DERECHO CIVIL - TEMA VEINTINUEVE

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DERECHO CIVIL - TEMA VEINTINUEVE
I-EL DERECHO REAL: CONCEPTO, CARACTERES.
El estudio de los derechos reales constituye la disciplina conocida como
Derecho de Cosas o de Bienes, que aparece como una parte diferenciada del
Derecho Civil, tanto en el Plan Germánico o de Savigny como en el Plan RomanoFrancés o de Gayo. Este último (que divide el Derecho Civil en tres partes: personas,
cosas y acciones) es el que inspira nuestro Código Civil, que dedica dos de sus
Libros a los derechos reales: el Libro II: De los bienes, de la propiedad y de sus
modificaciones y el Libro III: De los diferentes modos de adquirir la propiedad. Ahora
bien, estos dos Libros distan de agotar toda la regulación al respecto, debiendo
completarse con disposiciones dispersas en el Libro IV (sobre censos, derechos
reales de garantía, traditio y usucapión) y con numerosas disposiciones especiales
que veremos a lo largo del tema, entre las que destacamos la Ley y Reglamento
hipotecarios.
El Derecho de Cosas se integra en el llamado Derecho Civil Patrimonial, del
que regula su aspecto estático (titularidad y goce de los bienes), correspondiendo al
Derecho de Obligaciones el aspecto dinámico (tráfico jurídico económico,
transmisión de bienes y prestaciones de servicios).
Entrando en el estudio del CONCEPTO de derecho real, ROCA SASTRE lo
define como “derecho subjetivo que atribuye a su titular un poder directo e inmediato
sobre una cosa imponiendo a todos un deber de respeto y abstención.”
De esta definición extraemos los dos CARACTERES fundamentales de todo
derecho real: INMEDIATIVIDAD y ABSOLUTIVIDAD:
-INMEDIATIVIDAD: Alude al poder directo e inmediato sobre la cosa que tiene
el titular de un derecho real, de suerte que puede ejercerlo sin necesidad de
mediación o intervención de otra persona. Lo cierto es que existen algunos derechos
reales como la hipoteca en que esta inmediatividad se desdibuja (al no implicar
posesión y prohibirse el pacto comisorio en nuestro derecho), aunque sí existen
manifestaciones de poder sobre la cosa (como la acción de devastación). Por ello
hay autores que prefieren sustituir el término inmediatividad por el de inherencia.
-ABSOLUTIVIDAD: Se refiere a la eficacia erga omnes del derecho real, ya
que su titular puede exigir a toda la colectividad respetar el mismo, y abstenerse de
actuaciones contrarias o perjudiciales a su titularidad. Esta absolutividad se traduce
en facultades de los siguientes tipos:
Reipersecutoriedad: El titular puede perseguir la cosa cualquiera que
sea la persona que la tenga. Esta característica quiebra en ocasiones por los
intereses de terceros que han adquirido de buena fe ej. a non domino.
Exclusión: el titular puede adoptar medidas tendentes a evitar
intromisiones o perturbaciones de terceros. Así el Código Civil reconoce al
propietario de un fundo las facultades de deslinde, amojonamiento y cerramiento.
Preferencia: Por regla general los derechos reales colisionan al recaer
sobre una misma cosa, lo que lleva a establecer reglas de preferencia de unos
sobre otros. En este sentido juega un papel fundamental la prioridad registral, en
sus dos vertientes: prelativa y excluyente.
II-SUS DIFERENCIAS CON LOS DERECHOS DE OBLIGACION.
Antes de pasar a enumerar tales diferencias, debemos apuntar que han
existido algunas voces doctrinales aisladas que rechazan esta distinción,
defendiendo una noción monista de los derechos subjetivos patrimoniales. Así para
la tesis obligacionista de FERRARA todos los derechos patrimoniales lo son de
obligación (los pretendidos derechos reales serían derechos de obligación en que el
sujeto pasivo es la colectividad). Pero la generalidad de los autores considera esta
distinción como uno de los pilares del Derecho Civil y apunta las siguientes
diferencias entre ambas figuras que enumeramos brevemente aunque existan
ciertos matices, discusiones y figuras fronterizas en las que no podemos ahora
detenernos.
