MAG001-Postmodernismo.pdf

Anuncio
1
Instituto Bíblico Teológico
“Dios Es Amor”
Inscrito en el Ministerio del Poder Popular Para Relaciones Interiores y
Justicia. Dirección General de Seguridad Jurídica e Instituciones Religiosas
Bajo el Nro. 7.755. Rif.: J- 30950119-4
Facultad de Altos Estudios Bíblicos Teológicos
Facilitada y Orientada por el Dr. PHD Carlos Belizario
www.ministeriodiosesamor.net.ve
Correo: [email protected]
Telf.: (0424)-848.52.17; (0281)-277.23.93
APÓSTOLES DR. CARLOS BELIZARIO Y DRA. ROSA DE BELIZARIO
DIRECTORES GENERALES
CÓDIGO MAG001
Nombre y Apellido: __________________________ Telf.:___________________
2
INDICE
Introducción………………………………………………………………………………………………………………….……..3
Modernismo y la Era Moderna………………………………………………………………….………………………….5
Post-Modernismo……………………………………………………………………………………………..………………..12
Vivir como Cristianos en el Mundo Post-Modernista……………………………………………………………17
Fe Cristiana y Estilo de Vida…………………………………………………………………………………………20
Discernimiento Espiritual……………………………………………………………………………………..……..21
La Multiforme Gracias de Dios……………………………………………………………………………..……..22
Actividades Sugeridas…………………………………………………………………………………………………..………23
3
INTRODUCCION
POSTMODERNIDAD Y FE CRISTIANA
Hoy en día en la red de redes existen más de mil millones de páginas web, agregándose
diariamente alrededor de tres millones de páginas más. Impacta saber de esas cifras, pero esa
es la característica de esta nueva era mundial. La sociedad postmoderna categoría creada por la
nueva intelectualidad globalizadora surge como consecuencia del Nuevo Orden Internacional
(NOI) y la economía basada en el capitalismo más radical de la historia. Destaca como nunca
antes la necesidad de producir y consumir conocimientos. Los medios conductores y
distribuidores de los nuevos elementos tecnológicos, se consolidan como la punta de lanza del
NOI.
La nueva sociedad postmoderna es la sociedad de la “ecología artificial”. Concepto que en
contraposición al de la ecología natural, se emplea para significar la relación que se da entre el
conjunto de instrumentos técnicos y su articulación casi origina al hombre.
La sociedad postmoderna postula el fin de la historia y la desaparición de los sistemas
ideológicos. En sí mismos, el postmodernismo tiene una explicación fundada en conjuntos de
ideas que definen las relaciones sociales de las estructuras instituidas por la sociedad.
El postmodernismo es la ideología de la nueva sociedad global. Se encuentra inmerso en
filosofías como el individualismo y el pragmatismo que son el germen conceptual del usufructo
del poder y el clientelismo político.
Desecha la utopía, destierra la importancia espiritual del ser humano e ignora la búsqueda del
bien común por parte del colectivo. La esencia del ser se sustituye por la técnica y la ciencia.
Tiende a la fragmentación de los hechos sociales para dar lugar a la heterogeneidad pragmática.
El pensamiento postmoderno del NOI trae consigo la pérdida de los sueños, las esperanzas, la
moral y la ética. No respalda la tesis del estado-nación y se orienta por la gobernabilidad única
del mundo.
4
Plantea la desaparición del nacionalismo e ignora la autodeterminación y soberanía de los
pueblos. Rechaza al marxismo, como también a toda corriente revolucionaria, socialista y
comunitaria. Destaca la obsolescencia de las categorías sociopolíticas de izquierda y derecha.
Además lo cotidiano de lo postmoderno descansa en la moda, el culto al cuerpo, la
preponderancia de la imagen y la fascinación por el uso personal del poder.
Para el autor vasco José María Mardones la postmodernidad “es una forma de ateísmo nihilista,
que no pretende reapropiarse de nada, y por eso mismo representa el rechazo máximo de Dios
y la religión. Nos hallamos, parece ser, ante la liquidación más exhaustiva de las raíces de lo
sagrado y de la aproximación a Dios. ¿Cuál debe ser nuestro acercamiento como cristianos a
este fenómeno?
La Epístola del Apóstol Pablo a los Filipenses, es considerada como la “Carta Magna de la
Renovación de la mente y del pensamiento”
Capitulo 3 Versículo 15
Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios, en medio de una generación maligna y
perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.
Otro aspecto que debemos revisar, para la era postmoderna, es el de la apologética y la
evangelización. La tarea apologética para esta era de la sospecha, es restaurar la confianza en la
verdad. Como cristianos, se nos levanta el desafío de persuadir a la generación postmoderna de
la importancia de persuadir a la generación postmoderna de la importancia de la verdad. Pero la
deconstrucción nos obliga a evaluar nuestras intenciones y nuestros métodos. Al acercarnos con
el evangelio a esta generación, debemos hacerlo dejando a un lado nuestros métodos. Al
acercarnos con el evangelio a esta generación, debemos hacerlo dejando a un lado nuestros
humos de superioridad, sintiéndonos poseedores infalibles de la verdad absoluta. Esto no
significa que dejemos de creer que el evangelio es la verdad, que tiene pretensiones de ser para
todos los seres humanos sin ningún distingo, sino más bien, que nosotros debemos reconocer
que, como portadores de ese mensaje, lo interpretamos bajo la influencia de nuestro marco
cultural, familiar, denominacional y vivencia. “Todos tendemos a interpretar las escrituras de
acuerdo a la experiencia que tenemos, sea esta positiva o negativa, presente o ausente. Negar
5
esta tendencia es negar nuestra misma humanidad. La Biblia es infalible, nosotros no. Nosotros
somos hijos de nuestra cultura y subculturas, querámoslo o no.
Lo que podemos y no debemos capitular ante la postmodernidad, es que se pierda el concepto
de verdad, tal y como lo encontramos en la Biblia. No debemos permitir que la Verdad (Como
mayúscula) se relativice y se convierta en simplemente una verdad (como minúscula) más del
mercado esotérico postmodernista.
