Bosque y plantación de Elicura Chihuailaf, el Sábado, 7 de enero de 2012 a la(s) 23:41 TERRORISMO FORESTAL “El muchacho rubio descendió un último trecho de roca y comenzó a abrirse paso hacia la laguna. Se había quitado el suéter escolar y lo arrastraba en una mano, pero a pesar de ello sentía la camisa gris pegada a su piel y los cabellos aplastados contra la frente. En torno suyo, la penetrante cicatriz que mostraba la selva estaba bañada en vapor. Avanzaba con dificultad el muchacho entre las trepadoras y los troncos partidos, cuando un pájaro, visión roja y amarilla, saltó en vuelo como un relámpago (…)”. Rememoro estas líneas de “El Señor de las Moscas” de William Golding, mientras miro la pluralidad de tonalidades del verdor que llena las ventanas de nuestra casa en Kechurewe. Tenemos la puerta abierta, es diverso el trino de los pajaritos en la frondosidad de la arboleda. Un carpintero picotea el tronco del nogal. Cada año se ven más parejas de lloicas. “Y hay más guiñas y zorros”, me dice mi hijo. Y guardamos silencio. En nuestros frecuentes paseos por los bosques hemos visto cómo ha disminuido el caudal de los esteros. Nuestras comunidades se han convertido en refugio para los pájaros y animalitos, para insectos y hierbas medicinales. La Forestal Mininco ha incrementado sus plantaciones de pinos y eucaliptos en nuestra zona. La violencia tremenda que significa esta acción irracional sobre nuestro ecosistema es un volcán adormecido que pronto puede despertar, me dicen. El terrorismo capitalista es la tragedia de esta época. Me parece que cualquier respuesta de parte de nuestra Gente –como lo ha demostrado la “legalidad” estatal- está muy lejana del terrorismo. El permanente avance de las empresas forestales nacionales y transnacionales asolando nuestro territorio es el verdadero terrorismo, pues implica la constante de la dominación por el terror. No es entonces extraño que éstas se hayan consolidado en los años de la dictadura militar (período que -además- el actual gobierno de derecha pretende, neciamente, denominar “régimen militar”, en los textos de historia de enseñanza básica). Las noticias radiales refieren los recientes incendios forestales; transcribo algunos párrafos de la declaración del Grupo de Trabajo por Derechos Colectivos y Colectivo Mapuexpress: “1.Repudiamos enérgicamente las irresponsables y desprolijas declaraciones públicas del Presidente de Chile, Sebastián Piñera, de su ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, y de las autoridades regionales designadas, quienes afirmaron tener antecedentes de que los incendios forestales que afectan a diferentes territorios mapuche del sur de Chile, tendrían una causal de origen ‘terrorista’ y que de manera paralela han responsabilizado a organizaciones Mapuche. 2. Creemos que las palabras del gobierno son irrespetuosas para las organizaciones y comunidades del Pueblo Mapuche, generan una innecesaria alerta en la sociedad chilena y perturban la atención acerca de las verdaderas causas de estos siniestros en lugares que se han plagado de plantaciones forestales exóticas de pino y eucaliptos y que buscan encubrir verdaderas responsabilidades. 3. Lamentamos con todo nuestro pesar la muerte de las personas producto de estos incendios entre los cuales se encuentran brigadistas forestales y un lugareño de las zonas afectadas (…). 6. Informamos que antes de los incendios forestales, miles de hectáreas de plantaciones forestales de pino en el centro sur de Chile se encontraban desvastadas por una plaga descontrolada de una especie denominada avispa taladradora forestal ‘Sirex noctilio’, lo que ha afectado sus intereses en comercio y exportación, y que puede ser corroborado en el Servicio Agrícola y Ganadero ‘SAG’. 7. Estos hechos, en caso de no existir colusión, también debería ser indagado por las empresas aseguradoras por siniestros de incendio. 8. Esperamos que los órganos pertinentes de fiscalización y justicia que por años se han dedicado a la persecución y criminalización de personas Mapuche, esta vez, hagan su trabajo e investiguen al interior de las mismas empresas Forestales”. “La penetrante cicatriz que mostraba la selva...” no ha de ser sólo memoria en ningún lugar del mundo, me digo.