-El SUJETO PASIVO del derecho real lo constituye la generalidad de las
personas a las que se impone el deber general de respeto y abstención; mientras
que en el derecho de obligación lo es la persona o personas determinadas o
determinables que ocupan la posición deudora, a quien el acreedor puede exigirle la
prestación.
-En cuanto a su OBJETO, los derechos reales recaen sobre cosas
(corporales o incorporales) mientras que el objeto de los derechos de crédito es la
prestación consistente en dar, hacer o no hacer alguna cosa. (art.1088 C.c.)
-La EFICACIA de los derechos reales es erga omnes, por lo que son
derechos de los llamados absolutos; mientras que es inter partes en los derechos de
obligación, por lo que son derechos relativos.
-En orden a su COMPATIBILIDAD CON OTROS, los derechos reales son por
lo general “derechos de exclusión”: fuera de los casos de cotitularidad los derechos
reales o bien no pueden coexistir entre ellos (p.e, dos propiedades sobre el mismo
bien) o deben establecerse reglas para determinar su preferencia o rango (p.e. dos
hipotecas sobre el mismo bien). Por contra se habla de los derechos de obligación
como “derechos de unión”: no hay propiamente preferencias entre los derechos de
crédito (aunque sí la haya en cuanto al orden para satisfacer los mismos a cargo del
patrimonio de un mismo deudor cuando éste se torna insuficiente).
- El PRINCIPIO RECTOR básico en materia de derechos de obligación es el
de autonomía de la voluntad (1255 CC); en cambio este principio se restringe
tremendamente en materia de derechos reales, inspirados por el principio de orden
público. Estas restricciones a la autonomía de la voluntad se manifiestan a la hora de
constituir los derechos reales tanto en el fondo (lo veremos más adelante al estudiar
las teorías del numerus clausus y numerus apertus) como en la forma, pues el
principio de libertad de forma del 1278 CC quiebra en materia de derechos reales, ya
que con frecuencia se exigirá para su constitución documento público ad
probationem (art. 1280 CC) o incluso ad solemnitatem (hipoteca, superficie).
-El CONTRATO es por sí solo fuente de los derechos de obligación conforme
al 1089 CC; en cambio debe ir seguido de la tradición para constituir derechos
reales, por exigencia del art. 609 CC que recoge la teoría del título y el modo.
-La PRESCRIPCIÓN de los derechos reales puede ser adquisitiva y extintiva,
mientras que para los derechos de crédito sólo cabe esta última, pues no son
susceptibles de usucapión.
-En cuanto a su DURACIÓN se dice que los derechos reales tienen vocación
de permanencia (ello no significa que sean perpetuos, pero sí que satisfacen el
interés de su titular mientras los ostenta). En cambio los derechos reales tienen
naturaleza transitoria, pues por regla general es al extinguirse mediante el debido
cumplimiento de la prestación cuando su titular ve satisfecho su interés.
-La INSCRIPCIÓN REGISTRAL está en principio reservada a los derechos
reales, siendo el Registro de la Propiedad ajeno a los derechos de obligación. No
obstante conviene adelantar, sin perjuicio del estudio detallado que se hará en los
temas de Derecho Hipotecario, que existen excepciones en ambos sentidos:
-Por un lado, existen ciertos derechos reales que no son susceptibles de
inscripción en el Registro de la Propiedad, a saber:
1-Los derechos reales sobre bienes muebles pues conforme al art. 1
LH El Registro de la Propiedad tiene por objeto la inscripción o anotación de
los actos y contratos relativos al dominio y demás derechos reales sobre
bienes inmuebles. Aunque hoy debe tenerse en cuenta la existencia del
Registro de Bienes Muebles, al que acceden por ejemplo los vehículos a
motor o la maquinaria industrial, lo que lleva a algunos autores a abandonar
la distinción tradicional entre muebles e inmuebles por considerar más
práctico diferenciar entre bienes registrables y no registrables.