Modernismo y era Moderna
En esta transición de siglo vivimos una crisis cultural a nivel global a la cual se la ha llamado “el
fin de la modernidad”. Esto necesita explicación. Como hemos visto, América Latina desde el
siglo 18 experimentó el impacto de lo que se llama “modernidad”. La cultura de la modernidad
surgió en oposición a la cultura medieval y feudal en la cual la cultura latina y la Iglesia Católica
Romana dominaron la sociedad. El protestantismo surgido de la reforma del siglo 16, y el
Renacimiento fueron ya los antecedentes de la quiebra del mundo feudal y su cultura. Pero la
ideología de la modernidad se formó en el movimiento llamado “Ilustración en el siglo 18”.
Dos formas de esa “modernidad” fueron, por un lado el capitalismo liberal y por otro lado el
marxismo. En ambos casos se veía a la razón humana como la única fuente de autoridad, se
esperaba que la sociedad se organizara siguiendo reglas científicas, se pensaba que la tecnología
crearía todo lo necesario para que el ser humano fuese feliz, sin necesidad del consuelo o el
apoyo de la religión. Se esperaba imponer la modernidad por medio de la organización política y
del sistema educativo.
Respecto a la modernidad la situación latinoamericana es compleja y hasta parece a veces
contradictoria. Muchas aldeas, pueblos o regiones de nuestros países, especialmente en las
regiones serranas o selváticas, han permanecido en la época pre-moderna. Las élites dirigentes
fueron absorbiendo la ideología de la modernidad en sus dos versiones, de manera que se
puede decir que ya desde el siglo XIX y a lo largo del XX en las ciudades y entre las clases
educadas se impusieron la versión liberal o la versión marxista de la modernidad.
6
Las opiniones en cuanto al inicio de la era moderna varían. Algunos señalan en Renacimiento (s.
XIV-XV), mientras otros el periodo de la ilustración (s. XVIII), conocido también como el Siglo de
las luces. Tampoco hay consenso en cuanto a los límites y a una definición clara de la
modernidad. Theo Donner lo expresa de esta manera.
“Hay un problema al hablar del pensamiento moderno, porque propiamente no existe. Existe un
conjunto de ideas, filosofías, cosmovisiones, sistemas sociales… Todos tienen una historia. Es
muy difícil decir en qué consiste la formación de cada uno de estos aspectos; ¿Cuáles son los
antecedentes del psicoanálisis, o de la filosofía existencialista, o del comunismo moderno? No
estamos frente a un proceso casual, mecánico, en el que podemos discernir todos los pasos
diferentes que condujeron a la situación actual (incluso es bastante difícil ponernos de acuerdo
sobre una definición actual de la situación actual), sino que nos enfrentamos a un tejido
histórico de hechos, datos, documentos, corrientes, influencias, personalidades…”
Lo que todos reconocen es que hubo un cambio de paradigma de proporciones gigantescas,
cuyas secuelas afectaron profundamente las cosmovisiones, las creencias, el mundo académico
y todas las otras áreas del quehacer humano hasta nuestros días. Fue un cambio de gran
influencia en el cristianismo, inicialmente en Europa y Norte América, y luego alcanzó a nuestros
países del hemisferio Sur.
CARACTERISTICAS
La era moderna se caracterizó por una amalgama de filosofías y sistemas epistemológicos que
aunque aparentemente tenían poco en común, se relacionan en que proponen modelos nuevos
que rompían abiertamente con el paradigma anterior.
El proyecto moderno propuso una variedad de normas para acceder a la Verdad Descartes
subrayó el estándar racionalista de ideas claras y bien definidas, las ciencias utilizaron los
criterios empiristas, los hegelianos pusieron su esperanza en el espíritu del progreso en la
historia, y los románticos apelaron a una intuición inmediata y pre-flexiva.
7
El autor colombiano Fernando Cruz Kronfly, define la modernidad como:
Un proceso global, de naturaleza económica (el nacimiento del capitalismo y consolidación
progresiva del principio de individualización, capaz de fundar un nuevo tipo de mentalidad
colectiva no holística sino individualista); de naturaleza científica (Galileo, Copérnico, Bruno,
fundadores del heliocentrismo y de la posibilidad de modernizar el cielo y romper con las viajas
tradiciones geocentristas); de naturaleza política (Maquiavelo y la automatización de lo político
respecto de lo sacro así como comienzo de la formación de los estados nacionales); de
naturaleza incluso artística (comienzo de la perspectiva plástica); con Rafael y Leonardo y
fundación de un nuevo género literario como la novela, precisamente a partir del principio de
individualización como un nuevo elemento de la mentalidad.
De acuerdo a John Dewey (1859-1952), el filósofo norteamericano considerado como “el
proponente intelectual más representativo del espíritu de la modernidad”, podemos entender
la modernidad, en el hemisferio occidental, a partir de tres cambios con el periodo premoderno. Primero el deleite con lo natural sin referencia a lo sobrenatural. René Descartes
(1596-1650), el filósofo y matemático francés, propuso la idea del universo como un aparato
mecánico, compuesto de materia y movimiento que puede ser descrito por leyes mecánicas.
Isaac Newton (1642-1727), en Inglaterra, elaboro esas leyes, proveyendo la base para la idea de
un universo funcionando perfectamente por su propia cuenta, en el cual no había necesidad de
la intervención de Dios. La materia y las leyes físicas son suficientes para explicar toda la
realidad. Ya no había necesidad de poderes invisibles como la moción en el universo. Aunque
había tal vez necesidad todavía de un Dios para postularlo como autor de la ley en un principio,
una vez iniciada la ley de gravitación, la misma explico suficiente toda la moción en el universo.
El segundo cambio para entender la modernidad, es que en lugar del énfasis medieval en la
sumisión a la autoridad eclesiástica, aparece una creencia creciente en el poder de las mentes
individuales, guiadas por métodos de observación, experiencia y reflexión para alcanzar las
verdades.
