, quizá, pero
muy favorables para el hombre prehistórico, han propiciado el asentamiento de los
grupos humanos de la Prehistoria. También desde el punto de vista de la
investigación, se ha visto favorecida, y los hallazgos prehistóricos de la zona se
documentan desde 1835 hasta hoy.
En los últimos años, nuevas generaciones de investigadores cordobeses están
trabajando en estas tierras y dando a conocer aspectos, hasta ahora inéditos -e,
incluso, inesperados- de la Prehistoria cordobesa y andaluza. Gracias a esta
meritoria labor, a veces bastante ingrata y generalmente callada -los hallazgos
prehistóricos no son espectaculares ni atraen turismo- hoy contamos con una
amplia nómina de yacimientos y, lo que es más importante, con un mejor
conocimiento de las industrias, culturas y modos de vida de nuestros antepasados.
La investigación prehistórica en la subbética cordobesa
Los datos más antiguos de la existencia de materiales prehistóricos en el sur
cordobés, nos los proporcion6 D. Manuel de G6ngora, gran investigador
injustamente olvidado, y a quien los prehistoriadores y arque610gos andaluces
deben un merecido recuerdo y homenaje. En esa joya bibliográfica que es su
Antigüedades Prehistóricas de Andalucía (1868), encontramos una de las
21
primeras referencias a la Cueva de los Murciélagos de Zuheros, y a los hallazgos
realizados en esa localidad, entre 1834 y 1835, materiales que fueron recogidos por
D. Aureliano Fenández-Guerra y Orbe, gran amigo del autor y que los puso a su
disposición (Góngora, 1868: 59-60). También aparece en este libro el grabado,
debido a la mano de D. Rafael Calvo de León, vecino de Luque e igualmente
amigo de Góngora, del supuesto trilito de esta población (lbidem: 89). Tenemos
también los datos sobre el que Góngora denominó monumento ciclópico (sic) al
norte de Cabra, en el camino a Nueva Cartera, realizado con grandes sillares
dispuestos horizontalmente (lbidem: 94), y otras noticias referentes a Baena y
Castro del Río.
No es, sin embargo, hasta "el primer tercio de nuestro siglo cuando se inician
trabajos científicos. En 1934, Julio Martínez Santa-Olalla realizó las primeras
excavaciones en la Cueva de los Mármoles de Priego, publicando una breve nota al
respecto, única documentación escrita que tenemos sobre esa actividad (Martínez
Santa-Olalla, 1935a) a la que acompañó de otra sobre el descubrimiento de un
poblado que adjudicó cronológicamente entre el final del Eneolítico y los
comienzos del Bronce. Se trata de La Mesa del Cañuela, en término de Fuente
Tójar, bien conocida en la zona, y de cuyos materiales ofrece una síntesis muy
interesante (Martínez Santa-Olalla, 1935b).
Algunos años más tarde, en 1938, comienzan las investigaciones en la Cueva de
los Murciélagos. El hallazgo de su famoso vaso de cerámica a la almagra que se
guarda en el Museo Arqueológico Provincial, dio lugar a la publicación de una
nota de J. Fenández Cruz sobre la cueva (Femández Cruz, 1946) y un erudito
artículo de Martínez Santa-Olalla (1948), y en 1962 se inician las excavaciones
científicas en la cavidad dirigidas, en su primera campaña, por Ana Mª Vicent y
Ana Mª de la Quadra (Quadra y Vicent, 1964) y por la primera y Ana Mi! MW10Z
en la segunda fase de trabajos, efectuados en 1969 (Vicent y Muñoz, 1973),
convirtiéndose este yacimiento, desde la publicación últimamente citada, en un
marco de referencia básico para el conocimiento del Neolítico andaluz.
Otro hito en la investigación prehistórica en la Subbética, lo supone el
hallazgo, totalmente casual, de la sepultura colectiva de La Beleña en Cabra, en
1973, lo que permitió documentar, por primera vez, un monumento funerario de
este tipo en el sur cordobés. El estudio del ajuar y los restos humanos, muy
completo, que se dio a conocer poco después -aunque su publicación se demorara
considerablemente- nos permite acceder a una información muy importante, dada
la escasez de trabajos de ese tipo (García García y García Sánchez, 1983).
