Roca y Preiss

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“Reestructuraciones locales en El Chañar a partir de la expansión de inversiones en la
agroindustria”
Osvaldo Preiss y Silvia Roca
I. Introducción
La conformación de un nuevo orden económico internacional, que muestra una tendencia definida a la
integración de redes globales que articulan actividades económicas geográficamente dispersas,
modifica la tradicional inserción de los territorios en el escenario económico nacional e internacional.
La expansión geográfica de las actividades productivas identifica a las trasnacionales como actores
centrales de este movimiento del capital hacia nuevas regiones, tanto por su poder de invertir fuera de
los países centrales como por su capacidad de coordinar las redes globales, que incorporan (y
subordinan) territorios cuya dinámica socio-productiva pasa a mostrar una creciente dependencia de la
dinámica global. Al respecto, de Mattos expresa que “la producción del territorio ha quedado en lo
esencial en manos del capital privado, actuando básicamente sobre las indicaciones de un mercado
escasamente regulado” (de Mattos, 1999:195).
Este escenario global debe ser profundizado incluyendo en el análisis a los diversos actores de este
proceso y las relaciones que entre ellos se establecen; es decir, se necesita trascender el análisis de
“costos comparativos”, “ventajas geográficas” o “condiciones de los factores productivos”. En
particular, dichas relaciones no pueden pasar desapercibidas al realizar una evaluación de la modalidad
diferencial de inserción que alcanzan las distintas regiones en el nuevo escenario
Considerando al territorio como el producto de la sedimentación histórica de un conjunto de relaciones
sociales, se afirma que “El territorio se convierte, por tanto, en una forma de abordar el conocimiento
de realidades específicas que, sin ser generalizables, tienen una importancia fundamental para entender
la evolución de los fenómenos objeto de estudio. Por ello, por encima de todo, el territorio resta
validez al programa de investigación “ilustrado” en tanto no trata de buscar “leyes generales”, sino
mecanismos que expliquen el funcionamiento de realidades sociales específicas, entendiendo que sólo
concentrándose en el análisis de esa especificidad se puede llegar a un mayor grado de comprensión de
las mismas.” (Coq Huelva, 2003)
La investigación respecto de las particularidades de los diversos territorios constituye un insumo
fundamental para entender sus posibilidades de inserción en la economía global. Como afirma Dicken
(2003), “cada componente en la red de producción – cada firma, cada función económica – está, casi
literalmente, `anclado´ en localizaciones específicas. Tal `anclaje´ es tanto físico, en la forma de costos

Docente e Investigador de la Facultad de Economía y Administración. Universidad Nacional del Comahue. email: [email protected]

Docente e Investigadora de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional del Comahue.
E-mail: saroca @uncoma.edu.ar
1
hundidos y, menos tangible, en la forma de relaciones sociales localizadas y en instituciones y
prácticas culturales que la distinguen. De allí que la naturaleza y articulación precisa de las redes de
producción centradas en empresas están profundamente influenciadas por el contexto socio-político,
institucional y cultural dentro del cual ellas están enraizadas, producidas y reproducidas” (T. del A.)
En este trabajo se estudia la evolución socio-productiva de la localidad de San Patricio del Chañar,
situada en el valle medio del río Neuquén, con el propósito de comprender como las nuevas exigencias
devenidas de la búsqueda de competitividad por parte de las empresas producen claras
transformaciones en el entramado social de los espacios locales. Asimismo, las políticas públicas de
raigambre neoliberal aplicadas en Argentina durante la década del ´90, tanto a nivel nacional como
provincial, contribuyeron a profundizar la brecha social favoreciendo a aquellos agentes que
mostraron mayor poder de acumulación y cierta sintonía y afinidad ideológica con el proyecto del
poder político.
Analizar el proceso de fragmentación social y territorial en el valle medio del río Neuquén y su
relación con la dinámica de la actividad económica principal, la fruticultura y agroindustria de
exportación, con presencia dominante de actores sociales que actúan bajo lógicas globales, implicó
indagar la relación existente entre los intereses del capital global, al decidir su localización en el
territorio -¿recursos naturales, infraestructura, conocimiento?-, y los condicionamientos que imponen a
los procesos de desarrollo local: la relación entre estructura económica, demanda local, empleo y
distribución del ingreso dará cuenta del nivel de vida de la población localizada en ejidos municipales
pequeños que han adquirido cierto dinamismo a partir de las estrategias de expansión del capital.
Las hipótesis que guiaron esta investigación se resumen en:

La globalización implica un proceso de fragmentación socio-productiva a escala territorial.
Diferentes regiones (en tanto espacios de acumulación que incorporan componentes sociales e
institucionales particulares) se insertan bajo formas de creciente heterogeneidad.

Las opciones de inserción de un territorio particular estarán condicionadas por los límites de la
matriz socioespacial heredada. Territorios con trayectoria (o potencial) agrícola dependerán,
crecientemente, de las posibilidades de inserción de dichos sectores productivos en la
economía global.

El territorio se integra a la economía global a partir de las decisiones que adopten los agentes
que trascienden el sistema de relaciones locales. En la medida que las ventajas del territorio se
circunscriben a componentes estáticos (condición del suelo, disponibilidad de riego, costos de
implantación), el proceso de crecimiento económico local no se refleja en un fortalecimiento
de la capacidad de consumo e inversión en ese ámbito. La demanda de mano de obra local se
circunscribe al sector rural, generando bajo nivel de demanda agregada local y reducidos
2
niveles de capacitación en la población, junto a una creciente insatisfacción por la provisión de
la infraestructura social.

Se produce así una dualización socioterritorial, fruto de un mismo proceso socio-económico,
que lleva a la jerarquización de espacios de acuerdo al grado relativo de urbanización:
propietarios del capital y profesionales con altos ingresos, que se consideran ajenos a la lógica
local y residen en localidades cercanas con mayor grado de urbanización, en las que
frecuentemente vuelcan en nuevas inversiones el excedente obtenido, y sociedades locales con
bajos niveles de ingreso, desarrollo personal y limitadas opciones de movilidad social.
II. La región productiva de San Patricio del Chañar
En los valles irrigados del norte de la Patagonia, en las provincias de Río Negro y Neuquén, se
constituye un amplio complejo frutícola especializado en la producción de pera y manzana. La
actividad principal se concentra en la región del Alto Valle del río Negro y su relevancia local se
proyecta hacia el mercado mundial, participando con el 47% del valor total de las exportaciones de
frutas frescas argentinas (Preiss, 2004).
La producción de fruta de pepita en Río Negro y Neuquén ocupa una superficie de 43.336 hectáreas,
83% localizadas en Río Negro y 17% en territorio neuquino.
Cuadro 1
Superficie implantada en Río Negro y Neuquén
(hectáreas y %)
Provincia
Manzana
Has.
%
Río Negro
21.291
81,8
Neuquén
4.750
18,2
Total
26.041
100,0
Fuente: Censo Nacional Agropecuario 2002.
Pera
Has.
%
14.695
85,0
2.600
15,0
17.295
100,0
Total
Has.
%
35.986
83,0
7.350
17,0
43.336
100,0
En la provincia del Neuquén existen posibilidades ciertas de ampliar la actividad agropecuaria a partir
de la irrigación de tierras aledañas a los ríos que surcan la provincia. En el valle medio del río
Neuquén, donde se encuentra ubicada la localidad de San Patricio del Chañar (Departamento Añelo),
se configura desde 1970 un proceso de expansión de la fruticultura regional que, junto al valle medio
del río Negro, representa una de las áreas que mayor dinamismo ha mostrado en los últimos años.
Las condiciones del suelo y el acceso al riego son determinantes para las posibilidades de desarrollo
productivo en la micro región del Añelo. En el cuadro siguiente, se observa que de las 32.271 has. que
pertenecen a explotaciones agropecuarias con límites definidos, el 60% de la superficie son bosques y
montes espontáneos, 15% es superficie no apta y el 7% no se utiliza.
3
Cuadro 2
Departamento Añelo (Neuquen)
Superficie total de las Eaps, por uso de la tierra
Añelo 32.271 7
% s/ total 100
-
1
-
140 106 4092
-
-
13
638
86
2
-
19277 2
60
-
2269
4699
963
7
15
3
Eap: explotaciones agropecuarias.