2-La posesión, al disponer el art 5 LH que los títulos referentes al mero
y simple hecho de poseer no serán inscribibles.
3-Aquellos que por tener su origen directamente en la Ley no necesitan
de publicidad registral para ser eficaces frente a terceros, como la
servidumbre natural de aguas (552 CC) o los retractos legales (37.3 LH).
4-Las servidumbres aparentes, entendidas por ROCA SASTRE como
aquellas que nacen de hechos que deben herir necesariamente los
sentidos, y respecto de las que el TS admite su oponibilidad a terceros pese
a no figurar inscritas
-Y por otra parte existen derechos personales que sí tienen acceso al
Registro de la Propiedad:
1-Los
arrendamientos
de
bienes
inmuebles
y
los
subarriendos,
subrogaciones y cesiones de los mismos, inscribibles conforme al 2.5 LH.
2-El derecho de opción, inscribible conforme al 14 RH.
III-EL IUS AD REM
La figura del ius ad rem tiene su origen en el Derecho Canónico. En la Edad
Media, cuando un Obispo enfermaba, se le nombraba un coadjutor que le auxiliaba
en sus funciones y le sucedía a su fallecimiento. Para describir la situación jurídica
de este coadjutor SINIBALDO DEI FIESCHI (el que sería más adelante el Papa
Inocencio IV) acuñó en el s. XIII la expresión ius ad rem : mientras vivía el Obispo el
coadjutor no tenía un derecho real (ius in re) sobre el obispado y sus beneficios, pero
tenía la seguridad de que lo adquiriría al fallecimiento de aquél, pues no podía ser
privado de tal derecho al cargo. Por tanto su futuro ius in re era cosa segura para él
con más fuerza que la de un simple derecho personal. Esto llevó a considerar esta
situación jurídica como intermedia entre el derecho real y el derecho personal, que
se bautizó como ius ad rem.
En derecho feudal se empleó el ius ad rem para definir el derecho de
aquellos vasallos a quienes se concedía el disfrute de un predio durante el lapso de
tiempo que iba desde la investidura o concesión formal o simbólica de ese derecho
hasta la efectiva puesta en posesión del predio.
Llegado el siglo XIX el concepto de ius ad rem había evolucionado en la
doctrina, que lo utilizaba para definir el derecho de crédito que se tenía contra el
deudor obligado a entregar una cosa. POTHIER llegó a emplear la expresión como
sinónima de derecho personal o de crédito (olvidándose de que existen derechos de
crédito cuya prestación no consiste en dar sino en hacer o no hacer alguna cosa). Lo
cierto es que los Códigos prescindieron de esta figura por entender que traería más
confusión que beneficios.
A lo largo del siglo XX algunos autores como ATARD o DE LA CÁMARA
retomaron la idea del ius ad rem para reforzar la posición de quienes se encuentran
en ciertas situaciones en las que no se puede hablar de auténtico derecho real, pero
que consideran dignas de una protección mayor que la que brinda un mero derecho
personal. Ejemplos de tales situaciones serían:
-El cedente de un solar a cambio de obra futura, cuando la cesión no se
constituye con eficacia real.
-El comprador de pisos o locales “sobre plano”.
-El que no puede obtener por el momento la inscripción registral de su derecho
(por defecto subsanable, por ejemplo) pero puede obtener una anotación
preventiva susceptible de convertirse en inscripción el día de mañana.
La propia DGRN y el TS han utilizado en casos como estos la expresión ius
ad rem, pero lo cierto es que lo hacen más como un recurso literario o un tributo a la
tradición jurídica que como una categoría jurídica con sustantividad propia.
IV-LOS DERECHOS REALES IN FACIENDO Y LAS OBLIGACIONES
PROPTER REM.
Señalábamos como una característica básica de los derechos reales su
inmediatividad, que implica que el titular de un derecho real lo ejercita sin necesidad
de intervención ajena. Por ello no hay un sujeto pasivo determinado sino que lo es la
colectividad, que tiene un deber genérico de respeto y abstención.
