“EL CABO” DE ANDORRA (TERUEL): UN COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE DIVULGACION DE LA CULTURA IBERICA DEL BAJO ARAGON José Antonio Benavente Serrano (Taller de Arqueología de Alcañiz) Fernando Galve Juan (Centro de Estudios Locales de Andorra) RESUMEN En 1.999 el asentamiento ibérico de El Cabo (Andorra, Teruel), constituido por dos áreas de ocupación de unos 2.000 m2 cada una, fue excavado en su totalidad con carácter de urgencia antes de ser definitivamente destruido por una explotación minera de carbón a cielo abierto. Poco antes de su destrucción se procedió a trasladar a otro lugar cercano los elementos inmuebles más singulares del yacimiento con la finalidad de iniciar la “reconstrucción” del mismo y crear un complejo arqueológico compuesto de tres áreas: un poblado reconstruido, un centro de visitantes y un área de arqueología experimental. Desde el año 2.000, y a través de programas de formación y empleo de jóvenes, se está llevando a cabo la construcción de este inédito complejo arqueológico cuyo principal objetivo es la divulgación didáctica de la cultura ibérica del Bajo Aragón. SUMMARY In 1999 the Iberian establishment of El Cabo (Andorra, Teruel), formed by two areas of about 2000 m2 each one, was completely excavated in an emergency just before being totaly destroyed by a surface coal mine exploitation. Shortly before its destruction, the most peculiar immovable elements were transfered to another nearby place with the purpose to start the reconstruction of the establishment and create an archaeological complex made up by three areas : a reconstructed village, a visitors center and an area of experimental archaeology. From the year 2000, the reconstruction of this new archaeological complex is being carried out through the Teenagers´ Training and Employment Program with the main purpose of didactical popularization of the Iberian culture of Bajo Aragón. 1.- INTRODUCCION La excavación completa y sistemática del poblado ibérico de “El Cabo” se realizó debido a la afección producida por la explotación minera a cielo abierto de “Corta Barrabasa”, en las proximidades de Andorra (Teruel), junto a la cual se emplazaba el yacimiento. Como consecuencia de esta explotación minera de carbón y su progresiva ampliación en dirección Este-Oeste, la empresa Endesa, propietaria de los terrenos de la explotación y conocedora de la existencia del yacimiento, llegó a un acuerdo con el Gobierno de Aragón por medio del cual la empresa se comprometía a financiar la excavación y estudio exhaustivo del yacimiento y, por su parte, el Gobierno de Aragón concedería los permisos oportunos para la continuación de los trabajos de la explotación minera en esa zona, declarando el lugar libre de restos arqueológicos. Al finalizar las excavaciones, y dado el interés e importancia de los restos descubiertos, el Ayuntamiento de Andorra llegó a un acuerdo con Endesa, previa autorización del Gobierno de Aragón, para que los restos arqueológicos más significativos y singulares del poblado ibérico fueran desmontados y trasladados al lugar que indicase la Corporación municipal. La finalidad de este insólito traslado era la de posibilitar la reconstrucción del antiguo poblado ibérico con el objetivo de convertirlo en un lugar de atracción cultural y turística para la localidad de Andorra y su comarca. 2.- SITUACIÓN DEL YACIMIENTO El yacimiento ibérico de “El Cabo”, se situaba a unos dos kilómetros al Oeste de la localidad turolense de Andorra. Sus coordenadas geográficas eran: 40º 59´ 30´´ Lat. N. y 0º 28´ 00´´ Long. O., según la hoja 494, “Calanda”, del Instituto Geográfico Nacional. Su posición era muy estratégica al emplazarse en lo alto de una cuesta que dominaba, por una parte, la cabecera de la Val de Ariño, afluente del río Martín hacia el Oeste y, por otra, el inicio del río Regallo, hacia el NE. Estas dos vales o barrancos fueron, con seguridad, utilizados como vías de comunicación desde tiempos remotos. El emplazamiento del poblado ibérico corrobora la importancia del control visual de estas antiguas vías de comunicación. Asimismo parece probable que en la cabecera de la Val de Ariño se encontrasen recursos hídricos suficientes para el abastecimiento de los hombres y animales que habitaron este entorno a mediados del siglo V a.C. 3.