Fuente: C.N.A. 2002. Dirección General de Estadísticas y Censos de Neuquén.
Esto significa que de la superficie total, sólo el 18% (5.808,78 has.) está siendo en la actualidad
explotada productivamente, localizándose el mayor porcentaje (aproximadamente 85%) en el ejido de
San Patricio del Chañar. De las 5.808 has. actualmente en producción, 70,5% está implantada con
frutales.
II.1. Conformación y evolución de un área productiva
La expansión de la fruticultura regional hacia el área de San Patricio del Chañar se inicia en 1968, con
la adquisición del campo El Chañar (de 20.000 has.) por parte de la empresa Frigorífico Cipolletti
Sociedad Anónima Comercial e Industrial. Posteriormente esta firma se disuelve y Gasparri Hnos.
S.A. asume la titularidad de las tierras, que hasta ese momento no registraban antecedentes de
actividad productiva.
El estímulo determinante para el desarrollo del área estuvo originado en la promisoria coyuntura que
atravesaba la fruticultura regional en esos años y las modificaciones que se estaban produciendo en las
condiciones estructurales del complejo, principalmente en tecnología e inserción en el mercado
internacional: “...el número de frigoríficos aumenta de 7 establecimientos en 1957 a 53 en 1969, su
capacidad instalada crece diez veces y se instalan los 6 primeros túneles de preenfriamiento y las 3
primeras cámaras de atmósfera controlada. Es precisamente entre 1967 y 1969 cuando se logra un
récord histórico en el volumen de exportaciones de fruta de nuestro país.” (CEPAL, 1990). Este
proceso de incorporación de tecnología permitió a los agentes comerciales la integración del proceso
de conservación, regulando la oferta y aprovechando las condiciones coyunturales de un mercado en
crecimiento para obtener mayor rentabilidad.
En este contexto, Roberto Gasparri, empresario frutícola integrado de la región y director de la firma
colonizadora, se destaca como el representante schumpeteriano de la clase empresaria regional. Su
proyecto más renombrado, por su impacto económico, social y político fue la generación de una nueva
área de producción frutícola en la provincia de Neuquén. Este proyecto fue pensado y planificado
como la instauración de una “fruticultura moderna”, de alta eficiencia técnica y renovación de
4
variedades y especies, que permitiera el acceso a la propiedad de productores frutícolas
independientes, pequeños y medianos, de la región del Alto Valle del río Negro.
La decisión de la empresa de localizar la inversión en El Chañar (frente a otras alternativas como el
valle medio del río Negro) es definida (Radonich y Steimbreger, 1999) a partir de tres motivos: a) el
gobierno de la provincia de Neuquén estimuló a la empresa con préstamos financieros para promover
la ocupación efectiva del área, como estrategia ante la definición del límite político con la provincia de
Río Negro, que en ese momento se estaba definiendo a nivel del gobierno nacional; b) por la
importante disponibilidad de tierras y agua que ofrecía el área, permitiendo ampliar la superficie
implantada y por ende aumentar la producción y c) por la proximidad a la ciudad de Cipolletti, lugar
donde se encontraba la planta empacadora y el frigorífico propiedad de la empresa.
Estudios sobre el potencial de superficie irrigable del campo El Chañar determinaron 8.200 has. con
dominio de riego; el proyecto que diseño la empresa para desarrollar este área contemplaba un proceso
en 3 etapas, denominadas Chañar I, Chañar II y Chañar III1. Desde entonces, la ocupación territorial
no ha sido homogénea y su desarrollo fue reflejando el cambio en el modelo de acumulación que
atravesó la fruticultura regional.
En 1969 se iniciaron las obras de la Etapa I (de 2.669 has.) con la sistematización y plantación de
árboles frutales (en monte libre sin apoyo) en un área piloto de 500 has., acondicionada con
infraestructura de riego y cortinas de álamos. Se implantaron las mismas especies de frutales
existentes en el Alto Valle del río Negro, seleccionándose las de mayor demanda internacional. Las
parcelas se vendieron a particulares en unidades productivas con una superficie promedio de 10 has;
los productores que las adquirieron debieron integrarse en un Consorcio Privado de Riego y Drenaje,
para gestionar el sistema de riego y la infraestructura necesaria para garantizarlo.
El estado neuquino “impulsó el emprendimiento frutícola El Chañar mediante infraestructura
productiva básica (red vial, energía, telecomunicaciones, etc.) y orientó las inversiones a través de
líneas de créditos preferenciales, con vistas a generar un polo de desarrollo agroindustrial. Articuló
desde lo estatal el marco acorde que permitió a la empresa privada expandir la actividad en nuevas
áreas” (Ocaña, 2003). Los adquirentes de las parcelas accedían a la asistencia crediticia con bajo
interés del Banco de la Provincia del Neuquén.
Las restantes hectáreas de la Etapa I comenzaron a desarrollarse a partir de 1973. La empresa Gasparri
reservó 1.000 has. de esta etapa, implantando 830 has. para su propia producción, de las que ocupó
60% con variedades de fruta de carozo, siguiendo las tendencias del mercado consumidor. Las nuevas
plantaciones incorporaron el sistema de conducción en espaldera, de mayor densidad de plantas por
hectárea, buscando incrementar la productividad y la precocidad de entrada en producción.
1
Las Etapas I y II (ya finalizadas) abarcaron 5.000 has y la Etapa III (en ejecución) 3.200 has.
5
En esta etapa se visualiza la incorporación al área productiva de agentes económicos de mayor
magnitud que en la Etapa Piloto. Estos nuevos actores operaban ya en la actividad frutícola regional y
mediante este proceso expandían su nivel de integración hacia la producción primaria, adquiriendo
superficies ya praderizadas y con infraestructura de riego, en las cuales tomarían a su cargo la
implantación del monte frutal, ya que Gasparri había modificado su estrategia de vender parcelas
implantadas. Así, en 1974 se culmina con el desarrollo de la Etapa I.
El desarrollo de la Etapa II comienza a principios de 1975 y finaliza en 1985, sobre una superficie de
2.400 has. Las tareas de Gasparri S.A. se limitaron a la construcción del sistema de riego y drenaje y el
fraccionamiento y venta de las unidades. Agentes económicos de mayor magnitud que en la Etapa I
adquirieron tierras vírgenes, en especial firmas comercializadoras regionales que se encontraban en
pleno proceso de integración productiva una vez que completaron el ciclo de inversiones en empaque
y conservación frigorífica.
Finalizadas las Etapas I y II se observaba (Bendini et al.) que sobre un área rural de 4.785 has, cuya
propiedad estaba en manos de 132 agentes económicos, el 70% estaba ocupada con cultivos frutícolas.
El creciente grado de concentración en que se fue desenvolviendo el proceso de enajenación de las
tierras puede observarse en el hecho que las primeras 500 has. del Área Piloto mostraban un promedio
de 10 has. por explotación, en tanto la conformación final de las Etapas I y II muestra que del total de
productores sólo el 6% era integrado, pero en conjunto detentaban la propiedad del 45% de las tierras
en producción; excluyendo a Gasparri S.A. (propietario de 830 has. en producción), se concluye que
27 firmas (15% del total) eran titulares del 34% de la tierra restante (Ferreyra y Hoyos,1994).
En lo que respecta a los posibles eslabonamientos de la actividad primaria, no se establecieron en S. P.
del Chañar actividades de conservación y empaque. Estas se continuaban desarrollando en los centros
tradicionales (Cipolletti, Cinco Saltos, Centenario). Según Ocaña (op.cit.), “Se advierte también que el
Estado abandonó la posibilidad de participar en la planificación del emprendimiento dejando en manos
de la empresa privada la etapa industrial. La producción de Chañar, era procesada integralmente en
instalaciones localizadas en Río Negro, no advirtiéndose hasta los años noventa, ninguna estrategia del
Estado neuquino con los empresarios para estimular la industrialización local”.