Pero esta regla general tiene excepciones: hay situaciones en que aparte del
deber general de respeto se impone a un sujeto pasivo determinado la obligación de
llevar a cabo una concreta prestación en beneficio o al servicio del titular del derecho
real constituido. Dicha prestación es complementaria y accesoria, pero prestación en
sentido técnico y propio. En nuestro Código Civil encontramos los siguientes
ejemplos:
-El artículo 533 prevé servidumbres positivas que imponen al dueño del
predio sirviente la obligación de hacer alguna cosa (lo que en Roma se conoció
como servidumbres oneris ferendi).
-Los artículos 1604 y siguientes recogen como esencia del derecho real de
censo la obligación del censatario de pagar un canon o pensión al titular del
derecho de censo o censualista (su origen, en este caso es germánico y se
encuentra en las llamadas reallasten, cargas reales aparejadas al disfrute de un
fundo).
La doctrina se divide sobre la conveniencia de crear una categoría jurídica
específica para integrar estos derechos reales:
-Algunos autores así lo consideran, bautizando estos supuestos como
DERECHOS REALES IN FACIENDO.
-Otros entienden que en estos supuestos existe un derecho real como
cualquier otro, pero al que se yuxtapone una OBLIGACIÓN PROPTER REM.
Estas obligaciones propter rem, ob rem, reales o ambulatorias son auténticas
obligaciones en sentido técnico jurídico. Su particularidad estriba en que su sujeto
pasivo no está individualizado o designado nominativamente, sino que lo será quien
en cada momento sea titular de una cosa (pudiendo liberarse en consecuencia de la
obligación transmitiendo o abandonando la cosa). Encontramos muchos ejemplos de
este tipo de obligaciones en nuestro ordenamiento, junto a los ya vistos destacan las
de contribuir a los gastos de conservación:
-de la cosa común (395 CC)
-de la pared medianera (575 CC)
-del predio dominante por el dueño del sirviente que se obligó a ello en las
servidumbres voluntarias (599 CC)
-de los elementos comunes en el régimen de propiedad horizontal (9 LPH)
.
V-SISTEMA DEL “NUMERUS CLAUSUS”
Las expresiones latinas numerus clausus y numerus apertus designan a las
dos posiciones enfrentadas en la controversia clásica sobre la admisibilidad de que
los particulares puedan, haciendo uso de la autonomía de la voluntad, crear
derechos reales atípicos, distintos a los recogidos y regulados legalmente.
Los defensores del NUMERUS APERTUS entienden que el catálogo de
derechos reales recogidos en la Ley es una lista abierta, a la que pueden añadirse
nuevas figuras dibujadas por la voluntad privada. Este el sistema que rige en el
Derecho Francés, que favorece la adaptación del Derecho a los constantes cambios
de la realidad y a las nuevas necesidades socioeconómicas. Quienes sostienen su
vigencia en nuestro ordenamiento se apoyan fundamentalmente en tres preceptos:
a-El art. 1255 CC: “Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas
y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las
leyes, a la moral, ni al orden público.”
b-El art. 2.2 LH, que determina la inscribibilidad de “Los títulos en que se
constituyan, reconozcan, transmitan, modifiquen o extingan derechos de usufructo,
uso, habitación, enfiteusis, hipoteca, censos, servidumbres y otros cualesquiera
reales.”