- HISTORIOGRAFIA El yacimiento de El Cabo fue dado a conocer por primera vez en 1956 (Atrian, P., 1956). En los años 1995 y 1996 se realizaron sendas campañas de excavación cuyos resultados han sido publicados junto con algunos análisis carpológicos (Loscos, R. Mª, Herrero, M.A. y Martínez, Mª R., 1996, 1997 y 2001; Cubero, C., 2001). Tras la excavación completa del yacimiento en 1999 se han publicado algunos informes preliminares (Benavente, J.A. y Galve, F., 2.000; Benavente, J.A., Galve, F. y Laguens, M. A., 2002) y están en prensa otros trabajos sobre el yacimiento (Benavente, J.A., en prensa). 4.- LA EXCAVACIÓN Y LAS ESTRUCTURAS DE HABITACIÓN Entre los meses de Diciembre de 1998 y Julio de 1999 se excavaron dos pequeños núcleos urbanos, denominados El Cabo 1 y El Cabo 2, que presentaban una superficie de unos 2.000 m2 cada uno de ellos. Ambos asentamientos se encontraban muy próximos entre sí, a unos 70 m. de distancia. Entre ellos se construyó un gran torreón de planta rectangular que dominaba topográficamente a ambos. La planta general de El Cabo 1 era rectangular, de unos 78 x 22 m. conformando una “manzana” aislada y sin restos defensivos en cuyo interior se distribuían alineados en dos bandas un total de 30 espacios rectangulares de unos 50-60 m2 de superficie media con accesos siempre por el perímetro exterior del conjunto. Estas construcciones, probablemente de una sola planta, se edificaron en una zona de acusada pendiente, que llegaba alcanzar desniveles de hasta un 20%, lo que obligaba a realizar mediante muretes de mampuestos diversos aterrazamientos o pequeñas plataformas interiores. Por su parte, el asentamiento de El Cabo 2 presentaba una planta rectangular de unos 100 m. de longitud por 20 de anchura constituyendo un claro ejemplo de poblado de calle central compuesto por un total de 50 espacios, dispuestos en dos alineaciones de viviendas con accesos desde la calle central. La superficie media de estas habitaciones era de unos 20-25 m2 y con toda probabilidad tuvieron una planta superior o altillo. El poblado de El Cabo 2 presentaba un sistema defensivo claro con restos de torreones, un gran muro escalonado en su vertiente más baja, accesos estrechos y fuertemente protegidos, un camino de ronda en su parte norte, etc. Los resultados de los estudios hasta ahora realizados sobre el yacimiento indican que la construcción, ocupación y abandono de “El Cabo” debió tener lugar en un periodo de tiempo muy breve, no mayor de una generación, en la primera mitad del siglo V a.C., coincidiendo con la etapa del ibérico antiguo. 5.- EL TRASLADO DE ESTRUCTURAS Desde el inicio de las excavaciones arqueológicas de El Cabo, y siendo conscientes del acuerdo previo de su destrucción, se realizó un meticuloso proceso de documentación del yacimiento y su topografía, dibujos plantas y alzados de estructuras y muros por sus dos caras, documentación gráfica permanente en fotografía y vídeo profesional, muestras de tierras para análisis posteriores, etc. Tras la excavación del yacimiento se planteó al Gobierno de Aragón, Endesa y al Ayuntamiento de Andorra la posibilidad de trasladar los restos más significativos del asentamiento principal (El Cabo 2) a otro lugar cercano con la finalidad de plantear la posible “reconstrucción” del poblado ibérico principal convirtiéndolo en un centro de atracción cultural y turística para la localidad. Para ello se propuso realizar, con carácter de urgencia las siguientes tareas: - Señalización, identificación, traslado y almacenado ordenado de los elementos constructivos singulares: base del torreón, apoyos de postes, escaleras y rampas de accesos, umbrales, muros de adobes o de separación de espacios, etc. - Retirada del resto de muros construidos con mampuestos de calizas y algunos bloques de arenisca. Acopio de mampuestos naturales procedentes de la propia cantera del yacimiento. - Almacenamiento de todos los elementos constructivos y mampuestos en el sector Sur del Parque de San Macario, inicialmente elegido para la reconstrucción del poblado. En el mes de Julio de 1999, y tras un rápido traslado de los elementos constructivos previamente seleccionados y señalizados, las grandes excavadoras de la explotación minera destruyeron para siempre los dos asentamientos de El Cabo. 6.