La importancia que fue adquiriendo la zona como región productiva demandó y favoreció la atracción
de mano de obra temporaria y permanente para las distintas tareas agrícolas. La creación del núcleo
urbano y el área de servicios permitió la radicación de trabajadores que, en su mayoría, residían
originariamente dentro de la chacra en la cual estaban empleados.
Así, en 1973 se crea el centro de población aglomerada San Patricio del Chañar, con dominio sobre
5.292 ha. La institucionalidad de esta creación queda materializada en la primer Comisión de
Fomento, quedando a cargo de la misma una comisión integrada por productores propietarios de
tierras que se encontraban asentados en el lugar. En 1975, la Jueza de Paz a cargo del Registro Civil
6
realizó un censo que arrojó una cifra aproximada de 650 personas residentes, de las cuales 95 eran
niños en edad escolar que no accedían a la escuela localizada en Villa Manzano (localidad cercana
perteneciente a la provincia de Río Negro) por la distancia y la falta de medios de transporte.
Posteriormente, fueron creándose instituciones para la escolarización y cobertura de salud de los
trabajadores y sus grupos familiares. El gobierno provincial realizó la ocupación y organización de
este espacio a través de la dotación de infraestructura básica indispensable en un lapso de cinco años.
Entre las mismas se cuentan la creación de una cooperativa escolar y la autorización para
la
construcción de la escuela provincial N° 73; un destacamento policial; una pista de aterrizaje; una sala
de primeros auxilios dependiente del Hospital de Centenario (localidad situada a poco menos de 30
km.), transformándose en 1980 en un centro de salud autónomo, y el Juzgado de Paz.
Esta dotación acelerada de infraestructura social prueba la importancia económica y el consiguiente
dinamismo demográfico ligado a la conformación de un importante mercado laboral frutícola. Esta
oferta, junto a la expansión productiva de la localidad, será la que determine la migración y radicación
de trabajadores, aumentando aceleradamente los habitantes del ejido municipal. En cuanto a la
procedencia de la población, los registros de las áreas salud y desarrollo social constatan una
importante presencia de trabajadores que migraron con sus familias desde el interior de la provincia y,
al mismo tiempo, una gran afluencia de migrantes interprovinciales y de países limítrofes,
predominando aquellos de origen chileno.
De este modo, encontramos factores internos y externos que se complementaran a los movimientos
accionados por actores claves para llevar adelante la construcción de cambios dirigidos a ampliar la
oferta de servicios sociales y de infraestructura para la población en permanente crecimiento de San
Patricio del Chañar.
II.2. Desarrollo Económico en la década del ´90: implantación de un sector agroindustrial con
financiamiento público
La firma Gasparri S.A. no estuvo en condiciones de comenzar las obras correspondientes a la Tercer
Etapa debido a que las sucesivas crisis frutícolas, especialmente en la década del noventa, impactaron
desfavorablemente en la situación económico-financiera de la empresa, culminando en su quiebra.
La Tercer Etapa, actualmente en ejecución, es un proyecto privado sobre una superficie de 3.200
hectáreas. El destino de las tierras es el cultivo de frutales de pepita, carozo, y principalmente viñedos
para elaboración de vinos varietales. Las actividades productivas se iniciaron en 1998, cuando la firma
inmobiliaria regional La Inversora S.A. adquirió las tierras con el propósito de subdividirlas y
sistematizarlas, implantando frutales y viñedos de uvas finas para vinificar (malbec, cabernet
7
sauvignon, merlot, pinot noir, chardonnay, sauvignon blanc), construir la infraestructura necesaria para
garantizar el desarrollo comercial del área y proceder a la venta "llave en mano" de las explotaciones.
De las 3.200 hectáreas, ya se cuenta con plantaciones de más de 1.100 hectáreas de vid y 500 has. de
frutales de pepita y carozo. Se inauguraron 3 bodegas de último nivel tecnológico para vinificar la
producción, a lo que se suma una cuarta ubicada en la localidad de Añelo, con una capacidad actual de
4.800.000 lts. y una proyección de 15.000.000 de litros.
El desarrollo más notable está dado por la implantación de un complejo vitivinícola en una provincia
que mostraba hasta 1998 una reducida superficie implantada con vid, de apenas 30 hectáreas. En 2004,
la superficie de vid en la provincia alcanzaba 1.273 has, de las cuales el Departamento de Añelo reunía
1.227 has. y la localidad de S. P. del Chañar 1.151 has.
Cuadro 3: Departamento Añelo. Hectáreas implantadas con vid
Año
Has.
1999
7,50
2000
259,50
2001
386,00
2002
288,50
2003
149,50
2004
136,00
Total
1.227,00
Total S.P. del Chañar
1.159.00
Total Provincia
1,273.25
Fuente: Censo Vitícola de la Provincia del Neuquén
Parte de la extensión implantada con vid (aproximadamente 40%) es propiedad de la firma que llevo
adelante la Tercer Etapa; la superficie restante se comercializó en forma fraccionada a otros inversores
que, por lo general, no estaban relacionados con la actividad: “De los inversores, una gran mayoría no
pertenecía al sector agropecuario. Empresarios de casas de deportes, financistas, abogados y
contadores participaron en la propuesta. Viola [director de La Inversora] dijo que también “hubo
muchos productores frutícolas tradicionales. Pero las condiciones para superar las etapas de
evaluación económica, hace que sea necesario tener un respaldo económico importante para aprobar el
proyecto´” (Contreras, s/f)
El financiamiento para el desarrollo del conjunto de las inversiones realizadas contó con un aporte
sustantivo del gobierno provincial, a través del Banco Provincia del Neuquén (B.P.N.), que alcanzaba
“al 70 ú 80% del total de las inversiones. Son créditos apoyados en hipotecas de primer grado que
forman parte de la inversión más las garantías personales; los que toman esta decisión son los
evaluadores de riesgos" (declaraciones del presidente del B.P.N., Diario Río Negro, 13 de abril de
8
2003). El financiamiento original era a 10 años, con intereses de 7,5% anual y período de gracia de 3,5
años.
Canalizado a través del programa “Reconversión frutícola de los Grandes Valles”, el monto de este
programa alcanzaba en 2001 los u$s 46 millones, de los cuales más del 90% estaba destinado a
emprendimientos de El Chañar Tercer Etapa. En 2002, el saldo de esta línea ascendía a $ 65 millones,
sumándose en el período 2003/2004 nuevos créditos por $ 112 millones, con lo que la asistencia
crediticia provincial alcanzaría a fines de 2004 un valor aproximado a los u$s 80 millones.
Si bien la evaluación de los proyectos de inversión debieron pasar el doble filtro de una evaluadora de
riesgos y la Fundación Argentina, posteriormente el Banco Central de la República Argentina objetó la
clasificación del riesgo crediticio adoptada para estos préstamos por el Banco Provincia de Neuquén,
debido a que las garantías de los créditos concedidos, según lo expresado por un funcionario
gubernamental al exponer en la Legislatura provincial, resultaban ser las propias plantaciones.
De tal modo, fue el Estado provincial quien debió garantizar esta línea ante posibles incumplimientos
de los tomadores privados de crédito. Esta especie de “socialización del riesgo crediticio”, fue
complementada por diversos instrumentos que tendieron a favorecer el “apalancamiento” financiero
de las inversiones, como la denominada “pesificación de los créditos del I.A.D.E.P.”: el directorio del
organismo autorizó a acreditar en dólares libres el 60% del monto pendiente del préstamo y a devolver
los anteriores bajo la relación un peso por dólar más el coeficiente de estabilización CER, en el marco
de las reformas introducidas en el sistema financiero luego de la ruptura del esquema de
Convertibilidad en inicios de 2002. En fecha reciente, la deuda de las empresas se refinanció a 20
años.
III. Los actores y el territorio
III.1. Reconfiguración de actores en la cadena frutícola tradicional.
“ Puede decirse que la Microregión es altamente heterogénea en lo que respecta a
aspectos sociales y productivos: coexisten grandes productores y comerciantes del Alto
Valle (que desarrollan sus actividades con un alto componente de trabajo asalariado
permanente y temporario), con productores campesinos dedicados a la ganadería
caprina y a la horticultura familiar. Hay presencia también de grandes establecimientos
ganaderos.”