Desdichadamente las especiales circunstancias del hallazgo impidieron una más
cuidada recogida de ciertos datos, que podrían haber resultado de relevante
interés.
No queremos concluir este breve repaso a la investigación prehistórica sin hace
referencia a una figura entrañable y de gran significación. Por mucho que haga, la
Prehistoria cordobesa estará siempre en deuda con Juan Bemier por sus
numerosas aportaciones a este campo, sobre todo en la localización de
yacimientos, tarea compartida muchas veces con los buenos amigos de Doña
Mencía y con Javier Fortea. Resultado de sus trabajos es una información muy
extensa sobre el pasado de las tierras de Córdoba, que ha servido de punto de
partida a la investigación de las jóvenes generaciones. Vaya aquí nuestra gratitud
y homenaje profesional por su incansable labor.
Estado actual de la documentación prehistórica
Cuando queremos hacer una síntesis del desarrollo de la Prehistoria de la
Subbética cordobesa, lo primero que se nos plantea y podemos advertir es la
enorme extensión de la zona. En segundo término, la desigualdad existente en la
información: mientras que algunos sectores se nos muestran llenos de datos, otros
dan la impresión de que no recibieron la visita de nuestros antepasados hasta
época ibérica. Ni que decir tiene que estas diferencias tan radicales son, en la
mayoría de las ocasiones, consecuencia más de la falta de investigación que de la
real ausencia de restos prehistóricos. Pero la amplitud y variedad geográfica de
estas tierras y las dificultades de acceso de algunas de sus zonas, unido al hecho de
una notoria escasez de medios humanos con la preparación, dedicación e interés
necesarios, no facilita, precisamente, un conocimiento profundo de la totalidad del
sur cordobés.
Vaya esto como justificación de las lagunas que encontramos al estudiar, y
presentar aquí, las distintas etapas en los diversos términos, y como consecuencia
se hable poco de Encinas Reales o de Benamejí y mucho de Cabra o Priego. N o
es menos cierto que no se pretende ofrecer la Carta Arqueológica de la Subbética,
sino un estado actual de la cuestión, dentro del cual se encuentra, indudablemente,
lo que no se sabe todavía.
En la medida en que conocemos las industrias y culturas prehistóricas en la
Subbética, podríamos decir que prácticamente todas las fases y etapas se
encuentran representadas. Hay, desde luego, algunas carencias y lagunas en el
conocimiento, pero que esperamos se subsanen en breve.
Quizá sea el Paleolítico Inferior el momento peor conocido por ahora. Mientras
la Campiña es pródiga en hallazgos, la Subbética aparece como un "desierto" en lo
que a estas industrias se refiere. Existen algunas noticias sobre piezas posiblemente
achelenses, pero falta una confirmación científica de esos supuestos hallazgos. De
todas maneras, el río Cabra, en su sector campiñés, ha proporcionado materiales de
dicha adjudicación, de manera que no hay que perder las esperanzas de documentar
esta fase de la Prehistoria.
Algo mejor es la información sobre el Paleolítico Medio, aunque tampoco
abundante y, por ahora, carente de situación estratigráfica. Aunque se ha
mencionado repetidamente en la bibliografía la adjudicación musteriense de los
sílex recogidos por J. Bernier en la formación de brecha exterior de la Cueva de los
Mármoles de Priego (Bernier, 1962 y 1964), dicha atribución
industrial es más que dudosa y, como se verá más adelante, esos materiales líticos
pueden tener una cronología más reciente, por lo que hemos de excluir este
yacimiento del catálogo del Musteriense, a la vez que añadimos el de la CuevaSima de Cholones, en Zagrilla, por la aparición de una raedera, de buena factura,
aunque sin contexto, y que por tratarse de úna única pieza plantea problemas sobre
la existencia de industria musteriense, en sentido estricto, en dicho lugar.