8
El tercer y último cambio propuesto por Dewey para entender la modernidad es que “el estudio
paciente y experimental de la naturaleza, produciendo frutos en inventos que controlen la
naturaleza y dominen sus fuerzas para bien de la sociedad, es el método por el cual se logra el
progreso”. En la era moderna “sujetos autónomos, entendiendo científicamente, controlando y
transformando tecnológicamente al mundo, sin los impedimentos tales como la tradición,
ignorancia y superstición, producen su propio remedio. En la era moderna nosotros somos
nuestros propios salvadores. Y realizamos nuestra salvación en la historia redimida por lo
secular a través de la imparable e inevitable marcha del progreso”.
En conclusión, la era moderna proveyó de un paradigma con un universo cerrado a lo
sobrenatural, donde la ciencia se desarrolla ayudada por la hegemonía de la Razón Humana,
produciendo el bien común a través de la tecnología y el crecimiento económico, resultados
celebrados del progreso.
INFLUENCIA DEL MODERNISMO EN EL CRISTIANISMO
La influencia de los cambios promovidos por la era moderna en el cristianismo es compleja. La
modernidad puede considerarse tanto aliada como enemiga del cristianismo. Por un lado, el
modernismo del Renacimiento y la Ilustración preparo el camino para la Reforma protestante
del siglo XVII. Los reformadores, reflejando el espíritu de su época, se valieron de las
herramientas lingüísticas y humanistas, como el redescubrimiento de los idiomas clásicos,
incluyendo el hebreo y el griego, la exegesis gramático-historia y la critica a la teología
escolástica de parte del humanista.
Por otro lado, “el cristianismo, de todas las otras religiones del mundo, fue la que se vio
sometida a las críticas más devastadoras y penetrantes en las manos de este racionalismo
agresivo”. Como lo expresa Ravi Zacharias, “este asalto de las creencias religiosas se llevo a cabo
en nombre de la libertad política o académica, cuando la intención verdadera era derrotar
filosóficamente cualquier cosa que oliera a restricción moral: el golpe más duro del ataque se
dirigió, descaradamente contra el cristianismo” David Hume (1711-1776), el filosofo e
9
historiador escoses con sus argumentos en contra de los milagros, asi como, Immanuel Cant
(1724-1804), el filosofo alemán, con su epistemología, son ejemplos de los desafíos que el
cristianismo comenzó a enfrentar. Luego vinieron Hegel, Marx, Darwin, Lenin y otros, que
incluso fueron mas allá del campo académico, utilizando incluso el poder político contra el
cristianismo, todo en nombre de la Razón.
Desde las mismas filas del cristianismo, especialmente el ala protestante, se vio sin embargo la
asimilación acrítica de varias de las premisas básicas de la modernidad. Como Theo Donner lo
explica, “tal como la filosofía y la cultura se habían hecho completamente antropocéntricas,
centradas en el hombre, así la teología ahora se volvió antropocéntrica. El hombre era la
medida de todas las cosas. Así lo llegó a ser también en la teología”.
Por ejemplo Friedrich Schleiermacher (1768-1834) considera que los conceptos bíblicos
tradicionales, tales como los milagros, la encarnación, la muerte substitucional y sacrificio de
Cristo, son inadecuados para el “hombre moderno”. Rudolf Bultmann (1884-1976) elabora su
teología a partir de la premisa que el hombre moderno no cree en milagros por lo tanto la Biblia
debe ser “desmitologizada”. Dietrich Bonhoefler (1906-1945) propone un cristianismo sin
religión, para el hombre moderno, quien no es religioso, un hombre que ha alcanzado la
“mayoría de edad”. En las palabras del autor católico Battista Mondin “ahora no es suficiente
probar la racionalidad de la fe demostrando que las verdades reveladas armonizan con los
cánones de la razón, sino que también se somete la Revelacion al tribunal de la rtazon, dándole
a ésta el deber de purificarla de todos los elementos sobrenaturales”. Mondin concluye: “Las
dos doctrinas principales kantianas referentes a la religión –la transferencia de la religión de la
esfera de la razón para la de la voluntad y del sentimiento, y la interpretación racionalista de la
Revelación- permanecen como fundamentos de toda la teología protestante del siglo XIX.
En el campo de la hermenéutica bíblica, la influencia de Bacon, Descartes y Newton como
arquitectos importantes de la modernidad, se ve en primer lugar, que al interpretar la Biblia
utilizamos la fragmentación propuesta por Bacon, ejemplificando la actitud de la mente
moderna de “dividir y conquistar”. En segundo lugar, tratamos el texto como si fuera un sistema
10
mecánico cuyo significado puede ser alcanzado por la aplicación precisa del método, mostrando
en esto la “mecanización de la mente moderna”. Finalmente dice Wilkinson, “somos proclives a
seguir la práctica académica de excluirnos a nosotros mismos, nuestras pasiones y nuestros
perjuicios en nuestras investigaciones exegéticas y hermenéuticas”, ejemplificando de esta
manera “la separación características de la actitud moderna”.
Para los autores Mondin y Wilkinson, las premisas modernas han entrado en las diferentes
disciplinas cristianas. Somos hijos de la época, seamos o no conscientes de esto. Por ejemplo,
para la gran mayoría de los cristianos el método inductivo (un instrumento básico para la
modernidad), es superior al deductivo, haciendo a un lado así al menos catorce siglos de
teología deductiva. Robert Traina, por ejemplo, al referirse al método deductivo lo califica como
“subjetivo y prejuiciado”, mientras el inductivo es “objetivo e imparcial”.
Para él, la educación “produce dictadores más bien que oidores de las Escrituras”, en contraste
con la inducción que “produce individuos que escuchan en lugar de hablar”.
El lado más conservador del protestantismo se vio afectado también por el espíritu modernista.