Plan estratégico de Desarrollo Territorial de San Patricio del Chañar (2004)
9
En lo que se refiere al sector frutícola de S. P. del Chañar, dos procesos presentes en el ámbito de los
estudios sobre el desarrollo mostraron sus efectos sobre el área: la aparición de nuevos actores que
comandan la dinámica de los sistemas agroalimentarios argentinos (Gutman y Gorenstein, 2003) y los
esfuerzos municipales para gestionar un proceso de desarrollo local (Albuquerque y otros, 1990).
a) transformación en la cadena frutícola regional.
A partir de la década del ´70, las empresas integradas regionales (definidas como aquellas que
conjugan la producción, conservación, empaque y comercialización, incluida la compra de la
producción a los pequeños y medianos productores) comenzaron a ser los actores preponderantes de la
fruticultura de pepita en Río Negro y Neuquén (Landriscini, Lopez Raggi, Preiss y Rama, 2005). Los
tradicionales chacareros pierden paulatinamente su autonomía en el sistema regional, enfrentando un
mercado de primera venta oligopsónico para su producción, concentrándose crecientemente la
distribución del ingreso sectorial en un reducido número de actores vinculados con la
comercialización, principalmente externa.
Sin embargo, las debilidades sistémicas y las sucesivas crisis económicas nacionales derivaron en que
tradicionales firmas líderes regionales, que se habían expandido mediante fuertes inversiones,
atravesaran serias dificultades. En el caso de Gasparri S.A., estas circunstancias dieron lugar a un ciclo
de endeudamiento que culminó en su quiebra en 2001. Su principal acreedor era el banco estatal
neuquino, al que debía 15,8 millones de pesos/dólares (Diario Río Negro, 23 de mayo de 2001).
Otro rasgo destacable es que capitales trasnacionales comenzaron a realizar inversiones (por
adquisición, inversión directa o una combinación de ambas formas) en la actividad. Se destaca el caso
de la empresa integrada Expofrut, perteneciente al grupo italiano Bocchi2, principal exportador de la
producción frutícola regional con el 30% del volumen total de peras y manzanas exportadas.
Las plantaciones que poseía Gasparri en El Chañar (836 has.) al momento de decretarse su quiebra,
fueron adquiridas por Expofrut en la subasta judicial de los bienes, a un precio que representaba en la
época menos del 10% del costo de implantación de una hectárea de fruta de pepita o carozo en la
región, así como también adquirió el establecimiento de empaque y conservación localizado en
Cipolletti. "En los próximos 12 meses invertiremos cerca de 4,8 millones de pesos para poner a
funcionar las explotaciones a pleno. Cerca de 3 millones se necesitarán para capital de trabajo y
proyectamos 1,8 millón para compra de maquinaria y tecnología, detalló el titular de Expofrut. Por
otra parte, no son muchas las empresas que se aboquen a la compra de grandes superficies, ya que en
los últimos años no han sido buenos los resultados con este esquema productivo. Y la realidad así lo
2
Grupo europeo comercializador de frutas frescas, que actualmente posee explotaciones productivas en nueve
provincias argentinas, con 17 plantas de empaque y enfriado, y emplea en forma directa a 1.700 personas.
Durante la cosecha y empaque el número de trabajadores asciende a 7.000 (Diario Clarín, 23-4-05).
10
manifiesta: la única empresa en condiciones de tomar 830 hectáreas para poner a producir fue
Expofrut. Ninguna otra se presentó en la licitación.” (Diario Río Negro, 23 de mayo de 2001)
Así, mientras las acreencias del Banco Provincia del Neuquén en el concurso judicial de Gasparri
pasaron a engrosar la cuenta de pérdidas de la entidad estatal, para aquellos que gustan pensar que toda
crisis genera una oportunidad transcribimos el siguiente comentario del titular de Expofrut: "La
fruticultura atravesó momentos muy duros, y quedaron muchos en el camino. Nosotros pudimos
seguir adelante gracias a la decisión de los accionistas, comprando galpones e infraestructura que
quedaba disponible" (Diario Clarín, 23/4/05).
Para reflejar la estructura de la propiedad que el creciente proceso de concentración económica
configuró en el sector frutícola de S. P. del Chañar, se utilizó la información del Censo Nacional
Agropecuario 2002.
De la superficie total ocupada con frutales en el Departamento Añelo (4.092 has.), la fruticultura de
pepita (manzano y pera) representa el 72% de la superficie frutícola y el 58% de la superficie
productiva total. El mayor porcentaje (85% a 90% del total) se encuentra localizado en S. P. del
Chañar3.
Cuadro 4
Superficie de las Eap ocupada con frutales, por especie (Dpto. Añelo)
(en has. y % del total)
Año 2002
Total
Manzano
Peral
Cerezo
Ciruelo
Durazno
Nectarin
Secos
Menores
Vides*
4092
1875
1075
37
197
111
136
1
5
653
100%
45%
26%
//
4%
2%
3%
//
//
15%
* al año 2004, representaban 1157 has.
Fuente: elaboración propia en base a C.N.A. 2002
El estrato de establecimientos que superan las 100 has. netas de frutales representa el 10% de las Eap y
el 48% de las superficie implantada, en tanto el estrato de hasta 20 has. constituye el 58% de las Eap y
el 16% de la superficie.
3
A las que deben sumarse 650 hectáreas de vid implantadas con posterioridad.
11
Cuadro 5
Distribución de las Eap ocupada con frutales, por especie (Dpto. Añelo)
(en has. y % del total)
Año 2002
Superficie neta
Con frutales
Hasta 5 has
5,1 a 10 has
10,1 a 20 has.
20,1 a 30 has.
30,1 a 50 has.
50,1 a 100 has.
100,1 a 200 has.
+ de 200 has.
Total
Total
explotacio- Pepita (has.)
nes
9
19
22
147
29
424
12
242
10
332
11
675
6
435
4
676
103
2951
Carozo
(has.)
4
20
19
43
24
98
33
241
482
Vid (has.)
0
0
0
6
19
62
230
338
654
Otros
frutales
(has.)
0
0
0
0
5
0
0
1
6
Total
Frutales
(has.)
23
167
443
291
381
835
698
1255
4092
Otros
frutales
(has.)
0%
0%
0%
0%
84%
0%
0%
16%
100%
Total
Frutales
(has.)
1%
4%
11%
7%
9%
20%
17%
31%
100%
Fuente: elaboración propia en base a C.N.A. 2002
Superficie neta
Con frutales
Hasta 5 has
5,1 a 10 has
10,1 a 20 has.
20,1 a 30 has.
30,1 a 50 has.
50,1 a 100 has.
100,1 a 200 has.
+ de 200 has.
Total
Total
explotacio- Pepita (has.)
nes
9%
1%
21%
5%
28%
14%
12%
8%
10%
11%
11%
23%
6%
15%
4%
23%
100%
100%
Carozo
(has.)
1%
4%
4%
9%
5%
20%
7%
50%
100%
Vid (has.)
0%
0%
0%
1%
3%
9%
35%
52%
100%
Fuente: elaboración propia en base a C.N.A. 2002
Entre estos extremos, se identifican dos segmentos intermedios, el primero de Eap entre 20,1 y 50 has.
(que reúnen al 22% de los establecimientos y el 16% de la superficie) y un segundo de Eap entre 50,1
y 100 has., representando 11% de los establecimientos y 20% de la superficie con frutales.
Puede advertirse la heterogeneidad de los actores frutícolas presente en la microregión, devenido de su
proceso histórico de conformación: en tanto el desarrollo de la viticultura partió de un modelo de
propiedad concentrado en un reducido número de actores, en la fruticultura de pepita y carozo este
proceso de concentración se fue dando a través de las sucesivas ocupaciones del área, a medida que se
modificaba el tradicional desarrollo socio-productivo basado en pequeños productores hacia una
fruticultura de mayor escala, con preponderancia de grandes empresas integradas.