- LA RECONSTRUCCIÓN DEL POBLADO Para proceder a la reconstrucción de El Cabo 2 se eligió un lugar con una topografía y con unas pendientes muy similares a las del emplazamiento original si bien con una orientación distinta (Este – Oeste en el primer caso, y Norte - Sur en el segundo). El lugar elegido se sitúa en lo alto del cerro de San Macario, junto al Parque del mismo nombre y principal zona verde de la localidad de Andorra que cuenta con importantes infraestructuras como acometidas de luz y agua, acceso para vehículos (incluidos autobuses), espacio para aparcamiento, hostal-restaurante, zonas verdes y recreativas, etc. que facilitarán en gran medida el acceso y visita del nuevo complejo arqueológico. Tras la señalización del terreno y la restitución topográfica del poblado sobre el mismo, se procedió a realizar los primeros movimientos de tierras y a la construcción de las estructuras de cimentación y apoyo del nuevo asentamiento. Desde el año 2.000, gracias al apoyo del Ayuntamiento de Andorra y de los programas de empleo de Escuelas Taller y Casas de Oficios del INEM e INAEM, se ha podido finalizar en 2004 la “reconstrucción” completa (en planta) del antiguo asentamiento ibérico resaltando el carácter defensivo y urbanístico del conjunto y reproduciendo con la mayor exactitud posible las dimensiones originales de espacios, viviendas, accesos, torreones, etc que lo conformaban originalmente. El poblado en fase de reconstrucción, Octubre de 2004 Posiblemente una de las ventajas de esta intervención sea precisamente la inexistencia de estructuras arqueológicas originales “in situ” hecho que permite aplicar en la recreación del “nuevo poblado”, materiales y técnicas de construcción actuales (cimentaciones de hormigón armado, estructuras internas de ladrillo, desagües canalizados, cubiertas impermeables...) que permanecen ocultos bajo paramentos de mampostería, adobes, enlucidos de barro, cubiertas vegetales, etc. La utilización de estos materiales y técnicas de construcción modernas (siempre ocultos) facilitará sin duda la conservación y el mantenimiento del poblado y posibilitará su visita por un elevado número de personas sin riesgo de afecciones al patrimonio arqueológico. En los últimos meses de 2004 se finalizó también la construcción de dos viviendas completas con sus respectivos altillos y cubiertas que han tenido un alto componente experimental sirviendo de base y experiencia para futuras intervenciones de reconstrucción de otras estructuras y viviendas del asentamiento. En los inicios de 2.005 se está interviniendo en varios espacios que recrean el proceso de derrumbe y ruina natural de viviendas abandonadas. Esta recreación a escala natural permitirá ofrecer una secuencia muy didáctica a lo largo del recorrido de su calle central en la que quede reflejada con claridad el proceso de construcción - abandono - excavación - traslado reconstrucción del propio yacimiento, cubriendo de este modo, la totalidad de las fases de su desarrollo histórico desde su origen hasta nuestros días. En el momento de redactar estas líneas, Enero de 2.005, se inician también las obras de construcción del Centro de Visitantes, un nuevo edificio de planta rectangular situado en la zona de acceso al poblado reconstruido que dispondrá de un mirador en su segunda planta desde el que se obtendrá una vista panorámica de todo el complejo arqueológico. 7.