Un yacimiento 4e singular importancia, y que está sufriendo una destrucción
sistemática por parte de desaprensivos, es la Cueva del Ángel de Lucena. La
actividad de los clandestinos parece haberse centrado en este lugar, y si Dios (y la
Administración) no lo remedia, habremos perdido para la ciencia un documento
irremplazable antes de poder ser debidamente estudiado.
El Paleolítico Superior era otro de los "grandes ausentes", y no sólo en la
Subbética, sino en toda Córdoba y en gran parte de Andalucía, restringiéndose en
nuestra región al sector oriental y más concretamente a las provincias de Almería y
Málaga. Hoy, el panorama es distinto. En la ya mencionada Cueva de los
Mármoles, pudimos documentar, en las campañas de 1988 y 1987, niveles del
Pleistoceno (Asquerino, 1988a) con industria y fauna encuadrable en algún
momento, indeterminado por ahora, del Paleolítico Superior, pues las piezas líticas
halladas son escasas e insuficientes para pronunciarse sobre una adjudicación más
concreta. La interrupción de los trabajos en esta cueva, por cuestiones
administrativas, nos ha impedido completar los datos y verificar la información,
parcial, de las dos mencionadas campañas, pero estamos en condiciones de
proponer una cronología semejante a las piezas halladas por Bernier.
Sin embargo, en el mismo término de Priego, hemos tenido la fortuna de poder
excavar, a través de una I.A.U., y estudiar un buen yacimiento de Magdaleniense
Final, con abundante y variada industria y restos faunísticos, además de material
ornamental y arte mueble, con buena y extensa estratigrafia (Asquerino, 1988b), lo
que convierte a El Pirulejo en un caso prácticamente único, por ahora, dentro del
ambiente del Paleolítico Superior de Andalucía Occidental, y a Priego en un foco
de interés para los estudios de este tipo de industrias y manifestaciones. Confiamos
en poder continuar los trabajos en el yacimiento para obtener una visión más
completa que la que puede proporcionar una intervención de urgencia.
Un capítulo muy interesante es el referente al Arte del Paleolttico Superior.
Relativamente abundante en Andalucía Oriental, en forma de manifestaciones
pictóricas, no lo es tanto en arte mobiliar, del que sólo se coinocían dos
ejemplares, procedentes de la Cueva de Ambrosio, en Almena, y de la malagueña
Cueva de Nerja. En este sentido, el sur cordobés vuelve a tener una especial
significación, con el hallazgo de piezas de arte mueble en El Pirulejo (Asquerino,
1989, e.p.), consistentes en plaquetas grabadas y pintadas que, sin duda, obligarán
a realizar nuevos planteamientos en lo que a la dispersión de este arte se refiere.
Tampoco el Epipaleolítico ofrecía una buena representación en Andalucía y,
menos aún, en la occidental. En 1985 publicamos un estudio de los materiales
líticos de La Fuente del Carmen, en Zuheros, citado por Bemier (Bernier et alii,
1981), que se encontraban en el Museo de Doña Mencía (Asquerino, 1985a).
Posteriormente, pudimos documentar industrias del mismo tipo en La Fuente de
las Palomas, en Carcabuey (Asquerino, 1986b) y B. Gavilán lo. hizo en Los
Llanos de Jarcas, en Cabra (Gavilán, 1987b). Aunque se trata de materiales
procedentes de recogidas superficiales, éstas han sido suficientemente exhaustivas
y no selectivas como para damos una visión bastante real de los yacimientos, que
tienen un componente geométrico, más o menos alto, y cierta semejanza con otros
conjuntos, del mismo ambiente, andaluces o levantinos (Asquerino, 1987c).
El Neolítico era, sin lugar a dudas, una de las etapas mejor conocidas en el
ámbito de la Subbética. Las excavaciones efectuadas en la Cueva de los
Murciélagos de Zuheros, antes citadas, habían dado como resultado la obtención
de una cronología absoluta para este Neolítico meridional y un interesante estudio
de los restos carpológicos que indicaban una agricultura formada. Sin embargo,
Murciélagos no era un caso único de Neolítico. La intensa exploración de
cavidades de la zona, aunque sin control científico, había proporcionado un
conjunto muy amplio de materiales -por desgracia sin estratigrafía- que
demostraban la riqueza del periodo en estas tierras. El estudio de esos yacimientos
fue abordado por B. Gavilán en la realización de su Tesis Doctoral, ahora
publicada por nuestro Departamento (Gavilán, 1989), reuniendo así un interesante
corpus de materiales que, procedentes de colecciones particulares y fondos de los
museos de Córdoba y Priego, se encontraban geográficamente dispersos y, a
veces, poco accesibles.