El énfasis de la Reforma en el derecho de cada creyente es estudiar la Biblia, sin la mediación
eclesiástica (aplicando el individualismo moderno), comenzó a producir un movimiento
heterogéneo y dividido doctrinalmente. Muchos sectores se atrincheraron y mantuvieron una
actitud anti-intelectualista (y en otros casos antiracionalista), rechazando incluso los elementos
positivos de la modernidad. Se abrió el espacio para teologías escapistas y para movimientos
“espirituales” basados en las experiencias sensoriales, visiones y otras manifestaciones
subjetivas.
En su afán por defender la “sana doctrina” de la teología liberal, los evangelios “sintieron que no
tenían tiempo para asuntos sociales y por lo tanto, dejaron a un lado la responsabilidad social
de la iglesia y comenzaron a predicar un evangelio para “almas”, aceptando tácticamente la
reclusión de la religión a la esfera de los “privado”, propuesta característica de los pensadores
modernos. O en las palabras de John Alexander, “las iglesias rara vez cuentan la historia de
11
Jesús completa. En cambio, ellas narran versiones de modernidad. Ellas predican a Jesús en
combinaciones excéntricas con secularismo y romanticismo, materialismo y racionalismo. Ellas
han cambiado el evangelio por una cruz dorada y culturalmente aceptable.
Pero no toda la influencia del modernismo en el cristianismo es negativa. Hombres como John
Wesley (1703-1791), Jonathan Edwars (1703-1758), George Whitefield (1714-1770), Charles H.
Spurgeon (1834-1792) y Dwight L. Moody (1837-1799), entre muchos otros, cuyo mensaje
produjo un despertar espiritual tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, utilizaron la
razón y la lógica de su tiempo en forma creativa, mostrando que compartían el racionalismo
moderno, “aunque sin la deificación de la razón que vemos en otros”. Stott refiriéndose a John
Wesley, por ejemplo, dice que los “historiadores han atribuido a la influencia de Wesley más
que a cualquier otro factor, el hecho de que la Gran Bretaña se libró de los horrores de una
revolución sangrienta como la francesa.
En la apologética, pensadores brillantes desde pascal en el siglo XVII, hasta C.S. Lewis, Francis
Schaefler y Michael Green en el siglo XX, trabajaron arduamente en su esfuerzo de presentar un
evangelio racional, que convenciera al hombre de presentar un evangelio racional, que
convenciera al hombre moderno de la racionalidad de la fe cristiana, sin caer en el peligro de
reducirla solamente a un sistema de proposiciones lógicas. Estas singuen siendo voces
proféticas en sus tiempos, llamando a la iglesia a tomar en serio el desafío que las filosofías y
cosmovisiones modernas presentan a la fe, un llamado a salir de las trincheras eclesiásticas y
llegar al hombre, no con mensaje diluido, sino con un evangelio total y relevante.
Pero, los grandes tomos de apologética que se escribieron utilizando las leyes de la lógica y
aplicando los principios científicos de discusión, que han ayudado a muchos a acercarse a la fe,
ya no hablan a la generación actual. Como lo expresa Kevin Graham Ford: Leed los grandes
escritos de los apologistas cristianos de nuestros tiempos –Cristianismo y Nada Más de C.S.
Lewis, las obras de Francis Schaeffler, Os Guinnes y Josh McDowell. Estos están llenos de
argumentos convincentes, pruebas lógicas y evidencias poderosas. Pero estos libros y sus
argumentos no llegan a la generación de hoy”. Es esta separación con el racionalismo moderno
12
la que abre el camino para un nuevo paradigma epistemológico y una nueva forma de ver la
vida: el postmodernismo.
POSTMODERNISMO
El optimismo de la era moderna en que la ciencia, la tecnología y el progreso, impulsados por un
ser humano autónomo, bajo el reino soberano de la Razón, producirían un mundo edénico, ha
decepcionado. La primera guerra mundial hirió de muerte al proyecto moderno. Stalin en Rusia
y Hitler en Alemania dieron los últimos toques a su ataúd. Filósofos y escritores como Derridá,
Camus, Sartre y Rorty, entre otros, sellaron su certificado de defunción, mientras los artistas,
arquitectos y sociólogos comenzaban a entronizar a su sucesor.
El proyecto moderno de establecer una cultura global, con una base objetiva y racional para
toda acción humana sin el impedimento de la religión o de cualquier otro punto de vista
“subjetivo”, no científico, probó ser solo un ideal inalcanzable e insatisfactorio. En palabras de
John Alexander. “La gente moderna está acorralada por la noción de que la única forma
apropiada de responder a sus preguntas es aplicar las matemáticas a las cualidades medibles de
todo lo que observamos. Y como ninguna de las grandes preguntas puede responderse de esta
manera, nos quedamos sin respuestas”.
Las promesas que las ideas de Progreso, de Historia, y de la Razón mantuvieron en alto con
indiscutible prestigio y credibilidad comenzaron a dejar ver el hueso debajo de su sangre. En
efecto en medio de la fiesta de la Razón y de la credibilidad inmensa en sus posibilidades, el
siglo XX presencia las más impresionantes carnicerías humanas de las que se tenga noticia, con
el empleo en intensidad de todos los recursos técnicos y con la música de los clásicos a fondo.
La Razón bebía sangre también entonces, como cualquier bestia, organizaba y refinaba la fiesta
de la sangre y, como si fuera poco, la racionalizaba y la llenaba de justificaciones históricas.
13
Es aquí, frente al vacío que la modernidad ha dejado al derrumbarse, que aparece el
postmodernismo. “La llegada del postmodernismo podría describirse como la pérdida de
entusiasmo en las convicciones básicas del modernismo. Os Guinnes describe la relación entre
los dos así:
“Mientras la modernidad era una manifiesto de autosuficiencia humana y autogratificación, el
postmodernismo es una confesión de modestia y hasta de desesperanza. No ha “verdad”, sólo
verdades. No existe la razón suprema, sólo razones. No hay una civilización privilegiada (o
cultura, creencia, norma y estilo), sólo una multityud de culturas, creencias, normas y estilos. No
hay justicia universal, sólo intereses entre grupos. No existe la realidad simple ni ninguna gran
realidad de un conocimiento universal y objetivo, sólo una incesante representación de todas
las cosas en función de todo lo demás.