c-Y el art. 7 RH, que en desarrollo del anterior dispone: “ Conforme a lo
dispuesto en el artículo 2 de la Ley , no sólo deberán inscribirse los títulos en que
se declare, constituya, reconozca, transmita, modifique o extinga el dominio o los
derechos reales que en dichos párrafos se mencionan, sino cualesquiera otros
relativos a derechos de la misma naturaleza, así como cualquier acto o contrato de
trascendencia real que, sin tener nombre propio en derecho, modifique, desde
luego, o en el futuro, algunas de las facultades del dominio sobre bienes inmuebles
o inherentes a derechos reales. ”
Los defensores del NUMERUS CLAUSUS creen por el contrario que el
derecho positivo contiene una lista cerrada de derechos reales. Es el sistema que
sigue el derecho alemán, que facilita la llevanza del Registro y refuerza la seguridad
jurídica, pues basta conocer el nomen iuris de un derecho real para saber con
precisión el alcance y contenido de las facultades que confiere a su titular. Quienes
defienden que este es el sistema vigente en nuestro derecho rebaten los
argumentos anteriores:
a-Entienden que el principio de autonomía de la voluntad del artículo 1255
no juega en el ámbito de los derechos reales, pues éstos están presididos por un
principio de orden público. Y así lo demuestra que no haya una norma similar al
1255 en el Libro II del Código.
b-Consideran que la expresión “otros cualesquiera reales” del art. 2.2 LH no
se refiere a derechos reales atípicos, sino a otros regulados -o que se regulen en
un futuro- en la Ley pero no enumerados en la breve lista del 2.2, como por
ejemplo la anticresis.
c-Y rechazan que el artículo 7 RH pueda ser decisorio en una cuestión de
tamaña importancia como ésta, dado su rango reglamentario.
La DGRN ha tenido ocasión de pronunciarse reiteradamente sobre esta
materia, admitiendo la vigencia en nuestro ordenamiento del sistema de numerus
apertus. Así lo ha invocado en numerosas resoluciones para admitir la inscribibilidad
de figuras como la multipropiedad (reconocida en resolución de 4 de marzo de
1993, anterior por tanto a la Ley de aprovechamiento por turnos de bienes inmuebles
por la Ley de 15 de diciembre de 1998, que hoy ha sido sustituida por el Real
Decreto Ley 8/2012 de 16 de marzo); el tanteo convencional (resolución de 20 de
septiembre de 1966); el leasing inmobiliario (del que admite su inscribibilidad e
hipotecabilidad como un derecho real autónomo, y no como una mera yuxtaposición
de arrendamiento y opción de compra); o modalidades atípicas de servidumbre
(p.e, derecho a instalar carteles en terraza ajena)
Ahora bien, pese a tal admisión del sistema de numerus apertus, la DGRN
reconoce que la creación de derechos reales atípicos debe considerarse siempre
excepcional, sometida a estrictos límites y requisitos, entre los que podemos
destacar:
-Que exista causa justificada para la creación de un derecho real atípico,
lo que implica que el fin perseguido por el mismo no pueda alcanzarse
adaptándose al molde de un derecho real típico, ni se vea suficientemente
protegido mediante un derecho personal.
-Que deben evitarse vinculaciones perpetuas de los bienes, lo que
conlleva necesaria fijación de plazos de duración y ejercicio.
-Que se cumplan con las exigencias del principio registral de
determinación, perfilando con claridad todos los aspectos sobre contenido y
ejercicio del derecho.
-Que no se trate de garantías reales, pues las normas sobre concurrencia
y prelación de créditos y ejecución de garantías reales son imperativas (no
obstante lo cual la propia DGRN invocó en resolución de 8 de junio de 2011 la
teoría del numerus apertus para justificar la admisibilidad de la controvertida
hipoteca en mano común)
Una vez expuestas las teorías del numerus clausus y del numerus apertus
vamos a estudiar a continuación los derechos reales típicos en el ordenamiento
jurídico español. Para ello vamos a tratar de sistematizarlos encajándolos en la
clasificación que de los mismos hace
CASTÁN, y que responde al siguiente
esquema:
1-DERECHOS REALES SOBRE COSAS CORPORALES: CASTÁN los clasifica a
su vez en derechos de protección provisoria y de protección definitiva:
1-1DE PROTECCION PROVISORIA: LA POSESIÓN
LA POSESIÓN: Su naturaleza es quizá la más controvertida, pues durante
siglos se ha discutido incluso si se trata de un mero hecho o de un derecho.