Las excavaciones llevadas a cabo en 1985 por B. Gavilán en la Cueva de la
Mina de Jarcas, en Cabra (Gavilán, 1987a) y por nosotros en la Cueva de los
Mármoles entre 1982 y 1987 (Asquerino, 1985a, 1986a, 1986c, 1987a, 1987b,
1988a) han dado lugar a un conocimiento más puntual del Neolítico de la
Subbética cordobesa, que complementa los resultados de Murciélagos de Zuheros.
Desgraciadamente, la mayoría de las cavidades de esta zona son inexcavables,
bien sea por las remociones sufridas o porque sus condiciones geomorfológicas
hacen inviables los trabajos científicos en ellas.
Los yacimientos neolíticos de esta zona se localizan en Lucena, Rute, Cabra,
Carcabuey, Las Angosturas, La Concepción, Zagrilla y Zuheros, entre otros puntos.
Remitimos a la publicación citada de B. Gavilán a quien desee conocer más a
fondo la cuestión.
El inicio de la Edad de los Metales, el Calcolítico, se documenta con relativa
abundancia. Desdichadamente, sólo contamos con materiales de recogidas
superficiales, pero éstos son de gran interés. Este mundo tan complejo lo
encontramos en lugares como Cabra, Carcabuey, Priego, Luque o Fuente Tójar, por
sólo citar algunos de los puntos en que han aparecido materiales de la época.
dos ambientes en un mismo sitio, como ocurre en Carcabuey, de donde, en esta
misma Reunión, se presenta un trabajo sobre Bronce Final. Cerámicas, objetos
metálicos e incluso manifestaciones artísticas, como la "estela de tipo alemtejano"
del Cortijo del Toscal, en Priego (Cano, 1977), han aparecido en estas tierras.
Aunque normalmente se trata de localizaciones de hábitats (La Fuente del Río,
La Mesa del Cañuelo), hay que poner énfasis en determinados hallazgos, de
índole funeraria, que nos permiten saber algo más de estas gentes del 2500 a.C.
Aparte del ya mencionado enterramiento colectivo de La Beleña, restos humanos
y objetos de carácter funerario, relacionados con el mundo de ultratumba,
encontrados en la Cueva del Muerto de Carcabuey (Gavilán, 1986), nos hacen
sospechar ,junto a los datos de hallazgos en la Cueva de los Mármoles, que hubo
una persistencia en la utilización de las cuevas, después del Neolítico, como
lugares de enterramiento. Esperamos la pronta publicación por B. Gavilán de este
yacimiento y sus materiales, así como los de La Mesa del Cañuelo, para conocer
mejor el ambiente del Calcolítico de la zona meridional de Córdoba.
Las manifestaciones artísticas postpaleolíticas no son extrañas al ambiente
cordobés. En general, se trata de pinturas parietales en cuevas y covachos de la
Subbética, que han sido estudiadas por J. Bernier y J. Fortea (Bernier y Fortea,
1963, 1968). Ultimamente se han incorporado a la nómina las pinturas, aún
inéditas, de la Cueva del Palanzuelo, y realizaciones mobiliares como el grafito y
el ídolo de hueso de la Cueva del Muerto de Carcabuey (Gavilán, 1986, 1987 c),
así como un alisador con un grabado de cuadrúpedo de la Cueva de la
Murcielaguina, de Priego (Gavilán, 1985b). Por su parte, la Cueva de los
Mármoles ha proporcionado también plaquetas con grabados (Asquerino, 1987a;
Gavilán, 1987d). Aunque la adjudicación cultural de estas manifestaciones
artísticas parece muy variada y amplia, pudiendo situarse desde el Neolítico hasta
la Edad de Bronce, quedan dentro de un ambiente sobradamente identificado y
estudiado en Andalucía y Extremadura principalmente, relacionado asimismo con
otras zonas peninsulares.