- LA CREACIÓN DE UN COMPLEJO ARQUEOLÓGICO EN ANDORRA: JUSTIFICACIÓN Y CONTENIDOS El proyecto de recreación y valorización de El Cabo parte, como se ha podido comprobar, de una situación inédita y difícilmente repetible en el panorama arqueológico aragonés, y probablemente español, al tratarse de una intervención que pretende conservar la “memoria física” de un poblado que, tras ser totalmente excavado en una sola campaña, fue destruido a continuación por los movimientos de tierras de gran una explotación minera. Es evidente que, una vez destruido y desaparecido el yacimiento, difícilmente se puede hablar de restos arqueológicos de entidad ante una serie de elementos constructivos como apoyos de poste, losas de arenisca e ingentes cantidades de mampostería de caliza, que están fuera de su contexto original. Habrá que entender, por tanto, que el proyecto de “recreación” del poblado de El Cabo obedece a unas intenciones que pretenden ir más allá de la simple reconstrucción de las estructuras destruidas. Es en este sentido en el que destacaríamos fundamentalmente la intención didáctica de la actuación que afecta no sólo a la posible reconstrucción en dimensiones reales de un poblado ibérico y a la explicación divulgativa de los modos de vida de sus habitantes, sino al propio ejercicio de la arqueología como disciplina científica y a su implicación y compromiso cultural en la sociedad de nuestro tiempo. Vista del poblado de El Cabo desde el Este, en fase de reconstrucción. Mayo de 2005. El proyecto de “reconstrucción” de El Cabo constituye una actuación inédita para el patrimonio arqueológico en nuestro país porque también parte de una situación anómala y lamentable a la que, a pesar de todo y ante la escasez de recursos de una zona eminentemente rural como la nuestra, se ha intentado sacar partido. La destrucción consciente en los albores del siglo XXI de un pequeño asentamiento ibérico totalmente excavado, aunque sea de una zona rural de Teruel, no puede quedar justificada, en nuestra opinión, con una simple memoria de excavaciones. En cierta medida, la intervención que se está realizando pretende ser, no solamente un recuerdo físico y real del antiguo antecedente urbano de la localidad de Andorra, sino más bien un “monumento útil” para la sociedad actual tanto en su vertiente didáctica como cultural y turística. Incluso el propio proceso de construcción, que se prolongará durante diez o quince años, está dando lugar a una auténtica escuela de formación de albañilería y medio ambiente para toda una generación de jóvenes andorranos lo que conlleva una implicación directa de la propia población local en su construcción. La propuesta general de los contenidos y el discurso expositivo del proyecto museográfico se basará fundamentalmente en contar la historia del yacimiento de El Cabo desde su construcción y abandono a lo largo del siglo V a.C. hasta nuestros días incluyendo, por tanto, el proceso de excavación, traslado, recreación y puesta en valor del yacimiento. El recorrido previsto para la visita del complejo arqueológico de “El Cabo” incluirá tres espacios claramente diferenciados con un itinerario ordenado del siguiente modo: - Entrada en el Centro de Visitantes o recepción del complejo arqueológico - Visita del poblado reconstruido - Visita del área de arqueología experimental - Salida en tienda de ventas del complejo en el Centro de Visitantes 8.- CRITERIOS Y OBJETIVOS DEL PROGRAMA MUSEOGRÁFICO La visita del complejo arqueológico de El Cabo de Andorra debería ofrecer un único recorrido e itinerario con distintos niveles de información a los visitantes: desde una visión sencilla y pedagógica para público escolar y no especializado, hasta otras más desarrolladas que permitan aportar información de interés para un público especializado o con un mayor nivel de conocimientos sobre la cultura ibérica, la arqueología y los distintos aspectos culturales y tecnológicos que llevan implícitos. Los criterios básicos que se proponen para el desarrollo del programa museográfico son los siguientes: 8.1. Uso recreativo, cultural y turístico La primera finalidad del Complejo es la creación de un espacio de ocio con un contenido cultural que sirva de elemento de atracción turística para la localidad de Andorra y su comarca. El Complejo arqueológico se dirige a todo tipo de público aunque con especial énfasis hacia los grupos de escolares, jubilados, turismo familiar y universitario, con la finalidad de abarcar el mayor segmento de población posible en la actual demanda del turismo cultural. 