Según los rasgos principales sobre los que puede establecerse una caracterización de los agentes
económicos presentes en el área, se identifican dos actores principales en el sector frutícola de pepita:
 productores no integrados, que no se encuentran asociados o integrados por un nexo de capital con
los agentes de la comercialización, pero cuya tradicional autonomía tiende a subsumirse en una
12
creciente dependencia respecto de las firmas líderes exportadoras. Estos agentes-propietarios
corresponden a Eap de hasta 50 has.
 empresas integradas, que son los agentes del complejo frutícola que reproducen en una unidad
empresaria el ciclo de producción, conservación, empaque y comercialización, incluyendo el
empaque y comercialización de producción adquirida a los productores no integrados. Resultan ser
los propietarios de las extensiones de mayor dimensión, expandiéndose continuamente en superficie
productiva y capacidad de empaque y conservación.
En general, las relaciones entre estos agentes involucran una empresa integrada definiendo reglas que
los productores no integrados que les venden su producción deben cumplir, significando un proceso de
circulación del ingreso frutícola con potencialidad efectiva de apropiación de rentas por parte de la
empresa integrada, en detrimento del productor formalmente independiente.
III.2. Los actores locales y el rol del municipio
Como se ha analizado anteriormente, el modelo de las Etapas I y II se basó en el desarrollo de la
producción primaria frutícola, no integrando los eslabones superiores de la cadena ni las actividades
de servicio. Asimismo, la mayor parte de los propietarios individuales reside en localidades cercanas y
las empresas integradas tienen sus centros administrativos y operativos fuera de la localidad, por lo
que la compras de insumos y abastecimientos se realizan en otras ciudades de la región.
Así, la actividad económica en el centro de servicios urbano tiende a limitarse al gasto de los
asalariados y el presupuesto municipal, lo que fue conformando en el área un “enclave productivo”
con escasos encadenamientos y reducido nivel de demanda agregada sobre actividades localizadas en
el centro urbano de S. P. del Chañar. Esto puede visualizarse al analizar las estadísticas económicas
locales.
En el año 2004 se registraron en este municipio 165 unidades económicas, representando un
crecimiento de 81% en las unidades económicas (74 nuevas unidades económicas) en el período 19952004.
13
Cuadro 6
Unidades Económicas registradas en el Municipio de San Patricio del Chañar,
por rama de actividad - Años 1995 / 2004
Actividad
Total
Agric., ganad., caza y
silvic.
Pesca
Explotación de minas y
canteras
Industria manufact.
Suministro de
electricidad, gas y agua
Construcción
Comercio, m. y reparac.
de vehíc. autom. y venta
al por menor de
combust. para autom.
Comercio al por mayor y
en comisión excepto de
automotores y
motocicletas
Comercio al por menor
(excepto de
automotores,
motocicletas y sus
combustibles)
Reparación de efectos
personales y enseres
domésticos
Hoteles y restaurantes
Transporte,
almacenamiento y
comunicación
Intermediación
financiera, seguros y
pensiones
Servicios sociales y de
salud
Otras actividades de
servicios comunitarios,
sociales y personales
Año
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
(1)
91
119
114
122
131
144
154
128
153
165
-
-
-
-
1
-
1
1
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
2
2
5
6
6
6
7
8
11
13
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
8
9
8
8
8
12
11
11
11
11
-
1
2
2
3
3
3
1
1
2
48
53
38
40
41
51
51
44
55
57
1
1
-
-
2
2
2
3
3
3
8
10
4
5
5
7
6
8
9
9
12
23
40
42
45
48
55
39
47
51
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
-
-
-
1
1
1
1
-
-
-
8
16
12
13
13
7
10
8
8
11
(1) Información a Junio. Fuente: Elaborado por la Dirección General de Estadística y Censos provincial, en
base a información del Municipio y de Organismos Provinciales
El 34% de las unidades económicas corresponden a actividades ligadas al comercio minorista; 30% a
servicios de transporte, almacenamiento y comunicación; las restantes unidades se distribuyen en
actividades de tipo industrial, terciario o de servicios. En general, se trata de empresas pequeñas o
unipersonales que atienden el mercado local.
Esta realidad de insuficiencia de la oferta local en el marco del desarrollo de una economía de
exportación, que busca diferenciarse en el mundo a través de exportaciones con denominación de
14
origen y aseguramiento de la calidad, se presenta claramente al analizar lo expuesto en el apartado
Demandas asociadas a la actividad frutícola del Plan Estratégico:
“Han sido remarcadas mejoras en servicios que permitan una administración eficiente en la
localidad. Las principales quejas apuntan a la baja calidad de los servicios bancarios
(demoras en tramitaciones, fallas de sistemas, operaciones que no es posible realizar
automáticamente etc.). Esto afecta en aumento de costos de transacción y administración a
más de dificultades y demoras para los trabajadores.
Otro aspecto señalado con fuerza es la calidad de los servicios telefónicos particularmente la
disponibilidad de conexiones aptas para internet.
En relación a la provisión de insumos el tamaño de las unidades productivas hace que las
compras se concursen anualmente con proveedores de otras plazas. Sin embargo, para la
reposición inmediata ven como positivo que se puedan realizar en la cercanía a igualdad de
precios, entrega y calidad.
Marcadamente se señala la escasez de infraestructura de alojamiento y servicio de comidas
para viajeros. Las empresas reciben una gran cantidad de visitantes institucionales
(proveedores, asesores, técnicos, compradores) cuyo alojamiento debe realizarse en una
distancia promedio de 100 km. lo que dificulta el ritmo de trabajo. Una estimación
preliminar permite identificar un total anual de viajeros de negocios de mas de 1000
personas anuales en todo el área con una permanencia promedio de 2 días.
En relación con la infraestructura disponible las objeciones se centran en el mantenimiento
de los caminos rurales (aparte de las señaladas en comunicaciones).”
El gobierno municipal ha intentado generar un mayor dinamismo en la economía local, fomentando el
asociativismo de los productores y la incorporación de valor agregado a la actividad primaria, como
también mediante la capacitación de su población.
En 1998, se realizó el lanzamiento oficial del logotipo de la marca "El Chañar", basada en una
estrategia de marketing que permite que todos los productos de la localidad tengan el aval de una
marca con denominación de origen que asegure la calidad de la oferta.
Asimismo, dos proyectos vinculados a la integración de la cadena frutícola contaron con el apoyo del
municipio a través de la Asociación para el Desarrollo Integral de El Chañar (ADINEC) y la asistencia
financiera del Instituto Autárquico para el Desarrollo Productivo (I.A.D.E.P.), representando la
posibilidad de incorporar actividades que permitieran incrementar el valor agregado y fomentar un
mayor protagonismo de pequeños y medianos agentes locales. Se instaló el primer empaque de
envergadura en la localidad, y una sociedad mixta entre el municipio y doce productores concretó la
15
construcción de un frigorífico frutícola de última generación, con el objetivo de brindar servicio de
frío a los productores asociados y a otros agentes locales.
Sin embargo, y como demostración concreta del poder articulador del eslabón comercial exportador en
la cadena frutícola regional, estas iniciativas no concluyeron con el resultado esperado: la empresa que
instaló el establecimiento de empaque atraviesa serios impedimentos para continuar su actividad, en
una relación de dependencia comercial y financiera respecto de los agentes exportadores regionales.
En el mismo sentido, los desacuerdos entre municipio y productores respecto de la forma de gestionar
el frigorífico concluyeron en el alquiler de las instalaciones a empresas frutícolas integradas.
IV. Calidad de vida de la población local
La noción de desarrollo tiene orígenes remotos. Sin embargo, la fuerza que ha cobrado en el discurso
actual encierra paradojas: los organismos internacionales vuelven a incorporar la temática en la agenda
pública a partir de declarar la falencia del Estado en su rol de impulsor del desarrollo y de la
intervención gubernamental como instrumento del mismo, proponiendo su reemplazo por el mercado
desregulado y las organizaciones de la sociedad civil.
Ante los cuestionamiento teórico-políticos surgidos en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible
realizada en Johannesburgo en el año 2002, los organismos internacionales (BID, PNUMA, FMI, UE,
etc) apelan al multilateralismo y a la solidaridad intergeneracional como herramientas básicas para
afrontar la erradicación de la pobreza, construir relaciones internacionales basadas en la equidad y la
justicia, adaptar los patrones de consumo y producción con un enfoque sustentable; aceptan que las
desigualdades son producto del modelo en vigencia; acuerdan que la sostenibilidad debe ser la base de
cualquier modelo de desarrollo que se proponga, y se sugiere el tratamiento con el mismo grado de
importancia de las variables económica, social y ambiental; de ello depende el equilibrio entre equidad
social, crecimiento económico y sustentabilidad ambiental.