Quizá por falta de prospecciones, de personas interesadas en el ámbito de a
Edad del Bronce y de documentación casual, la etapa no es bien conocida en la
Subbética. El yacimiento de Los Toros de Palenciana, se adjudica a esta fase en
base a algunos materiales aparecidos en él. Algunos objetos, especialmente
metálicos, procedentes de Huerta Anguta en Priego (Gavilán, 985), y la Cueva de
la Detrita en El Esparragal, así como la sepultura de El Laderón de Doña Mencía
(Bernier et alii, 1981), ilustran, aunque de modo Incompleto, el Bronce Antiguo.
Del Bronce Medio, por ahora, sólo se conoce el enterramiento doble, varón
adulto y niño, de El Pirulejo, en Priego (Asquerino, 1985c), pero la
documentación, y localización, de sepulturas está más sujeta al azar que el
hallazgo de materiales de otro tipo, de forma que es posible encontrar,
esperemos, en un futuro próximo, más restos de este tipo.
El Bronce Final en Andalucía, y sobre todo en las áreas de influencia de los
más precoces ambientes colonizadores, plantea auténticos problemas a la ora de
adjudicar los hallazgos a la Prehistoria o a la Protohistoria. Algunos yacimientos
de la zona que estamos tratando, quedan dentro del ámbito prehistórico;
otros,fuera. Pero hay ocasiones en que tenemos hallazgos de los
Resultados
A través de todo lo antes expuesto, ¿en qué situación nos encontramos hoy en
día respecto al conocimiento de la Prehistoria del sur cordobés? Se podría decir,
que bastante bueno, aunque con innegables deficiencias y lagunas debidas, como
se apuntó anteriormente, a unas ciertas carencias en la investigación de campo
como consecuencia de falta de personal especializado e interesado en estas tareas,
de todas maneras, en los últimos diez años se ha conseguido un panorama bastante
halagüeño y se pueden decir muchas cosas de la Prehistoria de la Subbética
cordobesa.
La presencia humana está atestiguada desde el Pleistoceno y, con total
seguridad, desde el Würm, con los yacimientos musterienses y de Paleolítico
Superior documentados. Aquí hay que volver a señalar el hecho de que nos
encontramos con las primeras localizaciones de Paleolítico Superior en Andalucía
Occidental, así como con las primera muestras de arte mobiliar que, además, es
hoy por hoy, el único de tipo figurativo y, además, con localización y situación
estratigráfica.
Las industrias del tradiglaciar, el Epipaleolítico, también son una novedad en
tierras del occidente andaluz. El hecho de que perdure un sustrato de carácter
geométrico en el Neolítico más antiguo que se atestigua en la provincia, el de
Mármoles, hace suponer que la influencia de esta tradición industrial es más
importante que la que, en principio, podrían reflejar los tres yacimientos
epipaleolíticos hasta ahora conocidos en el sur de Córdoba.
El Neolítico se nos ofrece con una gran riqueza y densidad de localizaciones,
presentando una particular personalidad en sus materiales. Los estudios de fauna y
restos carpológicos denotan una economía cada vez más formada y basada en la
domesticación y el cultivo de cereales, a la vez que los restos industriales revelan
una tecnología bastante perfeccionada en la elaboración de los útiles de sílex,
cerámica, hueso y objetos ornamentales. La existencia de acondicionamientos en
el interior de Mármoles (suelos, silo...), demuestran no sólo el alto nivel
alcanzado, sino una ocupación prolongada del sitio.
Poblados y enterramientos de Calcolítico indican una continuidad en el hábitat
de estas tierras cuando se accede a la metalurgia. Y, además, que esos grupos
establecidos en la Subbética no respondían a un patrón de pobres campesinos,
como se puede deducir de la sepultura colectiva de la Beleña de Cabra. La
densidad poblacional pudo haber sido, en determinados puntos como La Fuente
del Río o la Mesa del Cañuelo, de importancia. No olvidemos
la situación estratégica, desde la perspectiva económica de las vías de
comunicación, de ambos lugares. Hasta que no se puedan llevar a cabo
excavaciones cuidadas y estudios en profundidad de estos yacimientos, poco más
podremos decir.