En nuestro continente, las jóvenes generaciones son hoy, al mismo tiempo modernas y
postmodernas, aunque en medio de instituciones sociales y políticas relativamente premodernas.
NO A LOS ABSOLUTOS
En la modernidad la Razón se erigió imbatible, y el progreso se presentó optimista e inevitable.
La modernidad se basaba en absolutos, en principios innegociables que conducirían
indefectiblemente a un mundo sin problemas. Pero, de acuerdo a los autores postmodernos, las
pretensiones absolutistas de la modernidad solo trajeron sistemas opresivos, guerras de
trincheras y campos de concentración. El absoluto de que la ciencia respondería nuestras
preguntas y resolvería nuestras inconsistencias, ha producido la polución irreversible del aire,
los ríos y los océanos, la destrucción de la capa de ozono dejándonos expuestos a los mortales
rayos solares, una lista cada vez más grande de especies vivas en peligro de extinción y la
posibilidad de una guerra nuclear capaz de destruir la mitad del sistema solar. Ni para que
mencionar los resultados de los absolutos en la economía, las ciencias sociales y política. Si esto
es lo que producen los absolutos, debemos entonces sospechar de todo absoluto. Como
14
consecuencia, “no hay reglas o normas que controle la sociedad; ni siquiera Dios tiene ese
derecho”.
Esta sospecha yace en la base misma del método crítico llamado “deconstrucción”, que podría
señalarse como la médula de la epistemología postmoderna. La deconstrucción se mueve
principalmente en el campo de la lingüística, pero sus conclusiones se han generalizado a otras
áreas, incluyendo la religión.
Al aplicar este acercamiento a la literatura, por ejemplo, se llega a la conclusión que en
cualquier caso no se puede encontrar un significado fijo y que tanto la identidad como la
intención del autor son irrelevantes para la interpretación del texto.
La deconstrucción, también ha redefinido el sujeto. La modernidad consideraba al ser humano
autónomo, independiente, seguro de si mismo y con posibilidades racionales ilimitadas. “en la
cosmovisión moderna, el hombre llega a ser ley (nomos) para sí mismo (autos). El hombre
moderno, en un ser integrado, optimista y con identidad definida. El deconstruccionismo
postmoderno desafía a esta visión del sujeto.
El sujeto postmoderno es, entonces, producto cultural y por lo tanto no tiene individualidad. En
la antropología postmoderna, los seres humanos son solo contratos sociales o seres socialmente
determinados. Es lo que Mardones llama “el desafío del fragmento” El ser humano es sólo lo
que la sociedad define que sea, no puede pensar sino en las categorías que ha recibido y como
resultado no tiene más la pretendida autonomía del hombre moderno. “sus emociones y su
interpretación de sí mismo, así como sus acciones le son predefinidas por la sociedad, tanto
como su acercamiento cognoscitivo al universo que le rodea.
Esta redefinición postmoderna del sujeto ha producido el ambiente propicio para la negación de
la culpa y de la responsabilidad personal. Si lo que somos, pensamos, hacemos, etc. Es producto
social, entonces la sociedad es la responsables de nuestros actos y decisiones, sean estos
positivos o negativos. Nosotros solamente estamos actuando de acuerdo a lo que el medio
15
social nos ha condicionado, no nos queda escapatoria. El sujeto postmoderno no tiene ni
identidad ni voluntad individual, sólo social.
A un nivel más general, el rechazo de absolutos ha llegado al postmodernismo a repudiar
cualquier concepto de verdad que pretenda ser universal. Para Foucault, por ejemplo la idea de
“verdad” nace de los intereses de los que tienen el poder. Para él hay una relación directa y
destructiva entre verdad y poder. La verdad sirve como instrumento de apoyo para sistema
represivos, por lo tanto, cualquier “verdad” que pretenda ser absoluta, debe ser erradicada,
incluyendo lo que en terminología postmodernista se conoce como las “metanarrativas”.
Las metanarrativas son marcos de referencia generales “que dan sentido a la totalidad de la vida
y que proveen de significado al lugar que ocupamos en el sistema amplio de las cosas. También
se pueden entender como “narrativas generalizantes que dicen proveer marcos universales
para el discernimiento de significado. Ejemplo de metanarrativas son el marxismo, la
democracia liberal capitalista y el mito moderno del progreso. La definición de Klaus Bockmuehl
utiliza para el marxismo se podría dar para cualquier otra metanarrativa.
Un sistema que abarca completamente el pensar y el vivir, una concepción total del mundo y de
la humanidad.
Para los mismos autores la sospecha postmoderna de las metanarrativas tiene sentido y se basa
en la observación:
La historia bíblica ha sido, de hecho, frecuentemente utilizada ideológicamente para oprimir y
excluir a aquellos considerados infieles o herejes. En las manos de algunos cristianos y
comunidades, la metanarrativa bíblica se ha esgrimido como un arma para legitimizar prejuicios
y perpetuar la violencia contra aquellos considerados enemigos, los que están fuera del
propósito divino. Simplemente no hay una narrativa intrínsecamente justa ni siquiera la bíblica.
16
En conclusión, el argumento es que cada vez que una persona o un grupo cualquiera han dicho
poseer la “verdad” (especialmente la verdad religiosa) ha resultado en represión. Para el
postmodernismo “la única verdad, es que no existe la verdad”. Como lo expresa Jock McGregos
“la idea clave en esta situación es que tenemos libertad absoluta. Cada cosa que pensemos,
digamos o hagamos tiene igual validez aplicado a otra cosa. No existen absolutos, sólo
elecciones. Nuestro mundo, nuestra realidad es lo que nosotros construimos mediante nuestras
elecciones. Nada es absoluto, nada es sacrosanto, todo está disponible”.
VIVIR COMO CRISTIANOS EN EL MUNDO POSTMODERNO
Vino nuevo y odres viejos.