No obstante del análisis de nuestro CC debemos concluir que es un derecho
(pues contiene un haz de facultades, como la de tenencia o la de
recuperación), y que es un derecho real, pues goza de inmediatividad (430
CC dice que es la tenencia de una cosa o disfrute de un derecho) y de
absolutividad (446 CC establece que todo poseedor tiene derecho a ser
respetado en su posesión). Eso sí, es un derecho de protección provisoria, lo
que le diferencia de la propiedad y de los derechos reales limitados, pues
como se estudia en el tema 47 el ius possessionis (derecho de posesión que
nace del hecho de la tenencia) se protege antes de indagar si existe o no ius
possidendi (derecho a poseer, derivado de un título apto para ello).
1-2 DE PROTECCIÓN DEFINITIVA: Pueden ser derechos reales plenos o
limitados.
1-2-1 DERECHO REAL PLENO: LA PROPIEDAD
LA PROPIEDAD: A diferencia de todos los demás, la propiedad es un
derecho real pleno. Lo define el artículo 348 CC como el derecho a gozar y
disponer de una cosa sin más limitaciones que las establecidas en las
Leyes. Este concepto del art. 348 debe hoy matizarse, pues por un lado es
unitario y obvia las múltiples especialidades que el derecho de propiedad
presenta por su objeto (aguas, montes, minas, etc.) y que llevan a la doctrina
a hablar de “propiedades” más que de propiedad; y por otro responde a la
concepción individualista del siglo XIX, cuando hoy la función social de la
propiedad delimita su contenido por imperativo constitucional del art. 33 CE.
1-2-2 DERECHOS REALES LIMITADOS: CASTÁN distingue tres categorías
a) DERECHOS REALES LIMITADOS DE GOCE
EL USUFRUCTO, que conforme al 467CC da derecho a disfrutar los bienes
ajenos con obligación de conservar su forma y sustancia salvo que la Ley o
el título de su constitución autoricen otra cosa.
EL USO, que da derecho a percibir de los bienes ajenos los que basten para
satisfacer las necesidades del usuario y su familia aunque esta aumente.
(524CC)
LA HABITACION, que da la facultad a su titular de ocupar en casa ajena las
piezas necesarias para sí y para las personas de su familia.(524 CC)
LA SERVIDUMBRE, gravamen impuesto sobre un inmueble a favor de otro
perteneciente a distinto dueño (servidumbre predial, a que se refiere el 530
CC) o a favor de una o varias personas o de una colectividad (servidumbre
personal, admitida por el 531 CC)
LOS CENSOS, ya que pese a regularse en el Libro IV del CC producen
acción real sobre la finca gravada (1623 CC). La generalidad de la doctrina
considera que mientras los censos reservativo y consignativo son derechos
reales limitados, el enfitéutico es un supuesto de dominio dividido (las
facultades del derecho pleno de propiedad se distribuye entre dos personas,
sin que ninguna sea considerada dueño en exclusiva. De ahí la terminología
“dueño directo” y “dueño útil”).
EL DERECHO DE SUPERFICIE, que permite edificar o plantar en suelo
ajeno, adquiriendo un derecho de propiedad temporalmente limitada sobre lo
edificado o plantado. Aparece simplemente mencionado en el CC, pero se
recoge en los artículos 16 y 30 del Reglamento Hipotecario y cuenta con una
más amplia regulación en su vertiente urbanística.
LOS DERECHOS DE SOBREELEVACIÓN Y SUBEDIFICACIÓN: Permiten
a su titular elevar plantas sobre un edificio o realizar construcciones bajo su
subsuelo, adquiriendo la propiedad de lo sobreelevado o subedificado. No
los menciona el Código Civil pero los recoge el 16 RH.