La triangulación de estas tres variables permitiría medir el nivel de desarrollo de las comunidades, la
participación política de sus ciudadanos y por ende la expansión y consolidación de procesos
democráticos de decisión que den sustento a la constitución de una ciudadanía plena.
De este modo, las visiones actuales de desarrollo definen el mejoramiento de indicadores que miden la
calidad de vida de la población, reafirmando la universalización y mejora de la educación, la salud, la
vivienda y la seguridad social, en tanto derechos sociales que deben ser asegurados mediante el acceso
universal de la sociedad.
La definición de Calidad de Vida engloba entonces un complejo conjunto de componentes que
incluyen desde la salud de los individuos hasta el grado de redistribución de la renta que perciben,
pasando por el uso del tiempo libre y los aspectos ecológicos y de conservación de su medio ambiente.
16
El concepto de Calidad de Vida es producto de un modelo axiológico general construido, consensuado
socialmente de acuerdo al grado de avance tecnológico y las características de las dimensiones
simbólico-cultural y político-institucional que asume la organización social.
Teniendo en cuenta dicho encuadre es que se considera oportuno complejizar el análisis a partir de
indicadores que nos orientan en la caracterización del impacto del modelo de desarrollo productivo
basado en inversiones frutícolas y vitivinícolas de gran envergadura sobre la localidad de S. P. del
Chañar. Específicamente nos orientamos a medir el impacto sobre la infraestructura social, las
instituciones, el ambiente y las dinámicas internas de la comunidad. En esta instancia se abordarán por
los indicadores de las áreas vivienda y Acción Social –asistencia a la cuestión social- (atendida por la
Secretaría de Desarrollo municipal y otros organismos provinciales) que nos permitirán objetivar, en
parte, las condiciones sociales de reproducción de la población cruzándolo con una aproximación a la
cuestión ambiental, aspecto del que se disponen escasas investigaciones.
IV.1. Vivienda
Más de 120 familias se sumaron ya a la toma que comenzó el sábado en San Patricio
del Chañar. El intendente presentó una acción judicial para recuperar los terrenos,
en tanto atribuyó "intencionalidad política" a la medida4.Diario Río Negro, 14/01/03
La opción que hicieron grandes empresas frutícolas de asentarse en el área de Añelo sumado a la
profundización de la crisis económica del país a partir de mediados de los ´90 convirtió a la zona en
polo de atracción de mano de obra desocupada no solo de la provincia de Neuquén sino también de
otras regiones del país.
En S. P. del Chañar la demanda de viviendas para alquiler generó el aumento en el precio de las
mismas imposibilitando el acceso a viviendas en condiciones mínimas de habitabilidad a un gran
número de familias. Esto determinó la creación de una zona periférica al ejido urbano en la cual se
asentaron trabajadores de la fruta con sus familias en condiciones de extrema precariedad.
Al respecto se presenta una de las observaciones realizadas por técnicos de la localidad ante la “Falta
de viviendas”: …Existe un gran número de familias extendidas y compuestas, que no pueden
solucionar el problema habitacional por falta de medios económicos. Gran cantidad de casas
precarias, en condiciones inadecuadas de habitabilidad, con problemas sanitarios (letrinas), de
hacinamiento e
inseguridad,
tanto en el área rural como urbana. En el sector
rural, los
trabajadores temporarios viven en condiciones muy precarias (“hay explotación”). Plan estratégico
de Desarrollo Territorial de San Patricio del Chañar (2004)
4
Denuncia judicial por la toma en El Chañar. Diario Río Negro, martes 14 de enero de 2003
17
La ocupación de terrenos fiscales aparece como la única estrategia de familias sin techo para conseguir
un lugar para vivir en la localidad de El Chañar. Esto originó en el año 2001 la conformación de una
cooperativa de vivienda a la que el municipio adjudicó lotes, vendiéndoselos a un valor promocional,
y la gestión de un crédito para la compra de materiales para la construcción de viviendas por esfuerzo
propio.
Sin embargo al año siguiente, una comisión de delegados de familias sin vivienda, ocupantes de
terrenos fiscales, buscaban asesoramiento y respaldo en la Federación de Tierras de la CTA aduciendo
que …”la municipalidad remata los terrenos disponibles, y si bien salen a valores de 400 a 600 pesos,
cuando después de muchos meses de trabajo se arma de un dinero así, en el remate no se consigue
nada, porque en menos de 15 minutos la oferta llega a más de 1.000 pesos y finalmente se venden en
más de 3.000 por gente que puede pagar eso. Nos venimos con una bronca y con impotencia, así
nunca vamos a lograr nada"5
El 93 % de la población urbana vive en casas, y el 90 % de la población rural lo hace en viviendas que,
aunque la mayoría son casas, estas son deficientes en cuanto a construcción y condiciones
habitacionales: las de material, una gran cantidad no posee puertas ni ventanas, estas son sustituidas
por otras de construcción manual y precaria; casi todas tienen letrinas; se observan viviendas tipo
rancho o casilla construidas de cantoneras.
El 76 % de los habitantes de casas urbanas son propietarios de vivienda, construidas por el estado a
través de planes habitacionales básicos (previstos para familias de cuatro miembros). En la zona rural
(debido a las características de la actividad económica) solo son propietarios el 15%, destacando el
régimen de “ocupante por préstamo” (74 %).
En cuanto al grado máximo de hacinamiento que es de más de 3 personas por habitación, dicha
característica predomina tanto en la zona urbana como en la rural; según datos del Censo Nacional de
Población (CNP), en el año 2001 el 25 % de la población de la localidad vivía en hogares con
hacinamiento, superando al porcentaje de provincial donde el 15,4 % de los hogares tiene esas
características.
Al respecto la siguiente afirmación se corresponde con lo dicho: …Una proporción importante de la
población rural presenta indicadores de una muy pobre calidad de vida y no tienen acceso a los
servicios mínimos…. (Plan estratégico de Desarrollo Territorial de San Patricio del Chañar 2004)
5
Fuente: Diario Río Negro, 14 de enero de 2003.
18
Cuadro 8
Hogares por vivienda tipo según régimen de tenencia de la vivienda Año 2001
Régimen de tenencia de la vivienda Hogares
Zona Urbana
Total
Propietario de la vivienda y el terreno
Propietario de la vivienda solamente
Inquilino
Ocupante por relación de dependencia
Ocupante por préstamo
Otra situación
Zona Rural
Total
Propietario de la vivienda y el terreno
Propietario de la vivienda s/terreno
Inquilino
Ocupante por relación de dependencia
Ocupante por préstamo
Otra situación
Tipo de Vivienda:
% sobre total
Casa
924
709
9
83
84
14
25
833
671
7
56
60
14
25
90
76
0.97
9
9
1.5
2.7
308
48
10
3
29
230
1
288
44
2
3
25
214
0
93
15
3
0.97
9
74
0
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de datos del Censo Nacional de Población, Hogares y
Viviendas 2001, INDEC
Para la zona urbana el 15 % de los hogares se encuadra como deficiente en su calidad de construcción,
más de la mitad se encuentra en condiciones de habitabilidad con deficiencias en cuanto a pisos,
paredes, techo y aislamiento. Solo el 52 % se encuentra en óptimas condiciones de habitabilidad.
19
Cuadro 9
Hogares según calidad de los materiales de la vivienda (CALMAT6). Año 2001
Calidad de los materiales de la vivienda Hogares Porcentaje de hogares
Zona Urbana
Total
CALMAT I
CALMAT II
CALMAT III
CALMAT IV
Zona Rural
Total
CALMAT I
CALMAT II
CALMAT III
CALMAT IV
921
488
301
72
66
100
52
32
8
7
308
160
46
76
39
100
51
14
24
12
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de datos del Censo Nacional de Población, Hogares y
Viviendas 2001, INDEC
Los datos de los cuadros muestran que solo la mitad de los hogares urbanos y rurales se encuentran en
condiciones óptimas de acuerdo a la calidad de las viviendas según los materiales empleados para la
construcción. Asimismo, se debe señalar que los datos corresponden al CNP del año 2001, por lo que
no registran el acelerado crecimiento demográfico comprobado a partir del emprendimiento
productivo de la III Etapa y documentado en informes del gobierno municipal (se constata la cantidad
de 5600 habitantes para el año 2003 viviendo en el ejido urbano de la localidad)7.