8.2. Intención didáctica y pedagógica Se pretende que el espectador a lo largo del recorrido del Complejo arqueológico, y especialmente en el trayecto del poblado reconstruido, pueda observar y comprender con claridad el proceso seguido desde la construcción y el abandono del poblado ibérico a mediados del siglo V a.C. hasta nuestros días, incluyendo así su descubrimiento arqueológico, excavación, traslado, interpretación y reconstrucción completa de algunas de las estructuras o habitaciones más significativas del asentamiento. 8.3.- Base científica y experimental: La creación dentro del Complejo arqueológico de El Cabo de un área dedicada a Talleres de arqueología experimental se considera básica como soporte científico del proyecto de actuación y de los contenidos culturales y divulgativos de todo el conjunto. Así, se ha previsto la adecuación de una serie de espacios anejos al poblado reconstruido en los que puedan desarrollarse actividades como fabricación de adobes y otros materiales de construcción, artesanía textil, manufacturación cerámica y metalúrgica, elaboración y preparación de alimentos, siembra y recolección de cultivos, creación de una pequeña cabaña ganadera, etc. Aspecto de las dos primeras viviendas con altillo reconstruidas. Mayo de 2005 9.- EL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE EL CABO Y LA RUTA IBEROS EN EL BAJO ARAGÓN En el año 2004, promovido por el Gobierno de Aragón y los grupos Leader de acción local, Adibama, Cedemar y Omezyma, se inició un ambicioso proyecto de recuperación y valorización del patrimonio ibérico aragonés que tiene como principal objetivo la creación de un producto de turismo cultural basado en la cultura ibérica. El proyecto pretende llevar a cabo una serie de actuaciones entre los años 2004-2007 dirigidas a la recuperación y valorización de un total de 19 yacimientos ibéricos del Bajo Aragón generalmente ya excavados: San Pedro y El Palomar de Oliete, Cabezo de Alcalá de Azaila, El Cabo de Andorra, La Guardia de Alcorisa, San Antonio y Tossal Redó de Calaceite, Els Castellans de Cretas, El Palao, El Cascarujo y El Tarratrato de Alcañiz, San Cristóbal y Piuró del Barranc Fondo de Mazaleón, Torre Cremada y Tossal Montañés de Valdeltormo, La Tallada y La Loma de Los Brunos de Caspe, y los hornos cerámicos de Foz Calanda, pendientes de investigación. A la recuperación y puesta en valor de estos yacimientos habrá que añadir la creación o mejora de un total de 12 Centros de visitantes con ellos relacionados. En líneas generales, se pretende canalizar en un mismo proyecto las iniciativas locales, comarcales o autonómicas relacionadas con el patrimonio arqueológico de época ibérica del área oriental de Aragón. En el proyecto participan así mismo las comarcas de Andorra-Sierra de Arcos, Bajo Aragón, Bajo Martín, Bajo Aragón-Caspe y Matarraña y las localidades de Alcañiz, Alcorisa, Alloza, Andorra, Azaila, Calaceite, Caspe, Cretas, Foz Calanda, Mazaleón, Oliete y Valdeltormo. Las actuaciones que se están realizando en el complejo arqueológico de El Cabo se inscriben dentro de este Proyecto global de recuperación y valorización del patrimonio ibérico de Aragón, en el que El Cabo jugará, sin duda, un importante papel como centro didáctico, de divulgación y de experimentación en la Ruta Iberos en el Bajo Aragón. BIBLIOGRAFÍA: - - ATRIAN, P., (1956), “Notas sobre dos poblados en la Tierra Baja Turolense”, Teruel, 15-16, Teruel, pp. 249-256. 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