Intentemos ahora responder la pregunta de cómo se vive la vida cristiana en el ámbito
postmoderno que hemos bosquejado brevemente. Lo primero que conviene decir es que en sus
veinte siglos de existencia el cristianismo ha enfrentado muchas situaciones de cambio cultural
y ha sabido adaptarse a ellas sin perder lo auténtico de su mensaje fundamental. Aquí cabe la
figura que empleó Jesús del vino nuevo y los odres viejos. En la historia de la iglesia cristiana ha
habido varios momentos en los cuales la renovación de la iglesia fue el soplo del Espíritu que
provocó algo así como un desborde porque la vieja estructura era como los odres viejos que no
podían contener vino nuevo.
Pensemos, por ejemplo, en lo que pasó con Gutenberg inventó la imprenta de tipos movibles y
de pronto los libros como la Biblia pasaron a ser accesibles a las masas. Ya el libro no iba a ser
como una joya preciosa que solo podía estar en el templo atado con una cadena para seguridad,
sino que en cada hogar podía haber un libro. Esta nueva situación cultural coincidió con el
planteamiento de la pregunta acerca de la autoridad en materia religiosa. Si cada uno puede
leer el libro por su cuenta, cada uno tiene mayor oportunidad de ser su propio sacerdote.
Después de todo, eso es lo que dice el Nuevo Testamento. “Vosotros sois real sacerdocio, gente
santa, pueblo adquirido por Dios” (1 Pedro 2:9). Aquí Pedro está citando palabras de Moisés, y
como hemos de recordad; en Israel se esperaba que cada israelita fuese capaz de comprender la
palabra de Dios y que cada padre en su familia fuese como un sacerdote que cumplía una
17
misión docente (Deuteronomio 6, especialmente v. 20-25). En ese momento de transición
cultural posibilitado por la imprenta, la Reforma Protestante redescubre un principio.
Me parece que en una época de informalidad como la nuestra, aquellos de nosotros que
preferíamos la formalidad no deberíamos ausentarnos sino más bien preguntarnos cuántas
energías hay en la fe cristiana para enfrentar los nuevos tiempos y cómo está en acción el
Espíritu Santo hoy en el mundo. De manera que podría romper los esquemas formales que ya
no sirven para la vida de la iglesia y la propagación de la fe. Ha sido interesante la lección de
China es un enigma, es el país al cual mandaron más misioneros tantos católicos como
protestantes ha comienzo del siglo pasado. En el año 1948, cuando el líder comunista Mao Tse
Tung llegó al poder expulsó a todos los misioneros. Muchos pensaron que con ello se acababa la
iglesia de la China. Resulta que en esos cuarenta años de silencio y persecución ha crecido en la
China la iglesia como no había crecido cuanto tuvo un ejército de misioneros extranjeros. Lo
más interesante, es que no ha crecido siguiendo los esquemas formales de presbiterianos,
metodistas, católicos o bautistas, sino que ha crecido de una manera nueva, por el testimonio
valiente de mujeres y hombres sencillo que van de casa en casa.
Cabe entonces preguntarse si a lo mejor aquellas partes del mundo que aún no están
evangelizadas, donde no se ha anunciado el nombre de Cristo, tal vez sean alcanzadas de una
manera “informal”. Así, por ejemplo no se puede enviar misioneros a los países musulmanes,
pero hay ciento de miles de chicas de las Filipinas que trabajan como empleadas domésticas en
esos países musulmanes y que significan fuente de divisas para las Filipinas. Muchas de ellas son
cristianas y practican su fe, y constituyen una presencia cristiana silenciosa pero efectiva.
Realizan una misión desde abajo que es como se hacía misión en los momentos iníciales de la
iglesia. La aparición de la informalidad puede encerrar posibilidades inmensas para la
supervivencia y difusión de la fe cristiana, un fenómeno nuevo a través del cual el Espíritu de
Dios trabaja de muchas maneras.
18
Entender de nuevo la esperanza cristiana.
El final de las utopías en Occidente nos fuerza a preguntarnos en qué consiste la esperanza
cristiana y de qué depende. La esperanza cristiana brota de la persona de Jesús. Porque Jesús
resucitó tenemos esperanza. Si Jesús no resucitó, dice el apóstol Pablo, los que creemos en él
somos los más pobres, los más infelices del mundo. Pero Jesús resucitó y tenemos esperanza.
Parte de esa esperanza es creer que la palabra final de la historia, el orden final de las cosas, no
va a ser conforme a la voluntad humana sino conforme a la voluntad de Dios y que se puede
servir a Dios en el presente mirando al futuro, y sabiendo que hasta los pequeños esfuerzos por
ser obediente a Dios hoy tienen un efecto final a largo plazo.
En algunas teologías de la liberación se había adoptado la esperanza marxista al punto de que el
fracaso de esa utopía ha creado el desconcierto. Es importante recordar que la esperanza
cristiana no depende del triunfo de un sistema económico llámese como se llame. Está basada
en la resurrección de Cristo y es esa resurrección la que nutre nuestra esperanza. El obispo
argentino Federico Pagura ha escrito un poema que expresa con rotunda claridad la naturaleza
de la esperanza cristiana. Es un tango que se titula “tenemos esperanza”.
•
Porque él entro en el mundo y en la historia;
•
Porque el quebró el silencio y la agonía;
•
Porque lleno la tierra de su gloria;
•
Porque fue luz en nuestra noche fría;
•
Porque él nació en un pesebre oscuro;
•
Porque él vivió sembrando amor y vida;
•
Porque partió los corazones duros y levantó las almas abatidas.
•
Por eso es que hoy tenemos esperanza;
•
Por eso es que hoy luchamos con porfía;
•
Por eso es que hoy miramos con confianza el porvenir…”
Siempre cabe la tarea de purificar nuestra visión de la esperanza cristiana de esas mezclas con
las esperanzas humanas que muchas veces son incompatibles con ellas.
19
Fe cristiana y estilo de vidas.