Por lo tanto, los intentos de resolución de la problemática habitacional han quedado desbordados ante
el aumento de demanda de viviendas. La ocupación de terrenos fiscales por parte de la población
continúa siendo la principal estrategia y, si bien ha sido resistida por el gobierno municipal a partir de
la judicialización de estos movimientos, los pobladores han profundizado las tomas de terrenos en
calidad y extensión para incorporarlos a pequeños emprendimientos productivos (cría de pollos y
cerdos, huertas, depósito de chatarra, etc) para su reproducción social.
6
El censo clasifica la calidad de las viviendas según los materiales empleados. De 1 a 4 en orden descendente:
CALMAT I: la vivienda presenta materiales resistentes y sólidos en todos los paramentos (pisos, paredes o
techos) e incorpora todos los elementos de aislamiento y terminación. CALMAT II: la vivienda presenta
materiales resistentes y sólidos en todos los paramentos pero le faltan elementos de aislamiento o terminación al
menos en uno de sus componentes (pisos, paredes, techos). CALMAT III: la vivienda presenta materiales
resistentes y sólidos en todos los paramentos pero le faltan elementos de aislamiento o terminación en todos sus
componentes, o bien presenta techos de chapa de metal o fibrocemento u otros sin cielorraso; o paredes de chapa
de metal o fibrocemento. CALMAT IV: la vivienda presenta materiales no resistentes ni sólidos o de desecho al
menos en uno de los paramentos.
7
Fuente: Informe Diagnóstico Social, 2003. Municipalidad de San Patricio del Chañar
20
IV.2. Medio Ambiente 8
…Yo tengo mi vivienda para vivir, pero allí no puedo tener mis animales. Sólo les
pido un trozo de tierra donde producir, porque mientras mi marido (que es chofer)
está sin trabajo, este emprendimiento productivo es lo único que tengo para vivir",
Diario Río Negro,27/05/06.
El aspecto socioambiental sintetiza las condiciones de vida de la población; es decir, esta variable nos
permite reconocer los procesos de modernización y avance de las sociedades en cuanto a bienestar
social, crecimiento económico y preservación del hábitat por lo que la contaminación ambiental en El
Chañar, producto del mal uso de agroquímicos en las curas de plantas y las técnicas altamente
contaminantes de prevención y defensa de heladas (quema de caucho) se suma al encuadre que
venimos planteando en relación a la calidad de vida de las poblaciones que residen en la localidad.
Asimismo, referentes del área salud y educación, denuncian una serie de problemáticas
ambientales que quedan desjerarquizadas ante las situaciones de pobreza en las que vive la
población, cuyos afectados son hombres, mujeres, niños y niñas entre los cuales se cuentan:
problemas habitacionales, accesibilidad a servicios básicos, problemas respiratorios, entre
otros.
Al respecto, citamos parte de las conclusiones de los talleres realizados por la municipalidad con
pobladores a efectos de construir un Plan estratégico de desarrollo territorial de la localidad.
A su vez, se observa una fuerte preocupación de la comunidad frente a los problemas
ambientales que producen tanto los sistemas de protección de heladas como el uso
de agroquímicos. Si bien se prioriza la producción en todas sus fases se considera
imprescindible la fijación de normativas que garanticen la sustentabilidad de los
recursos y la preservación de un ambiente sano para la vida.
Estas cuestiones y la perspectiva de encarar un proceso de crecimiento económico
sostenible llaman la atención respecto de la necesidad de diseñar políticas (públicas
y privadas) especiales en cuanto a la gestión del ambiente. En este marco el
mejoramiento ambiental no solo es parte constitutiva de la calidad de vida de la
población sino también de la posibilidad de acceso a mercados externos cada vez
más exigentes en materia de utilización de procesos “limpios” y de sustentabilidad
8
La identificación de indicadores es solo instrumental dada la importancia y el peso de cada uno de
estos aspectos sobre las poblaciones. Es por esto que asumimos una mirada sistémica en la que las
mutuas relaciones de estas variables generan una multiplicidad de impactos sobre la vida de los
sujetos.
21
de los territorios… (Plan estratégico de Desarrollo Territorial de San Patricio del
Chañar 2004)
Desde una mirada general se puede afirmar que el Valle medio del río Neuquén presenta bajos niveles
de contaminación. Sin embargo, la expansión de la frontera agraria y los procesos que sostienen la
cadena agroindustrial fragiliza y hace vulnerables a los ecosistemas del valle. Asimismo, la
configuración del proceso de crecimiento productivo en relación con el poblacional que se han
analizado nos advierte que dichos procesos han iniciado una variedad de impactos negativos sobre el
territorio.
IV.3. Área de Acción Social
Atendiendo a lo planteado en relación a la vivienda, en el área de Acción Social nos encontramos con
estrategias planificadas que se implementan a través de programas sociales focalizados por
problemática de atención y dirigidos a la fracción más pobre de la población.
A través de los diferentes planes sociales, de jurisdicción provincial y nacional con registro en la
localidad, se registra que el 12 % de la población en condiciones de trabajar recibe ayuda social;
además hay que considerar más de 411 cajas de alimentos por familia que reparte la secretaría de
Desarrollo Social de la provincia para cubrir necesidades alimentarias de familias que no aparecen en
datos correspondientes a programas provinciales y nacionales9 y la ayuda económica que reciben las
familias a través de los programas de becas estudiantiles que distribuye el Consejo Provincial de
Educación.
De acuerdo a datos aportados en el documento “Plan estratégico de Desarrollo Territorial de San
Patricio del Chañar”, el 22% de la población mayor de 20 años se encuentra atendida por programas
asistenciales representando entonces un total de 2.701 personas del conglomerado urbano y rural. Por lo
tanto, se deduce que más de la mitad de la población se encontraba, en ese momento, percibiendo algún
tipo de asistencia por parte del Estado.
9
Se debe aclarar que no todos los beneficiarios se encuentran registrados formalmente dentro de la localidad, ya
que otros se encuentran bajo registros que solo maneja la jurisdicción que implementa el programa (Provincia o
Nación).
22
Cuadro 10
Programas de Empleo Provinciales y Nacionales – Febrero 2002
San Patricio del
Chañar
5.063
2.306
Departamento de
Añelo
7.554
3.173
Población Total
PEA
Programas de Empleo
57
291
Provinciales
Beneficiarios Ley 2128
57
71
Beneficiarios Otros Prog.
50
220
Pciales
Prog. Empleo Pciales s/PEA
7%
9%
Programas de Empleo
201
309
Nacionales
Beneficiarios Plan Jefas/es
201
305
Beneficiarios Convenios
180
4
Especiales
Prog. Empleo Nacionales
9%
10 %
s/PEA
Total Benef Prog. Pciales y
258
600
Nacionales
Prog. Empleo Pciales y
12 %
19 %
Nacionales s/PEA
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de datos del Ministerio de Desarrollo Social del Neuquén
El Estado nacional ha descentralizado hacia los niveles inferiores nuevas competencias, la mayoría de
las veces sin los recursos financieros correspondientes, y con escasa capacidad institucional y de
gestión, como ocurre en municipios como el de S. P. del Chañar. Al mismo tiempo, la sociedad pide
mayor eficiencia y control de la gestión municipal y exige espacios de participación activa. Todo ello
se produce en el marco de una situación social crítica con una alta tasa de desocupación y tensión
social. El municipio aparece así como punto de condensación de la fragmentación social, de la
protesta, de la crisis de mediaciones y de la falta de recursos, siendo esta la base de dispositivos para la
autoorganización de sujetos locales en post de asumir la autogestión en la resolución de los problemas
que se presentan en el cotidiano.