Los ajuares metálicos de los enterramientos del Bronce Antiguo, nos están
hablando de unas sociedades ricas que pueden permitirse el lujo de unos objetos de
precio, puñales y espadas cortas de metal cuidadosamente trabajados. La situación
intermedia de Córdoba en el ámbito andaluz, hace que aquí se mezclen las
influencias del mundo argárico granadino y jiennense con las del Bronce del
Suroeste de Sevilla y Huelva, proporcionándonos unos materiales que merecen un
estudio a fondo, más allá del meramente descriptivo, con el cual quizá estemos en
condiciones de resolver ciertas dudas o de contemplar nuevas perspectivas de
investigación. La tumba doble de El Pirulejo no debe ser un caso único de la
presencia argárica en el secto.r meridional cordobés.
Sería muy deseable que las nuevas generaciones interesadas por los estudios
prehistóricos, se integrasen en un equipo investigador que contemplara,
básicamente, el estudio de la explotación de los recursos y materias primas desde
una perspectiva económica y no tipológica, para extraer conclusiones, de indudable
interés, que contribuirán al mejor conocimiento del pasado de estas tierras.
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ETAPA
YACIMIENTOS
MATERIALES SIGNIFICATIVOS
BRONCE FINAL
BRONCE MEDIO
BRONCE
ANTIGUO
Calcolítico
Arte
pospaleolítico
NEOLITlCO
Epipaleolítico
Arte Paleolítico
PALEOLÍTICO
SUPERIOR
PALEOLÍTICO
MEDIO
PALEOLITICO
INFERIOR
CARCABUEY
CORTLJO DEL TOSCAL
(Priego)
El PIRULEJO
(Priego)
¿LOS TOROS? (Palenciana)
CUEVA DE HUERTA ANGUITA
(Priego)
CUEVA DE LA DETRITA (El
Esparragal.. Priego)
EL LADERON (Doña Mencía)
CORTLlO DEL POYATO (Benamejí)
LA BELEÑA, LA FUENTE DEL RIO, ELPUNTAL
(Cabra)
EL TORREON DEL ESPARRAGAL (Priego)
CUEVA DE LAS LADERAS. El CANJILÓN
(Zuheros)
LA ALMANZORA (luque)
LA MESA DEL CAÑUELO (Fuente Tojar)
EL CASTELLAR (Alrnedinilla)
COVACHAS COI,ORADA y DE LOS PORTALES (Cabra)
CUEVAS DE EL MUERTO Y PALANZUELO (Carcabuey)
CUEVAS DE LA MURCIELAGUINA,
MARMOLES y CHOLONES (Priego)
CUEVA DE LOS MURCIELAGOS (Zuheros)
CUEVA DE LOS CANJILONES y EL CASTILLAREJO
(Luque)
CUEVA DE LA CORNICABRA (Lucena)
CUEVA NEGRA (Rute)
CUEVA DE LA MINA, CUEVA DEL
PUCHERO (Cabra)
CUEVA DE GALLINERA, CUEVA DEL
MUERTO, EL CASTILLEJO (Carcabuey)
CUEVAS
DE
HUERTA
ANGUITA,
MURCIELAGINA, MARMOLES, HIGUERON,
CHOLONES (Priego)
CUEVA DE LOS MURCJELAGOS (Zuheros)
I.I.ANOS DE JARCAR (Cabra)
FUENTE DE LAS PALOMAS
(Carcabuey)
FUENTE DEL CARMEN (Zuheros)
EL PÌRULEJO (Priego)
CUEVA DE LA ERMITA DEL
CALVARIO (Cabra)
¿JARCAS? (Cabra)
CUEVA DE LOS MARMOLES
(Priego)
EL PIRULEJO (Priego)
CUEVA DEL ANGEL
(Lucena)
LAS POZAS (Dª Mencía)
CUEVA DE CHOLONES
(Priego))
¿CUEVA DEL ÁNGEL?
(Lucena)
IJ
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