Cuando una persona de sesenta años, como el que escribe, se pone hablar de relativismo moral
y hedonismo los jóvenes se ponen a la defensiva. Piensan a veces con razón “Estos son los viejos
que nos quieren imponer las reglas duras y pasadas de moda de ayer”. Es importante entender
el rechazo de la generación joven a lo que ven como una imposición de la generación mayor. Sin
embargo no se puede olvidar que hay un estilo de vida cristiana en obediencia a las normas
éticas que derivan del mensaje del Evangelio. Ese estilo de vida cristiana es el único que hace
posible de veras la plenitud de la vida. Y hay que entenderlo desde una perspectiva creadora y
positiva.
Tomemos la sexualidad por ejemplo. Cuando se separa la sexualidad del campo de la relación
humana integral y se la convierte en un placer puramente animal en realidad no se está
viviendo a plenitud la experiencia de la sexualidad. Cuando se separa la sexualidad del resto de
la vida de la comunión entre personas, del respeto a la libertad del otro, del esfuerzo por
construir la vida en común, aunque se disfrute una parte del placer físico, no se está viviendo a
plenitud las posibilidades de la vida sexual. Tenemos que recordar que Dios creó ciertas normas
que permiten su vivencia en plenitud. No se trata simplemente de defender los valores de una
sociedad en decadencia, sino de afirmar valores que se derivan de la persona de Cristo y su
mensaje.
Muchas veces hacemos aparecer a Jesús como un profesor de teología sumamente serio,
almidonado y con corbata. En cierto modo nuestras reuniones tienen esa misma solemnidad
que a veces raya en la tristeza. Olvidamos que hay una dimensión de la vida que es celebración
y gozo, partes de la experiencia cristiana necesarias para afirmar la jovialidad que tiene que vivir
una cultura que exalta la celebración y la emoción. Nada hay de malo en que la gente joven
guste de estas dimensiones de la vida y busque ámbitos en donde es posible manifestarlas. Sólo
en la medida en que se reconoce la validez de éstas es posible comunicar las otras dimensiones
de racionalidad, orden y solemnidad que también son parte de la vida cristiana.
Como cristianos no podemos renunciar a la razón. El mismo mensaje cristiano es razonable, se
dirige a la razón como a toda la persona, es inteligible. El mensaje cristiano no es absurdo y en
20
cada siglo ha habido apologistas que han mostrado la veracidad y la validez del mensaje
cristiano. Pero por supuesto la razón no lo es todo, ni tampoco el mensaje cristiano son puras
ideas que unos transmiten y otros reciben. La vida cristiana es más que cerebro, más que sólo
transmisión de ideas. La vida cristiana es pasión, fe, entusiasmo por la verdad. A veces cuando
haya muchas ideas correctas, si no hay un entusiasmo por Cristo, no hay una vivencia de lo
cristiano. Si falta la dimensión de la pasión algo está faltando. En esta época postmoderna
vamos a mantener la dimensión de una fe inteligente, pero al mismo tiempo reconocer la
validez de la dimensión de la celebración y del sentimiento.
Discernimiento espiritual.
La persistencia de lo religioso nos obligar a saber distinguir entre lo que sería cualquier tipo de
religiosidad y lo que es la religiosidad derivada de la fe en Cristo y que expresa la fe en Cristo.
No cualquier tipo de religiosidad es la fe de lo que Jesucristo habla. Hoy en día nos encontramos
con personajes famosos como Shirley Maclaine; la famosa actriz de cine, quien va a la ciudad de
Cusco en el Perú, donde busca una laguna y toca una piedra que le comunica un poder
espiritual. Es la espiritualidad de la Nueva era que confunde a más de uno porque utiliza un
vocabulario semejante o igual al cristiano. El “poder espiritual” del que habla el cristiano y el
poder del cual habla la nueva era son dos cosas muy diferentes.
Una diferencia importante en cuanto a la dimensión religiosa de la vida, a la cual Jesús y el
mensaje cristiano señalan, es la existencia de una relación estrecha entre lo que uno cree y la
forma de conducta propia. La crítica de Jesús más fuerte durante su ministerio fue para los
súper-religiosos, aquello fariseos a quienes la religión les servía como una manera de disimular
la falta de obediencia a las demandas de Dios. Jesús los criticaba, por ejemplo, porque por un
lado hacían largas oraciones y por otro explotaban a las viudas, aprovechándose de su condición
de victimas en un orden social injusto.
Los tiempos demandan del cristianismo una capacidad especial de discernimiento en cuanto a lo
religioso. Los debates de hoy no son tantos con los ateos que dicen que la religión va a
desaparecer. Son con la multiplicidad de forma religiosas que se ofrecen como en un
21
supermercado espiritual para que uno compre lo que más le conviene y menos le cueste. El
auge de la religiosidad ha traído consigo ese mercado de lo religioso. La gente empieza a tener
frente a la religión esa actitud de supermercado. No tienen una comunidad de fe a la cual
pertenecer, van en la mañana a una iglesia, en la tarde a otra y en la noche a otra, a ver qué les
pueden dar y si en alguna les piden algo simplemente se van.
La Multiforme Gracia de Dios.
En última instancia, el crecimiento del protestantismo popular también nos presenta un desafío.
Empezamos a darnos cuenta que en las diferentes culturas es posible la vivencia de la fe de
diferentes maneras. Una iglesia que ministra entre personas donde predomina el alfabetismo,
es decir dentro de una cultura oral, tiene formas de comunicación y expresión diferentes a una
iglesia de profesionales universitarios. Es importante respetar las diversas manifestaciones de la
fe que se van dando cuando ellas tengan un núcleo central de verdad que es la persona de
Jesucristo.