EL DERECHO DE APROVECHAMIENTO POR TURNOS DE BIENES
INMUEBLES, que atribuye a su titular la facultad de disfrutar, con carácter
exclusivo, durante un período específico de cada año, consecutivo o alterno,
un alojamiento susceptible de utilización independiente por tener salida
propia a la vía pública o a un elemento común del edificio en el que
estuviera integrado y que esté dotado, de modo permanente, con el
mobiliario adecuado al efecto, así como del derecho a la prestación de los
servicios complementarios (regulado hoy en el Real Decreto-ley 8/2012, de
16 de marzo, que sustituye a la Ley de 15 de diciembre de 1998).
b) DERECHOS REALES LIMITADOS DE GARANTÍA:
LA PRENDA, (1863ss CC) que es un derecho real de garantía, que recae
sobre bienes muebles y que implica desplazamiento posesorio.
LA HIPOTECA, regulada tanto en el CC como en la LH y definida por ROCA
SASTRE como derecho real de garantía, de realización de valor, en garantía
de una obligación generalmente pecuniaria, de carácter accesorio e
indivisible y de constitución registral, que recae directa e inmediatamente
sobre bienes inmuebles, ajenos y enajenables que permanecen en poder del
propietario.
LA ANTICRESIS. (1881 CC) En su origen fue un pacto accesorio añadido a
la hipoteca, que no alcanzó autonomía como derecho real autónomo hasta
la Codificación, caracterizado por recaer sobre inmuebles fructíferos, dando
derecho a percibir los frutos para cobrarse con ellos los intereses y el capital
de la deuda garantizada.
LA HIPOTECA MOBILIARIA Y PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO. Hoy
aparecen reguladas en Ley de 16 de diciembre de 1954. Son derechos
reales de garantía sobre bienes muebles, pero que a diferencia de la prenda
ordinaria no implican desplazamiento posesorio, lo que suplen a través de
su publicidad registral
c) DERECHOS REALES LIMITADOS DE ADQUISICIÓN:
RETRACTO LEGAL: Conforme al 1521 CC es el derecho de subrogarse,
con las mismas condiciones estipuladas en el contrato, en lugar del que
adquiere una cosa por compra o dación en pago.
TANTEO LEGAL: Aparece mencionado en el CC en sede de censos (1636
y 1656), además de regulado en leyes especiales como la LAR o la LAU. Es
el derecho a adquirir una cosa en las mismas condiciones en las que su
titular pretende enajenarla a un tercero.
DERECHO A RETRAER en la venta con pacto de retro (mal llamado por el
CC “retracto convencional” en los art. 1507ss). Es el derecho que se reserva
el vendedor a recuperar la cosa vendida reembolsando el precio y
determinados gastos. Debe considerarse un derecho real porque conforme
al art. 1510 El vendedor podrá ejercitar su acción contra todo poseedor que
traiga su derecho del comprador, aunque en el segundo contrato no se haya
hecho mención del retracto convencional, salvo lo dispuesto en la LH
respecto de terceros.
2-DERECHOS REALES SOBRE COSAS INCORPORALES: Esta posibilidad no ha
sido siempre admitida en la doctrina, pero hoy existe cierta unanimidad en
considerar derechos reales los derivados de la PROPIEDAD INTELECTUAL y la
PROPIEDAD INDUSTRIAL.
Finalmente apuntaremos que hay otras figuras cuya naturaleza real ha sido
discutida, como el derecho de arrendamiento o el de opción, pero que la mayoría de
la doctrina considera que son derechos personales sin perjuicio de que en ocasiones
puedan gozar de oponibilidad frente a terceros (por la legislación especial o por su
inscripción registral). Y el derecho de retención que concede el CC a ciertos sujetos
(453 al poseedor; 522 al usufructuario;1600 al que ejecuta una obra en cosa mueble;
1730 al mandatario; 1780 al depositario; 1866 al acreedor pignoraticio en el llamado
pignus gordianum) se considera que más que un derecho autónomo es una facultad
más del derecho del que deriva, y por ende participará de la naturaleza real o
personal de dicho derecho.
VI-
NORMAS
DE
DERECHO
INTERNACIONAL
PRIVADO
APLICABLES A LOS BIENES.