Al cambiar el contexto de la política económica, ésta transformó sustancialmente la política social. La
complejidad social diferencia intereses materiales y altera principios y creencias que servían de
anclaje a las identidades colectivas, definiendo una nueva relación entre la sociedad neuquina y el
Estado Provincial en la que las expectativas de la población por la creación de empleos en relación de
dependencia se adaptaron al contexto mediante un apoyo municipal de tipo subsidiario y clientelista.
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Incluye los siguientes programas de empleo: Programas Provinciales Ministerio de Desarrollo Social de
Neuquén, UOCRA, Decreto 1821, Programas de la Unidad de Empleo, Programas de la Subsecretaría de la
Juventud.
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La nueva dinámica socioeconómica generó diversos efectos sobre aspectos institucionales de orden
local; al mismo tiempo recargó las estructuras municipales con los costos del equipamiento social de
estas nuevas localizaciones, dado que se involucra infraestructura básica para la recepción de
trabajadores estacionales y el asentamiento de nuevas organizaciones sociales (Cooperativas, ONG,
mutuales, emprendimientos de la economía solidaria) que emergen producto de nuevas relaciones
espacializadas en el territorio.
Pasadas las tres primeras décadas de la creación del ejido urbano se comprueba la efervescencia del
crecimiento, la ampliación de instituciones y la organización de diversos emprendimientos que
emergen del tejido social: el centro de Salud pasa a ser hospital de complejidad III; se estructura la
educación contemplando todos los niveles de capacitación; el comercio se especializa y se diversifica
horizontalmente en rubros, hecho que se hace posible por el aumento del circulante, principalmente en
época de cosecha.
Se debe resaltar que es el sector público el que aporta la demanda de trabajo asalariado en personal
técnico-profesional ocupado en las diversas instituciones –hospital, escuelas, policía, municipio-; pero,
en su gran mayoría, estos no residen en S. P. del Chañar, sino en centros urbanos de mayor tamaño
(Centenario, Neuquén, Cipolletti, Cinco Saltos, etc.), lo que se traduce en una fuga de rentas para la
localidad. Lo mismo ocurre en el sector privado con los profesionales a cargo de la gestión
administrativa, productiva y económica de los establecimientos frutícolas.
V. Conclusión
Los resultados de esta investigación brindan elementos que permiten poner de relieve las
características que adopta la dinámica socio-económica en los territorios periféricos que desarrollan
actividades agrícolas de exportación; sus efectos serán más gravitantes para las comunidades locales
en tanto mayor sea la importancia relativa de esta actividad en su economía.
Desde una aproximación keynesiana, como herramienta analítica que permite reconocer la dinámica
del crecimiento económico, el hecho principal es el cambio de las variables impulsoras de la demanda
agregada (exportaciones + inversión de actores “globales” sustituyendo al consumo nacional + la
inversión pública o de actores regionales), proceso asociado a la reconfiguración del capitalismo
global, con creciente presencia de empresas trasnacionales y actores nacionales/regionales
“globalizados” como sujetos principales del nuevo orden económico.
En este marco, la localización de las actividades económicas primarias de exportación en las regiones
periféricas continúa respondiendo a los impulsos de la demanda externa sobre el patrón histórico de
ventajas comparativas estáticas: condición y disponibilidad del suelo, infraestructura de riego,
comunicaciones viales, costo de la mano de obra.
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La irrupción del neoliberalismo en la escena política (aunque sería más apropiado decir en la escena
del poder político) modificó las modalidades de regulación estatal sobre el funcionamiento de los
mercados regionales. La ruptura del consenso keynesiano ha significado que el estado provincial (o
nacional) privilegie, mediante políticas públicas, el proceso de concentración de la riqueza en un
reducido número de grandes actores. Las inversiones públicas (infraestructura y equipamiento social)
no forman parte de estrategias orientadas a la modificación de la matriz socio-productiva regional,
sino que resultan acciones subordinadas a esta dinámica empresarial de la región.
Así, la internacionalización de las economías nacionales y la demanda efectiva se combinan con la
trayectoria histórica (path dependence) y los modos de regulación territorial para determinar el
sendero de evolución de las regiones. En consecuencia, se originan al menos tres nuevos procesos que
interesa destacar:
1) la apropiación y circulación del excedente adopta una nueva geografía, en la medida que las
decisiones de producción e inversión y la transferencia de utilidades se realiza crecientemente
sobre una lógica global de empresas trasnacionales o actores “extra locales”;
2) la capacidad de articulación que presentan estas empresas se proyecta crecientemente al conjunto
de la región; los actores locales/regionales comienzan a interactuar con las empresas líderes, que
subordinan la lógica del accionar de los actores de menor autonomía, factor que no sólo está
relacionado con tamaños comparativos sino con inserciones diferenciales, principalmente en la
cadena comercial;
3) la incorporación de nuevas actividades agroindustriales no logra modificar la lógica de la
economía local, en tanto sus efectos son la ampliación horizontal de la cantidad de mano de obra
dedicada a la agricultura, con lo cual se acotan las posibilidades de crecimiento de las actividades
dedicadas a la atención de la demanda local.
Mientras se consolida la nueva lógica territorial, en la que la importancia de cada ámbito se mide por
su grado de articulación al espacio de redes, se desdibujan los rasgos del modelo anterior y ciertos
territorios pierden su papel hegemónico, llegando a entrar a veces, en decadencia, mientras otros, que
antes eran marginales se convierten en protagonistas (I. Caravaca Barroso, 1998)
El carácter de espacio emergente que muestra S. P. del Chañar en esta nueva lógica da cuenta también
de los diversos grados de integración y de la creciente jerarquización socio-espacial: en un mismo
territorio encontramos ciudades con importante infraestructura social, oficiando de centros de
residencia de los propietarios y los profesionales con su grupo familiar, y centros de
aprovisionamientos de insumos y servicios vinculados a la actividad frutícola.
Esta lógica socioterritorial provoca cambios en la división inter-territorial del trabajo, basada ahora en
la capacidad de cada ámbito local para conectarse a los principales flujos e insertarse en las redes
globales. El dinamismo que adquirió en los últimos diez el Alto Valle del río Negro nos muestra el
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centralismo ganado por la capital neuquina como centro neurálgico de diversas actividades
económicas (entre las que se destaca la actividad hidrocarburífera y del sector público provincial),
brindando infraestructura necesaria para telecomunicaciones y servicios que posibilitan operaciones
de administración y control de alto nivel, en detrimento del desarrollo de estas actividades en pequeñas
comunidades locales.
El caso de S.P. del Chañar muestra que los modelos de inserción en la economía internacional de las
regiones productivas dominadas por actividades frutihortícolas de exportación que siguen
desenvolviéndose en base a ventajas comparativas estáticas, si bien son capaces de resolver ciertos
aspectos de la generación de empleo y crecimiento económico, reproducen en forma permanente la
dualidad entre los agentes que participan en el proceso socio-económico del territorio: por un lado,
propietarios del capital y profesionales con altos ingresos, que se consideran ajenos a la problemática
local en tanto ella no cuestione las ventajas de localización; como contracara, sociedades locales con
bajos niveles de ingreso y calidad de empleo, reducida movilidad social y escasas posibilidades de
desarrollo personal.
La posibilidad que tienen los agentes locales de configurar acciones que puedan trascender demandas
puntuales, encuentra ciertos límites: la pobreza y la desigualdad social, aparecen naturalizados en la
percepción de la población.
S. P. del Chañar, como proyecto de desarrollo que nace hace treinta años por iniciativa privada con
apoyo del estado provincial, se reafirma paulatinamente como un modelo que favorece a empresas con
importantes posibilidades de inversión, poniendo de manifiesto los esfuerzos por parte del Estado para
atraer un tipo de actor social que le garantizaría crecimiento económico y su impronta en cuanto al
desarrollo social. Los datos muestran lo contrario; las estrategias empresariales en alianza con el
estado provincial y municipal dejaron fuera del circuito a los pequeños y medianos productores
tradicionales del área, mientras que otros se subordinaron vía integración vertical al nuevo modelo
comandado por la gran empresa agroindustrial, determinando nuevas formas de desigualdad espacial,
social y económica.
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