Estamos entrando a una época muy diferente a la época que llamamos “moderna”. En esta
época “post-moderna” nos toca anunciar y vivir la fe cristiana. Fe que ha sobrevivido durante
veinte siglos y ha pasado de una cultura a otra, ya no es solamente la fe de los europeos, sino
una fe esparcida por todo el planeta. A comienzos del siglo XX, casi el 70% de los cristianos
estaban en África y América Latina. Hoy el cuadro se ha invertido. Las iglesias con vitalidad,
expansión, espíritu de sacrificio y entusiasmo por la fe están en el sur, en eso que se llamaba
“Tercer Mundo”. De manera que el cristianismo del siglo actual, no va a ser ni el cristianismo
ortodoxo de la iglesia oriental de los primeros mil años, ni el cristianismo latino occidental o la
variante protestante del mismo que predominó en los segundos mil años. Va a ser un
cristianismo diferente, múltiple y global. Pero va a tener todavía como centro a la persona de
nuestro Señor Jesucristo, cuya memoria y presencia ha tenido la capacidad de transcender a
todas las culturas. Y va a seguir siendo así. Esa es nuestra firme esperanza.
Efesios 4:23-24.
“Y renovaos en el espíritu de vuestra mente y vestíos del nuevo hombre creado según
Dios en la justicia y santidad de la verdad”.
22
República Bolivariana de Venezuela
Instituto Bíblico Teológico
“Dios Es Amor”
Inscrito en el Ministerio del Poder Popular Para Relaciones Interiores, Justicia y Paz.
Dirección General de Seguridad Jurídica e Instituciones Religiosas
Bajo el Nro. 7.755. Rif.: J- 30950119-4
www.ministeriodiosesamor.net.ve
Carrera: Eclesiástica Bíblica.
Grado Teológico: Magister en Teología Bíblica.
Código: 001- Postmodernismo.
Recomendaciones Para el Éxito en el Estudio
1) Tenga su cuaderno(s), de las diferentes Materias que usted debe de Estudiar, Analizar y
tener Control Práctico, Veraz e Inteligente.
2) Usted debe Escribir las respuestas realizadas en el Cuestionario con su puño y letra,
legible y entendible.
3) Investigue las palabras, términos y conceptos que usted no comprenda. Esto lo hará más
diestro y veraz en la profesión digna y loable que usted ha elegido en Dios.
4) El cuaderno es Individual, y será supervisado por su profesor. Esto dará prueba que
usted está Investigando y Estudiando al máximo.
5) El cuaderno de estudios debe estar forrado, en condición higiénica y presentable.
6) Las
Diapositivas
Power
Point
deben
ser
enviadas
al
correo
[email protected] destinado para organizar cada una de las
investigaciones que serán asignada a lo largo de los estudios realizados.
7) El Equipo que se va a conformar, debe delegar una materia donde el grupo se
especializará en esa materia exclusivamente, No dejando de leer y tener un panorama de
estudio de las otras materias. Es decir, cada integrante del grupo se encargará
23
específicamente de una materia. Pregunte a su coordinador delegado o pregunte sólo vía
texto al 0424-848.52.17/ 0424-853.65.86 especificando su Núcleo, Grado Teológico y el
periodo de estudio en el que se encuentra.
8) Traiga su Distintivo con su nombre en grande, tamaño ¼ de hoja carta, con su
respectivo alfiler y su nombre escrito con marcador negro punta gruesa.
9) No se aceptan cheques, los pagos del semestre serán en efectivo o depósitos en las
cuentas rectorales. Banco de Venezuela (Corriente) Nro. 0102-0418-65-0000025221 o
Banesco (Ahorro) Nro. 0134-0262-11-2622022195 a Nombre de Carlos Belizario.
10) Debe ser usted un analista, un poeta y un expositor en su materia. No aceptamos el
memorismo ni el caletre, pero si las exposiciones e intervenciones con rigor Bíblico,
Teológico, Filosófico, Cultural y Científico.
11) Los Nombres, palabras y frases No comprendidas en internet en páginas cristianas de
respeto y de confianza deben ser investigadas.
12) Baje
su
material
de
estudio
a
través
de
nuestra
página
web:
www.ministeriodiosesamor.net.ve (sección Recursos/ Biblioteca).
13) Consulte sus calificaciones por nuestra página web (sección Novedades/ Evaluación).
14) Su Tesis sólo será empastada después de discutida, analizada y aprobada por el jurado.
Son 3 Tesis, una para el Rectorado, una para su Profesor y una para la Iglesia a la que
usted pertenece.
15) El Equipo de Tesis No puede exceder la cantidad de 5 integrantes.
24
Cuestionario
1. Escriba el concepto de Post-Modernismo.
2. Interprete a la luz bíblica; Filipenses Cap. 3 V 15.
3. ¿En su opinión la Apologética y la Evangelización se deben revisar sus conceptos?
Explique.
4. ¿Qué es Modernismo y Era Moderna?
5. ¿Cómo entro el Post-Modernismo, a través de la historia?
6. ¿Cuál es la influencia del Modernismo en el Cristianismo?
7. ¿Reconocería los síntomas del Post-Modernismo, si entrara en la iglesia?
8. ¿Cuál es la verdad Absoluta?
9. Realice una Presentación Power Point de la Materia, y enviarla vía correo electrónico a:
[email protected]
Descripción:
(Grado
debe
Teológico-Nombre
identificar
de
la
la
presentación
con
la
Presentación-Estudiante-Núcleo-
Director). La Presentación Debe ser de entre 7 y 12 Láminas, Las Diapositivas deben
llevar Titulo, Subtítulos, Frases Importantes e Imágenes relacionas con el tema).
10. REÚNANSE con su Equipo De Estudios Teológicos, (E.T.) tome data de teléfonos sea
Entusiasta, Motivador y Deléguense los puntos a Desarrollar, Discutan, Analicen y
lleguen a la cumbre de la Efectividad.
¡¡¡Éxitos Al 1000%!!!
_____________________________________________________________________________
Para más Información Contáctenos
www.ministeriodiosesamor.net.ve
Teléfonos: 0281-277.23.93 (Secretaría) 0424-853.65.86 / 0424-888.94.49 (Sólo Texto)
A través de Nuestras Redes Sociales
Diosesamorve
@diosesamorve
25
Descargar