A la hora de determinar cuál es la ley aplicable a las relaciones jurídico-reales
en que aparece un elemento de extranjería, se han defendido históricamente dos
teorías:
-La llamada teoría estatutaria defendía la aplicación al dominio y derechos
reales sobre bienes inmuebles de la lex rei sitae (ley del lugar de situación), mientras
que a los muebles se aplicaría la ley personal de su titular, ya que éstos no tenían
una ubicación fija.
-SAVIGNY en cambio propugnaba aplicar la lex rei sitae tanto a los muebles
como a los inmuebles, lo que consideraba ventajoso tanto para el Estado, que
ejercería su soberanía sobre su territorio, como para los particulares, que podrían
conocer con mayor seguridad la ley aplicable a su tráfico jurídico. Esta es la postura
que sigue nuestro Código tras la reforma del Título Preliminar por la Ley de Bases de
17 de marzo de 1973 y el Decreto de 31 de mayo de 1974.
Dispone el apartado 1º del Artículo 10 CC:
1. La posesión, la propiedad y los demás derechos sobre bienes inmuebles, así
como su publicidad, se regirán por la Ley del lugar donde se hallen.
La misma Ley será aplicable a los bienes muebles.
A los efectos de la constitución o cesión de derechos sobre bienes en tránsito,
éstos se considerarán situados en el lugar de su expedición, salvo que el
remitente y el destinatario hayan convenido, expresa o tácitamente, que se
consideren situados en el lugar de su destino.
Por tanto, en primer lugar y como apuntábamos se acoge la lex rei sitae tanto
para muebles como para inmuebles. Esta ley del lugar de situación se aplicará,
según la doctrina internacionalista, a los siguientes extremos:
-Clasificación de bienes y determinación de cuáles pueden ser aptos
para ser objeto de derechos reales.
-Clases de derechos reales y límites a su creación por los particulares
-Contenido y eficacia de los derechos reales
-Modos de adquirir y transmitir los derechos reales.
-Publicidad registral.
-Competencia jurisdiccional.
-Conflictos interregionales (en aplicación del criterio de la lex rei sitae la
DGRN rechazó la venta en función de garantía de un inmueble sito en
territorio de Derecho Común, pese a que los contratantes eran navarros).
En cambio la lex rei sitae no se aplica en cambio a los aspectos de capacidad
y forma, para los que habrá que estar a los artículos 9 y 11 CC
Por otra parte se da entrada a la autonomía de la voluntad en el régimen de los
“bienes en tránsito” lo que se justifica con la vinculación estrecha que estos
supuestos presentan con figuras contractuales (sobretodo con contratos de vente y
de transporte).
Los tres apartados siguientes del artículo 10 establecen que:
2. Los buques, las aeronaves y los medios de transporte por ferrocarril, así
como todos los derechos que se constituyan sobre ellos, quedarán sometidos a
la Ley del lugar de su abanderamiento, matrícula o registro. Los automóviles y
otros medios de transporte por carretera quedarán sometidos a la Ley del lugar
donde se hallen.
3. La emisión de los títulos-valores se atendrá a la Ley del lugar en que se
produzca.
4. Los derechos de propiedad intelectual e industrial se protegerán dentro del
territorio español de acuerdo con la Ley española, sin perjuicio de lo establecido
por los convenios y tratados internacionales en los que España sea parte.
Dejando un lado lo relativo a títulos valores y propiedades incorporales, que
constituyen en la actualidad dos de las ramas más complejas a las que se enfrenta
el Derecho Internacional Privado, concluimos comentando que el hecho de que el
apartado 2 dispense a los medios de transporte por carretera un trato distinto a los
demás, obedece tanto a razones de hecho o económicas (distinto volumen de
transporte) como de derecho o jurídicas (distintos efectos que tiene la matriculación
de unos y otros).
TEMAS CIVIL
REGISTROS
OPOSICIÓN
FORO
DE OPOSITORES
TEMAS HIPOTECARIO
TEMAS FISCAL
OPOSITAR CON
ÉXITO
CUADRO NORMAS
NORMAS 20022012
LISTA INFORMES
RESOL.: PROP-MERCMESES
NODESESPERES
¿Sabías que...?
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